Partida Rol por web

-En relación a Aeldric. Cuando lo conocí, era diferente. No sé que le ha ocurrido exactamente, pero está como perdido, y debe encontrarse, o mejor dicho conocerse y ocupar el lugar que le corresponde. Aeldric está llamado a ser un gran guerrero, y necesita apoyo en este momento que está perdido. En la batalla de Cardolan, hizo amistad con un enano que se llamaba Gynn, siempre estaban a la zaga, y era raro que un enano apreciara a un elfo, tal vez por eso se sienta cómodo con Nurg, tal vez le recuerde a un amigo perdido. A mi se me ha asignado ser guía y custodia de su camino, pero creo que en este momento, es mejor que disfrute de la compañía de Nurg. Vi brillar sus ojos como antes, cuando lo vi luchar junto a Nurg contra la criatura de Suduri. Si bien sufrieron penalidades que me obligaron a intervenir para equilibrar la batalla, estaba ansioso en el combate. POr un momento reflejó lo que debía ser... Si aceptan formar parte de esa fuerza, le hará bien.

-La situación alrededor de Metraith se está complicando y puede ser perjudicial para nuestros intereses a medio plazo. No hay una solución fácil, y tampoco debemos mostrar debilidad. La ruta de aquí a Metraith es nuestra línea de vida. Si la atacan, la defenderemos a muerte. Antes de fundar Sil Auressë te presentaste en Metraith. Las personas con ganas de trabajar y vivir honestamente siempre tendrán su sitio en Sil Auressë. Así ha sido, y muchos de los que ahora están aquí entre nosotros han elegido esta vida en vez de otra. No cerraremos las puertas a nadie, pero si llegan malhechores y delincuentes recibirán el castigo que les corresponde. Y si se atreven a atacarnos, les perseguiremos sin cuartel. Quizá debería hacer una visita en persona a Metraith para zanjar este asunto.

Se levantó para limpiar sus armas encima de una mesa de madera. El porte del lugarteniente seguia siendo el de un alto oficial del ejército, aunque de momento las tropas bajo su mando distaban mucho de la formación, equipamiento, disciplina y majestuosidad de las de la flota de Umbar. No obstante, aún manchado del barro del campo de entrenamiento, con tan sólo unas decenas de soldados, la mayoría portando armas antiguas o rudimentarias, Khôradur seguía teniendo la misma autoridad como si estuviera al mando de una división entera de las mejores tropas de Eriador. Y sus hombres le iban a seguir a cualquier final.

-Aún tengo bastantes dudas sobre Aeldric, pero yo también intuyo que hay un gran guerrero esperando para salir. Confío en tu criterio, y hablaré con ambos a su regreso.

-Por cierto, ¿qué tal con Denelloth, hablaste ya con él?

-En cuanto a Denelloth, poco te puedo añadir más que mi gratitud. Es un montaraz entrenado en Fornost, y a pesar de su juventud tiene unos conocimientos que nos serán muy valiosos. Ha sufrido los horrores de la guerra, así que debo ir con cuidado para no obligarle a enfrentarse a situaciones límite antes de tiempo. De momento creo que su lugar está entre la unidad de cazadores y exploradores, y puede prestarnos una ayuda valiosísima para que saquemos el mayor partido a esa unidad. Algunos cazadores aún no han asimilado su papel como parte activa del ejército, y en Denelloth se combinan esas dos facetas. Con su sola presencia les puede enseñar lo que yo quiero de ellos.

-Debemos prepararnos para la guerra y para el conflicto, le dijo con voz seria mientras su mirada firme y tranquilizadora al mismo tiempo se fijaba en Ayla. -Debemos prepararnos para la guerra para lograr mantener la paz. El camino para la paz pasa por equipar el ejército, y ampliarlo un poco, para disuadir posibles ataques de pillaje o asaltos a las caravanas. Éste es el primer paso, para que no se repita lo de la caravana.

Había cierta tristeza en sus ojos al recordar lo sucedido. Khôradur había dedicado toda su vida a la vida militar, y sin duda había perdido muchos hombres bajo su mando. Era el riesgo que corrían todos los soldados. Lo asumían. Pero alguien como Khôradur nunca se acostumbraba del todo, nunca le resultaba indiferente.

-Elwan era el nombre del soldado que murió en el ataque, le dijo. -Cumplió con su deber como soldado, y pagó el precio más alto. Dejó atrás una viuda y dos hijos pequeños. Ya he hablado con ella, y ella recibirá la mitad de la paga mensual de Elwan como pensión. Como no tenemos un fondo ni asignación mensual reservada para el ejército, de momento se la voy  a pagar de mi sueldo, sin que se sepa. Espero haber obrado bien.

