Partida Rol por web

Albus Dumbledore escuchó con calma la explicación de la docente y asintió, pero su larga experiencia le decía que ocultaba mucho más, podía ver qué trataba de justificar sus acciones, cuando en verdad aquello, que bien era cierto que podía servir como fin didáctico de los pequeños, no era ni por asomo lo que había movido a la mujer, había intereses ocultos.

- Si era un fin didáctico para los pequeños infractores, que no dudo que lo será y que resultará efectivo cuando se lleve a cabo ¿Por qué lo ocultó frente al resto de docentes y ante mí? Se perfectamente que ordenó a su elfina borrar las huellas dejadas por la pequeña, y que solo usted pudo permitir la entrada de Kayla a la sala común. ¿Por qué no reveló la verdad de inmediato y así zanjábamos el asunto de los culpables de un plumazo? Si la recomendé para el puesto y se lo ofrecí, es porque sé que es muy buena en el campo de la Pociones, quizá la mejor,... Pero sobre todo por que confío plenamente en usted y en su capacidad de enseñar y educar como docente, pese a su cuestionable hobbie del que no haré mención, pero del que tengo constancia... sonrió con cierta diversión al ver como el rostro se le desencajaba a la mujer por momentos. No tema, solamente sea comedida y no se sobrepase... yo tengo fe en que no me equivoqué al elegirla, ¿Lo cree usted también?

- Ya cambiando de tema. ¿Qué le parecen estos primeros días de clases? ¿Se siente cómoda como docente? ¿Es de su agrado el despacho que le asigné? ¿Ha podido relacionarse con el resto de docentes? Esperaba que la joven pudiese darse cuenta de que en verdad la tenía en alta estima, y que tenía depositadas muchas esperanzas en que realizaría eficientemente su labor. ¿Que tenía sus caprichos y excentricidades? ¿Y quién no?

Cyllene suspiró, estaba literalmente atrapada, Dumbledore era un gran mago y ocultarle información algo nada recomendable. Había quienes le amaban, estaban quienes le odiaban, pero todos llegaban a la misma conclusión: Era uno de los mejores magos de todos los tiempos.

- Siempre he pensado que los secretos a voces no son secretos.... - responde la bonita mujer tomándose la libertad de tomar asiento, pues hasta el momento había optado por permanecer de pie- ...y cada profesor tenemos nuestro carácter, quizás alguno del cuerpo docente sea más estricto en las formas de proceder, si eso sucede podría actuar contra la niña cuando yo he optado por encubrirla, eso provocaría malestar a nivel interno, por eso silencié mi información al resto de los profesores... Formas didácticas de proceder hay muchas, para buscar culpables de manera inmediata ya están Severus Snape y probablemente Melker que era auror en otros tiempos..., pero supongo que si todos los profesores no son iguales es porque a usted le gusta el pensamiento lateral..., ¿verdad Dumbledore?...., profesores que no solo muestren lo bueno y lo malo, sino las rutas intermedias... 

La docente suspira y dice unas grandes verdades...

- No voy a mentirle, es absurdo a un mago de su categoría...., cubrir a Kayla Silver es llevarme bien con ella y con su familia...., ya sabe que Andrómeda, su abuela, está reclutada dentro de las líneas del Señor Tenebroso, las enseñanzas que esa niña puede recibir en casa no son las mismas que recibe el señor Artemis en la suya.... Si quiere que Kayla no caiga al lado oscuro, enséñele a amar a su compañero... Me encantaría que el castigo de Artemis fuera muy duro..., así la pequeña Slythein podría apelar a su conciencia..., sentirse mal y dar la cara por las personas que se implican con ella...., no hay mejor didáctica que el sufrimiento. Si Kayla sufre por Artemis a la siguiente se pensará mejor sus actos, si la niña tan solo recibe una amonestación o prohibirle jugar al quiditch, a la larga no habrá aprendido gran cosa y seguirá actuando mal....

- Y no, no soy un ángel de la caridad Dumbledore, obtengo beneficio personal..., sé lo que es un Crucio sobre mi persona, sé  lo que duele, y más cuando te lo hace un ser querido..., obtengo gracias a Kayla la posibilidad de estar próxima a esa facción de mortifagos para, llegado el momento, actuar en consecuencia.... Si duda de mi amor a los altos valores hace bien..., hubo una época en que creía en todo lo que se enseña en Hogwarts..., ahora, creo en muy pocas cosas..., pero las ideas que siento, bien arraigadas están... Los alumnos deben aprender eligiendo su forma de actuar, ya sea comprando pociones, traicionando a su amigo, o tendiendo una mano..., todo tiene consecuencias..., yo me encargo también de las consecuencias... - dice con sus ojos verdes proyectados en Albus -...si a un niño le enseño ahora que comprar una poción de amor solo le da una satisfacción momentánea, en el futuro, no usará dichos recursos...., y podrá ser un mago más íntegro..., ahora no le negaré que mis actividades son económicamente muy lucrativas.... y a la par, didácticas... No dejaría que un niño a mi cargo muriese, ni sufriera tanto como para que su forma de ver la vida sea como la mía... Si a eso se refiere con confianza, soy su profesora..., si mis métodos no le satisfacen, creo que llegamos al fin de una época, la mía en Hogwarts....

