Partida Rol por web

El despacho del profesor Westerberg está ubicado en la Turris Magnus. La Turris Magnus, comunmente conocida como la torre de defensa contra las artes oscuras, es una torre dónde se encuentra también el aula de Defensa contra las Artes Oscuras, que comunica con el despacho de Melker mediante una pequeña escalera.

Lo primero que llama la atención del despacho son la cantidad de objetos raros y calaveras de seres extraños, además del mosaico circular en el suelo. En las paredes, además de estanterías llenas de libros, hay varios tapices con runas nórdicas y dibujos de dragones y vampíros. También se puede ver una bola del mundo con anotaciones casi borradas por el paso de los años y una vieja armadura a modo de decoración. La gran mesa del profesor con su silla alta se encuentra en el mismo lado de la habitación dónde una gran cristalera ocupa una de las paredes.

- Qué necesito saber de cada alumno: Sólo nombre y casa a la que pertenecen. El resto de cosas prefiero ir descubriendolo poco a poco.

- Habilidades: Entiendo que será lo que se aprenda en mi curso, ¿No? en ese caso, sería "Conocimiento: Defensa contra las artes oscuras", "Lanzar hechizos" y un poco de "Conocimiento: Historia de la Magia" y de " Conocimiento: Pociones".
 

- Materiales: Varita, Pergamino, tinta, pluma y el Libro "Las fuerzas oscuras: Una guía para la autoprotección" de Quentin Trimble.

- La ficha creo que está terminada, ¿Podrías comprobarlo por favor?

Faltaban unas pocas horas para que tuviéramos que asistir al gran comedor nuevamente y sinceramente pensaba que esto era una mala idea, pero de todos los profesores uno de los que mas me había agradado era el Señor Westerberg así que me dirigí hacia el salón donde hace algunas horas habíamos tomado la primera lección.

-Esto es una mala idea- me dije aun así decidí seguir adelante, para estas horas pocos alumnos merodeaban por los pasillos de la Torre Magnus, y realmente se sentía un aura tenebrosa, pero ya no era momento de dar marcha atrás.

Decidido me acerque al aula esperando encontrarme al profesor – Buenas tardes, ¿Profesor Westerberg se encuentra aquí? -  pregunte tímidamente asomando mi cabeza por la puerta.

El salón parecía vacío aun así me arriesgue a entrar – Disculpe Profesor, ¿podría hablar con usted? - me quede quieto esperando alguna respuesta.

Cuando Daniel Anderson entró en el despacho del Profesor Westerberg, este se encontraba de pie frente al cuadro de Galatea Merrythought, hablando en voz baja.

– Disculpe Profesor, ¿podría hablar con usted?

- Luego seguimos usted y yo. Dijo al cuadro a la vez que se giraba para ver quién entraba. - ¡Señor Anderson! Adelante, tome asiento por favor  dijo mientras hacía un gesto con la mano señalando una silla que tenía frente a su escritorio - y dígame qué puedo hacer por usted.

-La verdad es que es ligeramente vergonzoso- suspire nervioso, no sabía lo que el profesor diría, pero ya estábamos ahí dar vuelta atrás me haría ver como cobarde -pensaba en que como usted tiene a Nyfiken, necesitaría alguien que lo ayudará a limpiarlo y la verdad es que necesito algunos materiales como pluma y pergaminos, así que pensé que podría ganarme algo y a la vez serle útil- ante la explicación me fui sonrojando por lo que el maestro pudiera pensar de mí, pero mi padre siempre había dicho que no había vergüenza en ganarse las cosas, vergonzoso era robarlas por lo cual me parecía la mejor opción.

-Disculpe el atrevimiento- mire al piso y jugué con mis dedos índices esperando la posible burla o risa del profesor – Bueno eso es si lo considera, no quiero que piense que soy un interesado pero es que no pudimos comprar muchos pergaminos, cosas de dinero según mi madre.

Melker escuchó atentamente a Daniel, lamentándose en parte por su situación y en parte por que Hogwarts no proveyera a los alumnos con cosas básicas para el aprendizaje cómo pluma, tinta y pergaminos. También se sintió mal ya que él mismo le había pedido a sus alumnos que compraran varios pergaminos para su clase y lo más seguro que ni llegaran a usar dos o tres. Sopesó durante un rato su ofrecimiento y al final llegó a una conclusión - Siento mucho tu situación, Daniel. Y por favor, no te disculpes. No había pensado en delegar a nadie el cuidado de Nyfiken, pero dado que a mí me vendría bien más tiempo para preparar las clases y a ti una paga semanal te ayudaría mucho, creo que podemos llegar a un acuerdo. Dijo mientras colocaba a Nyfiken suavemente en el escritorio. - Te propongo esto: Vendrías aquí todos los domingos antes de la cena para cepillar, cortar la uñas y limpiar los oídos de Nyfiken. También cambiarás su arenero, limpiarás con agua y un detergemte neutro su jaula y dos domingos al mes le darás un baño. Por todo esto, podría pagarte 3 galeones a la semana. ¿Te parece bien?

