Partida Rol por web

A pesar de que Melker remaba a contracorriente esta vez parecía que la barca avanzaba mucho más deprisa que antes, como si no tuvieran impedimento mágico para dirigirse hacia la isla, dejando una estela en el agua, sin que ninguna otra selkie apareciese de nuevo  a sus alrededores, parecía que todo volvía a estar en calma.

Cyllene sonrió al varón, quizás él no se percatase de eso, pero el hecho de haber dicho la palabra "cita" en cierto modo le estaba ilusionando, dejando atrás el detalle de que de alguna manera ya le había visto desnuda, algo que le provocaba rubor solo al ser recordado. Pero... ¿Qué esperaba de aquel momento?.... Cyllene le deseaba, eso era innegable, le había gustado el beso, se había quedado con más ganas de volver a hacerlo, pero temía que todo fuera demasiado rápido y él perdiese el interés por ella. La profesora era una mujer de convicciones y si se aventuraba a estar con Melker, buscaba algo más sólido que un encuentro carnal, aunque bien sabía la magia que no sabría negarse a él, estaba completamente enamorada y lo sabía.

- Claro que seguimos nuestra cita..., ni lo dudes por un instante... - le confirma la fémina observando al hombre remar -... ¿sabes?.... me gusta mucho la tranquilidad del lago, los susurros del agua y sobre todo la compañía...., solo cambiaba de este momento el estar mojados.... ¿No tienes frío?.... - le impresionaba la capacidad del profesor de mostrarse ante los elementos sin titubeo alguno -... por cierto..., gracias...., no he entrado en pánico gracias al hechizo que has lanzado..., sin tu ayuda creo que aún estaría debajo del lago....

Aun no recuperaba la visión del todo pero lentamente se iba aclarando mi vista, a pesar de la dulce voz en todos los cuentos las sirenas, merrows, selikies entre otras criaturas acuáticas no siempre eran muy amigables, así que cuando dijo algo de cantar era algo arriesgado.

-Disculpa primera prueba ¿Acaso hay más ?-  pregunte intrigado a lo que la sirena mencionaba.

Ahora que mi mente había escapado de sus tentaciones no tenía pensado volver a caer por lo que mi cerebro empezó a trabajar rápido, una rubia y una morena, solo había una chica rubia en nuestro grupo y esa era Gin, morenas en cambio había dos Victoria y Cyllene aunque la segunda era imposible que estuviera en peligro Melker estaba con ella. Así que en un instante mi rostro se endureció había tomado una decisión, una de esas decisiones de las que no daría un paso atrás.

Y en mitad del beso de la segunda sirena le puse una mano en el pecho lo cual ella al principio podría entender como un acto de lujuria pero en su lugar la aparte de mi, me di media vuelta y agarre ambos remos.

- ¡VIIIIICTORIAAAA! -lo grito a pleno pulmón tan fuerte como mi cuerpo me permitía, mire a las sirenas- Si no me vais a ayudar con esto siento deciros que nos despedimos aquí, tal vez en otra ocasión me hubiera quedado con vosotras pero ahora no...

Y empecé a remar de inmediato en busca de mi chica favorita.

La sirena parecía escrutar a los dos niños con cierto grado de admiración, pues ninguno deseaba escucharle cantar, es más, siquiera miraba sus senos, cosa que otros no hubieran dudado en hacer.

- Hay más pruebas pero no sé en qué consisten, solo sé que debo guiaros a tierra firme, donde debéis encontraros con la dama gris.... Si os parece es buen momento para ello....

La sirena se vio interrumpida por una voz de muchacho que se desgañitaba así:

- ¡VIIIIICTORIAAAA! 

Rompiendo la tranquilidad de las aguas y el silencio circundante. Era Alen y parecía provenir el berrido del embarcadero desde el cual partieron y que de manera mágica, la barca parecía tomar como dirección a seguir

Las sirenas al ver cómo Alen perdía las formas apartándolas bruscamente y chillando como un loco, regresaron al agua, dejando espacio para que la barca comenzase a alejarse debido al continuo remar del muchacho, dirigiéndose a la zona hacia donde Victoria y Daniel habían partido.

No tardó mucho en dar con ellos, encontrándose de frente sus embarcaciones. Al dejar de remar la magia del lago les va devolviendo de nuevo hacia el embarcadero, en un proceso suave, continuo, sin ningún tipo de brusquedad.