Cyllene hablaba con pasión. No se podía decir que fuera alguien que iba de frente, pero allí había abierto en exceso su alma para lo que ella solía ser. Se lucraba con los niños pero jamás provocaría un daño irreparable sobre ellos, y en el fondo de todo, había un fin didáctico. Además si dijo algo que podría subrayarse, hoy por hoy, Foxier, no era una bruja al servicio de Voldemort.

- Bien mis primeros días de clase..., me he hecho bien a los niños..., muchos me temen y bueno es que lo hagan, no todos somos como Rowle, la diversidad enseña más que la homogeneidad..., yo soy la "mala" de los profesores...  - sonríe ante la idea -... Del claustro he conocido a Scamander y a Westerberg..., aún no he tenido tiempo de hablar con Rowle y conocerle en profundidad, pero todo se andará..., créame director que por mi parte todo está bien..., hago cosas que no tienen porqué tener sentido, pero le aseguro que de una manera u otra, no es para dañar a los alumnos, física ni moralmente

Dumbledore escuchó atentamente a Cyllene y con sumo interés, y supo que la mujer no mentía. De hecho, si había confiado en ella como docente eran porque sabía que los aprendices necesitaban justo eso, darse cuenta de que en esta vida había muchos matices, formas diversas de hacer las cosas, puntos de vista distintos, metodologías que podían resultar opuestas pero que conducían al mismo fin...y siempre que fuese para el bien de los aprendices, justo aquello era lo que buscaba el director.

- Gracias por expresarse con sinceridad, Cyllene. Expreso Dumbledore con una cálida sonrisa al terminar de escuchar a la docente. Es justo lo que busco y me alegra haberla traído a este lugar. Estoy convencido de que lo hará francamente bien, y no dudé de que le ayudaré con el tema de Kayla Silver y que seremos estrictos con joven Flamel, sin llegar a sobrepasarnos. A esas edades un castigo muy excesivo también puede provocar un profundo rencor que no me gustaría promover en el joven, pero estoy seguro que la muchacha se sentirá mal por su amigo.

Entonces recordó que en poco más de un mes era la fiesta de Halloween y que deseaba que fuese una fiesta un tanto atípica, más divertida de lo normal. Todos merecían aquel respiro después de tanta tensión y adversidad.

- No me gustaría abusar de su confianza, pero me gustaría pedirle un pequeño favor. ¿Le place? Me gustaría que la fiesta de Halloween fuese realmente divertida y que los jóvenes aprendices la pudiesen recordar con el tiempo. ¿Cree que podría preparar pociones y brebajes para hacer una fiesta por todo lo alto? No veo una persona más indicada para ello, y lo prometo hacer la vista gorda en linaje allí acontezca, siempre y cuando los alumnos puedan estar en condiciones para el día siguiente, jaja. ¿Quizá le exijo demasiado? 

La bonita docente escucha con atención a Dumbledore, por lo visto el profesor sabía a quien buscaba para impartir las clases de pociones. Su elección no fue consecuencia del azar sino de la premeditación del anciano, el cual no pretendía un claustro unificado y homogéneo, sino un profesorado lleno de matices e hilos que pudiera causar diversidad de acciones entre los ya de por sí, variados alumnos.

Tras los agradecimientos llegaron las peticiones. Albus Dumbledore tenía pensada una fiesta de Halloween grandiosa, tanto que se permitía el lujo de pedir a Foxier que elaborase variadas pociones para el deleite de los alumnos. Aquello que proponía era un reto, hacer suficientes brebajes y de efectos diversos le llevaría mucho tiempo, tanto que debía planificar muy bien sus horas si ansiaba demostrar su validez personal. Algo de lo que Snape por lo visto parecía no estar del todo cualificado, pues ni le había nombrado el anciano profesor.

- Descuide, será una fiesta inolvidable para los alumnos, y siguiendo la temática de Halloween, los efectos a conseguir terroríficos....y créame..., sus jóvenes mentes recordarán por años la festividad... No lo dude... - indica con seguridad la mujer poniéndose en pie -....cumpliré mi parte, mis brebajes no afectarán a los alumnos más allá de la fiesta, tendrán corta duración y serán entretenidas.... Ahora bien, señor director, debo retirarme para planificar el encargo.... Comprendo que este sobre esfuerzo por mi parte se verá recompensado de alguna manera... - su mirada clara y brillante se fijan en Dumbledore -....piense como..., confío en su criterio.... Si me disculpa....

