Partida Rol por web

 -Buena pregunta, señorita Northwest. Los que desconozcan su condición de alérgicos, pueden acudir a la enfermería. El doctor Witchward se encargará de realizar las pruebas pertinentes para averiguar si tienen o no reacciones alérgicas a los diferentes elementos que vayamos a recolectar. Son pruebas rápidas, por lo que en cuestión de horas podrán obtener la información necesaria.

Y mientras contestaba a Aetheldryd, una chica con alas y altitud altanera entró en el aula, tarde. La profesora le dedicó una mirada glacial.

 -Llegar tarde el primer día no crea una buena impresión en la que va a ser su tutora el resto del curso, jovencita. ¿Quiere explicarnos por qué se ha retrasado? Luego puede buscar asiento.

La profesora, de buenas a primeras, no parecía tan cruel como en los pasillos se le describía. Aunque claro, mientras Aida apretaba sus puños, pensó que era importante no dejarse llevar por las primeras impresiones.

Aida movía sus orejitas a cada que escuchaba algo que le interesaba. Saber que podía inscribirse a la optativa luego de salir de clases la emocionaba. Esa era una materia importante para un alquimista. El poderse abastecer por él mismo de ingredientes era lo más cómodo que podía existir (y barato). 

Mientras hacía que su lápiz se moviese de un lado a otro, haciendo pequeños apuntes, la mirada de Aida se desvió a la chica que acababa de llegar, tarde. La mirada que le dirigió la profesora a la chica hizo que Aida sonriese levemente de forma irónica. ¡Esa mirada daba miedo! Se quedó allí, entonces, entre sus cavilaciones, mientras observaba cómo se desarrollaba la situación.

La pelilavanda continuaba en una posición bastante serena escuchando las indicaciones de la profesora y esperando que Aida y Renata estuviesen bien con toda la información proporcionada. De vez en cuando hacía anotaciones, pero eran más que nada palabras clave para no olvidar en caso de requerir algo a futuro. No recordaba ser alérgica a algo, pero no estaría mal ir a hacerse el examen solo por si acaso.

Sin embargo, las cavilaciones de Aetheldryd pararon cuando vio llegar a una nueva alumna tarde. Le daba una enorme curiosidad averiguar qué raza era, pero esperaba que tuviese un buen motivo para haber llegado tarde y más por hacer enfadar a alguien como Deadeye. Sin embargo, continuó su atención en el cuaderno anotando unas cosas más sin ver directamente a recién llegada. 

Sabiendo que podía irme, me levanté un poco cansado y asentí con una sonrisa fatigada al profesor.

-Sí... creo que iré a Enfermería. Trataré de no tardar mucho.... ¿puedo pedir la lista para cuando vuelva?- y en cuanto me respondiese me iría, daba igual lo que contestase. 

Vaya, no creí que el primer día me cansara tanto... 

Todavía andurreó un poco por los pasillos, moviendo el mapa al derecho y al revés para asegurarse de saber dónde estaba. Por suerte para ella, el vicedirector también se había asegurado de que el mapa tuviese una única posición: lo girases hacia donde lo girases la imagen se enderezaba, algo muy útil para que no se perdiera.

Finalmente llegó a la clase. Se quedó plantada en la entrada viendo la inmensidad del aula y la disposición de los asientos. Paseó la mirada por los alumnos. Puso su mano como visera para ver mejor y buscar a Laila. Ya se estaba lamentando por la ausencia de la arácnida cuando apareció tras ella. -¡Oh, estás aquí!- la tomó de la mano (o pata) que tenía más cercana para tirar suavemente de ella. -Vamos, ¿quieres elegir tú el sitio?- casi parecía implorarlo. Para ella no había nada más difícil que tomar una decisión entre tantas opciones.

Renata dejó de escribir y mirar a donde estaban puestas las atenciones de sus amigas.

Embelesada por una nueva Pokemon Amiga, susurro buscando entre sus recuerdos esa descripción

-Una chica con alas.

En su mente buscó las enciclopedias de criaturas y criptozoologia.

-Ojos rojos, alas… vampireza, demoniza, homunculo…

Susurraba las infinitas posibilidades a la espera de la presentación de la nueva compañera

Aki de momento no tenía más preguntas y sólo quería ver la lista con las descripciones de los cursos optativos, porque de verdad, leyendo sólo como se llamaban, no se podía forjar une idea muy clara, al menos no en todos casos, de qué se trataba…

El chico verde aparentemente se sentía mal, y Aki se preguntó si el color de piel quizá no le era natural, sino si era une expresión de su malestar presente...

