Partida Rol por web

Khôradur, Ayla y Curudae tomaron posiciones en primera fila de la caravana cuando dejaron atrás Tharbad y partieron lentamente hacia Metraith.

Curudae guardó el estandarte de momento. -¿Os parece si lo estrenamos en Metraith? Allí tendrás que dar un discurso convincente a la gente, Ayla, y quizá sea el sitio para estrenarlo.

Ayla sonrió y dijo: -Supongo que no será tan espectacular como ver entrar en Tharbad un barco de guerra de Umbar, y su sonrisa a los dos fue más amplia si cabe. -pero haremos lo que podamos...

Miró al frente del camino, como escudriñando lo que les esperaba...

Al cabo de un rato se dirigió a Khoradur y comentó: -Khoradur, tal vez sea mejor que cuando lleguemos a Metraith estés tapado para que no te reconozcan hasta que te presente a la gente como lugarteniente de Sil Auresse ¿qué os parece?

-Curudae, querría hacerte un pregunta... ¿Cuánta gente hay ahora mismo viviendo en los alrededores de Sil Auresse? Es porque he pensado que como vamos a necesitar gente para contratar, podríamos ofrecerlo a la gente de Metraid, pero no todos los puestos, dejar algunos en reservas por si los habitantes de Sil Auresse querrían trabajar. A la vez debería hacerse una lista de reserva, por si falta personal poder llamarlos y que vengan de Metraid. Dicha lista y el examen de los candidatos lo deberían realizar nuestros maestros constructores o personal de su confianza. Por otro lado, si vamos a aumentar de momento la población de Sil Auresse, los servicios que puedan haber serán escasos, podríamos solicitar también en Metraid que vengan algún curandero a prestar sus servicios por si hay heridos en la construcción, o taberneros, sastres porque nuestros obreros ganarán un jornal y en su tiempo libre seguramente querrán ir a una taberna, o si se ponen malos necesitarán de un curandero o algo tan sencillo como vestirse, por eso también podríamos solicitar ciudadanos de estas profesiones emprendedores que quieran abrir un negocio allí, y podrían aprovechar y venir con esta caravana o cualquiera de las dos siguientes, así podrían alcanzar Sil Auresse con todas sus mercancías y pertrechos a la protección de dichas caravanas. ¿Qué te parece? También Khoradur podría intentar reclutar ya algunos soldados que se adecúen a los valores de Sil Auresse. Y tu por supuuesto atraer comerciantes aunque una vez lleguemos la obra prioritaria debería ser el edificio del comercio para poder obtener ingresos lo antes posible... Y con ello podríamos poner un servicio de guardias que realizaran el trayecto Sil Auresse-Metraid dando seguridad a los comerciantes a cambio de una moneda de plata por trayecto. Si ponemos en un principio 5 guardias bien armados y a una media de 3 personas diarias que realicen el viaje, serían 21 monedas de plata a la semana y 84 al mes aproximadamente. También si se corre la voz puede que se utilice no solo para el comercio sino para gente que quiera realizar trayectos corrientes de Sil Auresse o que vayan a Sil Auresse de los alrededores buscando esta "escolta". Si viesemos que funciona podríamos ampliar el número de soldados y el servicio. También habría que averiguar cual es el estado de los caminos, para que los carros puedan circular con cierta facilidad. Si son irregulares la circulación puede ser lenta y costosa y puede disuadir a los comerciantes, y tal vez se podría solucionar temporalmente cubriendo posibles agujeros con piedras y tierra hasta hacerlo homogéneo y más adelante se podría incluso empedrar el camino... ¿Qué os parece?

El viaje hacia Metraith duraba unos días, lo que les dio tiempo de planificar algunas cosas. La segunda noche, junto a la hoguera, se hallaban los tres...

