Partida Rol por web

El despacho de la subdirectora de Hogwarts estaba exquisitamente decorado, con cómodos sillones tapizados de piel, una hermosa mesa ornemantada ennel centro, un espejo circular con bello motivos en la pared de entrada, múltiples cuadros de brujas y magos famosos y con una cálida chimenea crepitando en uno de los laterales que daba a la sala un ambiente bastante acogedor. Desde la ventana que estaba justo a la derecha de la silla de Minerva McGonagall, se podían ver perfectamente los campos de entrenamiento de Quidditch.

- ¿Hola? ¿Profesora McGonagall? Entro cabizbajo pero sin miedo.

Minerva estaba mirando por la ventana de su despacho con cara de emocionada cuando Thad llamó a la puerta y habló. Rápidamente puso cara de circunstancias y recolocándose las gafas, miró al jovencito y a los que venía detrás de él.

- ¡Adelante, pasad! Ya he recibido una nota del profesor Melker advirtiéndome de que veníais y haciéndome un breve resumen... Comentó en un tono de gravedad, recolocándose las gafas y tomando asiento en su cómodo sillón tras la mesa. Bien, antes que nada, me gustaría que me explicaséis lo ocurrido con todo lujo de detalles... Saber vuestra versión de los hechos. ¿Quién comienza? ¿Usted, joven Castle? Y miró directamente al muchacho esperando una explicación, y haciendo el gesto de que todos se sentaran en los sillones de piel, finalizó. Sentaros, no os quedéis de pie. Y con un gesto de su varita hizo cerrar la puerta cuando el último de ellos entró al despacho.

Es todo culpa mía profesora, fui yo quien empezó todo molestando al profesor y el que provocó todo el problema, por tanto asumo toda la responsabilidad. Agacho la cabeza en señal de arrepentimiento pero también su cara se torna seria. Miro por la ventana y me desconcentro un poco al ver pasar ¿¿¿???.

Solamente le pido que no castigue a los demás por mis actos y no sancione a mi casa, no volveré a cometer ninguna falta más a partir de ahora, intentaré comportarme de manera impecable y de forma que Slytherin gane la copa de las casas. Lo digo con aire autoritario y de forma sincera.

Kayla estaba desconsolada, así que la agarré de la mano durante todo el trayecto y cuando subimos al despacho de la profesora, no se la solté.

Mientras Thad hablaba, reconocí que había en Thad mucho más de lo que había pensado. Había sufrido, se había visto traicionado, y eso siempre lleva a una reacción como la que había tenido.

Y aún así, no deseaba que los demás pagásemos las consecuencias. 

-P-profesora McGonagal -empecé a decirle con cierta timidez -. Yo... creo que todos nos equivocamos. Thad ha reaccionado a algo que ocurrió el día anterior, y creo que todo Slytherin debemos estar con él. Personalmente, prefiero que la casa pierda puntos a que solo lo pague él, y que si hay un castigo, seamos todos los que lo hagamos juntos. Mañana podría ser otro compañero, o yo misma quien hiciese algo malo, y agradecería tener a mi lado a mis compañeros.

De nuevo estaba intentando ayudar a Thad, y esperaba que no lo rechazase esta vez, porque estaba siendo completamente sincera. Quería estar a su lado... si me dejaba., porque valía mucho más de lo que él mismo pensab

-Pertenecer a una casa es más que un nombre, profesora. Es ser leal. Y si Thad está siendo leal, los demás también lo seremos con él.

Cuando llegaron Altair y Kayla delante de la puerta de la directora, su amiga entró primero y fue cuando la pelirroja le dijo que no iba a entrar. Permaneció en la puerta durante unos minutos, decidiendo finalmente si dar o no el paso de traspasar el umbral. Por un lado sabía que debía darlo porque no tenía lugar donde esconderse, pero por otra parte deseaba llevar la contraria a todos y pasar del tema, más que nada por la rabia que le invadía. Los pensamientos que tuvo desde que salió de la clase de DCAO hasta llegar a su posición actual fueron desoladores y se sentía como si fuera una mortífaga siendo llevada a Azkaban.

Kayla entró en el despacho de Mc Gonagall en silencio. No dijo absolutamente nada, se quedó en el umbral de la puerta con los ojos lloroso y una actitud desolada. Iba a pagar estas consecuencias pero jamás volvería a exponerse ayudando a los demás, solo le importaban dos personas en el castillo, Artemis y Altair, el resto podía irse al infierno

Con algo de timidez me dirijo a la hora de descanso hacia el despecho de la subdirectora, habia escuchado que era una Animaga y ademas habia sido una profesora de transformaciones en la escuela hacia años, al ver que habia diversos clubes de asignaturas me sentí algo decepcionado no tener uno de transformaciones, así que con la idea de tener a alguien que pudiera enseñarnos me encontraba allí.