-Tenias que ser tu- realmente estaba empezando hacer frío eso de nadar en el lago en la noche no fue la mejor idea, pero toparme con Ryder tampoco era lo que quería en ese momento - Ella esta bien- dije observando al chico fijamente, analizaba por que precisamente el, aunque eso era una forma de lastimarme más.

-Avancemos, aun quedan mas pruebas- dije mientras me preparaba a descender de la balsa.

Ignore las palabras de Daniel a excepción de unas pocas "Ella esta bien" mi mirada fue hacia Victoria y rápidamente se desvió hacía la bruma.

- Mierda... mierda, mierda, mierda, me he equivocado, imbécil, imbécil, imbécil -volví a mirar a Daniel totalmente serio, sin un ápice de duda- Daniel, si Victoria esta bien entonces Gin se esta ahogando en el lago... no hay tiempo para explicaciones -continué remando hasta que casi chocamos momento en el que me levanto y salto a su barca- Rápido coge el remo -era una orden para la que no aceptaba un no, yo me fui a por el otro, mire a Victoria y le asentí- Vamos a ayudarla... todos juntos... luego hablamos.

Si Victoria tenía el otro remo en sus manos aprovecharía para poner mis manos sobre las suyas.

La revelación sobre el perder algo valioso para salvar a aquel que deseaba salvar la paralizó, levantó un poco su ceja, asumiendo que todo se debía a una prueba, que sería muy raro que el director aceptara algo así, lo permitiera, sin embargo, si fuese verdad... ¿lo haría? Apretó los dientes y luego de meditarlo asintió, si lo haría, si sacrificaría su magia, aunque eso significase quedarse solas, pues su madre menos la amaría sin magia, Ginevra se encogió de hombros  y volvió a tomarse del brazo de su compañero.

— si-si necesitas un sacrificio, yo lo haré, Daniel es mi amigo y... y yo soy la que lo quiere salvar — sus ojos verdes buscaron los de su amigo esperando que estuviera de acuerdo con lo que decía, y luego miraron con mayor convicción al tritón — to-Tome— busca entre sus cosas su varita y se la extendió al tritón...

-¿Qué Gin esta donde? oye espera idiota que dices- el chico estaba remando con fuerza y me tocaba a mi ir en la misma dirección - Ryder, espera y explícate que ocurre- empecé a remar con todas mis fuerzas, cierto es que no era un gran deportista pero el miedo y la desesperación de saber que Gin corría peligro me hizo pensar en mi cosas,

-agárrate fuerte Victoria- dije mientras apuntaba con la varita hacia al lago - Aguamenti- en mi mente esperaba que el encantamiento sirviera como un chorro de agua e impulsará la barca hasta el punto como si fuera una lancha de motor.

Melker devolvió la sonrisa a la Profesora Foxier cuando aceptó continuar y siguió remando hacia la orilla de la isla, esta vez sin tantas dificultades como antes. Parecía que las selkies no intentarían una revancha esa noche y les dejarían disfrutar de lo que quedaba de la fiesta de Halloween.

- A mí también me gusta el lago, me relaja, sobre todo cuando es de noche. Aunque esta noche relajar... no relaja mucho  Dijo sonriendo y disfrutando de la vista de la bella profesora. - ¿Frío? Mentiría si dijera que no, pero se puede soportar También el hecho de mirar su bellos ojos hacía que entrara un poco en calor, pero ese comentario prefirió guardárselo para otra ocasión.

Cuando Cyllene le agradeció el hechizo que le lanzó, Melker no pudo evitar sonreir - De nada, pero se suponía que era para que pudieras huir Le dijo finjiendo estar enfadado. En verdad no podía enfadarse con ella por no hacerle caso en esa situación, ya que él mismo desoyó su petición de huida cuando se enfrentaron a Yaxley y sus aliados en Hosgmeade. - Ahora en serio, gracias a ti por salvarme la vida. Esta vez hablaba en serio, mirándola fijamente a los ojos.

No podíamos confiarnos de que nos ayudarán sin problema nada es gratis y cualquier ayuda siempre cuesta.

Parecía que la sirena me tenía rencor pero tirarnos al agua no nos dejaría ayudar a nadie luego vería si podía arreglar las cosas por ahora había otras cosas que pensar,debíamos rescatar a Daniel y a Victoria y luego ir por Alen.

