Partida Rol por web

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Estaba sentada en un taburete cerca de Marie. Tuve que ahogar mis penas junto a ella y un vaso de licor en la mano. Le conté lo que había pasado en el Salón del Consejo y agradecí la disposición que siempre tenía para escucharme.

El Saloon poco a poco se vio atestado de gente, algunos al igual que yo habían ido para pensar o distraerse de lo sucedido, pero nuevas caras se veían. Los tres individuos que había hecho su aparición en lugar mencionaron que buscaban a los Rifts Warrios. Cuando escuché esto, hice una mueca y bebí un largo trago de mi vaso. "Están buscando algo que no existe" pensé mientras el calor del líquido bajaba lentamente por mi cuerpo.

Me dí la vuelta para mirarlos, era un grupo variopinto, de eso no cabía duda. Quizás cuantas historias habían llegado a sus oídos, lamenté por un momento el esfuerzo que habían asignado para llegar a este lugar y preguntar solamente por un pasado que había empezado hasta hace unas horas antes.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Una proposición de comida que sonaba suculenta después de días de carne semipodrida de bicho cornudo y huesos sin carne de ardilla y una invitación a sentarse era todo cuanto necesitaba para recuperar el buen humor que el murciélago había apagado.

-Gracias por invitarnos a la mesa. Soy Xavier Callahan. Aunque puedes llamarme también Reverendo -dijo secretamente divertido, tras lo cual, se limitó a escuchar a unos y a otros y a observarlos con abierta curiosidad que no pretendió disimular. Lo bueno de no tener expectativas era que uno no podía sentirse defraudado por no verlas cumplidas. Xavier no esperaba nada, no había erigido pedestales mentales en los que alzar a ídolos y quizá no esperaba nada que no fueran simples personas. Y era justo lo que tenía ante sí, un grupo de hombres y mujeres de diferente pelambre que no parecían estar en su mejor momento. Y lo que escuchaba, no hacia sino confirmalo. Lo que veía era desilusión, frustración y algo más. Y ese algo más le hizo fruncir el ceño. Estaban a punto de tirar la toalla, de hundirse en la autocompasión, de deshacer un proyecto común y disgregarse como polvo al viento tomando caminos diversos que quizá, jamás volverían a cruzarse-. ¿Exilio? No es lo que uno pudiera pensar que estaba reservado a los Rifts Warriors si cuanto se dice y afirma de ellos es cierto. Y desde luego no es lo que esperábamos nosotros como culminación de nuestro viaje -chasqueó la lengua levemente defraudado-. No voy a preguntaros por qué el Consejo ha tomado tal decisión. Aunque imagino que será una decisión política o diplomática. Aunque no afirmaría que es una decisión inteligente -dio un largo trago a su cerveza antes de depositarla sin ruido sobre la mesa. Se secó la espuma que ribeteaba su labio superior con el dorso de la mano-. No pretendo inmiscuirme ni meterme donde nadie me llama pero hemos hecho un largo viaje con un objetivo claro. Unirnos a vosotros si nos aceptabais. Pero lo que veo aquí y ahora es un grupo que trata de decidir qué hacer. Si disolverse o no. ¿Me equivoco? -no se dirigió a nadie en particular. Sobraba. Todos ellos eran oídos con un rostro en medio. Sacó un cigarrillo, lo encendió y dio una calada-. ¿Vuestra unión como grupo depende de DarkGate? Diría que no. Sois quienes sois y existís por ello y para ello. ¿Lamentable tal pago por vuestro trabajo? Posiblemente. ¿Han desaparecido las causas por las que peleáis? Diría que no. No hace falta decir que soy egoísta cuando digo esto. He venido con un propósito claro. DarkGate, como ciudad, es una desconocida para mí y no tengo apego especial a ella salvo por ser el hogar del Rifts Warrior. Que os hayan dado la patada no afecta a mis sueños ni a mis propósitos. Sigo queriendo formar parte de este grupo y me atrevo a decir que ellos también -dijo señalando con el cigarrillo a sus compañeros-. Las hemos pasado putas para llegar hasta aquí y perdimos a uno de los nuestros en el viaje, conocido vuestro por lo que nos dijo. Cuchillo Rojo. Así que decidme, ¿hemos hecho el viaje en balde o aún hay esperanza de que alcéis la cabeza y decidáis seguir luchando incluso si DarkGate no os acepta entre sus brazos? 

