Partida Rol por web

-Las ciudades son entes vivos, tienen su propio ritmo vital y su crecimiento es muy imprevisible, comentó Curudae, -aquí plantaremos la semilla, y trataremos de mantener un cierto control desde la Casa del Comercio. Pero no tardará en llegar el momento en que ya no controlemos el crecimiento de esta aldea.

A lo largo de los siguientes días iban llegando granjeros y otros lugareños. Curadae y Khôradur los recibían delante de un puesto de mando improvisado, compuesto por la otra tienda de campaña grande, y delante una mesa, una silla y una gran lanza clavada en el suelo, en el cuál ondeaba el estandarte de Sil Aursesse. Ayla hablaba con los lugareños, trataba de impregnarse de sus impresiones, de sus preocupaciones, de sus sueños… Sentía miedo, frustración y tristeza, pero también había voluntad de creer en algo. Había esperanza.

Muchos veían ahora una oportunidad para asegurarse el sustento para ellos y para sus familias durante la construcción, e incluso después. Curudae hablaba con diferentes cabezas de familia para retomar el negocio de las ovejas, con el empujón de los molinos. Y la propia construcción de los molinos. Se reclutaban más y más obreros y sirvientes, y también soldados y guardias. Muchos habían servido en distintos ejércitos de los nobles de Cardolan durante los últimos tiempos turbulentos. Trataban de darle trabajo a un miembro de cada familia como mínimo, y que el resto tenga perspectivas de sustento labrando el campo o cuidando ovejas. Curudae llevaba un libro de registro de todas las granjas y familias, algunos de los cuáles incluso le iban pagando tributos pendientes de los últimos meses.

-Es costumbre para ellos pagar estos tributos, y si no los cobramos puede resultar incluso sospechoso, comentó Curudae. -Tenemos que conseguir que siempre acudan aquí, al mercado, a pagar algunos de los tributos. El recaudador o “sheriff” es una figura importante, y tendrá que visitar casa por casa cada cierto tiempo.

Curudae iba contando todos los tributos que se pagaban. Prácticamente se pagaba por todo o casi todo. Por el derecho de labrar la tierra, por el derecho de tener ovejas, por el derecho de usar los caminos, por el derecho de tener armas, por el derecho de no enviar a alguno de los hijos a la guerra, y un largo etcétera. A medida de lo posible, procuraban que los impuestos fueran menos que los de sus predecesores. 

Pasaron los días, y por fin llegaba el chambelán Paddrec con un gran contingente de personas y cinco carros. Junto a él llegaban más soldados, algunos artesanos, el Jefe de Cocina Intorin y otro cocinero, el maestro cazador y cuatro cazadores, más sirvientes y personal de mantenimiento.  También llegaron los obreros profesionales (especialistas en piedra, madera y ladrillo) contratados por los arquitectos, así como un contingente de casi dos cientos obreros desde Metraith y Tharbad. Sumando a los que habían ido entrando en Sil Auresse, estaban muy cerca de llegar a los 300 obreros no profesionales. En los carros había material para la cocina, los equipos y máquinas de los distintos artesanos, algunos muebles básicos, un carro entero lleno de madera de distinto tipo y más provisiones…

Khôradur se interesó por los cazadores. Tal y como constaba en el organigrama, se les consideraría parte de las fuerzas armadas de Sil Auresse, bajo las órdenes de Khôradur. Una de sus funciones principales era la de proporcionar comida, además de proteger al ganado tanto del castillo como de los lugareños. Los lobos eran una amenaza constante, pero no eran los únicos depredadores. Sin embargo, los cazadores eran para Khôradur una parte fundamental de la defensa de Sil Auresse. Una unidad de exploradores y rastreadores, para controlar los movimientos sospechosos de personas, para seguir las huellas de los ladrones y asaltadores de caminos… Con su llegada, poco a poco, la zona de influencia de Sil Auresse se iba a ampliar más allá de los muros del campamento. 

