Partida Rol por web

Muchos de los presentes agachaban la cabeza ante las palabras de Súlkano, pero Teletasarë seguía de pie, mirando a Súlkano: -yo empezaré el adiestramiento, pero necesitaré ayuda con los elementos.

Helkama no desaprovechó la oportunidad de apoyar a Teletasarë: -yo le enseñaré los principios de los elementos. Luego podrá instruirla Moranar, y también creo que debe ir la Cámara de Elenril, si él se lo permite.

Súlkano se quitó la capucha y guardó su halcón. Sus ojos entre azul y violeta eran aún más claros de lo que Ayla se acordaba. Era difícil discernir la fuerte emoción que se reflejaba en su rostro. Parecía una mezcla de tristeza, melancolía, sufrimiento, aceptación y compasión. El Hado de los Noldor.

Ayla recordó algo, de hace un tiempo:

Un sentimiento que los noldor denominaron:  alcar ar úcarmë… Es difícil de explicar, pero hace referencia a la desolación de haber creado algo increíblemente hermoso e irrepetible, pero que a su vez es la fuente de una tristeza o y una desolación sin límites. Alegría y tristeza, risa y llanto, vida y muerte, esperanza y desolación… gloria y pecado. Todo eso es  alcar ar úcarmë…

Súlkano miró uno a uno a todos los presentes, algo poco habitual en él. -Entonces… qué así sea… Gracias Helkama y Teletasarë. Elenril, ¿tú qué dices?

-No voy a ser menos que mi viejo amigo enano, dijo el animista refiriéndose a Helkama. -Ayla, la última vez te hice la pregunta acerca de si era más importante el arma o el guerrero. Contestaste bien, pero con evasivas. Esta vez, mi pregunta es otra, más peliaguda: ¿cómo puede el Hielo alimentar el Fuego? No quiero que me respondas ahora, ni que sepas responderla. Lo que sí quiero es que recuerdes esta pregunta, y cuando la entiendas, cuando sepas por qué es tan importante, entonces ven a verme. Porque las preguntas son las que nos llevan al conocimiento, mientras las respuestas son las que nos cierran las puertas.

Todos dieron su aprobación a lo que se había pactado, y el ambiente se relajó. Incluso Lalaith parecía conforme con la decisión.

Ayla se puso en pie mientras iba hablando tímidamente, como un niño pequeño que sabía que aunque le habían dicho que tuviera paciencia no había podido esperar porque creía haber entendido algo y quería demostrarlo. Poco a poco conforme iba hablando, recuperaba la confianza, hasta que su voz resonaba alta y clara.

-Lo primero, quiero agradeceros a todos el apoyo que me estéis dando, pero también quiero pediros disculpas, he visto aquí reacciones contrarias, desde el claro apoyo de Sulkano y Moranar hasta la dura oposición de Lalaith. Perdonad mi osadía pero voy a intentar contestar a la pregunta de Elenril. Ruego a los presentes que no me juzguen, pero hay cosas que hace tiempo veo muy claras, y hoy se me acaba de confirmar. Todo, absolutamente todo en el Universo está en un constante equilibrio, y si ese equilibrio no se respeta, aún no sé qué es lo que puede llegar a pasar. Al igual que, como dice el Quenta Silmalirion, cuando con la última de las canciones los Vala terminaron de crear la Tierra Media, todo era perfecto, pero eso a su vez supuso un desequilibrio en el Universo, lo que propició la devastación provocada por el Vala caído. El problema es que, de tal magnitud fue la acción negativa como reacción a la positiva, que aún el mundo está intentando recuperar ese equilibrio. Por eso mismo, se alternan pocas de paz con momentos de grandes guerras. La paz como tal no existe, existe el equilibrio, y como tal, cuanto más se desequilibra la balanza de un lado, mayor deberá ser el reajuste. Nunca habrá paz, como la idealizamos nosotros, siempre habrá dolor porque es necesario, solo la concurrencia del dolor y la alegría es lo que nos hace valorar la calma. Es por ese mismo hecho que cuando la oscuridad amenaza por encima de la Luz, ésta reacciona para restablecer el equilibrio, el problema se produce cuando el ajuste es excesivo, ya que volver a producir un nuevo desequilibrio.

Ayla cogió un palo, y se lo puso en horizontal en equilibrio en el dedo, y ejerció un poco de presión de un lado mostrando el desequilibrio que produce. Seguía apretando hasta que se cayó, pero luego lo volvía a poner en equilibrio sobre otra superficie para tener las dos manos libres y mientras seguía explicando, volvió a hacer presión sobre un extremo, pero antes de que se cayera hizo con la otra mano presión sobre el otro extremo hasta recuperar el equilibrio.

