Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Castillo de Balgrad. - Salón Principal.

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28/05/2012, 23:18
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.
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Tras las palabras exquisitas, con la apostura precisa, la cadencia perfecta y un compás de obra maestra, la presentación y el homenaje quedaron hechos.

Un leve gesto de aquiescencia de Dubieta, el permiso, y Radovina, Schaar y Tiberiu se acercaron, formando la línea de a cuatro que componía el bloque Szantovich.

Radovina anduvo a la par que Schaar, buscando expresamente la sincronía, era un paso de baile, una puesta en escena.

Y luego, la inclinación también por su parte, reflejo en apariencia y actitud a la de la propia Condesa.

Y esperó en silencio, escuchando hablar al Duque, las manos sobre la falda, atenta.

Notas de juego

Editado adaptando el post al Duque, por sobrepuesto.

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29/05/2012, 01:57
[...] Dubieta Szantovich.
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¿Indignación? ¿Humillación? ¿Rabia? Lo que mostraba el rostro de la joven no era más que aceptación. Cinco años en el exilio eran  suficientes para tener las cosas bien claras. Nada de lo que dijo el Duque, a excepción de los nombres que pugnaban por la Casa Szantovich, la había tomado por sorpresa.

Lo único que lamentaba era que su pequeño tuviera que descubrir la realidad, pero no iba a lamentar en absoluto la necesidad de haberlo protegido con hermosos sueños. Pero no todo eran sueños pues más fuerte que un puño apretando su corazón sabía que Tiberiu había nacido para la grandeza; y estaba más que convencida a proporcionarle el camino hacia ella. Su orgullo, su fuerte y arraigado orgullo, no iba a interponerse.

- Reconozco, mi Señor, que llegué con un ligero atisbo de esperanza ante vuestra presencia… –comenzó lo que debían ser las palabras mejor escogidas de su vida- y sin embargo os agradezco haber arrojado la luz necesaria para afrontar nuestra delicada situación. 

En ese momento hizo una breve pausa pero no fue para ordenar sus ideas sino para que sus palabras gozaran de un armónico ritmo.

- Mi Señor… Es la sangre Szantovich que corre por nuestras venas, y la nobleza de quien nos protege, –ahí se refería a Dvy junto a un sentido distinto de la palabra nobleza- el motivo por el cual ante vos nos hayamos.

Otra breve pausa, apenas dos parpadeos.

- No hay nobleza si no se sirve a un Señor.

Era en éste punto donde las infinitas posibilidades habían desfilado en su mente, tan infinitas como crueles. Sí, cinco años daban mucho tiempo para pensar y guardarse la carga para sí misma.

- Es por ello que ante vos nos inclinamos… –y así lo hizo junto a una breve mirada a su hijo con la esperanza que entendiera qué debía hacer, ¡pero que se llevaran su alma si no esperaba alguna ocurrencia de las suyas!- para expresar el anhelo de convertirnos en vuestros fieles servidores. A vuestra entera y sabia disposición nos encontramos.

Durante todo aquel tiempo fueron breves los momentos en que visualizó en su plenitud al Duque. Su voz no tembló, y más que firme arrogancia había pleno conocimiento en sus palabras.

Seis meses atrás supo que era el momento. Supo que su hogar había estado demasiado lejos durante aquellos años y que había llegado el momento de tragarse su orgullo en nombre de los que su lado estaban. Todos respetados, algunos queridos y pocos amados…

Nuevamente las posibilidades se plasmaron en su mente como la tela de una araña, sabedora que pasara lo que pasara sabía perfectamente lo que estaba dispuesta a arriesgar. Pero debía contener el aliento y evitar precipitarse pues nunca era la acción más adecuada. En ningún momento.

Sabía que su petición era tan impactante como difícil para ella aceptar su caída. Sin embargo, ¿no estaba aún más abajo hace siete años? Y se levantó, no triunfante sino renovada. Lo que el Duque decidiera, ya fuera prometedor o cruel, era una de las tantas posibilidades que su mente había sopesado. Sólo una era inaceptable, y sólo por una daría su vida: Tiberiu.

 

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29/05/2012, 04:53
Lindor de Slobozia.
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La reunión continúa mientras los hombres hablan acerca de lo que ahora es de Durius y que antes era de otra familia. No termino de entender por qué las cosas de unos pasan a otros, aunque de seguro se debe a que la familia que era dueña ha perdido su derecho por algún motivo y ahora Durius es merecedor de obtenerlo. Es lo único que puedo imaginarme.

