Partida Rol por web

Espino y pluma de Pavo real, 9.5 pulgadas

En habilidades, en otros, ponte +1 lanzar hechizos (defensa contra las artes oscuras) y primeros auxilios

Varita 7 G

El Libro Reglamentario de Hechizos I Miranda Goshawk: 1 galeón

Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot 7 galeones

Teoría Mágica, Adalbert Waffling: 7 galeones

Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch: 3 galeones

Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore: 3 galeones

Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger: 4 galeones

Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander: 7 galeones

Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble: 4 galeones

= 40 galeones

Caldero de Peltre 5 galeones

Balanza 1galeon

Telescopio: 3 galeones, 60 sickles, 4 knut

3 tunicas de segunda mano 6 galeones

Capa de Invierno  3 galeones

Sombrero 2 galeones

Guantes de cuero de salamandra 10 galeones

Redoma de cristal 2 galeones

=75 galeones 60 sickles 4 knut

Tinta 6 galeones

 5 Pergamino 15 skiles

Pluma 5 galeones

Kit de ingredientes 2 galeones

Gato 6 galeones

1 comida 20 sicklen 4 knut

=94 galeones 95 sickles 8 Knut

No sé cuantos sickles son 1 galeon ( creo que son 17 pero esperaré a que me lo confirmes)

Las instrucciones fueron relativamente sencillas de seguir, en Londres seguir la callejuela paralela de la gran vía y entre la librería y la tienda de discos, allí estaba, un bar mugriento y de aspecto que iba a caerse en cualquier momento así que entré junto a mi madre.

---Cariño ¿estás seguro que es aquí?- preguntó mi madre algo preocupada por el aspecto destartalado del interior del edificio.

---Eso es lo que dicen las instrucciones, Madre…- digo vacilante leyendo por décima vez las instrucciones- ahora hay que ir a la parte de atrás y tocar unos ladrillos para abrir la entrada…

Seguimos al lugar indicado y ante nosotros se abrió la entrada al callejón mágico, por un instante tanto mi madre como yo fuimos incapaces de avanzar contemplando atónitos la gran callejuela.

Finalmente, tras cambiar los escasos ahorros que teníamos por dinero mágico nos dispusimos a comprar con cierto entusiasmo los productos de primer año, aunque la alegría duró poco al ver lo caros que eran algunos productos.

---Me temo, cariño, que tendremos que comprar algunas cosas de segunda mano- dice con cierta tristeza mi madre mirándome, aunque rápidamente sonríe- pero tranquilo, procuraremos que las cosas sean nuevas en la medida posible…

Así que nos dispusimos a dar caza a los productos, con ello tomamos las 3 túnicas de mago de segunda mano, no estaban mal, aunque parecían algo descolorida y gastada por algunas partes pero con el ahorro pudimos comprar una capa nueva para invierno y un gorro.

--- Sí lo hemos entendido bien, no debemos preocuparnos por el resto de materiales, así que vayamos.

Lo primero que fuimos fue a comprar los libros, sí hubiera podido me habría llevado un montón de ellos pero no teníamos suficiente dinero, así que adquirimos los básicos aunque conseguí que mi madre me prometiera comprar un par de libros para mi cumpleaños, después de ellos fuimos a por el material de las clases, caldero, plumas, tinta…todo nuevo, aunque el dinero volaba hizo que me preocupase debido a nuestra situación económica, aunque mi madre me decía que no me preocupase, finalmente llegamos a la tienda que más me entusiasmaba, la varita.

El lugar estaba atestado de cajitas apiladas una encima de otra.