Renunciar a la magia era un pequeño precio por la vida de nuestros compañeros además siempre hay otras formas de pertenecer a este mundo incluso sin magia yo quizás me sintiera algo liberado -Tome la varita pero vamos que no tenemos tiempo que perder nuestros compañeros nos nesecitan- saque mi varita entregándola junto a Ginevra Al tritón.

El paseo en barca ahora sí que parecía tranquilo, aunque tras la experiencia del agua la mujer, a pesar de mantener el control total de sus movimientos, no podía evitar mirar eventualmente tras la borda del bote, controlando que las criaturas no regresaran. El avance fue relajando sus gestos y las miradas volvieron a ser tan serenas, intensas y dedicadas hacia el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras como al inicio de la prueba.

- No esta noche no es la más relajante que he tenido en la semana, al menos los últimos 30 minutos... - haciendo referencia al tiempo estimado que estuvieron bajo el agua -...pero quizás a partir de ahora podamos estar más tranquilos, el ambiente ayuda y no hay nadie alrededor..., solos tú y yo... - indica la mujer mordiendo suavemente el labio, un gesto que solía hacer cuando estaba nerviosa -...Hay mil maneras de combatir el frío.... - comenta y tras haberlo dicho sintió el rubor en sus mejillas.... ¿de verdad había dicho eso?..., era excesivamente atrevido, así que intentó arreglarlo -...un buen fuego ayuda con eso...

Melker puso un gesto serio como si estuviera enfadado, pero ella no se amilanó ante eso, dando explicaciones eso sí, pero mostrando que era una mujer de convicción y que sus acciones tenían un inicio y un final, sin arrepentirse en el proceso por lo realizado.

- No sé nadar pero podía respirar, no soy tan buena en hechizos como tú pero nos ganaban en superioridad numérica... Si alguna vez una chica te besa y ante un problema huye, es que no te quiere... - le responde con una leve sonrisa, comprendiendo que él estaba bromeando más que mostrarle enfado.

La bonita docente obvió decir muchas cosas como, que jamás había interpuesto su propia seguridad ante la de cualquiera de sus parejas, o que prefería acabar en el fondo del lago luchando por él que en la superficie perdiéndole, pero era pronto para ese tipo de frases, y quizás al varón le agobiase tanto exceso de afecto, no lo sabía... Así que siguió la conversación con naturalidad.

- Salvarte ha sido un acto egoísta... - le responde ella con diversión en su voz -...¿quién si no remaría ahora sobre la barca?..... - ríe divertida sin dejar de mirarle a los ojos, le encantaba su mirada -... Vale ahora en serio... - ¿pullita devuelta? -.... Si tú no te hubieras tirado al agua yo no habría tenido ninguna posibilidad para lanzar los hechizos... De todo esto saco una conclusión evidente..., y es que formamos muy buen equipo..., aunque me gustaría que no te expusieras más como lo has hecho hoy, temía por ti... No quiero perderte....

La pequeña isla se mostraba hermosa y solitaria sobre las frías aguas del lago. El bote que llevaba a los dos docentes por fin tocó fondo en las arenas que formaban la base del montículo. El terreno era salvaje, con cierto grado de matorral cerca del agua, algunos claros en la parte más elevada y los árboles coronaban el cielo, con excepción de alguno caído por las inclemencias del tiempo.

El tritón mostró su sonrisa más perlada estirando la mano y cogiendo las varitas de ambos niños. Desde luego los chavales no sabían valorar lo importante que era aquel canalizador de magia, pero lo sabrían, pues estudiar en una escuela sin varita era como estudiar herbología sin plantas delante, el mismo absurdo.

El varón señaló en la dirección que estaba la barca de Dani. Ellos no podrían ver nada como consecuencia de la niebla, pero aquella bruma parecía ir disipándose, eliminando la magia de alrededor, como si esa prueba hubiera sido superada.

- Os acercaré hasta donde está vuestro amigo.... - indica el tritón mirando a la pequeña sirena -.... si quieres ve adelantándote y comprobando el estado de todos los alumnos del colegio. Dumbledore estará contento con el resultado del día ....- sonríe de nuevo, enigmático

Así fue como el tritón tiró del bote de los dos alumnos y les llevó, como si de un motor se tratara hasta dos barcas situadas en medio del lago, en una estaba Alen, en la otra Dani y Victoria. Los dos últimos completamente empapados.

