Partida Rol por web

El aula de Encantamientos está ubicada en la tercera planta del colegio Hogwarts de magia y hechicería, dentro del pasillo de encantamientos. Tiene tres filas de escritorios, todos frente a la mesa del profesor, detrás de la cual se encuentra una gran silla tapizada con respaldo alto. Dos pizarras flanquean la mesa del profesor, y detrás de estas está una pequeña repisa con libros y otros objetos, bajo un par de ventanas.

Había llegado lo antes posible al aula, cuando abrí la puerta revisé a mi alrededor a ver si se encontraba alguien de mi Casa o alguien conocido pero al no encontrar a nadie me senté en el primer hueco que encontré y coloqué los utensilios de la clase encima del escritorio. 

Había comenzado a ojear las primeras páginas del libro la noche anterior pero quise esperar a que diera comienzo la clase antes de saber como iban a ir. Intrigada me quedé esperando a que diera comienzo.

La primera clase de encantamientos para Xabier significaba el terror más absoluto. No había cogido una varita salvo para probarla en Ollivanders y aunque lo había hecho bien, tenía miedo de que podía pasar si hacía daño a alguien. Así que decidió no tocarla hasta que fuera irremediablemente inevitable.

El aula donde se impartía la clase de encantamientos era amplia y estaba muy bien iluminada a diferencia de la clase del profesor Flamel. Aprovechó los asientos más cercanos a la puerta que se había encontrado para no ser visto por el profesor de Encantamientos y que este le evitase durante toda la clase. Además de que podría esconderse de él si era tan aterrador como el de Historia de la Magia.

Era de los primeros en entrar en clase debido a que no se había parado a hablar entre los alumnos como habían hecho los demás. Solo había una muchacha que había identificado como una chica de Hufflepuff. Para evitar la incomodidad, Xabier le saludó tímidamente con la mano sin decir nada. Solo esperaba que no le rechazase como habían hecho los alumnos el día anterior.

Esta vez si que no iba a llegar tarde o tan apurado a la siguiente clase. Sabía de sobra el horario, puesto que se lo había apuntado en un pequeño papel y encima se lo había grabado a fuego en la cabeza. Lo malo es que todavía no sabía muy bien como funcionaba el castillo y las escaleras que se movían le solían jugar malas pasadas.

Finalmente llegó al aula de encantamientos, una de las clases que más ilusión le hacía a Aedan. Por fin podría aprender a usar hechizos y conjuros ¡Al fin le podría dar uso a la varita! Puesto que no tenía ni la más remota idea de como funcionaba absolutamente nada. Era lo malo de tener padres muggles.

Vio a Xabier de nuevo en clase y decidió volver a sentarse cerca de él, saludandolo con un gesto de cabeza. Ya que se había sentado con el en historia ¿Porque no hacerlo en encantamientos? Además, allí los pupitres eran distintos, le recordaban a los asientos de los alumnos de universidad que había visto en alguna que otra pelicula de su padre.

-¿Conoces al profesor de encantamientos? No miré quien era...- se rascó la nuca esperando una respuesta por parte de su compañero, pacientemente.

Llegué a clase a tiempo, esta vez me había preparado el recorrido, no quería llegar como a la clase de Historia de la magia. Cuando entré vi a Anastasi sentada sola, me acerqué y le pregunté.

-Hola, Anastasia, ¿te importa que me siente?- dejé mis cosas sobre mi mesa y me acomodé, esperando que empezara la clase. Estaba impaciente, quería conocer todas las asignaturas.

La clase de historia había sido entretenida pero no había tenido la oportunidad de usar la varita todavía quizás en clase de encantamientos tuvieran un enfoque más practico.

Se sentó en su pupitre y esperó a que llegara la profesora, mientras ojeó el libro para la clase.

Mientras esperaba que la clase diera comienzo y poco a poco llegaban el resto de estudiantes, uno de ellos que solo me resultaba conocido por la ceremonia en el Gran comedor, me había saludado con la mano aunque un poco extrañada le devolví el saludo y fue entonces cuando Janus se acercó y pidió con educación sentarse a mi lado. Asentí con la cabeza y dije:

- Por supuesto, Janus, adelante.

