Partida Rol por web

tal como lo pensó, tal como lo intuyó, ese hechizo ejecutado tras el golpe que aún la tenía mareada saldría mal, su mano no se había movido con la suficiente soltura, pues dolía y eso no lo dejaría pasar su contendiente que realmente estaba enceguecido con verla caer y ponerla en su lugar. Por eso no le extrañó que esquivara el hechizo una vez más aunque era admirable que pudiera mover esa mole sin problemas. Lo escuchaba reír, también los chillidos de victoria de Malfoy, quienes asumían que ya la habían derrotado, pero no se gana un combate sino hasta que se lance el último de los hechizos. Ginevra lo sabía, y serenó sus sentidos...

Nuevamente pareció hacer un ligero paso de baile, había esquivado con una elegancia casi hipnótica ese último flipendo que la hubiera derrotado y humillado delante de todos, de ahí, esos ojos fieros buscaron su objetivo y nuevamente de sus labios salió aquel hechizo. Cuanto desearía tener el flipendo, nuevamente se dijo, pero tendría que contentarse con dejarlo mojado y arrojarlo de la tarima en el mejor de los casos. 

— aguamenti —  pronunció una vez más, y esta vez salió con la misma potencia del primero de los hechizos, directo a la risa burlesca del chico que por los pelos no lograría esquivar el hechizo. La chica, ya sabiéndose victoriosa, hizo una nueva reverencia, inclinando su cabeza hacia su contendiente — buen duelo —  fue todo lo que le dijo, llega de dignidad, y sin restregar su victoria ante su compañero, ni tampoco algún amago de amabilidad. Ginevra no jugaría a ser una buena chica, el hecho que la quisiera lastimar y lo que le dijo al principio le había restado cualquier atisbo de compasión por Goyle, es así, que con aquella indiferencia fría abrió sus ojos y se dispuso a bajar de la tarima, nuevamente sin celebrar su triunfo ni mucho menos. Los que la vieran podrían decir que era muy estirada y arrogante y en parte tenían razón.

-Eso es- salte  - Yo dije que ella podía-  realmente estaba emocionado por la victoria de Gin, que prácticamente me puse a dar pequeños saltos emocionado, quería salir corriendo y abrazarla y felicitarla, decirle lo increíble que era, pero sabía que ella se sentiría incomoda, por lo que me limité a mostrar los pulgares arriba en señal de lo que había hecho genial, no sabía si el conjuro serviría de algo o no pero de todas maneras tenía que celebrarlo levante la varita al aire y trate de conjurar chispas rojas, pero al parecer el encantamiento no funcionaba.

Volví a levantar la varita con mas fuerza, y trate de que saliera lo mejor posible pero nada las chispas se negaban a aparecer, me sentía algo mal por que de verdad hubiera querido que el encantamiento funcionará al menos podría haber sido una especie de cuatro de julio para Gin.

Tras bajar de la tarima y sentir ahora los embates de los nervios y del dolor que le causó la caída de aquel hechizo que le lanzó Goyle que había sido realmente potente, la chica se encogió de hombros y esa seguridad pareció desaparecer de golpe, más cuando escuchó los gritos de Daniel y sus movimientos de varita, la chica se giró hacia él y le sonrió, caminando hacia su compañero, a veces sentía un poco de vergüenza ajena por lo exagerado que era el norteamericano pero ya iba comprendiendo que era parte de su forma de ser.

  — Gracias Daniel por tus ánimos — le dijo con sus mejillas ligeramente sonrojadas, notando en ese momento que Cassius estaba ahí, así que hizo un movimiento de su cabeza en señal de despedida para ir de ahí donde su superior y preguntarle como lo había hecho. 

-De nada, tu eres increíble- estuve a punto de ir a abrazarla, pero me contuve con todas mis fuerzas, después de todo  ella me había solicitado un poco de separación, pero un poco, eso a cuanto equivaldría, la duda me había hecho tomar la decisión de visitar a la profesora Foxier no importando que tan caro, peligroso o poco confiable fuera.

Cuando el último combate había acabado apareció Kayla Silver de nuevo en el club. Había ido al despacho de Dumbledore por su nefasto comportamiento delante de casi todo el colegio, bajándose antes de tiempo de finalizar su propio duelo, y lo peor, enfrentándose a un profesor delante de todo el claustro y alumnado.

El director de Hogwarts había sido muy claro en lo que debía hacer, y por más que le jodiese, tenía razón, todas las líneas habían sido traspasadas y si sus padres se enteraban de sus gestos y palabras, nadie le libraría de un maleficio. Y como el insulto hacia el profesor Snape había sido público, las disculpas, para su propia humillación, también debían ser correspondidas de la misma manera.

Lo bueno que tenía la pelirroja era que lo mismo que le venía el genio, también se le iba, y en aquel momento en que regresa cerca de la tarima, estaba bastante tranquila, avergonzada incluso y no pensaba decir nada impropio, así le dijera el docente.

