Partida Rol por web

La planta principal del edificio de la academia es tan enorme como antigua y majestuosa. Con acceso tanto a las plantas superiores como a varias de las estancias más importantes de todo el lugar, esta planta es de las más recorridas en el día a día de Midnight Rose.

Aquí se puede encontrar el acceso al sótano, la oficina del conserje, el gran tablón de anuncios, la entrada al comedor, la enfermería, la cafetería y la minidisco y varias cosas más.

Los grandes ventanales que cubren las paredes tienen cristales que filtran la luz solar, haciéndola inocua para vampiros y otras criaturas sensibles a la luz, detalle que se repite en todas las ventanas del edificio pero que los recién llegados notan por primera vez aquí.

Pasar al interior de Midnight Rose fue todo un alivio. Aunque siguiera habiendo abundante luz, no era nada comparado con estar allí afuera. Lionel suspiró y se frotó un poco los ojos. Definitivamente estaba mejor dentro.

A pesar de estar a finales del verano, la propia entrada de la academia ya resultaba más fresca. Tratándose de un edificio tan grande y antiguo, las gruesas paredes debían mantenerlo aislado.

La majestuosidad rimbombante con que todo había sido construido y decorado hizo que Lionel se sintiera un poco más como en casa pero él estaba ahora distraído observando las ventanas. Sin duda eran un buen ingenio cuando la pared de tu castillo, o lo que fuera, no daba a más roca y tierra. Podía ver a otros alumnos charlando o saludándose entre ellos desde la seguridad de aquellos cristales encantados. De vez en cuando alguno entraba también para dirigirse a algún lugar y no se molestaban mutuamente. Se sentía satisfecho de haber llegado hasta allí sin ningún incidente… y también algo inseguro al encontrarse en un lugar tan diferente sin la protección habitual de una figura femenina que supervisara todo.

Mientras mirabas por la ventana, viste la ostentosa llegada de uno de los alumnos al jardín de entrada. Caminaba como si fuera el dueño de la superficie entera, saludando, guiñando un ojo o simplemente sonriendo de manera casi celestial al resto de estudiantes.

Su melena relucía a la luz del sol como oro bruñido, y podías apreciarlo gracias al efecto protector del cristal encantado de las ventanas. Cuando se acercó un poco más, pudiste ver sus ojos, de un profundo color aguamarina, como ciertas clases de setas luminiscentes empleadas en iluminar tu ciudad natal. Eso te hacía sentir ligeramente nostálgico. Ligeramente.

Cuando aquel muchacho firmó en la mesa correspondiente a sexto curso, se quedó en el exterior, charlando con otros habitantes de la superficie.

Un poco más quedó el elfo mirando por la ventana hasta que alguien llamativo hizo su espectacular llegada. Debía tratarse de un necio o bien de alguien realmente poderoso para actuar de esa forma. La primera opción sonaba como la más plausible… pero el modo en que los demás respondían a sus interacciones no hacía pensar que estuvieran siguiéndole el juego. Era un ser curioso, sin duda, con su cabello de sol y sus ojos de luz.

Pero en ese momento era algo que quedaba lejos de sus intereses y decidió dedicarse a la búsqueda de la que sería su habitación. Desde muy pequeño estaba acostumbrado a vivir entre los hombres de su madre, así que compartir cuarto debería ser algo sencillo. A no ser que su compañero fuera un cretino.

La planta principal del edificio de la academia es tan enorme como antigua y majestuosa. Con acceso tanto a las plantas superiores como a varias de las estancias más importantes de todo el lugar, esta planta es de las más recorridas en el día a día de Midnight Rose.

Aquí se puede encontrar el acceso al sótano, la oficina del conserje, el gran tablón de anuncios, la entrada al comedor, la enfermería, la cafetería y la minidisco y varias cosas más.

Los grandes ventanales que cubren las paredes tienen cristales que filtran la luz solar, haciéndola inocua para vampiros y otras criaturas sensibles a la luz, detalle que se repite en todas las ventanas del edificio pero que los recién llegados notan por primera vez aquí.

Las patas del conejito casi derriten el alma de la joven centauro, que se reprimió de decirlo, tal vez incluso podía llegar a molestarle- ¡Claro! Vamos a ver el lugar -El no tener que cargar con las maletas era un plus, así que tan sólo tenía que dejarse en manos de la pelirroja y que esta les enseñara todo.

