Partida Rol por web

Una gran sombra aparece sobre el bosque prohibido, en ese momento Harold siente como algo anda por su brazo derecho, al mirar ve que se trata de un chizpurfle

La figura de un fénix aparece por encima del bosque suspiráis aliviados al ver a la hermosa criatura,  hasta el momento en el que se lanza a por Seth, por suerte el chico consigue esquivar el ataque del fénix

Entonces escucháis nuevamente un rugido, la sombra aparece de nuevo en el bosque, los árboles comienzan a caer al suelo y un dragón cobrizo aparece delante vuestra

De su boca sale una linea de fuego que va hacia todos vosotros

Agarro a Wynnona y la pongo detrás de mi la cubro con mi cuerpo todo lo que pueda. Yo estoy detrás del profesor Rowle a su vez.

Tres criaturas mágicas a la vez y Melker en estado de shock era el peor escenario que podía imaginar. Cuando vió al dragón escupir fuego, sus piernas se desbloquearon y pudo esquivar la llama. Acto seguido, se puso en pie y miró a todos los alumnos para ver cómo se encontraban y si alguno necesitaba ayuda - ¿Estáis bien? ¿Hay algún herido?

Tenía que hacer algo, ¿Pero qué? ¿Intentaría acabar con el Dragón? ¿Espantar al Fénix? ¿Encargarse del Chizpurfle? Después de pensarlo durante unos segundos, cayó en la cuenta que lo que tenía que hacer era proteger a todos de un posible segundo ataque.

Harold vio moverse a Melker ágilmente hacia un lado, para evitar el mayor daño posible, y confió en que el hombre le ayudaría a defenderse el tiempo suficiente para realizar un protego totalum en condiciones para salvar la vida de todos los pequeños aprendices, que sin lugar a dudas estarían paralizados. No le importaba recibir heridas ni interponerse a las llamas, les había prometido volver sanos y salvos y lo cumpliría.

Apartó de un manotazo el diminuto chizpurfle en dirección a las llamas para evitar que pudiese tratar de acceder a su varita mágica cuando hiciese uso de un hechizo potente y levantando la varita realizó los respectivos movimientos gritando en alta voz...

- ¡PROTEGO TOTALUM!

Confiaba en que, si bien puede que recibiese alguna herida, los alumnos que estaban detrás saliesen ilesos. Era una apuesta arriesgada si, pero bien valía la pena intentarlo.

- ¡Manteneos todos juntos detrás de mí y no os mováis! - Trató de advertirles a los jovencitos. Si se separaban más de lo podía cubrir, acabarían carbonizados. ¡Melker, Hagrid! Tratad de atraerlo en dirección al lago... Allí contaremos con la ventaja que nos confiere tener agua a nuestro alcance...¿Cómo demonios ha llegado un dragón hasta aquí?

MARTES POR LA TARDE

El martes por la tarde me dirigí hacia los jardines para ver al profesor Rowle. Tenía que haber ido el día antes, pero se me había pasado mientras estudiaba, pero me prometí a mí misma que lo haría al día siguiente.

Me acerqué al invernadero y al igual que la semana pasada entré con timidez.

-Buenas tardes, Profesor Rowle. Siento no haber venido ayer. La verdad es que estaba estudiando... y se me olvidó.

Kayla no podía quitar los ojos de encima del profesor muerto, así estuvo hasta que con los ojos llorosos miró hacia arriba y vio un fénix. La pelirroja sonrió, ¿no ayudaban aquellas criaturas a los magos?... Por lo visto no, pues se lanzó en picado para atrapar a Seth. La muchacha quedó nuevamente horrorizada, pero ahí no finalizaba el colmo de sus males... Un dragón, nada menos que un dragón apareció derribando árboles, aquello era demasiado... Llorar se quedaba corto para expresar el miedo que tenía...

Kayla no era la muchacha más ágil del castillo, así que intentó esconderse detrás del profesor cuando una bocanada de fuego iba hacia su dirección. Solo esperaba sobrevivir a ello, y si fuera posible, con su hermoso cabello pelirrojo intacto. el profesor Merkel se había lanzado hacia un lado, protegiéndose del ataque abrasador, siendo Harold Rowle su  héroe, otra vez más. Y es que el profesor no había salido huyendo de allí, sino que se quedaba estoicamente para salvar la vida de sus alumnos, o al menos intentarlo.

Se escuchó cómo el profesor formulaba un hechizo y las órdenes de Rowle comenzaron a emerger, él quería tener a sus alumnos detrás, y Kayla obedecer de inmediato. Estaban en sintonía.

- ¿Por qué está pasando esto?... - preguntó la niña agobiada, las criaturas mágicas hacían lo que les venía en gana, aquello no era normal.... Ya sabía a qué asignatura prestaría mucha atención a partir de entonces...

Raven estaba aterrorizada y aquella aparición de aquel ser que creía no existía, un dragón no era precisamente lo que necesitaba para recuperarse. Los movimientos fueron rápidos, algunos de sus compañeros trataron de esquivar, otros como ella directamente no fue capaz de racionar y se quedo paralizada por el miedo como un animal que por la noche se cruza en la carretera en el camino de un coche.

