Partida Rol por web

Sil Auressë

[15.4.2] El Grupo del Monolito

Cargando editor
29/06/2016, 20:37
Director

Sin más despedidas, el pequeño grupo liderado por Denelloth tomó rumbo hacia el oeste. Les esperaba una travesía peligrosa de noche, evitando las fuerzas enemigas, hasta llegar al claro y el monolito ancestral. Una vez allí, tenían que hallar alguna forma de desactivarlo. Pero eso sería entonces. Primero, en esta noche sin luna, tenían que avanzar con sigilo y precaución.

Girion terminó de envolver los cascos de su caballo Viento, y a su lado Otho y Ferrim tomaron posición en la parte central de la comitiva. Norión se subió al caballo para descansar un poco en los primeros compases. Tanto el sacerdote como el joven dúnadan estaban aún pensando en lo que habían hablado con la Dama Finduilas antes de partir…

Denelloth se puso delante, y comenzaron a andar. A lo lejos, pudieron ver un búho volaba que volaba encima de sus cabezas, sin perder de vista al grupo y vigilando lo que había delante. De vez en cuando, se acercó para sobrevolar la posición de Denelloth, y luego siguió hacia delante. Como si los estuviera escoltando.

 

Notas de juego

Girion y Norion han avisado de que estarán ausentes unos días, mientras tanto podemos avanzar con cosas como la posición de cada uno (se entiende que vais prácticamente en fila india o como mucho de dos en dos, por ir fuera del camino), y si váis con antorchas etc. Es una noche sin luna ni estrellas.

Ah, y Denelloth tendrá que explicar algo de ese búho que os vigila desde los cielos :)

Cargando editor
02/07/2016, 18:38
Denelloth

El sol se ponía en el Oeste, frente a ellos, cuando la pequeña comitiva abandonaba Sil Auressë, con una última mirada a los que dejaban atrás. Quién sabe si volverían a verlos a todos ellos, ni a la ciudadela en construcción y al pequeño burgo que había crecido a sus pies.

El montaraz caminaba ligero, tenso, atento al horizonte, algo adelantado. No fue hasta que las sombras ganaron terreno y avanzaron un buen trecho que Denelloth aminoró el paso y se dejó alcanzar por el grueso del grupo. Les miró, pero bajo la capucha, la oscuridad apenas dejaba intuir unos rasgos algo quebrantados. Cuando habló lo hizo con voz ronca.

-Marcharemos toda la noche, a buen paso, y en silencio. Queremos pasar desapercibidos, no ver a nadie ni que nos vean. Si alguien aparece intentaremos ocultarnos, y si hay problemas... si hay problemas intentaremos que nadie pueda contar que nos ha visto. Deberíamos estar en el bosquecillo temprano por la mañana, pero a medio camino pasaremos cerca de una cabaña abandonada.

Calló por un momento, y bajó la cabeza, como pensando.

-Estad atentos, amigos, a cualquier brillo o ruido que veáis u oigáis, y dad aviso al resto en voz queda, o por gestos. Nada de antorchas. Russef, tú guardarás la retaguardia. Girion, quédate junto a Norión y a Otho, en el centro.- Se interrumpió con lo que pareció una pequeña e inesperada carcajada, y añadió: -Y nada de baños intempestivos con apestosos orcos esta vez. Ferrim, caminad a mi lado.

El búho, que ahora parecía una veloz sombra, volvió a revolotear sobre ellos cuando aceleraron el paso. Denelloth hizo un gesto al animal, que se hundió en la noche negra por delante de ellos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Nah, hay que mantener la intriga un poco, no? Magia y suspense, suspense y magia...

En principio, sin parar hasta llegar a las cercanías de la cabaña...

Dejo hecha una tirada de observación (por si aparecen los malos), no sé si es necesario tirar rastrear u orientación celeste o algo así...

Cargando editor
02/07/2016, 19:11
Denelloth
Sólo para el director

Caminaban en silencio, sin ver demasiado delante de ellos, y sin embargo con los ojos bien abiertos, atentos a cualquier irregularidad del terreno, pero también para evitar cualquier encuentro desagradable. Denelloth husmeaba el aire, intentaba penetrar la oscuridad, aprestaba el oído a cualquier sonido lejano. Y también palpaba una pequeña piedra lunar en su bolsa, y recordaba a Sir. Y los dos nombres que había musitado entre la fiebre y los sueños.