Y así fue como la profesora abandona el despacho del director para dirigirse al suyo propio y comenzar a elaborar las pociones de la festividad de Halloween

Miercoles 25 de septiembre de 1991 por la tarde.

-Profesor Dumbledore , señor- me atreví a entrar en el despacho del director, era algo intimidante en mis años de estudiante había visitado este mismo lugar por los motivos menos honrosos, como lanzarle agua a Lucius Malfoy, o escaparme con Remus Lupin para hacerle bromas a otros compañeros, o simplemente por traer criaturas del bosque al colegio, aun no se olvidaba aquella vez que traje unos bebes escarbatos se habían robado todo los galeones de los chicos, pero el profesor Dumbledore siempre había abogado por mí, al igual que Harold Rowle no había magos más honrosos que ellos.

Por un momento trague saliva, los cuadros del despacho me observaban fijamente, era como si a pesar de este tiempo, no hubieran olvidado mis malas acciones.

-Vamos señores, me he reformado al menos ya no tengo criaturas peligrosas conmigo- no acaba de decir la frase cuando Xion asomó por el bolsillo –Bueno es un escarbato, el tío Newt tiene muchos- un intento bobo los cuadros seguían con su mirada fija en mi persona.

-Profesor Dumbledore- dije al reconocerlo sentado en su silla – Señor me enteré de que necesitaba hablar conmigo, y este joven es  Francis Lestrange, tiene un recuerdo interesante que de ser posible quisiera guardarlo en su pensadero, señor- por alguna razón me sentía como un adolescente que fue llevado a la dirección por portarse mal.

Dumbledore estaba dándole de comer a Fawkes, su majestuoso Fénix. Cuando llegaron al despacho el profesor Drake Scamander y el joven Francis Lestrange. Con su habitual talante taimado, les saludó a entrar de forma cálida y les ofreció tomar asiento en un par de sillas que él mismo invoco ante sus ojos. 

- Adelante, pasad y sentaos. Me alegra recibir visitas... A veces pienso que la gente olvida de que estoy aquí... Rió su broma mientras se dio cuenta de que los cuadros del resto de directores miraban fijamente a Drake. Es lógico que te recuerden, fuiste un habitual en este despacho los primeros años, no se lo tomes en cuenta. ¿Os apetecen una regalices? Pican bastante... Comentó acercándoles un cuenco de cristal con pequeñas regalices negras en el interior. Esperaba que el joven Lestrange se sorprendidas cuando estás saltasen tratando de morderle, era una situación que siempre le hacía gracia.

- Si, quería verte para saber qué tal le había parecido el nuevo despacho que tienes, y si todo te había ido bien durante la primera semana de clases, pero veo que has traído contigo al joven Lestrange. ¿Un recuerdo para el pensadero, dices? Ahora lo vemos, pero primero me gustaría que el muchacho me cuente de primera mano lo que sintió... ¿Fue cuando conectaste directamente con el pastor de árboles, cierto? El profesor me contó un poco lo ocurrido, debió ser sorprendente vivir todo aquello. Jovencito, ¿Te importaría hablarme de todo lo ocurrido? Mientras más detalles, mucho mejor.

Y fue escuchando el relato del pequeño, mientras abría las compuertas del pensadero, que a primera vista parecía un bebedero de pájaros con agua en su interior.

Ahí estaba el grandioso director de Hogwarts,todo el mundo a escuchado de el un mago de primera clase que es un pilar en tre la comunidad y bastante amable también -Bueno...es complicado- mencione algo avergonzado aunque varios me lo preguntaban jamás pude describir exactamente qué tipo de sensación fue cuando hable con el Ent -Fue como estar en un sueño no estaba conciente pero...a la vez lo estaba,mientras el Ent caminaba sabía lo que sucedía como me coloco sobre él y como caminaba pero...tambien veia las imagenes no sabia muy bien en ese momento que era lo que veía...era como estar en dos lugares a la vez- mire al Dumbledore y al profesor Drake a ver que tipo de reacción hacían frente a lo que dije.

Acepte el regaliz del profesor  mientras seguía observando los duros rostros de los directores, en especial al del señor Dippet -Unos cuantos errores y tu historial permanente queda marcado, Ha profesor Dippet, espero que ya no este molesto con lo de los escarbatos- aun así la única opinión que me importaba era la del profesor Dumbledore y nada más el resto de aquellos hombres poco me conocían.

-Con respecto a las clases todo bien, el despacho demasiado limpio para mi gusto pero no me quejo, solo he cambiado los vitrales para una mejor vista del bosque prohibido y del lago, por lo visto hay cosas muy interesantes profesor, supongo que lo sabrá de antemano los centauros estaban inquietos, y la gente del lago bastante preocupada, los dragones no fue algo normal, no deberían haber llegado al colegio, y posiblemente  uno de los 5 Ents que todavía estaban vivos lo hayamos perdido- no quería ponerme pesimista pero era necesario recapitular la información.