Algo nervioso, me paré ante la puerta del despacho y tras inspirar profundamente llamé la puerta a la espera de que me diese permiso para entrar

- ¿Se Puede?, buenas nos envía el prof....-

¡Adelante, pasad! Ya he recibido una nota del profesor Melker advirtiéndome de que veníais..

Me sorprendí al ver que Altair también entro al despacho y se sentó con nosotros, -Entiendo que quisiera acompañar a Kayla para que no se sintiera sola pero...¿Qué hace aquí? si ella no ha sido convocada..-

El primero en hablar fue Thad a propuesta de la profesora, justo cuando se autoinculpó por todo, iba a intervenir pero Altair se adelantó, -No solo está aquí sino que además también participa..siempre está en todas partes ¡Qué cotilla!- 

-¡Ejem!- me llevé una mano cerrada en forma de puño a la boca, -Disculpadme se me ha debido meter un pisco en la boca....en mi opinión no estamos aquí para buscar culpables, es evidente, que todos los presentes lo somos...- No pude evitar mirar a Altair - O casi todos, por uno o varios motivos, eso ya no importa, lo hecho, hecho está.

Ninguno de nosotros tenía malas intenciones, vinimos a este colegio a aprender y disfrutar de esta nueva vida que se nos ha ofrecido como magos, pero somos unos críos, al fin y al cabo, no estábamos preparados para enfrentarnos a un dragón, o ver muertos a algunos de nuestros compañeros,... es evidente que nos a afectado, hemos tomado decisiones, pero decidir si han sido acertadas o no, sin comprender el todo, de todas las situaciones y circunstancias que hemos vivido en estos últimos días....no creo que sea lo correcto.-

Hice una pausa, -Antes de entrar aquí he podido hablar y sincerarme con Thad, le pedido disculpas y nos hemos puesto al corriente de nuestras circunstancias, nos hemos perdonado y llegado al entendimiento. Eso es lo que nos ha faltado a todos, hablar los unos con los otros, sobre como nos sentimos, sobre como nos ha afectado todo esto, en lugar de eso, se ha ocultado todo, profesores, alumnos,...todos han callado, y esperan que nos olvidemos de un dia para otro de todo, que sigamos el ritmo normal de las clases como si nada hubiera pasado, pero ha muerto gente....- los ojos se tornaron vidriosos al recordar las escenas de lo acontecido.

-Hemos seguido adelante, pero esa frustración no se ha ido, y nos está afectando, y afecta también a nuestras decisiones, creemos que hacemos lo correcto, pero solo empeoramos las cosas...Todos somos culpables...-

La profesora McGonagall tenía fama de ser muy estricta en sus formas, pero nadie podría negar que era comprensiva y sabía empatizar con los alumnos. Si ella misma, siendo subdirectora del centro y una mujer con grandísima experiencia, se había visto sobrepasada por los acontecimientos recientes, ¿Como no lo iban a estar los pequeños alumnos?

Lejos de enfadarse o aplicarles un duro correctivo, simplemente empezó a preparar unas tazas para servirles una infusión si así lo deseaban, y con calma y temple empezó a hablarles.

- Soy consciente de que ha sido muy duro para todos lo acontecido recientemente, y mi intención no es quitaros puntos para vuestras casas y aplicaros un severo castigo. No negaré que en otras circunstancias así habría sido, y que me parece mal la actitud que habéis manifestado algunos de los presentes, pero todo obedecía a un mal mayor y es por ello que me alegra que el profesor Melker os haya hecho venir... Aunque... ¿Tú también estabas implicada Altair? Entendí por la nota que los implicados había sido el resto de tus compañeros... se quedó dubitativa unos instantes para proseguir con una sonrisa. No importa, es bueno que también lo escuches...

- Primero, y ante todo, lo fundamental es que os mantengais unidos y que cuideis los unos de los otros. Tal y como ha mencionado Altair, ser leales y tener en quien confiar es algo muy preciado, pero no lo apliqueis para encubrir vuestros errores, si no para ayudaros entre vosotros a no cometerlos o volver a repetirlos, independientemente de la casa que seáis. Trató de incentivarlos y ayudarles en la medida de lo posible. Ellos debían superar lo vivido pero con unas sólidas amistades en quien confiar, era mucho más fácil y les haría más fuertes en un futuro. No podía mencionarles que aún podían estar en peligro y que lo ocurrido no había sido una mera casualidad como quería hacer ver e imponer el Ministerio de Magia, pero ahora mismo era el mejor consejo que les podía dar, que fortaleciesen sus vínculos y estrecharán su amistad.

