Partida Rol por web

La pequeña reunión en torno al camastro de Denelloth se deshizo sutilmente, y este alzó la mano para despedir y animar a aquellos hombres y mujeres tan determinados.

-Vuestro consejo es sabio, Finduilas, os lo agradezco de corazón. Curudae, cuando tengas tiempo te daré más detalles sobre ese elfo de mi sueño si gustas.* -Y vosotros tened cuidado -se dirigía ahora a Khôradur y Russef-, intentaré reunirme con vosotros lo antes posible, y aquí podréis encontrarme si me necesitáis.

Cuando el resto se ocupaba en otros asuntos, Denelloth miró a los ojos a Nórion y a Sir alternativamente.

-¿Es cierto que puedes... guiarme, ayudarme a encontrar a Sir? ¿Crees que es cierto eso de que estamos vinculados de alguna manera? ¿Podré socorrerla para que se recupere? Mira -continuó, inclinándose hacia la niña con dificultad, señalando su mano. En ella había una piedra pulida con forma en "L", con vetas de tono plata que parecían cambiar de intensidad. -Esa piedra que lleva Sir, a la que se aferra, es al misma que el elfo llevaba en su mano. Quisiera volver a encontrarme con ese guerrero de cabellos blancos, pero no sabría muy bien qué decirle... Las palabras de la Dama Finduilas me han angustido profundamente.

Tras confesar esto último volvió a mirar al sacerdote con expectación.

Norión volvió a sumergirse en sus pensamientos, tenía una vaga idea de como podía neutralizar al monolito, tal vez usando antiguos símbolos ya olvidades, incluso realizando un ritual basado en los primitivos, pero para ello necesitaba tiempo, y eso no abundaba. Respetaba a esa antigua fuerza, sea que estuviese a favor o en contra de ellos, y destruirlo era su última opción, al igual que para el resto, pero neutralizarlo era una prioridad.

Tomó de su bolsa dos pergaminos, uno le había sido entregado por Khoradur y estaba escrito en lengua negra, y el otro estaba cargado de notas en adunaico. Le entregó ambos a la princesa  Finduilas -Puede que esto os sirva de ayuda, mi comprensión de la invocación realizada esta en las notas, pero creo que usando la simbología de un modo apropiado podemos contactar esa esencia primigenia. Lo dicho, y las runas que usted menciona y la invocación de Aulë, quien conoce los misterios que yacen en las profundidades de la tierra, y un sello apropiado, tal vez podrían en su conjunto...- su mirada se perdía nuevamente y se detuvo para mirar fijo a los ojos de la hechicera- No es nuestra función interferir, verdad? pero si restaurar el equilibrio, y no basta con neutralizar el monolito para que haya equilibrio, porque esas fuerzas primitivas son creacionales y no destructivas, es justo que ellas decidan si permanecerán calladas ante el ocaso o si defenderán lo que en el pasado construyeron-

​Luego giró hacia el lugarteniente y el hombre de los clanes del sur -Mi oferta de acompañarlos sigue en pie, pero admito que sería un estorbo  para ustedes en mi estado... Aún así avisadme antes de partir- y tras ello se despidió con un gesto apropiado y se puso entre el montaraz y la niña.

Norión se sentía impotente, su cuerpo frágil, el cansancio y la falta de tiempo para analizar la situación lograban que se sintiese insignificante ante la vorágine de temas de difícil solución. Denelloth debía sentirse del mismo modo, postrado en una cama y con un conocimiento que era clave para la niña pero que no le era posible descifrar. En tal caso ambos estaban a punto de fallar a lo poco que quedaba de su sangre dúndeain, pero caprichosamente los Valar los habían elegido y ambos eran fieles a ese llamado, estaban ahí haciéndole frente a la oscuridad con la miseria de la debilidad humana. Deseó poder caminar, esperaba que la herida del montaraz fuese menos severa que la suya. 

-Porque te angustias? Por la muerte de Sir? Si así esta escrito es poco lo que podemos hacer para que siga con vida, pero insisto, porque te angustias? Tu y yo moriremos cuando nos llegue el momento, y Sir no es la excepción. Lo que hay del otro lado no es tan temible como parece, he caminado ese umbral muchas en muchas ocaciones, a veces dudo de que lado estoy...- hizo un silencio como si recuerdos le viniesen a la mente y siguió hablando con la mirada perdida - lo desconocido nos asusta, pero es un temor infantil, esto no termina con nuestro último aliento, y Namo no nos abandona en esa eterna travesía- se volvió hacia el montaraz unos segundos después.

