Partida Rol por web

-Solo imagina esto 11 jugadores enviando la quod explosiva intentando ganarle al contrincante y hacer la anotación antes de que la quod explote, supe de un partido donde uno de los jugadores casi pierde el brazo fue tan épico- quise transmitirle mi emoción por el deporte a la chica- es algo increíble, quizás demasiado Yanki pero en mi familia casi todos admiramos a uno que otro equipo, solo mamá, supuestamente su amor de juventud fue un jugador que le rompió el corazón, por eso casi no le gustan los deportes- en mis palabras había emoción.

Para ese momento Seth entraba al despacho del profesor – Hey Seth, Dame esos cinco viejo- dije emocionado por verlo.

Me encontraba en mi despacho preparando la clase de la próxima semana, cuando escuché a alguien llamar a mi puerta. Cuando apareció la joven Victoria, le hice un gesto para que entrase. En apenas un par de minutos, ya se me habían colado en la oficina siete alumnos para repetir las pruebas de vuelo y así dominar su escoba.

- Hola, chicos. Venid conmigo a los jardines y paseemos un rato con las escobas. Espero que logréis al menos manteneos en el aire.

-Yo no he venido por una recuperación- interrumpí al maestro – es solo que mi madre ha decidido mandarme esto-   con cierta timidez muestro la capa de Quiditch que me había llegado – Así que pensé en quizás debería saber mas de ese deporte- decirlo se sentía como un trago amargo, para mí estaba traicionando los ideales del mejor juego que se había creado, pero si mamá se había tomado la molestia es por que de verdad quería verme jugar.

- Perfecto, Daniel. Ojalá te intereses por este deporte tanto como te interesas por las versiones extranjeras. Pronto empezaremos a ver algunas cosas sobre el Quidditch, incluso veremos las mejores tácticas para atacar y defender. Ya lo hablaremos en clase, ¿vale?

DOMINGO POR LA MAÑANA

Victoria acude al despacho del profesor Robins tal y como el le habia indicado, ansiosa por saber que sorpresa tenia para ella.

Terminaba de repasar mis notas para la nueva clase de Vuelo que tocaba esta semana, entre escobas y circuitos en los que los alumnos debían mostrar su habilidad. Levanté la mirada y apareció la joven Sinclair, expectante. Era increíble como una muchacha, con su origen tan lejano a lo mágico, estaba tan apegada a este mundo.

- Hola, Vic. ¿Cómo estás? ¿Qué tal te van las clases? - me levanté y me acerqué a un gran baúl que tenía en el despacho - Ven, mira lo que tengo para ti.

Lo abrí y le mostré a mi alumna un regalo envuelto en papel, alargado, aunque claramente identificable como una escoba. En uno de los extremos del paquete se podía leer Para Victoria Sinclair justo debajo del logo de la Nimbus 2001.

- Puedes abrirlo cuando quieras. Tiene tu nombre grabado.

Cuando el profesor le mostró el regalo las piernas de Victoria comenzaron a temblar y el corazón a latir desbocado. ¿En serio eso era lo que ella creía que era? Entonces se fijó en el logo que había sobre la etiqueta sobre su nombre, era el logo de la Nimbus 2001.

- Va…vaya prof…profesor… - no sabía que decir, agarró el paquete y lo abrió temblorosa, sí, era una maravillosa y espectacular Nimbus 2001 - ¡Es una Nimbus 2001! Oh ¡gracias!, gracias, gracias, gracias – dijo mientras abrazaba fuerte su nueva escoba dando saltitos. Entonces la niña emocionada y llena de felicidad abrazó al señor Robins y cuando se dio cuenta de lo que hacía se apartó rápidamente – Oh, discúlpeme ¡estoy tan emocionada! Pero dígame ¿por qué lo hizo? - preguntó mientras examinaba cada milímetro del que sería su tesoro más preciado. Quizás fue muy osada al aceptar aquél regalo, pero tenía tantas ganas de tener su propia escoba....

La chica empezó a saltar de alegría por el despacho y me abrazó. Estaba acostumbrado a algunas seguidoras de la Selección o de alguno de los clubes en los que había jugado, pero aquello era algo diferente. Rápidamente se separó y me pidió disculpas, a lo que solo pude contestar con una sonrisa.

