Partida Rol por web

Sil Auressë

Los tapices de Vairë

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05/01/2019, 19:34
Theon

Epílogo Theon

Parte III: Los nacidos del eclipse

Parte de los Garan Gwalorn comparten recuerdos y sueños

Theon y Arthondir se sumaron a la mesa en la que estaba sentado el Sargento Agnor, el norteño había demostrado ser eficaz en el combate como pocos guerreros, se había ganado el apodo de "Matahuargos" y con justa razón. Su coraje inspiraba a quienes estaban alrededor, y su nombre sería leyenda en Sil Auressë. Theon aún recordaba el combate con el Uruk en la granja como si hubiese sucedido apenas unas horas atrás, esa fue la primera vez que habían combatido juntos y desde ese momento no dejaron de hacerlo hasta obtener la victoria. Aaren se había unido a la mesa para compartir una jarra de cerveza, juntos le contaban a Arthondir las hazañas que habían vivido, en versiones mucho más épicas y vívidas de las que podía escuchar de otra boca. No pasó mucho tiempo hasta que la puerta de la taberna se abrió y entró Tarbrand, para sumarse al grupo. El montaraz era el hombre más fiel a Echorión que había conocido, su compromiso y lealtad eran absolutos, así como su bravura en el combate, y se alegraba de verlo. Bromas y risas surgían de los cuatro amigos, cada uno de ellos se había jugado la vida por el otro, aún conociéndose poco, y habían acompañado a Melechtor al momento de dar nacimiento al Garan Gwalorn. El grupo había tenido bajas, pero otros al igual que Arthondir se habían sumado y compartían su suerte, sin lugar a dudas habían sido la clave para inclinar la balanza en favor de Sil Auressë.

El Garan Gwalorn era más que un grupo de jinetes, era un símbolo viviente de una idea que estaba más allá del entendimiento de sus miembros. Había entre ellos hombres que protegían Sil Auressë, que no sólo era una aldea, sino que se estaba convirtiendo en el punto de partida de algo nuevo en Cardolán, había hombres fieles a Lord Echorión, quien estaba llamado a mucho más que el principado de Girithlin y podía llegar a unir lo que por siglos estuvo separado, había también hombres libres que por su propia convicción se jugaron la vida para proteger la región de los ataques de la oscuridad alimentados por su generosidad y valentía, e incluso había hombres del reino vecino de Arthedain preocupados por el destino del los dunedain de la región. El viento rojo se había levantado y había arrasado con fuerza sobre el enemigo, pero su soplo no había cesado, estaba vivo, latente en cada uno de sus miembros. Cual será el futuro de todos nosotros?, se preguntaba Theon mientras escuchaba a cada uno hablar, hasta que no pudo contener su voz - Y que será de nosotros ahora? Más allá de nuestras lealtades, hemos unido nuestras armas para enfrentar la oscuridad, y hemos vencido. De nosotros depende avivar esta llama para que siga ardiendo. Para mi sería un honor seguir compartiendo mi acero y mi sangre con ustedes - Sus palabras reafirmaban lo que seguramente todos ellos pensaban.

Un viento ancestral se ha levantado,

los astros marcaron su nacimiento 

y se anida en los corazones de los hombres.

Ay de aquellos que se enfrenten a la roja tempestad!

Notas de juego

Máster, esta es la parte 3. Son mas que nada reflexiones y dar pie a que se desarrolle el tema del nuevo símbolo y la promesa que nos una. Me parece la parte más difícil de compaginar (somos 5 en simultáneo!), espero quede bien :)

Pongo en copia al resto por si suma para su cierre (Aaren y Arthondir me consta que lo están armando hoy también XD).

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05/01/2019, 19:41
Theon
Sólo para el director

Y Colorín Colorado... esto ha llegado a su fin para Theon y Norión.

Me gusta como han quedado los epílogos, gracias por permitir este cierre (la verdad que todos los personajes se merecen este pequeño momento de cierre, y la historia también!) es algo de lo que se disfruta mucho, al escribir el de uno y al leer el del resto, así que cuando lo termines me sentaré a verlo con calma :)

Seguramente esté todo el verano (aquí es verano XD) leyendo de a poco toda la historia, como un buen libro!

Felicitaciones Tingwe, has hecho historia con Sil Auressë ;)

 

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05/01/2019, 20:17
Director

Muy buenos todos los epílogos. Estoy muy agradecido por el esfuerzo para plasmar esta idea (otra aventura más dentro de la aventura, ésta de crear una escena de mecánica para confeccionar un epílogo entre todos). Al final va a quedar muy bien para darle un cierre a la partida. En todos los años que llevo dirigiendo campañas en la Tierra Media, pocas veces ha habido un final propiamente dicho, como mucho un punto y aparte. Y nunca un epílogo tan desarrollado, pero creo que Sil Auressë se lo merece. Y los jugadores sobre todo, porque entre todos hemos hecho algo extraordinario con esta partida.

