Partida Rol por web

Una de las estancias más grandes de toda la academia, la biblioteca está compuesta por estanterías largas y altas como ninguna, llenas de libros y libros dedicados a todo tipo de materias relacionadas con la magia en todas sus formas.

Los libros están separados por secciones, dependiendo del área que se quiera estudiar. Hay también una sección tras una puerta cerrada, a la que sólo el personal puede acceder, en la que se examinan los libros nuevos que llegan a la biblioteca, ya sea mediante compra o por donaciones.

Los alumnos más veteranos dicen que tras esa puerta están los libros prohibidos de conjuros mortíferos y maldiciones antiguas. Otros dicen que está la colección de novelas no aptas para menores del vicedirector. De cualquier modo, ningún alumno ha entrado aún en esa sección. Aún.

Cuando entró a la biblioteca no se por que me sorprendo después de todo lo que he visto hoy, la biblioteca es inmensa y parece casi infinita.

Me acercó a lo que parece ser una recepción detrás de esta parece estar un hombre de semblante serio.

-Hum... ¿Hola? - Intento llamar su atención.

Leyendo una novela tranquilamente sentado tras el mostrador de préstamos de la biblioteca de la academia, el señor Takahiro Kurosawa apenas sí levantó la vista de su lectura cuando escuchó la voz que intentaba llamar su atención.

 -Buenos días.

El hombre perfectamente trajeado y peinado como si fuera el oficinista más serio del mundo levantó la cabeza lo justo para que sus ojos verdes se encontraran con los de Darrow.

 -¿Puedo ayudarle en algo, jovencito?

-La verdad no estoy seguro, soy nuevo y andaba recorriendo el instituto hasta que termine aquí. ¿Alguna recomendación para estudiantes nuevos?

 -Por supuesto.

Volvió a concentrarse en su lectura.

 -Espere a tener clase y entonces sabrá qué libros tiene que estudiar. No obstante… -Señaló las enormes y repletas filas de estanterías sin despegar los ojos de su novela- Si no hace ruido puede mirar por la biblioteca a ver si encuentra algo que le interese. Ahora si me disculpa…

No puedo evitar reirme al escucharle, su actitud odiosa y distante hacían antítesis con el comportamiento común.

-Supongo que veré que hay de interesante, sólo pensaba que eñuj experto en literatura podría recomendarme algún libro interesante o especial. - me volteo para ver si encontraba algo interesante.

 -Joven, admiro sus intentos de conseguir lo que quiere recurriendo a explotar las debilidades de carácter de las personas. Pero eso no funcionará conmigo.

Sin embargo, había vuelto a dejar de leer el libro para prestarte atención.

 -No recuerdo haberle visto antes, por lo que deduzco que o es nuevo o es un vago redomado que no se ha molestado en venir nunca antes a la biblioteca. Pero claro, es el primer día y está aquí preguntando por libros, por lo que tan vago no será, así que seguramente este sea su primer año aquí. Si busca libros adecuados para los niveles más básicos, mire en la sección del fondo a la derecha. Allí encontrará libros de encantamientos y magia básica. Si está en un curso superior, sólo avance desde esa sección hacia la izquierda. El nivel educativo de los libros aumenta en cada estantería.

Y dicho esto, volvió a centrarse en su novela.

Creó que ya consegui lo que quiero me rei levemente antes de irme

Gracias guapo la verdad es que el bibliotecario serio me parecía algo sexy, conquistarlo sería casi un reto imposible, y quizás prohibido. Fui a buscar los libros donde me había indicado.

Una de las estancias más grandes de toda la academia, la biblioteca está compuesta por estanterías largas y altas como ninguna, llenas de libros y libros dedicados a todo tipo de materias relacionadas con la magia en todas sus formas.

Los libros están separados por secciones, dependiendo del área que se quiera estudiar. Hay también una sección tras una puerta cerrada, a la que sólo el personal puede acceder, en la que se examinan los libros nuevos que llegan a la biblioteca, ya sea mediante compra o por donaciones.

Los alumnos más veteranos dicen que tras esa puerta están los libros prohibidos de conjuros mortíferos y maldiciones antiguas. Otros dicen que está la colección de novelas no aptas para menores del vicedirector. De cualquier modo, ningún alumno ha entrado aún en esa sección. Aún.

