Partida Rol por web

El Profesor Westerberg miró sorprendido a Artemis cuando este dijo que no sabía hacer el Lumos pero sí el Petrificus Totalus - Pensaba que la Profesora McMahon ya os había enseñado el Lumos, es de los encantamientos más sencillos. Si te quedas más tranquilo, puedo hablar con ella para que os lo enseñe cuanto antes ¿Te parece bien? Después de esa pregunta, Melker le echó una mirada inquisitiva a Artemis - ¿Quién te ha enseñado el Petrificus Totalus? No lo enseñaré hasta el año que viene.

Cualquier herramienta que pueda darme para proteger a mis compañeros me viene bien. Verá profesor tengo la intención de convertirme en auror y si no puedo poner en su lugar a un poltergeist con mala leche, ¿Cómo puedo siquiera plantearme la idea de dar caza a un mago tenebroso a futuro?

 Entendía el punto de vista de Artemis, pero tenía que hacerle entender que el proceso de conventirse en un gran mago es lento. - No puedes frustrarte por eso. Acabas de empezar tu primer año de siete, tienes que tomártelo con paciencia. Incluso cuando termines en el Colegio, aún te quedarán muchas cosas por aprender, así que disfruta del proceso de aprendizaje.

- Si conoces la teoría y el movimiento de varita, deberías practicarlo. Eso sí, prueba con troncos de madera y alejado de los otros alumnos, para no hacer daño a nadie. Y si alguien te pregunta, yo no sé nada. Dijo haciendo un gesto cómo si sellara su boca.

-Creo que todos quieren que sea Auror, mamá incluso fue una hasta su salida del ministerio, el resto de mi familia espera que trabaje con ellos en MACUSA

- Auror es un trabajo que a priori es muy goloso, ya que es emocionate y suele tener mucha aventura... Pero también mucho papeleo. Y a veces es duro, sobre todo cuando tienes que detener a alguien conocido o cuando ves como un mago tenebroso ha realizado una masacre.  A veces se preguntaba si se hubiera metido a Auror en caso de que no hubiera estallado la guerra mágica. - Aún eres muy joven para pensar en que ser en el futuro. Mi consejo es que hagas lo que hagas, que sea decisión tuya. Da igual lo que lo que tu familia te diga, tienes que hacer algo que a ti te apasione, de lo contrario acabarás en un trabajo que odias y cogerás manía a tu familia.

Lo aprendí por mi cuenta profesor hace aproximadamente una semana, actualmente me encuentro investigando otros dos hechizos el encantamiento reparo y el propio Finite Incantatem, pero creí que con su ayuda me resultaría más sencillo. - confieso con serenidad.

Otros dos conjuros a los que les tengo puesto el ojo son Expelliarmus y Expecto Patronum, también he revisado brevemente Incarceron y Desmaius, pero encontré estos últimos muy complicados así que decidí centrarme en algo que creí poder manejar.  - sentencio mientras le muestro otras páginas del libro que ya estaban marcadas y con algunas anotaciones en el margen.

Como ve profesor, soy un alumno bastante aplicado. Por lo que agradeceré me ayude a combatir a Peeves, pues, si bien es cierto puedo investigar por mi cuenta, pero no quiero morder más de lo que realmente puedo masticar. - añado en tono respetuoso y amable

La pelirroja escuchaba a su profesor con el rostro horrorizado. Por lo visto su hermano había cometido infames actos, y las consecuencias finales de todos ellos le repercutió al docente.

- Lamento que así haya sido, profesor...., pero mírelo por el lado bueno..., ya no podrá dañar a nadie más desde Azkaban.... Usted se portó como un héroe, y como tal, es incomprendido por muchos.... - la niña se esforzaba en intentar hacerle sentir bien, aunque comprendía que los enfados familiares dolían mucho. Una vez su madre dejó de hablarle una tarde entera por haber roto su jarrón susurrante, y aún recordaba cómo de encogido tenía el corazón pensando que su enfado sería para toda la vida.