Paddrec les confirmó que no tardaría en llegar a Metraith la retaguardia de Sil Auresse, que incluía los maestros de la academia y, por lo que él sabía, un grupo de alumnos. También traerían todo el ganado que se había comprado. Le entregó la carta de la compra a Curudae. Entre todos iban desmontando los carros, porque los carros tendrían que regresar a Metraith para traer más cosas.

El día siguiente por la mañana, en el desayuno, Curudae etregó un pergamino de piel a Ayla. -Es mi primer informe de Senescal aquí en Sil Auresse, sobre todo en lo relativo a las cuentas. Echa un vistazo y me dices algo. Quiero preparar un informe similar al final de cada mes, pero en este primer mes lo hice ayer, día 15, porque hasta el final del siguiente mes no prepararé el siguiente. Hemos invertido el dinero sabiamente, y creo que nos esperan seis meses buenos para sacar el máximo de provecho aquí en estas tierras. Luego tendremos que hacer frente al siguiente pago de los obreros, pero saldremos adelante. Ya verás.

-Hemos logrado poner en marcha una gran rueda, ahora debemos luchar por mantenernos encima y no debajo de ella... Una pregunta Curudae, ¿cómo o qué utensilios utilizan los agricultores para la labranza? Me explico, he estado pensando y quiero saber si los aperos de labranza que están utilizando los agricultores son "modernos" o están obsoletos... He pensado que si traemos última tecnología en aperos de labranza, podríamos arrendarlo a los agricultores, me refiero a herramientas que ellos no puedan comprar por sí solos, pero que nosotros sí que podríamos llegar a comprar y que supondrían para los agricultores cultivar mayores extensiones de tierra en menor tiempo. Así los labriegos tendrían mayores rentas y los alimentos disponibles crecerían, lo que nos permitiría no solo almacenar (para luchar contra posibles épocas de hambrunas) sino también vender a otros Condados, lo que pondría más dinero en circulación y aumentaría la riquieza de los lugareños, lo que se traduce en mayores ingresos para Sil Auresse en concepto de impuestos (si se hacen más operaciones de comercio, los ingresos serán mayores), a parte de los ingresos que podríamos obtener por el alquiler de dichas herramientas a varios agricultores. ¿Qué te parece la idea? ¿Merece la pena estudiarla?

-La pega que le veo, es la disponibilidad de los molinos.Cabe la posibilidad de que la cantidad de Molinos de los que dispongamos para moler el grano sea insuficiente, pero eso se podría solucionar vendiendo el grano que no podamos moler a otros Condados hasta que ampliemos los Molinos y podamos vender directamente el grano molido. Por cierto Curudae, ¿tenemos algún tipo de mensajeros? Lo digo para poder comunicarnos con Tharbad, Metraith y otro Condados cercanos. Bueno, creo que hasta aquí te he comentado todas mis ideas. Por cierto, el informe que me has dado está perfectamente detallado, no deja de asustarme el tema financiero, pero confío en tí en Sil Auresse y en los Valar, y sé que todo va a funcionar.

-Aún no está en marcha la rueda, me temo. Solamente la estamos construyendo. Pero empezará a rodar en breve, y el mes que viene ya tendremos beneficios. Debemos asentarnos en estas tierras, y dar el empujón necesario para que todo empiece a rodar. Pero al mismo tiempo tenemos la obra del castillo. Nuestros recursos son limitados, y en este momento más.

-Los utensilios y aperos… Por lo que he visto, son muy básicos, los que se han usado siempre. Éstas no son tierras muy fértiles, como los de Gwathló al sur de Tharbad. El objetivo de Sil Auresse debe ser el de abastecer a nuestra propia población, guardar algo para épocas malas, y si acaso vender el excedente. Todo lo que se pueda mejorar, bien está. Pero ganar dinero con la agricultura… Para eso hay zonas mucho más fértiles. La corna o cebada es la base aquí, y en los huertos se puede hacer algo, pero no cultivo a gran escala como en otras partes.

