Partida Rol por web

Sil Auressë

[18.2.1] Undume

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15/11/2017, 15:14
[OI] Profecía

De las altas colinas del anochecer eterno
donde hay dulces manantiales de plata
las alas lo llevaron, como una luz errante,
más allá del Muro de la Montaña.
Del fin del mundo entonces se volvió
deseando encontrar otra vez
la luz del hogar; navegando entre sombras
y ardiendo como una estrella solitaria
fue por encima de las nieblas
como fuego distante delante del Sol,
maravilla que precede al crepúsculo
donde corren las aguas de Norlanda.

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15/11/2017, 15:15
Director

Undumë le esperaba a Ayla a la salida de Ost-in-Edhil, y ahora más que nunca ella sentía que necesitaba sentir el calor y la cercanía de aquel noble animal que había conocido durante su estancia en Amon Lind.

Los paisajes se sucedían a gran velocidad en medio de la noche mientras Undumë galopaba sin esfuerzo por las tierras de Eregion, y Ayla sintió un vacío al estar a medio de camino entre los noldor de Amon Lind y los hombres de Sil Auressë. No obstante, llevaba unos en el corazón y en el recuerdo, y a otros… los quería ver lo antes posible.

Notas de juego

he avanzado la historia para engancharte con el resto de las cosas que están sucediendo. Si quieres añadir algo a la escena del Hogar de los Gwaith-i-Mirdain, puedes ponerlo aquí a modo de flashback mientras el caballo (sííí) te lleva hacia Sil Auressë

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15/11/2017, 23:48
Ayla

Undumë devoraba la distancia que las separaba de su destino, veía pasar el paisaje con una rapidez que desconocía.

La mente de Ayla volaba desde Amon Lind a Sil Aüresse, y viceversa. Aún luchaba entre donde quería estar, y donde debía estar… Pero Undumë entendía a la Guardiana, y la portaba a la velocidad del viento hacia un nuevo destino. Indudablemente le dolía la separación de su hermano, el separarse de su familia de Amon Lind, pero los últimos cambios que experimentó la Guardiana, convirtió el dolor en anhelo soportable. Sabía que de un modo u otro volvería a verlos…

Pero fue el calor del cuello de Undumë lo que más la reconfortó. Sin duda había creado un vínculo con el noble animal en Amon Lind. Ahora eran compañeras de destino. Cuando la Guardiana de la Luz se aproximó al animal, se acercó con respeto, y solo cuando vio en sus ojos su permiso, se acercó y posó su frente sobre el portentoso cuello de la criatura. Sintió el latido de su corazón, sintió su calor, sintió su fëa…

Ambas fortalecieron su vínculo. Ayla le susurraba palabras sobre verdes prados, y bosques espesos, y Undumë se dejaba sentir.

Aún notaba el leve temblor de la mano de Feamirë cuando le cogió las manos antes de despedirse.

Aún sentía el cálido beso de Sulkano, nunca dejaría de sentirlo.

“Gwannach o innen ului, Ayla.Ú lû erui, ului” Las palabras de Morannar sonaban una y otra vez, en la cabeza de Ayla.

Siempre estaréis conmigo, y yo siempre estaré con vosotros… Susurró Ayla mientras Undumë galopaba hacia un nuevo amanecer.

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19/11/2017, 09:09
Director

Undumë galopó sin apenas descanso todo el día y la noche, y el día siguiente. Parecía comprender la urgencia de Ayla, y al mismo tiempo disfrutar de la galopada. Las tierras antiguas de Eregion eran ahora yermas y abandonadas, y la elfa apenas miró alrededor. Su vista estaba centrada en el camino que devoraba el caballo.

En las alforjas había raciones para el viaje, y también una tela de gran tamaño doblada con cuidado y envuelta en otra tela más fina, de color blanco y bordado con runas tengwar en las que se podía leer:

SIL AURESSË - la luz del amanecer

Era sin duda el regalo de Teletasarë que había mencionado Moranar.