-Has obrado noblemente, pero no has de soportar tú solo esa desafortunada desgracia. Los malos tiempos que nos ha tocado vivir van a hacer que esta situación se repita. Hablaremos con Curudae, pero considero que Sil Auressë se hizo para que la gente tuviera una oportunidad y que la gente se ayudaran los unos a los otros para salir todos a delante. Pienso exponer en público la situación, y Sil Aüresse se hará cargo para dar ejemplo de la vida de la mujer de Elwan que pasará a integrar el personal de la torre, ganándose un sustento, y sus hijos varones recibirán formación militar para honrar a su padre siempre que la edad se lo permita, y las hijas si la edad es adecuada se podrían asignar a un maestro de la lana para que aprendan a hacer el tejido y a teñirla, tal vez se conviertan en grandes comerciante en un futuro... La cuestión es darles oportunidades, esa es la esencia de Sil Aüresse. No podemos quedarnos de brazos cruzados, y tú has obrado con el ejemplo. Lo trataremos con Curudae, haber que soluciones podemos obtener...

-En cuanto a Denelloth, efectivamente ha sufrido los efectos de la guerra de Arthedain y su daño va más allá de los meramente físicos... Necesitará tiempo, y él será el que dicte su recuperación. Logré "rescatarlo" de una existencia olvidada y traerlo de vuelta a la vida. Traté de insuflarle la chispa que perdió, y ahora de todos nosotros depende que prenda con fuerza.

-Un hombre que elige la vida de un soldado asume el riesgo de perder su vida. Entrega su vida al servicio de su señor o de su pueblo. Mientras sirve en el ejército, su paga es el sustento principal de su familia. Un soldado gana de cuatro a seis monedas de plata al mes, o incluso siete si llega a sargento. Si muere en el cumplimiento de su deber, no es motivo para que su familia deje de recibir un dinero que les ayude si así lo precisan. En caso de Elwan, su viuda trabaja en la limpieza pero está esperando para entrar en la cocina, lo que le supondría pasar de media plata al mes a una moneda de plata al mes. Los dos chicos son varones y aún no tienen edad para la milicia. Hasta que sean mayores de edad, la familia recibiría dos monedas de plata adicionales mensuales para su manutención y para que se les pueda enseñar un oficio.

Khôradur se quedó mirando algo extrañado cuando hablaba de asignarles un maestro de la lana para aprender a hacer tejidos y teñirlas. -No tenemos nada de eso en Sil Auressë. Simplemente transportamos madejas de lana a Metraith para su venta. No hay artesanos de lana aquí.

Ayla miró a Khoradur mientras sonreía y le dijo: -Pues habrá que buscarle un remedio. Hay un negocio enorme aquí, pues Sil Auressë elabora la lana que vende a otros mercaderes que la utilizan para elaborar sus tejidos que luego nos revenden a un precio bastante más caro, ya sea sin confeccionar o confeccionados. Un amigo mío está con mi padre, que comercia por la tierras de Umbar y alrededores. La única vez que conicidí con él, me comento en que consistía su trabajo, y trabajaba la lana entre otras operaciones, por eso si viniese aquí mi padre o Laurefin podría enseñarlas la profesión. Creo que ya lo comenté a Curudae anteriormente, pero no se si se envió a un mensajero invitándoles a venir. Laurefin no sé si habrá rehecho su vida. Hace algunos años que nos los veo, desde encontramos a mi padre y dejó las armas para comerciar con él.

Ella recordaba la historia que le había contado su padre, el amor entre él y mi madre, el origen no planeado de Ayla... Se entristeció un poco por pensar en el odio que había tenido por él al vivir una mentira, y que no había pasado tiempo con él. Aunque ya no podía ejercer de padre, puesto que eran unos extraños, pero tal vez sería un buen momento para estar cerca y conocerse un poco mejor...

-Hay muchas que hablar con Curudae... En cuanto a la pensión de la viuda de Elwan, me has hecho entender la cuestión monetaria, y aunque pasara a trabajar a la cocina, no percibiría el salario suficiente ella sola. Por lo que hoy vamos a crear un fondo para las familias de los soldados caídos. Y la primera aportación la haré yo. Pongo a tu disposición 140 monedas de plata para que las gestiones y crear un fondo para tales familias. Deberíamos buscar una forma de reinvertirlas y que generen un rendimiento que lo haga crecer para que no merme ese fondo y crezca, porque desgraciadamente, la viuda de Elwan no será la primera, ni la última. Esta noche concretaremos todos los detalles con Curudae.