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

No esperaba aquel escenario. Pero su mente trabajó febril. Estaba allí para completar una misión y las circunstancias parecían querer acelerar dicho proceso. Pero lo que tenía entre manos era un juego peligroso en el que mantener la tensión del sedal, aflojarlo en el momento preciso y tirar cuando fuera necesario, era imprescindible. 

Los Rifts Warriors estaban en horas bajas, aparentemente desmotivados por el exilio al que se les había castigado y cuyas razones ignoraba pero que llegaría a saber si todo evolucionaba adecuadamente. Lo importante era ponerles en la tesitura de tener que decidir su futuro y más ahora que debían abandonar la ciudad que les había servido de refugio y cuartel. Un hecho que siendo lamentable para ellos, sonreía a la causa de Xavier. Sin DarkGate amarrándolos eran libres de decidir. Y su decisión debía ser seguir siendo Rifts Warrior y emprender un camino que los condujera en la dirección que Xavier les marcara en el momento oportuno. Y aquel momento no era el presente. Las cartas debían seguir ocultas, al menos por un tiempo. 

Halberd escuchó el discurso de Callahan lleno de perplejidad. Escuchado en boca del mercenario le resultaba vacío y sin embargo, ¿acaso él mismo no se había unido con la misma idea al grupo de aventureros que se acabarían convirtiendo en los Rifts Warriors hacía poco más de un año? ¡Qué lejos quedaba aquella otra reunión en el Saloon!

En cualquier caso Halberd había acudido al Saloon a escuchar lo que Emil tenía que decirles, por lo que dejó que fuesen otros los que hablasen con los tres desconocidos y centró su atención en el Elfo que les había convocado.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Daeron, recostado en su silla, escuchó sin interrumpir al extranjero que se presentó como Callahan.

No, Reverendo le queda mejor. Menudo sermón, pensó el magus.

- Se dicen muchas cosas de los Rift Warriors. Depende donde y de quien lo escuches - afirmó el joven como respuesta al mercenario -. Y si no somos lo que esperabas, lamento decepcionarte...- afirmó sin sentimiento -... pero la realidad ha resultado distinta a las leyendas que habréis escuchado por ahí fuera. Los héroes que buscabais ya no existen. Murieron valiente y gloriosamente, combatiendo al enemigo "equivocado" que tanto miedo causa en esta ciudad y a cuyos líderes su mera sombra postra de temor - dijo sin explicar quienes, apelando a su inteligencia para que adivinaran de quien se trataba -. Los que quedamos somos prófugos indeseados por los que han puesto precio a sus cabezas - le explicó descarnadamente la situación en la que se hallaban, con una sonrisa irónica, realizando un barrido con su mano que mostraba a los presentes -. ¿Creéis que es inteligente asociaros con este tipo de individuos? - preguntó con una sonrisa aviesa.

- Hombres y mujeres que en el pasado formaron parte de los Rift Warriors y lucharon con bravura. Posteriormente decidieron dejarlo para crear un hogar y una familia en lo que creyeron, era su patria. Se equivocaron. Lo que podría considerarse como un honor ahora resulta ser un estigma que rompe vidas y sueños. Sacados de sus hogares ahora son arrojados a la intemperie como maleantes, a la espera de que las bestias y los sicarios acaben con ellos y su recuerdo - afirmó tranquilo, átono, con las manos a la altura de su boca, con los dedos entrelazados y una mirada penetrante a los tres recién llegados -. Así que perdonad si cumplir vuestras expectativas, aquí y ahora, no sea de nuestra prioridad. Aunque sois bienvenidos a ser testigos de lujo de la disolución o recomposición del grupo - comentó con sonrisa y mirada mezcladas de ironía e indiferencia.

- Porque de eso se trata el que estemos aquí. La decisión final.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Héroes, leyendas, decepción, prófugos, estigma, expectativas... El tipo que hablaba se dirigía a él pero cuanto decía parecía responder más a sus propias cuestiones que a lo que él les había planteado. Xavier no creía ni en héroes ni en leyendas. Eso se lo dejaba a Equilibrium. ¿Decepción? ¿Por qué decepción? ¿Había algo en sus palabras que dejara entrever tal emoción? Lo dudaba, pues ni siquiera la sentía. ¿Expectativas? Sonrió.