- Segundo. Confío en que no se repita un acto como lo sucedido frente al profesor Melker y que os disculpéis apropiadamente, sean las circunstancias que sean, las que os motivaron a ello. Él es un buen docente que se preocupa por vosotros, mucho más de lo que podáis imaginar, al igual que el resto de profesores y el Director. ¿Cometimos errores? No lo negaré, porque así fue... Pero velamos por qué nada así se repita y para que estéis en todo momento protegidos y a salvo. Al menos es nuestra intención y haremos los que sea necesario por lograrlo. Intentó ofrecerles una explicación y les solicitó que se disculparan con Melker por sus acciones.

- Tercero. Siempre podéis acudir a mí sí estáis pasando por un mal momento y haré lo posible por ayudar. Soy exigente y estricta, pero nunca he dejado a un alumno de lado en todos los años que he enseñado, y confío en que seáis conscientes de que podéis recurrir a mi. No estáis solos. Comentó queriendo que entendiesen que por malas que fuesen las circunstancias, podrían contar con ella si lo deseaban.

- Por mi parte esto es todo, podéis beber una infusión tranquilamente, y si lo deseáis, podemos hablar de cualquier otra cosa... El tema está zanjado y solo os pido que procureis comportaros debidamente a partir de ahora y que le pidais disculpas al profesor de DCAO. ¿entendido? Eso sí, no toleraré más actitudes de este tipo... Si se repiten, no dudaré en aplicar medidas severas. Tambien quería dejar claro que no pensaba pasar por alto comportamientos similares. Una cosa era cometer un error y saber rectificar, cosa que la profesora apreciaba y valoraba, pero si las actitudes y formas eran reincidentes...tomaría medidas disciplinarias sin lugar a dudas. Aunque tuviese que llegar al extremo de la expulsión del centro.

Al mirar por la ventana pudiste ver un escena curiosa, aunque la profesora McGonagall no fue consciente de ello. Draco Malfoy parecía estar estrechándole la mano a Marcus Flint, el capitán, y sonreír muy satisfecho. No obstante, fue un breve lapso, y aunque ahora le dijeses a la profesora que mirase por la ventana, no podrías demostrar que esos dos habían hecho algún trato.

Me arde todo el interior y estoy a punto de explotar, no se por qué Marcus Flint estaría haciendo un pacto con Malfoy, pero si estaba ya decidido que Drako formaría parte del equipo no podía hacer nada, las injusticias siempre están ahí, independientemente de lo buenos que seamos, siempre hay alguien que cambia las normas para su provecho.

Gracias profesora McGonaghall. Ya se que no estoy en posición de pedir, y mucho menos exigir nada, pero aún así me gustaría hacerla una petición, siempre y cuando sea posible. Para no generar más malestar a mis compañeros me gustaría que fuera una petición privada.

Kayla permanecía callada a la espera de determinaciones. Alex Lowell fue el primero en hablar, dio un emotivo discurso sobre la amistad, el perdón, la unidad y la colaboración mutua. La pelirroja había creído en eso tan solo hacía unas horas, pero ahora mismo sentía una actitud crítica hacia todo y cuestionaba hasta que el arrepentimiento fuera sincero. El hecho de verse en esa situación le pareció injusta, sí había atacado a Thad y no se enorgullecía de ello, pero fue fruto de un descontrol emocional provocado por miedo ante la situación e incluso para qué negarlo, por la propia inmadurez del Slytherin, el cual había llamado la atención en exceso sobre todo el grupo cuando estaban en medio de un ataque. Si hubiera chillado y las sombras hubieran sido otras criaturas violentas, más de cuatro personas habrían muerto en los jardines del colegio.

La pelirroja escuchó a McGonagall y sintió que aquella charla era tan falsa como el oro leprechaun. No habría castigo porque si después del suceso se les sancionaba tras lo vivido, habrían más noticias en el profeta y más motivos para que el puesto de director o subdirectora adjunta quedaran vacantes. Kayla entendió que todo era una gran farsa y siguió guardando silencio sin creer en nada de lo que decían. Demagogia, palabrería e injusticia, cada cual miraba para sí y ella era tan tonta que se lo creía todo....