El color de las llamas se acercaba y con él, el calor de estas, ya de lejos eran agobiantes y eran demasiado, Raven no quería ni pensar en lo que pasaría si le daba, pero le iba a dar, estaba segura y tenía miedo, mucho miedo.

Con la aparición del dragón, y las otras criaturas fantásticas y agresivas, ve claro que no hay mucho que hacer. Entre el shock de ver el cuerpo del profesor desmembrado y de ver como un dragón va a cocinarlos vivos... pues hace que quiera huir, pero que su cuerpo no responda.

Intenta hacerse a un lado o llegar a un sitio seguro, pero parece que no va a poder.

Thad escuchó a Rowle formular un hechizo, Protego totalum creyó oír, intento memorizar las palabras pero no he visto el movimiento de varita. Intento no llorar, si en algún momento tenía que demostrar no ser un inútil era este, debía de ayudar o por lo menos no molestar, las lágrimas recorrían sus mejillas mientras pensaba que podía hacer, al final decidió que lo único que podía intentar era algo que había leído en un libro de la biblioteca de la escuela, pero con que capa usarlo, si la usaba con la suya sólo le serviría a él pero si lo usaba con el profesor Rowle podría ocultarle a él y a varios de sus compañeros, incluida Wynnona, me preparo para hacerlo, intento concentrarme todo lo posible y lo intento, ¡Maleficio deslumbrador! 

Mientras se perdía en el gesto mortuorio del profesor, en sus rasgos sin vida y como esos ojos de pupilas dilatadas parecían consumir toda la escasa luz de ese lugar, todo a su alrededor se estaba desarrollando de manera vertiginosa. Su mano derecha fue a su cara, había sentido algo frío caer en ella, y cuando sus dedos se apartaron de su mejilla se dio cuenta que era sangre la que había sobre su piel. Estuvo apunto de desmayarse, pues se dio cuenta que había dejado de respirar, y el peligro que les acechaba al punto que ponía sus vidas en peligro. 

Los rugidos, los gritos de sus profesores, parecieron sacarla del espasmo en el que se encontraba, apenas sintiendo el calor abrazador de ese fénix bajando hacia ellos y atacando a sus compañeros, y luego el dragón. Un dragón, pensó que estaba todo perdido, que no habría forma de salvarse de ese ataque. Sus ojos contemplaron la bola de fuego que se acercaba, aún sentada en el suelo. El aire se hizo más cálido, la noche más profunda, y mientras esa bola de fuego se acercaba, los profesores intentaron protegerlos, incluso Thad, mientras todos eran incapaces de salir del shock que les había generado ver aquel cadáver descuartizado.  

Melker fue el único capaz de esquivar el aliento del dragón, aún así se llevó una pequeña quemadura, pero nada comparado a como estaban su compañero y alumnos, sobretodo Tabby que era la que peor estaba.

Harold se puso delante de los alumnos e invocó un protego totalum, pero al ser el ataque de fuego del dragón tan potente, muchos sufrieron daño pese a sus esfuerzos.

Thad a la desesperada usó un hechizo que no conocía, como era de esperar falló el hechizo.

-Algo debe estar afectandoles, los dragones no suelen estar tan cerca de Hogwarts, ni los fénix suelen atacar, son criaturas pacifistas- comentó sin entender que pasaba Hagrid

Intento agarrar a Tabby y ponerla al lado de Wynnona para protegerla con mi cuerpo y el del profesor Rowle.

El golpe lo acusaron todos, el olor a quemado se propagó con violencia y les llenó las fosas nasales, ¿era carne quemada?, ¿cabello?, sí, un aroma a azufre le siguió a la idea de que morirían, Wynnona no había apartado en ningún momento su mirada azulina de aquella bola de fuego, como si asumiera su destrucción como al de todos, pero no fue así, estaban vivos, pero habían heridos, y la más lastimada era justo una de las alumnas. La Slytherin logró reaccionar, y se arrastró hacia ella, quedando junto a Thad, había que escapar, y de hecho era lo mejor, pero significaba dejar atrás al resto de sus compañeros.

— Profesor Rowle, llévese a Smith, nosotros escaparemos... vamos— su mano fue a la de Thad y lo tomó con fuerza, saldrían de ese lugar de alguna forma, no sabía cómo en realidad, pero lo harían. Así que de momento, habría que ganar tiempo, y solo había hacer algo, una estupidez por lo demás, ejecutar ese hechizo con un dragón, pero era peor largarse y dejarlos a todos atrás.

— RICTUSEMPRA — apuntó al dragón, sabía que no funcionaría, pero eso no significaba no hacer nada. 

Corro con Wynnona y nos apartamos de los demás, no se por qué pero me fío de ella, ahora mismo iría a las puertas del infierno con ella sólo por no dejarla sola, el miedo y las heridas hacen que correr sea difícil pero intento aguantar el dolor. Cuando nos alejamos y parece que estamos lejos pongo la varita en mi mano y digo el hechizo Orientame. 