-Sí creo que puedes conectarte con ella, y si bien me doy cuenta que tienes mucho en común con ese guardián, no doy aún con la identidad del elfo, que mas recuerdas de él? supongo que no te ha dicho su nombre, era un Noldor? podrías contarme algo mas que recuerdes?- mientras hablaba observaba la piedra con detenimiento

Khôradur permanecía en silencio, antento a las palabras que allí había y sopesando todas las opciones

-Denelloth y Russef están heridos, tal vez Russef pueda ir, ya que es quien se encontraba mejor de los dos, pero no es seguro, por tanto es posible que tampoco podamos contar con él -le dirigió la mirada durante unos segundos- He enviado varias partidas a buscar a los hombres que cumplían diversas misiones fuera de Sil Auressë, algunos de ellos estaban en el grupo que se dirigió hacia el monolito, por lo que si regresan a tiempo podrían unirse a esta misión. Si no es así, dependeremos del estado de Russef o de su memoria y de la de Denelloth para que faciliten las indicaciones pertinentes para que el grupo que se encargue de esta misión pueda llegar allí sin problemas, salvo los que la propia Oscuridad les ponga por el camino.

-Norión, me gustaría que pudieses ir, pero la dama Finduilas se ha ofrecido a ir, por lo que creo conveniente que te quedes y nos ayudes aquí, salvo que algún otro consejo apoye que te unas a la expedición. Haremos un grupo se seis miembros. Dama Finduilas, dado que os habéis ofrecido a ir, acepto ese ofrecimiento, aunque preferiría no hacerlo y que permanecieseis aquí. Prepararé de inmediato esa expedición. La prioridad es neutralizar el poder del monolito, aunque sea destruyéndolo, aunque espero que esto último, si se produce, sea porque no haya quedado más remedio. Por lo demás seguiremos los preparativos para defender Sil Auressë y buscando respuestas a los enigmas que rodean a Sir

Dirigió su mirada hacia la niña, cuyo destino estaba entrelazado con el de la aldea a la que había jurado servir y proteger

¿Que escondes niñas?, ¿que poder encierras en tu interior para que la Oscuridad te desee con tanta ansia?

El sacerdote de los muertos intentó consolar al abatido montaraz, pero este seguía cabizbajo. Cuando habló lo hizo sin levantar la mirada, en un tono bajo y tranquilo.

-Sé que todos moriremos algún día, y eso no me asusta. Pero el destino de Sir... Quisiera haberla protegido mejor tras el rescate, y no dejo de pensar que si está así postrada es en parte mi responsabilidad. Sé que no está en mi mano torcer el Destino, pero no la abandonaré a su suerte, si puedo evitarlo.

 Se estrujó la cabeza intentando recordar su sueño con más detalle...

-Notaba los sentimientos de Sir, la angustia y el miedo. Me vi en la gélida llanura, me recordó la Oilad, una de esas regiones que se extienden al norte de Fornost Erain, entre Forochel y Angmar. Denelloth arrastraba las palabras, y contuvo un escalofrío; Nórion no sabría decir si por el frío que rememoraba o al referirse al reino del Rey Brujo. El elfo... tenía una inmaculada cabellera blanca -continuó-, una expresión severa y penetrantes ojos azules. Portaba armadura, una extraña espada y... y la piedra, la piedra de Sir. No sé si era un noldo. Me habló... creo que era Quenya, era...

Ar úlamanen
Lossenúr erumessen,
Talmassen naulenen
Voronwa brávanen
Enila i tári

Denelloth reconstruyó los versos con dificultad. Luego meneó la cabeza.

-Creo que es todo lo que recuerdo.

Tras un breve silencio, añadió, con determinación:

-Llévame con ella, si puedes.

Finduilas tomó los documentos que le ofrecía Norión. -Estaré en la biblioteca adjunta, le dijo al sacerdote.

-Puedes pasar cuando hayas terminado aquí, añadió. Confiaba en hallar la respuesta a una de las preguntas clave... ¿Cuál era la señal que esperaba el enemigo? Lo que llevaría al conocimiento de ...

¿Cuánto tiempo nos queda?

-Tal vez necesitemos contar con la experiencia de los naugrim para hacer frente al problema del monolito, admitió pensativa. No guardaba buenos recuerdos de los enanos desde las guerras de Cardolan.