La barca de Ginevra y Francis avanzaban a una buena velocidad, tirada por la fortaleza del tritón, el cual debe desviarse a un lado cuando observáis cómo en la distancia aparece un bote propulsado a toda velocidad con el hechizo aguamenti que ejecutaba Dani, no impactaron las embarcaciones de puro milagro.

- ¡Qué bonito ya están todos reunidos!... - dice con un tono de voz mordaz la pequeña sirenita que desde el agua, miraba de malas maneras a los humanos, mostrando que estaba claramente disgustada.

El tritón por su parte sonríe a Francis y a Ginevra indicándoles algo.

- Nuestra parte del trato ya está cumplido, todos sanos y salvos..., el pago ya ha sido efectuado, así que nada más tenemos que tratar..., las barcas saben hacia donde tienen que ir..., así que ya no nos necesitáis.....

Por otro lado aparece una sirena con clara muestra de disgusto que había nadado detrás de la barca hasta llegar a su posición y le hace un reclamo a Alen.

- ¿No vas a seguir por dónde comenzamos?... Has sido muy descortés después de lo que ha pasado..., ni te has despedido... a pesar de que nosotras hemos sido muy cariñosas contigo.... - comenta la bonita sirena, aquella con cabellos oscuros que vuelve a apoyarse contra una de las barcas, sin ningún tipo de sostén. Mientras otra sirena rubia se coloca justo a su lado.

- Mi señora, no es un muchacho educado, quizás debiéramos volcar la embarcación.... - mirada seria hacia Alen

- Bueno..., el caso es que le hemos hecho elegir y ha elegido...., aunque después de..., catar nuestros encantos.... - se roza con la mano uno de los pezones.

Cuando Cyllene mencionó que había mil maneras de combatir el frío, Melker sonrió nerviosamente mientras sus mejillas se enrojecían ligeramente al pensar en unas cuantas. - Si, un buen fuego siempre ayuda. Podemor encender una fogata en la isla, aunque es una pena no llevar malvaviscos con nosotros. Por un momento, su mente voló hacia su juventud cuando acampaba en el bosque con su hermano mellizo.

- ¡Yo no huí! Eras tú la que tenía que huir después del... Melker calló de repente para no decir nada más respecto al amor. Apenas se estaban conociendo y aunque la bella profesora le gustaba mucho, con el tiempo había aprendido a ser cauto.

Cyllene continuó con las bromas al mencionar que sólo le había salvado para tener a alguien que remara, y Melker en respuesta le ofreció los remos - Ya va siendo hora de que esas manos tan suaves trabajen un poco La seriedad no duró mucho y se le escapó una risa antes de que Cyllene pudiera contestar o realizar ningún movimiento. Volvió a meter los remos en el agua y continuó remando para llegar cuanto antes a la islita. - Si que hacemos buen equipo, y según vayamos practicando juntos, seremos más eficientes Dijo guiñándole un ojo. - Intentaré no exponerme tanto, aunque me temo que es uno de mis muchos defectos que cargo de mi antiguo trabajo. Y en este caso en concreto, no pensaba que fuera a ocurrir nada malo. Creía que todo formaba parte de la prueba de valor que organizaron los fantasmas y por eso no realicé ningún hechizo de ataque al principio. El profesor Westerberg no quería herir a las selkies si sólo se trataba de un juego.

Mientras hablaban, la barca tocó tierra y Melker saltó de ella para arrastrarla hacia el interior y así evitar que se la llevara la corriente. Una vez asegurada la barca, el profesor de DCAO ayudó a la bella profesora de pociones a bajar a tierra firme cogiendola de la mano - ¿Conocías esta isla?

No entendía lo mas mínimo de lo que hablaban, tratos, pactos, lo importante es que Gin estaba bien - Gin gracias a Merlín que estas bien- por un momento quise saltar de barca a barca para abrazarla o nadar para alcanzarla, pero me alegraba ver que no había sufrido ningún daño.

-Ryder no se que mosca te ha picado pero al parecer Gin esta bien- le conteste al muchacho ignorando a las sirenas, estaba empapado con frío pero al menos ahora me sentía mejor de verla a salvo, lo único que lamentaba era no traer algo de cuerda para remolcar las barcas juntas.

Cyllene estaba disfrutando el momento, ya no solo la conversación cargada de dobles sentidos que ambos iban alternando, sino además percibir el rubor en el varón le resultaba algo no solo encantador, sino a la par divertido. Le gustaba provocar esas sensaciones en él, a pesar de ser ella misma una víctima a veces del mismo juego.

