Partida Rol por web

Quizás logró hacer "algo" para poder controlar su poder. No seré yo quien diga que los poderes no pueden "evolucionar"... si bien necesitaré que hoy Kammy me vote a mi o si misma, para poder hablar en propiedad. Yo voy a votar a Seth si no cambian las cosas, pero sentiros libres de hacer lo que queráis con Kammy. - Luego sonrió - Yo en Aubin confió. Digamos que hablar habla, pero no en público ni para todos...

Oh...-observó a Rais, con un brillo renovado de curiosidad, y una sonrisa divertida en los labios- Eres una caja de sorpresas. - dijo, fijando su vista en la cornamenta que adornaba su cabeza, mordiéndose el labio inferior para contener el impulso de acercar la mano y tocarla- Y dime, ¿hay algo que puedas decirnos sobre Aubin que aclare nuestras dudas? Al igual que con Seth, no tengo razones para sospechar de él, pero tampoco razones para no hacerlo. 

Mientras no salga de aquí... - dijo con una mirada interrogativa, pero a la vez divertida. - Aubin es la Fata Eirien, una gran amiga mía de mis días en el Palacio. Después de separarme de Tarma en el Bosque, descubrí aquí en la Linde que ella había sido expulsada del Palacio por la Princesa Celebia. Y dado que se supone que está por aquí la Princesa, hasta que no sepamos si realmente era un peligro como Ella insinuó, prefiero mantener su identidad en secreto. - Rais se encogió de hombros - Claro está que si la cosa fuera al revés, uno podría preocuparse por Eirien, pero dado que su poder es llamar durante el día a alguien para interrogarlo en privado, dudo mucho que vaya matando por las noches... 

- Vale, será nuestro secreto-dijo, entusiasmada, removiéndose inquieta sobre el lugar en el que estaba sentada, escuchando a Rais atentamente, con los ojos bien abiertos- Ohh.. Así que, en el fondo, es una chica...- dijo, soltando una risita cantarina, que pronto se convirtió en carcajada; tapándose la boca acto seguido, con las manos- Ay, perdón, ¡perdón! Estamos hablando cosas serias- respiró hondo por la nariz, y se puso recta, apretando los labios en una fina linea para contener la risa hasta que ésta se disipase.

Entonces, más sosegada, volvió a retomar la conversación- ¿Tú crees que Ella insinuó que Celebia es un peligro? Uno mayor del que supone cualquiera de nosotros, digo. -se llevó de nuevo una mano al mentón, pensativa. Entreabrió los labios, como si se dispusiera a hablar, pero se contuvo, dedicándole una mirada cargada de duda a Rais- Bueno... Estamos hablando de cosas secretas... ¿no?- preguntó, nerviosa, mordiéndose el labio una vez más antes de continuar.

- He conseguido hablar con alguien que pertenece a mi pasado. A la parte que no soy capaz de recordar- aclaró- Al parecer, yo también vivía en Palacio, pero por alguna razón que desconozco, me fui. Creo que huía de algo, o de alguien... Porque sé que Ohtar me salvó la vida, y viví en el Bosque con él durante un tiempo, para luego encontrar mi sitio en la Linde, con Loth y con Atanamir- arrugó el ceño, confusa- ¿Tú sabes algo sobre eso? ¿Te ha contado alguien por qué me fui?

 En cierta medida, la carga de tu muerte no fue tan pesada al saber que no iba desencaminada y de hecho estabas sufriendo.  

Aidane miro a la fata con ojos como ascuas encendidas. En su rostro no se reflejó nada, tampoco en su voz cuando respondió pero no parecía albergar dudas respecto a la decisión que ya había tomado.

- Puedes repetirte eso todas las veces que quieras si te ayuda a sentirte mejor o a aliviar tu conciencia, Elendire - Dijo con toda tranquilidad, estaba ahora muy lejos de parecerse a la humana tímida en la que había estado viviendo tantos años - Nos engañamos tan a menudo a nosotros mismos que podríamos ganarnos la vida con ello. 

Sonrió, una sonrisa cargada de ironía.

- Kammy fue amiga mía en el pasado, una gran amiga. Igual que lo era Vanya, por la que hubiera dado la vida de ser necesario - Se encogió de hombros y miró a lo lejos antes de volver su atención hacia ellos - Escuchad, ya me he cansado de esto, no voy a votar a nadie ni esta noche ni ninguna otra, podéis acabar conmigo si queréis - Miró a Elendire- Cuando me duerma, puedes venir tranquilamente y aliviar de nuevo mi sufrimiento, sin miedo, esta vez no voy a llevarte conmigo, ni a ti ni a ningún otro, ya me he cansado de este juego de muerte y engaño. No levantaré la mano contra nadie, no va en mi naturaleza matar sin motivo, y hasta donde sé, aún no tengo motivos claros para matar a nadie aquí.

Hizo una pausa.

- Si muero, por favor, que nadie se tome la molestia de traerme de vuelta.  

Rais asintió con la cabeza.