 -He de visitar la forja luego, para ultimar unos detalles del pedido de armas. Les hablaré del tema, intervino el Senescal. Había visto cierta tensión entre Ferrim y Norión después de la reunión del Consejo, y quería hablar con ellos. Por algún extraño motivo, los enanos de la forja le tenían cierto aprecio a "Kurruzage", que era como se dirigían a él.

Khôradur se sorprendió al escuchar la sugerencia de Finduilas sobre los enanos, y cómo Curudae parecía apoyar esa idea

-Mmmmm, no lo había pensado, al ser gentes de Sil Auressë pero a la vez ajenas a ella. La ayuda de los enanos en esta tarea podría venirnos muy bien, maestros de la piedra, dicen que resisten la magia como nadie, y encima grandes guerreros. Por mi parte no habría problema es que alguno de ellos se uniese a la expedición del monolito. Adelante Curudae, y si lo crees necesario, te puedo acompañar.

-Después de la reunión del Consejo, vi como Norión se acercó a hablar en privado con el representante de los enanos, le dijo el Senescal en privado. Los dos habían salido del edificio de la Academia y se encontraban en el patio de armas de castillo, a punto de separarse ya que Khôradur se dirigía a hablar con sus sargentos, y Curudae de vuelta a la aldea. -Creo que no empezaron con buen pie, pero los enanos podrían ser de ayuda, y creo que Finduilas lo piensa también. No te preocupes, me encargo de averiguar más.

Entonces las puertas del castillo se abrieron, y Girion cruzó el umbral a lomos de su caballo Viento. Y llevaba lo que parecía un orco capturado. En el patio le recibieron algunos soldados, y Curudae y Khôradur.

Khôradur torció el gesto

-Los enanos no olvidan fácilmente estas cosas, pero si puede haber un entendimiento, es posible que la opinión que tengan hacia Norión cambie o al menos la dejen de lado. Confío en tí. Gaerel sabe de los enanos, si crees que te vendría bien su ayuda, no dudes en pedírsela.

Al ver a Girion Khôradur se adelantó para recibirle, pero en cuanto vio que llevaba un orco, su mano se dirigió hacia la empuñadura de su cimitarra

-¡Guardias!

Caminó hacia Girion

-¡Girion! ¿que ha pasado?, ¿dónde está Otho?, ¿y este orco?

Señaló a la vil criatura

-Guardias, apresarlo, llevarlo a las celdas y encadenarlo. Si intenta algo no dudéis en acabar con su vida -dijo observando a la criatura con furia

Girion entró raudo montado en Viento cuando las puertas de la fortaleza se abriron, deteniendo su marcha en el patio central. Al ver a Khôrandur y a Curundae se acercó a ellos para contarles lo que había visto y oído. Pero el regalo en forma de orco se hizo presente antes de que el joven pudiera explicarse.

- ¡No os preocupéis, está atado y amordazado!- se apresuró a decir Girion cuando vio que la guardia ya se acercaba a él con las armas preparadas.

- Seguí el rastro de Denelloth hasta una altiplanicie- comenzó a contar mientras soltaba alguna de las cuerdas que ataban el orco a su caballo-. Allí me encontré con Aërnil quien iba con Ragi al que había perdido mientras creaban confusión a un grupo de huargos y sus jinetes- siguió contando-. Pero como yo estaba buscando a Denelloth me quedé por si veía a éste o encontraba alguna pisata de su paradero. Es entonces cuando escuché la voz de dos orcos que hablaban...hablaron de algo de la aldea y si veían al resto... algo raro. 

Dijo mientras terminaba de quitar las cuerdas y el orco caía como un fardo al suelo desde la grupa de Viento.

- Como no sabía en concreto de qué hablaban Dugar y Zaka, que es este- dijo pegandole una leve puntapié para ver si estaba ya despierto-, le embosqué y tras noquearlo me lo traje hasta aquí para que le interrogarais y así pudierais averiguar algo más.

- De todas formas he de decir que en el río encontramos la bolsita que Norión me pidió que buscásemos. Se la entregué a Otho y le dije que vienera hasta Sil Auressë sin entretenerse lo más mínimo- comentó preocupado.

- Quizás deba salir a buscarle- propuso el joven.

-No será necesario, intervino Curudae. -Otho regresó sano y salvo y estuvo ayudando a Norion. Ahora seguramente esté disfrutando de un banquete en la villa. Luego miró al orco que seguía inconsciente. -Buen trabajo Girion.