Seguro que disfrutarás del "libro", echaré en falta una escena de la partida para tener feedback de la lectura pero bueno estarán los MP.

Voy a seguir encajando los textos que aún me queda trabajo. Un saludo

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05/01/2019, 20:33
Agnor
Sólo para el director

Por favor, ¿un poco de contexto para el epílogo?

¿El de Ferrim ocurre en el mismo tiempo que el de Agnor? (día, hora...). ¿Y cuándo sería respecto al final de la batalla? ¿Una semana después? ¿Dos?

Me habías indicado que Ferrim podría estar trabajando en la forja y de pronto entra alguien. ¿Cierro ahí el texto? ¿Sé quién entra?

¿Ha muerto alguno de los enanos que deba recordar en el epílogo?

Entiendo que el asunto de los jinetes es que Agnor entra o va a estar en la taberna reunido o encontrándose con sus compañeros. Lo mismo que con Ferrim, ¿cuándo ocurre esto?

Hace un millón de años preparamos para Agnor un par de pnjs, padre e hijo, conocidos suyos de su feudo familiar. ¿Siguen vivos?

Muchas gracias, y de verdad disculpa todos mis retrasos.

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05/01/2019, 20:56
Director

Vamos con el contexto. El de Ferrim ocurre a la vez que el de Agnor, en una noche despejada (o tarde que avanza hacia la noche), sin lluvia y una temperatura agradable para ser otoño. Hace como 10 días o quizá 2 semanas que terminó la batalla de la forja y lo del castillo, pero después llegaron las tropas de Echorion que han estado luchando en el sur (sin vosotros). Es ahora cuando se recupera cierta normalidad en la aldea y se ha organizado alguna celebración (como por ejemplo la reunión de los Garan Gwalorn).

Me habías indicado que Ferrim podría estar trabajando en la forja y de pronto entra alguien. ¿Cierro ahí el texto? ¿Sé quién entra?

Sí, no quería decirte nada más porque aún estaba por cerrar la escena. Ahora ya has visto que al final vuelve Sir y también Benaldamat. Son ellos dos los que llegan. Resulta que el elfo Benaldamat necesita usar la forja para una cosa suya (necesita inscribir unas runas en su espada, una especie de ritual mágico donde deja constancia del sendero recorrido).

Como Benaldamat ya ha escrito su epílogo, yo situaría el de Ferrim justo después de él (en vez de antes como había pensado). Más que nada porque su texto empieza así: 

Benaldamat se encontraba en la puerta de la forja de los enanos junto a Enila. Los enanos le habían permitido utilizar su forja, pero antes les tuvo que contar su historia. Toda aquella que había sucedido con Angenkurth como compañero. Y así fue como con frente a un barril de cerveza Benaldamat les contó cómo conoció a Angenkurth, como combatió y como cayó en combate. Los enanos estiraban de sus barbas y maldecían cuando les relato cómo murió su amigo. Y después de aquella historia, accedieron a dejarle la forja. Enila estaba presente junto a Benaldamat, y apenas se separaban desde que llegaron a Sil Auressë.

Y juntos esperaban a la hora perfecta.

Igual que hay una reunión de los Garan Gwalorn, parece que en la forja se van a juntar unos cuantos Guardianes de Enila (Benaldamat, Norion, Denelloth, etc). Van llegando poco a poco. No queda muy claro quién los ha convocado, podría ser cosa de Ferrim si lo ves lógico.

¿Ha muerto alguno de los enanos que deba recordar en el epílogo?

No directamente, aunque el enano que nombra Benaldamat (Angenkurth) murió antes de los sucesos de esta partida. Era compañero de Benaldamat y llevaron su cuerpo hasta Azan para que fuera enterrado allí. Y así conoció Benaldamat a algunos de los enanos de tu pueblo que valoraron ese gesto. Por aquel entonces, la expedición de la que formas parte ya había salido y por eso no coincidiste allí con Benaldamat, pero sí recuerdas a Angenkurth (por si quieres hacer alguna mención a algún enano caído, pero no es necesario tampoco).

Entiendo que el asunto de los jinetes es que Agnor entra o va a estar en la taberna reunido o encontrándose con sus compañeros. Lo mismo que con Ferrim, ¿cuándo ocurre esto?

Hay un esquema de los textos de la taberna (sucede en la misma noche). Puedes encajar el texto de Agnor como tú veas, que ya está allí o que llega y se encuentra con el resto. Quizá más sencillo si empiezas ya en la taberna, más que nada porque hay bastantes idas y venidas y puede ser un poco lío.

Hace un millón de años preparamos para Agnor un par de pnjs, padre e hijo, conocidos suyos de su feudo familiar. ¿Siguen vivos?

Hmm, sí los he encontrado.