La noche estaba avanzada cuando vio las luces de la gran ciudad de Tharbad. Como era habitual, la niebla del pantano envolvía en su abrazo nocturno la urbe. Ayla se fijó en que Tharbad estaba sumida en un silencio atípico, y más oscura de lo habitual. Se respiraba el miedo y la incertidumble. Habían visto el sol oscurecer a plena luz del día, y el mundo parecía un lugar menos seguro ahora. Las puertas estaban cerradas y fuertemente viguladas, y en las murallas se pudo ver lanzas alargadas de los guardias, o picas que recordaban las armas de los ragueros.

Hasta el día siguiente no se podía entrar en la ciudad para cruzar el puente y entrar en Cardolan. No obstante, había varias balsas al sur de de la ciudad que permitían cruzar el río Gwathló a cambio de unas monedas. Se podía observar a varios ribereños durmiendo cerca de sus embarcaciones.

 

- Tiradas (2)
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26/11/2017, 21:03
Ayla

Ayla recordaba las crueles palabras de Khathog. Le agradaba la idea de tener que tratar con los barqueros tanto como la de pasar una noche en Tharbad… Pero el tiempo apremiaba y tenía que llegar a Sil Auressë.

Pidió a Undume que esperara junto a unos árboles después de haber comprobado que era sitio seguro.  El caballo élfico pareció entenderla y se puso a pacer tranquilamente. Ayla se acordó de como trataba Thelran a Ruthbeleg, y lamentó no tener a mano un azucarillo para darle.

Ayla debía acercarse sola, a tratar el transporte, y un caballo como Undume llamaría demasiado la atención. Mejor será cuanto menos la vean.

Envuelta en su capa parda tejida por el gremio de ladrones de Tharbad, se acercó a aquel de los barqueros que parecía tener mejor barca. Un barquero así significaba seguro mayores precios, pero también que no tendría ganas de riesgos de ningún tipo que le hicieran perder su embarcación, lo que implicaría que tanto el trato como el trayecto sería más seguro que con el resto.

Y así fue como Ayla se acercó a un barquero un poco grueso, y bien vestido si se le comparaba con el resto de barqueros.

- Buenas noches señor. Cuanto nos cobraría por cruzarnos al otro lado a mí y a una montura.

Ayla fue parca en palabras, adusta y clavó en el hombre sus ojos violetas, una mirada llena de confianza en sí misma y autoritaria. En todo momento pendiente de lo que pasaba a su alrededor por si algo no saliera bien, en todo momento pendiente de Undume. Esta vez no había sonrisa en su rostro.

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27/11/2017, 20:53
Director

A cambio de unas monedas, Ayla logró un transporte para cruzar el río de un modo discreto. Además, le dieron alguna nueva de Tharbad. Al parecer, alguien se había llevado de la Confederación de Gremios una cantidad importante de oro. Varios cofres pesados que ahora buscaban los nuevos soldados y guardias que había traído la familia Aludor que controlaba la urbe. No obstante, no habían dado con esos cofres a pesar de controlar de forma exhaustiva todos los accesos a la ciudad.

Ya en el otro lado, Ayla se despidió del hombre y continuó su camino hacia Sil Auressë.

Mientras Undumë galopaba por el Camino Real, Ayla recordaba cómo había hecho ese mismo trayecto en compañía de Curudae y de Khôradur cuando partieron de Tharbad para fundar Sil Auressë. Un sueño que pronto se convirtió en una realidad, y en una esperanza para tanta gente. Y ahora ella sentía que ese sueño frágil y joven estaba siendo amenazado.

En un breve descanso, bajo la luz brillante de las lejanas estrellas, Ayla cerró los ojos junto al caballo…

La oscuridad… Ayla ve la la aldea de Sil Auressë y el castillo a vista de pájaro, desde los cielos. El sol es devorado por una esfera negra, y entonces un manto oscuro cubre lentamente el lugar. La visión se traslada al nuevo edificio de la Academia, a la sala donde se daban las clases magistrales. Ahora está convertida en un hospital de campaña. Hay heridos. En un cuarto al fondo descansa una niña custodiada por guardias. Incluso antes de acercarse, Ayla intuye que se trata de Sir. Está débil e inconsciente, apenas un hálito de vida le mantiene en este mundo. Sus heridas se centran en el costado, y parece tan frágil y tan pequeña tumbada en aquella cama. Pero aún así, Ayla cree que es precisamente la niña quien le ha inducido a tener esta visión.