Básicamente era un mensaje autocompasivo de alguien lamiéndose las heridas, bajado a patadas de un pedestal precario por lo que se veía y que trataba de decidir junto a los restantes qué hacer en la presente ocasión en la que, en vez de aplausos habían sido exiliados. ¿Por qué razón? ¿Por combatir a coalicionistas acaso? ¿Era eso lo que pretendía decir el tal Daeron? Fuera cual fuera la razón de su presente estado, le resultaba bastante indiferente.

-Nunca fui un tipo inteligente -dijo tras beber un trago de cerveza y dar una nueva calada a su pitillo-, así que sí, me sigue apeteciendo asociarme con lso Rifts Warriors. Pero no molesto más. Decidid lo que tengáis que decidir. Cuando acabéis, hablaremos. O no -aplastó el cigarro apagándolo, se recostó en la silla y aguardó pacientemente a lo que estuviera por venir.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA
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Quick se había sentado tras su fallida aproximación a los extraños y había permanecido un rato taciturno, bebiendo. Sin duda ya estaban todos. Y Daeron acababa de dar en el clavo sobre el motivo de la reunión. Cuanto antes empezasen a decir su opinión mejor, y no era Quick amigo de guardarse la suya.
Daeron tiene razón, antes de decidir si admitir más miembros tenemos que decidir si existe grupo al que unirse. Algunos no me conoceís, y otros me conoceís y no me soportáis, lo sé, no hace falta más que leer vuestras miradas.
Fui a aquella clínica porque llevo una semana defendiendo el nombre de los Rifts Warriors en cada rincón y garito de esta ciudad. Mi plan inicial era ayudaros, con DarkGate, que es mi entorno, mi lugar favorito del mundo y mi vida. Sabía que podría seros de gran utilidad en esta ciudad. Sin embargo la perra ciudad y sus gobernantes han decidido masticarnos y escupirnos cual goma de mascar sin sabor. Y eso me pone en un gran aprieto.
Ahora estoy en peligro, sin importar lo sustancioso de mi parte, es seguro que no sobreviviría a un viaje por entorno salvaje solo, así que, no opino, necesito que los Rifts Warriors sigan unidos para poder llegar a algún sitio como este y establecerme. Esa es la jodida verdad. Pero ese no es el motivo principal para continuar con esto.
Viendo lo positivo, es probable que si no se hubiera decretado en destierro esta reunión no se habría producido, así que estamos ante una oportunidad de ser más grandes que nunca, mirad a estos tres experimentados aventureros que han venido a unirse a nosotros. Si permanecemos juntos y la voz se corre, vendrán más, y seremos lo que nos atrevamos a soñar.
Por eso os lanzó la pregunta: ¿ quién está conmigo, y quiere continuar?

Sábado, trece de enero de 105 PA

No soy partidaria de juzgar a los desconocidos, pero sí he aprendido que muchas veces es la diferencia entre seguir adelante o no. De la cocina emergen las comandas, recién hechas, sabrosas y calientes para poner a prueba el paladar (ya que no el coraje de los tres extraños). Con la soltura propia de quien lleva años ejerciendo el oficio, acerco a mis comensales su pitanza.

- Que aproveche, señores-dejo marcada la última palabra y, acto seguido, me giro a Vicky y le quito el vaso de la mano mientras le dirijo una severa mirada de reproche. ¿Desde cuándo era una llorona que se escondía tras un vaso de cristal? Ninguno de ellos lo había hecho jamás. Hice girar el vaso entre mis dedos y acto seguido lo lancé contra la pared cerca de la cual se solían reunir por mera disposición estratégica. Los pedazos estallaron sospechosamente cerca del que había puesto en tela de juicio a mis amigos. Puede que buscara espolearlos, pero aquél era mi territorio. Y mis normas. Y decían que no iba a soportar estupideces ni peroratas huecas.

- Silver, siempre has tenido la virtud de estar en el sitio oportuno en el momento adecuado- dije con marcado sarcasmo-. No obstante, si seguís echando la vista atrás os daréis una jodida ostia contra el muro más insospechado. Ya antes habíais dejado DarkGate. Y volvistéis. No os atreváis a no volver a hacerlo. Emil, deja de mirar las tetas a Vicky y di algo de una vez...