-Además  de que este año hay chicos interesantes,  pero eso lo discutiré después con usted profesor, el motivo a lo que me atañe es lo que explica el joven Lestrange- el joven comenzó  a explicar su vivencia, para mí era fascinante y a la vez enternecedor saber que el ent había podido comunicarse por esencia con ese chico, aunque se me hacía curioso que solo con él, se podría decir que se debía al destino o a algo más eso ya lo discutiría con el profesor en privado.

Viernes por la mañana, después del Gran Comedor.

El director Dumbledore había sido consciente al leer la noticia en El Profeta, que aquello iba a ser un mazazo emocional para la pequeña. La mejor opción en aquel instante era alejarla de murmuraciones, agobios, y cualquier comentario inapropiado que cualquiera se le pudiese ocurrir, por lo que la acompañó con su habitual tranquilidad y majestuosidad hasta su despacho.

Después de susurrar la contraseña "Sorbete de Limón", ambos subieron la escalera de caracol que ascendía, y llegaron hasta el despacho. Fawkes, el hermoso Fénix de coloración roja, no tardó en graznar dándoles la bienvenida, y una vez entraron, Dumbledore no tardó en sacar dos tazas, calentar agua mágicamente, y preparar una tisana de hierbas para tranquilizar a la pequeña.

- Quizá te preguntes por qué te he traído a mi despacho, y sería una buena pregunta por tu parte. Solo quiero que sepas que ahora mismo, si deseas hablar conmigo de lo que quieras, te escucharé e intentaré responderte... Si deseas permanecer en silencio y no hablar de nada, me parecerá perfecto y no tendré ninguna objeción. Mi intención es darle de comer a Fawkes, y estar tranquilamente descansando tomándome una tisana como la tuya. ¿Qué quieres hacer tú, paqueña? Creí conveniente traerte aquí, simplemente para que despejases tu mente y aclarases las ideas, y por supuesto, si tenías algo que contarme o que quisieses saber, brindarte mi apoyo... Le comentó con su cálida y taimada voz, que solo por estará su lado, inspiraba seguridad y protección, a la vez que te hacía sentir mejor. Dumbledore era alguien increíble, y su sola presencia, hacia verlo todo de otra manera. Hasta cuándo más hundido y peor podías sentirte, que alguien como el estuviese allí, lo hacía cambiar todo.

Estaba perdida en lo que había leído, los gritos, las reclamaciones, incluso las carreras que Victoria había hecho tras enterarse, la niña se sentó sin tener capacidad de apreciar la belleza de ese lugar, pues su mirada estaban en sus manos que descansaban sobre sus piernas.

 — ¿a cuantas personas mataron mis... mis hermanos?.. ¿es verdad que están tan mal las cosas? — levantó su mirada hacia el director, quería ir por parte, intentando desenredar las cosas que pasaban por su cabeza  — ellos... ¿realmente son malos?... mamá siempre pensaba en ellos y los lloraba... decía que eran sus niñitos, sus pequeños,  — siempre se preguntó qué podía hacer para que ella la quisiera como quería a sus hermanos mayores. 

Desde luego las palabras del joven Francis al describir lo que había visto no eran muy tranquilizantes, y el director Dumbledore decidió que lo mejor era verlas con tranquilidad en el pensadero, analizando todos los detalles. Una vez las puertas estuvieron abiertas, y se podía ver con nitidez el agua, el majestuoso mago agitó la varita, a la vez que le dijo al muchacho.

- Quiero que ahora visualices en tu mente lo que viste, que lo dejes aflorar en tu mente. Cierra los ojos y relajate, sentirás durante unos instantes como si te hubiese colocado un hielo en la sien, pero enseguida la sensación desaparecerá... Le comunicó con una sonrisa, apoyando la mano libre en su hombro.

Entonces, un bello hilo mágico de color blanco transparente, que resplandecía aunque no había allí luz del sol, salió desde la sien del muchacho, quedando adherido a la varita del director, y éste lo dejó caer flotando, dentro del pensadero.

- Ya está, muchas gracias Francis. Ahora después lo analizaré con calma, tu ayuda es inestimable aunque no lo entiendas. Le susurró el director, que no tardó en tomar unas tasas de té, hervir agua mágicamente, y colocar unas hierbas aromáticas que daban una sensación de bienestar y restauración a todos los niveles, físico y mental. Despues habló con Drake...