Se menciona que Durius se encargará de darle educación a algún joven. Noto cierta alteración en el Maestro Maserrak, pues cambia el peso de su postura y los rasgos de su rostro se notan distintos. Pienso en silencio acerca de ello:

"El hecho de que el Maestro Maserrak se alterase por aquella noticia puede o no significar que lo sabía, pero lo que significa sí o sí es que él piensa que le afecta de algún modo. Según eso, puedo inferir que la razón más viable de aquello es que él será el encargado de la educación o que esa educación de alguna manera interferirá con la nuestra. Si es la primera de las opciones, sería divertido compartir con algún otro niño en este castillo. Si es la segunda será muy triste, pues por la educación se ese joven yo deberé vivir como el campesino que nací o me iré a alguna otra zona. No quiero eso, me gusta donde estoy ahora."

Luego comienzan otros asuntos, entre ello la presentación de una mujer muy bella y elegante. Está junto con otras personas, pero me llama la atención una joven de rubios cabellos que se esconde atrás. Tiene los ojos de un color rojizo, más de lo que nunca había visto. Me quedo mirándola como perplejo por un momento, hasta que la voz del Duque me saca de mi estado de ensimismamiento.

Escucho como plantea la dura situación actual de la mujer y su familia, por lo que la mujer responde de manera amable y sumisa. Analizo la situación y el por qué de las acciones de los sujetos hasta que me parece encontrar un patrón:

"Al parecer el Duque es quien da los beneficios y las tierras que los nobles desean, por lo cual se avasallan a él para obtener sus favores y hacerse merecedores de la consideración de las tierras que él puede repartir. Es así como Durius obtuvo esas tierras y es eso lo que la mujer desea. Se pone al servicio del Duque, esperando que algún día le conceda algo de su poder. Interesante, ya sé como funciona la nobleza en parte."

Me mantengo observando la escena en absoluto silencio mientras intento entender y memorizar todo lo que veo allí, como siempre lo hago durante mis sesiones de aprendizaje, las que a mi edad comienzan al despertar y no terminan siquiera con el sueño.

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29/05/2012, 08:47
[RIP] Sargento Dominik.
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Al moverse Durius también lo hace Dominik, como si de una silenciosa sombra que, con un ligero retardo, se moviera cuando el noble lo hace. Tarda un tiempo en hacerlo, pero pronto recupera una posición cercana a su señor, de modo que la distancia que le separa de Durius siempre es la misma, unos tres metros. Respetando el protocolo, Dominik se mueve de tal modo que no mancille las presentaciones de los nobles, ni interrumpa a nadie.

Dominik había aprendido mucho sobre la guerra, y algo sobre la corte. Admiró a la anterior condesa, pues mostraba valor y entereza en sus actuales circunstancias. Y no pudo sino preguntarse cual sería la posición de Durius sobre ella. Y lo que decidiría el duque.

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29/05/2012, 10:02
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.
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El Duque ni siquiera había hecho mención de ella, y no le extrañó un ápice. Consciente de su situación casi en falso, Radovina ni tan sólo parpadeó, encajando cada nueva frase, cada puesta en plano de una realidad que, no por verdadera, era menos cruel al ser evidenciada ante toda la Corte.

Pero Dubieta era la Reina de esa partida de ajedrez. Frente a su hijo Tiberiu, el verdadero monarca de su juego, movía sus piezas planteando una estrategia impecable. No atacaba, no podía. Tampoco era su intención. Simplemente se defendía, situándose en la mejor posición para no perder a nadie en sus filas. Y jugaba a muchos movimientos por adelantado. La jugada de Radovina era mucho menos vistosa, menos atractiva, e igual de arriesgada en realidad. Si Schaar era en ese juego torre y caballo a la vez, ella se había otorgado voluntariamente una posición de doble alfil. Jugaría para su Reina, se dejaría mover. Si era necesario, se pondría en una posición peligrosa.

Pero, podían arrasarla, destruirla, en el juego de otros.

Sin embargo, ¿qué otra cosa podía hacer...? No había sido llamada. No era Condesa, ni heredera, ni siquiera tenía un Caballero que la defendiera, ni un matrimonio conveniente en perspectiva. Se alinearía por tanto junto a Dubieta, detrás de Dubieta, delante de Dubieta si era preciso, para parar el golpe. Había apostado hacía tiempo por el posible juego del Duque. Y ahora, una vez allí, apostaba aún más fuerte por lo que había imaginado.