-Te prometo estudiar el tema de la agricultura, y quizá dedicar alguno de los molinos, a moler el grano. Las herramientas o utensilios podríamos quizá informarnos en lugares de mayor tradición agrícola, y si acaso comprar. Pero en este momento no tenemos ni fondos ni nos falta sacar más rendimiento a las tierras. Hay campos de cultivo más que de sobra para abastecernos, al menos hasta que crezcamos en número.”

-Los molinos de agua no están pensados para el trigo, como quizá sería de esperar. Como te he dicho, aquí en tierras altas, la base de la economía es la lana. Queremos conseguir un producto bueno para venderlo, y que no sea solamente la lana sin procesar. Los molinos de agua para este fin son conocidos como “batanes”, o pisas o pisones. Son máquinas de madera movidas por el agua que golpean los paños de lana por medio de grandes mazos, en una mezcla de greda y agua caliente, a fin de enfurtir el tejido (hacerlo compacto y resistente). Es la industria tradicional de Cardolan, y están bastante avanzados en el tema. El batán permite abatanar un paño en cuatro o cinco días, tarea que de la forma manual se realizaba en nueve o diez. También hay otras máquinas, como el torno de hilar que triplica la producción de hilo respecto a la rueca normal. La calidad de la lana de Cardolan es excelente, y estas tierras son buenas para las ovejas. Debemos potenciar esa industria tradicional, pero al mismo tiempo promover otras y conseguir atraer a los artesanos. Un gran proyecto sería conseguir el tinte de los tejidos ya aquí, en Sil Auresse. Pero no tengo conocimientos de ese proceso, ni de que conlleva.

-Lo del mensajero, me alegra que me hagas esa pregunta. Como podrás ver en mi informe, en la sección de “Otros” del personal de castillo, hay un artista para el entrenamiento y para ayudar a mantener la moral, y un mensajero/diplomático. Su sueldo no es el de un gran negociador, pero sí el de una persona capaz de entrevistarse con personas y además de entregar los mensajes, ser representante de Sil Auresse. Aún no le conozco en persona, pero tiene buenas referencias y seguramente nos resultará muy útil.

-El plan inmediato de trabajo es el de construir el mercado y poner en marcha la recaudación de impuestos. Propongo empezar a preparar una fiesta de inauguración para finales del mes que viene. Allí tendrás que dar otro de tus discursos, Ayla. Y para entonces debemos tener fijados los impuestos, que rondarán el 40%, un punto arriba o abajo. Por desgracia, son iguales a lo que ya pagaban antes. Pero de momento no nos salen las cuentas sin esos ingresos. Para el segundo año tengo previsto una bajada a 38%, y otra bajada para el tercer año. Pero este primer año no nos queda más remedio. Aprovechando la fiesta, también asignaríamos granjas abandonadas a nuevos ocupantes, y alquilaríamos el ganado a los que lo soliciten. También para entonces quiero buscar gente interesada en adquirir alguna de las tiendas que construyamos, así como vender licencias para el mercado que se va inaugurar. Durante estos días, seguiré pensando en la fiesta de inauguración, en lo comercial. Nos queda un mes de trabajo duro, y esto no ha hecho más que empezar, le sonrió Curudae.