- Si, ya tenía conocimiento desde hacía meses que los centauros del bosque prohibido estaban nerviosos y más agresivos de lo habitual. Al parecer están muriendo los pocos unicornios que quedan con vida, de formas muy extrañas, como si les hubiesen absorbido la sangre. Sin embargo, su cuerno, que es tan codiciado, lo dejan intacto... Comentó lamentando la situación... Algo o alguien se está alimentando de esas ancestrales criaturas para postergar su vida, y eso me parece deleznable. Por otro lado, la muerte del pastor de árboles en sacrificio por el bosque no me ha pasado desapercibida... Mi alta afinidad mágica con este lugar me ha permitido advertir lo que ha ocurrido sin haberlo visto en persona, pero con el recuerdo de Francis, lograré verlo y entenderlo de primera mano, como si estuviese allí. Finalmente, en cuanto al ataque que sufrimos con los dragones, el Ministerio de Magia nos ha impuesto no revelar nuestras sospechas y hacer creer a los alumnos que todo ha sido una mera casualidad, una desdicha y un mal proceder por nuestra parte... Pero en realidad no es así, estoy convencido que fue un ataque bien planificado, y se las razones de ello, aunque no voy a hablar ahora mismo del tema... Todo será revelado en el momento oportuno...

- En verdad me alegro que el despacho sea de tu agrado, puedes modificarlo a tu gusto, ya lo sabes. Solo trata de no meter criaturas mágicas muy peligrosas, no quiero accidentes, ya me entiendes... Y no tardó en mirar a los rostros de los cuadros, que seguían mirando a Drake muy serios y al límite de estar enfadados. ¿Tantas locuras había hecho el profesor durante sus años en Hogwarts?

- Por mi parte, eso es todo... No sé si queréis hablar de algo más... Aunque en breves he de partir, asuntos de importancia requieren de mi presencia... Finalizó con su cálida voz y su siempre imponente aura mágica.

Seguía pensativo por lo que pasaba aun más después de escuchar al profesor Drake decir que Ent que hablo conmigo poco antes de morir era de los últimos que aún había,sin mencionar los problemas que el bosque estaba pasando y la cacería de unicornios por su sangre.

El director se acercó a mi con su varita pidiéndome concentrarme en mis recuerdos acercando su varita a mi y sacando una especie de hilo brillante no entendi muy bien lo que había sucedido pero parece que el director Dumbledore logró tomar mi recuerdo fácilmente aunque realmente era muy preocupante lo que decía acerca de los dragones,el Ent y todo lo demás se veía bastante confiado y daba la sensación de seguridad -Me alegra poder ayudado aunque sea solo con mi recuerdo y agradezco la oferta pero debo ver al profesor Rowle en su despacho,muchas gracias- me levanté de mi asiento despidiendome de ambos profesores y caminando hacia la puerta.

-Por mi parte también me retiro profesor Dumbledore, no le quito mas de su tiempo- hice una pequeña reverencia, y me retire en compañía de Francis, después de todo el profesor no había cambiado, se podía considerar que si alguien era el mejor mago de este siglo ese era Albus Dumbledore.

-joven Lestrange, si algún día quieres hablar mas sobre el ent, mi despacho siempre esta abierto- dudaba si debía hablar mas con el chico después de todo se podría considerar familia ,  pero preferí limitarme a eso  - Bueno no robo mas tu tiempo de seguro el profesor Harold y Melker deben estar aun en mi despacho- me despedí del chico y me dispuse a regresar al despacho que se me había asignado

Melker y Kayla llegaron juntos al despacho del Director Dumbledore después de pronunciar la contraseña para que la estatua les dejara pasar. El camino hasta allí lo habían hecho en silencio, ya que Melker no quería decir nada a la joven Silver para no animarla en su comportamiento rebelde.

Cuando subieron por la escalera y vieron al Director, el Profesor Westerberg le saludó con respeto - ¡Buenas tarde Director Dumbledore! El Profesor Snape me pidió que viniera con la joven Silver después de una desafortunada escena en el Club de Duelos. Pero creo que será mejor que ella le explique lo que pasó. Seguro que será lo más objetiva posible Dijo mirando a Kayla al pronunciar la palabra "objetiva" esperando que entendiera el consejo que le estaba dando.

Antes de que Kayla hablara, Melker se apartó ligeramente y se apoyó en una pared, dejando a la joven Silver frente a frente con el Director Dumbledore.

Hacer aquel paseo junto a Melker en completo silencio y por medio de todo el castillo fue un tiempo suficiente de reflexión para que su genio se evaporase y se viniera abajo. La había liado pero bien y ahora llegaban las repercusiones de sus actos, de los cuáles no estaba demasiado orgullosa.

El profesor de DCAO ras dejarla frente al director le indicó que explicara los hechos. Jamás había tenido una labor tan difícil en su vida. Mentir era impensable y el exceso de verdad una locura narrarla. La pelirroja evitaba mirar a Dumbledore a los ojos, quizás fuera la última vez que pisaba el castillo, podían incluso sancionarle con una expulsión, y si eso sucedía, más le valía no regresar a su casa porque si sus padres se enterasen iban a educarle a base de maldiciones.