Victoria se apresuró a llegar a la siguiente clase, menos mal que no eran muy seguidas por que casi se pierde por el castillo ¡había escaleras que se movían! Pero corrió como loca estaba deseando usar su varita y ¡ahora tocaba encantamientos! Seguro que allí la usarían

Entró a la clase respirando entrecortadamente pero satisfecha de llegar con tiempo de sobra. Ya había varios alumnos allí así que se aproximó a una de las mesas donde se acababa de sentar un chico de Gryffindor, lo recordaba de la clase de historia, el había contestado preguntas, seguro que le venía bien sentarse a su lado.

- Hola, umm… ¿Alex? ¿puedo? – dijo señalando el asiento junto al niño.

Encantamientos, una de las clases que mas esperaba junto con defensa de las artes oscuras, aprovechando ser de los primeros junto con Xavier y una chica de la casa verde, tome uno de los primeros lugares para estar al pendiente, después de todo esta clase a mi parecer era  unas de las más emocionantes.

Coloque mis libros y espere tranquilamente a que la clase diera comienzo, observando  como mi compañero de casa optaba mas por un asiento cerca de la puerta, algo curioso.

Xabier no estaba teniendo mucha suerte con las chicas este curso. Altair y Anastasia le habían negado el saludo o simplemente no le habían visto. Comprensible debido a que sus saludos no son de lo más efusivos. Se sentía dolido por ver como otros hablaban entre ellos y se saludaban. Estaba tan hundido en la miseria que tampoco pudo ver a su compañero.

Al menos esta vez no saltó del susto al encontrarselo. Parecía majo y también lo habían elegido en Gryffindor como a él pero no había hablado nunca antes con él hasta entonces. Se estaba empezando a acostumbrar que los de primer año le hablasen, aunque sea solo los de su propia clase.

- Emmm, hola - Dijo como si se le hubiese olvidado hablar inglés. - No sé… Me fijé en la mesa de profesores ayer y… Bueno… No parecen muy majos. - Estaba aterrado por recordar cómo había sido su encuentro con el profesor Rowle y lo último que quería era pensar en eso ahora. Simplemente quería que las clases pasaran cuanto antes.

- Hola, umm… ¿Alex? ¿puedo? – 

Alex estaba ensimismado leyendo el libro, esperando que la profesora llegara, cuando algo inesperado ocurrió, una chica acababa de hablarle, y sabía su nombre. Su reacción fue de lo más antinatural, se tensó rigidamente, los colores brotaron de sus mejillas y orejas, y apenas pudo mediar palabra, solo pudo decir sí, a duras penas con la cabeza.

La chica era extremadamente guapa y no conocía su nombre, apenas había tenido trato con el sexo opuesto, y no sabía como actuar, ni que decir, -Piensa, di algo de una vez y no te quedes mirando como un idiota..- tragó saliba, -So..so..Soy Alex- 

-!!¿¿QuuueeEE!!?? Idiota ella ya sabe tu nombre, y eso es lo único que se te ocurre- tragó más saliba, -Perdona no conozco a mucha gente todavía ¿Como te llamas?-

La profesora entró al aula con una expresión seria, pero tranquila. En silencio se dirigió a la que se suponía como la mesa del profesor y la pegó hacia la pared, rodando suavemente lo que había encima, y apoyándose sobre esta a modo de asiento, y miró a los alumnos esperando que hicieran silencio. Una vez todos se hubieron callado, empezó a hablar. -Buenos días. Soy la profesora McMahon, y así deberéis referiros a mí. Estoy aquí para enseñaros todo lo referente a la asignatura de Encantamientos de primer curso, y lo único que tolero menos que las mentiras, es a los que se toman demasiada confianza.- sacó la varita y la dejó a su lado, sobre la mesa. -Antes de empezar con la clase de hoy, necesito que se presenten de forma oficial y, al igual que yo, me indiquen cómo debo referirme a ustedes. En caso de no participar, me referiré a ustedes como mejor me convenga, y les expulsaré de clase.- dibujó una sonrisa medio burlona en la cara. -Bien, empecemos por usted, señorita Born- señaló una chica al azar, y dejó que el resto se fueran presentando.

Tras la primera clase, en opinión de Seth, bastante desastrosa, se dirigió bastante alicaido a la siguiente clase, en la anterior no habia dejado de apuntar nombres de magos que,para la gran mayoria de los alumnos, les resutaban facilmente reconocibles, quizas deberia plantearme comprar un album y empezar a coleccionar los cromos; al igual que la clase anterior, busqué a mis compañeros y me senté junto a Daniel.