Un hombre alto y encapuchado… Camina con dificultad por alguna herida pero con paso firme. Una mano en la que un par dedos están sujetos con tiras de cuero a otros. Es Denelloth, y se acerca a la niña. Ella mueve su boca, y Denelloth puede escuchar con dificultad cómo pronuncia algunas palabras… -Th-Thelran… ¿Thelran? Luego un nuevo escalofrío recorre su frágil cuerpo, y solloza. –Ben… Ben…  La mano de ella sujeta una piedra, pero ahora en la penumbra Denelloth ve que la ha soltado. La toma en sus manos con cuidado y se va…

Todo se vuelve negro. Sir duerme, pero entonces hay ruidos de nuevo. Un hombre con una túnica negra y un cayado. Y un joven alumna. Norion y Girion. La sala está a oscuras, y en silencio.La piel pálida  febril de la niña resplandece en la penumbra, y sus pequeñas manos se aferran a un caballo de madera en vez de la piedra que se había llevado Denelloth.

Girion no puede evitar recordar las distintas clases que se habían impartido en esta sala, los ratos con los compañeros. Ragi y Eben, Cäni, Tarosh, y los demás. Girion es de los mayores, pero aún así habían compartido algunas bromas y gamberradas. Ragi siempre tan pendiente de Sir, de su prima como la llamaba, aunque era fácil de ver que el joven dunlendino de pelo oscuro y rizado, y la pequeña de rasgos de la clase alta dúnadan no compartían la misma sangre.

Recuerda los tiempos felices, que ahora parecen tan lejanos. Como si fuera otra vida. Ahora, queda la penumbra de esta sala de estudios, donde Caäniza se prepara a recibir a los heridos de la batalla que se avecina. Eben y Ragi no han regresado de sus misiones allí fuera, y ahora Girion iba a acompañar a un pequeño grupo hasta el monolito donde se va a decidir el destino de todos.

-Un día apareció, sin más. El caballo. Así me lo dijo Ragi, comenta Caäniza de repente y aparta un mechón del rostro de la pequeña. El juguete había sido tallado de madera exótica, con tiempo y dedicación. –No dejaba de sorprendernos. Era … Es especial.

Norión mira a Sir sin inmutarse, concentrado. Apoyándose en su cayado, trata de enviarle algún mensaje. Pasarle unas palabras, aunque sus oídos no pueden escucharlas. Enviarle su fuerza, y su promesa de que van a luchar por ella, que van a salvarla. A ella, y a todos.

Girion observa. El rostro de la niña es cerúleo, inmaculado. Su expresión es de paz, pero el joven dunadan sabe que está librando una batalla en su interior. Girion se acerca y acaricia el pequeño rostro. -Se fuerte mi pequeña, encuentra el camino a nosotros. Estaremos aquí, a tu lado, esperando, no estás sola. Tras esto le da un beso en la frente y acaricia uno de sus brazos.

Ayla vuelve a fijarse en el caballo de madera, y entonces abre los ojos.

Y tenía delante a Urumë. Como si de un hechizo se tratara, el caballo tallado en madera es idéntico al que ahora le llevaba a Ayla de regreso a Sil Auressë.

Notas de juego

tirada de montar en el siguiente post por favor

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01/12/2017, 23:56
Ayla
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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01/12/2017, 23:59
Ayla

La visión había dejado a Ayla conmocionada. Khatog había dedicado cada día de su vida a preparar la caída de Ayla, y ella, sin embargo, centró todos sus esfuerzos en hacer como si no existiera el Cazador Oscuro… Ahora él estaba muerto, pero todo lo que ella había creado estaba en peligro. Recordaba las palabras de Danroth, que le decía que la niña era importante, y nadie debía saberlo. El cuidado y cariño con el que Benaldamat se dirigía hacia ella, y ahora estaba sobre un delgado filo, luchando por seguir viviendo.