-Metraith es clave para le reclutamiento de personas interesadas en trasladarse a Sil Auresse, comentó Curudae. -Debemos asegurarnos de que todos puedan labrarse un sustento. Reclutaremos a todos los que podamos. El que valga para guardia o soldado, y si no, valdrá para obrero o artesano, o molinero o cocinero, o para cazador, o para los establos. En cada familia contrataremos a uno, pero que el resto se establezcan en Sil Auresse, cultivando la tierra o cuidando ovejas o lo que sea. Necesitamos aumentar la población, pero para eso se necesitan reformas y también inversión. La obra del castillo dará trabajo, por turnos, a cientos de personas. Pero necesitamos que estas personas se traigan a sus familias y se establezcan en la zona. Los molinos son una gran inversión, porque atraerán a muchos pastores con sus ovejas. De esta forma, podrán sacar mayores beneficios al poder usar los molinos en vez de vender la lana sin procesar. También vamos a adquirir muchas ovejas para aquellos que necesiten aumentar sus ingresos. Se los alquilaremos. El mercado es el elemento clave. Si logramos que los pastores, agricultores y obreros comercien con sus bienes allí, no tardarán en llegar más artesanos, taberneros y mercaderes. Estoy de acuerdo en darle prioridad al edificio del comercio. Además, será nuestro hogar durante la construcción del castillo.

-El tema de la seguridad es complicada, dijo Khôradur. -Antes de empezar con la construcción del castillo, debemos asegurarnos de que la zona de construcción, las canteras y la zona del mercado sean seguras. Por prioridades, yo aseguraría el campamento base. Luego empezaría a entrenar guardias y soldados. Aún sin castillo, necesitamos guardias para la zona de construcción y para el mercado. Los guardias tienen un entrenamiento diferente a los soldados. Los soldados los dividiré en unidades pequeñas lideradas por un sargento. Me ha dicho Curudae que ha contemplado en sus cálculos el sueldo de 10 guardias y 2 unidades de ocho soldados para el primer año. Es muy poco. Para lo que comentas de asegurar el camino de Sil Auresse a Metraith, haría falta otra unidad de 8 soldados. Y luego otra para el adiestramiento. Es decir, en vez de 16 soldados debemos pasar a 32 lo antes posible. Aún así, el territorio no lo tendríamos controlado, pero gracias a los caballos podría formar unidades de acción rápida para acudir rápidamente a ayudar a los lugareños en caso de problemas. También contaré con los exploradores y cazadores, que limpiarán la zona de lobos y otras amenazas, además de informar de movimientos extraños y ayudarán en conseguir comida. Ellos nos traerán información de los peligros a los que nos enfrentaremos. Pero en un primer momento debemos reducir nuestra zona de acción al mercado y la zona de construcción.

-El tema económico está muy mal, Khôradur, dijo Curudae. -Los soldados son un gasto directo sin beneficio, aunque me gusta la idea de Ayla. Si cobramos el viaje, podríamos contratar guardias o soldados para eso. Hay que ver cuántos días son, pero si son 2-3 días de viaje y dos de regreso, en una semana  sólo podremos hacer una vez el viaje. Pero con eso podría ser suficiente. Reuniremos toda la mercancía y una vez a la semana sale la caravana a Metraith, protegido por nuestros soldados. Incluso podríamos cobrar un importe fijo por persona, o un tanto por cien de la mercancía. Cinco guardias a pie nos cuestan 15 monedas de plata al mes. Con el tiempo podríamos poner nosotros el carro y los conductores. Los números salen, creo yo. En cuanto empiece el comercio, nos encargaremos de proporcionar el camino seguro de Sil Auresse a Metraith y de regreso. Y cuidaremos el camino. No sería cobrar un peaje, sino cobrar por la protección.

-En cuanto se pueda, yo pasaría de cinco guardias a una unidad de 8 soldados, y alguno a caballo. Una caravana semanal de mercancía valiosa en carros es mucho botín para estos tiempos que corren, opinó Khôradur, -pero hay que verlo. Prefiero que sean 5 guardias y tener tropas a caballo haciendo patrullas todos los días, y atentos para cuando sale la caravana. Eso sí, no más de una salida a la semana, y si pudiera cambiar de día cada semana mejor, aunque si tienen que volver los guardias y los carros, va a ser difícil.