No había que ser muy perspicaz tampoco, vistas las circunstancias que acababan de producirse. Un matrimonio entre su prima y el Caballero Durius traería a los Szantovich a las filas del Duque, sometiéndoles pero salvándoles, y daría un apellido de abolengo antiguo al Caballero. Una doble jugada que beneficiaría a Gyulia como Señor por beneficiar a su vez a ambas partes.

Ahora había que ver dónde quedaba ella en este juego...

Es por ello que ante vos nos inclinamos para expresar el anhelo de convertirnos en vuestros fieles servidores. A vuestra entera y sabia disposición nos encontramos.

La joven se inclinó, secundando a la Condesa...

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29/05/2012, 11:59
[RIP] Chambelán Lorand Teleki.
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El Chambelan se mantiene impertérrito ante las palabras del Duque hacia la "Condesa". Lorand conocía la situación en la que se encontraba Dubieta (tanto como ella misma y el Duque), pero no era él el que tenía que presentarla de esa manera. Para ello se encargaría su señor, y sin mayor reparo ni diplomacia alguna. Le gustaba ir directo al asunto y ya de paso, comprobar que podía sacar ante la situación de las dos nobles, el caballero y el pequeño. 

Escucho las palabras de Dubieta y como era previsible se inclina ante la voluntad del Duque. ¿Que otra cosa podía hacer sino? sus reclamaciones del Condado hubieran caído en saco roto. No, la mujer era lista, y si quería darle algún título o alguna posición a su hijo tendría que jugar sus cartas con cuidado. Y eso podría convertirse en algo sumamente interesante. 

La otra cuestión era, ¿que ocurría entonces con Radovina? desde luego, ella estaba en una situación mucho peor que Dubieta. Aún siendo noble, no tenía quizás el prestigio que pudiera tener Dubieta Szantovich. Pero precisamente por ello, ella podría aventurarse para mejorar su posición, costase lo que costase...

El tiempo diría que iba a ocurrir. Ahora solo cabía esperar.

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29/05/2012, 13:52
Tiberiu Radomir Szantovich.
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Durante el discurso del Duque repleto de vocablos desconocidos y nombres -los cuales tan solo se diferenciaban de los primeros porque iban precedidos de un título o seguidos del apellido Szantovich-, había permanecido atento intentando descifrar su significado. Pero al final de todo lo dicho, y lo poco entendido, el único tema con el que el niño se quedó fue el que atañía a su estimado Caballero.

Estaba dispuesto a aclararlo cuando su madre y su tía se inclinaron. Tiberiu se encogió de hombros; la cuestión de la etiqueta le resultaba contraria a la intuición, incluso a la razón cuando se había puesto a pensar en ello. En multitud de ocasiones al jugar se había arrodillado para coger lombrices, cuál fue su sorpresa cuando descubrió en las lecciones que le daba su madre que lo que hasta entonces había estado haciendo era rendir pleitesía a un gusano. Por eso no le importó lo más mínimo inclinarse ante un hombre que se aparecía de forma más espectacular que cualquier bicho que hasta entonces hubiese encontrado.

Tras hacerlo consideró que era buen momento para aclarar el malentendido.

- Pero Schaar sí es caballero, señor duque.- Le explicó plenamente convencido de la veracidad de lo que decía.- Es el mejor caballero de Transilvania... Y del mundo- añadió cuando consideró que Transilvania se le quedaba pequeña.

Pero había tantas cosas que se le escapaban… El infante no había caído en que a escasos pasos del Duque se encontraba la niña de sus ojos, también caballero. Claro que él no formaba parte del mundo del que hablaba. De su mundo.

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29/05/2012, 13:56
Duque Gyula Kadar.
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La mirada del Duque es fría, e incluso cruel, cuando mira a las dos mujeres Szantovich, pero se convierte en una sonrisa divertida ante las palabras de Tiberiu.

- "Dubieta Szantovich y Radovina Szantovich de Bran. ¿Me juráis lealtad y obediencia a mí, el Duque Gyula Kadar, como vuestro legítimo señor? Nada menos que una completa y total lealtad y obediencia me servirá." -

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29/05/2012, 14:17
T01: CASTILLO DE BALGRAD: Salón Principal.
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- El Capitán Zarak regresa al Salón de la Corte, porta en su mano unos pergaminos enrrollados.