-Sé algunas cosas de la lana... Pero no sabía lo de los batanes¹ . Si no te lo he comentado aún, mi padre es comerciante y tiene establecida su ruta de comercio en Umbar. Cuando lo encontré estuve con él una temporada, Laurelfin de hecho se ha quedado con él y están ejerciendo el negocio juntos, mi padre se hacía viejo y necesitaba sangre joven... Pues a lo que iba, tal vez pueda sorprendente con lo del tinte de la lana. Sé como obtener un color rojo escarlata, y no pierde el color con el tiempo al contrario que los tintes comunes, se hace con una planta. Se llama alumbre, y se utiliza también por las viejas matronas como abortivo, sí, es una especie de veneno si se ingiere en grandes cantidades puede incluso matar. La cuestión es que la raíz de esta planta cuando se hierve tiñe el agua de un tono rojizo y sumergiendo los paños de lana abatanados adquieren el color rojizo. El tinte conseguido depende del tiempo que se deje la lana sumergida y el color una vez fijado es muy raro que decolore con el tiempo. Éste es uno de los pequeños legados que me dejó mi padre, jamás pensé que serviría pero por lo visto lo que los Valar tienen previsto escapa a mi entendimiento. Tal vez vieran lo que pensaba hacer aquí y en un momento pasado propiciaron que me encontrara con mi padre y que me revelara éste pequeño secreto. No es mucha la gente que conoce ésta propiedad del alumbre, ya que como se usa como abortivo no está muy bien vista y no se suele utilizar. Ése podría ser un elemento diferenciador de la lana de Sil Auresse, los paños rojo escarlata de Sil Auresse. Como te dije Curudae, he visto mucho mundo y tal vez pueda darte alguna que otra sorpresa. ¿Qué opinas al respecto?

-En cuanto a los impuestos, mientras no los subamos no nos perjudicará, además, si me puedes confirmar que los podemos bajar al año que viene, sería conveniente decirlo en la feria ya que los comerciantes lo verán como una oportunidad de mayores beneficios y puede atraer gente y más comercio a su vez. Y si no podemos confirmarlo al menos revelar parte de nuestras intenciones respecto a los impuestos.

-Lo del mensajero lo decía porque puede que necesite a alguien que vaya a Metraith a gestionar algunas cosas en mi nombre, o incluso en Tharbad. Aunque me gustaría poder hacerlo a mí, aunque entiendo que Sil Auresse ahora necesita toda la ayuda posible y no puedo ausentarme...

-En cuanto a la academia Curudae, creo que me voy a implicar algo más de lo previsto. Si hay alumnos o gente en los alrededores de Cardolan con ciertas aptitudes "especiales" me gustaría enseñarles a utilizar las artes arcanas. En esa parte si que no puede ayudarme nadie de momento, y me gustaría poder tener en Sil Auresse tanto a los alumnos "especiales" con recursos como los que no tengan recursos. La idea es evitar que un aprendiz de la magia, no de con maestros que les enseñen el uso adecuado de la magia así como sus riesgos... La idea es inculcarles los valores de Sil Auresse hasta en la utilización de las artes arcanas... Respeto por uno mismo y por todo lo que le rodea...

-Bueno, creo que debenos ponernos manos a la obra y organizar ese mercado. Si puedesemos enseñar además algunos paños de lana ya preparados y teñidos sería perfecto. Tú que opinas Curudae.

-Por cierto, deberíamos hablar con Khoradur sobre el ejército de Sil Auresse, y que le parece con lo que de momento podemos contar y cual es la necesidad más urgente. A mi ya me transmitió la necesidad de un uniforme, pero no sé si hay alguna prioridad de mayor importancia. El presupuesto designado a los exploradores lo va a valorar notablemente. Vamos a buscarle Curudae.