-Si no tienes nada más que comentar iré a dirigirme a la Academia, también tengo cosas que tratar allí...

-De acuerdo, concretaremos los detalles del fondo del ejército con Curudae y también puedes preguntarle por cómo podríamos preparar tejidos acabados para el comercio, le dijo Khôradur a Ayla que estaba absorta en sus pensamientos.

-Se está haciendo tarde, Ayla, añadió Khôradur y efectivamente ya había anochecido. -Mañana a mediodía si te parece quedamos los tres y tratamos más temas. Antes te da tiempo pasarte por la Academia, que ya estará cerrada cuando llegues de vuelta al pueblo. Te acompañaré hasta la salida del campo de entrenamiento, le dijo y mientras avanzaban le dijo algo a uno de los soldados.

-Ya te habré comentado la diferencia entre soldados y guardias. Aunque el castillo aún no está terminado, estoy separando desde el principio los dos cuerpos. He asignado al sargento Walec como jefe de guardia, un cargo de gran responsabilidad para alguien tan joven. Pero ha demostrado su lealtad y también es del agrado de Curudae. Él te acompañará de vuelta al pueblo y hasta la Casa de Comercio.

Ayla escuchaba a Khôradur a medias, mientras recordaba el breve tiempo que había psado junto a su padre humano. Un encuentro fugaz no hacía tanto tiempo. Parecía conocer bien las rutas de comercio, viajando de un lado para otro buscando productos para comprar y transportar. Su última ruta era la de Umbar, transportando telas y tejidos de lana y trayendo seda. No era un artesano ni tejedor, pero quizá pudiera tener información de utilidad.

El joven sargento Walec apareció de uno de los barracones y le hizo el saludo militar a Khôradur. Tras recibir las órdenes, le acompañó a Ayla el corto trayecto hasta la Casa de Comercio. Era casi medianoche cuando ella llegó a sus aposentos, algo cansada de tantos viajes.

El día siguiente Ayla no vio a Curudae en el desayuno, pero sí vio cómo los alumnos de la Academia se estaban reuniendo en la plaza, esperando el comienzo de las clases. Aún seguían utilizando una de las tiendas vacías como sede, compaginándola con la Casa de Comercio y el lugar de construcción, así como el aire libre y los alrededores.

Ella salió de la Casa del Comercio y observó cómo se iban reuniendo en la plaza, sin interferir. Buscó con la mirada a Tarosh, así como a los "sobrinos de Danroth". Observaba cómo se relacionaban entre ellos mientras esperaban todos a que llegaran los Maestros.

Cuando llegaron los Maestros, esperóa que se organizaran y dieran comienzo a las clases. Entonces buscó a los maestros que por horario no estaban ocupados con los alumnos para reunirse con ellos y así comentar los avances que se estaban produciendo. Si había habido alguna nueva incorporación, posibles dificultades o problemas, etc. También quería preguntar a Adhellin por cómo iban los libros...

Ayla observaba en silencio el movimiento en la plaza. Había un grupo de siete alumnos muy atléticos que siempre iban juntos, pero también se relacionaban con otros alumnos. Los protegidos de Danroth, el joven Ragi y la niña Sir, estaban juntos. Tarosh pasaba por delante de ellos y les saludó. También vio cómo Giriony el joven Eben charlaban con Tarosh, y saludaron a Sir y le djeron algo y ella se rió. Había alegría y entusiasmo. Todos los alumnos iban con mochilas y algunos llevaban herramientas y diversos artilugios. Parecía que tocaba excursión. Tarosh se percató de la presencia de Ayla y se acercó cuando le hizo el gesto. Dijo estar encantado de retomar las clases con ella. 

Apareció Ionell, el profesor encargado de las Ciencias Naturales. Todos los alumnos parecían entusiasmados con la perspectiva. El veterano maestro le saludó a Ayla y le comentó que hoy iban a explorar la zona de la cantera de la colina, y recoger diversas muestras de plantas, rocas y minerales. Le dijo que en un principio se hacía por grupos, así que una parte de los alumnos se quedaban en la academia con Cerveth.

También llegó Edrec, que tenía previsto acompañar a Ionell para aprender ella también, pero podía esperar al siguiente grupo. Saludó a Ayla, y le dijo que se quedaba con ella para ponerle al día.