-Por este mismo hecho el fuego y el hielo, se alimentan mutuamente, porque son opuestos y cada uno hace presión a un lado de la balanza. Si el hielo crece por encima del fuego, el fuego reacciona y crece también para hacer frente al desajuste provocado por la fuerza del hielo, y viceversa, y as seguir hasta que vuelvan a alcanzar el equilibrio. Por todo lo que acabo explicar, hoy se ha visto como frente al claro apoyo que he tenido de Sulkano y Moranar, ha surgido la clara oposición de Lalaith, hasta que se ha mostrado Sulkano, relajando su apoyo, entonces Lalaith relajó su oposición, hasta que se llegó al consenso, al equilibrio, un equilibrio que a su vez ayudar a recuperar el equilibrio fuera de estos muros.

Ayla volvió a tomar asiento temblorosa esperando la respuesta a sus palabras.

-Interesante… La búsqueda del equilibrio como respuesta a la pregunta sobre los elementos. Hay mucho que debatir en lo que has dicho, pero partes de alguna premisas erróneas. Debes romper alguno de tus esquemas, sobre todo la idea de oposición de elementos en busca de un equilibrio, la reacción recíproca de todo con todo. Los elementos funcionan de otro modo, le dijo mientras cogía el palo que sujetaba Ayla, -no como una balanza con dos elementos contrapuestos, más bien un triángulo en constante movimiento. Lo verás en breve. Cuando estés preparada, hablaremos más, sentenció Elenril.

-Lo que pasa con Elenril, dijo Fëamirë, -es que no ve la poesía, la razón de ser, de las cosas. Simplemente las ve, las estudia. Para él, el fuego no alimenta el hielo, sino lo destruye. Pero en el sentido inverso, se supone que el hielo sí alimenta el fuego. Yo tampoco asimilo del todo por qué opinan así nuestros maestros elementales, pero me ha gustado tu forma de aplicar la pregunta al Universo en su conjunto.

-En cuanto a mí, dijo Lalaith, -creo entender lo que nos explica Ayla acerca del equilibrio de opiniones, de ideas, de las personas aquí presentes. Efectivamente, yo soy la voz discordante, pero no es nada personal contra Ayla, simplemente quería asegurarme de que todos estuviésemos centrados en la importancia de lo que aquí se ha decidido hoy.

Salieron de la Sala de Reuniones al Gran Salón. Fëamirë preparó algo de música con su invento, y cenaron y conversaron. Le avisaron a Ayla de que ahora empezaría un entrenamiento duro, de mucho sacrificio, de mucho trabajo. No necesariamente saldrá más poderosa, pero habrá cambios.

Ser fiel a uno mismo…

Nada más terminar de cenar, Teletasarë le llevó a Ayla a la biblioteca. Las siguientes horas, los días sucedían… El tiempo perdió su significado, sólo existían conceptos, libros, pergaminos. Junto a ellas había rollos de antiguos pergaminos, distintas versiones de la Quenta Silmarillion, Ainulindalë y Valaquenta, así como otros textos sagrados de los Noldor. Pero antes, ella le narró cómo empezó todo. En lo que le contó había cosas que Ayla ya sabía, pero también pequeños detalles nuevos que le empezaron a abrir los ojos.

Antes de que el Mundo fuera, existía el caos. En el Vacío no existía ni el cielo ni la tierra, solamente los seis elementos en constante choque y reacción. Entonces aparecieron los Ainur. Nadie sabe de dónde vinieron, pero crearon una Canción, una visión. Y ordenaron el caos. Estudiaron los elementos, observaron cómo se interactuaban, y comprendieron los secretos de las tríadas. Comenzaron los grandes ciclos de la creación, dos grandes ruedas girando el mundo con el tejido de la propia creación.

La Gran Canción que dio origen a todo fue entonada por los Ainur. En ella estaba la perfección, pero es posible que Arda, el Mundo que Es, no podía ser perfecta. Quizá no andes mal encaminada, Ayla, en tu observación de que el Equilibrio requiere la presencia de una Mancha, de la Corrupción de la Armonía. De una forma u otra, la Canción se alejó de su objetivo inicial.