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

La conversación formal ya había sido iniciada entre los dos grupos, así que de poco valían los esfuerzos de Thomas Covenant por evitar la situación durante más tiempo. Con un lento movimiento se giró sobre sí mismo y observó a los recién llegados, mientras prudentemente retiraba su mano de la zona de la pistola. El Ley Line Walker cruzó sus dos brazos sobre su pecho, a la par que observaba la situación. No le gustaba aquello, era demasiado oportuno y también demasiado peligroso y no quería correr peligros.

Se sorprendió, pero apenas reaccionó, ante las formas de Marie Chatelle. Había escuchado a sus compañeros y a la trabajadora sin decir mucho, prefería permanecer así todo lo posible, pero no podía estar siempre en silencio.

- Éste no es un lugar prudente para tratar ciertos temas, estando en la situación en la que estamos. Deberíamos buscar algo más privado, ahora mismo somos dianas andantes y comentar nuestros pasos a seguir en público no es una buena opción si queremos seguir vivos.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

Halberd dió un respingo cuando el vaso lanzado por Marie Chatelle se hizo pedazos contra la pared. Emil seguía sin decir nada y Halberd sabía que decidiesen lo que decidiesen, tendrían muchas cosas que hacer en los tres días que les quedaban en DarkGate. Se levantó para hablar pero Thomas se le adelantó:

- Éste no es un lugar prudente para tratar ciertos temas, estando en la situación en la que estamos. Deberíamos buscar algo más privado, ahora mismo somos dianas andantes y comentar nuestros pasos a seguir en público no es una buena opción si queremos seguir vivos.

Halberd escuchó pero, en este caso no estaba de acuerdo, así que continuó con lo que tenía que decir.

Quizá reunirnos en el Saloon no haya sido la mejor opción, pero aquí estamos. Casi prefiero hablar aquí antes que escondernos como si planeásemos un complot contra los Magos. Además, todos nos conocen aquí y conocen nuestra situación. Cualquiera hubiese revelado a estos tres caballeros nuestra identidad. ¿por qué no hacerlo?

Bajo mi punto de vista tenemos tres asuntos que tratar y ahora mismo los estamos tratando en el orden inverso y es que:

-Primero, es bien sabido que los Magos nunca hacen las cosas de forma simple. Casi siempre hay un plan mayor. ¿Hay alguien que pueda esclarecer cuáles son las verdaderas intenciones detrás de su decisión de exiliarnos?¿sabéis algo? quizá alguien pueda indagar al respecto.

-La segunda cuestión es que antes de "salvar al mundo", tenemos que cuidar de nosotros mismos. - Al decir esto su mirada se desvió un momento hacia Alexa que en el el Gremio de los Magos se había derrumbado como una muñeca rota, como algo que había que arreglar. También miró a Muxu con la que había compartido los últimos meses en Santa Fé y a la que sabía que este exilió dejaba también averiada por dentro, igual que a él mismo y a muchos de los que estaban en esa mesa.- ¿A dónde iremos? ¿Vagaremos por el páramo o cambiaremos de ciudad? Abandonar DarkGate no tiene por qué ser un trauma, podemos empezar una nueva vida. La mitad de los que estamos aquí no estuvimos en Angstville ¿Quizá no vengan a buscarnos? Puede ser una nueva oportunidad... salvo que los Magos tengan escondido un plan para nosotros.

-Tercero y sólo por último, si aún nos quedan ganas de viajar por el mundo ayudando a quienes no pueden defenderse y decidimos reconstituirnos en los Rifts Warriors que fuimos, tendrá sentido admitir a nuevos miembros que siempre son bienvenidos.

Así que haré las preguntas en el orden que creo adecuado_

Primero, y puesto que Emil calla, ¿qué podéis decir el resto?¿Qué sabéis de las intenciones de los Magos?

En segundo lugar, desearía que permaneciéramos todos juntos durante un tiempo, al menos hasta que sepamos si han puesto precio a nuestras cabezas. A los cazarecompensas les importa poco quien estuvo en Angstville, pagarán lo mismo por quienes estuvieron en Angstville que por quienes dejaron hace tiempo los Riftswarriors. De hecho - miró a los recién llegados para que entendiesen dónde se estaban metiendo y les señaló con el dedo- pagarán lo mismo por vuestras cabezas si os asociáis con nosotros. Hizo una pausa y recorrió con la mirada a los Rifts Warriors.- ¿Hay alguien que quiera separarse del grupo? y cuando partamos dentro de tres días, ¿a dónde iremos?