Khôradur sonrío ante el informe de Girion

-¡Bien hecho!, le interrogaremos de inmediato. ¡Llevaoslo a las mazmorras y que esté constamente vigilado!

Khôradur esperó a que sus hombres se llevasen al prisionero

-Descansa Girion, Denelloth regresó a Sil Auressë junto con Russef, pero ambos están heridos y recuperándose en la enfermería. Ahora mismo estábamos organizando varios grupos para salir en vuestra búsqueda y a los demás. La situación se está volviendo peligrosa y por tus palabras creo que nuestros temores de que suframos un ataque en breve son acertados. Avisaré a los demás, si no han partido ya, para que el grupo que fuese en vuestra búsqueda fuese a buscar directamente a los otros. ¿Dónde se quedó Eärnil?, habrá que enviarle a buscar y también a Ragi, y más si está perdido.

- Me alegra saber que tanto Otho como Denelloth se encuentren sanos y salvos en Sil Auressë, pese a que éste último esté herido, aunque sé que Denelloth es duro y se recuperará enseguida- confió el joven dunadan.

- En cuanto a Eärnil, debe estar de camino, en algún punto del río, más allá de los molinos que hay en la parte del río entre el castillo y la aldea. Supongo que cerca de donde encontramos a Otho.. no creo que se halle más lejos. Aunque yo le dejé pasado el río, desde el punto donde encontré a Otho y la zona más elevada, donde encontré a los orcos.- dijo encogiéndose de hombros ante la ignorancia de la ubicación de su compañero.

- De Ragi no sé nada, lo lamento- dijo admitiendo su ignorancia.

- Puedo ayudar en la búsqueda. Sé donde encontré a Otho y dónde estuve con Eärnil. No tendría el mayor problema en volver y ayudar a buscarlo- se ofreció el joven.

-De momento descansa, muy posiblemente requeriremos de tus servicios en breve. Si todavía no han salido a buscar a Eärnil, quien vaya en ese grupo de búsqueda hablará contigo para que les des las indicaciones precisas para encontrarlo cuanto antes. Hay enemigos afuera y es necesario reagrupar a todos los hombres que están afuera desperdigados, por su seguridad ante todo y luego por la nuestra. Necesitaremos de todas las espadas posibles para la hora oscura que se avecina. Si no tienes nada más que informar, ve a descansar.

 La magia puede alterar la realidad tal y como la conocemos, ya que no hay solo una realidad… Nosotros percibimos un plano de existencia, pero realmente hay multitud de ellos bien definidos. En ocasiones los límites entre los distintos planos no son claros, son difusos.

 Nuestra realidad tal y como la conocemos, se repite como un eco, pero ese eco puede alterarse y diferenciarse.

Las palabras eran de Ayla, y Norión las había leído en uno de los pergaminos manuscritos por la Dama en la casa de Adhellin. En esos textos, ella había hecho referencia a un conocimiento muy profundo de los distintos planos, y cómo se manejaba en las realidades más allá de lo físico. Por otro lado, los anamartar estaban en contacto con el mundo de las Sombras, moviéndose en el umbral que separa los muertos de los vivos.

Norión centró su atención en la piedra. Las vetas brillaban con una fuerza extraña, y estaba cortado como si fuera la mitad de un todo. Es decir, el sacerdote sospechaba que en algún lugar había otra piedra complementaria de ésta. Y el relato de Denelloth lo confirmaba. La magia era poderosa en la piedra, era lo que se denominaba un “foco” que canalizaba la fuerza de todos los presentes y servía para centrar todo tipo de rituales. Vio la energía del reino de Mentalismo moverse desde Sir hacia la piedra, y a través de la piedra propagarse hacia el mundo desconocido que había visitado Denelloth. Y esa fuerza visible gracias al poder de Norión atraía al espíritu del dúnadan allí. Pero la piedra también aceptaba magia de Canalización, ya que el reino con el que conectaba era el de Irmo, el Señor de los Sueños y de las Visiones. Y absorbía la Esencia de los alrededores. No era un artefacto mágico de por sí, pero focalizaba el poder de los presentes, y de quien sea que estuviera al otro lado… Y de este lugar creado por la Dama Ayla.

Denelloth pensaba sobre los versos que había escuchado en la visión, y no podía quitarse la imagen del elfo blanco de la cabeza. A su lado, Sir descansaba algo más tranquila mientras Norión observaba la piedra, y realizaba extraños conjuros en busca de respuestas...