Cuando el Mundo que Es fue creado en la Canción, y convertido a ser por la gracia de Eru Ilúvatar, los Valar convocaron a muchos compañeros, algunos menores, otros casi tan poderosos como ellos, y juntos trabajaron en el ordenamiento de la Tierra como poderes visibles. Pero entre todos los Ainur, o Valar como se les denominaría a los quince que entraron en Arda, no todos eran seres de bondad y luz. Hubo uno, el más poderoso, que buscaba la destrucción y el caos. La envidia de Morgoth era grande, y él también tomó forma visible, pero era una forma terrible y oscura. Y descendió sobre Arda con poder y majestad más grandes que los de ningún otro Valar, como una montaña que vadea el mar y tiene la cabeza por encima de las nubes, vestida de hielo y coronada de fuego y humo, y la luz de los ojos de Morgoth era como una llama que marchita con su calor y traspasa con un frío mortal.

Así, los catorce valar convocaron a seres conocidos de los distintos planos de los Círculos del Mundo, y Morgoth por su lado hizo lo mismo. Estos espíritus que vinieron con los Valar también fueron antes que el Mundo, del mismo orden de los Valar, pero de menor jerarquía. Son éstos los maiar, el pueblo sometido de los Valar, y sus servidores y asistentes. El número de estos seres no es conocido, y pocos tienen nombre en las lenguas de los Hijos de Ilúvatar; porque aunque no ha sido así en Aman, en la Tierra Media los Maiar rara vez se han aparecido en forma visible a los Elfos y los Hombres.

Morgoth, el Enemigo Oscuro del Mundo, codiciaba a Arda y a todo lo que había en ella, deseando el reinado de Manwë y tener dominio sobre los reinos de sus pares. Desde los días de esplendor llegó por arrogancia a despreciar a todos los seres con excepción de él mismo. Cambió el conocimiento en artes sutiles, para acomodar torcidamente a su propia voluntad todo lo que deseaba. Empezó con deseo de la luz, pero cuando no pudo tenerla sólo para él, descendió por el fuego y la ira a una gran hoguera que ardía allá abajo, en la Oscuridad. Y fue la oscuridad lo que él más utilizó para obrar maldades en Arda, e hizo que la gente de Arda tuviese miedo de todas las criaturas vivientes.

Tan grande era el poder de su levantamiento, que en edades olvidadas contendía con Manwë y todos los Valar. Pero no estaba solo. Porque de entre los Maiar, muchos se sintieron atraídos por el esplendor de Morgoth en los días de su grandeza, y permanecieron junto a él hasta el descenso a la oscuridad; y después corrompió a otros y los atrajo con mentiras y regalos traicioneros. Les susurraba al oído a estos poderes elementales que los Valar sólo los querían para dar forma al mundo, pero que luego serían expulsados. De esta forma, muchos de ellos fueron escondidos de los Valar, y pudieron corromper su obra. Terribles entre ellos eran los Valaraukar, los azotes de fuego que en la Tierra Media recibían el nombre de Balrogs, demonios de terror. Y otros fueron más sutiles, corrompiendo los elementos mundanos.

Se dice que los Valar se esforzaron siempre, a pesar de Morgoth, de gobernar la Tierra y prepararla para la llegada de los Primeros Nacido. Y construyeron tierras, y Morgoth las destruyó; cavaron valles y Morgoth los levantó; tallaron montañas y Morgoth las derribó… Nada podía conservarse en paz ni desarrollarse, pues no bien empezaban los Valar una obra, Morgoth la deshacía o corrompía. Y, sin embargo, no todo era en vano; y aunque la voluntad y el propósito de los Valar no se cumplían nunca, y todas las cosas tenían un color y una forma distintos de cómo ellos los habían pensado, la Tierra iba cobrando forma.

-Así narra el Ainulindalë, el texto sobre la Música de los Ainur y el origen de todas las cosas. Lo que más nos interesa es entender que una vez creados los Círculos del Mundo, desde el principio se distingue claramente entre formas mundanas y las verdaderas de los elementos.

-Con el enfrentamiento entre Morgoth y los demás Valar empezó la primera batalla de los Valar con Morgoth por el dominio de Arda; y de esos tumultos los Elfos conocemos muy poco. Poco contaron los valar a los Eldalië de las guerras anteriores al advenimiento de los Elfos.