---Vaya vaya…veo que aquí tenemos otro joven prometedor…- dice el Sr. Ollivanders haciéndome sentir incómodo por su mirada, con gesto amable me sitúa cerca del mostrador.- Prueba esta…- comenta mientras me tienda una varita de color oscuro, pero apenas mis manos se han cerrado sobre ella cuando esta salta de mis dedos , no me esperaba esto y no pude evitar retroceder asustado ante semejante reacción, pero el señor Ollivanders no parecía preocupado- Creo que esa no es para ti- dice sin más mientras la vuelve a guardar en la caja y saca otra y me la tiente- veamos esta- de nuevo, la varita emitió una chispa mientras un jarrón salía volando- creo que esa tampoco es…- comenta el anciano mientras me sirve una tercera varita, a estas le siguen muchas más hasta que finalmente me tiende una varita, al tomarla entre mis dedos, siento como se enfría entre mis dedos y luego se calienta a la vez que emite un vapor plateado- Vaya vaya, perfecto…es curioso…¿ Por casualidad no estarás emparentado con los Malfoy, verdad?

---Ni siquiera sé quiénes son…- comienzo a decir mientras dejo la varita en la caja y Ollivanders la envuelve cuidadosamente.

---Oh, entonces nada, solo es que no suelo usar esta combinación, es muy rara, espino y pluma de pavo real, los Malfoy suelen tener una tendencia hacia los pavos reales, aunque no en sus varitas…si…si…- tras esto no dijo nada más, pagamos la varita y salimos de la tienda.

---Mama…la carta dice que puedo llevar una animal ¿puedo comprar una lechuza? - pregunto esperanzado mirándola.

---Ay, Seth….- dice ella mirando las escasas monedas que nos quedan- Creo que no tenemos suficiente para una lechuza…pero quizás puedas comprar un gato- dice la mujer mientras nos encaminamos hacia la tienda de animales- Además, no deberías preocuparte por eso, piensa que tus nuevos amigos quedaran bastante impresionados cuando sepan que puedes acceder a animales que normalmente la gente no vería en la vida…

No costó decidirme mucho, finalmente opté por una preciosa cría de Savannah a la que llamé Hela, no quedaba mucho tiempo y agotados nos dirigimos a casa, ahora solo quedaba empezar el curso...

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Hecho, he bajado de guantes de cuero de salamandra a guantes de cuero para así poder comprarme el kit de ingredientes, solo espero que no pidan más cosas XDDD

Te he corregido el precio restante. Ya estarías acabado

Finalmente había sido su abuelo el que había acompañado a Aedan hasta el callejón Diagon. Desde el momento que habían entrado, el joven muchacho podía notar toda esa espesa capa de magia que flotaba en el ambiente. Muros que se abrían solos, pequeños globos danzarines por el cielo, incluso hasta ropajes que parecían hacer espectaculos callejeros, sin nadie que los vistiera. Aedan no podía parar de sonreír en su paséo por el callejón.

Por extraño que pudiera parecer, su abuelo había mirado la lista de la compra y guiaba a Aedan por las calles sin demasiado problema ¿Era acaso porque tenía muy buena intuición? Bien era cierto que su abuelo siempre había dirigido las excursiones y siempre los guiaba por las ciudades nuevas que no conocían cuando se iban de vacaciones, pero todo este rollo mágico era algo completamente distinto ¿No?

-Vamos Aedan muchacho, no te retrases, es por aquí- el pequeño rubio comenzó a seguir a toda prisa a su abuelo, mientras las numerosas distracciones de las calles llamaban su atención-. Así que unas cuantas túnicas eh... hmm, supongo que podremos empezar por todo lo que concierne a la ropa ¿No? Es lo más aburrido, después de los libros, así nos lo quitamos de encima rápidamente.

Aedan asintió con rapidez y avanzó hacia la tienda de ropa, con el carro en las manos, empujandolo con fuerza. Si de verdad iban a necesitar tantas cosas, que menos que un carro para la compra. Por suerte, Ethan, el abuelo de Aedan, había conseguido una buena bolsa con un montón de monedas del mundo mágico. Aedan no tenía ningun interes por saber de donde lo había sacado y tampoco había escuchado la explicación que le había dado a su madre, así que solo podía agredecerselo a su abuelo, como de costumbre.

