Partida Rol por web

-. Bienvenidos nuevamente-. Declara de una forma animada Albert al ver a todos sus estudiantes-. Esperemos que hoy tengamos una clase tranquila, carente de cualquier tipo de accionar absurdo e ineficiente-.  Sus manos toman su característica taza de porcelana fina y bebe lentamente un sorbo de un café que inunda de forma agradable el ambiente con su aromática esencia-. En esta ocasión utilizaremos un practico hechizo que os puede ser bastante efectico para practicar su control mágico, esconder pequeños objetos valiosos o, también, en casos de emergencias ser utilizado como un buen distractor-. El heredero de los Von Vianden saca su oscura varita y con un suave movimiento susurra “Avifors” al mismo tiempo que apunta a un conjunto de viejos papiros. En ese mismo momento, los viejos e inertes papiros comienzan a tomar forma de decenas de bellos pájaros azules que comienzan a volar por todo el salón, inundando el lugar con su mágica e hipnótica presencia para luego aterrizar en diferentes lugares como pupitres, candelabros, ventanas, etc. Era como si nuevos inspectores hubiesen sido invocados   para vigilar a los jóvenes magos-. Comiencen, pueden tomar como material de practica las pequeñas esferas de vidrio que estan en la mesa de al frente-. finaliza, aun con su taza en una de sus manos, señalando con sus ojos una enorme mesa que en su superficie alojaba decenas de pequeñas y hermosas bolas de cristal traslucidas de diferentes colores ...

Llegué a clase bastante temprano y animado, pues la semana pasada me había ido bastante bien en esta clase, pese a que había algo en el profesor que me intimidaba un poco.

Tras tomar asiento, empiezo a prestar atención a la explicación del profesor e instintivamente empiezo a practicar la floritura de la varita.

Una vez me siento conforme con mi desempeño, me acerco al escritorio del profesor y tomo una de las esferas que el profesor había traido para que practicasemos el sortilegio.

Una vez de vuelta en mi escritorio me preparo para realizar el sortilegio con la intención de crear un halcón, sin embargo, cuando estoy por ejecutar el sortilegio, veo pasar volando una de las aves creadas por el profesor, lo que me hace perder la concentración, echando a perder el conjuro.

Aviforx... - exclamo mientras la esfera empieza a transformarse en un enorme gusarajo

¿Demonios que rayos hice? - pienso mientras veo a la pequeña criatura mirarme con evidente confusión en su rostro.

Lo siento amiguito, ya lo arreglo, sólo quédate quieto y dame un minuto, sé que puedo arreglarlo. - digo mientras el gusarajo se torna un tanto agresivo.

Intenta concentrarse en realizar el hechizo de transformación. Se concentra, visualiza lo que quiere hacer y respira profundamente antes de atreverse.

-Avifors.

Pero parece que Transformaciones no es su clase. Aunque le han salido alas a la bola de cristal, ni siquiera se acerca a la forma de un pájaro. Por no decir que de pájaro solo tiene las plumas. Se siente desanimada porque no consigue hacer ni un hechizo bien de esa clase.

Artemis intentó crear un pájaro a traves de los cristales que tenía en la mesa, su desconcentración le salió cara, sin saber muy bien cómo, el muchacho había conjurado una mutación de gusarajo, haciéndolo más grande que de costumbre, el gusarajo que normalmente es una criatura inofensiva, en esta ocasión se había convertido en una criatura agresiva que intentaba morder al profesor Albert

¡No, no hagas eso! - le grito al gusarajo mientras le apunto con la varita. 

¡Petrificus Totallus! - exclamo mientras intento detener a la criatura antes de que cause daño alguno.

Cuando Albert se disponía a revisar, este notó como el sonido de una falla mágica es producida en el mesón de Flamel, sin embargo y para su agradable sorpresa, aquel nefasto hechizo había convocado un tipo de gusarajo-. Interesante-. Es lo que pensó al momento de ver aquella repulsiva criatura se alzaba al ataque al mismo tiempo que crecía a una velocidad sorprendente que incluso sorprendió a las bellas sirvientas que se encontraban detrás suyo-. Orchideus-. Es lo que invoca con una rapidez elegante y un manejo sublime de su oscura varita como si aquel ataque furtivo no hubiese sido nada. Al momento que aquel sortilegio, manifestado por una oscura y corrupta luminiscencia nacida de la varita del profesor, toca a la criatura, esta comienza una dolorosa transformación a un ramo de rosas de color purpura, proceso expresado por un chichillo agudo y agobiante, aterrizando perfectamente en el escritorio del aristócrata.