Temía lo que se iba a encontrar cuando llegara, pero ahora la prisa la empujaba a volar hasta su gente.

El corazón se le inflamó de ira, contra todo aquello que quería herir lo que ella amaba.

Miro a Undume a los ojos, mientras acariciaba su cuello.

Ahora es cuando más te necesito amiga. Todo por lo que he luchado está en peligro. Vamos juntas hacia nuestro hogar, vuela como el mismísimo viento, y seamos el azote de la oscuridad.

Buscó la estrella de Ëarendil que brillaba intensa en el cielo.

Se nuestra guía para empujar la oscuridad de nuestra tierra.

En ese momento le vino a la mente lo que Teletassare había dejado en Undume. 

Nuestra familia de Amon Lind son gente sabia, y ellos podían saber lo que nos íbamos a encontrar al final de nuestro camino. Creo que es el momento de saber que nos han preparado.

Ayla, ante los ojos de Undume y a estrella de Eärendil desenrrolló el don que les habían regalado desde Amon Lind.

Sonrió al verlo, y en ese momento echaba de menos enormemente a su familia de Amon Lind.

Acarició a Undume y montó encima de ella, para juntas devorar la distancia que las separaba de su destino…

Notas de juego

Nota: Falta añadir a la tirada de montar mi bonificación que no la tengo a mano

Nota 2. ¿En serio un pedazo de tela? Les suelto un kilazo de Laen para que me hagan un anillado de Guardiana, y me dan un pedazo de tela...

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03/12/2017, 18:29
Director

Ayla volvió a enrollar y guardar la tela con cuidado en la alforja de Undumë. Un regalo hecho con el corazón, por unas manos amigas en un lugar que marcó un antes y un después en su vida. En cierto modo, la elección entre Amon Lind y Sil Auressë era en esencia la elección del lugar de Ayla en el mundo. Y había elegido la aldea del amanecer, había elegido proteger y cuidar la frágil luz de una nueva esperanza para los mortales, a pesar de no ser ya uno de ellos. Cuando por fin había encontrado a los noldor que la aceptaban tal y como era, y le habían abierto las puertas a los secretos de la Esencia y de Arda, cuando por fin había encontrado la Música que resonaba en su alma, entonces le había dado la espalda a todo aquello para andar un camino muy distinto. Ahora, este sencillo regalo de algún modo bendecía aquella elección que sin duda les había costado comprender a los noldor de Amon Lind.

Emocionada, ella volvió a subir en el caballo y siguió su camino hacia el oeste guiada por la estrella más brillante del firmamento, que además ahora brillaba con más intensidad de lo habitual. Cuando la luz del sol menguó, y un oscuro manto cubrió la tierra, la única luz que quedaba era aquella. Invencible, inagotable, inalcanzable... Como el distante recuerdo de la gloria de los noldor. O el imprevisible destino de los hombres.

Cabalgó veloz lo que quedaba de noche, y continuó. Undumë era incansable, y ligero en la carrera. Ya comenzaba a ver las tierras que rodeaban la aldea de Metraith. Un lugar donde había comenzado todo largos años hacía, cuando era camarera en la Oveja Cebada. Luego, años más tarde, había regresado para enfrentarse a Hazvadôk y a su propio pasado, acompañada de Alam y de Thelran. Aquella Batalla de Metraith marcó otro punto de inflexión para ella, pues le permitió sentarse en la mesa del Consejo, donde Hir Pelendur, Hir Echorion, Khôradur y otros debatían el futuro de Cardolan. Por último, el año anterior, había sido el lugar donde anunciaron la fundación de Sil Auressë.

Recordaba las colinas, los árboles, el pequeño arroyo. Prácticamente podía recordar cada piedra de aquella parte del camino. No obstante, la imagen de Metraith que le recibió en la lejanía no era la que había visto últimamente. Recordaba más a la época de las guerras de Hazvadok. Había guardias en las murallas, el portón estaba cerrado y fuertemente vigilado. Y fuera de las murallas de Metraith, una imagen rara vez vista en Cardolan en tiempos de paz: una gran unidad de caballería lista para actuar.