Era inesperado, y sin embargo y por alguna razón difícil de explicar, al montaraz no le había extrañado oir el nombre de Thelran en los labios de la niña. Había viajado por aquí y por allá, siempre envuelto en los grandes hechos de su tiempo. Además, su destino parecía extrañamente trabado con el de Denelloth. Sus caminos nunca terminaban de cruzarse, pero no debían discurrir muy lejos. Antes Khelroc y los Faradrim Aran, ahora Sir en Sil Auressë. El montaraz se preguntaba si alguna vez llegarían a encontrarse realmente. Se preguntó dónde estaría ahora.

Lo último que supo de él fue a través de Khelroc, el año anterior, en Fornost Erain. Se encontraron varias veces, en los alojamientos de los Montaraces, en una casa de empanadas y solían frecuentar y en los jardines al pie de la muralla, per osiempre fueron encuentros fríos, melnacólicos, trabados por el desasosiego interior de cada uno. En aquel tiempo, Denelloth pensaba a menudo en Thelran y en su "cambio de papeles"; en qué hubiera ocurrido si Thelran hubiese estado en su lugar. Llegaba a culparlo secretamente de su desgracia, y a veces fantaseaba imaginándolo en su situación. En sueños, Thelran conseguía escapar fácilmente a las pesadillas de Carn Dûm, lo que abatía todavía más al montaraz.

-Estuvo aquí, en Fornost. Pero partió pronto hacia el este.- Khelroc le contestaba con evasivas y sin mucho entusiasmo. -Luego oi decir a algunos que lo habían encontrado en las Colinas de la Torre.

Aquella noche Denelloth durmió mal, y soñó que Thelran partía en un barco hacia el Gran Oeste en su lugar; pero se miraban, y Thelran le sonreía con afecto. Y Denelloth se despertó más sereno que de costumbre.

Cargando editor
07/07/2016, 19:30
Girion

Girion se reunió finalmente junto con sus compañeros. Escuchó la experta voz de Denelloth para saber cómo iban a ir hacia el monolito. La noche no ayudaba en su empeño - Pero a ellos tampoco, o eso espero - pensó el joven dunadan mientras oteaba el cielo.

Cuando dio la orden de marcha, Girion ayudó a montar a Norion en Viento y andó delante de él, con una cuerda atada al bocado del caballo para guiar y llevar su ritmo. Previamente el joven había atado unos trapos en los cascos de su corcel a fin de que no hicieran ruido en su trote. No estaba de más quitar un poco de ruido para  que no les detectaran.

Luego mantuvo el silencio y la atención en lo que les rodeaba. No podían dejar que les descubrieran y dieran la voz de alarma.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Yo también observo y estoy alerta :)

Cargando editor
08/07/2016, 21:44
Director

–Eres igual que mi amigo, la mirada de Sir parecía traspasar todo lo físico hasta ver la propia alma del montaraz. Su fëa. -¿También tienes una estrella como él?  

- Os confundí con un amigo, dijo el Guerrero Onírico en Oestron mientras la tristeza se dibujaba en su mirada. Vistes como un montaráz del Norte, amigo. Muy pocos me conocen, y menos saben quién soy. Ciertamente soy el Guardián.

-Th-Thelran… ¿Thelran?, parecía preguntar Sir cuando notó la presencia de Denelloth.

Thelran, de quien ya me has oído hablar, dijo Ayla, sabe bastante de lobos, aunque nunca se lo reconocimos los compañeros directamente. Ahora lo echo de menos, hemos pasado muchas cosas juntos, y nos hemos separado demasiadas veces. Hace un año que no lo veo, y no sé donde puede estar. Le gustaría bastante lo que estamos haciendo aquí…

Lo que estamos haciendo aquí… Mientras caminaba hacia lo desconocido, los recuerdos invadían la mente de Denelloth. El destino había querido, al parecer, que de alguna forma Ayla, Benaldamat y Sir tengan en común precisamente la figura de Thelran…Un nombre que le había perseguido como un fantasma durante muchos años.