-Me parece perfecto profesor- sonríe entusiasmado -es un trato- me levante del lugar extendí la mano con firmeza y lo miré a los ojos, después de todo esa era la forma que un Anderson debe comportarse.

-Seguiré todas sus indicaciones al pie de la letra- estaba emocionado, además de que podía pasar tiempo con el hurón, tal vez pudiera convencer a mi madre que me dejará tener uno en lugar de la lechuza, pero eso era harina de otro costal

-Y muchas gracias- tres galeones sentía que eso era una fortuna al menos no me faltaría los pergaminos para mis clases y eso era realmente lo que me emocionaba, - Bueno no le robo mas su tiempo, con su permiso profesor, lo veo el domingo a usted y Nyfiken- estabas realmente emocionado.

Melker se alegró de que a Daniel le pareciera bien su oferta y le estrechó la mano cuando éste se la ofreció. - ¡Trato! Si necesitas detergente neutro, habla con los elfos domésticos y ellos te lo darán.

Se levantó para acompañar al joven Anderson hasta la salida - Nos vemos el domingo. Y si necesitas algo más, no dudes en contar conmigo.

Domingo

Después de almorzar en el gran comedor me dirigí a las cocinas para solicitar ayuda a los elfos domésticos que allí se encontraban.

-Disculpen necesito detergente neutro, ¿Podrían ser tan amables de facilitarme un poco?-  solicite con amabilidad, una de las elfas que se encontraban limpiando me facilito una botella de un liquido que supuse era el detergente, un balde y una cubeta.

-Muchas gracias -agradecí las atenciones y me dirigí al despacho del profesor.

Iba emocionado por lo que ocurriría, llame a la puerta del despacho del profesor y me adentre para atender al pequeño Nyfiken, cerré la puerta del despacho y procedí a acercarme a la jaula.

-Hola Nyfiken- saludé al animalito con tranquilidad, había leído muchos libros de cuidado de animales, así que abrí la jaula con precauciones lo que paso después fue la cosa que más me sorprendió, el animalito salió corriendo por toda la sala.

-¡Ven aquí!- dije mientras corría detrás del animalillo por todo el despacho, produciendo un caos, papeles regándose por todos lados, me fue imposible no ayudar a que el despacho se desorganizará, al final pude atrapar a Nyfiken pero el se comportaba inquieto en mis manos, llevándome al punto de no poder atenderlo por lo inquieto.

Mire a todos, para comprobar si estaba solo, ya que el reto se me hacía cada vez mas y mas difícil, - Rictusempra- lance el hechizo risueño para hacerle cosquillas al hurón y poder limpiarlo, aprovechando que mientras estuviera bajo ese efecto pudiera ser mas dócil, cosa que aproveche para lavarlo, cortar sus uñas y atender las necesidades que en los libros había leído.

Llene su tazón con comida y cambie su agua, limpie su jaula con mucho cuidado usando el detergente neutro, luego me dispuse a colocarlo en su jaula, para cambiar su caja de arena, fue un trabajo sumamente difícil, ya que una cosa era la teoría y otra la práctica, pero, aunque no hubiera sido perfecto hice mi mejor esfuerzo.

Lo siguiente fue lo mas pesado, arreglar todo el salón, así que termine el trabajo el doble de tiempo que se debía invertir, termine agotado, mojado y demasiado sudado, solo esperaba no meterme en líos con el profesor.

Examine a Nyfiken, esperando que el hechizo no le hubiera dañado – Perdóname Nyfiken- me disculpe con el animalito – no debí hacerlo- le dije obsequiándole una fresa que tenía guardada como postre para él.

Finalmente me tiré en el suelo para descansar -solo serán unos minutos- me dije cerrando los ojos unos minutos.

Me habían explicado donde se encontraba el despacho de profesor Westerberg pero no podía que creer que lo tuviera en frente de mis ojos cada vez que entraba al aula. Subí las escaleras y toqué la puerta, a la espera de que cualquier voz del interior me diera permiso para acceder, abrí ligeramente la puerta y pregunté:

- ¿Profesor Westerberg...?¿Se encuentra...?¿Puedo pasar...? - preguntaba dudosa a la espera de que me diera alguna señal para que pudiera entrar.

Cuando Anastasia Born entró en el despacho del Profesor Westerberg, este se encontraba hablando con Nyfiken -Har jag inte sagt till dig att du ska göra dina behov i sandlåda?

Cuando se percató de la presencia de la joven, Melker la recibió con una sonrisa - Señorita Born, bienvenida. Por favor, sientese Le dijo mientras él también tomaba asiento. - ¿Necesitaba alguna cosa?