- Profesor Snape... - hizo el llamamiento lo suficientemente alto como para crear silencio a su alrededor, expectación incluso, cosa que seguro agradaba al hombre -... le ruego que me disculpe por mi comportamiento de hace un rato..., he sido muy grosera con usted cuando su única intención ha sido que yo mejorase como bruja.... De verdad que lo siento..., no volverá a repetirse, le doy mi palabra.... - suspira levemente -... aceptaré de buen grado cualquier castigo que me imponga..., sin duda lo merezco...

Y permaneció callada y a la espera. Seguro que iba a tener que aguantar frases desafortunadas y desagradables, pero las aguantaría todas, al fin y al cabo, había dado su palabra.

No puedo evitar sonreír con la bajada de pantalones de la pelirroja, todos los huevos que había echado antes al decirle esas cosas al profesor se había transformado en "súplicas y lloros" en apenas diez minutos. Vaya, antes pensé que era una rebelde, ahora veo que tan solo fue una pataleta de niña mimada. Que decepción. Sin embargo la tal Altair Edevane si que le echó dos ovarios y se mantenía en sus trece por el momento.

A decir verdad, el profesor Snape no esperaba que Kayla Silver volviese a la sala, y estuvo a punto de mandarla de patitas a la calle ante la vista de todos cuando la vio cruzar el umbral. Un silencio incómodo se hizo presente en la sala, y al ver el rostro de la muchacha afligido, por un momento dudó en su proceder, permitiéndole hablar ante todos. Pese a su descontento, las palabras de la pequeña fueron suavizando al docente, y éste terminó por responderle.

- No esperaba ese cambio repentino por su parte, joven Silver. Inició su discurso con su rostro severo. ¿De veras puedo confiar en que sus palabras son sinceras? Hastiado estoy de que intenten tomarme el pelo aprendices como usted por querer rebajar las penas impuestas ante malas conductas...y es por ello que pretendía darle un castigo ejemplar ante todo el mundo... ¡No obstante! Levantó la voz de improviso. Voy a hacer un excepción en el día de hoy y darle una nueva oportunidad, no la desaproveche. Si me entero de que vuelve a comportarse como una inepta, quebrantando las normas y actuando con insensatez, haré que su familia sepa de estos acontecimientos y que jamás vuelva a pisar ente colegio. Recuerde esta advertencia, hay muchos testigos en el día de hoy.  Aprenda a comportarse como una verdadera bruja...

Las palabras habían sido contundentes y no daban resquicio a más meteduras de pata, pero el final no fue tan desalentador.

- No habrá castigo en el día de hoy y puede continuar practicando sus actividades en los Clubs. Tampoco deberá acudir al Club de Duelos si no lo desea, el profesor Flitwick ya es consciente de que no le gusta este Club pese a ser realmente útil para saber defenderse. Acepto sus disculpas y confío en no tener que llevar a abonar mis advertencias. Fin de la clase.

Si algo no se planteaba Kayla era interrumpir a Snape en su discurso, y dijera lo que dijese iba mantenerse tranquila y razonable, ese era su plan inicial, un éxito poder llegar a conseguirlo.

Las palabras del profesor podían haber sido peores de las que esperaba. Por algún extraño motivo no fue a más contra ella, y eso que Severus tenía fama de ser muy duro castigando. Pero desde luego no iba a quejarse, agradeciendo finalmente la oportunidad que le brindaba al profesor.

- Muchas gracias profesor... - comenta con suavidad antes de abandonar la estancia.

El combate de Ginevra no le fue pasado por alto. Allí estaba él, el apuesto muchacho de Slytherin de 4º año, viendo como los pequeños de primero hacían sus primeros duelos, luciendo la varita en algunos casos, destruyendo la magia en otros.

Aquel duelo entre Slytherins era interesante, había tratado a Goyle en otros conextos y a Carrow en otro muy distinto, aquel enfrentamiento fue muy parejo hasta que la niña se impuso frente a su rival. Cassius sonrió levemente cuando esto pasó y permaneció mirándola durante un buen instante, mientras un muchacho de Gryffindor, muy motivado, la abordaba para felicitarle.

Él no se acercó, tan solo estudió la escena con la mirada, con su rostro marcando la semicurva ascendente, gesto que borró cuando observó a Kayla llegar de nuevo al club de duelos y enfrentarse con Snape, pero esta vez, para emitir unas disculpas. Cassius permaneció impasible hasta que la pelirroja se marchó del club, procediendo él mismo a seguirla. Ambos tendrían unas palabras.

Iba muy contenta hacia donde estaba Cassius, pero él no la notó por estar pendiente de Kayla a la que siguió, la chica levantó una ceja y también salió del salón, ya había finalizado el club.

Como lejos no estaba, caminó con mayor silencio, intentando seguirlos, tenía curiosidad de saber qué tenían que hablar, así que sigilosamente caminó por el pasillo. 