-El Lobo Blanco, dijo Khelroc mientras agarró otra jarra de cerveza. –Nimdraug. Así le llaman ahora algunos. Los que creen que la Hermandad del Lobo regresará pronto a los Faradrim Aran. El tiempo lo dirá, amigo. De momento, Thelran ya se ha acercado bastante a la figura de su tío, Haldamir. El gran Lobo Gris.

Denelloth se encontraba con Khelroc en la taberna de las Siete Estrellas. Los dos hablaban de todo un poco, tratando de recuperar paso a paso una cierta normalidad en sus vidas. Pronto, Denelloth se iría al refugio de Bar Irlossiel. Los dos sabían que tal vez no volverían a verse.

Cuando Denelloth partió de Fornost Erain, dejó atrás su vida de Faradrim Aran. Fue un encuentro casual con Ayla en Bar Irlossiel, cuando ella buscaba a Finduilas, el que le había llevado a este momento. Ahora se sentía de nuevo un montaraz. Un dúnadan.

Y quizá esté más cerca la hora el regreso de los Lobos, le dijo Denelloth a Ayla. -La historia de Haldamir es larga, y pocos la conocen al completo. Un día quizá te cuente la parte que sé. Pero esta noche no. Ahora descansa, Ayla. Me toca esta guardia.

Cargando editor
11/07/2016, 16:34
Ferrim, hijo de Ferric

Ferrim no sabía dónde estaba aquel monolito, ni siquiera sabía la dirección. Solo intuía que no podía estar muy lejos y, por lo tanto, no había preparado un petate de gran tamaño. No iba equipado para un largo viaje, sino con los elementos útiles para un par de días de camino, a lo sumo.

Pero, para él, caminar dos días era un paseo. Sus piernas le habían llevado por miles de millas a lo largo de los años, y aquel paseo no eran más que eso, uno paseo.

Guardó silencio. No era momento, ni había ganas, para canciones del camino. Aquello debía hacerse rápido y en silencio. Hacía tiempo que no participaba en una misión de ese tipo y sintió una leve alegría recordando aventuras de juventud, más violentas y arriesgadas que las que solía tener ahora. En estos años, él era un naugrim de mediana edad que se movía en caravanas de mercaderes y entraba en los salones de la nobleza y de los burgueses de las ciudades comerciales.

Pero no había olvidado, ni mucho menos, lo que era aferrar con firmeza el mango del arma, ni lo que era blandirla contra un enemigo. Ese picor era algo que todo enano conservaba, para siempre, incluso cuando la edad te pide quedarte en la mina o el taller. No en vano, las más grandes sagas de los khazad hablan de batallas y gloria.

Por eso ocupó su posición al frente de la comitiva con ánimo y ojo atento. Sabía que, ahí, él tenía una vista privilegiada en la oscuridad que los humanos no solían disfrutar. El enano es firme en la defensa, un bloque, pero también es cazador en la oscuridad.

Cargando editor
12/07/2016, 14:01
Russef Wrings

Asentí a a la orden de Denelloth y me situé cerrando la comitiva.

Atento a cualquier atisbo de peligro, al igual que el resto y recordando los senderos de esta zona en busca de peligros o areas posible de emboscadas.

Era de noche y apenas había buena visibilidad, pero los malditos huargos tenían buena vision nocturna y sobre todo un olfato excelente. Si estaban cerca de seguro que nos descubririían antes que nosotros a ellos, sobre todo si el viento soplaba en su dirección.

- Tiradas (2)
Cargando editor
13/07/2016, 22:28
Norión

Norión apenas escuchaba los pasos del caballo que montaba, resonaba mas firme en sus oídos la brisa de la noche moviéndose entre las hojas de los árboles que el sonido que todo el grupo hacía al avanzar en la oscura espesura que conducía al monolito. Su cuerpo estaba inmóvil, tras la capucha que ocultaba su rostro, dormitaba por momentos y pensaba por otros, susurrando plegarias inaudibles cada tanto para protegerlos de cualquier ataque de orcos y alimañas.

A un lado Girión, su alumno y amigo, al otro Otho, que parecía aún mas diminuto al verlo desde el caballo, pero con una gran lealtadad que el sacerdote valoraba, el mediano ni avanzaba ni retrocedía, sino que era un fiel compañero, un apoyo mas sólido que su cayado, pronto iba a necesitar de ese pequeño cuando la oscuridad, la verdadera oscuridad, se cerniese sobre ellos.