- Esto es emocionante, es tan grande que seguramente me habría perdido de ir por mi cuenta -Se situó al lado de la humana, llevando un trote lento para habituarse al paso de los otros dos y no pisar con demasiada fuerza, ya le había ocurrido más de una vez el haber roto alguna baldosa del suelo por una pisada demasiado fuerte por nervios, miedo o simple descuido.

Entro la primera a la planta baja y me doy la vuelta para encararme a Hachi y Astra antes de ponerme a explicar.

- Desde aquí tenéis acceso tanto a las plantas superiores como a varias de las estancias más importantes de todo el lugar, esta planta es de las más recorridas en el día a día de Midnight Rose. - hace una pequeña pausa.

- Aquí se puede encontrar el acceso al sótano donde está el acceso al laboratorio de alquimia aunque el resto de la zona esta vetada a los alumnos, la oficina del conserje, el gran tablón de anuncios, la entrada al comedor, la enfermería, la cafetería y la minidisco y varias cosas más.

Mientras explica voy señalando cada zona en la planta baja. - Queréis visitar alguna ahora o preferís subir al segundo piso para ver las clases?

La academia era grande, muy grande, puede que demasiado para mi gusto. Entramos a la planta baja, me parecía curioso que cada uno de nosotros fuésemos tan diferentes pero estuviésemos para hacer lo mismo. Me di cuenta cuando al entrar dentro del edificio las pisadas de cada uno sonaban distintas.

Los pasos de Alice sonaban un poco, había veces que la suela de las fundas que llevaba en los pies (las zapatillas) hacían un ruido un poco chirriante, mientras que los cascos de las patas de Astra resonaban por todo el edificio, anunciando su llegada. Cuando me fijé mejor parecía como si intentase controlar cada paso que daba, algo curioso. Mis patas en cambio no hacían ruido apenas. Las almohadillas de mis patas amortiguaban la mayor parte del sonido, aunque también podía notar el frio de aquel suelo que tanto brillaba.

Cuando Alice nos explicó que había en la planta baja me acerqué al tablón de anuncios para ver qué es lo que ponía en él, igual había algún anuncio interesante. Aunque al llegar me di cuenta de que estaba bastante alto como para leerlo de cerca. Miré al suelo, “no puedo convocar a las plantas aquí, sería difícil para ellas abrirse paso por el suelo” reflexioné, y luego di varios pasos hacia atrás para poder ver el tablón con perspectiva. Por suerte tenía buena vista, cualidades del modo conejo de los Guardianes de los Bosques, así que podía leer bien desde cierta distancia.

- No sé qué clases tenemos mañana, así que igual prefiero ir a la parte de las habitaciones – contesté a Alice mientras pensaba en poner yo algún anuncio en el tablón.

Atendió a todas las indicaciones de la chica, intentando recordarlas todas para un futuro cercano evitar perderse, si bien el poder ver las clases era algo que no vendría mal, tampoco podía depender del todo de ella, buscaría a alguien de primero y le pediría acompañarlo- Me parece bien ir a los dormitorios, me gustaría saber dónde os quedáis vosotros por si alguna vez podemos volver a vernos y pasar un rato juntos -Al ver cómo Hachi miraba hacia arriba, notó que allí no podría usar sus poderes, por lo que se acercó a este y se agachó un poco- Si en algún momento quieres tomar algo de altura y no puedes, no dudes en pedírmelo si estoy cerca, lo haré encantada -Le dedicó una sonrisa amable y miró hacia la misma dirección, había muchos carteles que llamaban su atención y a los cuales les daría un ojo en otro momento.

Me acerco a echar un vistazo a los carteles que están mirando con tanto interés para ver que pone, aunque estos años no he visto nada que me llamara la atención.

- Las habitaciones están en la 3º planta, si os apetece subimos por las escaleras que tardamos nada. - les digo esperando a que terminen de ver el tablón para subir poco a poco.

La planta principal del edificio de la academia es tan enorme como antigua y majestuosa. Con acceso tanto a las plantas superiores como a varias de las estancias más importantes de todo el lugar, esta planta es de las más recorridas en el día a día de Midnight Rose.

Aquí se puede encontrar el acceso al sótano, la oficina del conserje, el gran tablón de anuncios, la entrada al comedor, la enfermería, la cafetería y la minidisco y varias cosas más.

Los grandes ventanales que cubren las paredes tienen cristales que filtran la luz solar, haciéndola inocua para vampiros y otras criaturas sensibles a la luz, detalle que se repite en todas las ventanas del edificio pero que los recién llegados notan por primera vez aquí.