Resultó llamativo que no se viera ningún escudo ni estandarte, aunque había una bandera roja, y algunos llevaban ribetes de ese mismo color en los antebrazos. En total eran casi un centenar, que en los tiempos de decadencia de Cardolan era un ejército de cierto tamaño. A lo lejos vio una pira... Varias decenas de cadáveres amontados y quemados. Incluso desde la distancia, Ayla supo que se trataba de orcos.

Los jinetes controlaban todos los caminos que entraban o salían, y el grueso parecía estar en posición para partir hacia el sudoeste... En dirección a Sil Auressë.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tirada de montar: tienes +52 de bono, la ficha la tienes a mano aquí también, con hacer clic en la foto del personaje. La tirada es un éxito.

El regalo: no voy a poner la imagen aún, por el bien de la narrativa. Pero se trata del diseño nuevo del escudo de Sil Auressë (el que ya aparece en la portada de la partida). Lo reservamos para el momento oportuno ;)

Joer, siempre pidiendo XP, anda subéte al caballo élfico y que te lleve rápido a tu castillo en tu feudo, señora condesa jeje

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10/12/2017, 19:06
Ayla

Cadáveres de Orcos, la caballería con los antiguos colores de Cardolan. Eran ayuda para Sil Aüresse. Ayla se puso nerviosa, ¿pero qué había pasado en su ausencia? 

Sabía que la verían en cuanto se acercara. Todo el mundo estaba alerta, así que se acercó hasta cierta distancia y cuando vio que se acercaban a ella se detuvo y esperó a que la alcanzaran. Suponía que el contacto inicial sería tenso, pero confiaba en que al ver que era elfa jugara a su favor. Eso si no la reconocían primero...

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10/12/2017, 19:37
[Gi] Soldado

Tres soldados se acercaron hacia la posición de la dama elfa que aguardaba sobre el corcel blanco. Los pasos de los hombres eran agitados, y se les notaba tensos. Pero al mismo tiempo, no había una actitud hostil hacia ella, pues en efecto se trataba de una elfa, aunque desconocida para ellos.

-Saludos, noble Dama, dijo el que parecía el portavoz. -Me temo que los caminos están bloqueados. No son seguros ahora, más allá de la protección de los hombres de Lord Echorion, bajo el mando del capitán Erig.

El soldado supo que el nombre de su capitán seguramente no le decía nada a ella, así que acompañó su frase con un movimiento de mano indicando un pabellón de cierto tamaño. -Nos hemos desplazado aquí para hacer frente a una amenaza. Para proteger el lugar.

Carraspeó, y añadió con cuidado. -No podéis seguir de momento. No obstante, os podemos acompañar hasta la aldea de Metraith si así lo deseáis.

- Tiradas (2)
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10/12/2017, 19:45
Director

Lord Echorion... Fue nombrado precisamente aquí, en el Consejo de Metraith, como el Protector de estas tierras. El ribete rojo era algo nuevo, pero en efecto era un color simbólico en Cardolan.

El nombre de Erig no le era conocido a Ayla, pero tampoco conocía mucho del organigrama del Príncipe Desterrado de Girithlin.

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10/12/2017, 20:19
Ayla

Ayla se retiró en ese momento la capucha del todo y los miró con sus ojos violetas, con una mirada ausente recordando tiempos pasados.

Lord Echorion, protector de estas Tierras. Nombrado como tal por el Consejo celebrado tras la batalla de Metraith de la que fui una de sus defensoras, pues soy la Dama Aylarien Señora de Sil Aüresse, que vuelve a su hogar para defenderlo de las fuerzas que lo ostigan tras combatir al mal en el Este…

Ayla miró de nuevo a la pira humeante de cuerpos de orcos.

Veo que las fuerzas que he combatido también han atacado Metraith.

Esta vez miró a los ojos a los soldados.

Entenderéis que debo declinar vuestra oferta de acompañarme a Metraith, pues el camino que llevo es el mismo que el vuestro, para defender lo que me es más querido. Por ello debo hablar con premura con el Capitán Erig y os agradecería que me escoltarais hasta su paradero para presentarme ante él.