-Luego llegaron los elfos, y tras mucho tiempo fueron llevados a Aman. Entre todos los elfos nacidos y por nacer, ninguno se podrá igualar a Fëanor. Y no podemos pasar por alto su parte en esta historia. Porque Fëanor, llegado a la plenitud de su capacidad, había concebido un nuevo pensamiento, o quizás ocurrió que una sombra de preciencia le había llegado. Se preguntaba cómo la Luz de los Árboles, que habían sustituido a las Dos Lámparas, podría preservarse de un modo imperecedero en este mundo. Hay distintas versiones, pero existe la posibilidad de que Fëanor, sabio entre los sabios, y curioso más allá de cualquier otro, fue capaz de encontrar los secretos de los elementos en su forma más pura.”

Teletasarë saca otro pergamino:

-Observa.  Se cuenta en Valaquenta, que “el fuego interior de los silmarils lo hizo Fëanor con la luz mezclada de los Árboles de Valinor”. También se habla de que ninguna carne mortal, ni manos maculadas, ni nada maligno podría tocarlos sin quemarse y marchitarse.

-Esto apoya la idea de que trabajó con elementos puros, que corrompen y corroen los mundanos, como te explicaremos. Pero hay más: “Mandos predijo que ellos guardaban dentro los destinos de Arda, la tierra, el mar y el aire”.

-Estamos ante el origen de lo más sagrado para los elfos. Fëanor hizo tres silmarils. Toda la historia de los elfos gira en torno a esas joyas. Mucho se ha olvidado de lo que supo entonces, pero cuando los noldor llegaron a la Tierra Media, aún se conservaban los principios que estableció Fëanor.

-Aquí los noldor establecieron sus reinos, y todos sucumbieron por la Maldición que pesa sobre nosotros. En nuestra incesante búsqueda, y a lo largo de las edades, el tres ha permanecido como símbolo sagrado de los elfos. Un tres. Una tríada.

-La máxima expresión de la búsqueda del Saber de los Noldor en la Tierra Media no fue otra que Ost-in-Edhil. Allí, en Eregion, había forjas capaces de aislar algo de la materia pura de los elementos. Y allí se forjaron los anillos de poder que luego reclamó Attanar, la forma bella de Sauron. No es casualidad que los más apreciados fuesen los tres anillos que hizo en secreto Celebrimbor. Y cada uno correspondía a un elemento: Agua, Aire y Fuego.

Siguieron repasando detalles de la historia, y poco a poco Ayla iba uniendo las piezas de un rompecabezas que siempre había tenido delante. Los hechiceros trataban de controlar todos los elementos, pero los elementos tenían diferentes grados de pureza. Todos provenían de formas más puras, más poderosas.

-Es importante que dejes fluir estas ideas, que las aceptes de momento sin más. Tiempo tendrás de cuestionarlo todo. De hecho creo que debes hacerlo llegado el momento. Pero lo que te vamos a explicar es la base del conocimiento de los Noldor de la Casa de Finwë. Es un conocimiento sagrado. Pocas veces se ha revelado a alguien fuera de las Grandes Casas de los Noldor.

Ayla la miraba mientras asintió emocionada por todo lo que le estaba contando.

La instrucción siguió, pero sobre todo Teletasarë se centró ahora en repetir las ideas fundamentales. Luego descansaron, y le indicó a Ayla que debía prepararse para ir a hablar con Helkama. Le acompañó hasta sus aposentos, pero no entró con Ayla. Se despidió de ella de momento.

Ayla entró en el estudio de Helkama. La luz del mediodía entraba por una pequeña ventana. En las paredes colgaban cuadros con escenas de mar, de Lindon posiblemente. Él se encontraba en postura de meditación, junto a un gran globo de cristal en cuyo interior bailaba una luz multicolor. Le invitó a sentarse en el suelo, enfrente de él. Seguía con los ojos cerrados. De repente los abrió y le miró fijamente.

-Existen seis elementos: tierra, aire, fuego, luz, hielo y agua. Los magos habitualmente tratan de dominar estos seis elementos, centrándose a veces en uno o dos, pero sin dejar de lado a los demás. Creo que has asimilado que existe una diferencia entre el elemento mundano y el mágico. El fuego, por ejemplo. Una hoguera es fuego, pero es un fuego mundano, produce calor, quema…

Mientras lo narraba, Ayla pudo ver que la luz del orbe cambiaba de color, iluminando la habitación en tonos de naranja y rojo.

-Necesita la madera para arder, se rige por unas leyes de este mundo. Sin embargo, el fuego mágico es diferente. Se parece en lo visible, pero como elemento es diferente. De hecho, el fuego mágico está más cerca del fuego verdadero, está un nivel por encima del fuego mundano. Todos los elementos tienen cuatro niveles, como maga trabajas con los elementos en el nivel mágico, pero posiblemente hayas comenzado a entender que hay un elemento más puro, más poderoso, por encima del elemento mágico.