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29/05/2012, 14:59
Durius Tremere de Slobozia.
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Durius semejó una más de las piedras del castillo mientras Gyula Kadar hacía ostentación de su verdadero carácter. Cruel, despótico y haciendo gala de su innata y teatral prepotencia, había dado su bienvenida a las mujeres Szantovich, cuya sangre noble no se reflejaba en sus joyas ni prendas, sino en su pose y ojos. Y a la bienvenida, sucedió la humillación pública, innecesaria, gratuita, pues nada se decía que no se supiera ya por parte de los presentes.

¿Qué buscaba Gyula? ¿El odio y el desprecio de una de las más viejas familias transilvanas? ¿Observar su reacción? ¿Recrearse en su poder? No, aquel no era un proceder adecuado, garantizándose con él el germen de una futura rebelión. Ante sí estaban los vástagos jóvenes de un viejo árbol, podado por la guerra, pero que crecían a partir de la sabia de profundas raíces enterradas en las sangrientas tierra e historia de Transilvania. Las viejas familias ahora padecían las consecuencias de las antiguas rencillas que habían impedido su unión frente a un enemigo implcable. El magyar. Pero actitudes como aquella solo podían permitir predecir un futuro de alianzas secretas que crearían un frente común que aprovecharía cualquier debilidad del poder establecido para retornar al viejo sistema y arrojar al extranjero del trono.

Su mirada pareció brillar levemente por un instante fugaz. Si el Voivoda tenía un espía en aquella reunión cortesana, acabaría frotándose las manos cuando recibiera las nuevas de cómo el Duque trataba a aquellos que le juraban lealtad.

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29/05/2012, 15:20
[RIP] Caballero Iacobus Radoslav de los Cárpatos.
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Iacobus miró por un instante al cielorraso con impaciencia. Aquello era aburrido como un largo día sin tregua. Un desfile de glorias pasadas y ruinas, arrastrándose de un lado a otro como cenizas mecidas por el viento. ¿Por qué eran tan volátiles para dejarse mover por cualquier soplido? El respeto que había tenido alguna vez por la figura que se inclinaba ahora, lamiendo el piso con una lengua sedosa y áspera como la de un gato cualquiera, se desvaneció como si nunca hubiese existido. ¿Acaso había existido alguna vez, en realidad? Aunque no podía culpar que esa fuera la manera, efímera y vana, en la que aquella intentaba aferrar en un puño el destino esquivo y líquido que ya se le había escurrido una vez. Otros, como él, preferían aferrar algo más sólido.

No se le había pasado que el Caballero Schaar Dvy, a pesar de no mirarlo directamente, prestaba atención a su figura. Era lo normal, en realidad. ¿Qué podía entender aquella bestia amaestrada por unas faldas de lo que significaban las cosas? Iacobus giró la mirada y la posó sobre su figura. Compartían algo más que un pensamiento pasado, mas el alcance de aquello al caballero de los Cárpatos le resultaba aún vedado. Por poco tiempo, suponía. Ahora que la señora sin esposo ofrecía lealtad a un nuevo amo, dudaba que éste decidiera separarla de su lado, y permitirle levantar sus maquinaciones y venganzas lejos de su control. Aunque ante esa sonrisa divertida siempre cabía la posibilidad de que sólo exigiera que se quedara el niño, como rehén de su lealtad, y la mandara lejos para recordarle quién era y quién no.

Covasna. Lo recordaba bien. El rostro de Iacobus era imperturbable, desprovisto de las emociones que embargarían a un hombre común. Siguió del mismo modo cuando vio que los ojos -aquellos ojos verdes, como esos ojos rojos se inclinaban ante el Duque- de Durius se posaban en él y advirtió su sonrisa. Una sonrisa que perturbaría a muchos hombres, que quitaría el sueño a cortesanos preguntándose por qué la mano derecha nada más y nada menos que del Duque sonreía en su dirección. Pero no fue el caso. Iacobus había mirado demasiadas veces hacia el abismo como para eso. Lo que sí hizo fue acusar recibo de aquel gesto, como si hubiese sido el de una mano. Ya se haría cargo de ello.

Devolvió la sonrisa hacia Durius. Como si la situación de las Szantovich le causara alguna diversión. O como si toda aquella pantomima, de crueldad gratuita, de soberbia innecesaria y de exhibición vana fuera lo que le divirtiese, atento a algún pensamiento que ninguno de los presentes podía alcanzar a dilucidar.