Cuando entráis en la biblioteca, podéis ver al señor Kurosawa, el bibliotecario, leyendo una novela sentado tras el mostrador de préstamos. También hay otro chico, un joven de pelo púrpura, que está recorriendo la biblioteca buscando libros.

Jurarías haber oído al bibliotecario decir algo mientras te alejabas, pero bien podía haber sido un mero suspiro de tan ininteligible que había sido.

¡Pero no era el momento (todavía) de centrarse en el apuesto bibliotecario! No, eran los libros los que requerían tu atención. Mientras te dirigías hacia la sección que el señor Kurosawa te había indicado como la más adecuada para estudiantes de primer año, oíste cómo dos personas más llegaban a la biblioteca. Al girarte, viste a dos chicas, una rubia y otra de cabello lavanda, que lo miraban todo con una curiosidad infinita.

Luego de no encontrar a nadie en el Ala Oeste decidieron ir a su siguiente destino, así que cuando entraron a la Biblioteca, Aetheldryd no pudo evitar sonreír de manera pacífica y cerrar los ojos un momento rememorando sus estancias en la tarde para leer cada libro que le encomendó la profesora Auriel con el propósito de entender mejor la magia que fluía en la familia Northwest y que ella heredó. De reojo observó a Renata esperando que no se sobresaltara demasiado para evitar algún problema en su primer día con el Bibliotecario, así que en el umbral de ese gran recinto le habló en voz susurrante, casi inaudible.

-^{El bibliotecario se llama Takahiro Kurosawa, las normas son las mismas que en cualquier biblioteca: no hagas ruido excesivo, registra cada vez que ocupes sacar un libro... debes saberlo si leíste las reglas de la Academia. No te tomes a pecho si el señor Kurosawa no te sonríe o no es afable... lo es, pero a su manera.}

Al terminar de explicarle esto, la pelimorada entró caminando a paso firme con un "buenos días" educado al bibliotecario para no interrumpirlo en su lectura. No estaba segura de si Renata debía presentarse o no, así que le hizo señas a su compañera y continuó usando su voz de queda por las normas de ese sitio.

-Aquí podrás encontrar de todo, Renata. Cuida los libros como los tesoros que son y te irá bien-mantuvo su sonrisa tranquila mientras esperaba a que la rubia dijera algo y entonces divisó a uno de los nuevos que reconoció como al chico que se sorprendió cuando sus maletas se desaparecieron-. ¿Quieres acercarte a él y saludarlo? Es nuevo como tu, pero él irá a primero...-y si se acercaban, pensaba en ayudarle a buscar algo, si es que quería claro.

A duras penas había logrado comprender lo que Aethel dijo al principio  y aunque quiso darle una bolsita de galletas al bibliotecario le fue más fácil armarse de valor para conocer a un chico nuevo en vez de uno de los académicos.

Inhaló y exhaló lentamente para tranquilizarse al tiempo que se encaminaba al chico de pelo extravagante.

Claro que sé lo valiosos que son los libros, es básicamente magia pura, podemos saber lo que alguien dijo hace cientos de años tal y como él lo plasmó... una magia que desafía al tiempo y al olvido.

Quería reclamar todo ese pensamiento, aunque se sentía más satisfecha de encontrar un alma que valorase los libros tanto como ella.

-Hola...-dijo imitando el chillido de un tímido ratoncito al chico de lentes (Darrow)-... Soy Renata y soy nueva como tú... aunque no tanto como tú, ya que yo soy una chica y tu un chico... 

Tuvo que volver a respirar para retomar el hilo de sus pensamientos y acomodarlos de manera que sonasen lógicos al salir de su boca.

-Ambos somos de reciente ingreso y me gustaría llevarme bien contigo-tendió a manera de regalo su bolsita de galletas, asegurándose de que estuviese cerrada.

-Las preparé yo misma... espero que te gusten.

Giró para ver a su compañera esperando la aprobación de cómo socializó ante gente mágica, ya que era ella la popular, en ese momento incluso se sentía capaz de regalarle unas galletitas al bibliotecario.

