Partida Rol por web

Danroth asintió con la cabeza. -Efectivamente, Cardolan aguarda restos y seres de gran poder, y llenos de odio. Hay conductos que comunican con las Profundidades Interiores, y también seres atrapados de tiempos antiguos. Ahora, con la menguante presencia dúnadan, existe el peligro de que se liberen. Cierto, se necesita un gran poder. Pero debemos estar atentos, porque ese poder existe y me temo que se está propagando desde tierras lejanas. Cuando tenga más datos, te lo diré.

-De momento ten presente que por un lado tendrás que estar atenta a cualquier movimiento extraño en esta región. Y por el otro me comentas que se acerca el momento en el cuál tendrás que enfrentarte a un enemigo en concreto, y dices que ya os conocéis. No sé si las dos cosas están relacionadas o no. Dices que de alguna forma no estarás sola, aunque sí físicamente. Eso explica las palabras que me dijo Pelenwen en Tharbad, sentada en la Posada de Vradriel…

Ayla se dio cuenta de que le iba a decir algo más, pero se calló en el último momento. Tiró de los lazos para abrir por fin el saquito, y dentro vio lo que parecía un medallón de oro, con cadena para colgar en el cuello. El objeto emanaba poder.

-Las palabras exactas que me dijo al entregarme este objeto fueron…, Danroth se concentró y Ayla notó un ligero movimiento de fuerza arcana. A veces casi se le olvidaba que a pesar de no ser un mago, sí que poseía un gran poder del reino del Mentalismo.

-Salió tu nombre en la conversación, y Pelenwen de repente se interesó por ti. Le pide a su compañero que me entregue el medallón… Sus palabras fueron:

es importante que lo reciba, ya que llegará el momento que lo necesitará. Ella tendrá que enfrentarse a un mal ancestral. Sola. Debemos dejar el objeto para que Danroth se lo entregue.

-Pelenwen... Hace tiempo que no se nada de ella ni de Pelendur, pero algo me dice que pronto tendré noticias de ellos. No sé que habrá visto, pero esto es una ayuda inesperada y estoy agradecida por ello, aunque el conjunto de emociones  que están corriendo dentro de mi no me permiten saber gran cosa de este objeto, pero noto que tiene un gran poder...

-La ayuda a veces viene de sitios inesperados, y cuando más lo necesites. Pelenwen y su hermano han dejado estas tierras, muy a su pesar. Su carga era muy pesada, pero de alguna forma el destino de Cardolan está inexorablemente unido al de Pelenwen. Y al tuyo. Sé que ella se enfrentaba durante años a los espectros y los peligros de la Sombra en las Quebradas. Además de su coraje y fuerza, no me extrañaría que este objeto le ayudase a protegerse. Cuando tengas tiempo y tranquilidad, estúdialo bien. Y si quieres que lo haga yo, no tienes más que pedírmelo. Pocas cosas puede haber en los objetos embuidos que no pueda averiguar, así como su origen y hacedor. También he detectado el poder oculto del objeto, sin nisiquiera abrir el saquito. Me pareció que ella te lo hacía llegar para una tarea en concreto, ese enfrentamiento que se avecina entre tú y el Mal al que hace referencia. Después tendrás que devolvérselo. Por lo tanto ella ha previsto que vuestros caminos se entrecruzarán de nuevo…

-Como te he dicho, la máquina del Enemigo está en marcha, y nos llegarán desafíos de varios lugares. Pero en medio de todo eso, tenemos el deber de proporcionar paz y estabilidad en este mundo tan caótico.