--- ¿Que os a parecido la primera clase?- pregunté algo temeroso por la respuesta, aunque apenas tuve tiempo de escucharla ya que la profesora de encantamientos, la Señora  McMahon, entró en clase anunciando que antes de nada nos presentariamos formalmente...

Aedan sonrió ante el comentario de Xabier y le dio un pequeño golpecito en el hombro, para insuflarle ánimos. Si los profesores daban miedo, entonces tendrían que echarle valor y esperar no cargarsela muy a menudo. Aedan no había tenido una especial relación con sus antiguos profesores y sabía que algunos de ellos podían ser bastante molestos.

-Tranquilo, seguro que conseguimos salir del paso. Por cierto, me senté antes a tu lado porque me sonabas de la sala común, pero no nos pudimos presentar. Soy Aedan ¿Tú?- preguntó clavando los ojos en los de él. Parecía un buen chico, y no pensaba desperdiciar la oportunidad de hacer nuevos amigos. Esta vez era diferente, estaba en un mundo completamente distinto. En uno que realmente le gustaba-. Podemos ser amigos si quieres.

Fue entonces cuando la profesora irrumpió en la clase, sobresaltando un poco a Aedan cuando comenzó su discurso. Aedan se giró rápidamente, mirando ahora a la profesora y esperando a que la chica que había señalado se presentara. Juntó las manos y las apoyó en el pupitre, paciente.

El aula de encantamientos era... diferente. Amplia, clásica, justo lo que quizás se habría esperado en una escuela de hace varios siglos.

Me gustaba. 

Al igual que había hecho en la otra clase, me senté esperando a que llegaran las mías dispuesta a ver una clase sobre la que sentía especial curiosidad porque encantamientos sonaba a magia mucho más que otras cosas. ¿Qué le enseñarían allí? No podía con tanto nervio.

Había dos chicas que había visto en Historia de la magia, así que hasta que llegaran Kayla e Ivy, me senté junto a ellas.

-Hola, soy Altair -me presenté al sentarme al lado de una chica con el pelo recogido en una trenza.

Después llegaron Kayla e Ivy, y yo les sonreí, más tranquila por tenerlas a mi lado.

La profesora de la asignatura hizo su entrada. Parecía muy seria, todo lo contrario al profesor Flamel. Y de hecho, no tardó en mostrar que así era.

Buenos días. Soy la profesora McMahon, y así deberéis referiros a mí.

Ufff, pensé. Esta va a ser dura. Se acabó eso de que me iba a gustar más.

Lo único que tolero menos que las mentiras, es a los que se toman demasiada confianza.

Después, nos dijo que necesitaba que nos presentáramos y comenzó por una chica que estaba al lado de la que yo me había sentado.

Con lo tímida que era y tenía que presentarme públicamente. Eso no me gustaba nada.

Andy llegó a la clase de encantamientos y enseguida divisó a Janus y Anastacia que ya estaban allí, iba a ir directo cuando vio a otra persona con la que quería hablar, se acercó donde estaban los de Griffindor habló a Daniel - ¡Oye, buena respuesta en historia!, si te interesa tengo ya algunos cromos repetidos en mi álbum, si quieres podemos intercambiar alguno

En ese momento entró la profesora, era bastante guapa pero tenía un aspecto muy serio, así que no se entretuvo más y fue directo a sentarse con sus compañeros de Hufflepuff

En cuanto entró la profesora en el aula, aunque su belleza era inconfundible era mas bien su presencia la que hizo que todos los alumnos o la mayoría se mantuvieran en silencio. 

En cuanto la profesora comenzó a presentarse, su presencia o al menos para mi se hacía cada vez más grande, hasta el punto que un escalofrío me recorrió los brazos. En cuanto me señaló, me quedé sorprendida por un momento en que comenzara a presentarme, ''un segundo... ¿¿que me presente?? ¿¿como?? ¿¿que quiere que diga?'' me abucheaba a mi misma mentalmente. No sabía si debía levantarme o no, pero eso hice. Coloqué mis manos en frente agarrando una contra la otra: Mi nombre es Anastasia Born, se puede dirigir a mi como Anastasia simplemente si lo desea.- aunque por dentro me moría de los nervios tanto mi voz como mi mirada era clara y seria.- Estoy en Hufflepuff...- ''información que seguramente sabe de sobra, muy bien Anastasia'' - Espero aprender bastante de esta clase ya que es una de las que más me interesan, espero que aprendamos mucho con usted, profesora McMahon.- dije cortésmente sin perder la seriedad de su tono ya que no deseaba que se me malinterpretara ni tampoco hubiera segundas intenciones hacia la profesora ni nadie, iba a tomarme esta clase muy en serio si deseaba conseguir más técnicas en mi manejo de la varita y hechizos. Para concluir inclinó ligeramente la cabeza y se sentó, deseando poder aportar algo más pero no se le ocurría nada. 