Etna se desplazaba con tranquilidad por los pasillos, buscando el aula que le habían indicado seria la suya, cuando la encontró decidió entrar, el interior estaba lleno de gente, ella les observa unos segundos y después desvía su mirada hacia aquella persona que le había hablado, arqueando una ceja dice:

¿Tarde?... vaya, desconocía que llegaba tarde… acabo de llegar al campus y el encargado de la cafetería me ha estado explicando un poco el lugar… y parece que me he entretenido más de lo que pensaba mientras venia…

Decía mientras observaba a los allí presentes, toda una variedad de seres, se aclara la voz y finalmente dice:

Por cierto, creo que es decoroso presentarse ante los demás… mi nombre es Etna, hija del gran Belcebu y la gran Lilith… espero que… convivamos bien… ummm tutora, ¿he de sentarme en algún lugar en especial?

Decía con una sonrisa que dejaba ver perfectamente sus afilados colmillos y observaba los lugares vacíos.

Sayaka escucha atentamente a su compañera,  y cuando le pregunta si no tena optativa en su colegio niega y añade:

Yo nunca he ido a un colegio… me enseñaba madre las cosas y a veces un profesor… bueno, las cosas más mundanas me las enseñaba un profesor… cosas como sumar y esas cosas, pero las cosas mágicas me las enseñaba madre… es la mejor maga de la aldea y más poderosa, era la mejor para enseñarme… además, aunque hay algunas kitsunes mas, no somos muchas y la mayoría son mucho mayores que yo… yo soy la única joven de la aldea.

Se queda unos segundos sonriendo y añade:

No sé porque, pero madre dice que es porque es cada vez más difícil tener niñas…

Al llegar a la zona de las aulas, encontraste rápidamente el aula de primer año, en la cual ya había abundantes alumnos esperando a que comenzaran las clases. Entre los que pudiste ver, había alguno que destacaba especialmente, como por ejemplo un chico con piel escamosa y cola, que ofrecía un aspecto ciertamente curioso. También reconociste a Goro Aki y a Kyrt Frostfang, sentado en uno de los pupitres.

Pero a pesar de la cantidad de compañeros que tenías, aún había sitios libres de sobra para que pudieras elegir dónde sentarte. De hecho, el aula en sí era bastante amplia, recordando a esas aulas que se veían en las universidades victorianas, con pupitres de madera y un gran encerado al fondo, con la mesa del profesor delante. De hecho, era extraño, porque cuando te sentabas en uno de los pupitres, podías leer con claridad todo lo que había en la pizarra como si estuvieras en primera fila, aunque tu asiento estuviera al fondo. Al principio mareaba un poco, pero no era difícil acostumbrarse a ese extraño efecto, que seguramente sería producto de algún conjuro puesto por los profesores.

Que hablando de los reyes de roma, Mr. Cavanaugh se encontraba delante de la pizarra, explicando a tus compañeros la estructura del curso y atendiendo a la petición del muchacho de aspecto escamoso, que al parecer se encontraba indispuesto y quería ir a la enfermería.

 -Sí, por supuesto, joven. Vaya y no se preocupe, se le hará llegar la lista de optativas sin problema alguno.

Mientras el profesor decía aquello, Arathidas entró en silencio en clase, buscando un sitio para sentarse. Si el profesor reparó en su presencia, por el momento no dijo nada.

 -Muy bien, si el resto no tiene más preguntas respecto al contenido del curso, creo que todos estarán deseando saber por qué el joven elfo rubio que se acaba de sentar ha llegado tarde. Yo al menos estoy en ascuas.

Dicho esto, el profesor miró directamente a Arathidas, esperando su respuesta. Pues sí que se había fijado...

La profesora habló con un tono tranquilo, pero tremendamente severo.

 -Siéntese donde prefiera. Y si hubiera leído el tablón de anuncios, sabría que yo soy la profesora Zurghed Deadeye, tutora de cuarto curso y profesora de magibiología.

Mientras Etna se sentaba, la profesora sacó un libro de la asignatura que ella impartía y, abriéndolo por una página al azar, dijo.

 -Muy bien entonces. Puesto que ya hemos comenzado la clase, la cual ya ha cubierto la explicación básica sobre el contenido del curso, empecemos comprobando los conocimientos de los alumnos que no estuvieron el año pasado aquí. Señorita Etna, empiece usted. Cuénteme todo lo que sepa de la criatura conocida como "espurreador".

Anneka se quedó pensando en lo que Sayaka le estaba contando.

 -¿Más difícil tener niñas? ¡Ah, eso será que os faltan partes de niña! Eso no es grave, sólo tendrán que abastecerse y ya. Al menos es como me ha dicho mi padre que él hace gente nueva. Los construye, o reconstruye, y luego les insufla la vida.

Sonrió, satisfecha con su explicación.

 -Y clases privadas yo recibí también cuando era pequeña. Era genial porque cuando no quería ir a clase, sólo tenía que esconderle la cabeza al profesor. Era divertidísimo verle caminar por mi casa buscando su cabeza y tropezándose con todo. Ay, qué buenos tiempos.

Laila sonrió y señaló los pupitres.

 -¿Te parece bien en medio? Es discreto, para evitar que los profesores nos pregunten demasiado.