-.Mmmmmm…-. se acerca al ramo de rosas-. Primera vez que veo una modificación tan intrigante señor Flamel-. Se da media vuelta para encarar al joven mago-. Lo felicitaría, pero debido a su reacción tan impulsiva, carente de racionalidad y cobarde, al no aceptar su fallo inicial, tomare este intento como un fracaso y penalizare levemente su casa descontando veinte puntos-. Mira al resto de los alumnos-. Si vuelve a pasar algo parecido que pueda atentar con la seguridad del alumnado, aplicare un castigo peor a los suyos y en especial a usted ¿entendido? Si fracasa evite a toda costa afectar al resto-.  Finaliza aun manteniendo una cálida sonrisa que hacía que el ambiente fuese un poco inquietante, ordenando a una de sus damas que cogieran al gusarajo transformado y lo guardasen en un baúl.

-. Señorita Smith-. Pronuncia acercándose lentamente al puesto de la aprendiz como si el anterior acontecimiento jamás hubiese sucedido-. No se desanime ya que su gran esfuerzo le dará frutos, practique su pronunciamiento que es bastante tosco y, lo más importante, sea más delicada al momento de movilizar su varita-. La mira directamente a los ojos, dándole la señal que tenía su total apoyo o al menos así será mientras no muestre debilidad, para luego sacar nuevamente su varita y tocar, con la punta de esta, la esfera de cristal volviéndola a su estado original-. El resto siga con la practica-. Finaliza, dando una lenta y profunda exploración por todo el salón de clases.  

Lo comprendo profesor, ¿Podría volver a intentar realizar el conjuro? Pues en verdad estoy muy interesado en aprender este conjuro. - respondo en un tono de voz respetuoso, al tiempo que agacho la cabeza.

Prometo tener más cuidado en este nuevo intento. - añado esperanzado de que el docente me permitiera volver a intentar el conjuro.

-. Mientras acepte la responsabilidad de sus actos no habrá problema, al contrario, aquel noble acto, se considera un paso más hacia su maduración señor Flamel-. Declara con una sonrisa que pareciera ser sincera-. Y analizando su propuesta, me parece muy razonable en la maximización del aprendizaje… lo autorizo-. Se queda mirando a los alumnos por un momento-. Los que han fallado tienen otra oportunidad para sobreponerse a su fracaso, les pido, humildemente, que agradezcan al señor Flamel por su eficiente propuesta-. Termina para proseguir con la revisión…

Muchas gracias profesor, es usted muy amable. - respondo mientras cojo otra esfera de cristal listo para repetir el conjuro.

Una vez con la esfera en mis manos, me siento de nuevo en mi sitio y me sobrepongo a mi malestar inicial y pongo en práctica un ejercicio de concentración que me había enseñado mi padre.

Tras cerrar mis ojos un par de segundos y aislarme de todos los ruidos del aula, procedí a realizar tres respiraciones para normalizar mi pulso y con mi mente centrada en el objetivo me pongo de pie y realizo el conjuro.

Avifors. - exclamo con voz firme y calmada.

La esfera giro brevemente en mi escritorio y luego tomo la forma de un pequeño halcón peregrino, el cual pío un poco ufano en mi escritorio.

A mi madre le encantaban esas aves y yo sólo quería poder regalarle una o dos de ellas que la acompañaran para toda la vida y ahora al fin podía hacerlo.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro juvenil cuando el pequeño halcón me quedo observando como esperando una orden.

Vuela hacia allí y por favor no distraígas al resto. - le pedí al ave que salió volando hacia la ventana y se paró allí en silencio.

En cuanto llegué a la clase, me había sentado con el resto de mi grupo y escuchando a mi profesor atentamente ya que no quería fallar como la anterior vez esta vez me tenía que salir bien si o si.

Mientras veía a mis compañeros practicando con el hechizo, yo dudé de que debía hacer hasta que Artemis le salió un bicho bastante grande y el profesor le reprendió quitando algunos puntos a nuestra casa. 

