Al escuchar la llegada del nuevo jinete, el orco seguía apuntando en dirección al que tenía debajo. Pero al ver que no tenía ángulo, de repente se giró y soltó la flecha hacia el jinete caído.
-¡MUERE!, espetó pero su flecha salió muy desviada.
Motivo: reaccionOrco
Tirada: 1d100
Resultado: 82
Motivo: Disparo.Orco
Tirada: 1d100
Resultado: 37(+40)=77
Turnos 2-3
El soldado que se hallaba junto a la piedra vio salir la flecha, y pensó que era su oportunidad de acabar por una vez con el orco. Comenzó a trepar para llegar hasta arriba.
Motivo: trepar
Tirada: 1d100
Resultado: 59
Turno 1: aturdido, sacas arco
Turno 2: dispara orco, cargas arco, soldado guarda arma
Turno 3: orco carga, puedes actuar (marca como turno 3)
Turno 3
Quizá no de la mejor forma, pero había atraído la atención del orco sobre él. Aún le daba vueltas la cabeza y sentía como si el propio caballo le hubiera pasado por encima, pero sacando fuerzas de flaqueza y con la firme determinación de erradicar el mal de esta tierra, sea cual sea su forma, logró colocarse rodilla en tierra y lanzar una flecha contra la vil criatura encaramada en la roca.
Motivo: Flecha
Tirada: 1d100
Resultado: 36(+47)=83
Motivo: confirmacion
Tirada: 1d100
Resultado: 29(+47)=76
Turno 3-4 resolución
El disparo de Arthondir fue más preciso que el del orco, y la flecha le dio en el abdomen. Aunque el trasgo logró esquivarla para evitar mayor daño, perdió la concentración y le obligó a posicionarse mejor en lo alto de la roca para no caerse. Ese tiempo le permitió al otro guerrero terminar de trepar hasta lo alto, y sin dudarlo un instante cargó contra el orco que estaba recargando su arma. Le atacó por el flanco
Motivo: equilibrio.orco
Tirada: 1d100
Resultado: 68
Motivo: trepar.jinete(2)
Tirada: 1d100
Resultado: 46
Motivo: ataque.Jinete
Tirada: 1d100
Resultado: 29(+60)=89
Motivo: ataque.Jinete.critico
Tirada: 1d100
Resultado: 35(+60)=95
Turno 3: dispara Arthondir. 8 A , crítico 29: +2 PV, abdomen, tiene que parar con +10. Guerrero trepando
Turno 4: orco no puede actuar. Arthondir recarga (?). Guerrero ataca por el flanco. Ataque guerrero: 14 B, crítico 35: +2 PV obliga a parar 2 turnos
Turno 5: orco se defiende del guerrero. Arthondir puede disparar
(para agilizar he saltado el turno 4 en el que te incorporas del todo y recargas el arco. Tienes el orco de espaldas, +20 al disparo).
marca como turno 5
El grupo se había reducido a tres, y ya sin caballos que guiar. Tomaron rumbo al este una vez llegado al punto que había indicado Acero Rojo, y siguieron caminando. Eben y la montaraz iban de avanzadilla, uno a cada lado de Ferrim que mantenía un ritmo constante e implacable de marcha. Sin pausa, paso a paso, la distancia a Sil Auressë se reducía.
En uno de los pequeños desfiladeros por donde pasaba la senda que seguían, encontraron un par de flechas orcas. La lluvia había borrado las huellas del suelo, pero las flechas aún tenían manchas de sangre. Acero Rojo las guardó y siguieron, con más atención si cabía para evitar cualquier peligro.
-¡Jinete!, indicó de repente Acero Rojo. Ella se había subido a un risco más elevado, y miraba agachada hacia el este o noreste. -Se aleja de nosotros, parece que sigue la estela de Arthondir. O más bien va en la misma dirección.
Entonces se escuchó el lejano sonido de un cuerno cuyo eco tardó en desaparecer. -Se ha detenido para soplar el cuerno. Está buscando a alguien, o eso parece.
De todos modos, el jinete se hallaba algo lejos como para dar media vuelta y regresar hacia ellos.
Tanto Denelloth como el caballo resoplaban cuando consiguieron subir a lo lato de la colina. Habían tenido un mal comienzo, pero el animal era soberbio. El montaraz lo palmeó en el cuello distraído mientras obervaba. Aquello... ¿se movía, era una torre de asedio? Sintió un escalofrío; se dirigía a Sil Auressë, tal vez... Y aquellas tropas... ¿Amigos, enemigos? ¿Cuántos serían más exactamente...? Era difícil decirlo con aquella luz.