- ¿Malvaviscos?... ¿qué es eso?.... - Probablemente Melker se escandalizara porque aquella mujer jamás hubiera puesto a asar las dulces nubes en un buen fuego, pero si analizara su historia sabría que había sido una damita en su casa, y que el contacto con el ambiente salvaje o natural muy poco conocido por su parte. Lo bueno es que no se mostraba nada reacia a experimentar nuevas sensaciones o ir a lugares en donde potencialmente no pegase nada, prueba de ello era tirarse al lago para no abandonar a su compañero o ir a una isla solitaria aún con ropa mojada y a ciencia cierta de que pasaba frío -....me encanta la idea de hacer una fogata..., aunque si te soy sincera jamás he hecho nada distinto a encender velas o chimeneas, supongo que será lo mismo... ¿verdad?... En cualquier caso el hechizo Incendio es relativamente sencillo, seguro que no hacemos arder la isla en el intento... - cálida sonrisa, un gesto cada vez más habitual en ella.

Cuando Melker le ofreció los remos si se sorprendió, aunque el gesto le duró más bien poco al denotar que Westerberg estaba bromeando con ella.

- No te creas que no sabría manejar la barca si me viera obligada a usar los remos... - le responde riendo -... otra cosa sería que cuando llegue a mi destino los alumnos de primero estuvieran haciendo el TIMO.... Pero me gusta verte así..., me encantaría sacarte una fotografía mágica..., hasta se te ve varonil... - comenta siguiendo la broma, disfrutando de cada instante que el profesor le regalaba con su presencia

Que Melker le corroborase que formaban buen equipo era algo que hacía sentir bien a la bonita profesora. El tiempo que pasaban juntos le estaba enseñando muchas cosas, especialmente los gestos que el hombre ponía en determinadas situaciones. Aprender a interpretar lo que tu compañero va a realizar era un importante factor a tener en cuenta en caso de lucha. Serían muy eficientes en el futuro y lo mejor, estarían juntos, de una u otra manera el destino había querido unirlos y Cyllene ya no deseaba separarse de él.

- No te expongas tanto..., porque si tu caes yo lo haré contigo... - le guiña el ojo ahora ella -...aunque comprendo lo que quieres decir, si la prueba está preparada desde la dirección del colegio lo normal es que controlemos nuestros impulsos iniciales, o nos relajemos en determinadas cuestiones.... Ninguno de los participantes esperábamos algo realmente malo, mortífero o definitivo... Si nos hubieran llevado al fondo del lago las selkies probablemente nos habrían soltado para no dañarnos..., al menos quiero pensar eso....

Una vez la barca llega a la isla y Melker asegura la embarcación fuera del agua y luego le da la mano a Cyllene, la cual tras bajar del bote no le suelta, tirando del hombre con suavidad hasta donde está ella, aproximando su cuerpo al de él, ambos enfrentados mirándose a los ojos, rompiendo la barrera física que pudiera existir entre ellos.

- No he estado antes aquí.... Pero quiero que mi primera vez en este lugar sea único.... - tras decir con suavidad esas palabras besa a Melker con delicadeza, deleitándose en sus labios como si saborease un dulce delicioso, y es que para ella, aquel varón lo era. A continuación se separa levemente de él, y sin soltarle la mano sonríe y continúa la conversación -... ¿Y tú?... ¿habías estado aquí antes?.... Estos árboles son pinos... ¿sabes que los pinos suelen crecer en terrenos muy poco favorables para otras especies de plantas?..., por eso aquí apenas se ve diversidad.... - Obviamente la mujer estaba jugando al gato y al ratón, mostrando un lado felino al provocar al hombre, y su parte más huidiza al cambiarle de tema... ¿Seguiría él el juego?....