************

Ornand tiene 16 años y es huérfano de madre. Tiene una hermana menor y otra mayor. Su padre, Horland, sirvió a la familia Guthild en la cría y trata de caballos y de ahí le viene su dedicación como mozo de cuadra. Vivían en la aldea situada a los pies de la colina, y su madre murió durante la peste, junto a tanta gente de la población. La enfermedad, las penurias y la guerra asolaron la aldea y la torre, y abandonaron el lugar poco después de la muerte del padre de Agnor. Vagaron por Cardolan y tardaron poco en encontrar Sil Auressë, una población que prometía prosperidad y refugio. Llegaron a Sil Auressë con la primera caravana de Metraith. Agnor se alegró de encontrar unas caras familiares allí.

Con sus antecedentes no es extraño que tanto Ornand como su padre se dediquen al cuidado de las caballerizas y establos. Concretamente Horland ha tomado a su cargo los trabajos menores de herrería relacionados con la caballería: herraduras, bocados..., labor en la que Ornand participa aunque prefiere más el cuidado directo de los animales y la monta. No tardará en destacarse como un domador habilidoso y buen jinete. Está fascinado con el vigoroso Atreo, uno de los caballos de Agnor, animal que en el que desea cabalgar.

Horland sirvió bien a los Guthild y durante muchos años participó en las partidas comerciales hacia Metraith a vender los potros, acompañando al padre de Agnor (mientras este pudo) o a su hermano. Agnor mismo estuvo en esas caravanas, desde que tuvo edad de montar. Es por eso que conoce bien a esta familia y confía en ellos.

Ornand, pese a reconocerse como "sirviente" o mero trabajador de Sil Auressë, no es ajeno a la llamada juvenil de la aventura y fantasea con poder llevar alguna vez su propia espada.

Su familia:

Horland: el padre tiene unos 40 años. Es un hombre serio y enjuto, veterano criador y domador de caballos, y también soldado hace muchos años. Desconfía de los intereses de los señores y recela de todo lo que huela a guerra. Desaprueba totalmente el interés de su hijo por convertirse en guerrero, y vería como algo malo que fuera nombrado escudero u hombre de armas.

Belissa: la hermana mayor tiene 18 años. Es una joven disciplinada que ha tomado el papel de "madre" que falta en la familia. Cuida de la casa y le gusta entretenerse en el pequeño huerto familiar del patio donde cultiva tanto hortalizas como flores. Para los cánones humanos sería guapa aunque algo mundana. Más llamativa que hermosa, esta campesina podría sacarse más partido si fuera coqueta y/o supiera serlo. En ese aspecto, uno de sus pocos "vicios" son los lazos bonitos. Sueña con tener un vestido precioso.

Mae: la hermana menor, 12 años. Sonriente, traviesa, juguetona e ingenua. Lo que más le gusta es jugar con Ruco, el pequeño perro de la familia, y hace poco ha descubierto la lectura, algo que le apasiona pero no tiene mucha oportunidad de hacer. Ha descubierto la poesía y se ha fascinado, y los relatos de aventuras y caballeros la hacen soñar. Como Belissa, es una niña guapilla, que quizá resulte hermosa en unos años. De momento, es descuidada con su imagen y brutota de comportamiento. A veces parece más un chico que una niña.

**************

Pues han sobrevivido (salvo que quieras darle algún toque dramático al epílogo y lamentar la muerte de alguien, o que estén heridos etc). La aldea fue evacuada y mientras subían hacia el castillo fueron atacados por huargos (luego llegó ayuda de Metraith, con Milzarak y otros). Sufrieron algunas bajas y hubo heridos, pero ya que a estos PNJ aún no hemos podido usarlos en la partida me parece bien que hayan sobrevivido. Si te parece, podrías situar el inicio del epílogo de Agnor en la taberna charlando con ellos y luego te incorporas a la celebración de los Garan Gwalorn por ejemplo. Es solo una idea.

No te preocupes por los retrasos o ausencias, entiendo que son fechas complicadas. Aunque es cierto que se te echaba un poco menos en la escena final.

Una de las cosas que se quedó abierta eran los documentos que aparecieron después del encuentro con aquellos mercenarios en la zona de Dol Caladir. Lo tengo en pendientes para meter de algún modo en el epílogo, por si quieres hacer una mención.

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05/01/2019, 22:11
Aaren

Grandioso Theon. No esperaba menos del mejor estratega de Dol Tinare y amigo inseparable de mi Errante^^

No queria desaprovechar la ocasión para felicitarte particularmente.
Amén del estupendo trabajo del Master y por descontado de todos mis compañeros, creo sinceramente que Ozick, eres un jugador de Merp de una categoria como nunca antes habia visto hasta ahora.
Estoy seguro que Tingwe estará de acuerdo conmigo^^

Tengo ademas la suerte de compartir contigo también la partida de "los albores de la tempestad" donde se ha constatado tu increible conocimiento e implicación de la tierra media y el espiritu de la obra de Tolkien. Todo eso bien aderezado de una biena dosis de talento narrativo.

