Partida Rol por web

-Se la llevaron al Monolito, contestó Finduilas. -Tal vez les sirva para invocar ayuda desde el Reino de Irmo. Era una posibilidad lejana, nada más. Como toda aquella misión. Pero había que intentarlo.

Luego se quedó mirándola un rato más mientras caminaban. -¿Qué sabes de Benaldamat?

-Ben... Él me salvó, en el norte. Cuando falleció mi abuelo. Me llevó a un lugar seguro. Luego volvió Thelran y me recogió con una amiga. Pelewen creo que se llamaba ella. Y me dejaron con Danroth en Tharbad, donde conocí a Ragi. Y juntos viajamos a Sil Auressë.

Poco a poco la niña se iba encontrando mejor y podía hablar más tiempo. También comía bocados en los descansos. -Sé que Benaldamat es de muy lejos, del norte más allá del norte, donde el hielo y la nieve no se van en primavera. Sigue un camino marcado por visiones, y busca hacer el bien. No sé mucho más. Solo que todo empezó con Ben para mí. Y creo que del mismo modo, todo terminará con él.

El grupo siguió avanzando a buen ritmo las pocas horas de luz que quedaban del día del eclipse. Cuando el sol nuevamente comenzó a ocultarse en el oeste, llegaron a lo alto de una pequeña colina. De allí Aeldric podía ver algunos de los senderos de los elfos, cuyas marcas eran invisibles para los que no sabían qué mirar. La mayoría de esas sendas iban de este a oeste, hacia los Puertos Grises.

Aeldric paró la marcha en lo alto de la colina. -Puedo ver los caminos élficos pero ya está anocheciendo y avanzar a oscuras no es buena idea a mi parecer. Creo que deberíamos acampar en esta colina, es un punto alto y podremos observar con más facilidad nuestros alrededores además de estar en posición ventajosa frente a enemigos. Esa es mi opinión y consejo, ¿qué opináis? 

Ragi asintió a las palabras del elfo. No le apetecía pasar más tiempo del debido en el camino pero entendía los riesgos que la oscuridad podía traer.

- Debemos hacer guardia-dijo el joven explorador-. Yo haré la primera con quien deseé acompañarme.

No le apetecía permanecer despierto pero sabía que era la mejor opción para la supervivencia del grupo.

Al llegar a la cima de la colina Anael dejó la camilla en el suelo y desató a la niña liberándola para que estuviera más cómoda. La noche se les había echado encima, con lo que debían detener su marcha.

-Sí, será mejor descansar. Nuestros enemigos son más peligrosos con la noche pues los orcos ven en la oscuridad. Así que es mejor descansar sin hacer fuego y reanudar la marcha por la mañana temprano.

-Yo haré la segunda guardia -se ofreció Anael.

Aeldric seguía mirando en la dirección donde se encontraba el sendero élfico mientras hablaba. -Haré la primera guardia con Ragi. En caso de que seamos atacados deberíamos formar un círculo alrededor de Sir y Finduilas. Con suerte no necesitaremos desenfundar armas esta noche.

La noche cayó en las tierras de Cardolan poniendo fin a un día en el que el sol se había ocultado durante largas horas, y las fuerzas de la oscuridad se habían sentido como pocos recordaban. Orcos y huargos se habían unido bajo un único estandarte para aniquilar la aldea de Sil Auressë, para apagar para siempre la “Luz del Amanecer” que era el nombre premonitorio que había elegido Ayla para el lugar. No obstante, otras criaturas más viles y antiguas que los orcos también habían oído la llamada del Abismo, y se habían despertado de sus letargos o se movían inquietos entre este mundo y el mundo invisible.

En el pequeño campamento improvisado, el grupo notó el frío y dudó entre encender una hoguera o no. Finalmente optaron por no arriesgar según indicó Anael, y se taparon con mantas y sobre todo trataron de mantener caliente a Enila.

Ragi y Aeldric hicieron la primera guardia, mientras el resto descansaba. El elfo se apartó un poco del resto y sacó una espada que parecía antigua, de los tiempos de la grandeza de los Primeros Nacidos.

Aeldric se concentró en la espada Anar Ilfirin. La espada de su padre Beldar Kininward, quien había luchado en la Orden de la Luz en tiempos pasados. Una orden que velaba por la seguridad de las aldeas ante el avance de la oscuridad. Aeldric pudo sentir una conexión mística entre aquellas edades y la actualidad. Un vínculo con el pasado, y con la espada dedicada al Sol Inmortal.