Cassius salió por los pasillos con Kayla cerca de él. Se encaminaron hacia las mazmorras

Todos los duelos habían acabado, y muchos comenzaron a despedirse, Alex aprovechó para acercarse al profesor Flitwick y comentarle algo en privado.

-Profesor Flitwick, quisiera pedirle un favor, ¿ Podría ayudarme a mejorar los hechizos ya conocidos y a aprender nuevos hechizos?-

Me acerco al profesor Flitwick. Profesor Flitwick, creo que necesito ayuda con los hechizos de duelos, ¿Me podría ayudar?

Ya habían acabado todos los duelos y podíamos marcharnos pero yo no estaba contento en absoluto con el resultado de hoy por lo que me subí a la tarima mientras otros hablaban con el profesor puede que me echaran la bronca pero quería intentar esto. Doy varias palmadas para llamar la atención sobre mi persona hasta que todos me mirarán entonces busque a Artemis con la mirada y le señale.

- Te reto a una revancha, Artemis Flamel. No puedo irme con el sabor amargo de la derrota sin haber intentado conseguir la revancha ¿que me dices? ¿Te atreves a subir aquí contra mi otra vez?

No había ni una pizca de soberbia en mis palabras, toda me la guardaba dentro, tampoco iba a regodearme en la victoria si esta ocurría simple y llanamente quería demostrar que era mejor que el, lo necesitaba.

-Con su permiso profesores me retiro- me despedí de los maestros por hoy había sido suficiente, además debía ir a hablar con la profesora Foxier sobre la poción que combatiría los efectos de las Veelas, así que con el corazón algo nervioso y ansioso salí del club y me dirigí ha conversar con la profesora.

Si así lo deseas Alen, será un placer para mi volver a batirme contigo si los profesores lo aprueban, si no, siempre podemos programarlo para la próxima sesión del club. - le respondo a Alen con seriedad, mientras le tiendo la mano y observo a la mesa de profesores para esperar su anuencia.

La verdad sea dicha, tenía ganas de ir tras Kayla, pero no quería desairar a Alen, pues eso si sería bastante ofensivo de mi parte y por más que Alen solía comportarse un tanto arisco conmigo, el nunca me había ofendido de ninguna forma, por lo que yo tampoco lo haría.

Ya se disponía a abandonar el aula cuando escucha como Alen reta a Artemis, no sabía si los profesores lo aprobarían, pero si sabía como era Alen e intuía que no había podido borrar la derrota de su mente durante el resto de duelos. 

Victoria se vuelve para quedarse y se aproxima a la tarima para estar más cerca y poder mostrarle su apoyo. Si la miraba podría ver como le guiñaba un ojo y deseaba suerte gesticulando con sus labios y sin hacer ruido, con que él lo supiera le era suficiente.

Harold había permanecido callado durante todo lo acontecido con Kayla una vez regresó del despacho de Dumbledore. Se la veía compungida y triste, probablemente arrepentida de lo sucedido, y aunque tuvo la intención de intervenir, por una vez no le pareció que el profesor de pociones se sobrepasados, y de hecho, le rebajó el castigo permitiéndole seguir participando del resto de Clubs. Aquello ya era todo un logro y creyó conveniente no mediar más en el asunto. 

Ya finalizada la clase, la gente empezó a abandonar la clase, y al menos un par de alumnos fueron a hablar con Flitwick para que les diera unas lecciones básicas y mejorar. Aquello le pareció excelente y se ofreció a ayudar de ser necesario.

- Puede que no sea tan diestro batiendome en duelo como el profesor Flitwick, pero creo poder ayudar en los hechizos básicos generales y a mejorar en este noble arte. No me importaría ayudar a quien lo necesite si así lo desea. Comentó de forma agradable y mirando al pequeño profesor de Encantamientos para buscar su aprobación.

- La verdad es que si. Enunció Flitwick asintiendo a las palabras de Rowle. He pensado en reunirme con el resto de los profesores y hablar entre nosotros como organizar clases particulares para vosotros los aprendices y enseñaros más hechizos para la próxima sesión. Me interesaría que aprendieran "Expeliarmus" y "Protego". ¿Os parece que nos reunamos y hablemos de ello en la sala de profesores? les indicó a Drake, Harold, Melker y Severus. Severus asintió y se despidió indicando que atendería cualquier nota para acudir a la reunión. Y entonces Alen subió a la tarima hablando a los que allí quedaban, provocando una ligera sonrisa en Rowle.

- Yo no veo ningún inconveniente. La pizarra registra todos y cada uno de los combates, siempre y cuando lo avalemos los profesores. ¿Puedo hacerme cargo de juzgar el duelo y permitir que quede registrado? Preguntó el profesor de Herbología. Flitwick asintió y esperó a ver la respuesta de sus amigos Drake y Melker. Si todos estaba de acuerdo, oficializarían el combate.