No podía haner imaginado um mejor compañero para mi PJ Aaren al que como tantos otros de mi creación tengo tanto cariño.
Para mi ha resultado un auténtico placer poder intercambiar palabras escritas contigo, con ambos. Por razones de trasfondo, esta claro que Sil Auresse no hubiese sido lo mismo sin Theon para Aaren, pero estoy completamemte convencido que para muchos otros jugadores tu presencia ha resultado igual de importante.
Por mi parte solo darte las gracias por todo lo que me has hecho disfrutar, motivandome e impulsandome a mejorar para poder dar una réplica, sino a la altura de las tuyas (cosa harto difícil), al menos que no palideciese a su lado.^^

Estoy deseando poder leer el resto de la aventura, especialemente las partes que atañen al resto de tus PJ aqui en Sil Auresse.
Por mi parte hace ya tiempo que tienes un positivo Umbriano como una Catedral. En cuanto disponga de algo de tiempo lo trasladaré a la web para que conste.

Notas de juego

Master, en cuanto a mi epílogo. Todavia no he podido terminarlo^^'.
Pero como no me gusta faltar a mi palabra, te paso a continuación la primera parte que ya si tengo, creo, terminada.

Faltaría la parte común, la primera es algo mas individual. Y la segunda será un poco la consecuencia de ésta.

Su extensión sera parecida. Temo que me he vuelto a exceder en lineas, muy a mi pesar. Pero queri hacer una especie de recorrido por la aventura a traves de los ojos de Aaren, y necesitaba cargar todo de simbolismo. Espero que el modo en que lo cuento, no os resulte muy pesado ^^'

La segunda parte tendrá un poco de aplicar la consecuencia de esa visión...y la particular visión de la misma por parte de Aaren, que derivará en la propuesta de la nueva unión.

Te marco a ti tambien Theon, en deferencia a tu post y al mejor amigo de Aaren.

Pd: Me ha gustado mucho tu idea de nombrar el epílogo con un título. Asi que espero que sepas perdonar mi atrevimiento de copiarte la idea^^

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05/01/2019, 22:54
Aaren

Epílogo Aaren_ Parte 1:

El Ermitaño Herrante

El implacable manto de la noche se cernía inexorable sobre la meseta Cardolaní, sus negros brazos se extendían a través dela llanura arrastrando una sombra de miedo sobre los corazones de las gentes de Sil Auresse y sus fríos dedos descarnados congelaban las esperanzas de mujeres y niños, encogiendo y aplacando el coraje de los más aguerridos luchadores.