- Pues - la verdad es que ni yo mismo lo sabía, no solía ser tan cercano a mis alumnos - supongo que has hecho un gran sacrificio por llegar hasta aquí, y que tratas de dar el máximo en cada asignatura. Y con esta escoba podrás dar casi el máximo, el resto depende de ti. Y, bueno, que seas de una casa tan especial como Ravenclaw siempre te da ventaja cuando hables conmigo.

Sonreí y me acerqué a la puerta para acompañar a Victoria - Ahora corre y cuida de ella. Y prepárate para las nuevas clases, te exigiré como a nadie - mis palabras denotaban un gran sentido estricto, pero envuelto en cierto cariño hacia aquella niña.

- Por supuesto profesor,  no dude que daré el máximo de mi - aseguró - Espero dominar pronto esta habilidad y poder participar en el equipo de Quidditch de Ravenclaw. Hasta luego Señor Robins, y gracias de nuevo.

La niña salió del despacho sin poder borrar la sonrisa de su cara.

- Hola buenas, ¿El profesor Robins supongo? Venía por la recuperación de las clases, pero no puedo resistirme, soy su mayor fan, me encantó el partido que hiciste el último año, sino es indiscreción, para mi era usted el mejor, ¿Por qué se retiró, estaba lesionado o algo así?

Un largo suspiro fue mi respuesta no entendía el por qué ese famoso quiditch era tan popular por aquí después de todo no tenía nada de interesante como el Quodpot -si, ¿Pero podía explicarme como se juega al menos sigo sin entender? - le dije al profesor.

-Hola- salude al recién llegado.

Me giro hacia Daniel sin dejar de esperar la respuesta del profesor - Hola, te he visto en otras clases de recuperación, ¿Eres nuevo como yo o solamente un inútil que no vale para nada?

¿Inútil, acaso me llamo inútil?

Lentamente la cólera se fue apoderando de mí, en esta vida solo el director,  los profesores y mis padres podrían decirme inútil, mi madre siempre había dicho que contará hasta 10 para controlar mi genio,  así que eso fue lo que hice desafortunadamente no  como debería – 1,2,10- con una mirada llena de enojo levante la varita – Rictusempra-  dispare el primer  hechizo pensando en causarle un ataque de risa y aunque el golpe funciono la risa del chico solo hizo enfadarme más.

-Ventus- disparé el segundo hechizo aunque este  no salió al menos no hubo efecto , aun el chico se reía y eso me enfurecía más, recogí unas guijarros  y las arroje con toda mi fuerza sobre el chico.

-Vuelves a decirme inútil y no respondo- suspire con los puños apretados – Que te quede Claro Soy Daniel Anderson, Hijo de Katherine  Graves, descendiente de Percival y Gondulphus Graves, no soy ningún inútil- dije apartándome del muchacho y con intención de soltarle un puñetazo en la cara.

Jajajajajajajajajajajajajaja. El hechizo debió de acabar por lo menos hace unos segundos pero Ruben sigue riéndose y señalando a Daniel, las piedras empiezan a golpearle y las risas acaban. Me cubro con un pupitre, una butaca o algo que haya por ahí... 

Soy Daniel Anderson, Hijo de bla bla bla, descendiente de ddon tonto del nabo1 y don melapela2, no soy ningún inútil pero si me hacen una pregunta me vuelvo loco y tiro piedras a los demás... Jajajajajajajajaja. Todo eso con tono burlón.

-Te la has ganado – Nunca había sido un buen combatiente físico, pero esto estaba de más, guarde mi varita, y me arroje sobre el chico con una sola intención golpearlo con todas mis fuerzas y de ser posibles morderlos -no soy descendientes de don nadie como tu- continúe golpeando al chico.

- ¿Acaso tu único logro es haber nacido porque tu papi metió su semillita mágica a tu mami y don tontodelnabo1 era famoso?

- Espera, quizás me haya equivocado ¿Tu padre era don tontodelnabo1 o don melapela2? Si es don melapela2 me disculpo por lo que he dicho, es un vecino mio y le tengo cariño, jajajajajajaja aunque da un poco de asco siempre con la mano en el bolsillo tocándose el manubrio.

Cojo como escudo una silla o uso de barrera una butaca o algo.

-Y tu no eres un hombre, o necesitas esconderte de tras de una silla- fue mi contestación las orejas me ardían el tipo estaba provocando que quisiera partirle la cara golpes -supongo que lo debes decir por que don importante ni si quiera puede hacer algo útil, apuesto que no puedes lanzar ni un hechizo- al ver que mis puños no le daban alcance, tome otra de las piedras del bolsillo y se la arroje con todas mis fuerzas.