La decisión de aceptar o no a nuevos miembros debería esperar, pero no me opongo a que se queden escuchando para que sepan a qué atenerse y porque, de todos modos, todo el mundo en el saloon nos está escuchando.

Y dicho esto, volvió a sentarse en la silla. No sabía que harían los demás pero Halberd tenía mucho que hacer antes de partir y muy poco tiempo.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

Jack se acercó a Daeron, quizás de los poquísimos apoyos (si es que todavía se podía contabilizar como tal) dentro de los Rifts, a pesar de sus discrepancias. Era la hora de la verdad.

-Creo que la solución pasa por enfrentarse a las dificultades juntos, es cierto que no todos nos conocemos y quizás aún menos nos caigamos bien, todos hemos cometido errores y aciertos- Carraspeó y le dio un trago a su vaso de Whisky.

-También a mí esto me huele a complot hechicero, y no quiero insultar a todos los adeptos de la magia pura- Miró a Daeron, ya que era el único mago al que conocía bien de entre los presentes -Pero esto es una engañifa para jodernos a todos, por eso, nunca confío a priori en los estudiantes puros de la magia-

-Tenemos la posibilidad de asentarnos como un grupo más grande, mas experimentado y en definitiva más poderoso, podemos aprender de los errores pasados, y ser beligerantes, pues nos mandan a la muerte por exilio, y es allí donde nuestra unión podrá hacer que salgamos victoriosos de nuevo-

-Soy el primero que ha errado, es más, diré aquí en presencia de todos, que el muy honorable Sir Maximus, murió por mi culpa, o más bien por mi cobardía, es algo que no me perdonaré jamás en esta vida o en cien más, pero aseguro que si mi destino es encontrar la muerte ayudando a los Rifts Warrior otra vez, hasta que muera, que así sea, no descansaré jamás hasta pagar la deuda que tengo- Carraspeó de nuevo

-Una deuda a pagar con sangre-

-No se que se decidirá aquí al fin y al cabo, pero mi voto va para organizarnos bien, salir de aquí cuando antes, y revertir la situación- Terminó su Whisky y golpeó con el vaso la mesa, con fuerza.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Emil se tomó su tiempo para intervenir. Para empezar: aún era de día, lo que era sin duda malo, y para seguir, tenía la garganta seca. Observó el grupo de recién llegados y como se sentaban con lo que quedaba de los Rift Warriors (de sus Rift Warriors) y, comprobando que todo parecía estar bien, y pensó en acercarse a la barra a hablar con Marie cuando la dueña misma se acercó a él y le habló con ese.... encanto sureño tan propio de la Chatelle.

- Eso sí que es un discurso, Marie Chatelle. Y por todos los diablos, que tienes razón. Como casi siempre- Emil se pone en pie y da un par de palmadas atrayendo la atención- Bien, lo primero... para quienes no me conozcan, soy Emil, corsario, traficante, y fundador de los Rift Warriors. Dicho esto, debo señalar con claridad que no soy su líder. Los últimos líderes de los Rift Warriors murieron cumpliendo con su deber. Y sí, los tres recién llegados dicen algo que es verdad: los Rift Warriors no están ligados a Darkgate. No lo han estado nunca. Han ido a otros planos, han atravesado portales, y han intentado hacer del mundo un lugar mejor. Así que basta de lloriqueos. La situación es la siguiente. El consejo de magos ha decidido exiliarnos, a los Rift Warriors presentes y futuros, por lo ocurrido en la última misión. En la que tuvimos éxito, cumpliendo la misión encomendada, pero en la que el fuego cruzado fue mucho peor de lo esperado. Hermanos y amigos míos, murieron. También personal neutral. Ojalá no hubiera sido así. 

Pero la guerra es así.- Emil guarda silencio y se aclara la garganta- Se nos va a abonar una cantidad por los servicios prestados y se nos ha ordenado abandonar la zona en tres días, cosa que vamos a hacer pues no deseamos perjudicar a los que, hasta hoy, han sido nuestros conciudadanos. 

El corsario mira entonces a Thomas, Jack y a Halberd. 