Curudae le miró sorprendido. -Por favor Ayla, espero que nunca dejes de sorprenderme. Efectivamente, el proceso de tintura aguarda muchos secretos que nos pueden ser muy útiles. Tendremos tiempo de charlar sobre las propiedades de distintas plantas, y sin duda tus ideas y conocimientos serán beneficiosos para Sil Auresse. En Tharbad vi algo de lo que se conocen como “mordientes”, que son minerales o sustancias metálicas solubles que de alguna forma preparan (o “muerden”) la fibra y de alguna forma, añadidos al baño de tintura, enlazan intensifican o cambian el color del baño y hacen que el color sea más fuerte a la luz, al lavado y al roce. Llegado el momento, intentaremos buscar algo más sobre el alumbre, que podría ser un elemento importante. Sin embargo, la elaboración de los tejidos tiene más procesos previos que también tendremos que ir refinando. Lo primero y principal es reactivar la producción de la lana, a partir de allí haremos todos los avances que podamos. Si quieres preparar algo de la lana para el plazo de un mes, para la fiesta de inauguración, quizá deberíamos acudir a Tharbad. Para eso tendríamos que preparar algunas reuniones, concretamente con el conocido como “triunvirato de gremios”, que son los de los tejedores, tintoreros y saladores/empaquetadores. Tradicionalmente eran siempre los gremios más fuertes y poderosos, además con diferencia. En parte gracias al humilde servidor, perdieron algo de poder y puede que no sea yo la persona adecuada para hablar con ellos llegado el momento. De todos modos, mi opinión es que aún es pronto. Cuando tengamos la producción de lana en bruto en marcha, empezaríamos a trabajar para refinar cada vez más nuestro producto. Y después te contaré lo que sé del triunvirato, y de los tejedores y tintoreros de Tharbad. Para la fiesta de inauguración no creo que merezca la pena. Debemos ir paso a paso

Ayla meditó sobre lo que le había dicho Curudae durante el día, mientras observó como trabajaban en ampliar la zona de mercado, derribando partes de los antiguos muros y preparando las vallas de madera.

El día siguiente por la mañana, estuvieron reunidos Khôradur, Curudae y Ayla alrededor de una mesa privada. Les preocupaba algo el tema militar con Khôradur, ya que no contaba con apenas recursos y sin embargo se esperaba tanto de él. No era una persona dada a quejarse, simplemente trataba de hacer lo mejor que podía con los medios de los que disponía. Ayla había decidido hablar con él detenidamente en cuanto tuviera ocasión.

Curudae seguía hablando de los impuestos: -empezaríamos con unos impuestos de alrededor de cuatro partes de cada diez, eso sumando todos los impuestos y gravámenes distintos. Cada año bajaríamos dos puntos (de 40 a 38 y luego a 36 el tercer año), al mismo tiempo que esperemos aumentar los ingresos por el mercado para compensar. Sin entrar en demasiado detalle, para la fiesta de inauguración puedes anunciar una bajada para el segundo y tercer año. Si luego nos vemos apurados, bajamos un solo punto en vez de dos. El dinero no lo haremos con los campesinos y pastores, me temo. El dinero de Sil Auresse se hará en el mercado, en una economía de artesanos y comerciantes.

-He estado observando la moral y la confianza de la gente, intervino Khôradur. -Se podría decir que hemos pasado de una cierta indiferencia original a una actitud de estar a la espera de noticias buenas, sobre todo con la llegada de trabajadores. En una escala de 1 a 10, estaríamos en un 6. Podemos bajar fácilmente a neutral, o quizá subir a 7 que sería una actitud de esperanza reservada.

-Gracias, Khôradur. La fiesta de inauguración y el anuncio de los impuestos pueden ser importantes para contentar a la gente. En cuanto a la fiesta, podemos calcular que el coste de la comida rondará las 20-30 monedas de estaño por persona como mínimo. Invitaremos a más de 1000 personas, así que estamos hablando de unas pocas monedas de oro¹. Para que realmente quede bien, quizá deberíamos gastarnos algo más en comida, e invitar a más personas. Quizá organizar algunos juegos, y dar premios en forma de ganado o dinero. El dinero de estos eventos, por desgracia, no está contemplado en los presupuestos, así que tendrás que meditarlo tú Ayla, y costearlo si puedes. Con el dinero que me puedas dar, lo organizaré.

-También hay que ver a quién invitamos, dijo Khôradur. -Creo que aún no es momento de invitar a nuestros vecinos, ni a Echorion ni a otros representantes. El objetivo de esta primera fiesta sería agradar a nuestro pueblo, y ganar tiempo y recursos. Después pensaremos en una estrategia en cuanto a nuestros vecinos. Además de los principados dúnedain, hay otros grupos con los que debemos hablar llegado el momento.