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29/05/2012, 17:36
Schaar Dvy.
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El Caballero sacaba su espada y abría en canal a aquel petimetre delante de su propia Corte, sin que estos pudieran hacer nada dada la posición y destreza del oponente. Eso le habría gustado a hacer a Schaar ante la soberbia del extranjero usurpador que andaba ninguneando a quien era, por derecho de sangre, digna señora de las tierras que ahora se le negaban.

Pero la guerra era lo que tenía. Los ganadores se repartían el botín mientras que los supervivientes rezaban por poder mantenerse vivos.

Aún así, Dubieta había prometido a su hijo lo que le correspondía, y si de algo estaba seguro el joven caballero era de que haría lo que estuviera en su mano por cumplir su palabra, como así estaba haciendo posando su mirada sumisa a los mismísimos pies del nuevo Duque...

...y Schaar la acompañaba en aquel camino, llegara a donde llegara, ya fuera Cielo o Infierno. El joven, siguiendo las palabras de su protegida y señora, clavó la rodilla al suelo, como muy pocas veces había hecho, en posición de entrega hacia su adversario. Sólo esperaba que aquellos actos tuvieran una gran recompensa, ya que la humillación, como las miradas de los presentes denotaban, estaba siendo importante.

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29/05/2012, 17:50
[RIP] Chambelán Lorand Teleki.
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Palabras duras del Duque, que demostraban quien tenía el poder. Palabras que no le importaban lo que podría motivar las mismas -la humillación puede crear poderosos enemigos- y que solo querían mostrar un único mensaje: su fuerza. Aunque muchas veces ese tipo de mensajes quizás no fueran lo mas acertado, claro que no iba a ser él quien discutiera sobre ese asunto. 

Lo cierto era que, en ese instante, el Duque estaba logrando su objetivo, que era lograr la fidelidad de las dos Szantovich. Poco podían hacer ellas en este momento salvo lo mas probable, que era aceptar. Desde ese instante, serían servidores del Duque, al menos que no apareciese alguna ocasión beneficiosa para ellos para traicionarle. Pero eso solo el tiempo lo mostraría. Por el momento el Duque ganaba y eso era lo importante.

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29/05/2012, 19:31
Capitán Ferenk Zarak.
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Ferenk nada mas llegar vio lo que allí pasaba e intuyo lo que ya había ocurrido. Nunca le había gustado recrearas del enemigo caído en combate y esto venia a ser algo que se asemejaba bastante.
Así pues y aun a riesgo de una dura represalia. Dio un par de pasos adelante y anuncio con voz clara y firme.

Señor, traigo los papeles que el Senescal Stolnik debía traer ante vos.

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29/05/2012, 19:40
Duque Gyula Kadar.
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El Duque desvía un momento los ojos, que tiene clavados en los de Dubieta, y le hace un gesto displicente con la mano a su Capitán, indicándole que se los entregue a Durius.

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29/05/2012, 21:19
Maserrak de Flambeau.
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Mientras atendía a los pequeños detalles de la pintoresca escena en la que me había visto envuelto, me imaginaba las miradas de cada persona como un rayo de luz azulada que recorría la distancia entre los ojos del que miraba y el objeto o la persona que estaba siendo contemplada. Era una experiencia curiosa comprobar cómo esos rayos se cruzaban entre si en brillantes intersecciones de luz que emitían destellos cegadores... Si, allí había una batalla más encarnizada que la que librar dos ejércitos, no habría muertos ni heridos (o al menos eso esperaba, ciertamente aquello sería una sorpresa) pero si habría vencedores y vencidos, y gloria para esos que vencieron y sometimiento y miedo para los vencidos.

"Oh... el olor de la lucha... está por todas partes - pensé.- mire donde mire veo voluntades quebradas, almas que se doblegan... nada bueno puede surgir de este improvisado teatrillo"

Y es que en la política, al igual que en la guerra, el vencedor es el que pone las condiciones, y además estas suelen ser más crudas si el vencido opuso más resistencia.

Pero en medio de aquella vorágine de pensamientos que me invadía no pude hacer otra cosa que contemplar la inocencia del pequeño Tiberiu. Aquel niño no era consciente de nada de lo que ocurría, de que su madre estaba vendiendo la poca nobleza que aún conservaba y estaba arrastrando a esa transacción al resto de su familia. No, no tenía ni idea del precio que pagaría su madre por aquello, de lo que el Duque (el vencedor de esta contienda) exigiría como pago por su benevolencia.

"Tan pequeño y ya es prisionero de este cruel mundo" -pensé.

