Partida Rol por web

- Dama Radovina ha seguido corriendo hasta las estancias de invitados.

GUARDIA HAKIR:

- Debido a su elevado rango en la Corte, el Chambelán tiene asignados unos lujosos aposentos en la planta baja de la Torre del Chambelán. Sin embargo, desde hace un año se ha mudado a la antigua habitación del Mayordomo Valru de Bistritz, aneja a la habitación del Primer Caballero al Norte, en los aposentos privados del Secretario Ducal.

- ¿Hacia dónde te diriges?

No entiendo qué es lo que hacen las mujeres entrando y saliendo al patio como si huyesen de algo, pero es algo que debería mirar más de cerca.

"Parece ser que algo traman."

Me vuelvo a entrar, intentando que no noten que las sigo nuevamente.

- Dama Dubieta y Lindor de Slobozia se apresuran hacia el pasillo del ala de invitados. El pequeño Tiberiu, sin embargo, se suelta de la mano de su madre y se queda atrás bajo la lluvia.

TODOS:

- Tirada Oculta de Percepción + Consciencia.

-Mamá -murmura el niño. Después acelera el paso-. ¡Mamá...!

- Tiberiu se apresura hacia el Ala Oeste del Castillo.

GUARDIA HAKIR:

- Ves al niño noble correr en pos de su madre y de su tía. El guardia ducal Tomescu parece haberse quedado rezagado bajo la lluvia.

- Sientes de repente una sensación extraña. Es como si alguien arrancase con las uñas un clavo de la tapa de tu ataúd.

En ver al niño quedarse rezagado, varío mi cometido, o mejor dicho, lo pospongo unos instantes. Corro en pos de él, lo agarro y lo llevo a donde su madre.

Si no cuidamos de los pequeños nos merecemos lo que nos pase. - Pensé

- El Guardia Hakir sale corriendo detrás de Tiberiu, aunque sin llegar a alcanzarlo debido al agua que oscurece su visión.

- En ese momento... la puerta de la Capilla se abre.

KOLDUN VLADISLAV BORU:

- Te desagrada profundamente empaparte en el agua de lluvia, pues como todos los vampiri sientes aversión hacia el agua corriente. Es algo, sin embargo, que puedes soportar brevemente, pues la impresión no es la misma que la de cruzar un gran cuerpo de agua, como un río o el mar.

- Está lloviendo curiosamente, y hace frío, aunque tú apenas lo sientes.

- El lugar está abandonado y prácticamente a oscuras, apenas iluminado por el ocasional relámpago, seguido de un retumbante trueno.

- No entiendes muy bien la disposición del lugar, ya que casi todo ha sido edificado durante tu largo Letargo de años. Anteriormente era básicamente un sencillo fuerte de madera (antes de 952).

- Presientes que hay un Neonato de sangre débil hacia el Sur-Sudeste. Probablemente el último Basarab superviviente esté con él.

- No hay nadie más en las cercanías, y probablemente los habitantes humanos del Castillo hayan huido en masa.

Apremio a Tiberiu. La nuca se me esté erizando y siempre hago caso de mis instintos. Acelero con el corazón en la boca.

-¡TIBERIU!- le grito- RAPIDO.

TOMESCU:

- Por un momento alcanzas a verle con claridad, incluso a través de la cortina de lluvia. Es un rey funerario. Es tu muerte.

- Más aterrado de lo que recuerdas haber estado en años, retrocedes corriendo hacia el pasillo del Ala de Invitados.

KOLDUN DEL AGUA NEGRA:

- ¿Qué ha sido eso?

- Te ha parecido oír a alguien gritar hacia el Oeste, llamando a un tal Tiberiu.

- ¿Cómo es eso posible? ¡Si aquí no hay nadie!

- Lamentablemente, no alcanzas a ver nada a través de la maldita cortina de lluvia.

La lluvia es algo más molesto de lo que recordaba. Quizás mi avanzada edad me hace aun más molesto este fenómeno porque recuerdo que hace siglos no era algo que me incomodase tanto. Ignoro aquellos gritos y señales pues probablemente hay seres por acá pero se esconden de mi visión, la que está claramente mermada por el agua.

"Eso quizás signifique que soy más poderoso de lo que pensaba. Eso es bueno."

Avanzo sin ser capaz ver casi nada, pero mantengo el paso sigiloso lo más que puedo mientras me acerco a la dirección en la que puedo sentir que aquel Vampyr se encuentra, probablemente con el último de los Basarab.

KOLDUN DEL AGUA NEGRA:

- Avanzas con paso firme, pese a tu visión completamente oscurecida, en dirección Sur-Sudeste. Atraviesas una puerta y bajas unas lóbregas escaleras oscuras, apenas iluminadas por unas pocas antorchas.

- Escuchas en la oscuridad las ratas correteando, alejádose aterradas de tu sobrenatural presencia.

- Captas de inmediato el olor, el hedor realmente, de cuerpos sin lavar, de heridas infectadas, de heces y orines. Sabes de inmediato que estás en las mazmorras.

- Ahora sientes con mayor claridad tres presencias sobrenaturales. Un Neonato de sangre débil, el Basarab al que buscas (que sospechas está medio muerto, pues huele a heridas abiertas y sangrantes), y un tercero (por su olor el Ghoul de un vampiro poderoso).

- Hakir sale a la fría y lluviosa noche transilvana. Parece que las antorchas del Patio ya se han apagado, aunque se ve luz en la barbacana, a través de las aspilleras. El lugar también queda tétricamente iluminado de tanto en tanto por un rayo.

- El suelo está lleno de charcos, pero no parece que haya nadie a la vista, ni vivo ni muerto.

Al salir al patio, mi mirada ignoraba el agua que caía sobre mi casco de guarda ducal, que chorreaba en cascadas ante mis ojos, para escrutar los movimientos que pudiera distinguir en el oscuro patio. Los relámpagos y la luz reverberada de la barbacana era mi aliada. La oscuridad mi enemiga. Sin embargo, tras escrutar las sombras, avancé con decisión hacia las dependencias donde descansaba el Chambelán.

Observé los movimientos en la Barbacana. Había demasiada quietud y temí por Itsvan. A medio camino, me armé de valor y vociferé. - ¡ITSVAN! ¡INFORMA!