Cuando Melker entró en su despacho, se encontró a Nyfiken limpio y con las uñas cortadas, y con Daniel Anderson tirado en el suelo dormido. Después de saludar al hurón y de volver a meterlo en su jaula para que durmiera, se puso al lado de Daniel y le dió una patadita floja en su pie para que se despertara - Señor Anderson, ¿No le parece cómoda su cama? le dijo mientras le ofrecía la mano para ayudar a levantarse - ¿Qué tal ha ido la tarde? ¿Se ha portado bien Nyfiken?

Con algo de ensañamiento me levanto, mirando al profesor algo sonrojado, por cuanto tiempo me había quedado dormido en el suelo, esperaba que  no mucho,  -Disculpe profesor, solo no dormí muy bien y pensé en descansar un poco después de atender a Nyfiken -  respondí con una mentirilla inocente mientras tomaba la mano del profesor para ponerme de pie, tampoco quería preocuparle diciendo que tuve que  acomodar todo lo que yo mismo había tirado tratando  de atrapar al hurón, por fortuna había cerrado la puerta, si el animalito hubiera escapado me podría dar por muerto o peor convertido en hurón o eso imaginaba.

-Sin, muchos problemas- conteste con una sonrisa boba, aunque claro había limpiado y arreglado – Nyfiken es muy animado y travieso, pero es muy divertido y lindo- respondí sinceramente, tener una mascota era una responsabilidad grande así que tendría que hacerlo mejor, cuando mamá me enviará la lechuza tendría que responsabilizarme mas y eso había aprendido el día de hoy.

-¿He hecho bien el trabajo?- pregunte algo temeroso, tratando de pensar en cosas positivas y que el profesor estuviera satisfecho.

En cuanto le permitió dejarla entrar en su despacho, entró sin dudarlo y se sentó en el lugar que le había dicho. Exactamente no sabía por donde debía comenzar a explicar.

- Gracias pero solo necesito hablar con usted... - respiró hondo e intentó pensar cual debía ser la explicación por el motivo estaba allí.- El director Dumbledore me dijo que tenía que ser yo quien viniera y le explicara mi ''situación'', ya que usted es el jefe de la casa de Hufflepuff. También las condiciones por las cuales había entrado a Hogwarts... - volvió a suspirar y decidió que lo mejor era ir al grano y luego comenzarse a explicar.- Lo único que le pido es que mantenga esto en secreto ya que si por algún motivo, se llega a enterar cierta persona de que estoy aquí, la escuela se convertiría en un campo de batalla...- la verdad es que hubiera preferido no tener que contar a nadie toda esta información y así no involucrarlos en lo que podía venir.- Mi verdadero nombre no es Anastasia Born, es Anastasia Daniela Roger de Roix Valois y la persona quien vendría a por mi si se entera de que estoy en Hogwarts sería mi padre, Arthur Roger de Roix... 

- Tienes que descansar bien. Le dijo a modo de consejo - Aún queda mucho curso y lo más difícil. Entiendo que al principio todo es nuevo y excitante, pero si no se organiza bien el tiempo, puede ser muy duro. Aunque trató de evitarlo, al final le salió la vena de profesor.

- ¿He hecho bien el trabajo?

- Nyfiken sigue vivo y mi despacho no está en llamas, así que yo diría que si. Hay que tener paciencia con él y dejar que poco a poco se vaya acostumbrando. Luego será todo más fácil cuando coja confianza contigo. Acto seguido le enseñó sus manos y dedos llenos de mordisquitos y arañazos - También se tiene que acostumbrar a mí, como puedes ver.

A continuación, Melker se dirigió a su escritorio y abrió el cajón para sacar unas monedas que depositó en la mano de Daniel - 3 Galeones, como habíamos acordado. Y ahora, vaya a disfrutar de la cena. Le veré mañana en clase. Intente descansar en su cama Dijo a modo de broma -Buenas noches.

Melker esuchó atentamente a Anastasia Born cuando empezó a contar su secreto. Al mencionar su verdadero nombre, cambió de postura y respiró hondo mientras asentía ya que conocía a su padre y su reputación. Cuando terminó de hablar, Melker se quedó un rato callado, pensando. Se levantó de la silla y dió unas zancadas de un lado a otro del despacho - Entiendo que quiera mantener todo esto en secreto. Huelga decir que su secreto está a salvo conmigo, le doy mi palabra. Dijo mirándola a los ojos. - Esperemos que no llegue el día que Hogwarts se convierta en un "campo de batalla", como usted ha dicho. Pero si llegara el día, no tenga la más mínima duda que la protegeremos. Reecuerde que aquí se encuentra el Mago más grande de nuestro tiempo: Albus Dumbledore.