-Me gustan tus observaciones acerca de los artesanos y taberneros. Acudirán a Sil Auresse. Junto a la Casa del Comercio, como habrás visto, los obreros construirán edificios de madera de dos plantas. Son tiendas para los tejedores, taberneros y otros artesanos que quieran establecerse. Es para facilitarle las cosas, aunque sean edificios sencillos de madera con un altillo. En un segundo paso, una vez terminada la Casa del Comercio, venderemos licencias para que el que quiera construir su propia tienda pueda hacerlo. Fuera del mercado, hay multitud de granjas abandonadas por la Plaga y por las guerras, esperan que la gente las ocupe de nuevo. Las casas son propiedad de quién las ocupe o construya, pero deben pagarte un tributo por el uso de la tierra, la explotación y la protección. De allí vendrán nuestros ingresos. No tengo datos exactos de cuántas personas pueda haber, pero calculo que unas dos o tres mil en una región que fácilmente puede albergar seis mil personas. Por eso he contratado un recaudador de impuestos y un ayudante. Su trabajo será hacer un censo a la vez que va cobrando. Recuerda que muchas cosas se cobran en especie, y por eso de nuevo el mercado es fundamental, ya que allí se convertirá lo cobrado en dinero sin que nos cueste tasas. Según lo que ha dicho Khôradur, lo ideal sería que las personas acudan al mercado en vez de ir el recaudador a sus casas, por el tema de la seguridad más que nada. Pero acudirán, porque nos necesitan y están acostumbrados a pagar tributos.

-Por último, nosotros tendremos en plantilla a varios artesanos. Concretamente un cervecero, un herrero, un carpintero y un tejedor. Todos cobran un oro al mes, pero son necesarios. Además, un curandero que resulta que sale más barato que el cervecero… Para las heridas superficiales. En cuanto lleguemos a Sil Auresse te preparo un informe de los gastos mensuales y el detalle de la tesorería. Tengo ganas de llegar ya, porque sé que nos esperan semanas muy duras de trabajo sólo para asentarnos.

-Lo veo perfecto. Nos esperan unos tiempos de incertidumbre, pero confío en que saldrá todo. En cuanto lleguemos a Metraith, expondremos nuestra idea y solo quedará que los Valar nos ayuden...

Siguieron el camino por la mañana, y en pocas horas pasaron el pueblo de Dinach. A caballo un jinete llegaba en un día de Tharbad a Dinach por el Camino, y en otro de Dinach a Metraith. El ritmo que seguían era más lento, pero el día siguiente a medio día estarán en Metraith.

La noche pasó sin sobresaltos, y el día amaneció gélido. Tras pocas horas de viaje ya pudieron ver la ciudad de Metraith. A medida que se acercaban a la ciudad, pudieron notar que había cierto interés por parte de los locales. Muchos se agrupaban a su alrededor, preguntando, conversando. Las fiestas de Yulë aún eran recientes, y había gente de los pueblos de alrededor que se habían acampado en las afueras de la ciudad.

Mientras avanzaron hacia la ciudad, Ayla recordaba lo que le había contado Curudae hacía unos días. Dijo que durante el apogeo del comercio de lana, Cardolan acogía a más de veinte aldeas importantes, con una población bastante superior a la de Arthedain y Rhudaur juntas. Tras la separación de Arnor, los pueblos entraron en declive a medida que la economía se empobrecía. No obstante, el principal problema era que los asentamientos eran un blanco fácil para las muchas fuerzas que asolaban los reinos. Ahora sólo quedaban seis pueblos de cierta importancia en Cardolan, y sólo uno en Rhudaur. Todos ellos habían sido saqueados en varias ocasiones.

Ya vieron la ciudad de Metraith. Ayla recordaba la Colina (9) donde habitaban los hombres brunos, las plazas. Y el palacio real de Thalion, donde ella se había enfrentado a Khôradur y desde donde había ayudado en la defensa de la ciudad. El dique de 1,80 metros (1) y coronado por espinos en algunos tramos no era mucha defensa, y había mercenarios y centinelas, posiblemente de Echorion, montando guardia.

Entraron por la Puerta meridional (2). Era una gran entrada abovedada de dos pisos de altura, y de las pocas fortificaciones en el Viejo Camino del Norte entre Fornost y Tharbad. Servía como marco para las puertas de madera y el gran rastrillo de acero que caía desde arriba sobre el pavimentado camino.

Metraith siempre había subsistido gracias a su situación privilegiada, en el cruce del Camino Rojo y el Viejo Camino del Norte, cerca del centro de Cardolan.

Hicieron un alto en la Plaza del Comerciante (6). -En su tiempo esto era el centro del comercio para los mercaderes de todo Cardolan, dijo Curudae, -ahora es un lugar algo peligroso en la parte más pobre del pueblo, la guarida de mercenarios y caravaneros.