Era tarde, y el frio atenazaba lo sentidos. La oscuridad había ganado su eterna lucha con el sol, pero el cielo estaba despejado y una luz de esperanza iluminaba todavía el firmamento, un reguero de estrellas se estremecía en lo alto, confiriéndole el aspecto de una lúgubre marcha fantasmal.
Aaren se demoró un tiempo en el exterior de la taberna, cuando todos hubieron entrado. Como tantas otras veces, cuando era apenas un muchacho, sus ojos se perdieron en la procesión de luces que bailaban centelleando sobre el escenario que propiciaba la bóveda celeste.
Desde muy joven ya, su hipnótico baile le había fascinado, atrapando su mente en un velo de ensoñaciones. No necesitaba más que observar aquella sinfonía de astros luminosos para sentirse transportado a un mundo completamente diferente. Un mundo donde todas las penurias de la Tierra Media carecían de importancia.
Podía sentir la calidez que emanaba de aquellas luces y absorberla como hacían las hojas de los árboles. Allí estaban Borgil de rojo carmesí, y a su lado Morwinyen, “la chispa del crepúsculo” que tantas noches le había salvado de la locura en sus días de encierro. Ccerca de ellas Telumendil y Menelgavor los gemelos que ansiaban eternamente encontrarse con sus manos extendidas, sin lograrlo nunca....la corona de Durin, a la que los hombres llamaban el carro y su favorita, Soronume, que como su padre le había contado una vez significaba Aguila del Oeste, o El águila que desciende... pero sobre todos brillaba majestuosa Isil la doncella que les había acompañado durante la batalla de la loma oscureciendo el sol.
Aquella tarde la doncella había sangrado tiñendo de rojo el horizonte Sil Auresse, pero ahora brillaba con renovadas fuerzas, y un fulgor claro y plateado bañaba las copas de los arboles cercanos como vertidos desde un cántaro mágico. La oscuridad había sido rechazada y su amplia sonrisa, más amable que nunca se mostraba ahora en todo su esplendor.
Su mente viajo de nuevo en el tiempo, y volvió a la lago Nenuial con sus padre y su hermana...miraba ahora a través de los ojos de Soronwe, y era un águila...y a lo lejos, entre los árboles, encontró los iris de su madre y de su hermana y los fuertes brazos de su padre.....pero el águila no se detuvo y siguió avanzando, surcando el cielo con rapidez. A lo lejos, s e recortaba ya la silueta de las montañas azules, y tras ellas, una nube negra crecía grotesca y desesperada. De su nucleo ponzoñoso irradiaban relámpagos sombríos, augurios de tormenta y tempestades.
El águila se acercó a la vertiente oriental de las montañas y se refugió en una pequeña oquedad entre las rocas, pero una vez más, no se detuvo y se adentró en el corazón de la montaña descendiendo por su entrañas...y el corazón de Aaren se encogió....pues había regresado a Rakkas dum...a las estancias profundas de los orcos del nigromante....y desde los agudos ojos de Soronwe, pudo observar las mazmorras que tan bien conocía...y los brillantes ojos rojos de los Orcos brillando maliciosamente en la oscuridad....
Allí atisbo la figura de su amigo Thorian...y los lamentos de los condenados....
Al fondo de una de las galerías, un niño sollozaba en la oscuridad de una celda húmeda y maloliente, tan solo iluminada por un débil rayo de luz de luna que se filtraba por una abertura en el techo. El águila atravesó la estancia reparando apenas en la figura del muchacho que sostenía en sus brazos el cuerpo de otro niño...y se perdió por el orificio del techo.
Un impulso de luz ilumino entonces la visión del sueño como un sol cegador cuando el águila atravesó las rocas y salió de nuevo al exterior....un sol radiante brillaba en lo alto y la meseta Cardolaní se abría ante él...abajo quedaba el Nenuial...donde un hombre y un enano se despedían sobre la orilla del lago. El hombre contemplaba su rostro reflejado en la superficie del lago y lloraba por un pasado que se había perdido para siempre.... pero el águila tampoco se detuvo....voló y voló, cada vez más alto y más rápido, sin descanso.... y cruzo Eriador en dirección SurEste. Tras un largo trayecto planeando las corrientes provenientes del Belagaer descendió y pareció buscar descanso en las ramas de un árbol que crecía a los pies del camino. Allí había una posada,7 estrellas dominaban su entrada y en su interior, una escena se representaba. Soronwe escruto a través de las ventanas y su penetrante vista se recreó en lo que allí sucedía. Dos perros salvajes peleaban espalda con espalda contra una jauría de lobos...uno era blanco como la nieve, el otro gris, como un puñado de ceniza que recién se desprende de las ascuas de la hoguera. Uno de ellos, el blanco, vestía un collar negro con un grabad: Un escudo blanco y luminoso, sobre una luna creciente. El otro, llevaba un Collar blanco y en su centro un Águila desplegaba sus alas contra una luna menguante.....los hombres sometieron a los lobos y sus cuerpos se fundían en un abrazo cuando el águila retomo el vuelo de nuevo...
La visión se tornó entonces más artificial, como un bosquejo perfilado sobre un pergamino inmaculado. Sus alas se desplegaron contra un cielo blanco y un horizonte desprovisto de color y rociaron el viento de tinta gris y ocre con cada aleteo....una gran loma se distinguía en levante y hacia allí se dirigió.

Sobrevoló una granja y en los tejados de los graneros vió la sombra de un hombre encapuchado que se abalanzaba con letal precisión sobre un par de orcos....los caballos relinchaban en las cuadras donde el crepitar delas llamas y un humo blanco envolvieron la escena. Entonces el cielo se oscureció y el águila volvió su vsita al firmamento unos instantes, para cuando sus ojos volvieron a la tierra, abajo....una sombra negra se extendía sobre la llanura rodeando la loma....crecía y crecía amenazando con cubrirlo todo de oscuridad....pero en aquel momento el sol se manchó de rojo y la luna pareció llorar gotas de sangre...cuando aquellas lagrimas alcanzaron la llanura formaron un torrente rojo carmesí y el torrente se precipitó ladera abajo como una roja tempestad...y a medida que se acercaba a la sombra se hacía más grande e intenso....y cuando golpeó a la oscuridad se había transformado ya en una lanza que atravesó la sombra como una saeta inquebrantable y la sangre tiño de rojo de llanura...
Soronwe replegó sus alas, descendió en picado sobre la tierra para abrirlas tan solo cuando el suelo estuvo a punto de devorarla y empezó a rasear el campo de batalla...
y una vez más, Aaren se reconoció tendido en la arena de la loma....un hombre gritaba un nombre con una flecha clavada en la espalda, no podía oírlo, pero un nombre conocido se dibujó en su mente como grabado fuego sobre su frente....no muy lejos de donde se encontraba, otro respondía con un alarido ensordecedor, terrorífico. Estaba postrado de rodillas, y numerosas saetas atravesaban su cuerpo. Su sangre cubrió el último rastro de sombra y el águila retomo el vuelo y ganó altura de nuevo.
Subió y subió, y enfrente se alzaba un gran acantilado con un estrecho desfiladero. Se internó por el desfiladero y sorteó una lluvia de rocas, atrás sonaban los lamentos de los lobos y unos puntos rojos se apagaban entre las piedras...
Cuando finalmente superó el desfiladero una nueva visión se abrió ante él. La llanura se dividía límpida a ambos lados, y en el fondo, un castillo de arena coronado por un sol radiante se elevaba en el promontorio que dominaba los alrededores.