- Estábamos en el club de duelos y..., mi rival me encajó un golpe..., no quise continuar el juego, soy muy inferior a mi compañera y no necesito humillarme públicamente más de lo necesario..., le saludé  me bajé de la tarima dejando el club de duelos.... Luego el profesor Snape recriminó mi acción, me amenazó con expulsarme de todos los clubs y eventos extraescolares y me dijo que no había saludado a mi rival, cosa que sí hice... - indica la niña mirando algún punto interesante del suelo -... luego le mandé al cuerno y me enfrenté a él... y..., le dije que se leyera el corazón de bruja...

Lo último no es que tuviera mucho sentido ahora que lo contaba así, en frío, pero en realidad fue lo que ocurrió.

- Lo siento mucho director Dumbledore...., a veces pierdo las formas... y...., digo cosas que no debería.... - al menos la niña lo decía de corazón, sin artificios

El director estaba observando en el pensadero cuando escuchó que alguien recitaba las palabras mágicas que le darían acceso a su despacho, por lo que abandonó lo que estaba haciendo y agitó la varita para que esté regresará a su lugar y se cerrasen las puertecitas que lo guardaban. Cuando Melker y Kayla entraron al lugar, ambos pudieron ver aún el plato depositándose en su lugar, y las puertas entrecerrándose. Fue Dumbledore el primero en hablar.

- Disculpad, no esperaba visita. Creí que todos estarían con las actividades de los Clubs... Mencionó, a la vez que les miraba a ambos con su habitual calidez y majestuosidad, para indagar por el motivo de su visita. Buenos días a ambos... ¿Cuál es la razón que os trae ha visitarme? ¿Me traéis ranas de chocolate? ¿Galletas con sabor a limón? Oh, vaya... No he tenido suerte... Bromeó durante unos instantes, para después escucharles.

Dumbledore se sorprendió de que Melker prefiriese dejar que la muchacha se expresara, e intuyó que si lo hacía era porque quería darle la opción a que se defendiera, ergo no habría tenido totalmente la culpa. Cuando Kayla fue narrando lo ocurrido, durante unos instantes pareció estar pensando en otras cosas y no darle la mayor importancia al hecho, y solo cuando al final escuchó lo del corazón de bruja, no pudo evitar sonreír divertido.

- ¿El corazón de bruja? ¡Que gran sugerencia! Jamás me había imaginado a Snape leyendo tal cosa, pero solo pensarlo hace que no pueda contener la risa, jaja. Disculpad, me ha parecido gracioso. En fin... El rostro risueño del director se tornó un poco más serio de lo que acostumbraba, y trató de hacerle entender a la jovencita. Puede que Snape sea muy estricto en el cumplimiento de las normas del colegio y el protocolo, y que siempre esté serio y aparentemente enfadado, pero en verdad, aunque no logres a comprenderlo, no es que sea cruel y despiadado y busque vuestro mal...si no todo lo contrario. Pequeña, todo es necesario en esta vida... Y a veces, aunque haya cosas que no nos gusten, es importante saber guardar las formas y hacer lo que conviene, aunque no sea plato de buen gusto. Verás, el Club de Duelos lleva en funcionamiento cientos de años, e incluso en otras épocas, fue de vital importancia para evitar conflictos. Cuando dos naciones se enfrentaban, muchas veces, para evitar una guerra, ambos reyes o generales llevaban frente a sus filas a los mejores campeones, duelistas o guerreros, para que se enfrentarán entre sí. Ambos luchaban siguiendo unas normas, y fuese cual fuese el resultado final, por mucho que doliese, en caso de seguir con vida, se tendían la mano y se presentaban los respetos,... Y ambos generales o reyes aceptaban la victoria o derrota. Trató de explicarle para que fuese entendiendo la importancia de aquello. Gracias a eso se lograba que no se perdiesen infinidad de vidas, y jamás se abandonaba un combate por desgana o por verse aparentemente en inferioridad, se cargaba con el peso de muchas vidas a sus espaldas, y de perder, las condiciones serían mucho peores para el vencido que para el vencedor. Cuando había un duelo, había que entregar el máximo, e incluso combates aparentemente imposibles de vencer, a veces daban giros inesperados. ¿Te suena la leyenda del pequeño David y el gigante Goliat? En todo lugar y momento histórico, los duelos 1vs1 para decidir el devenir de grandes naciones se han dado, y es una tradición que me parece muy digna, honorable y respetable...