El Bosque del Comerciante en el lado oeste de la plaza estaba repleta de caravanas y se decía que era el mejor sitio para hacer adquisiciones y ventas ilegales.

-De aquí sale el Rath Arnor (7) hacia la Plaza del Pueblo. Allí están los grandes comercios, pero aquí hay una multitud de gente sin raíces en Metraith. Es nuestra oportunidad.

Tal y como habían acordado, Khôradur se mantuvo en un segundo plano. Tras dejar los carros algo apartados, prepararon un atril en la parte trasera de uno. Junto a Ayla, Curudae trataba de reunir el máximo número de personas, y los guardias mantenían un perímetro de seguridad. Había interés, y unas 180 personas reunidas, pero la gente se despistaba, no sabían si les iba a interesar lo que se les ofrecía, estaban cansados, hablando de sus cosas…

-Necesitamos algo para captar su atención, Ayla. Cuando tú me digas, que Khôradur descubra el estandarte. Haz tu discurso, y cuando consideres oportuno me presentas. Yo les hablaré de las oportunidades de trabajo y de negocio, y finalmente presentaré a Khôradur. Son todo tuyos, Ayla. Si conseguimos enfervorecer a la multitud, subiremos hacia la Plaza del Pueblo y seguimos allí.

-Curudae, que Khoradur espere con el estandarte cubierto hasta que os avise... Ayla se acercó al atril lentamente y miró a toda la multitud... Hizo una pausa de silencio para intrigar un poco a los lugareños y comenzó:

-Ciudadanos de Metraith y de los alrededores... Aquí no sois pocos los que me conocéis, y para los que no me conocéis soy Ayla. Metraith fue mi casa hace bastantes años, trabajaba en la posada de la Oveja Cebada, pero tuve un sueño y tuve que partir para luchar por él. He recorrido gran parte de la Tierra Media, desde las tierra de Rhovanion, hasta Gondor, la Bahía de Belfalas, Umbar, Arthedain, he atravesado las Montañas Nubladas, he estado en la sitiada fortaleza de Harnalda ayudando en su defensa, como en su día ayudé aquí en Metraith... Si señores, desde el palacio hice frente a las fuerzas "enemigas" y despus salí a recuperar una sección del muro que estaba siendo tomado por las tropas de orcos... Por donde he ido he visto dolor, sufrimiento, desesperación y por donde he pasado he intentado dejar luz, amor, esperanza... Pero todo han sido pequeñas acciones, y he aquí que me he propuesto hacerla grande... Pues bien ciudadanos de Cardolan, he decidido hacer realidad mi sueño. He decidido asentarme en Cardolan, y crear un territorio en el que se luchara por la paz, por el honor, la lealtad, como antaño, pero sin olvidar los males del pasado, para no errar otra vez. Será un lugar de esplendor, sabiduría, donde todo habitante ser atendido cuando tenga necesidad y así se esperará que actúen ellos... Un lugar en el que se crearán grandes obras y grandes personas un territorio donde todos los hombres serán iguales, de hombres libres, donde quienes vivan allí lo harán porque comparten unos valores, honor, lealtad, templanza, libertad... Si señores, una tierra que está naciendo en este momento, hecha para crear grandes obras y personas, con la estabilidad y seguridad necesarias para que cada habitante pueda desarrollar sus habilidades con tranquilidad.... Una tierra para el conocimiento, se va a abrir una academia en la que se enseñarán todas las artes, tanto de conocimiento como militares... Pero también una tierra para el comercio Señores, aquí habitarán hombres de cualquier sitio. Quienes eran enemigos allí se convertirán en aliados y amigos, podrán convivir hombres de cualquier región, siempre que compartan los valores de este nuevo territorio y todos los defenderán y para daros una muestra de lo que digo Supongo que sabréis quien lideraba a los corsarios, y también sabréis que una vez acabada la batalla los defendí y pudieron volver a su tierra como hombres de honor que son. Eran hombres que lucharon por un precio, pero ahora luchan por un ideal. Y he aquí que he encontrado a una persona que es un excepcional guerrero y que busca luchar por los valores que os estoy exponiendo, por la esperanza, por la vida...