No habló durante el camino, incluso se contuvo de aclarar las dudas de Girion sobre lo que vendría delante. Según el montaraz había una cabaña abandonada mas adelante, tal vez sería un lugar seguro para descansar unas horas y poner al tanto al resto de lo que habría de acontecer.

Cargando editor
19/07/2016, 23:03
Director

El grupo avanzaba en completo silencio, atentos a todos los movimientos y ruidos a su alrededor. Vieron a lo lejos a los últimos granjeros y campesinos que habían evacuado sus hogares ante la inminente llegada de las huestes enemigas. La noche era extrañamente oscura y silenciosa. Expectante.

En el cielo, pudieron ver pequeñas bandadas de murciélagos. Volaban en grupos de dos o tres. Su tamaño era grotescamente grande, y su propósito no era otro que observar el territorio desde las alturas para luego informar a sus amos. Pero el grupo no viajó solo. Por encima de sus cabezas, el búho seguía su estela para luego avanzar por delante. Y cuando su camino se cruzó con algunos murciélagos, no dudó en cargar contra aquellas criaturas inmundas. Los murciélagos se dispersaban ante su llegada, y se alejaban. Otras veces se unían tres o cuatro para perseguirlo, y los conducía lejos del grupo. Porque la velocidad del búho era muy superior a la de los murciélagos vampiro que planeaban en el cielo.

A su derecha, ya podían ver el río. Pero era mejor avanzar por la zona entre el río y el sendero que se encontraba más a su izquierda. Había bosquecillos donde ocultarse, y el terreno rocoso era lo suficientemente irregular como para no albergar muchos asentamientos que podrían atraer a los enemigos. Aún quedaban unas horas para llegar a la cabaña, y era el momento de tomar un pequeño descanso antes de seguir...

- Tiradas (4)
Cargando editor
22/07/2016, 11:52
Denelloth

El grupo avanzaba a buen ritmo, a pesar de la profunda oscuridad, temeroso de ser divisado, especialmente desde el aire. Siguieron por la izquierda, y Denelloth se alegró de que la vegetación les ofreciese una cobertura algo mayor.

El montaraz se detuvo un momento, como indeciso. Tardó unos instantes en reaccionar, mientras miraba alrededor. No parecía querer detenerse, pero el sentido común pareció imponerse finalmente. Buscó al búho en el cielo, tal vez para darse seguridad, y dijo en voz baja, ronca:

-Descansemos un momento. El tiempo justo para refrescarse antes de continuar. Ni ruidos ni luces, no bajéis la guardia, ni os disperséis.

Cargando editor
23/07/2016, 02:37
Norión

Norión se apoyó en Girion para bajar del caballo y dio algunos pasos con dificultad. Su pierna estaba casi entumecida por la falta de movimiento, el detenerse unos minutos era algo mas que oportuno. Su capucha ocultaba su rostro completamente entre las sombras de la noche, mientras que su larga túnica gris se movía levemente con la brisa. En mas de un sentido la misma muerte formaba parte de ese grupo, y para bien de ellos estaba de su lado. 

Se acercó al líder del grupo y susurró algo a su oído, señalando al cielo. Luego regresó hacia el caballo y cruzó unas palabras con Otho, hasta que todos estuviesen listos para continuar.

Cargando editor
23/07/2016, 02:55
Norión

Los susurros de Norión estaban dirigidos a Denelloth y a nadie mas, las dos capuchas oscuras se acercaron mientras la voz áspera del sacerdote las atravesaba.- Aún tenemos mucho por hacer tu y yo antes de llegar al monolito, dejo en tus manos si es en la casona abandonada o en el claro del día mas adelante,  confío en que encontrarás el momento mas oportuno para detenernos a completar esa tarea- La sombría silueta del sacerdote se alejó sin esperar respuesta.

Cargando editor
26/07/2016, 11:56
Girion

Girion aceptó con agrado el breve descanso. No estaba cansado, simplemente quería tomar un respiro y echar un trago de agua antes de proseguir.

Ayudó a Norion a bajar de Viento y le siguió, como fiel compañero en su deambular. No esperaba que Norion se desplomara, pero tenía que estar alerta para ayudarlo.Tras la reunión en Sil Auressë, sabía la importancia que tenía este grupo y en concreto Norion.