A los pies de castillo, una batalla se libraba. Un hombre de escudo blanco daba órdenes y arengaba a las masas.... mientras, en el vado, un guerrero rubio abría un Huargo de par en par, atravesándolo con una espada inmensa y más allá, un encapuchado se dirigía al galope hacia las puertas delo castillo. En las almenas, rostros amigos lo recibían con una sonrisa. Un hombre sombrío alzó su brazo y silbó con fuerza. Estaba muy lejos, pero podía percibirlo con claridad, una capucha le cubría el rostro pero el animal no dudo en dirigirse a su encuentro. El águila se precipitó sobre la más alta torre del castillo y se posó en el hombro de aquel hombre. En su brazo portaba un ribete de color gris. En él había dibujado un emblema que pudo diferenciar con total claridad: una media luna roja sobre un fondo negro del que partía un destello de luz amarilla. Su rostro empezaba a despuntar bajo la capucha...y una gran sonrisa se atisbaba....pero cuando por fin iba este iba a revelarse, una intensa luz tomo su lugar, y Aaren, desconcertado y algo aturdido por aquel destello cegador, regresó de nuevo a la taberna, sus ojos perdidos en la luz de Isil y una mano en su hombro que lo llamaba.
Era su amigo Theon, dentro lo esperaban...

Aaren sonrió a su amigo y lo acompaño a la entrada. Antes de entrar, los dos halcones se abrazaron. Las palabras no fueron necesarias. Ambos se alegraban de estar vivos.
La noche era joven todavía, y nadie entonces, de cuantos habrían de reunirse en aquel rincón de Sil Auresse, amigos y camaradas, podrían siquiera imaginar los grandes frutos que en años venideros germinarían de las semillas que aquella noche se plantarían alrededor del fuego de un humilde hogar de taberna.

Notas de juego

Acabo de copiarlo desde un word y ya apreció numerosos errores, ortograficos y de acentuación y puntuación. Espero corregir la mayoría para cuando tenga la version de la segunda parte. Y dividir mejor los parrafos.

Solo queria mandarte algo antes de irme a dormir, para no faltar a mi palabra.

Feliz noche de Reyes para ambos.
Por Sil Auresse!... Y "la luz tras las sombras"^^

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05/01/2019, 22:58
Director

Pd: Me ha gustado mucho tu idea de nombrar el epílogo con un título. Asi que espero que sepas perdonar mi atrevimiento de copiarte la idea^^

Ya se lo he copiado también XP

He puesto título a los epílogos que me han llegado sin título. Creo que queda curioso, y es una muy buena idea. Denelloth hizo algo parecido con los suyos, aunque no estoy 100% seguro de si los usaba para diferenciar las partes o como un verdadero título. Pero aparecerán en el epílogo.

Sobre el nivel mostrado por Ozick en esta partida poco puedo añadir, un verdadero placer haber sido testigo de su compromiso para con la historia y esos dos grandísimos personajes. Aaren estoy seguro que disfrutarás leyendo las andanzas de su otro personaje Norion.

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05/01/2019, 23:47
Theon

Me alegro que lo de los títulos haya resultado una buena idea! a mi me sirvió para organizarme y luego me terminó gustando el tema de encontrar el título apropiado XD (y la foto, pero en eso me inspiré mas con Norión que con Theon).

Gracias por las palabras de ambos, aprecio realmente lo que dicen y me es grato saber que han disfrutado de las escenas de Theon. Aaren, la verdad es que a mi me da gusto leer tus post... el master puede decirlo, ese cuarteto que se armó (agnor, aaren, tarbrand y theon) ha tenido condimentos invaluables... buenos post, compromiso, entusiasmo, equipo... y he disfrutado esta parte de la aventura (fue para mi una partida en sí misma, que recién sobre el final se enlazó con sil auresse).

Aaren tus post son muy buenos , tienes una gran capacidad para hacer realistas las descripciones y vivencias de un modo que da gusto. Así que debes saber que yo también disfruto de tus post :). Cosas de la vida, Aerandir resultó ser quien mejor se lleva con Brothwen, aunque en esa el montaraz soy yo ;). En esa partida Aerandir es quien tira las riendas del grupo (aunque Brothwen tiene una doble cara con su aspecto diplomático-comerciante, con la que estuvo haciendo de las suyas en dale, gondor y en rohan ... pero eso es otra historia ;) ). 