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10/12/2017, 20:25
[Gi] Soldado

Los soldados se dieron un paso atrás cuando la misteriosa elfa se descubrió ante ellos. Escucharon sus palabras, y comprendieron que ella poseía una autoridad por encima de la de la ellos.

-Sí, os llevaré ante el capitán Erig, contestó el que había estado hablando hasta entonces. Luego se giró hacia uno de los soldados restantes, y le ordenó: -Ve a la aldea. Busca a Gorlim. Dile que ... que la Dama de Sil Auressë está aquí. Debe saberlo de inmediato. No tardes.

A continuación le hizo una reverencia a la Dama, y le acompañó hacia la tienda del capitán Erig. -Gorlim es un Consejero de Lord Echorion, y representante al Príncipe en Metraith. El capitán Erig es quien está organizando las tropas que han llegado, y siguen llegando...

Estuvo a punto de decir algo más, pero se dio cuenta de que no le correspondía a él hacerlo. Así que permaneció en silencio hasta llegar al pabellón de su capitán, y se metió dentro para anunciar la llegada de ella.

-La Dama Aylarien. La Señora de Sil Auressë.

Acto seguido le invitó a entrar, y se quedó fuera.

- Tiradas (1)
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10/12/2017, 20:32
[Gi] Erig

El Capitán Erig se encontraba junto a una mesa de campaña con mapas y hojas con números. No tenía tiempo para preparar ninguna táctica elaborada, pero mientras terminaban de llegar el resto de las tropas al menos podía preparar alguna cosa. La llegada de la Dama Aylarien le sorprendió, pero no dudó en hacerla entrar en su pabellón. Allí se presentó con una ligera reverencia, aunque se notaba que era un militar y poco acostumbrado a formalismos.

-Dama Aylarien. Soy Erig, de Girithlin, y uno de los capitanes de Lord Echorion. En cuanto recibimos la carta solicitando ayuda para Sil Auressë, nos pusimos en marcha. En realidad, ya antes. Tome asiento, porque creo haber entendido que vos llegáis desde el este. ¿Qué sabéis de lo que está sucediendo en la aldea?

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10/12/2017, 21:50
Ayla

Saludos bien hayado Capitan Erig de Girithlin. No os preocupéis por formalismos, pues también he sido persona de armas y ahora estamos en plena campaña. Los formalismos por tanto, pueden quedar en los salones de las Cortes, para tiempos más propicios.

¿Que sé de mi aldea?, sé que está sufriendo. El arquitecto de este nuevo ataque a nuestras tierras ya me era conocido. Estuvo detrás del asedio a Metraith de hace unos años, el Goth Kuldokar. Después de aquella batalla, sabía que tarde o temprano volvería a intentarlo así que este tiempo he estado intentando fortalecer a esta tierra para el nuevo mal que se avecinaba. Pero el Goth Kuldokar no cesaría hasta arrasarlo todo, así que tuve que partir de Sil Aüresse para ir a su encuentro. Hace unos días libré una batalla con él, y me reveló el daño que quería hacer.

Ayla bajó el rostro, lleno de dolor.

Combatimos, y en el último momento cuando todo parecía perdido, la luz de Eärendil me iluminó y asistió mi mano para darle al Goth Kuldokar un golpe fatal. Así fue derrotado.

Con apenas el último aliento de fuerza que me quedaba partí de inmediato de regreso para defender a mi pueblo del mal que le tenían preparado. Y es así como os he encontrado aprestados a la batalla, preparados para partir a asistir a mi pueblo.

Ahora decidme si lo sabéis, ¿qué asedia a mi pueblo?

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11/12/2017, 13:42
[Gi] Erig

-Se trata de un ataque a gran escala, dijo Erig. Su rostro estaba tenso, pero no había miedo en sus ojos. Había librado muchas batallas, y conocía el oficio de la guerra. -Una hueste, o más bien varias. Orcos, incluso uruk. Manadas de huargos. Trolls.