Cargando editor
27/07/2016, 00:13
Director

Norion bajaba del caballo apoyándose en el hombro de Girion. Apenas habían cruzado unas palabras desde que salieron de la biblioteca. Los objetos entregados por Finduilas estaban a buen recaudo. Antes de partir, habían visitado brevemente la Gran Sala de la Academia. Ahora la habían convertido en una improvisada Casa de la Curación, donde Caäniza y el maestro Ionell cuidaban de los heridos. Habían preparado más camas para lo que se temía iba a suceder…

La sala estaba a oscuras, y en silencio. Caäniza les acompañó hasta el fondo de la sala, donde en una camilla, descansaba Sir. La piel pálida  febril de la niña resplandecía en la penumbra, y sus pequeñas manos se aferraban a un caballo de madera en vez de la piedra que se había llevado Denelloth.

Girion no pudo evitar recordar las distintas clases que se habían impartido en esta sala, los ratos con los compañeros. Ragi y Eben, Cäni, Tarosh, y los demás. Girion era de los mayores, pero aún así habían compartido algunas bromas y gamberradas. Ragi siempre tan pendiente de Sir, de su prima como la llamaba, aunque era fácil de ver que el joven dunlendino de pelo oscuro y rizado, y la pequeña de rasgos de la clase alta dúnadan no compartían la misma sangre.

Recordaba los tiempos felices, que ahora parecían tan lejanos. Como si fuera otra vida. Ahora, quedaba la penumbra de esta sala de estudios, donde Caäniza se preparaba a recibir a los heridos de la batalla que se avecinaba. Eben y Ragi no habían regresado de sus misiones allí fuera, y ahora Girion iba a acompañar a un pequeño grupo hasta el monolito donde decidiría el destino de todos.

-Un día apareció, sin más. El caballo. Así me lo dijo Ragi, comentó Caäniza de repente y apartó un mechón del rostro de la pequeña. El juguete había sido tallado de madera exótica, con tiempo y dedicación. –No dejaba de sorprendernos. Era … Es especial.

Norión miró a Sir sin inmutarse, concentrado. Apoyándose en su cayado, trató de enviarle algún mensaje. Pasarle unas palabras, aunque sus oídos no podían escucharlas. Enviarle su fuerza, y su promesa de que iban a luchar por ella, que iban a salvarla. A ella, y a todos.

Cargando editor
02/08/2016, 11:13
Girion

Girion bajo hasta la gran sala de la Academia para ver a Sir. Mientras bajaban los recuerdos de laniña se hacían presentes en la mente de joven. Si bien él era el mayor de los estudiantes, ella era la más pequeña y sin duda la más delicada. Esto había hecho que se preocupara por ella y por Caäniza, protegiéndolas y ayudándolas en lo que podía.

Cuando llegaron Caäniza les salió al encuentro y al verla el dunadan la abrazó fuertemente, como lo hace un hermano con su hermana pequeña. Le retiró el pelo del rostro y le limpió las lágrimas de las mejillas. Luego le dio un beso en la frente y le sonrió. No podía parecer débil, debía ser un apoyo para la niña en esos momentos. 

Tras unos segundos abrazados dejó a la niña nuevamente en el suelo y de la mano le llevó hasta Sir.

El rostro de la niña era cerúleo, inmaculado. Su expresión era de paz, pero el jovendunadan sabía que estaba librando una batalla en su interior. Girion se acercó y acarició el pequeño rostro. 

Se fuerte mi pequeña, encuentra el camino a nosotros. Estaremos aquí, a tu lado, esperando, no estás sola.

Tras esto le dio un beso en la frente y acaricio uno de sus brazos.