En cuanto a Norión... pues... es el mejor personaje que he jugado, realmente. No hay nada parecido al anamarta. Arrancó en lo más bajo que se podía arrancar y terminó casi a la par de Ayla. Y termina siendo central en otra trama paralela y mística que es fascinante (no es que no me guste lo vivido en batalla, y que el aspecto político no estuvo muy bien, sino que a mi gusto, la parte mística ha sido... de lo mejor que jugué por aquí... realmente fue mágico!). Para darte una idea, llegué a hacer 4 post por turno (ej. 4a, 4b, 4c, 4d) cada cual con distintos destinatarios según sea lo que decía, lo que se veía, lo que pensaba y ya no me acuerdo el cuarto XD. Ojalá disfrutes esa historia (la escena de El Monolito, tiene el tamaño de toda una partida chica de umbría, y no tiene desperdicio, y la jugaba en paralelo con la batalla de la loma, que fue otra gran escena de esta partida, así que me la pasaba en esta partida por ese entonces XD).

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06/01/2019, 09:26
Agnor
Sólo para el director

Muchas gracias, me será de ayuda.

 

Una de las cosas que se quedó abierta eran los documentos que aparecieron después del encuentro con aquellos mercenarios en la zona de Dol Caladir. Lo tengo en pendientes para meter de algún modo en el epílogo, por si quieres hacer una mención.

Me acordé de esto al leer que Aelloth estaba vivo. Creo que te refieres a la carta que le di cuando huyó de la batalla del paso, ¿no?

 

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06/01/2019, 10:11
Director

Sí, los que te dejó Murl. Aelloth los entregó a Curudae (hay un trozo de la escena donde dice que tiene que hablar con Curudae en privado, pero no especifica motivo). También puedes situar a Aelloth en la taberna y comentarlo si lo consideras oportuno. Por cerrar temas.

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06/01/2019, 10:42
Agnor
Sólo para el director

¿Debería yo saber lo que ponía en esa carta? Es cosa privada de los jefes, ¿no? Yo solo intenté entregarla.

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06/01/2019, 10:53
Director

Exacto, solo eres el mensajero. Es por concluir esa misión también en esta partida ya que puede ser una semilla de aventuras futuras.

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06/01/2019, 11:15
Agnor
Sólo para el director

Ok, gracias. Creo que le haré una mención a Aelloth y poco más.

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06/01/2019, 14:29
Director

¿Cómo van los epílogos de Girion y de Anael?

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06/01/2019, 17:15
Director

No te preocupes por las erratas o por el espacio entre párrafos, de todos modos lo estoy pasando todo a Word para editarlo allí como un único documento de texto.

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06/01/2019, 20:43
Ferrim, hijo de Ferric
Sólo para el director

Dejo aquí un intento de epílogo para Ferrim. Me temo que no me ha salido muy emotivo ni especialmente inspirado. Pero creo que cierra un poco lo que queríamos mencionar.

 

La forja había resistido el asedio, porque no podía ser de otra manera.

Los khazad defienden su hogar hasta el último aliento, hasta la última piedra. Y allí, en Sil Auressë, en tierras lejanas y extrañas para los enviados de las Colinas de Hierro, aquella forja era lo único. Lo más parecido a un hogar en la montaña, sin estar en la montaña ni en el hogar.

Quienes intentaron arrebatarles su sitio llevaban muchos días muertos y sus restos se amontonaban en la parte trasera de la forja, donde no ofendieran a la vista. No sus cuerpos, claro. Esos habían sido incinerados en grandes montículos en un lugar apartado, donde tardaría mucho tiempo en volver a crecer la hierba.

No sus cuerpos, no. Su metal. Espadas, lanzas, corazas, cotas, herramientas. Los restos de un ejército de cientos de orcos se iban acumulando poco a poco cerca de la forja, saqueados por los propios enanos y por sus aliados de la aldea que comprendían que después de la desgracia hay que trabajar para la prosperidad.

No era el mejor metal. De hecho era un hierro mal trabajado, mal aleado, sucio en su composición. Pero los enanos sabían que seguía habiendo hierro en esas herramientas, un hierro que merecía respeto como todos los hijos de las raíces de Arda. Un metal mancillado que en las manos adecuadas podría volver a fundirse, limpiarse y purificarse. De donde había una cimitarra negra podrían renacer unas espuelas.

—Traednos su metal—habían dicho los naugrim a los habitantes de la aldea. Y poco a poco iban llegando los restos del saqueo. Porque nadie quería un trofeo de guerra que oliera a orco, y no tenía sentido dejar que todo aquello se oxidara en los campos. Los pragmáticos enanos no iban a permitir que de esas armas no pudieran salir cerraduras, bisagras, cacerolas y remaches.

Era una labor desagradable tocar lo tocado por los trasgos. Pero era útil. Como un enano.

Uno de ellos, Ferrim, se sentía especialmente útil en aquellos días. Toda la aldea hervía de actividad. La victoria no traía el descanso. Había heridas que sanar, edificios que reconstruir y muertos que enterrar. Había que reiniciar el comercio, procurar alimento y limpiar el estropicio.