Suspiró, pues no tenía mucha información y no era dado a especular. -Estamos preparando aquí las tropas. Un poco al sur nos hemos encontrado con orcos, y los hemos abatido. Pero hay más. Muchos más. Sabemos poco. Llegó un mensajero con las nuevas del ataque, y una carta. Pero él no llegaba de Sil Auressë, y por lo tanto no sabemos cuál es la situación exacta allí. Solo que siguen luchando. Desde el día del Oscurecimiento.

Tras una breve pausa, añadió: -Lord Echorion ya recibió a los enviados de Sil Auressë la semana anterior. Llegaron pidiendo auxilio pues temían un ataque de tribus orcas. Restos de los ejércitos del Señor de la Guerra. Una unidad de caballeros partió entonces para ayudar en la defensa, y el mensajero que llegó aquí formaba parte de aquellos jinetes. Pero no ignoramos el alcance y el tamaño de ese ataque, y solo fueron treinta y aún no habían llegado a Sil Auressë, aunque pudieron dar golpes devastadores a las fuerzas del enemigo.

Sin dar demasiados detalles, le mostró un mapa.

-Este mapa formaba parte de la carta. Por cierto, ¿el nombre de Theon Vilarion os dice algo?

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11/12/2017, 13:53
Director

Theon Vilarion... El nombre no le era conocido para Ayla. No obstante, el apellido sí, aunque solo de pasada. La Casa Vilarion era cercana a la familia del príncipe Hallas de Dol Tinare. Precisamente Dol Tinare es donde se ubicaba Sil Auressë, y la muerte del príncipe Hallas dejó un gran vacío de poder, ya que la familia fue golpeada duramente por la Plaga. Los hijos y los nietos de Hallas estaban en Gondor, en Arthedain o en Tharbad, y se desentendían de su feudo. Cada mes, Curudae les pagaba un alquiler por los terrenos.

Los Vilarion eran una rama distinta, tal vez con contactos en Arthedain. Pero no terminaba de encajar en la situación actual de Cardolan. Aunque algo le hacía pensar que había mucho más en juego que la superviviencia de Sil Auressë.

- Tiradas (2)
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23/12/2017, 23:08
Ayla

Ayla hacía un esfuerzo por intentar recordar algo de Theon Vilarion, pero solo conocía algo de la Casa a la que pertenecía.​ ​Si Curudae estuviera aquí le había aclarado rápido quien era Theon Vilarion, pero ahora estaba en Sil Aüresse, organizando la defensa de todos sus habitantes.

​- No tengo el honor de conocer a Maese Theon Vilario, pero su Casa si que me resulta un tanto familiar. 

​Ayla no levantaba la vista del mapa, y su puño se cerraba con fuerza por la rabia y la impotencia. Miró al Capitán Erig, pero ya no lo miró como Dama, sino que lo miró a los ojos como una guerrera, tal era la naturaleza de Ayla...

​- ¿Cual es el plan, y cuando partimos?

 

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24/12/2017, 00:16
[Gi] Aelloth

-El plan es reunir el máximo de hombres y cabalgar a ayudar a vuestra aldea, Dama Aylarien, dijo una voz desde la entrada. Era Aelloth, aunque Ayla tardó unos instantes en reconocer al recién llegado. Estaba cubierto de polvo y con manchas de sangre en su armadura, y su aspecto era el de un hombre que había visto el horror de la guerra, pero también la luz que ardía en los corazones de los valientes que osaban desafiar a la oscuridad.

El hombre de Girithlin miró a la elfa, y tuvo que contenerse para no ir a abrazarla. Mucho habían cambiado las cosas desde su último encuentro. Entonces, Aelloth fue considerado poco menos que un espía de Echorion, infiltrado en Sil Auressë para averiguar más sobre las intenciones de la recién fundada aldea. Ahora, era uno de los jinetes enviados por Lord Echorion como avanzadilla para auxiliar aquella aldea, y el mensajero que había traído las nuevas a Metraith.

-En efecto, la carta es de Theon, añadió y luego se echó a un lado para dejar paso a otro hombre que llegaba con él.