-En ese sentido, te voy a pedir un favor. Entre los alumnos más jóvenes que he traído para la Academia, hay dos que han estado bajo mi cuidado en algún momento. Ambos han sufrido las desdichas y los horrores de esta guerra a veces absurda, y la reciente pérdida de sus seres queridos o familia. No quiero que les preguntes ni les hagas recordar el pasado, pero sí ofrecerles una esperanza, un tiempo de alegría y disfrute, y enseñanza y formación. Como a cualquier otro alumno. Te pido que eches un ojo cuando puedas para estar segura de que todo les va bien, y si hay cualquier cosa me avisas. Me gustaría cuidarlos en Tharbad, pero hay asuntos que requieren de mi presencia. Se trata de un niño y de una niña, Ragi y Sir. Te pagaré un año entero de su cuidado a precio que tú me digas.

-Tienes razón, y ahora necesito toda la ayuda posible... No sabía que Pelenwen y su hermano Pelendur habían marchado, no se entonces quien logrará contener los peligros de las Quebradas. Hace un tiempo tuve que adentrarme en ellas con Thelran y fue más complicado de lo que imaginamos... Pero si he de reencontrarme con Pelenwen, eso me reconforta y me da fuerzas para seguir, ya que ella ve un camino que me  es grato...

-Ragí y Sir... Corazones torturados por el dolor y marchitados por la falta de esperanza, de la luz... Para eso fue concebido Sil Auressë, para colmar esos corazones de alegria, esperanza, y enseñarles los grandes valores... Haré como dices y así se ordenará que nadie haga preguntas sobre su pasado. Por lo demás serán tratados como cualquier otro niño, alumno de la Academia y te informaré sobre su estado y progresos, estaré pendiente de su estado... En cuanto al precio, no puedo pedirte que me pagues por ello, dado que de algún modo estás ayudando a que Sil Auressë empiece a dar sus primeros pasos, pero como sabrás no andamos muy bien de recursos y necesitamos dinero para materiales, equipar al ejército etc.... Con que cubras los costes que generen Ragi y Sir, será suficiente.

-Pero ahora tengo que pedirte algo, tengo unos pocos pergaminos para vender, podrías llevártelos y buscar un comprador. Éste es el listado:

3 Misil de luz (niv 2)
3 Muro de frio (niv 3)
3 Muro de fuego (niv 4)
3 Dormir VII (niv 3)
3 Luz Súbita (niv 5)

-Me interesa que me consiguieras que el pago se hiciera en pergaminos para poder introducir nuevos hechizos, tantos como te doy, es decir 15 pergaminos y el resto en oro. Además espero en breve poder editar el primer libro de Sil Auressë, será sobre un libro que escribí con la información que recopile durante mis viajes sobre seres de otros planos. Hay mucha información en este libro, échale un vistazo. Quiero hacer algunas copias para venderlos y obtener algo más de financiación para Sil Auressë, podrías buscarme compradores en Tharbad. Confío en tí dado que éste puede ser mal utilizado si cae en manos indebidas. Si encontraras compradores, te enviaría copias tan pronto como estén listas, por eso quiero que lo veas primero para puedas dar fé de su contenido, ya que nadie pondría en entredicho tu palabra...

-Volviendo a otros temas, el medallón, no puedo pedirte que me digas cual es su poder, ya que podrías concebir una idea de cual va a ser mi camino y podría variar tus decisiones, por eso no puedo pedirte nada ni decirte nada. Es mi destino, y lo elegí yo. Ya hay más gente implicada de la que debería y se acerca el momento de poner un fin... No sé como Pelenwen ha podido percibir algo, puesto que mi camino no ha sido claro hasta hace relativamente poco, quedan pocas como ella. Es una gran Señora, merece más de lo que ha tenido...

-Si la vieras, transmítele mis más sinceros agradecimientos...

-Tienes razón en lo del medallón. El destino de una sola persona a veces arrastra las vidas de todos, y haces bien en limitar su alcance. Y quizá por eso algunas personas se preocupan por ti. Eres valiosa, y no queremos perderte, dijo mientras le mostraba una sonrisa sincera a Ayla.