- No tenemos nada que ocultar, Thomas. Este lugar es importante para nosotros, y hay cierta elegancia en que sea el lugar en donde renovamos nuestra condición. Lo primero: tenemos que preocuparnos de nosotros mismos. Seguir ayudando a la gente, sí, pero también ganar dinero. Porque ya no tenemos casa, ni hogar. Mi propuesta es esta: todos los Rift Warriors son nuevamente parte integrante en el grupo. Se decidirá sobre la pertenencia de quienes quieran unirse. Se eligirá un nuevo líder. Nos marcharemos de la zona de Darkgate. No se hablará más sobre las decisiones del Consejo ni sobre nuestra opinión sobre las mismas mientras estemos en Darkgate. Iremos a otras poblaciones y veremos si nuestra presencia, temporal, es deseada, y si hay cosas de las que podemos ocuparnos. Si es preciso, al movernos entre poblaciones, veremos si mejorar con el comercio nuestros fondos. Y sobre todo, cuidaremos de nosotros mismos y de todo el que lo necesite... por ese orden. 

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA
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Emil había hablado , no como un ex miembro suplicante, sino como un líder. Los últimos Rifts estaban tocados moralmente y habían perdido muchos seres queridos. No estaban en condiciones de tirar el proyecto adelante, y Emil si. Su adhesión sería plena, no sólo le convenía ser Rift de pleno derecho, sino ser el primero en apoyar al corsario.
- Emil ha hablado con precisión y sabiduría, no sólo deseo ser miembro de pleno derecho sino que le propongo a él como nuestro nuevo líder. Hay cosas por hacer, incluso profecías que cumplir. Quien no se sienta capaz que coja su parte y abandone ahora.

Había permanecido callada, atenta a todo lo que sucedía. Pero la expresión de su rostro cambió cuando escuchó unas palabras de uno de los recién llegados, un nombre dicho alegremente, pero que a ella le cortó la respiración. Incapaz de reaccionar a la noticia, buscó con su mirada la de sus compañeros, buscando reacciones, reconocimiento. Pero quizás solamente ella había tenido la suerte de escuchar aquello y relacionarlo, quizás todos estaban preocupados por qué hacer cuando ella solo estaba preocupada en cuando empezarían a hacer algo.

El ruido del vaso al romperse contra la pared sí que le arrancó un grito ahogado. No era normal que Marie se dedicara a romper su vajilla de aquella forma, pero la conocía un poco, y aquella expresión en su cara seguida de las palabras que pronunció, la hizo sonreir. ¡Qué bien conocía al grupo! ¡Y que bien conocía a Emil y sus gustos! Miró a Vicky casi por inercia y después a Emil, que se levantó en ese momento y terció en la conversación que se estaba llevando a cabo.

Ella ya tenía su decisión tomada, Emil la conocía. Solo le faltaba saber que decidiría hacer Vicky para tener claro lo que pasaría en su futuro inmediato, es decir, dentro de tres días.

Emil se había dirigido al grupo, esperaba su respuesta. Pero ella quería la suya. Se adelantó un poco en la mesa y se dirigió en voz baja a uno de los recién llegados. Al que se había presentado como predicador.

-Disculpa...-dijo en voz baja- Has dicho antes que iba con vosotros una persona que decía haber formado parte de los Rifts Warriors y que se llamaba...Cuchillo Rojo-le costó pronunciar ese nombre, pero tenía que hacerlo, quería saber-¿Dices que ha muerto?

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Raxus mira a uno y a otro mientras el cloqueo del personal alcanza cotas épicas. Parece que todo el mundo tiene algo que decir, pero a la vez dicen bien poco. Es como si cada boca tuviera un cuentagotas que deja escapar celosamente ciertas palabras dirigidas y guarda otras.

Luego el tal Daeron - atufa a Mago, meh -, habla de la muerte de muchos Rift Warrior en una misión. Y parece que el premio último de la misma ha sido que los que mandan en DarkGate les peguen una patada en el culo a los supervivientes. Magos tenían que ser, pandilla de estúpidos meapilas ingratos…

Eso hasta que toma la palabra Emil el elfo raro (que mala suerte tiene, además de elfo, ser rarito). El tipo dice algunas cosas con dos bemoles, la verdad. Normalmente no lo tomaría muy en serio, pero alguien que ha fundado los Rift Warriors, tiene un pase aún siendo un orejotas.