-Existen cuatro niveles diferentes de pureza elemental:

                Elementos Mundanos                        Kemina

                Elementos Mágicos                             Ingole

                Elementos Superiores                         Tar

                Elementos Verdaderos                       Anwa

-Los elementos mundanos están corrompidos hasta el punto en que apenas son reconocibles como fuerzas elementales. Los seis elementos parecen estar combinados, y el Fuego Mundano está considerado como fuego porque éste prevalece sobre los otros seis en el material que conocemos como fuego.

-En Eregion, pusimos nombres a estos cuatro niveles de pureza elemental: el mundano se conoce como “Kemina”, el mágico como “Ingole”, el superior como “Tar” y el verdadero como “Anwa”. Realmente hemos podido, en ocasiones, sólo llegar a manejar el “Tar”, pero ya supera en pureza el “Ingole” de los magos convencionales.

-En el nivel mundano, Kemina, dos elementos se destruirán entre sí al combinarse. El fuego se apaga con agua, aunque con el calor suficiente el agua desaparecerá. Los elementos mundanos son imposibles de mover en ciclos. Los magos tienen la capacidad de crear elementos mágicos, que son formas algo más puras del material elemental mundano. No obstante, el error reside en que el mago no purifica los elementos mundanos, sino que corrompe el verdadero. Cuando lanza hechizos, el mago pone en contacto elementos complementarios. Con los ciclos en conflicto, estos elementos se corrompen hasta el punto de ser mundanos.

-El siguiente nivel de pureza elemental es el de “Tar”, que es donde queremos entrar para realmente poder trabajar con los ciclos de las tríadas. Las tríadas son la clave de la teoría de los elementos.

-Para entender las tríadas, partimos de una representación de la realidad elemental. En el nivel mágico o Ingole, los seis elementos son a menudo representados en forma de la oposición de elementos. Un gran círculo con elementos aislados y contrapuestos. Eso es ingenuo, cuando no completamente ignorante. En realidad, todo elemento mundano o Kemina se opone a otro. Ciertamente, el agua destruye el fuego, que a su vez puede ser apagado por el aire. Así mismo, la piedra más resistente se derretirá cuando sea sometida a un calor suficiente.

-Sin embargo, la verdadera naturaleza de los elementos tiene más que ver con los ciclos gemelos que una simple teoría de la oposición. Dentro de la tríada, cualquier elemento se ve reforzado por otro y perjudicado por un tercero.

-Existen dos tríadas de elementos, cada una de tres elementos, sumando así los seis elementos.

-Hay otras representaciones, entre los númenoreanos han creado hasta escuelas para cada uno de los seis elementos. Pero sólo en el nivel mágico, donde se han usado nombres diferentes a los mundanos para distinguirlos. Sin embargo, han hecho el camino inverso. Partiendo el elemento mundano han querido ir subiendo hasta alcanzar la pureza, cuando en realidad están corrompiendo algo superior para lograr el elemento mágico. En este cuadro puedes ver los nombres de los elementos, según los anotaron los vanyar:

-El nivel más puro elemental, Anwa, no existe en este plano, y como tal no debemos ponerle nombre, ya que no podemos concebirlo. Sin embargo, se ha pasado como secreto arcano los nombres de dos: Luz y Tierra. También se considera a menudo que la Llama Imperecedera, el Origen de la vida, es una manifestación del Fuego Elemental Puro, aunque también puede ser la combinación de todos los elementos en su forma más pura.

-Los noldor han basado una gran parte de su ciencia en esta teoría. Sin ir más lejos, las más grandes obras que se hicieron en la Tierra Media fueron los tres anillos de Celebrimbor. En Ost-in-Edhil, los herreros noldor perseguimos sin descanso las formas elementales superiores. Y de allí surgieron tres obras que en su interior contenían una gran concentración. Todos llevaban el sufijo “–ya” para indicar procedencia. Fueron Narya, Nenya y Vilya.

-Nunca entenderemos todos los secretos de Anwa, pero como te imaginarás, vamos a entrar de lleno en el nivel de Tar. En el Ingole no hay ciclos como tal, sólo contraposición. En Tar sí, y para entenderlos recurrimos a las tríadas.