La arachne empezó a ir hacia un par de sitios que estaban cerca de la ventana.

 -Total, la pizarra la vamos a ver bien de todas formas, así que...

Se sentó, acomodando su patas y su abdomen en el pupitre.

 -¿Qué te parece? Oh, por cierto, vi a Álex en la cafetería. ¿Dónde estabas que no bajaste a desayunar?

Arathidas había llegado tarde, era algo que solo el sabría explicarse a si mismo desde su mas recóndito ser, pues ni siquiera el quería reconocer la causa de su tardanza y seguramente la sepultaría en su olvido, agraciadamente el elfo era hábil con las palabras de disculpas, su lengua tenia tantos recuerdos pidiendo perdón como vidas tiene un gato y las palabras salían fácilmente de su boca, siempre y cuando el profesor no supiera leer la mente y nadie se metiera a defenderlo (ya que solo crearían un caos enorme en su cabeza) el podría remar estos problemas. Aunque tenia las palabras preparadas, esperó un segundo, ni mas ni menos para dar un efecto mas teatral y sin demora, pero sin prisa, hizo una reverencia antes de abrir la boca.

-Lo lamento profesor. Me está costando seguir el nuevo ritmo de este curso, mas bien me cuesta un poco volver a tener un compromiso con mi entorno, respetando las normativas de este. También comprendo que fue una falta de respeto entrar tarde a la clase, pero así como yo me haré cargo de mis errores y prometo llegar a tiempo la próxima vez, le pido que tenga consideración conmigo, pues no fue algo que hice a propósito, solo un error que estoy tratando de solucionar. Estamos en tecnomagia, no tengo preguntas ni dudas.

Dicho esto, el elfo, que estaba sentado, volvió a levantar la cabeza esperando el veredicto de su profesor.

Ah… no… debería haberlo despertado… pero ¿cómo podía saber que tenía problemas con despertarse?

Un momento Aki se sintió mal por haber fallado a su compañero de cuarto, para luego reconocer que, como no habían hecho un acuerdo quien iba a despertar a quien, no le había fallado de todo a él.

Tomó, sin embargo, nota mental de que tenían que ponerse de acuerdo sobre lo que se debía hacer si uno de ellos continuaba durmiendo un día de curso…

Etna observa a la mujer, realmente no le interesaba demasiado lo que le estaba diciendo, así que no dice nada y empieza a sobrevolar a los alumnos para colocarse en el lugar libre más atrás donde seguramente pueda estar más tranquila. Una vez instalada no presta mucha atención hasta que le nombran, con un tono tranquilo dice:

Eso… es un bicho diminuto y feo… además cuando se rie expulsa unos mocos por una trompa que tiene… algo asqueroso… creo que esos…que dicen que son magos pero no lo son… ¿Cómo dijo esa araña? Ah si, los alquimistas… lo usan… como digo… algo asqueroso

Decía mientras movía su mano como quitándole importancia a lo que decía mientras pensaba en que por el momento las clases no le interesaban y esa clase de magibiologia seria una pérdida de tiempo para ella.

Sayaka se sorprende por lo que dice Anneka y puede verse en su rostro, sin embargo, niega con la mano y dice:

No… bueno… nosotras no somos fabricadas… o si… no se… en realidad un hombre con suficiente poder mágico y una kitsune cuando se unen…

Se pone colorada por unos momentos, le da vergüenza el simplemente pensar en cómo pasa y movimiento mucho las manos dice:

Y…y… supongo que eso… si, hacen una niña… jejeje, pero es difícil que salga una niña kitsune.

El hablar de las clases particulares fue algo que le alegro ya que podía cambiar de tema, ya que ese tema le resultaba muy vergonzoso:

Yo no podía escaparme… me las daba madre y madre… bueno, cuando se enfada da mucho miedo… según las ancianas de la aldea es una de las kitsunes más poderosas de la historia y cuando se enfada da muchísimo miedo

Los ojos de Aetheldryd brillaron ante la idea de saber que la recién llegada, Etna, era una demoniza de clase alta, pues reconoció el nombre de sus padres en libros que había leído anteriormente y por historias de sus abuelos debido a las profesiones que ellos desempeñaban; sin embargo, el tono de la profesora le sacó una sonrisa pequeña y fantasmal porque sí era estricta y severa, pero eso indicaba que todos serían tratados como alumnos sin importar la procedencia o el don. Eso a su perspectiva hablaba bien de la Academia y era algo que le agradaba bastante.

Retándola, se le preguntó sobre el espurreador* y ella recordaba más o menos de qué iba la criatura, pero no era su turno de hablar y prefirió dejar que Etna contestase, sonriendo de lado ante la interpretación de ella porque era obvio que sí tenía conocimiento mínimo y luego prestó atención a Deadeye para ver su reacción ante la respuesta. Eso sí, aprovechó anotar palabras clave para recordar bien qué era ese animalito.