Analizó quienes estaban de su parte siempre, Artemis y Altais eran las únicas personas ahora mismo que a ella le importaban. Comenzaría a evitar ayudar a los demás, un gesto que naturalmente solía le salir, pero ya no quería conocer a nadie más y cuando hubieran problemas se quitaría de en medio. Debía aprender a ser astuta, estaba visto que ir de frente no ayudaba. Ella reconoce su error, pide perdón pero todo daba igual, le mandan al despacho de la subdirectora para sancionarle, cuando Rowle no lo había hecho.... Melker no sabía que con su acción había matado a la Kayla bondadosa y comunitaria que hasta ahora existía, para dar paso a una Kayla individualista y que comenzaría a mirar tan solo por sí misma y su círculo cerrado.

- Profesora, si me lo permite me gustaría retirarme para ir a estudiar a mi sala común.... - dijo Kayla rompiendo su silencio y es que aquella conversación le resbalaba por la piel como si lluvia cayese sobre una tela impermeable.

Lamentablemente se le había caído la venda de los ojos y perdió la fe en aquella institución que Hogwarts representaba, o al menos sobre sus dirigentes.... Merkel había sido un profesor que ante el ataque de un dragón se quita a un lado desprotegiendo a sus alumnos y peor aún, cuando ve que alguien siente arrepentimiento por algo que ha hecho, en vez de comprender, dialogar o ayudar,  prefiere el castigo de mandar a la dirección antes que dar segundas oportunidades.

Pero no volvería a pasar, a la próxima no esperaría a nadie..., salvaría su propio pellejo y que los demás se fueran al infierno.

La situación fue examinada con detalle por la profesora McGonagall, y como yo esperaba, sonó dura... pero justa. Apreció el valor de defenderse unos a otros y también les dio una oportunidad más, quizás porque en el fondo, eran todos unos recién llegados y todavía podían aprender de sus errores.

Pero no todo fue tan bueno como ella había esperado después de aquella charla. 

Thad parecía enfurruñado, como si hubiese algo más que le preocupase. ¿El maldito Quidditch, quizás? No lo sabía, pero pidió hablar en privado con la profesora. Claro que debía reconocerle que siempre asumió su culpa e intentó que no pagásemos los demás.

Y Kay... bueno, estaba reaccionando de una forma inesperada. Quizás se sentía todavía culpable, o simplemente, traicionada. El caso era que pidió irse a su habitación y ella tuvo la tentación de seguirla para reconfortarla. ¿Debía hacerlo o dejarla sola? Seguramente lo segundo, pero... yo no era de las que abandonaba, así que...

-¿Q-quieres que te acompañe? -le pregunté en voz baja, intentando que no me oyese nadie más. Si me decía que no... bueno, tampoco es que fuese malo. Simplemente que en aquellos momentos, prefería estar sola, pero era mejor recibir una negativa que no estar al lado de alguien que lo necesitaba.

Al quedarme a solas con la profesora McGonaghall, respiro hondo y cierro los ojos un instante antes de hablar. No tengo pruebas de nada de lo que voy a decir, simplemente lo he visto y me gustaría hacerle una petición ya que es usted un referente de neutralidad para mi, otros profesores pueden ser más o menos flexibles con sus casas o intereses, sin embargo usted siempre ha sido un claro ejemplo de justicia. Tomo aire de nuevo.

Drako Malfoy ha hecho algo que creo que puede hacer su ingreso en el equipo de Quidditch de slytherin más fácil, como ya digo, no tengo pruebas, pero esperaba que quizá usted pudiera investigar el tema, y si hay alguna infracción seguro que tomaría las medidas oportunas para asegurar que todos los alumnos tuviésemos las mismas oportunidades de optar a los puestos. Sólo pido transparencia para mi y mis compañeros, y si me equivoco asumiré el error y sus consecuencias, aunque me gustaría que no fuese una penalización de puntos para la copa de las casas, sino algo más a nivel personal.

La profesora advirtió el pésimo estado de ánimo de Kayla, no era algo que a una profesora con largos años de experiencia se le pasaría por alto. Era consciente que tratar de obligar a la joven a hablar de algo que en estos momentos no tenía intención de dejar fluir por sí misma iba a ser contraproducente, por lo que sí al menos habían entendido que aquella no había sido la forma correcta de actuar, le valía de momento. Asintió a las palabras de la joven muchacha y agradeció que Altair la quisiera apoyase y acompañar.

- Está bien, siempre que hayáis entendido lo que os he tratado de comunicar, por mi mi hay problema en que regreseis a vuestros quehaceres. Eso sí, aún quedan la clase de vuelo y la de pociones en vuestro organigrama de la mañan. No hagáis novillos y terminad las clases. Respondió para todos pero mirando fijamente a la pelirroja. Si desobedecia y se comportaba de forma incorrecta, no tardaría en volverla a ver en su despacho.