Entonces notó algo. Primero lo sintió. Como un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Y luego lo vio. Sombras traslúcidas moviéndose en la noche. Espectros de hombres caídos en las guerras de antaño que vagaban ahora confusos por estas tierras. La repentina oscuridad y latido de las fuerzas oscuras les había sacado de su letargo, y ahora se movían en pequeños grupos o en solitario.

A los elfos no les daban miedo los espíritus de los vivos, pues ellos entendían tanto el mundo visible como el invisible. Sin embargo, podían suponer un problema. Aeldric vio a tres que avanzaban hacia ellos. No lograba distinguir qué eran exactamente. Pero se acercaban…

Finduilas se había sentado junto a una roca, algo apartada del resto. No quería comer nada, ni tampoco conversar. Seguía pensando en las piezas de un tablero complejo, y en las sombras dentro de la oscuridad de la noche. Entonces sintió algo. Buscó con la mirada al elfo. Y en los ojos de Aeldric se reflejaba que él también lo había sentido.

Cerró los ojos y comenzó a concentrarse...

El joven explorador se puso en tensión cuando vio la reacción de la dama Findulias y preparó su espada corta para lo que pudiera suceder.

No había visto nada todavía pero, por la seguridad de la niña, no iba a menospreciar la capacidad de la dama. Estaría listo para defender el campamento.

Aeldric mantuvo la calma y retrocediendo lentamente hacia el grupo, sin apartar la mirada de su objetivo, avisó a Ragi tratando de no alzar demasiado la voz. - Espectros. Despierta a Anael, Ragi. Y no os alarméis demasiado, puede que simplemente vengan a curiosear y no a hacernos daño.

El elfo no adoptó postura de guardia ni de ataque, simplemente apoyó su espada sobre el suelo delante de él, con las dos manos sobre el pomo esperando a que los espectros estuvieran un poco más cerca para diferenciar si eran malignos o no.

podrías explicarme por favor en que consisten mis habilidades de las categorías "Percepción de del Poder" y "Listas abiertas de Esencias"? Y tengo alguna habilidad eficaz contra espectros?

Percepción de Poder: tienes la habilidad de Sintonización que es la que se usa para objetos magicos, para aprender a manejarlos. En tu caso, cada nivel tiras para aprender algo nuevo de la espada. En la categoría de listas hechizos de esencia tienes dos: Ilusiones menores (hasta nivel 4) y Mano de esencia (1). Las ilusiones son de sonido o imagen, y de la lista de la Mano de Esencia sabes el primer hechizo únicamente. Era hacer vibrar un objeto si mal no recuerdo. Para espectros no tienes nada especifico, pero tu raza está más acostumbrada a tratar con ellos.

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-Espectros... Almas perdidas de batallas de estos años, y de siglos pasados. El Abismo se ha agitado, y ellos acuden a la llamada, o simplemente merodean confundidos, dijo la hechicera mientras se incorporaba. Comenzó a concentrarse, pero añadió en un susurro: -El poder les atrae. Mi presencia aquí les atrae. O la de Enila. Despertad a todos, hemos de seguir avanzando antes de vernos rodeados.

Ragi hizo caso. Se acercó a sus compañeros dormidos y trató de despertarlos haciendo el menor ruido posible. El peligro se palpaba en el ambiente.

El elfo volvió a empuñar su espada y levantó el escudo entre él y los espectros que tenía delante, tratando de proteger al grupo. - A Finduilas no le falta razón, será mejor empezar a movernos para no acabar rodeados. Andad con cautela y calma, no bajéis la guardia en ningún momento. Proteged a Enila y Finduilas a toda costa.

Anael se despertó tras la primera sacudida. Al hacerrlo el hombre se giro con una espada en la mano, oculta bajo la manta que lo tapaba, presto a acabar con aquelloq ue lo había despertado. Pero al ver a su compañero refrenó el impulso.

Después vio que Ragi le señalaba como una nebulosa. Al fijarse mejor, Anael vio que eran espectros. los ojos de éste se sobresaltaron y se levantó de un salto, aferró ambas espadas con su mano y se preparó para el ataque.

Luego, haciendo caso a Aeldric, se situó al lado de la Dama y la niña cerrando el triángulo formado por sus compañeros para protegerlas.