-¿Lo... hice... bien... Aethel?-preguntó con señas a su compañera y con nervios esperó la respuesta de su posible futuro amigo.... hasta que recordó, que no le había preguntado su nombre.

Cuando me voltee vi a dos chicas acercarse, quede un poco sorprendido cuando una de ellas pareció emitir un chillido que luego comprendi fue un saludo. Su presentación era algo extraña, aunque resultaba obvio que le costaba.

Hola, es un placer conocerte Renata, muchas gracias por las galletas, siento no tener nada que darte. acepte las galletas agradecido y extendí mi mano en señal de saludo. Me llamo Darrow, y tienes razón también soy nuevo como tú, será divertido estudiar contigo. intente ser lo más amable posible, en serio parecía costsrle socializar

Aetheldryd observó con una sonrisa apacible el esfuerzo de Renata para socializar, pero entonces el esbozo cándido de su rostro se esfumó ante las ideas que empezaron a formarse en silencio. ¿Qué tanto ha tenido que pasar la rubia para que le costara hacer migas y tenga que sentirse "aceptada"? Su apellido lo conocía, cualquiera que supiera de historia o estuviese al tanto de la sociedad mágica actual sabría del estatus de la familia Nigri y no había querido decirle nada hasta que ella quisiera desahogarse o algo por el estilo. Sin embargo, todos esos detalles le hicieron sentir una espinita que le recordaba por qué se había decidido a estudiar magia... Ambas compartían esa búsqueda de aceptación.

Cuando Renata le habló parpadeó un par de veces para devolver su atención a la chica y retomar su sonrisa tranquila. Asintió con leve rubor en sus mejillas y se acercó más para extender su mano a Darrow, delatando una vez más el uso de guantes.

-Soy Aetheldryd... este será mi cuarto año, así que cualquier cosa que ocupes puedes preguntarme-. era la primera vez que veía a alguien ajeno a los Northwest tener cabello de espectro morado y se preguntó si serían parientes lejanos-. Las galletas están muy ricas, pero no las vayas a comer aquí -señaló de manera discreta al bibliotecario esperando que así comprendiera por qué le sugería aquello.

Los ojos de Renata brillaron de admiración al escuchar las palabras de Aethel, actuaba como toda una profesora o chica elegante instruyendo a sus compañeros de nuevo ingreso.

-No te preocupes Darrow. Luego podemos ir a la minidisco o la cafetería.

Esa sonrisa volvió a aparecer en su rostro cuando notaba las respuestas positivas de Darrow para llevarse bien.

-Este…

Euforica, la niña agitaba su cabello dudando de irse a buscar mas personas para entablar amistad o si debería quedarse a platicar con Darrow.

-Este… Darrow, veo que te gustan los libros… a mi también… y a Aethel igual… y… ¿También te gusta la magia?

¿De qué debía platicar? Renata no tenia experiencia alguna de platicas fuera de entrenar o hablar con sus padres o tía.

 Sin saber que decir miro a Darrow y a Athel suplicando ayuda para salir de ese embrollo.

-¿Podríamos… ir… a conocer… más compañeros?

Si Darrow aceptaba podrían platicar sobre su extraño color de cabello, pero también estaba segura de que podría molestarlo si el estaba haciendo algo importante.

¿Y si lo interrumpí? ¿Tal vez estoy siendo muy animosa para él?

Tras haberte registrado en la lista correspondiente a tu curso, recibiste la llave de tu habitación mientras que tu equipaje fue transportado a tu cuarto. Sólo entonces entraste en la academia, yendo derecho hacia la segunda planta, a la zona donde estaban los despachos del profesorado.

Primero pasaste por el despacho del orientador escolar, el señor Skullroy, para que te informara sobre la convalidación de asignaturas. Desgraciadamente, de lo que ya habías cursado el año anterior, no había asignaturas del programa de Midnight Rose cubiertas, por lo que tendrías que realizar el primer año entero.

Con aquellas noticias, te dirigiste al despacho de la directora a entregar el papeleo necesario, el cual ya traías preparado. Sólo tuviste que poner un par de firmas y ¡listo, ya eras oficialmente alumno de Midnight Rose!