Junto con tu compañera Laila, saliste del salón de actos a los pasillos de la planta baja. Había pocos alumnos por allí, la mayoría estaban yendo al comedor para echarse algo al estómago o subiendo hacia las habitaciones.

La arachne se estiró y bostezó.

 -Aaaaay, qué bien sienta estirarse un poco. Creo que las aulas están en la segunda planta, pero antes podemos explorar por aquí, ¿qué te parece?

La chica señaló hacia donde estaba la cafetería.

 -Para allá ya sabemos lo que hay. Y por allí... -señaló la zona de máximo tráfico de personas- debe estar el comedor. El resto de caminos... Ni idea. ¿Hacia dónde vamos?

-Pues más que hambre tengo curiosidad- admitió con una sonrisa que intentaba ser cómplice. -Paseemos y abramos puertas, ¡tal vez encontremos algo interesante!

La planta principal del edificio de la academia es tan enorme como antigua y majestuosa. Con acceso tanto a las plantas superiores como a varias de las estancias más importantes de todo el lugar, esta planta es de las más recorridas en el día a día de Midnight Rose.

Aquí se puede encontrar el acceso al sótano, la oficina del conserje, el gran tablón de anuncios, la entrada al comedor, la enfermería, la cafetería y la minidisco y varias cosas más.

Los grandes ventanales que cubren las paredes tienen cristales que filtran la luz solar, haciéndola inocua para vampiros y otras criaturas sensibles a la luz, detalle que se repite en todas las ventanas del edificio pero que los recién llegados notan por primera vez aquí.

El sol se estaba poniendo ya y en los pasillos de la planta principal los alumnos caminaban animadamente en dirección al salón de actos. Cosa que era comprensible, ya que la fiesta de bienvenida estaba empezando. Y al acercarte a dicha sala, pudiste ver al vicedirector Witchward saliendo junto con varios alumnos. No sabías muy bien qué iban a hacer, pero por las pintas del grupo, parecía que iban a impartir una lección exprés de magia.

El vicedirector os guió hacia los pasillos de la planta baja, a un lugar algo apartado del tráfico alumnar para poder practicar conjuros tranquilamente. Colocó a Ismael en una posición centrada y miró a los alumnos que le habían acompañado.

 -Muy bien, el primer voluntario que de un paso al frente.

Sayaka y Renata llegaron unos instantes más tarde, ya que se habían asegurado de coger unos cuantos bocadillos y canapés para comer mientras se impartía la pequeña lección extra.

Mientras subías a todo correr hacia el salón de actos, viste que en un rincón algo apartado del pasillo de la planta baja se encontraban varios alumnos, el vicedirector... E Ismael. El chico demonio estaba amordazado con lo que parecía una especie de máscara sanitaria y tenía el traje manchado de ponche. ¿Qué diantres había pasado?

Estando afuera del sitio del evento, Aetheldryd se alejó unos dos pasos del grupo para recargarse en la pared, colocarse su guante en la mano y así observar a todos los nuevos para ver quién podría limpiar el traje de Ismael. Estaban al lado del Vicedirector, por lo que confiaba en que si algo se salía de control él podría solucionarlo con sus dotes mágicos.

Esta vez no quiso hablar, simplemente sabiendo que si debía involucrarse lo haría. Eso sí, mientras todo eso se llevaba a cabo, observaba por si alguien más que ella conociese llegaba para cenar y así saludar.

Renata estaba ocupada cargando algunos bocadillos elegidos tanto por Sayaka como por ella, aunque era limitado lo que podían llevar, aun así era bastante.

-Mmmm… Esta muy rico –Declaro tras comer un par de cosas. Pensé que sufriría con la comida, estoy habituada a comida casera, pero esto es…

Con sus gestos se comprendió claramente que era delicioso.

-Sayaka, yo entro si tu entras.

Volvió a declarar, aunque había cierta emoción por intentar esa lección.

Vamos, di que si, di que si.

Bastaba una mirada a sus ojos sinceros para casi escuchar sus pensamientos. Quería ser tan buena como la alumna que más admiraba en el mundo. Aetheldryd.

Di un paso al frente.

- No he hecho magia distinta a magia de hielo, excepto por hoy en el campo de prácticas. Esta es una gran oportunidad, así que me gustaría intentarlo. -

Esperaba no aumentar más aún la ira del demonio Ismael.