– Bueno, parece que habéis tenido un percance grave, y que han muerto muchos de los componentes del grupo. Lamento vuestras pérdidas. Pero aún sois bastantes y podríais ser más. – Señalo elocuentemente a los tres aspirantes a Rift Warrior. – De todos modos yo no quiero una casita en DarkGate ni nada por el estilo. Vuestro grupo ha pisado muchas tierras diferentes, más o menos peligrosas y si los paletos de los Magos que mandan aquí no saben apreciaros, no dudo que alguien será más listo que ellos. – Raxus se encoge de hombros. – Este tipo – señalo al no presentado Jack Tanreak – habla con palabras de listo, los que dirigen este lugar os la quieren jugar seguramente, pero yo doy un paso más: querría insultar a todos los adeptos de la magia en general. Bueno, – Raxus alza las manos – creo que los que pertenecéis a los Rift Warrior os libráis. Hay que tener pelotas para entrar en el Infierno y no creo que un magucho de tres al cuarto se atreviera a hacerlo. Si estabais dispuestos a eso, contáis con mi respeto y no os insultaría gratuitamente. Los que usan la magia son gente taimada que suele emplear a otros para hacer el trabajo pesado o peligroso que no se atreven a realizar por sí mismos, es más yo diría que son unos perfectos imb…–

En ese momento las viandas llaman la atención de Raxus sobre su discurso, y con un gesto de disculpa se dedica a atacar con ímpetu los especiados y picantes platos.

– Pogh cieggto el Geveggendo es un gguen tipo a pesagg de que agecess ze pone un pocggo pessado, ademaggs, debeggiais werg el cahcaggro que pilggota. – Comenta Raxus con la boca perfectamente llena, a la vez que sigue introduciendo más comida en ella.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Demasiadas gallos en ese gallinero. James tomó un largo trago de cerveza mientras la conversación a su alrededor se enturbiaba. No pudo evitar sonreír cuando Marie estalló el vaso contra la pared; esa mujer siempre había sido muy apasionada y él lo sabía bien. Era curioso que todos quisieran dar su opinión, mientras los únicos tres que habían estado en la Batalla de Angstville se mantenían en silencio. Esos tres eran los supervivientes de Angstville, los últimos de los Rift Warriors. Cuando el quick flex propuso a Emil como nuevo líder, el vaso quedó colmado.

—Disculpa, Quick —le interrumpió el excomando con un carraspeo—, creo que tu cerebro esta algo sobreacelerado, como siempre... Aquí nuestro buen amigo Emil no fundó un carajo, con todos mis respetos, elfo —comentó mirando al Corsario con una sonrisa lobuna pintada en el rostro—. Podríamos decir que el primer grupo que Emil encabezó fue el germen de los que un día serían los Rift Warriors, pero nada más. ¿Y quieres que Emil sea el líder? ¿Dónde estaba Emil cuando asaltamos un nido Xicitix cerca de Markeen? ¿Vendiendo carne a los vecinos de DarkGate? ¿Y durante la Operación Vida y Libertad? En la Bahía Shesheeb perdimos a muchos buenos compañeros...

Las miradas de Shidi y Daeron se cruzaron durante un instante, apagadas y frías por el recuerdo y la tristeza. El excomando volvió a fijar su mirada en el escurridizo D-Bee que se autoproclamaba representante de los Rift Warriors y creía poder hablar por ellos e incluso proponer nuevos líderes.

—Y a todo eso, colega —continuó—, ¿dónde estabas tú?

James dejó pasar unos segundos de incómodo silencio antes de proseguir.

—Hay tres Rift Warriors en activo: Daeron, Briaeros y yo. ¿Queréis que los Rift Warriors continúen? Daeron es nuestro líder. Él fue el que se adentró en la Pirámide de Thoth, pasando la prueba de pureza de su esfinges guardianas, y tomó el Cofre de la Fortuna; también fue Daeron el que penetró en el interior de un Nido xicitix de Duluth, cosa que nos permitió conocer la conspiración de Krug y evitar que sus armas químicas asolaran medio continente. ¿Quieres un líder, Silver? Ya lo tienes.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

Escuchaba en silencio, masticando cuanto allí se decía y observando el vuelo de los cuchillos. Habían disensiones internas profundas, un cisma que de no ser superado acabaría con aquel grupo allí y en aquel momento. Viejas heridas sin restañar afloraban, junto con la purulencia creada por una herida sin tratar. Tres Rift Warriors en activo, de los cuales solo dos se habían pronunciado. El tercero, tras su bravata inicial, permanecía en silencio, entre las brumas de todo aquello que le apuntaba como el traidor, el verdadero causante del fracaso de Angstville si las sospechas eran ciertas.