De pronto reparó en la persecución, más cerca, frente a él. Fuesen quienes fuesen, aquellos dos jinetes daban caza a un orco, lo que siempre era un voto a su favor. Denelloth desenvainó y procuró cerrar la vía de escape del orco, por más cosa hecha que fuera, dejándose ver pero, cauteloso, sin perder su posición ventajosa en lo alto de la colina. Aún así, procuró fijarse en los hombres, descubrir quiénes eran. En principio no sabía de ningún contingente de hombres aliado con la oscuridad. Merecía la pena asumir el riesgo.
Tirada oculta
Motivo: Observación
Tirada: 1d100
Resultado: 72(+49)=121
Cualquier detalle será bienvenido. El ejército va hacia SA? Eso es una torre móvil? No se distinguen orcos, humanos, trolls, huargos, jinetes...
Y esos condenados fuegos están... solos, o hay gente alrededor?
Desde que Denelloth partiera para obtener información de la batalla y Arthondir hiciera lo mismo en dirección a Sil Auressë, Eben había permanecido callado, como era su constumbre, y se había dedicado a su labor como guía y actuar de avanzadilla del grupo. Realmente tanto Acero Rojo como él mismo se movían si hacer prácticamente ruido, casi como sombras, ambos tenían un ojo sobre el enano para que no delatara su posición.
Tampoco dijo nada cuando Denelloth cayó del caballo. Pudo observar que su compañero subía de nuevo al mismo y esperaba que ese percance no se repitiera. Los caballos no eran lo suyo, solo podía desearle suerte.
En cuanto Acero Rojo indicó la presencia de un jinete, Eben subió hasta su atalaya para observar. Fijó su mirada intentando dilucidar en la distancia si era amigo o enemigo o incluso si su vista lo permitía identificar al jinete.
Tirada oculta
Motivo: Percepcion (Observacion)
Tirada: 1d100
Resultado: 21(+31)=52
Tiro percepción oculta a ver si Eben es capaz de distinguir algo del jinete.
Turno 5
El disparo no había sido lo mortal que Arthondir pudiera haber esperado, pero fué suficiente. Suficiente para distraer al orco el tiempo necesario para que el guerrero desconocido terminara de trepar el risco y atacara a su enemigo común.
Esta vez era él quien estaba distrayendo a la criatura, y Arthondir debía terminar lo que había empezado, el otro hombre estaba visiblemente herido y podía necesitar su ayuda incluso en corta distancia.
El orco mostró su espalda y Arthondir lanzó un nuevo proyectil.
Motivo: Disparo
Tirada: 1d100
Resultado: 50(+67)=117
Motivo: Confirmación
Tirada: 1d100
Resultado: 83(+67)=150
Turno 5 - resolución
-¡GARAN GWALORN!, gritó el soldado, pero cuando se preparaba para golpearle de nuevo al orco, la segunda flecha de Arthondir se clavó en el mismo sitio que la anterior. Pero esta vez penetró la armadura y el orco soltó su cimitarra y se agarró el vientre. La sangre no tardó en comenzar a brotar, y el trasgo soltó un gruñido que solo podía significar su muerte. Se dobló y se dejó caer desde lo alto de la piedra.
Ataque Arthondir: 19 D, crítico 83; abdomen 6p/as, muere
El jinete observaba desde lo alto el cuerpo del orco. Se había quedado en una posición grotesca con una pierna doblada, y sangraba en abundancia. Una vez confirmada la muerte de su enemigo, se giró hacia el desconocido cuya flecha había acabado con una larga persecución.
-Saludos, mi nombre es Ginawr, dijo y entonces Arthondir se fijó en que llevaba un ribete rojo en el antebrazo. Era un símbolo que usaban las tropas de Lord Echorion. Los que luchaban por el Príncipe Desterrado no portaban estandartes ni llevaban uniformes, pero habían adoptado el color rojo como suyo. Una bandera sencilla de un único color rojo fuego, o lo que era más habitual, un lazo atado al antebrazo.
El jinete parecía agotado. Su armadura estaba manchada de polvo y de sangre, su rostro reflejaba el agotamiento de alguien que ha estado en largas batallas y que hacía tiempo que no había dormido. Aún así, su determinación era firme. -Gratitud. Lo he perseguido desde la noche.
Fue entonces cuando observó con más atención al arquero.
parece que Ginawr no reconoce a Arthondir, o tal vez lo ha visto de pasada y no está seguro.
