Partida Rol por web

Por suerte para Kayla, Artemis no había llegado a aproximarse a ella, se sintió tan mal cuando tomó la bebida que se fue literalmente a vomitar el brebaje. La pelirroja sintió una nueva arcada y volvió a vomitar sobre Dani, pero esta vez alcanzando el cuello del muchacho, donde varias babosas se sintieron feliz de encontrar un nuevo hogar.

- Oh perdona Dani..., perdona.... - se sentía humillada, la profesora de pociones se la había jugado a base de bien

Era curioso, pero tras la tercera vomitona se sentía muchísimo mejor, recobrando la quietud estomacal

-   Creo que voy a ir al baño de chicas para asearme..., me doy asco....

Y así fue como Kayla salió hacia los servicios, cuando volvió a estar presentable regresó a la fiesta.

Al poco de haber bebido la poción, empecé a sentirme mareada y me tiré al suelo. Por un momento me asusté, pero entonces vi que mis piernas se estaban transformando en... una cola de sirena, y me eché a reír. Allí estaba yo, tirada, con una cola de sirena, sin poder moverme... y con una sed que no veas.

-¿Por favor, puede alguien traerme un cubo de agua o algo así? -grité, sin dejar de reírme. Aquello era una auténtica locura.

Vuelvo a la fiesta con mi "nuevo" disfraz, me acerco a la profesora Foxier mientras habla con Melker pero me quedo a distancia para no molestar, me acerco cuando Melker se aparta sin poder respirar. 

Profesora, sólo quiero decir que la amo y que si algún día usted sigue soltera y yo llego a ser de su agrado estaré encantado de desposarme con usted. Las pociones de esta fiesta son increíbles, por menos me expulsaron a mi de uno de mis anteriores colegios. Ojalá algún día podamos hacer gamberradas como esta juntos.

Dicho esto, echo un sonoro eructo y el olor vuelve a ser insoportable. Siento el eructo, pero ya sabe, mostaza... Jajajajajajaja. Me encanta.

Mientras veía poco a poco a todos estar afectados por las pociones y en cambio yo no notaba ningún cambio, muchos de mis compañeros comenzaron a vomitar babosas y otros a vomitar directamente aquella fiesta estaba siendo horrible casi una pesadilla. 

Aquel sitio no era ninguna fiesta, era una especie de tortura incluido los profesores. La verdad es que aquello no resultaba ser una noche agradable así que me acerqué a la profesora Foxier para reclamarle y pedirle que buscara una solución.

No había caído en el disfraz de la profesora Foxier y eso solo quiso enfadarme mucho mas sobretodo viendo al profesor Westerberg a su lado, no quería ni pensar por lo que estaría pasando. Me acerco hasta la profesora como puedo y con paso firme cuando comienzo a hablar de manera un tanto enfadada:

- Profesora Foxier, cómo... - fue entonces cuando me di cuenta de la voz tan fina y según para quien irritante poseía en ese momento, así que aquello era lo que hacía mi poción. Había llevado mi mano a mi boca y fue hasta que me fijo en el color que no era solo por el maquillaje, mi piel se había puesto azul, aún mas rabiosa pero a la vez avergonzada por mi nueva voz, seguí reclamándole a la profesora.- ...se le ocurre... preparar estos brebajes. La mayoría de mis compañeros... no se están... divirtiendo... lo están... pasando mal... - la verdad es que con aquella voz era imposible convencer a nadie.

A su lado también se encontraba Rubén, vestido de una manera bastante extraña, ''¿Sería también por la poción que se ha tomado?''.

Victoria se había llevado la copa a los labios para comenzar a beber cuando siente que alguien le muerde posteriormente la besa. Ella se sobresalta y se gira con la intención de dar un bofetón a semejante sinvergüenza sabiendo que podría amargarle la noche si quería, y entonces se da cuenta que es Alen que parece muy orgulloso de su disfraz, le dedica unos halagos y se bebe uno de los brebajes de Cyllene que lo convierte en una cómica versión del director del colegio, ella y los de alrededor del chico se ríen al escuchar su broma y después la ravenclaw  comienza a beber el negro liquido de la copa que había cogido.