No sabía que más decirle a la joven Anastasia, no esperaba una situación así en su primer año como profesor. - Cualquier cosa que necesite, no dude en acudir a mi. La puerta de mi despacho siempre está abierta. No sabía si eso era lo que Anastasia querría oir. - ¿Puedo hacer algo más por usted?

-Si- admití ante las recomendaciones – “Bueno estuvo a punto de estar en llamas”- pensé mas no lo manifesté para no preocupar al profesor, ver las marcas de rasguño y mordidas me dio algo mas de confianza para seguir tratando al lindo hurón.

-Muchas gracias profesor-agradecí mientras tomaba las monedas – Genial ahora podre comprar mas pergaminos- dije emocionado, realmente no era mucho, pero para mí eso era una gran fortuna y me la había ganado yo.

-Si profesor, descansare en mi cama lo prometo- me rasque la cabeza algo avergonzado por la broma – con su permiso, pase buenas noches.

Abandoné el despacho del profesor emocionado por todo lo ocurrido, fue entonces que pude notar que mi pequeña siesta había durado mas que algunos minutos y ahora debía asistir a la cena, pero bueno todo el trabajo había valido la pena.

Esperemos que no llegue el día que Hogwarts se convierta en un "campo de batalla", como usted ha dicho. Pero si llegara el día, no tenga la más mínima duda que la protegeremos. Reecuerde que aquí se encuentra el Mago más grande de nuestro tiempo: Albus Dumbledore.

- ¡No...! - levanté la voz por error y me llevé una mano a la boca para intentar recuperar mi tono habitual.- ...tanto usted como el director Dumbledore opinan lo mismo pero, una de las condiciones que le indiqué fue que aceptaría venir a Hogwarts por si llegara a pasar esa situación, ningún profesor intervendría, nadie deberá protegerme solo encargarse de que no le pase nada al resto de los alumnos...- se había dado cuenta de que no había explicado todo totalmente.- Vine aquí a buscar pistas de la muerte de Alex Born, un auror que me protegió y cuidó durante muchos años... Murió el año pasado, asesinado...- sentía como una bola se le formaba en la garganta y cada vez le costaba más hablar.- ...yo regresaba al piso donde estábamos viviendo y si no fuera porque decidí entrar a intentar ayudarle sin saber ningún hechizo que pudiera realmente ayudar, tal vez hubiera sobrevivido pero ahora ya no es posible remediarlo - intentó cambiar lo más rápido de tema y terminar de explicarlo.- ...creemos quien lo asesinó era alguien conocido para él, por ello he venido a Hogwarts a buscar pistas ya que aquí se crió Alex y creemos que podría encontrar alguna pista aquí sobre quien es su asesino.

A parte de que Alex, estuvo entrenándome durante años para poder entrar a Hogwarts y aquí aprendiera lo máximo posible. Un detalle importante, pocas personas en el ministerio y aquí en Hogwarts sabe que Alex murió ya que si mi padre se enterara, vendría a buscarme directamente. El piensa que sigo en el mismo piso y que Alex sigue vivo cuidándome.

- En general eso es todo, se lo he contado ya que al ser usted el jefe de mi casa es el que tiene más riesgo de ser implicado si mi padre llega a venir.- se sentía más aliviada ahora que había podido explicarlo todo.- Agradecería también que no me tratara de ''usted'' o al menos claro si se trata por saber de que familia provengo. No soy como ellos, ni tampoco me gustan sus ''ideales'' si pueden llamarse así de alguna manera. Si le resulta confuso el cambio de apellido puede dirigirse solo como Anastasia y sería suficiente.

- ¡No..!

La subida de tono sorprendió al Profesor Westerberg y dió un pequeño respingo. Enseguida se recompuso y continuó escuchando la historia de Anastasia. Le soprendió mucho la valentía y entereza que demostraba siendo tan joven, incluso pensó que seguro que era más madura que él mismo - Tienes que entender que la respuesta de Dumbledore y la mía sean la misma. No estamos aquí sólo para enseñaros, también estamos para protegeros. No puedo darte mi palabra que no intervendremos, lo siento. Si llega el momento, evaluaremos la situación, es lo único que te puedo prometer. 

Había oído hablar de Alex Born, y enterarse de su muerte no fué nada una buena noticia - Lamento mucho la muerte de Alex. Mi oferta anterior sigue en pie, si necesitas ayuda para investigar, te ayudaré todo lo que mi puesto me lo permita.

- Agradecería también que no me tratara de usted o al menos claro si se trata por saber de que familia provengo.

- Muy bien Anastasia, la tutearé. Aunque no lo hacía por tu familia, es que suelo hablar de usted a los alumnos hasta que cojo confianza. Y no se preocupe por el apellido, para mí serás Anastasia Born hasta que me digas lo contrario. Le dijo más relajado y sonriendo para intentar que Anastasia se terminara de relajar.