Denelloth desenvainó la espada, pero su atención se centraba en aquellos puntos negros en la distancia. Sus ojos tardaron en acostumbrarse a los reflejos e incluso los fuegos molestaban. Pero el adiestramiento del montaraz le permitió fijar la vista y esperar el movimiento que le permitía discernir entre rocas y personas, u orcos. Y en efecto, aquella hueste se movía. Lentamente, hacia la derecha. Hacia el este. Y había unas pocas figuras más grandes, como enormes rocas pero también se movían en la retaguardia. Aún sin tener la certerza, supuso que se trataba de orcos y trolls. Era imposible saber el número, ni siquiera para estimar. No obstante, no era una unidad pequeña, sino una hueste formada por centenares.
La torre en llamas no se movía. Parecía más bien una señal.
Una señal para convocar a las huestes, para reunirse en un punto. Lo que no cuadraba eran las otras hogueras, más pequeñas ahora que se había acercado. Pero que desde la distancia podían llevar a confusión y guiar a los aliados a lugares distintos.
En cuanto a los jinetes, resultaba evidente que habían luchado en al menos una batalla, o tal vez más. Estaban cubiertos de polvo y de sangre, montados en los caballos agotados por el esfuerzo. No había escudo ni emblema, pero no eran del ejército de Sil Auressë. En su antebrazo llevaban un brazalete o un ribete de color rojo fuego.
Los Rojos Fuegos de la Venganza
La historia del ribete rojo no era del todo conocida, aunque Denelloth recordaba que se relacionaba con alguna leyenda del feudo de Girithlin. Y que Lord Echorion, el joven Príncipe Desterrado, había tomado aquel símbolo para el ejército que estaba reclutando. No quería llevar el escudo del feudo que le pertenecía por derecho mientras su tío usurpaba el trono. La disputa de Girithlin era un tema que no afectaba directamente a Sil Auressë, excepto que Lord Echorion había sido nombrado el Protector de las tierras de Metraith y alrededores, incluyendo a Sil Auressë. Y por ese motivo el sargento Agnor fue enviado a pedirle auxilio cuando llegaron las primeras sospechas de un ataque inminente contra la aldea.
Motivo: Con.Cultural
Tirada: 1d100
Resultado: 80(+21)=101
Ni Eben ni Acero Rojo pudieron identificar ni ver más sobre el jinete desde aquella distancia, y pronto lo perdieron de vista. Eben pensó que seguramente no se trataba de Denelloth. El caballo parecía ser otro.
Tocaba seguir la marcha, pero antes Acero Rojo preguntó si debían dejarle algún mensaje para Denelloth tal y como había solicitado.
Tirada oculta
Motivo: perc.AceroRojo
Tirada: 1d100
Resultado: 8
Eben asintió. Se acercó a un lado del camino y rompió unos matojos de determinada forma a la vez que hacía un nudo en un extremo. Esperaba que fuera indicación suficiente para que Denelloth supiera hacia dónde había ido.
He sido monitor de campamento y una de las cosas que enseñaba era a seguir rastros y dejar señales... puedo suponer que los montaraces tienen alguna forma de dejar constancia de las cosas de un modo similar... de todas formas, lo que diga el GM si hay otra forma de dejar una señal o algo.
Luego Denelloth deberá ser consciente o encontrar la señal, claro...
Volviendo a guardar el arco y sacudiéndose brevemente el polvo de la caída el montaraz reconoció inmediatamente el lazo rojo que portaba su interlocutor - Saludos, mi nombre es Arthondir, y veo por su brazo que compartimos causa, ha sido un honor haber sido de ayuda.
Se percató de las manchas de sangre sobre su armadura, y reparó en la pluma de la flecha que le asomaba desde el hombro. - ¿Está herido? Será mejor que baje y le eche un vistazo, si tiene la bondad. Mi misión aún no ha concluido pero me gustaría poder intercambiar algo de información antes de continuar.
El joven arthatan tenía muchas preguntas para el guerrero, pero estaba herido y cansado, y no quería avasallarlo, pero el tiempo apremiaba.
Motivo: con.cultural
Tirada: 1d100
Resultado: 75(+21)=96
veo por su brazo que compartimos causa, ha sido un honor haber sido de ayuda.
Después de bajar de la roca, Ginawr se quedó mirando el lazo rojo unos instantes. -Parece que en efecto compartimos causa, compañero. Mas en estos días he luchado junto a hombres valientes que no siguen al Príncipe Desterrado. La Oscuridad nos ha unido.
A continuación se sentó para poder ver mejor la herida. No parecía muy grave, pero era mejor llevar cuidado. -No puedo demorarme. Formo parte de un pequeño grupo de jinetes. El grueso de la unidad está en la batalla, bajo las órdenes del Capitán Melechtor. Nosotros salimos a perseguir a unos orcos y en la noche nos alejamos los unos de los otros. Pero debo seguir ahora por este camino hacia la aldea, para encontrarme allí con el resto de los Garan Gwalorn. Ése es el ombre que nos dio Melechtor en la Batalla de la Loma. Hombres de Echorion, espadas libres, guerreros de Sil Auressë e incluso mercenarios.