Madame Malkin

El cartel de la tienda era muy vistoso, eso había que reconocerselo, y los pregoneros de fuera hacían bien su trabajo. Pero Aedan estaba algo disgustado, y eso que eran túnicas de mago, como la de sus libros. Pero no había cosa que más odiara el joven muchacho que tener que meterse en una tienda de ropa. Cada vez que entraba en una de estas recordaba aquella vez que había estado con su padre, (ferviente seguidor de la moda contemporanea), más de tres horas metido en una tienda de ropa. En el primer momento en el que había pisado la tienda, ya quería salir, pero tenía que hacer un esfuerzo.

Por suerte, se pudo probar las túnicas bastante rápido. Junto con unas botas, una capa de invierno, unos guantes protectores, un sombrero y algunas cosas más. Ethan comenzó a buscar en la bolsa mientras la dependienta hacía sus calculos.

Aedan dio un pequeño vistazo alrededor de la tienda. Había un montón de niños, que parecían más o menos de su edad, haciendo las mismas compras que él. Algunos ya tenían su carro bastante lleno y otros tan vacío como el suyo. Aedan no pudo evitar contener una sonrisa y volver a girarse hacia la tendera.

-Entonces serán... Tres túnicas normales, unos zapatos, unas botas, una capa de invierno, un sombrero, unas orejeras... y finalmente, unos guantes de piel de dragón- su abuelo asintió rápidamente, y la mujer abrió un pequeño cajón delante de ella-. Serán entonces unos 61 galeones.

Tan pronto como su abuelo pagó, se dirigieron a la siguiente tienda. Ahora tocaba la segunda parada: La tienda de libros. Esta, en distinción a las de su escuela, (cuando aún iba a la escuela), le producía bastante más fascinación ¿Como ibas a comparar un libro de mates o de biología con uno de magia y de historia mágica? No tenía nada que ver ¡Lo segundo era mucho más emocionante! No tardaron mucho más en plantarse delante de la tienda de libros.

Flourish y Blotts

La tienda no era demasiado espaciosa, o por lo menos eso parecía desde fuera. Una vez hubo entrado parecía un lugar totalmente distinto. Le recordó mucho a las míticas tiendas de campaña de los libros de fantasía que luego, al entrar, eran inmensamente más grandes que lo que parecían. Aedan miró a su abuelo con brillitos en los ojos, mientras este soltaba una pequeña carcajada y seguía su camino hacia la tendera.

-Muy buenos días tenga usted, quería...

Y la tendera le interrumpió un momento, justo después de haber clavado la mirada en el joven Aedan, asintiendo un par de veces. Se dio la vuelta rápidamente y se dirigió a uno de los muchos paquetes que parecía tener a su espalda, perfectamente amarrado con un lazo. Cogió su varita e hizo un pequeño movimiento mientras se acercaba a esta, mientras el lazo de color rojo se deshacía rápidamente.

-Primer año ¿Verdad?- Aedan abrió mucho los ojos y tiró del abrigo de su abuelo.

-¿Me ha leído la mente? ¿Te la ha leído a ti?- Su abuelo volvió a reir y miró al joven muchacho, negando un par de veces con la cabeza.

-Lo que creo que ha pasado es que tienes cara de ser de primer curso chico-La tendera sonrió y dejó los libros encima de la mesa, mientras su abuelo se giraba a Aedan y le hacia un gesto para que los recogiera y los dejara en el carro, junto a toda la ropa que habían comprado-. También quería, 10 pergaminos, algo de tinta, una pluma, un planificador de deberes y un telescopio.

Aedan miró a su abuelo extrañado ¿Un planificador de deberes? ¿Tan desastre parecía? Se encogió de hombros y fue recogiendo todo lo que la mujer dejaba encima de la mesa.

-Todo será... 70 Galeones, 90 Sickles, 4 Knuts- su abuelo pagó con gusto y se volvió a dar la vuelta. Otra tienda menos en los deberes que hacer. Aedan asintió mientras seguía empujando el carro detrás de su abuelo. Ahora solo quedaban las tiendas más interesantes.