Sacando otro pergamino, Helkama le enseñó un esquema de la primera tríada:

-Ésta es la representación simbólica que nos ha ayudado a entender los principios de esta teoría. La primera tríada se conoce como “NASTA”. Aquí, en el vértice superior, tenemos al Fuego. Está marcado con las runas de “Nar”, para indicar que se trata del Fuego como Elemento Superior, no el fuego mundano ni el mágico conocido como Yóla. Hasta cierto punto, sólo son nombres para distinguirlos. Si bajamos según el ciclo de la creación, el Fuego tiende al Agua, representada aquí con las runas de “Nen”. Del Agua pasamos al Hielo, “Helke”. El ciclo de la creación se conoce como karme, y la inversa, la de destrucción, como ruksa.”

-La segunda tríada se conoce como Nelyil, y es la de la Tierra (Lona), Aire (Vista) y la Luz (Sikil). Como puedes observar, la Luz ocupa el puesto del vértice inferior.

-El término “Sikil” te sonará… También hace referencia a la luz de las estrellas, considerada por muchas como una forma pura de Luz. Hay que tener en cuenta que uno de los pocos elementos que los valar trajeron a Arda en su forma más pura fue precisamente la Luz.

-Volviendo a las tríadas, cada una está compuesta por tres elementos conceptuales: uno fluido, otro material y otro energético. La primera tríada, Nasta, está formada por el Fuego, el Agua y el Hielo. El Agua tiende hacia el Hielo, creando más Hielo. El Hielo tiende hacia el Fuego, fortaleciéndolo. El Fuego tiende hacia el Agua, creando más agua. Éste es el ciclo de creación, o Karme. En el sentido opuesto, el Fuego tiende al Hielo, y es destruido. El Hielo tiende al Agua, y es destruido. El Agua tiende al Fuego, y es destruida. Éste es el ciclo de la destrucción, o Ruksa.

-La segunda tríada, Nelyil, está formada por Luz, Tierra y Aire. La Luz tiende hacia la Tierra, fortaleciéndola. La Tierra tiende hacia el Aire, aumentando su poder. El Aire fluye hacia la Luz, creando más Luz. Esto en Karme. En la destrucción, o Ruksa, la Luz atraviesa al Aire, destruyéndolo. El Aire erosiona la Tierra, disminuyendo su entidad. La Tierra bloquea toda la Luz.

-Algunos de estos conceptos son en gran parte intuitivos, otros no. Esto obedece a que en el plano material básico, Kermina, los elementos están demasiado corrompidos como para que estos ciclos ocurran de manera normal. El agua derrite el hielo, el hielo se derrite al fuego, apagándolo a su vez. De hecho, todos los elementos mundanos interfieren entre sí.

-En este momento tendrás muchas dudas, muchas preguntas. Es normal. Quiero que me las formules, pero antes quiero hacerte una:

¿Si tu elemento elegido es la Luz, cuál crees que será su elemento complementario?

-El aire... Mi problema es que me centré en dos elementos de dos tríadas diferentes...

-Aquí no hay errores ni barreras, simplemente conocimiento más o menos difícil de asimilar. Los elementos de una tríada guardan relación entre ellos, a través de los dos ciclos. Pero los complementarios son la forma de unir las dos tríadas, la conexión entre cada tríada. El Aire es el elemento que es alimentado por la Tierra, y a su vez alimenta a la Luz. En el sentido inverso, la Luz domina el Aire, y el Aire domina la Tierra.

-Cada elemento tiene su complementario en la otra tríada. Un elemento que, aunque distinto a los que se encuentran cercanos al elemento principal del hechicero, guarda relación y de alguna forma cumple la misma función aunque en su tríada. Creo que ya intuyes cuál de los elementos de la tríada Nasta es tu complementario.

Tras un breve descanso, volvieron para a seguir con el aprendizaje. Esta vez le había convocado en la biblioteca, donde se guardaban los tomos secretos. Allí, junto a una gran mesa iluminada por lámparas mágicas, se encontraba Helkama y junto a él estaba Súlkano. Se había acercado para comprobar de primera mano cómo avanzaba el adiestramiento.

-Hay distintas formas o métodos para que llegues a dominar mejor la Luz. Formas de aproximarse a la Luz como elemento superior. El Aire es mi Elemento, pocos lo entienden como yo. Y a través del Aire podría enseñarte el Camino de la Luz. Sin embargo, hay otro método, otra forma. Es a través del elemento complementario, que además ya dominas algo más, le dijo Súlkano a Ayla.