Unos instantes después, comienza a sentirse realmente mal, mira la fiesta y ya no se siente tan a gusto allí, todo era horrible, ella era horrible, su vestido era horrible, la mitad de los alumnos vomitaban sangre o babosas, Altair y Alen hacían el payaso, y la profesora Foxier daba mucho miedito. Maldita poción maldita profesora maldito colegio. Agacha las bonitas alas negras que habían salido de su espalda gracias a la poción que había fabricado en el club.

- ¡Buaaaaaaaaaaaah! – Victoria se va a una esquina y llora a voz en grito como una imbécil – Me quiero moriiiiirrrrrrrr

Me acerco a Victoria. 

Ey, ¿Qué pasa Vic? La abrazo para intentar consolarla, no pasa nada chiquilla. Noto que los efectos de la pócima de los eructos y el mal olor bucal han acabado. Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras ¿No?

Vamos cuéntame, ¿Qué te pasa?

Tras vomitar las primeras babosas, procedo a encaminarme hacia el baño más  cercano mientras una segunda arcada se hace presente.

Inmediatamente detengo mi marcha y me apoyo en la pared para vomitar otras dos babosas las cuales me miraron con cara de circunstancia para luego arrastrarse hacia el comedor al ritmo de la música.

Vaya sentido del humor más retorcido tiene está mujer. - pienso mientras observo el pasillo y continúo mi camino hacia el baño.

No sabía con exactitud cuanto duraría el efecto de este brebaje, pero al menos esta arcada fue mucho más ligera que la anterior.

Tira por voluntad.... Sacar menos de un CD 10 implica enamorarse de eVictoria y no poder dejar de mirarla durante 5 post 

Cuando Drake, Harold y Filius regresaron de los baños, y volvieron a ingresar al Gran Comedor, la situación seguía siendo tan caótica como antes de irse o incluso más. Thad y Kayla no habían dejado de vomitar babosas, y ahora a ellos se unían Ártemis disfrazado de OjoLoco Moody y la momia Francis, Dani ya había vomitado varias veces sangre por la boca y con todo el cuerpo ensangrentado, tenia una pinta demencial. Ruben no dejaba de emitir sonidos eruptos que hacían que todos los que estaban a su alrededor huyesen, Alen aparentaba ser lo menos ochenta años más viejo y resultaba cómico ver cómo simulaba la voz de Dumbledore para intentar otorgar puntos a los de su casa, incluso el director rió divertido la gracia aunque los puntos no cambiaron. Ver cómo todo el mundo atravesaba a Álex, como los fantasmas estaban a su lado felicitándolo por ser uno de ellos y a Myrtle la llorona intentando ligar con el jovencito era cuanto menos desternillante. Anastasia había disminuido en tamaño, su tod cuerpo se habia tornado de una coloración azul intensa y su voz de pitufo estridente no dejaba indiferente a los de su alrededor. Algunos no lo estaban pasando tan bien, como la pobre Raven, que seguía haciendo esfuerzos por despegarse de la barra del bar, donde tenía su cabeza y manos adheridas como si fuese una masa viscosa, y Victoria se había apartado a una esquina y lloraba desconsoladamente, con una ojeras terribles a lo emo, deseando morir, y parecía que tras su trago, Gin había corrido la misma suerte. Altair por su parte estaba en el suelo con una larga cola de sirena y deseaba agua con urgencia, viendo como su piel y escamas se iban resecando a cada instante. 

Harold se acercó a Altair, y viendo su necesidad, hizo invocar una minipiscina de plástico para que permaneciese dentro, hasta que se le pasasen los efectos.

- Tranquila pequeña, esto solo es una macabra idea para hacer que este día no lo olvidemos en la vida, pero los efectos se pasarán pronto. Toma aquí tienes un refresco de naranja con sombrilla y todo, creo que hace que resalten tus escamas, jaja. Le comentó Harold a la muchacha, viendo que se había convertido en una hermosa sirenita de película Muggle. ¿¿Qué está haciendo Flitwick?? 