Ferrim se había dedicado a lo que mejor sabía hacer. Forjar, rearmar y reconstruir. Pero aquella tarde de otoño, cuando el sol iba casi cayendo, ya no era hora de trabajar. Los enanos habían limpiado la forja, bajado los fuegos, encendido las lámparas y dispuesto las mesas.

—Los invitados no tardarán—murmuró Ferrim. Había sido el último en abandonar el taller.

Ferrim, el hijo de Ferric, de los Bálamar de las Colinas de Hierro, había esperado a encontrar un día como aquel para hacer su obra. Aunque las heridas seguían curándose, el sosiego empezaba a ser posible en Sil Auressë y los ritmos volvían a la normalidad. Se encontraban momentos de silencio.

Era esa tranquilidad la que Ferrim había esperado para hablar con Hakk, el martillo de su familia. Allí, en el taller, Ferrim había orado y trabajado en aquel portento de metal que había forjado miles de armas y revelado el tatuaje secreto del monolito. Ese era su legado, su historia, y debía ser recordada. Por eso, en soledad y silencio, Ferrim había escrito la última gesta de Hakk en el propio Hakk.

Cuando Ferrim acabó de tallar en el monolito, había recogido algunas grandes esquirlas de la piedra antes de abandonar el claro, reliquias importantes para él, para su clan y para Arda. La esencia de Mahal estaba en ellas, la vida de la piedra renacida y limpiada de horrores y ponzoña.

Ahora, la mayor de esas esquirllas, tal y como había nacido, se encontraba en Hakk. Incrustada en la cabeza como una piedra preciosa en una joya de oro, esa esquirla basta, sin alterar, limar ni tallar, ahora viviría para siempre en Hakk, como legado y recuerdo. La fusión completada entre el martillo que había sido creado para aquel momento y la roca que lo había esperado durante tanto tiempo.

Alrededor de la piedra, líneas y trazos dibujaban runas de brillo dorado y azul. Runas que contaban aquel viaje de Hakk y su trabajo en el monolito, y cómo su especial acero enano había conocido a las runas de los Enach.

Todo encajaba y cuadraba, como aquella esquirla en el martillo. Había sido escrito para que así fuera. Más allá de los tiempos, una antigua alianza casi olvidada renacía. Los Enach querían a los antepasados de Ferrim trabajando con ellos, y habían escrito un secreto que solo podía relevarse, y ser útil, cuando Ferrim, el hijo del noble Ferric, llegara a esas tierras lejanas a firmar, de nuevo, el tratado entre ambas familias.

Ferrim no había dejado de pensar en ello desde entonces. Tampoco en ese momento, después de lavarse y vestirse más presentable para la visita que venía. Los Guardianes de Enila venían a saludarse y, quizá, conocerse. Y sobre la mesa de recepción, en el centro, Ferrim colocó a Hakk en una posición de honor.

No estaba solo.

A su lado, y junto al reconstruido, embellecido y mejorado yelmo que el propio Ferrim había tomado el compromiso de obsequiar al señor Korradur, en un atril bellamente decorado, descansaba el libro que reafirmaba que los khazad no se estaban equivocando.

Habían ido hasta allí para encontrar a los Enach y ese libro era el testimonio de que los Enach los estaban buscando a ellos a través del tiempo.

El libro no había sido dejado ahí por error. Un Guardián de Enila iba a venir.

Uno con el que, contra todo pronóstico, Ferrim había estrechado una alianza personal firme como la raíz de la montaña.

Uno al que Ferrim le había hecho una promesa más allá de toda esperanza: la de reunirse a estudiar, juntos, el legado secreto de aquella olvidada familia había escrito en ese viejo volumen.

Una delicada campanilla sonó en la puerta.

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06/01/2019, 21:10
Director

Pues me ha gustado mucho el epílogo. Muy en línea con el estilo propio que tiene Ferrim en cada intervención, y además dice bastantes cosas. Muy bien. El final igual tengo que modificar algún detalle para que haya mejor continuidad con el resto de los textos. Pero serían solo los tiempos porque puede que Norion entre antes. No lo tengo del todo claro aun. De todos modos, me sirve el texto perfectamente para cerrar la historia de Ferrim. ¡Qué gran enano y qué gran personaje!

Cargando editor
06/01/2019, 21:19
Ferrim, hijo de Ferric
Sólo para el director

Gracias.

El pj al que me refiero al final es Norión, por supuesto. Quizá estuviera justificado que esa campanilla que suena sea él llamando.

Cargando editor
06/01/2019, 21:21
Director

Sí, me refería a que llegaba Norion al final. Y eso supone un pequeño inconveniente. Porque resulta que es Norion quien trae el Libro de los Enach para dártelo ya en propiedad. Se lo quedó en la Cabaña y su epilogo gira un poco en torno a ese libro y concluye cuando acude a la forja para entregártelo. Lo fácil es cambiar el tiempo verbal del final como que ya te lo ha llevado, pero en ese caso la campanilla sería otro de los Guardianes.