Tienda de Calderos de Potage

Para sorpresa de Aedan, todavía no era el turno de las tiendas más increibles de callejón. Su abuelo parecía ir directo a aquella tienda con nombre aburrido: "Ollivander's", pero justo antes de esa se paró en otra que parecía aún más aburrida ¿Una tienda de calderos? Era la cosa más normal que se había encontrado en todo el callejón hasta el momento, aunque había que decir que por fuera, aquellos calderos brillantes parecían ser de otro mundo.

Fue una parada bastante rápida, mientras que el abuelo se acercaba al mostrador, Aedan daba un pequeño paseo por la tienda, echando un vistazo a los calderos e incluso pasando la mano por varios de ellos. Paró después de tocar uno un poco más alto y casi tirarlo todo al suelo, acercandose rápidamente a su abuelo, justo a tiempo para recoger el caldero y dejarlo al lado de todo lo demás.

-Bien, pues un caldero de peltre número 2, un juego de redomas de cristal, un kit de ingredientes y una balanza de latón, serán... 10 Galeones- Su abuelo dejó las monedas en la mesa y ayudó a su nieto a dejar las cosas encima del carro, para luego salir hacia la siguiente tienda. Aquella que tenía un nombre tan aburrido.

-Abuelo... ¿De qué es esa tienda? ¿Es un taller de madera o algo así? Suena a carpintero- quizás tenían que comprar alguna mesa plegable, puesto que las aulas no tenían mesas o algo por el estilo. Aedan se encogió de hombros y esperó la respuesta.

-Bueno muchacho... algo así... se podría decir que si, es un taller de madera. Pero de madera mágica ¿Me entiendes Aedan?- el chico rubio enarcó una ceja y se quedó pensativo durante un momento, para luego negar un par de veces con la cabeza. Su abuelo volvió a reir y luego hizo un ademán con la mano, como si estuviera manejando una vatuta.

-¿¡Es la tienda de varitas!?- preguntó con excitación, a lo que su abuelo solo pudo asentir. Aedan comenzó a apurar un poco el carro, empujando con más fuerza que antes. Tan excitado estaba que se le había olvidado por completo preguntarle a su abuelo como es que sabía todo eso si nunca antes había estado allí.

Tienda de varitas de Ollivander

Entraron en la tienda algo más calmados, puesto que Ethan había parado un poco el ritmo del pequeñajo rubio. "Las prisas no conducen a nada bueno Aedan." Era algo que le repetía una y otra vez, y quizás tuviera razón, quien sabe, pero Aedan quería su varita, y no podía evitar darse prisa por ello.

-Hola, muy buenas- Ollivander se quedó un momento mirando el rostro de Ethan, como si lo conociera de hace tiempo, aunque lo más seguro es que simplemente fuera coincidencia. Pasarían cientos de personas todos los días por esta tienda. Se acercó hasta ambos y les ofreció la mano a modo de saludo-. Supongo que vienen a por una varita para el pequeño ¿No es así?

Aedan asintió con fuerza y miró a su abuelo, esperanzado. Todo el paseo que se habían dado por el callejón diagón había valido la pena para llegar hasta este mismo momento. Ollivander sonrió un momento y se dio la vuelta, dando pequeños vistazos al muchacho y luego a los estantes de su tienda.

-Así que, una clara alegría y bravura... solo hace falta mirarte a los ojos para verla ¿Sabes? Pareces un chico bastante... como decirlo ¿Apresurado, podriamos decirlo así?- Ethan sonrió un momento y miró al pequeño Aedan, dandole un par de golpecitos cariñosos en el hombro-. Creo que podría ser algo... como esto, sí.

Cogió una pequeña caja de uno de los estantes y la llevó hasta el mostrador, dejandola delante de Aedan y su abuelo. Abrió la caja y sacó una varita de ella, acercandola al muchacho. Aedan se acercó con manos temblorosas y miró la varita, para luego afianzarla con fuerza en su mano.

Un enorme disparo despeinó tanto a su abuelo como a Ollivander, impactando en una de las plumas del vendedor de varitas, dandole mil vueltas en el aire y dejandola caer en uno de los tarros de tinta. Ollivander se apresuró a coger la varita de las manos del muchacho y la dejó de nuevo en la caja.