Garan Gwalorn... La Roja Tempestad.
seguimos en una nueva escena aquí
Azuzó ligeramente a su caballo para bajar la colina en dirección al orco fugitivo. Los dos jinetes todavía no parecían haberse percatado de su presencia, y optó por hacerla evidente.
¿Quiénes sois, qué hacéis aquí? ¿Dónde están los hombres de Sil Auressë, dónde Khôradur? Es lo que le urgía preguntarles a aquellos hombres, lo que palpitaba en su cabeza mientras el caballo aceleraba el paso; sentía también la tensión de la batalla, del miedo, la violencia, la expectación. Deseó deahogarse en aquel orco aterrorizado que huía como una alimaña cazada. Y súbitamente se calmó, el miedo pasó, sintió la armonía con la que se acoplaba al caballo en su descenso. Y eliminar a aquel orco le pareció poco más que un bello requiebro estético. Así de perra es la guerra, pensó con lúcida amargura. Y empezó, impaciente, a buscar las palabras para dirigir a los dos jinetes. ¡Os saludo, jinetes de Echorion! Si habéis acudido en respuesta a la llamada de auxilio de Sil Auressë para socorrerla, ¡os saludo, orgullo de Girithlin! ¿Estáis solos? Se ve que habéis luchado. ¿Dónde están nuestras fuerzas, la milicia y los soldados de Sil Auressë? ¿Ya se han batido, han vuelto a la aldea o el castillo? Pues esperaba encontrarlos aquí...
No sé si hay que matar al orco, si Denelloth llega así por las buenas o ya se lo hacen ellos... Si es preciso, tira por mí.
Tampoco sé muy bien si me estoy enterando. Es ya de noche? Hay un semicírculo de fuegos pequeños (o me lo invento yo) y en el medio (o no?) la torre en llamas. Qué buen efecto, por cierto. Me llaman la atención los fueguecitos, no sé si es importante o me estoy obsesionando. Quiero imaginar algún tipo de sabotaje desorientador, aunque puede que sea tarde; por allí, en lento avance hacia SA, van muuuchos malos. Ay.
Denelloth descendía lentamente, sin apartar la vista de los dos jinetes que rodeaban al orco subido en lo alto de un saliente de roca. La situación era realmente desesperada para el orco, pero de momento se hallaba fuera del alcance de las armas de sus perseguidores. Entonces, uno de los jinetes tiró de las riendas e hizo saltar su caballo a una pequeña plataforma a su derecha, y acto seguido a otro punto más elevado a su izquierda. Zigzagueando como si fuera una cabra montés, la montura llegó hasta las proximidades del orco y se alzó sobre sus patas traseras.
Eso le permitió al jinete golpear con su martillo, y el orco cayó de cabeza desde lo alto. Su grito se cortó cuando impactó contra el suelo.
-Increíble maniobra, Aaren, le felicitó el otro jinete. Observaba el cadáver del orco.
Uno más, ya hace días que perdí la cuenta.
El viento que azotaba a menudo la meseta cardolanii hizo mover su capa, y creó un remolino de polvo de color rojizo levantado por la caída del orco.
-Garan Gwalorn, musitó. -La Roja Tempestad.
Fue entonces cuando se percató de la presencia de un nuevo jinete que había aparecido de la nada.
la historia sigue aquí
Eben partió algunas ramas y dejó señales para Denelloth antes de proseguir la marcha. Dejaron atrás la meseta elevada, y descendían hasta una franja de terreno algo más hondo y llano. Por allí transcurría el antiguo camino que unía Metraith con el Paso de la Loma, pero que estaba en estado de abandono como tantas otras cosas en el reino perdido de Cardolan. Una capa de polvo rojizo ocultaba las marcas del camino, que nunca había estado pavimentado. Aún así, no era difícil seguir por dónde iba.
Continuaron avanzando. Había alguna que otra huella en el suelo. Parecían recientes, y consideraban que tal vez podían ser del caballo de Arthondir. Un poco más adelante, unos cuervos llamaron su atención. Siguiendo con la mirada, vieron que rodeaban el cadáver de un orco junto a una piedra de gran tamaño. La sangre aún no se había secado, y llevaba una flecha clavada en la espalda además de otras heridas.
Tirada oculta
Motivo: enc
Tirada: 1d100
Resultado: 25
puedo suponer que los montaraces tienen alguna forma de dejar constancia de las cosas de un modo similar... de todas formas, lo que diga el GM si hay otra forma de dejar una señal o algo.
OK, me parece bien