Aunque no comparta su forma de pensar, lo respeto. Tu hiciste algo por mi ayer, yo lo haré por ti. No acabaré con tu vida, pues no está en mi mano - desvió la mano hacia Elendire, aunque no creía que fuera a repetir tal experiencia -, pero si en hacer que se respeten tus deseos. Si bien espero que, en la parte de no traerte nuevamente a la vida, no sé de el caso en el que vuelvas a morir.

- No me engaño a mí misma. Habría sido peor que tu muerte pesara sobre mis espaldas habiendo tenido tú una vida plena y feliz. Te habría arrebatado algo más que la vida, ¿no lo crees? Si ya de por sí es difícil... Habría sido menos soportable- razonó, algo más seria que antes- Por otro lado, si bien no voy a quedarme de brazos cruzados, me siento también en deuda contigo.

- No cumpliré tu deseo de morir esta noche, no al menos yo. Primero porque, como ya he dicho, por ahora no soy capaz de repetir tal cosa, y luego, porque no me siento capaz de cargar dos veces con la responsabilidad de tu muerte- explicó- Y tampoco creo que quedarnos de brazos cruzados sea una opción, por lo que no me abstendré de votar. Siempre habrá alguien que vote y no pienso dejar que la decisión recaiga tan solo en esa persona.

- Pero, sé lo que es velar por el bien de alguien. Y respeto que quieras proteger a tu amiga. De manera que, dado que tampoco tengo grandes conclusiones sobre ella, me abstendré de señalarla esta noche.

Aidane negó con la cabeza.

- En absoluto pretendo influir sobre vuestra opinión o voto, si queréis votar a Kammy, hacedlo - Se encogió de hombros- Esto tendrá que terminar en algún momento, y de una forma o de otra.

Rais miró a Elendire.

Siento que Seth resultase ser una Fata que conocías.

Elendire negó suavemente con el rostro, aún llena de congoja- No lo sabía. Su carcasa humana era tan distinta a él...- explicó, con la voz temblorosa- Al menos pude darle un último aliento- dijo, intentando consolarse, posando su mirada una vez más sobre la Bruma que los rodeaba- Y él me trajo la Bruma a cambio de la muerte- suspiró, compungida- ¿Tú también sabías quién era? Porque ahora parece que casi todos lo sabían. Y nadie tuvo siquiera la intención de encaminar mis pesquisas, a pesar de los graves errores que a todas luces cometía confundiéndole con otros. 

Rais negó con la cabeza.

No lo sabía antes que Zaira confirmara tus temores. De otra forma te lo hubiera dicho, y hubiera podido ponderar mi votación de hoy.

Rais sonrió un poco al ver el regreso de Samuel.

Al menos él está de vuelta.

- Es cierto- admitió, mientras su mirada se teñía de preocupación-  Aunque esa es una noticia agridulce. Al menos por ahora. - se encogió de hombros, con desgana- Supongo que hay mucho que hablar. Pero confío en que todo se resuelva tarde o temprano.

- Lamento tu pérdida - Le dijo a Elendire refiriéndose a la muerte de Atanamir, era el fata que había sacrificado a su padre a la Bruma pero ni siquiera sabiendo eso sentía Aidane que le guardase rencor alguno ni que nadie se mereciese la muerte despiadada de la que Seth había sido víctima.

A diferencia de lo sucedido en la vuelta de otros, con la de Loth su figura tardó un tiempo en empezar a formarse en este lugar. Sin embargo en cuanto empezó no tardó en hacerse presente, como un habitante más de la Linde.

Como ya había sucedido en otras ocasiones en este lugar apareció una llama negra sobre el número VI al mismo tiempo que lo hacía en el otro. El reloj parecía cada vez más completo, y eso podía ser muy bueno... O muy malo.

Al llegar el amanecer las figuras de Elendire y Loth comenzaron a deshacerse lentamente, sin dejar nada más que vacío donde antes se encontraban,

Aidane apenas tuvo tiempo de percatarse de la aparición de Loth en el lugar, cuando sin más, él y Elendire empezaron a desaparecer ante sus miradas.

- ¿Qué pasa...? - Preguntó la fata a Rais mirándole de hito en hito, sin querer desviar su atención de las dos figuras que se desvanecían - ¿Los han...? ¿Están...? 

No sabía qué pensar, todo estaba siendo muy repentino, esperaba que Rais tuviera alguna respuesta.

Rais bajó la cabeza con tristeza.

Si, han matado brutalmente a Elendire. Y por su vínculo, Loth también se ha ido nuevamente al otro lado. Respetaré que no votes a nadie, pues al final del día es lo que tenemos que hacer para volver a casa. Pero... no puedo. No aún. No después de lo que le han hecho a ella. Nadie responsable de esto puede regresar a Fäe.

Aidane bajó la cabeza, entristecida. Una muerte desencadenaba otra y esa otra, y otras más... Como las fichas de un dominó cayendo ¿Habría modo de parar aquello? 

- ¿Y a quién vas a culpar, Rais? - Preguntó sin mirarle- Empiezo a dudar que Fäe merezca tanto dolor.

La pregunta dejó enmudecido a Rais, incapaz de saber que responder...