-No creo que vea a Pelenwen en breve, pero si así sucediese, le pasaré tu mensaje. Ciertamente la salida de los hermanos gémelos de Tyrn Gorthad ha sido un duro golpe para el futuro de Cardolan. Tú estuviste con ellos en el Cerco de Fin de Juego contra Dagorhir, y creo que también en el Concilio que se celebró en Metraith. No conozco los detalles de su decisión, pero cada instante, cada decisión de cada día, toda su fuerza y energía… Toda su vida la han dedicado a la búsqueda del bien para Cardolan, y dudo que su marcha sea una excepción. Aún así el golpe ha sido duro, y su ausencia se nota. Menos mal que los espectros que ahora moran en las Quebradas no pueden propagar su terror. Los hemos estudiado, y yo también me he enfrentado a ellos, como tú. Pero sabemos que no pueden salir de la zona de las Quebradas. Nuestro Orden ha dado instrucciones en la Tierra de Bree para que nadie se acerque a los túmulos de noche, y el Rey de Arthedain debe autorizar cualquier entrada a los lugares sagrados. Aprenderemos a convivir con esta desdicha, pero el Rey Brujo ha conseguido hacer un daño irreparable a la moral de los dúnedain, que ya ni siquiera son capaces de proteger las tumbas de sus antepasados y reyes.

Ayla recordaba los últimos días en Metraith, la defensa desesperada, el elfo Anduvon Pathdal, como conoció a Khôradur… también estuvieron Echorion, Pelendur, Pelenwen…  Y muchos más. Se habló del futuro inmediato de Cardolan, de cómo evitar una nueva guerra civil. Ayudó a evitarla con Finduilas. Pero Hir Pelendur se vio empujado hacia una posición dominante en Cardolan. Él fue el artífice de la última unión de los cardolanii como reino. Sin embargo, desde siempre había defendido que Cardolan debería reconocer la soberanía de Arthedain para hacer frente común contra el Enemigo. Sin duda le resultó una decisión difícil la de marcharse. Entre su marcha y la muerte de Hallas, el Hir de Dol Tinare, se abrieron nuevas posibilidades y oportunidades, y un nuevo vacío del poder al abandonar muchos nobles estas tierras. Y gracias a eso, Sil Auresse pudo comenzar su andadura…

No obstante, sus recuerdos le llevaron a otro momento de aquellos días. Cuando se adentró en el Mundo de las Sombras, y vio a Angûlion, un hechicero de inmenso poder y la mano derecha del Rey Brujo. Le salvó de ese encuentro Thelran, que después se marchó a una misión de vital importancia para acompañar a un esclavo perseguido por el Enemigo. Fue allí cuando Pelenwen se acercó a Ayla, y le pidió su opinión acerca de Thelran para esta tarea tan difícil. Ayla le dio el visto bueno, pero ella vio algo en Ayla. Notó que parte de su alma se propagaba por el Mundo de las Sombras… Y algo más, por lo que se podía ver ahora.

Ayla levantó la mirada y vio a Danroth preparando dos infusiones, aparentemente acostumbrado a largos períodos de meditación típicos de los elfos. Por la ventana que había detrás de él se podía ver que ya era casi de noche. Khôradur estaba a punto de regresar, y en breve iban a cenar con Curudae también. Pero antes había temas que tratar.

Ayla confirmó lo de los dos alumnos.

-Muchas gracias Ayla. Sé que los inicios son difíciles. No soy un hombre extraordinariamente rico, además en este momento de mi vida el dinero me sirve de poco, salvo cuando es usado para un buen fin. Toma, aquí tienes algo de oro para cubrir los gastos. No es necesario que me envíes informes, pero procuraré pasar o enviar a alguien a comprobar sus avances. Hice una promesa de cuidar de ellos, y sé ahora estarán en buenas manos. Ahora te doy fondos para su manutención y cuidado, pero antes hay más negocios que tratar.

Le ofreció la infusión mientras cogía con interés el libro, y con el permiso de Ayla dijo que lo iba a mirar con atención durante su estancia para evaluarlo y que se lo devolvería antes de irse.