Con tus asuntos académicos solucionados, tus pasos te llevaron hacia la biblioteca, como si una fuerza misteriosa te guiara hacia allí esperando que te encontraras con alguien. Y efectivamente, alguien había, ya que nada más entrar viste a cuatro personas. Una era el bibliotecario, el cual estaba tras el mostrador de préstamos leyendo una novela. Los otros tres eran dos alumnas y un alumno. Las chicas eran una de pelo rubio con aire tímido pero animado y otra con el cabello lavanda y aspecto más seguro. El chico que hablaba con ellas era un muchacho de pelo violeta, de aspecto alegre y confiado.

Mientras charlais, veis que un alumno de cabello naranja y rizado entra por la puerta de la biblioteca.

Tambien es un gusto conocerte Aetheldryd, aunque no quisiera ser molestia ocupando tu tiempo, sobre el [I]blibliotecario...[I] no parece muy amable que digamos me rei en voz baja mirando en su direccion, parecia muy enfrascado en sus libros. Pues si, me gustan los libros. Sobre la magia... No estoy muy seguro.

[I]Ni siquiera estoy seguro de poseer magia[I] aparte ese pensamiento molesto de mi momento, era claro que poseía magia, si no por que estaría aquí... Por otro lado...

Claro, ¿porque no? Dejame pedir estos libros un momento... dije tomando los libros que me había recomendado el bibliotecario además de algunos interesantes que vi.

Robert entra en la biblioteca y, justo en la puerta se queda paralizado con la boca abierta... como un niño en la tienda de caramelos más grande del mundo.

Bajando la vista, ve a los 3 alumnos y al bibliotecario. Se dirige a éste preguntando por la sección de sanación y magia curativa.

Al ver que el bibliotecario es japonés, intenta darle las gracias en japonés:

- Domo arigato, Kurosawa-san

Camino de la sección de Magia Sanadora, pasa cerca de los tres alumnos ante los cuales exhibe su sonrisa típica de intentar ser simpático aunque por dentro la timidez le carcome.

- Hola. Dice en voz baja mientras saluda con un leve movimiento de la mano derecha.

Toma de la estantería 3 libros de magia sanadora y, mientras los consulta se le quiebra el gesto. Recuerda los meses que estuvo obligado a rebuscar unos pocos libros de auténtica magia entre montañas y montañas de patrañas impresas... y se pone a llorar de pura felicidad.

Intenta no hacer ruido en parte por no llamar la atención de los alumnos presentes y por el hecho de estar en una biblioteca... hasta que no puede más y se suena la nariz.

- MOOOOOOOOOOC

Sobresaltado, se fija en la severa mirada del bibliotecario y, improvisando una reverencia, se disculpa:

- Gomen'nasai

Aetheldryd se encogió de hombros ante el comentario de Darrow respecto al Bibliotecario. Ella también tuvo una impresión fuerte de él al conocerlo hace algunos años, pero comprendió parte de su personalidad y simplemente lo trata con respeto además de seguir las reglas como él las ha solicitado. Asintió cuando el chico dijo que iba a sacar unos libros y mientras lo hacía se colocó al lado de Renata para sonreírle más amablemente.

-Deja que termine con sus cosas y vamos a la Cafetería. Les presentaré al señor Chadburn y puede que podamos beber algo de rico café... solo les aconsejo no dejarse llevar por su personalidad-su gesto se tornó más condescendiente y movió su mano para saludar a un hombre pelirrojo que acababa de llegar, a quien no reconoció de los autobuses y solo concluyó que debió ser de los últimos en bajar del transporte.

-No se si haya más en la Cafetería, pero ten por seguro que probarás un rico pastelillo-comenzó a explicarle a Renata un poco de la convivencia en ese sitio, pero cuando el pelirrojo de sonó la nariz y pidió disculpas por ello parpadeó un par de veces pensando en por qué alguien lloraría en una Biblioteca, pues no escuchó que se golpeara o que alguien lo ofendiera-... A veces nos emocionamos de más, supongo...-sin querer ahondar más, de nuevo se encogió de hombros y se quedó un momento más a ver los libros que consultaría cuando iniciaran las clases.