La pregunta tenía una razón de ser, el duende de pequeño tamaño seguía parpadeando, sonriendo bobamente, saludando con la mano, y había regresado a la barra del bar a salvar de su cautiverio a la pobre Raven. No dudó en tirar y tirar de ella como un resorte, haciendo que lentamente se despegara, hasta que volvió a salir volando para acabar dentro de la piscina con Altair, pero lejos de acercarse a preguntar cómo estaba la muchacha después de aquel vuelo, se fue corriendo a perseguir a su presa y abrazarla, a Drake Scamander, estaba realmente enamorado de él.

- Bueeeno, le dejo un momento... Yo también he bebido y tengo unas ganas incontrolables de mear... Y dudo mucho que queráis verme meando por aquí, jajaja. ¡Me voy!

WTF!!!

Puedo usar: ¿Indomable?

¿¿Al sacar la tirada, noto algo extraño en ella...??

La fiesta se había convertido en una auténtica pesadilla para el Profesor Westerberg puesto que apenas entraba aire en sus pulmones cada vez que inspiraba. Llegó a pensar si ese brebaje tan cruel lo había preparado explicitamente para él o había sido una horrible coincidencia, aunque prefería ser él quién sufriera tan horrible tortura antes que cualquier alumno.

Aunque estaba al lado de la Profesora Foxier, sus palabras le parecían muy lejanas ¿Sólo habéis hecho lo que os han pedido? ¿Quién os ha pedido que nos tortureis? Quería hacerle esas preguntas y gritarle un par de cosas más, pero eso significaría perder el valioso y excaso oxígeno que le quedaba. En cambio, decidió hacerle caso cuando le recomendó que no se pusiera nervioso e intentara respirar despacio.

Las últimas palabras que le dedicó hicieron que volviera a ponerse nervioso, ya que no sabía si era una especie de aviso camuflado o no ¿Nadie morirá por tu mano? ¿Quiere decir que pueden morir por la mano de otra persona esta noche? Tenía que preguntárselo, pero tenía miedo de quedarse sin oxígeno si lo hacía. Al final, decidió esforzarse en hablar para salir de dudas - ¿Los... alumnos... corren... peligro?

No te hace nada pero tu bonificador es 0...XD...., suerte de dados

Cyllene estaba sorprendida por las declaraciones de Van Houten. Sin embargo con aquella máscara, aquel porte serio, estático, no podía dejar a relucir lo que realmente su rostro expresaba.

- Hay una diferencia de edad notable, señor Van Houten..., disfrute la fiesta con señoritas de su clase, créame que será lo mejor para usted.... - le indica sin dejar de observar a Melker, el cual comenzaba a preocuparle.... El eructo de Ruben inundó el ambiente, una suerte que el profesor de DCAO no pudiera respirar... Cyllene agitó su varita y el aroma pestilente se evaporó de su lado.

La señorita Born le hace un comentario, pero Cyllene no le responde ya que seguía observando a Melker, por algún extraño motivo la poción le afectaba en exceso...., ¿o acaso ese era el rostro de alguien cuando se ahogaba?.... ¿Acaso era ese el rostro que una vez tuvo cuando sucedió aquello?.... Cyllene se quita la máscara de mortífaga y ahora podía observarse bien sus rasgos, estaba preocupada. No duda en aproximarse a Melker de nuevo y hablarle en el oído. Él no podía notar su aroma de vainilla, pero sí su voz... que le decía...

- Por favor, respira despacio..., no hables..., respira muy despacio..., no va a pasarle nada a los alumnos..., te doy mi palabra..., si sigues así de nervioso vas a pasarlo peor... Siempre va a peor....

La mujer estaba realmente preocupada, como si empatizase de particular manera con Westerberg, como si ella hubiera vivido antes esa misma circunstancia.

- Le queda poco al efecto..., pero hazme caso..., respira..., ya tienes que notar como los bronquios se te van abriendo.... toma el aire con calma... - le había tomado del brazo para darle las indicaciones. Ella estaba tan próxima que si él determinaba atacarle como represalia por lo que había hecho, lo tendría muy fácil

Había oído un ruido detrás suyo y no consiguió oír ni ver lo que sucedía a Melker para cuando quiso mirarlos los dos estaban uno junto al otro y sabía que ahí sobraba. El resto del salón era un completo caos y la noche ya estaba volviendo muy pesada, mejor salía de allí y tomaba algo de aire mientras se pasaban también los efectos de la pócima. 