- So..so..Soy Alex... ...Perdona no conozco a mucha gente todavía ¿Como te llamas?

Vaya... el chico se había puesto rojo, a lo mejor no tenia que haberse acercado tan descaradamente, él estaba incomodo.

- Oh, lo siento, bueno no te preocupes yo solo conozco a los de mi casa ¡y no a todos! Mi nombre es Victoria, ¿ves? ¡ya conoces a alguien mas! - le sonrió quitándole importancia al asunto.

- Hola, soy Altair - dijo una chica que se sentó al lado de Victoria

Ella fue a contestarle pero en ese momento entró la profesora y todos callaron. Era muy guapa, se presentó y con forme fue hablando Victoria comenzó a preocuparse, parecía que iba a ser muy estricta, debería esforzarse al máximo. Entonces pidió que cada uno se presentara y comenzaron.

Kayla llegó a clase antes de que entrase la profesora. No era su estilo llegar tarde. Sabía que una lechuza de un docente mandada a sus padres podría arruinar sus orejas con vociferadores. El conocimiento era poder según argumentaba su madre, no sería ella quien la desoyera, por salud mental, más que nada.

Tomó asiento al lado de Altair e Ivy, sonriendo a sus compañeras de casa y sacando el material necesario para empezar a tomar notas. No era una muchacha brillante, pero sí obstinada, y estaba segura de que pasaría de curso con buenas notas, así se dejara las pestañas de noche estudiando. El sueño de su vida era ser prefecta. No era habilidosa en deportes ni juegos mágicos, por eso conseguir ese logro personal era su objetivo.

La profesora hace su presentación y lo dicho era más que adecuado. No mentir y no pasarse de listo. Fácil. Kayla tendía a ser educada, sabía que no iba a tener problemas en aquella clase.

- No te preocupes Altair vas a hacerlo bien... - le susurró a su compañera de casa intuyendo por su forma de moverse de que se sentía insegura. Decidió callar no fueran a reñirle por aquellas palabras de ánimo a su compañera, y si eso sucedía, bien merecía la pena.

Kayla esperó pacientemente a que le tocara su turno, estudiando a las personas que componían la clase, entre curiosa y pensativa. Tenía mucho trabajo por hacer, quería conocerles a todos y hacer amigos, una lástima no haber llegado antes para entablar más conversación

Se había quedado escuchando como su compañero hablaba. Xabier no creía que tuviese nada interesante que decir al respecto por lo que prefirió seguir callado. Hacia unas horas, se le había metido la mala idea de que los profesores fueran malos y estaba comprobando clase por clase que era así. Al menos no eran tan monstruosos como su cabeza lo imaginaba.

Aedan, le había hecho la misma propuesta extraña que Daniel le hizo durante la cena. Y de la misma forma que con Daniel, respondió con un breve inclinamiento de hombros. No sabía que decir a eso, y evidentemente, no se iba a negar a tener un amigo. Por eso le costaba mucho externalizarlo.

Xabier, no obstante, si se sorprendió de ver que el profesor de Encantamientos era una profesora. Eso no le calmó, pues al ver su presentación se fijó en que era igual de mala que el resto de profesores con los que se había topado anteriormente. Esta, le pidió que se presentara ante el resto.Estaba decepcionado porque su escondite no había funcionado, pero por lo menos se fijó en como había hecho Anastasia y empezó a imitar todo lo que ella había hecho. Empezando por levantarse

. - Emm… Bueno… Hola - Dijo cuando se había olvidado de su nombre - Soy Xabier… Baztán y soy de Gryffindor. - Le costaba mirar a la profesora intimidante y no sabía donde poner los ojos. Se encontraba casi todo el tiempo mirando al suelo. - Quiero aprender encantamientos y… me gustan los cromos mágicos - Por como había visto la anterior clase, todos sabían de los cromos así que pensó que sería una buena forma de acabar su saludo. Parecía que lo había hecho bien, pero en el fondo, lo único que quería era sentarse y no volver a hablar.