A continuación, Ayla sacó los pergaminos. -Sí, tu mensajero ya me enseñó cuáles eran, y en tu carta me comentaste que querías una parte en nuevos pergaminos. Te puedo ofrecer lo siguiente: te doy dos hojas de pergamino por cada uno, es decir, 30 en total. Ahora te comento para qué fin. En cuanto a los pergaminos, te puedo dar los siguientes precios... Danroth anotó cosas con la pluma en un papel mientras bebía su infusión:

3 Misil de luz (niv 2)                       2-3 mo+2per     (PVP      6-8)                       [2]
3 Muro de frio (niv 3)                    3-4 mo+2per     (PVP      7-8)                       [12]
3 Muro de fuego (niv 4)                4-5 mo+2per     (PVP      10-11)                   [65]
3 Dormir VII (niv 3)                         3-4mo+2per      (PVP      7-8)                       [50]
3 Luz Súbita (niv 5)                         5-6 mo+2per     (PVP      13-15)                   [5]

-Como sé que necesitas oro, lo que haré es comprarte yo lo siguiente:

1 Muro de Frío (niv3) a 3 oros = 3 mo
3 Muros de Fuego (niv4) a 5 oros = 15 mo
3 Dormir VII (niv3) a 3 oros y pico = 10 mo

-En total serían 28 monedas de oro, más los treinta pergaminos. Me hago responsable de buscar comprador, que en estos tiempos no es nada fácil. El resto de los pergaminos los pondré a la venta, que serían 3xMisil de Luz, 2xMuro Frío, 3xLuz Súbita… en total puedes esperar conseguir entre 27 y 35 monedas de oro más.

-Si aceptas el trato, pasarías a tener 30 pergaminos nuevos, que los llevo conmigo. Lo que quiero es que uses al menos la mitad para hechizos no ofensivos. Lo que se te ocurra, pero que puedan ser de utilidad para la gente con recursos. Cuando los tengas hechos, hablamos.

-¿Aceptas?

-Acepto, y antes de que tengas que partir tendrás los pergaminos como tú dices. Quédate el libro estos días mientras le echas un vistazo y me lo devuelves cuando tengas que marchar. Bueno, se acerca la hora de la cena y creo que hay gente que tiene ganas de charlar contigo...Pero antes tengo una última pregunta... ¿qué se sabe de Finduilas?
 

-¿Finduilas? Buena pregunta, le perdimos la pista poco después de la defensa de Metraith. Sé que hablaste con ella, y luego abandonó su torre Argond en Dol Caladir y dejó los asuntos del principado en manos de su chambelán Dagobert. Pero de ella no sabemos más, aunque me gustaría conocer su paradero. Durante un tiempo buscaba maestros y conocimiento por todos los medios, y tuvo contactos con hechiceros poderosos, algunos de dudosa reputación y otros directamente malvados. No guardo muchas esperanzas de que sobreviva si pretende seguir en estas tierras. No tiene a dónde ir aquí. Sin embargo, sigue siendo la soberana de un principado dúnadan, y no le deseo ningún mal. Y al mismo tiempo podría ser de utilidad para averiguar más sobre el Enemigo, sobre todo acerca de algunos hechiceros de poder que están actuando de forma muy activa.

Le entregó un saquito con monedas y los pergaminos. -Es lo acordado por los pergaminos, más una pequeña contribución por los gastos de manutención de los dos alumnos.

Cuando terminó su explicación, Ayla se acercó hasta la puerta para salir con Danroth. Pero antes de salir, se paró y se giró mirándole y le susurró: -Gracias

Quedaron para verse en breve en la cena. Ayla dejó las cosas en su cuarto, y se puso algo más elegante. Le sorprendió el peso del saquito de monedas, y lo abrió. Contenía un total de 48 monedas de oro, es decir, las 28 acordadas y 20 monedas adicionales para los gastos de los dos alumnos. Demasiado generoso.