Me dirigí directamente hacia el patio el sitio mas cercano para tomar aire.

Al escuchar las palabras de la Profesora Foxier, Melker confió en su palabra y consiguió tranquilizarse lo suficiente para centrarse únicamente en su respiración. Tal y como le había dicho, empezó a notar más oxígeno con cada inspiración y sus ojos ya no los sentía tan salidos. Aún no estaba al cien por cien recuperado, pero parecía que los efectos del brebaje ya llegaban a su fin.

Cuando la Profesora Foxier se quitó la máscara de mortífafa, Melker pudo esbozar una sonrisa y se atrevió a decir unas palabras - Mucho mejor...

Cuando Kayla me pide que la cubra  lo hago sin rechistar después de todo es amiga mía  -Vale- recibo el disparo de babosas después de todo no es  tan grave y el disfraz me cubre la piel de sus babas, - mira soy el lobo del pantano-  ya que el efecto del vomito de sangre ya todo parecía divertido, me mantendría alejado de tomar alguna otra poción pero no de los caramelos.

-Truco o trato - me acerqué  al fantasma de Nick casi decapitado - Sir, Nicolas que le parece mi disfraz- le dije al fantasma mientras tomaba algunos dulces.

Thad también había salido de la fiesta así que Anastasia y él se encontraron en el patio.

Hola Anastasia, iba a preguntarte si lo estabas pasando bien, pero si estás aquí fuera es porque creo que te han amargado la fiesta igual que a mi. ¿Qué te ha hecho la poción de Cyllene? Si me permites preguntar... Se me note en la mirada, a pesar de la máscara, que estoy preocupado por ella. 

Llegó más tarde que el resto de sus compañeros, de hecho, había sido muy poco lo que la habían visto en esos días, tras el anuncio del compromiso, pues había enfermado a los pocos días y estuvo casi dos semanas sin ir a clases, puesto que supuestamente sus padres se la habían llevado para que se recuperara. Ese día de la fiesta, la pequeña lucia un bello vestido gótico y unos cuernos, había vuelto cabello oscuro y sus ojos lucían aún más verdes, era parte del disfraz que llevaba, de maléfica y en el que había estado trabajando durante esas semanas fuera. 

Al entrar, vio las copas, y cómo todos tomaban de ellas, la niña también cogio una, necesitaba sentirse más contenta, pensó que podría comportarse como alguien normal y disfrutar de la celebración, a pesar de estar sola. En un rincón y con la copa entre las manos, manteniendo una sonrisa pequeña entre los labios, vio a sus compañeros reír y divertirse, al parecer no la habían notado, lo que era preferible, se dijo, aún asaltada por la inseguridad de haberse desaparecido simplemente. Mojó sus labios y bebió de ese brebaje. Apenas bajo la copa, la pena y la tristeza destruyeron su frágil ánimo, su etérea alegría, pues las sombras la cubrieron por completo y se dio cuenta  que lo que su madre le decía era verdad, era un error, era un fallo, que solo era una carga para su familia, siendo inútil para cualquier cosa, incluso que un chico no piense que era un castigo estar comprometido con alguien tan insignificante como ella. Levantó la mirada y vio a Alen feliz con Victoria, ella solo había arruinado lo que pasaba entre ellos, luego vio a Daniel, tan dulce y amable y al que simplemente le había roto el corazón, apartándolo de su vida por los prejuicios que pensaba que debía tener. 

Para la pequeña, todo dejo de tener sentido, sobre todo su insulsa existencia, así que dejó la copa a un lado y camino hacia la salida, con la cabeza gacha y sin una pizca de esperanza, se fue sin hacer ruido y esperando que nadie la notase, pues sabía a donde debía y lo que debía hacer. Quizás así podría contentar en algo a su madre. El puente no estaba muy lejos y casi podía contar los pasos que la separaban de aquella decisión.