-Vaya, pues si que eres "apresurado", sí, no pensé que tuviera que elegir otra que fuera esta... uhm... interesante- se acercó de nuevo a la estantería mientras Aedan aún se reía por aquél fenomeno mágico ¡Todo era tan nuevo para él que no podía dejar de divertirse!- Veamos que tal esta- comentó con una sonrisa en el rostro.

Al primer momento en el que la varita se posó en la mano de Aedan, este sintió una profunda calma y una especie de calambre que le reocorrió todo el cuerpo, erizandole hasta las pestañas. Apretó el pequeño mango con fuerza y se quedó mirando la varita, embobado.

-Así que de fibra de dragón y madera de ojaranzo ¿Eh? Que casualidad. Mi varita es de la misma madera que la tuya chico- explicó con una pequeña carcajada-. Con ese nucleo y esa madera se afianzara a tu estilo con increible precisión, y además te será fiel como ninguna otra creeme.

Aedan asintió un par de veces, aún embobado con la sensación que le había producido, y la propia varita en sí.

-Bien, pues serán 7 galeones. Y que tengas mucha suerte en Hogwarts muchacho- Aedan asintió, mientras su abuelo pagaba y ambos siguieron su camino. Seguramente no pisarían ninguna tienda tan increible como aquella, pero para sorpresa de Aedan, todavía quedaban sorpresas guardadas por el camino.

Artículos de calidad para Quidditch

Tan pronto como Aedan se guardó la varita en el bolsillo su abuelo y él se pararon delante de una tienda de escobas, con una predisposición muy extraña en los escaparates. Aedan miró a su abuelo algo incredulo ¿De verdad necesitaba una escoba? ¿Es que acaso iba a tener que limpiar su cuarto todos los días o algo por el estilo? Entró junto a él a la tienda y miró a los alrededores, muchos de los niños estaban probando algunas de las escobas subiendose encima de ellas, como para ver si estaban cómodos y entonces, la cabeza del joven rubio hizo click.

¿Acaso iban a volar con escobas, como las brujas de aquella serie de televisión? ¿¡En serio!? Sus ojos volvieron a echar chispas mientras su abuelo se acercaba a una de las escobas y la miraba con interes. La tocó por encima para luego posar uno de sus pies en lo que parecían unos pedales.

-Que ¿Te gusta esta Aedan?- este la miró largo y tendido mientras asentía sin parar, cualquiera diría que parecía una paloma caminando-. Bien bien, veamos que tal te ves encima ¿Eh?- su abuelo se acercó al tendero y este les sacó, en una caja de madera bastante larga y fina, uno de los modelos expuestos en el escaparate. Aedan se subió rápidamente y volvió a asentir de nuevo. No hubo mucho más que decir, ya tenían uno de los últimos articulos necesarios de la lista.

-Una nimbus 2001, más una túnica de quidditch y un mantenimiento de escobas, serán 130 galeones- el abuelo los pagó y se volvió a dar la vuelta para marchar de la tienda, mientras Aedan le seguía de cerca. La última parada era una tienda muy cercana. Una tienda de animales, o eso parecía desde lejos.

Aedan nunca había tenido una mascota, y parecía que iba a ser el momento de tener un compañero animal en su vida, porque de verdad esperaba que fueran para eso y que no fueran extraños experimentos de transformación de magos, como en uno de los libros de fantasía que había leído hace poco.

Tienda de animales mágicos

Se acercó rápidamente y nada más entrar a las jaulas de los gatos. Había un montón de ellos ahí dentro e incluso fuera de sus jaulas, puesto que la inmensa mayoría de ellas estaban abiertas. Un par de gatos se le subieron por la espalda y le comenzaron a ronronear mientras usaban su pelo como almohada. Aedan se rió y cogió a los gatos para dejarlos en el suelo.