- La idea de antes de Kayla fue muy buena, si no fuera por ella ahora no sabríamos como orientarnos. ¡Ay! Me duele... me agarro el brazo izquierdo. 

- La varita marca el norte así que la escuela debe de ser por ahí.

La situación era cada vez más tensa y había que acturar con celeridad. Notaba una ligera molestia debido a la quemadura, por lo que descartó la idea que se le había pasado por la cabeza de que todo se tratara de una ilusión.

-Algo debe estar afectandoles, los dragones no suelen estar tan cerca de Hogwarts, ni los fénix suelen atacar, son criaturas pacifistas-

Hagrid tenía razón, pero ¿Qué les afectaba? o ¿Quién? ¿Podía ser que estuvieran bajo el maleficio Imperius? No podía arriesgarse a intentar contrarrestar el posible maleficio en una de las criaturas dejando a la otra totalmente libre, y menos en la situación en la que se encontraban, con alumnos heridos, muertos de miedo y probando a la desesperada hechizos que ni conocían. El Profesor Rowle también estaba herido, pero su intento de invocar el Protego Totalum había sido la mejor idea hasta ahora.

Por ahora, protegerse del Dragón y del Fénix era el objetivo número uno, aunque no podían perder de vista al chizpurfle. - ¡Hagrid! ¡Aplasta al chizpurfle antes de que nos absorba algo de magia! Acto seguido, Melker se puso en pie y moviendo la varita gritó - ¡PROTEGO TOTALUM! Esperando hacer el hechizo lo suficientemente fuerte como para proteger a los alumnos.

Los alumnos anulados por el miedo. Los profesores completamente turbados. Aquella excursión nocturna era un completo desastre y Kayla no estaba dispuesta a seguir manteniendo el tipo ante aquella situación donde obviamente, tenían las de perder... Si el dragón consideraba que ese era su territorio, ¿quién era ella para llevarle la contraria?... Solo había un lugar seguro en esa zona, Hogwarts, y hacia allí debían correr.

- ¡Hay que huir al castillo!... ¡Allí los hechizos protectores impedirán que estas criaturas nos sigan!.... - la idea de escapar había sido de Wynnona, y muy necesaria en este caso, al menos si deseaban vivir, y por algún extraño motivo, Kayla estaba muy aferrada a la vida.... -...¡VÁMONOS YA!.... - Chilló hasta dejarse la garganta, dando un fuerte tirón de la túnica de Rowle, instándole a que moviese el trasero.

La niña corrió en la dirección de por donde habían venido, hasta la posición donde Wynnona y Thad se encontraban, alejándose lo suficiente como para que otra estela de fuego no le impactase. Tenía la varita en la mano y paró a una distancia prudente para ver si los demás le seguían. No quería abandonar a nadie, pero si iban en plan héroes, el cementerio estaba lleno de ellos.

- ¡Seguidnos!.... - volvió a chillar y observó a sus compañeros Slytherin -... fantástico Thad, la varita nos está guiando... - observa la pelirroja cuando ve la varita tumbada encima de la palma de la mano del muchacho. 

A pesar de la distancia la pelirroja decidió atacar

- Rictusempra!!!!!.... - lanzarle eso a un dragón era irónico, más teniendo en cuenta que el blasón del colegio rezaba así: Draco Dormiens Nunquam Titillandus, que significaba "Nunca le hagas cosquillas a un dragón cuando esté dormido" Probablemente habría que incorporar la frase "Ni cuando está despierto"

La llamarada le impacta junto a algunos alumnos, Raven solo acertó a cubrirse la cara y por fortuna no le hizo mucho daño, la quemadura no era especialmente grave aunque le dolía demasiado, a fin de cuentas solo era una niña de 11 años que nunca había visto nada mágico, ni dragones ni nada por el estilo. Escucha como sus compañeros empiezan a lanzar hechizos, a huir, a hablar, decir cosas. Ella realmente no era capaz de hacer nada de eso, estaba muerta de miedo, sin saber qué hacer, con un dragón delante y su infantil cerebro solo atinaba a una cosa, a quedarse cerca de los adultos y eso fue lo que hizo, quedarse cerca de los adultos que era donde se sentía más protegida

El profesor Melker lanzó un protego totalum que junto con el de Harold hizo una pequeña cobertura ocultando a Tabby y Raven tras el hechizo, por desgracia no cubrían a todos. Wynnona hizo rictusempra al dragón, que comenzó a echar humo por la nariz, ¿se estaba riendo? Eso parecía, la joven Slytherin acababa de proporcionarles unos preciosos instantes a todos ellos. Thad lanza un orientame sabiendo hacia donde deben dirigirse para ir al castillo, mientras tanto Kayla no se mueve de su sitio y junto a su compañera de casa lanza un rictusempra al dragón que amplia su risa

El fenix parecía querer atacar a Raven, pero el escudo protector de los profesores impidió. Harold nota como el chizpurfle que tiene en su brazo intenta picarle sin éxito alguno. Hagrid se lanza hacia el fénix, tratando de no hacerle daño lo abraza con fuerza esquivando los picotazos de el mismo, comienza a hablarle en voz baja como si fuera un niño pequeño hasta que lo calma