- Joven Castle, dispone de diez minutos antes de la siguiente clase. Si lo que quiere pedirme en privado requiere de más tiempo, puede regresar al finalizar las clases, de lo contrario, podemos hablar ahora mismo...Y con aquello expuesto, hizo un gesto con su mano para que el resto se retirase.

El rostro de Minerva se tensó al escuchar las palabras del muchacho. Si lo que estaba diciendo era cierto, era algo a tener muy en cuenta, pero si estaba acusando a otro alumno sin fundamentos, las consecuencias podían ser nefastas para Thad en múltiples sentidos. Lucius Malfoy no era alguien que dejaba pasar por alto una deshonra a su apellido, y era consciente que su influencia traería graves problemas, tanto para el jovencito Castle, como para el mismo director, quién estaba siendo controlado exhaustivamente con lupa, y para la institución.

- Agradezco que hayas acudido a mí, y me gustaría pedirte un favor. Yo por mi parte tomaré cartas en el asunto y hablaré con esto con el director, para que investigue el tema y procure un sistema de selección justo. Si averiguamos que hay verdad en tus palabras, no dudes en que no quedarán impunes sus acciones. No obstante, también le advierto que de no ser el caso, y que esté acusando sin fundamento ni pruebas, podría acarrearle graves problemas... Es por ello que te pido que no te inmiscuyas más, y que dejes el asunto en nuestras manos. ¿Lo harás por mi? Te lo agradezco.

Por supuesto profesora, no me inmiscuiré en tal asunto, a fin de cuentas no tengo pruebas y por lo que vi el otro día en la charla del director el padre de Drako es alguien con mucha influencia, tanto en el ministerio como en el sistema educativo.

Lo que me molesta es que... Bueno no es nada, he de irme, digo cabizbajo, eso sólo es problema mio. A fin de cuentas ¿Qué esperaba? Sonrío y me giro para irme del despacho. Gracias por escucharme. Me voy.

Kayla negó a Altair con la cabeza, la verdad es que necesitaba estar sola y no hablar de ese tema que tanto le había disgustado. Ahora eso sí, pensaba y tenía muy claro que no iba a ir a hablar con Melker, desobedecería abiertamente al docente, así le costara aquello un castigo de los que hacen historia.

- Descuide profesora..., no faltaré a clase... - y aquello era verdad, por ahora no pensaba faltar, ya se vería lo que en el futuro sucedería.

Dicho esto la pelirroja sale del despacho cabizbaja y avergonzada, haber ido allí le había sentado fatal, pero de seguro que volvería, y la siguiente vez al menos se lo habría ganado

Al llegar al despacho de la profesora McGonagall, advertíste que la puerta estaba entre abierta pero que no parecía haber nadie en el interior. Durante unos momentos valoraste si quizá sería mejor regresar en otro momento, y casi habías decidido que esa era la mejor opción, cuando viste que un gato gris atigrado saltaba desde una mesa y se transformaba en la profesora. Puede que hubieses podido escuchar de aquello, pero no era lo mismo que te lo hubiesen contado que verlo de primera mano. 

En cuanto se acercó a tu posición, con rostro afable terminó de abrir la puerta y te preguntó.

- Buenos dias, joven Nutt. ¿En qué puedo ayudarte? ¿Quieres tomar una taza de té? Está recién hecho, y además tengo algunas ramas de chocolate, toma lo que gustes...

Y tras aquello, se acercó a su silla y se sentó para escuchar lo que tuvieses que decirle, aunque intuía el propósito de tu llegada.

Por un instante me quedé paralizado al ver el cambio de la profesora de animal a persona y por un isntante me acordé de mi primer acto de "magia" ¿sería fruto de un hechizo o era algo inirente de ella? No le habia visto usar la varita pero tampoco estaba muy seguro, al fin al cabo tampoco llevaba tanto tiempo en el mundo mágico.

Por un momento no supe que decir, abrí la boca varias veces pero sin articular sonido, finalmente, mis piernas se movieron y se internaron en el despacho de la profesora.

---Vale, un poco de té, gracias- digo con cierto tartamudeo, al escuchar las ranas de chocolate las eché un vistazo sin saber que decir- ¿son de verdad?

En mi mente sonaba bien la pregunta pero despues me dí cuenta que era una pregunta absurda, así que carrasteé.

---Bueno, profesora....yo venia a verla porque he visto que  se puede fundar clubes y al ver que no habia ninguno de transformaciones pues he pensado que....bueno, que podria fundar uno, sin embargo, necesitamos un profesor que nos asesore y nos guie en transformaciones que segun tengo entendido es una de las asignaturas más dificil, y he oido que usted es la más competente en esa rama hasta habia escuchado que...bueno, que podia convertirse en animal....