Su cerebro registraba todo. A fin de cuentas había sido entrenado para ello y para ello estaba en DarkGate.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

-¿Perdona? -dijo distrayendo su atención de lo que allí se decía por un instante-. Ah, sí. Cuchillo Rojo. Sí, murió -afirmó en un susurro-. El uno de enero de este año del señor. Pero mejor hablar en otro momento. No creo que necesitéis distracciones ahora mismo. 

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

El vaso que había tenido delante desde hacía mucho sonaba ligeramente al pasarle Alexa el dedo por el borde de cristal, distraídamente. Seguía casi lleno. Y ella seguía ensimismada, escuchando sin hablar, sólo negaba con la cabeza de vez en cuando.

De pronto, cuando María estrelló el vaso, algo debió romperse en su interior, porque asió el suyo y lo vació entero en su gaznate, de modo muy poco elegante. Y a continuación se dejó la garganta entre toses. Pero le sirvió para lo que quería, para lo que necesitaba. Le dio calor, y valor, y decisión.

-Lo siento por Emil, pero Shidi tiene razón. Los viejos Rifts Warriors estamos más que desconectados de los que lo son ahora. Fuimos conservadores. Quizá no cobardes, pero sí que nos retiramos a lamer nuestras heridas, y ahora estamos tan aturdidos con lo que nos acaba de pasar que apenas podemos asimilarlo. Nos acaban de dar la patada, exacto, sin comerlo ni beberlo nos han exiliado sin más. Lo han hecho en paquete, por si acaso. ¿Motivos? Está claro. Desterrar la posibilidad de una complicación de raíz, la posibilidad de un enfrentamiento incómodo y peligroso. Lo fácil es deshacerse de nosotros, de todos, llenarnos los bolsillos y fuera.

Negó de nuevo, carraspeando, el pecho aún ardiéndole por el licor.

-No hay tantos puntos a dirimir, creo. Hay que seguir juntos, por necesidad. Hay que salir de aquí, por obligación. ¿Qué podemos hacer? Lo que sabemos hacer. Ser jodidos héroes. Morir como jodidos héroes. -Miró a Shidi entrecerrando los ojos, pensativa. Asintió. -Yo también creo que Daeron debe ser el líder. No por que sea mejor, o porque esté en activo, sino porque posiblemente sea quién mejor pueda cohesionar tantos como somos, y tan distintos como somos. Unión, eso es lo que necesitamos.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA:

A Halberd no le gustaba en absoluto la idea, no porque dudase de la capacidad como líder de Daeron sino por lo que simbolizaba. Seguir con Daeron como líder implicaba hacer suyas las acciones de los Rifts Warriors. Daeron era la continuidad de lo que pasó en Angstville. Al aceptar como suyas todas las acciones pasadas de los Rifts, cada uno de los inocentes muertos en Angstville como muertos por su mano, entraban en comunión con su legado. Sí el grupo renacía de sus cenizas con el mismo líder que encabezó la masacre de Angstville, serían más Rifts Warriors de lo que ningún otro miembro antes lo había sido.

Halberd hubiera preferido que los Rifts se disolviesen allí mismo y asimilarse como... como... los hombres de Callahan. Sí, Xavier Callahan era el nombre de aquel desconocido. De ese modo no serían los tres recién llegados quienes se uniesen a los Rifts sino al revés. Podrían ir al consejo de magos y decirles: no sabemos quienes son esos Rifts Warriors, nosotros somos los hombres de Callahan. Nos vamos de Dark Gate porque queremos y no volveremos porque no nos dará la gana. Podéis guardar el dinero porque nosotros nada tenemos que ver con los Rifts... somos los hombres de Callahan.

Pero eso era imposible. Al menos trataría de evitar que Daeron los liderara. Se levantó y dijo: -Creo que aquellos que participaron en la masacre de Angstville deberían quedar en segundo plano por ahora. Muxu Meidall ha sido una buena alcaldesa en Santa Fé. Ha sido una buena líder para la paz y ahora necesitamos bastante de eso. Yo seguiré a Muxu.