Por suerte o por desgracia, algunos no éramos más que peones en aquel tablero de juego que era la corte...

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30/05/2012, 22:51
[...] Dubieta Szantovich.
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¡Ahí estaba! Había tardado tanto en hablar que ya había creído que le habían cambiado a su hijo. Pero no, fiel a la admiración que sentía hacia Schaar salió a defenderlo. Un pensamiento fugaz quedaría atrapado para sopesarlo más tarde, con más calma en cuanto escuchó las firmes palabras del Duque.

- No hay otra manera de serviros, Duque Gyula Kadar, Señor de Transilvania –permaneció inclinada- Juro.

"Todo noble debe servir a un Señor", que gran verdad era aquella. En aquel momento pensó en su difunto esposo y agradeció a su manera que gracias a su "cuidado" se había hecho más fuerte.

Sin embargo había una pequeña cuestión, de unos cinco años de edad y todo inocencia, que debía apaciguar. Capaz sería de volver a recalcar sus palabras anteriormente dichas.

- Tiberiu… -dijo con suavidad al advertir lo tan cerca que estaba del Duque. 

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30/05/2012, 23:09
Duque Gyula Kadar.
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El Duque asiente solemnemente.

- "Dubieta Szantovich, acepto vuestro juramento de lealtad. Seréis mi invitada permanente en la Corte, vos y vuestro séquito. Como invitada, recibiréis el trato que merece una dama noble, así como alojamiento y comida acorde a vuestra posición social.

Vuestros siervos se alojarán con los criados y los guardias en el barracón de guardias del castillo. Podrán seguir vistiendo vuestros colores y mantendrán el privilegio de portar armas en mi casa, pero vos sois responsable de su buena conducta.

En cuanto a vuestro hijo, el pequeño Tiberiu, es demasiado joven para jurar fidelidad. Le nombro desde este momento paje de la Corte. Se educará en la Corte con el Maestro Maserrak de Flambeau. Cuando tenga doce años jurará lealtad a nos, y si su maestro lo aconseja, será nombrado escudero para comenzar su adiestramiento con las armas desde ese momento.

Caballero Schaar Dvy. Tal vez ya sepáis que la Casa menor Dvy juró fidelidad hace años a mi vasallo, el Conde Bethlen de Bran.

No voy a ataros con un juramento, pues entiendo que debéis lealtad a vuestra señora, la dama Dubieta Szantovich. Como Caballero de Dubieta, ella será responsable por vuestros actos.

En cuanto a vuestro título de Caballero, actualmente carece de toda validez pues os fue otorgado por un gobernante huido y exiliado. Mantendréis, pese a ello, el título, el tratamiento y los honores de Caballero, a la espera de que vuestro título sea debidamente convalidado por mi gobierno en un futuro." -

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30/05/2012, 23:24
Duque Gyula Kadar.
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El Duque vuelve entonces su mirada hacia Radovina Szantovich de Bran.

- "Doncella Radovina, ¿tengo vuestro juramento de lealtad?" -

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31/05/2012, 01:04
Schaar Dvy.
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La breve mención de Dubieta hizo tomar conciencia a Schaar de la defensa a ultranza que había hecho el pequeño Tiberiu de su título.

Por unos momentos, según iban pasando los acontecimientos, dudó de que el Duque mantuviera esta mínima posesión simbólica que se había ganado, años atrás, con su trabajo y esfuerzo, pero, tras el juramento de Dubieta, el Duque fue magnánimo y le permitió mantenerlo, tras lo que agarró levemente al niño en un gesto de victoria..., aunque su rostro se ensombreció cuando cayó en la cuenta de la carcel invisible en la que acababan de ser encerrados - debíamos haber vuelto y tomado Cosvana por nuestros medios - pensó en aquellas conversaciones que había mantenido con Dubieta, dudando del acierto de ir a pedir lo que les pertenecía a aquellos que les habían conquistado.

Pero ya era tarde. Dubieta había sido invitada de manera permanente a la Corte, ¿existía la posibilidad de abandonarla? Ese tipo de detalles cortesanos se le escapaba a Schaar, pero empezó a sentirse como un canario encerrado en su jaula.

Con un leve asentimiento, aceptó la gentileza del Duque de conservarle el título de Caballero, pero de qué le serviría si, a partir de ese momento, se había convertido en un títere que bailaría al son que el Duque permitiera a Dubieta, aunque no dudaba que la mantendría todo lo cerca que pudiera para que no reclamara todo lo que su apellido representaba en aquellas tierras.