- Se que ahora mismo no lo entiendes del todo, pero haber abandonado el combate a medias, y además anunciar que abandonaban el Club frente a todos, ha sido muy poco respetuoso frente a tus amigos, frente a los profesores y deja en mal lugar a la casa de Slytherin, cosa que le ha dolido sobremanera a Severus. No sé exactamente con qué te ha pensado castigar, pero sé que habrá sido un tanto desproporcionado, pero escúchame bien, nunca, bajo ningún concepto, se debe cuestionar en público a una autoridad. Se que eres parte de una familia distinguida, y aunque no lo creas, si les informase del hecho, te caería la mayor bronca que puedas imaginar... Pero no es lo que voy a hacer, porque me pareces una joven lista y que sabe rectificar cuando comete errores. Terminó por anunciarle, y le sonrió levemente. Hazte un favor, y pídele disculpas a Severus como corresponde, sin bromear, y siendo sincera. También hazlo con Filch, a solas con él, y dile la verdad... Que hicisteis una broma conjunta en la torre de Astronomía, y que estás arrepentida por ello. Lograrás que rebajen el castigo de Ártemis, al cual estoy seguro que verle sufrir y pasarlo mal no debe hacerte ningún bien, y te dejará en mucho mejor lugar. Siendo una muchacha que sabe aprender de sus errores... ¿Crees que yo siempre fui un mago perfecto, que nunca cometió travesuras y nunca incumplía las normas? Mentiría si dijese que no, pero lo importante es saber rectificar, aprender de nuestros errores y terminar dándose cuenta que hay más formas de divertirse... Aunque he de reconocer, que me hubiese gustado ver la cara de Severus ante lo de que se leyese el Corazón de Bruja, jaja. Esa aunque no me la esperaba... 

Dumbledore le dio opción a Melker y a Kayla a hablar, pero creyó que sus palabras debían ser suficientes para hacerle entender que sus formas no habían sido correctas, tanto para abandonar el combate y el Club, como la forma de responderle a Severus. Pero que no consideraba una acción digna de ser objeto de expulsión o un severo castigo, ni siquiera de mencionarlo a su familia, siempre y cuando se disculpase con Severus y con el celador. Finalmente comentó.

- Así es profesor Westerberg, esta es la cómplice de Ártemis Flamel... Pero me gustaría que esa información no saliese de estas cuatro paredes, siempre y cuando la señorita Silver se disculpe con sinceridad y deje atrás ese orgullo y soberbia para nada necesarios. Yo intercederé para que no seas expulsada de los Clubs, pero espero por tu parte un verdadero cambio. Yo confío en ti, pequeña.

Cuando el director con su buen talante natural escucha los comentarios de la pelirroja y comienza a reír, tuvo la niña un ligero pensamiento de que se había librado de un castigo ejemplar. Aunque tras esa alegría inicial, Dumbledore se muestra serio y es cuando Kayla se percata de que no iba a resultar todo tan sencillo como parecía.

El anciano profesor comienza a relatarle lo importante que era el club de duelos desde un punto de vista histórico. Si no fuera porque el profesor de historia de la magia era un negado, probablemente eso podría haberlo aprendido antes de ir al club de duelos y no haber hecho lo que hizo. Pero desde su desconocimiento para ella aquel club significaba demostrar ante todos lo mal que se le daba la magia, hasta un elfo doméstico tenía más potencial que ella misma, o eso creía.

El director recalcaba que su forma de proceder no había sido adecuada, ella suspira y agacha la cabeza entendiendo que desde luego no debería haberse enfrentado abiertamente con Snape, aquello ya no tenía remedio y seguro iba a hacerle la vida imposible a partir de entonces, pero eso daba menos miedo a que informasen a sus padres. Si la que recibía la información era su abuela no tendría ningún problema, probablemente hasta se enfrentase con Dumbledore para que expulsasen a Snape por hablarle mal a su nieta, pero sus padres..., en especial su madre no iba a consentir esas salidas de tono por su parte....

- ¿Debo disculparme en público en el club de duelos con Snape?... ¿o lo hago en privado?.... - pregunta la niña tragándose el orgullo que le quedaba, sintiendo que al final ganaba el grasiento profesor -... no creo ni que me deje acercarme al club de nuevo.... por mucho que usted decida interceder..., le faltaba echar fuego por los ojos... - y es que Satanás podía ser más amable que Severus cuando un alma se le enfrentaba.

La sorpresa de la noche la dio el director en último lugar. Él sabía que ella era la cómplice de Artemis, y desde luego que estaba arrepentida por ello. El muchacho pelirrojo estaba pasando lo más duro con Filch y ella en cambio con su libertad por medio de los pasillos. Si no dijo nada antes era porque Artemis se había sacrificado por ella, pero ahora los profesores lo sabían y no tenía sentido mentir.

- ¿Se lo dijo la profesora Foxier?.... - la niña fue encubierta por la docente y era la única que podía informar de ello -....yo... - suspira, ¿qué iba a decir? ¿que fue un error y no estaba premeditado? Miró de reojo a Westerberg y sintió como de alguna manera, defraudaba a todos -...Me disculparé con Filch, director....y..., con.... el profesor Snape.... Lo siento de verdad..., pero sinceramente..., no sé siquiera porqué me apunté a duelos...., está visto que la magia no es lo mío.... Y lo de la Torre de Astronomía...., Artemis tenía el pantano..., la idea de hacerlo fue mía...., soy más culpable que él...