Cargando editor
02/08/2016, 18:43
Norión

El anamarta tras despedirse de Sir se acerco a Caaniza, su inocente amiga, porque así la había considerado desde el día en que vino junto al bardo a la casa del bibliotecario. Aún recordaba como había sanado su rodilla, fue una sensación de alivio breve pero agradable. Desde el rapto apenas habían cruzado palabras, todo había sido muy veloz para él, y al igual que a la hechicera y al Director de la Academia, era probable que tampoco volviese a ver a esta curandera en potencia. Abrazó a la niña, un gesto que a él mismo lo sorprendió, pero no tenía tiempo para censurar sus emociones - Cuidate mucho , y no te alejes de Sir, sea como sea protegela, de acuerdo? Algo me dice que tendrás bastante trabajo estos días, mas del que quisieras tener, pero es tu propósito y los Valar así lo quieren ...- había cierta tristeza en sus ojos mezclada con esperanza, dos sentimientos que Norión nunca expresaba y por ese mismo motivo le eran difíciles de ocultar.

Luego se acercó a Girión, que estaba en silencio junto a Sir - Vámonos, es hora. Puede que tengas que volver por ella si Denelloth no sobrevive, y ser tú quien guarde sus pasos en su lugar. Prepárate para eso y acompáñame, aún nos espera un día difícil por delante - dijo, y sin mas se dio vuelta y caminó hacia el grupo que estaba esperándolos para partir.

Cargando editor
20/08/2016, 16:25
Director

El grupo se detuvo en un lugar protegido por maleza y árboles en medio de la oscuridad. El descanso no iba a ser largo. Tan solo un bocado rápido al pan hogaza que les habían entregado antes de partir. El sabor del pan recién horneado les recordaba que luchaban para salvar ese fugaz rayo de esperanza que era Sil Auressë. El hogar de mucha gente que lo habían perdido todo en las guerras.

Ferrim, Otho y Norión se sentaron en unas rocas. Mientras comían y descansaban, Denelloth avanzó unos pasos hacia el este, en dirección del río. Russef, quien había cerrado la comitiva, se encontraba en el lado opuesto del improvisado campamento. La noche se llenaba ahora de ruidos lejanos e indescifrables. Russef creyó oír aullidos de lobos, pero también podría ser el viento. Trató de escuchar mejor, y Girion se unió a él. Se alejaron unos pasos del resto hacia la oscuridad.

Cargando editor
20/08/2016, 16:34
Director

Los dos se detuvieron y aguantaron la respiración. Los ruidos eran bastante lejanos, desde el oeste. Gruñidos, luego unos golpes. Y un grito. ¡Alguien estaba en apuros!

Pero Girion y Russef no fueron los únicos en oír el ruido. Una sombra alada pasó a toda velocidad por encima del campamento y entre Girion y Russef y siguió en línea recta esquivando los árboles hacia el origen del ruido

Cargando editor
20/08/2016, 16:35
Director

De repente, el búho que había estado sobrevolando la comitiva apareció de entre los arbustos. Remontó el vuelo a un metro de altura y cruzó a gran velocidad el campamento y pasó rozando a Russef, y siguió su camino esquivando los árboles pero en línea recta hacia un punto concreto.

Cargando editor
21/08/2016, 18:29
Girion

Girion escuchó algo que le dejó un poco preocupado. Era como un  ruido lejano copmo si fuera un aullido, pero podía ser cualquier cosa, desde un trueno a pisadas de monturas. Nunca se sabía, así que era mejor echar un vistazo. El joven miró a su lado y vio que Russef también lo había oído. Con solo una mirada se lo dijeron todo y ambos se levantaron para ver qué podía ser.

Antes de alejarse, Girion dejó las pertenencias que podían molestarle, cogiendo el arco, la espada y el escudo. Cuando pararon lo escucharon mejor. Eran gruñidos, golpes y, por último, un grito. Alguien necesitaba ayuda y cerda de ellos. 

Es entonces cuando el buho de Denelloth pasó volando entre ellos y se perdió en la espesura del bosque en dirección a los ruidos.

- Voy a decirselo a los demás. Espérame, iremos los dos- dijo en un susurro el joven dunadan y al momento corrió a decirselo a los demás compañeros.

Moviendo los brazos para no hacer ruido, haciendo gestos para que se acercaran el joven reunió a todos.

- Russef y yo hemos oído ruidos y tu buho también, pues ha pasado por encima de nosotros en dirección a los mismos- dijo a todos y en concreto a Denelloth.- Vamos a ver qué está ocurriendo pero será mejor no ceger riesgos pues creo que nuestra misión es más importante.

Tras decir esto el joven volvió a donde había dejado a Russef y haciendo un gesto con la cabeza le indicó a su compañero que estaba preparado.