Se dio la vuelta, despreocupado por la posición de su carro y su abuelo y se acercó a las jaulas de las lechuzas, las cuales reposaban tranquilamente. Una de ellas parecía despierta. De un plumaje blanco y con motas de color anaranjado y unos ojos azules claros que parecían atravesarle el alma. Ambos se quedaron mirando el uno al otro, hasta que Aedan acercó la mano y la lechuza acercó su cabeza para que este le acariciara. Aedan se rió un rato y para su sorpresa, el siguiente movimiento de la lechuza fue picarle el dedo.

Aedan retiró la mano rápidamente y la lechuza se quedó mirandolo, regresando a su posición original. El muchacho rubio no pudo evitar soltar una pequeña carcajada y señaló a la lechuza. Ya había elegido a un compañero. Su abuelo se acercó lentamente y acercó la mano a la lechuza, pero esta vez la lechuza simplemente se dejó acariciar largo y tendido.

-Buena elección Aedan. Coge la jaula y vamos hasta el mostrador- Aedan obedeció y cogió la jaula, mientras la lechuza seguía clavando sus ojos en los del muchacho, con parsimonia. Una vez dejada la lechuza en el mostrador, pagaron lo acordado.

-12 galeones.

Aedan salió de la tienda y su abuelo le dio el resto de monedas, mientras apoyaba la jaula de la lechuza en la parte baja del carro. Aedan se quedó mirando la lechuza y se mesó la barbilla durante un buen rato mientras Ethan se giraba y daba un vistazo alrededor.

-Creo que te voy a llamar... Sherlock, que te parece ¿Eh? Ahora eres un detective privado- Aedan asintió un par de veces y la lechuza abrió un poco el ala para pasar por allí su pico ¿Le picaba o se estaba limpiando?. Su abuelo llegó de nuevo y apoyo las manos en los hombros de Aedan. Hizo que el joven chico se diera la vuelta, para luego señalarle una tienda de dulces y articulos de broma.

-Ala, elige con cuidado y nos vemos en medio hora por aquí ¿Vale? Ten cuidado, yo cuido del carro- Aedan hizo un pequeño gesto con la cabeza y echó a correr a la tienda.

Sortilegios Weasley

Nada más entrar en la tienda le llamó la atención la increible variedad de golosinas que había en los estantes, y también todos los articulos de broma expuestos en la parte de arriba. De hecho, algunos de ellos estaban puestos por los pasillos para que te toparas con ellos y cayeras tú mismo en la broma. 

Aedan no tardó mucho en descubrir las grageas, cogiendo un paquete. Los cromos de magos y las ranas, cogiendo un par de packs e incluso el pequeño album de cromos. El ya había coleccionado algún album de cromos del mundo no mágico y que menos que hacer lo mismo con algo mágico de su nueva vida.

Cogió todos los articulos y los llevo al mostrador, pagando con unas cuantas monedas que aún guardaba en la bolsa que le había dado su abuelo.

-2 packs de ranas, unas grageas y el album. Serán 1 Galeon, 120 Sickles y 6 Knuts- Aedan lo pagó con gusto y se marchó a dar una pequeña vuelta tanto por la tienda como para luego, más tarde, por las cercanías del callejón Diagón. Había sido un día increible y tenía unas ganas locas de poder contarselo todo a sus padres.

Sí, 2d6+tasar

La varita es:

Nogal y pelo de Kelpie, 9.5 pulgadas

En habilidades, en otros ponte: +1 primeros auxilios y adivinación

Al final lo encontré: http://es.harrypotter.wikia.com/wiki/Pluma_de_pavo_real

Sí, todo lo comprado a la pestaña equipo.

Te falta la tirada para la varita

Te lo acabo de añadir

Varita de cedro y pluma de hipogrifo, 11 pulgadas

En lanzar hechizo ponte de especialidad Oclumancia

La primera no vale que el modificador lo ha sumado dos veces lo sumo yo a parte en las otras dos,

Tasar objetos( ropa, telescopio, orejeras, etc) 5+6=11

Tasar libros 4+8=12

Ficha completamente finalizada