Ayla le preguntó cómo veía el ejército, y con la incorporación de los exploradores.

-Es poco. Pero es un comienzo. Tenemos guardias aunque sin un jefe de guardia. Estoy tratando de ver si encuentro a alguien de entre mis hombres para este puesto tan importante, al menos para cuando esté el castillo. También contamos con cuatro unidades de infantería, y con diez caballos. Una unidad de cinco exploradores que deben compaginar sus tareas con la caza, pero nos serán útiles. Las necesidades más urgentes serían contratar a instructores para la milicia. De momento tenemos que sacrificar a una unidad entera para la instrucción, y otra para la caravana. Un buen instructor puede enseñar a cuarenta o cincuenta milicianos, si lo hacemos rotatorio con 4 instructores podríamos enseñar a 200 lugareños nuevos cada mes en lo básico de las armas. Pero incluso dos sería un cambio importante, porque nos liberaría una unidad de 8 de infantería de las tareas de instrucción. Tampoco tenemos armas ni equipamiento para la milicia. Había pensado en lanzas, escudos y armadura de cuero rígido con yelmo, brazales y grebas. Quizá ballestas ligeras en vez de arcos largos. Algo más caros, pero mucho más fáciles de aprender. Esto en cuanto a la milicia, en cuanto a los soldados, están equipados con equipamiento básico. Los uniformes ayudarían, al menos una sobrevesta para cada uno, así como estandartes y escudos. Entiendo que vamos justos de dinero, pero es lo que hay. Tampoco tengo espías ni informadores, por lo tanto no sabemos a qué nos podemos enfrentar. Me haría falta, con el tiempo, contar con algún intérprete o guía que conozca la región, y sobre todo a los indígenas. A medida que crezca el ejército, necesitamos crear una unidad de caballeros, o de tropas de élite. Yo prefiero a la caballería, pero cada caballero cuesta mucho entre sueldo, equipamiento, caballo y escudero. La mejor forma de atraerlos es entregándoles tierras conquistadas o nuestras, pero nuestro camino no va a ser el de la conquista.

Los siguientes días, Ayla reflexionó sobre lo que le había dicho Khôradur. Tal y como lo veía, lo prioritario era poner en marcha la economía, para poder costear lo militar. Pero mientras tanto quizá necesitaba una pequeña aportación, para que pudiera adquirir alguna cosa básica.

Ayla ayudaba en lo que podía, organizando a los obreros, dándoles ánimos, hablando con algunos comerciantes que estaban montando puestos improvisados para vender a los trabajadores y a los lugareños y curiosos que día tras día acudían a ver novedades. Se estaba creando un hábito de acudir a medio día a las escaleras de la antigua posada, desde donde Curudae les informaba de las últimas novedades.

El día siguiente por la tarde llegó por fin Walec liderando la última caravana. Curudae informó que, además del sargento Walec, estaban el mensajero-diplomático, los educadores para la academia (Ayla creía ver también un grupo de jóvenes alumnos junto a los maestros), un cocinero más, algunos sirvientes, unos 240 obreros, el recaudador-sherif y su ayudante, así como los molineros con sus ayudantes, el veterinario-criador y todo el ganado adquirido.

Se pudo contar un total de 9 carros, y llamaba la atención cuatro últimos. -Cada uno de los cuatro carros grandes lleva la maquinaria para 6 batanes. A medida que iban llegando, Curudae enseñó el funcionamiento básico de las aceñas¹ aplicadas al uso de mazos que golpean mecánicamente aprovechando la fuerza del agua.

El eje de la rueda motriz se empotraba a un conjunto de levas, de manera que al girar el eje la leva accionaba un mazo que golpeaba con fuerza cuando la leva dejaba de actuar. -Es un mecanismo robusto y sencillo, sin engranajes que podrían romperse, pero funciona de maravilla y bien vale su precio.