Gin quiso evitar que Francis hiciera lo mismo que ella, no era necesario, creía que con que ella sacrificara su varita para ayudar a Daniel seria suficiente, pero su compañero no lo creyó así y ambos se miraron, sabiendo que en parte habían cometido un error, y en parte era lo que ambos sentían que debían hacer, no solo para salvar a sus compañeros, aunque fuese sólo a uno, sino que además era una forma de liberarse de aquello que parecía hacerlos sufrir. Ginevra se fue cabizbaja, ni el encanto del tritón la hizo cambiar su rostro, pues dentro de su cabecita la idea de que ahora sí sería abandonada por su madre le rondaba con violencia, torturándola, pues su varita realmente era única y muy difícil de reproducir... ¿tanto valía Daniel?, sí, de hecho sí, y tener tal certeza la hacia dudar de muchas cosas menos de una, la de alejarse de él, pues por lo menos si se quedaba en la escuela, podría a lo menos verlo, sin embargo, ¿qué haría sin su varita? ¿el director realmente los expondría a algo así?, quizás la varita de Francis era fácil de recuperar, no eran pocos los magos que rompían o extraviaban sus varitas, y para eso los fabricantes de estas podían reproducir sus naturalezas, pero ¿y la de ella?, su núcleo era el cabello de su abuela veela.

Cuando llegaron con el resto, levantó su rostro triste y cansado, sonriendo apenas, ahí estaba Daniel con el resto, estaban todos a salvo, aunque Dani estaba mojado, al igual que Sinclair, Alen en cambio parecía integro y por lo dicho por las sirenas, mal no lo había pasado, Ginevra lo miró con cierta extrañeza, sintiendo un poco de incomodidad con lo dicho por las criaturas, aunque nuevamente reprimiendo esa idea, pues con el chico no eran nada más que dos personas que otros los habían unido, además, para eso tenía a su novia. Otra vez esa incomodidad que sentía al verlos juntos, que no lograba identificar del todo, no sabía si eran celos, o decepción o simplemente el deseo de tomar  distancia de ellos dos al sentirse una intrusa. Ginevra suspiró y asintió a Daniel, no le diría lo que había pasado con las varitas, después de todo él estaba a salvo y eso era lo que más le importaba.

La semiveela asintió a Daniel, estaba bien, y bajó su mirada, sacando rápidamente su mano del antebrazo de Francis, no fuera a poner celoso a Daniel y se pusiera desagradable como otras veces lo había hecho, ahora quedaba volver a la fiesta o a las camas y dar por finalizada aquella noche.

— ¿también estas bien? — le preguntó con una voz débil a Daniel — y tú,¿estás bien? — también le hizo la misma pregunta a Alen, se había propuesto no juzgarlo, aunque algo de su naturaleza comenzaba a conocer, después de todo, si se iban a casar, por lo menos podrían ser buenos amigos si entre ellos no había posibilidad de amor. ¿amor? ¿podrían pensar en el amor con tan corta edad?, según Gin, no, lo que podría existir en ese momento era solo el volátil y etéreo sentimiento de cariño, encantado por la idealización que entrega la inmadurez de sus mentes, pero amor, amor... eso no existía, y hasta quizás ni después existía, sin embargo estaba preocupada por Alen a pesar de no haberlo escogido en su momento, el que sin dudas era el que mejor la había pasado al parecer, pasando por alto a Sinclair, pues en realidad en todo lo que había pasado, solo ahora pensaba en ella y era justamente por la incomodidad que le producía su existencia — ¿han saltado? — ahora si le estaba preguntando a Victoria — ¿te encuentras bien? — era sincera en su pregunta, aunque no dejaba de ser cortesía, no se podía decir que Ginevra fuese especialmente grosera con las personas, a menos, claro, que desease dar su opinión en donde era brutal y despiadada, pero ese, justamente, no era el momento. 

— ¿ya ha terminado la prueba de valor? — le preguntó ahora a todos, dado que las criaturas marinas se habían retirado, mientras la incertidumbre de si les serían devueltas sus varitas se hizo más y más grande. 

-Solo me he dado un baño nocturno en el lago pero nada del otro mundo -trate de sonreír para no preocuparle - no ha sido nada grave, salvo que el agua esta fría- solté unos cuantos estornudos, sin embargo algo en su rostro no me inspiraba tranquilidad, se podía notar algo afligida y preocupada no me gustaba verla así.

-Según la señorita sirena era la primer prueba supongo que deben quedar más, ¿Pero te ocurre algo? tu cara lo delata- la mire fijamente desde mi barca, algo no estaba del todo bien y su mirada la delataba.

-Vamos puedes confiar en mi y decirme, si te han hecho algo  nadaré hasta el fondo y les tirare tantos flipendos como sean necesarios y haré que vengan a disculparse contigo- la experiencia de hace unos minutos me había dado el valor para confiar en que todo se solucionaría fácilmente.