Fueron a la cena...

Esa noche, había una cena. Ayla bajó por las escaleras al salón principal, donde estaban terminando de montar una mesa. Estaban Curudae, Khôradur, el Chambelán Paddrec, el dúnadan Gildûr, Danroth, y algunos más. Una suave música de violín amenizaba la velada, y se había decorado el salón para la ocasión. Llenaban las copas de vino mientras otros terminaban de colocar la mesa y la comida, principalmente carne de caza.

Ayla habló un poco con las caras nuevas, les comentó por encima la idea de Sil Aüresse, sus primeros pasos, la Academia y la obra que será la Torre de Sil Aüresse...

Cuando pudo se acercó a Gildûr y le comentó que le gustaría que al amanecer se reuniera con ella para enseñarle el funcionamiento de la Academia, sus maestros, etc. Será mejor que lo vea por sí mismo, que mil explicaciones...

El resto de la noche, trataba de hablar con todo el mundo. Preguntó a Curudae que tal el ánimo de la gente con la llegada de la caravana de ese día y demás.

Disfrutaron de una agradable cena en un ambiente distendido y relajado. Curudae dijo que la gente está entusiasmada y expectante ante los festejos que iban a comenzar oficialmente el día siguiente al mediodía. Iba a haber una gran parrillada de carne, frutas y otra comida, y luego juegos y espectáculo a lo largo de la tarde, comentó el Senescal.

Además de Ayla y Curudae y Khôradur, estaba Danroth con ellos.

Curudae añadió casi susurrando: -Ayla, para la noche de mañana, estaría bien que te pusieras un vestido elegante o, mejor aún, espectacular. Tenemos algo preparado, y queremos que tu entrada sea memorable.

-Si puede ser blanco, mejor, confirmó Danroth, -y que no te vean antes de tiempo.

Curudae y Danroth seguían con sus maquinaciones y hablando de sus cosas. Ayla se fijó ahora en Gildûr, quien estaba charlando con Khôradur algo apartado. Presentaban un contraste curioso en cuanto a aspecto y a vestimenta: Gildûr era visiblemente más joven que el Lugarteniente, y mientras el invitado llevaba una ligera camisa de lino blanco, Khôradur llevaba un abrigo oscuro y brazales. No obstante, ambos compartían el porte característico de los dúnedain. Su conversación parecía animada y únicamente interrumpida cuando levantaban sus respectivas copas.

Aún le sorprendía a Ayla el buen entendimiento que había entre los arthedainii y los umbareanos, que al mismo tiempo eran el enemigo irreconciliable de Gondor. En alguna ocasión le había explicado Khôradur acerca de ese profundo sentido de mantener unas tradiciones y unos valores de Númenor que compartían los dos reinos, mientras Gondor siempre había estado más abierto a nuevas tendencias e influencias. Al mismo tiempo, al estar tan distantes geográficamente, los intereses militares de Arthedain nunca habían supuesto amenaza para Umbar, ni viceversa.

Ayla se fijó un poco más en Gildûr, y no pudo evitar reconocer que era un hombre atractivo, educado y con una sonrisa sincera. Era joven para un dúnadan, aunque en él se podía intuir el peso de una vida llena de experiencias, alegrías y tristezas. Su mirada se cruzó con la de Ayla, y le dedicó una reverencia y le invitó a unirse a la conversación.

 -Dama Aylarien, mi amigo Lord Danroth ya me avisó de vuestra deslumbrante belleza, pero sus palabras poco me pudieron preparar para el momento de conoceros en persona. Khôradur y yo estábamos compartiendo nuevas de las tierras del Sur y Lejano Sur, donde tengo algunos intereses comerciales, pero no le entretengo más. Me quedo a la espera de que podamos tener una conversación, le dijo mientras se despedía educadamente. Ayla quedó con él para el día siguiente al alba.