Ayla tendió la mano a Khoradur para que subiera con el estandarte. -¡¡He aquí Khoradur!! Lugarteniente de Sil Auresse.  Hombre honorable entre donde los haya, que defiende los valores de Sil Auresse y pondrá su vida en hacer que cada uno de los vosotros podéis disfrutar de una vida tranquila y segura. Pero no acaba aquí señores. Como dije, ser un territorio también para el comercio, porque el comercio es vida y por eso he buscado al mejor hombre posible, hombre que conozco de antaño y del soy una vieja amiga, hombre de honor, palabra y que dar todo lo posible para que nazca y viva Sil Auresse Curudae, antiguo gobernador de Tharbad, que ha venido para ser el Senescal de Sil Auresse. Señores, he traído a los mejores porque Sil Auresse lo necesita, porque Sil Auresse quiere dar lo mejor de los valores de los hombres. Quiere devolver esta tierra rota la ESPERANZA y el HONOOORRRRRR!!!

Ayla se apartó y dejó paso a Curudae.

Desde que Ayla pronunció sus primeras palabras, notó como la multitud se interesaba. [76] Muchos la habían reconocido y a otros les sonaba la historia. La posada donde trabajó, la Oveja Cebada, era conocida por todos. [73]. La presencia imponente de Khôradur portando el estandarte hizo que les prestaran más atención si cabía. Al desenrollar el estandarte lo vio Ayla por primera vez. No era quizá el estandarte definitivo, ya que se había hecho con poco tiempo. Pero aún así le dioun vuelco el corazón…

Se escuchaban aplausos, y  al gritar “esperanza y honor”, hubo grandes aplausos y vítores. Ayla le dio paso a Curudae, quien se colocó junto a ella y a Khôradur.

-Saludos, gente de Metraith. El territorio del que os ha hablado la Dama Ayla se encuentra a unos pocos días de viaje de aquí, hacia el río Brandivino. Lo conocéis quizá como Tiramarth, su nombre de antaño. Pero desde ahora y para siempre será conocido con Sil Auresse, el “Amanecer de la Luz”. Porque luz es lo que vamos a traer a estos tiempos oscuros. Luz y esperanza. Sé que algunos de vosotros tenéis o habéis tenido granjas allí. Os obligaron a abandonar aquellas tierras las guerras, el Señor de la Guerra, los lobos, la Plaga y otras epidemias… Otros quieren empezar de nuevo en un lugar, en unas tierras seguras y protegidas. Ahora se abre una gran oportunidad, vuestra gran oportunidad. Se construirán molinos, un castillo, un pueblo entero desde sus ruinas… Hay acres y acres de tierras de cultivo y pastos para las ovejas. También necesitaremos personas capaces para nuestras tropas, para nuestras tiendas, nuestros talleres. Es hora de dar el paso, tener el valor de luchar por un sueño. Antes de regresar a vuestras casas hoy, pensad que a tan sólo unos días de viaje por el camino hacia el sudoeste está Sil Auresse, vuestro hogar si así lo deseáis.

A pesar de no ser un gran orador, Curudae había cumplido bien su papel y la gente estaba interesada y entusiasmada [75]. Algunos, más escépticos, le preguntaban por la seguridad, por la amenaza de las bandas de orcos reductos de Dagorhir y los lobos… Esto le dio pie para que presentara a Khôradur, quien dio un paso al frente.

-Yo estaré a cargo de la seguridad. Algunos me conocéis de antes, otros me conocerán. Soy un hombre de palabra, y de honor. Sil Auresse tendrá una fuerza militar para nuestra protección y la protección de nuestro territorio. No buscamos guerras ni conquistas, tenemos más que suficiente con las tierras que tenemos. Todos en Sil Auresse recibirán adiestramiento básico en las armas. Los que habiten en Sil Auresse no tendrán que servir en el ejército para luchar en guerras en otras tierras para el beneficio de los señores feudales. Únicamente se convocará la milicia en caso de amenaza para nuestra región. No dependemos de ningún otro señor de Cardolan, pero tampoco estamos enfrentados con ninguno. Todo aquel que quiera abandonar Sil Auresse el día de mañana, será libre de hacerlo. Y podrá llevarse consigo lo que sea suyo. Pero mientras permanezca en el territorio, acatará las normas que permitan la paz y la seguridad de todos.