Ya dispuestos a decir, podía comentar absolutamente toda la verdad

Siempre era un placer escuchar al Director Dumbledore, más cuando daba una lección y demostraba lo buen docente que era, y esta vez no había sido ninguna excepción. Melker estaba totalmente de acuerdo en todo lo que decía, menos de sus buenas palabras sobre el Profesor Snape. No se fiaba de él por su oscuro pasado, aunque si lo pensaba detenidamente, se sentía un poco hipócrita por lo que él mismo hizo unos años atrás.

Estaba desechando esos pensamientos de su cabeza, cuando Dumbledore desenmascaró a Kayla Silver como la cómplice de Artemis Flamel en la travesura de la Torre de Astronomía. Lo primero que pensó al escuchar eso fué en aumentar el castigo del joven Flamel como le había prometido y en castigar severamente a la joven Silver, pero Dumbledore le pidió que esa información no saliera de su despacho y Melker aceptó sin rechistar - Le prometo que no diré nada.

Kayla Silver nunca sabría la magnitud del castigo que se había librado, y Melker por respeto a Dumbledore nunca se lo diría, aunque en el fondo se moría de ganas de asustar a la joven. Esperaba que las palabras del Director ayudaran a la joven a calmar un poco su espíritu rebelde y protestón.

Cuando la joven preguntó si debía disculparse en privado o en público, el Profesor Westerberg dió su opinión - Si fuera tú, me disculparía en público. Ya sé es más difícil, pero el agravio fué en público y seguro que a Snape le gustaría que la disculpa fuera en los mismos términos.

Viernes por la mañana, después del gran comedor

El director entendió las preocupaciones y dudas de la pequeña semiveela, y no tardó en responderle con cariño.

- Se que son duras las respuestas que te voy a dar, y para nada fáciles de digerir. Comenzó a hablar el anciano mago, con una mirada de comprensión y cariño. En esta vida todos tenemos la posibilidad de elegir nuestro camino, de tomar nuestras propias decisiones. No siempre elegimos bien y muchas veces cometemos errores, eso es ley de vida. Yo estoy convencido de que tus hermanos eran buenas personas, y que tú madre los quería y los quiere mucho, aunque hayan tomado malas decisiones que los hayan alejado...tanto de ti cómo de tu madre...

- Cuales fueron los motivos por los que tus hermanos decidieron tomar ese rumbo no sabría decirtelo con seguridad, pero lo que si sé es que han cometido muchos asesinatos defendiendo sus ideales, y eso, lo mires como lo mires, son crímenes penados con cadena perpetua a Azkaban. Ahora mismo están siendo buscados para ser encerrados, y ya no tiene posibilidad de volver con tu madre porque los atraparía de inmediato. Ellos eligieron está vida, una vida de sufrimiento, de odio, de enemistad, de estar huyendo siempre, de cometer atrocidades, de matar... ¿Por qué? ¿Es que eran malos? No lo sé, pequeña. Quizá fueron convencidos, quizá buscaban más poder y sucumbieron a la magia oscura, puede que en verdad dentro de su esencia deseaban hacer ese mal... Sea como sea, ahora mismo deberías pasar página y olvidarte de ellos... Nada bueno te aportará seguir sus pasos... Tú no eres como ellos, lo percibo con tan solo verte... Se fuerte pequeña, rodeate de buenos amigos y aprende a confiar... Cuando llegue tu momento de elegir, ellos pueden ser la clave para que elijas bien... Y se que hay personas que te quieren, a mi mismo me importas, y estoy orgulloso de que estés aquí... Dumbledore hablaba con cariño, transmitía amor y comprensión. En verdad se preocupaba por la pequeña y deseaba su bien. Y aunque no lo había dicho, era evidente que de repetirse nuevos ataques, estaría ahí para protegerla, al igual que al resto de alumnos a los que apreciaba como si fuesen sus hijos.

- Se hace tarde y deberías acudir al resto de clases. Hablaremos en otro momento, siempre eres bienvenida para hablar de lo que sea conmigo...

A pesar del cariño y el amor que el director manifestaba en sus palabras, la joven estaba en silencio, con la mirada gacha y con esa expresión de haber perdido algo importante, quizás un poco de inocencia al saber que sus hermanos habían hecho algo así.

— ¿puedo faltar a clases?... muchos preguntarán por el compromiso y no quiero dar explicaciones, tampoco sé... qué decirles, no me quiero casar, ni tener novios, ni nada por el estilo, no aún por lo menos — sujetó su brazo, su madre, a pesar de lo que habían hecho sus hermanos, tanto antes como ahora, hacía que aquella mujer los quisiera mucho, ¿y si seguía los pasos de ellos, también la querría?, esa pregunta daba vueltas por su mente porque a pesar de todo lo dicho por el anciano, sabía que el camino que le proponía la alejaba de su familia. 

La joven levantó la mirada, y esperó algo de compasión del hombre, sin saber que dentro de dos semanas otra tormenta se desataría sobre la joven y haría peligrar incluso el hecho de seguir en la escuela.