Me acerqué a Artemis y le pregunté: ¿Estás bien...? - pregunta estúpida sabiendo lo que había pasado pero igualmente quería saber si podía hacer algo para apoyarle.

En cuanto a mi, intenté centrarme en la poción pero no podía evitar sentirme algo insegura por lo que le había pasado a mi compañero y que a mi la anterior clase no se me dio nada bien. Pare un momento para sujetarme la muñeca con fuerza, tanto que me hacía daño a mi misma y así poder lanzar el hechizo. 

En cuanto estuve segura, dije: Avifors. - un pájaro salió de las piezas que había en la mesa, emocionada no pude evitar levantar los brazos y gritar: ¡Lo conseguí! 

Sí gracias An, sólo me siento un poco culpable por perjudicar a los demás alumnos de nuestra casa, sé que han trabajado mucho para obtener esos puntos, ojalá y pueda compensarlos luego. - respondo cabizbajo en un susurro.

La verdad es que sí me sentía mal, más que por el fallo, el cual lo puede cometer cualquiera, me dolía haberle causado un perjuicio a la casa a la que representaba y aunque sabía que el profesor había sido justo conmigo y reconocía mi error, eso no me ayudaba a poder encarar a los demás chicos de la casa que de seguro me meterían una buena bronca por mi error en la sala común.

Cuando Anastasia consiguió ejecutar el conjuro sonreí un tanto más animado.

Eso estuvo genial Anastasia. - le digo felicitándola por su éxito.

La verdad es que está tan concentrada y decaída, que no se ha fijado en el guasarajo agresivo que ha intentado atacar al profesor. No hasta que se paraliza en medio de la clase, como si estuviese petrificado. Lanza un pequeño gritito y se pone muy nerviosa. Tanto que tras conseguir permiso del profesor para volver a intentarlo, intenta concentrarse y seguir las indicaciones del profesor y sigue sin salirle.

Se deprime un poco más.

Cuando vi los pocos que eramos en clase me sentí aliviado, sí haciamos el ridiculo al menos no nos veria todo el curso de primero, mis ojos se entreceraron ante los complejos movimientos que el profesor hacia y la transformación parecia extremadamente  complicado comparada con la anterior.

---Avifors- digo apuntando con la varita a mis pergaminos con la esperanza de haber dominado el hechizo

Notaba que Artemis estaba más tenso y bastante serio algo que no era normal en eso así que hice en él lo que siempre hacía Alex en mi cuando intentaba animarme. 

Acerqué mi mano a su mejilla y la pellizqué estirándola hacia a mi en cuanto me miró le golpeé con uno de mis dedos en el centro de la frente y puse los dedos índices de cada mano apuntando en mis cachetes sonriendo.

-Venga, no te pega ese entrecejo arrugado... 

Está bien tu ganas. - respondí en un susurro mientras me relajaba un poco.

¿Quisieras compartir unos sandwiches conmigo esta noche en la sala común? - pregunto un tanto más animado, mientras observo de reojo la posición del profesor para evitar meternos en líos.

Voy a robar algunos del comedor esta noche ¿Qué tipo de sandwiches te gustan?
 

Bajé la voz para no molestar al resto de nuestros compañeros...

- Déjame pensar...- dije pensativa por si hubiera algo que me apeteciera.- Algún sandwich con crema de chocolate.- después de todo el chocolate jamás defraudaba.

-. Felicitaciones a todos mis queridos alumnos-. Declara sin previo aviso Albert, con una voz imponente y lleno de autoridad-. Hace tiempo que no observaba a toda una clase cumpliendo sus objetivos de manera sublime, a pesar de que hubo pequeños problemas en el camino han logrado sobreponerse y eso me hace profundamente feliz, sigan así y podrán superar a sus mayores némesis, disfruten del fracaso pero aun más disfruten del sabor de haber podido vencer por sus propios medios-. Sus ojos emitían un aura de firmeza que se entrelazaba con rastros de un orgullo pujante y fuerte. -Pueden retirarse, la clase ha terminado-. Hace una leve reverencia como símbolo de despedida…

Realizo una reverencia al profesor y me pongo de pie para retirarme del aula, en compañía de Anastasia.