-La Academia avanza, ya tenemos casi una treintena de alumnos más o menos fijos. Hemos recibido donaciones para cuando estrenemos nuestra nueva sede. Principalmente muebles antiguos, mesas y sillas. Algunos libros de poco valor, y pergaminos y cuadernos. Los padres que nos han visitado nos han hecho también aportaciones, creo que llevamos unas 36 monedas de oro que se quedarán muy cortos para todo lo que queremos hacer. Pero es el camino. Cobramos lo mismo a todos los padres, pero algunos nos quieren ayudar a mejorar los medios que tenemos para la enseñanza de sus hijos, y estoy convencida de que en cuanto hayamos inaugurado el edificio de la Academia, llegarán más donativos.

Mientras Edrec iba contando, entraron en el taller de Adhellin, donde además de él había tres alumnos ayudándole. El joven artista le saludó efusivamente, y presentó el trabajo que estaba haciendo ahora. Se trataba de un dibujo en detalle de una criatura del Mundo de las Sombras, hecho con un detalle asombroso. -Me he basado en las descripciones de los apuntes, le dijo mientras contemplaba su propio obra. -No hay demasiadas ilustraciones de este tipo, pero he hecho alguna, así como mantener un estilo uniforme a lo largo de toda la obra. Llevo ya mes y medio con ella. Hay partes que necesito que las repases conmigo cuando tengas tiempo, porque están muy inconexas. Si me ayudas por las tardes, creo que en dos semanas podría tener terminado el primer ejemplar, y luego las otras tres copias se hacen en unas diez días cada una.

Adhellin siguó hablando mientras Ayla observaba el taller. El ajetreo era constante. Dos escribas cortaban sus propias plumas, mezclaban la tinta y seguían copiando textos. El tercero parecía un artista pintando en cada hoja lazos o figuras para adonarlas, y también añadía las letras capitulares iniciales en rojo. En una estantería estaban los proyectos pendientes de hacer. Los dos volúmenes de la Historia de los Dúnedain de Cerveth, dos montones de hojas perfectamente ordenados. Los Principios de las Matemáticas y Geometría de Edrec, y Rocas y Minerales del Oeste de Cardolan de Ionell. Los apuntes de Edrec eran menos hojas pero llenos de extraños símbolos y dibujos. Las hojas de Ionell aparecían amontonadas de cualquier manera y parecían escritas en cuadernos de viaje en el campo. También llamaba la atención una serie de esbozos de mapas, con anotaciones de distancia. Ayla recordaba que Khôradur había pedido buenos mapas de la zona.

-Como podrás ver, hay mucho que hacer aquí Ayla, le dijo Adhellin mientras les ofrecía una infusión y se quedó comentando el trabajo del rubricador que estaba haciendo las primeras letras.

Ayla se sentó con Edrec para tomar la infusión. -También colaboramos con Khôradur y sus soldados, les damos clases y participamos en sus entrenamientos, le dijo Edrec mientras sonreía. Ayla miraba a esta mujer sureña, y pudo notar el cambio en ella. Se podía ver cómo el espíritu de Sil Auressë le ha cambiado a mejor.

-Tenemos un puñado de alumnos nuevos de las familias de la zona, pero hasta que no tengamos un edificio propio para la Academia no creo que podamos hacer mucho más.

Ayla mostró su alegría sobre los avances de la Academia, y el entusiasmo de todos los Maestros. -Os agradezco el esfuerzo que estáis haciendo, y como os habéis implicado en un proyecto que hace unos meses se presentaría inalcanzable, pero que con el esfuerzo de todos poco a poco se está llevando a cabo, y tendrá efectos mucho más allá de lo que podamos pensar hoy... Cuando me entrevisté con todos vosotros, nos os ofrecía un medio para vivir, os ofrecía una nueva forma de vida que habéis aceptado con entusiasmo, y que estais transmitiendo a las nuevas y futuras generaciones, plantando la semilla dentro de ellos para que germine desde el primer momento y crezca con toda la fuerza que sea posible. Pero más allá de los alumnos, también las familias se muestran entusiasmadas por lo que me habéis contado. Sin duda Curudae buscó a los mejores, no concibo a nadie mejor que vosotros para afrontar este reto.

Iba mirándolos uno a uno emocionada.

-Me debéis de transmitir cuales son las crencias más urgentes, puesto que aunque estamos naciendo, y tenemos un presupuesto muy limitado, puedo encontrarme con oportunidades que ayudarían a solventar las dificultades que podamos tener. La más inmediata sería terminar el edificio de la Academia. No sé si se podrá hacer algo, pero hoy buscaré reunirme con los arquitectos para que me comenten sus impresiones. Ayer volví después de un tiempo de ausencia, y he resolver muchas cosas, pero supongo que en uno o dos días volveré para ver los asuntos relativos a los libros contigo Adhellín.