- Yo también creo que la Navidad es mágica y que probablemente la familia de mi madre y de mi padre puedan llegar a arreglarse...., ojalá sean en las fiestas de este año, las voy a estar esperando con mucha ilusión...  - explica la Slytherin con un gesto soñador en el rostro.

En ese momento suena la puerta y aparece Artemis en el despacho de Melker.

- ¡Artemis!... - exclama la niña al ver a su amigo -... él es quien le dije que podría practicar el Rictusempra conmigo..., probablemente si ambos nos esforzamos y usted nos guía, podamos dominar el hechizo....

''No me puedo creer que me olvidara de lo más importante que tenía...'' decía mientras me replicaba a mí misma haberme olvidado del reloj de bolsillo de Alex, lo único que encontraron cuando falleció. No supe nunca abrirlo ya que estaba bastante quemado y el metal se había doblado haciendo que fuera imposible abrirlo sin romperlo. 

Lo llevé con cuidado hasta el despacho de profesor Westerberg y toqué la puerta, esta vez me asomé preguntando por él: ¿Profesor Westerberg, se encuentra?

Cuando Anastasia llamó a la puerta del despacho del Profesor Westerberg y se asomó, este la hizo pasar con un movimiento de la mano - ¡Anastasia! Pasa y ponte cómoda Dijo tutelándola al recordar que ella prefería que lo hiciera - ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

- Hola,profesor Westerberg...- dijo mirando a su alrededor buscando que no hubiera otro alumno y también extrañándole de que no encontrara a Nyfiken rondando por ahí.

- He venido por el mismo tema que le había hablado en otra ocasión...- dije para introducir de lo que quería hablar.- Me acordé que el día que pasó el incidente... y... - dije mientras buscaba en mi bolsillo y saqué el reloj.- esto fue lo único que se encontró en el lugar, pero a causa de la explosión no es posible abrirlo, no se si de aquí podemos sacar alguna información...

Lo aprendí por mi cuenta profesor hace aproximadamente una semana, actualmente me encuentro investigando otros dos hechizos el encantamiento reparo y el propio Finite Incantatem, pero creí que con su ayuda me resultaría más sencillo.

-Que lo haya aprendido por su cuenta es algo admirable. Debe tener una gran conexión con la magia, y me gustaría ayudarle a desarrollarlo, pero sólo puedo hacerlo en las clases. Piense que si le enseño a usted por separado, el resto de los alumnos se sentirán excluidos y también querrán aprender más rápido. Por eso tenemos que seguir el programa. Y mucho menos puedo enseñarle encantamientos de otras asignaturas, lo siento, pero no quiero tener problemas con mis colegas. Imaginaba a la Profesora McMahon entrando en su despacho cabreada por enseñar su temário y era algo que no le gustaría ver, así que de ninguna manera le enseñaría esos encantamientos a sus alumnos.

Otros dos conjuros a los que les tengo puesto el ojo son Expelliarmus y Expecto Patronum, también he revisado brevemente Incarceron y Desmaius, pero encontré estos últimos muy complicados así que decidí centrarme en algo que creí poder manejar.

- Expelliarmus lo aprenderéis el año que viene, y el Patronum... Sabía que el Expecto Patronum era un hechizo muy popular que cualquier mago quería aprener, pero no todo el mundo podía hacerlo y se necesitaba mucho control de la magia Todavía queda mucho para verlo, así que una vez más te recomiendo paciencia. Después de mirar el libro y ver que encantamientos tenía apuntado, Melker volvió a hablar - Mira, este de aquí, el conjuro Incarcerous, te lo tiene que enseñar el Profesor Von Vianden ya que es un hechizo avanzado de transformación. Y el Desmaius, lo siento, pero hasta quinto curso no lo veremos.

Como ve profesor, soy un alumno bastante aplicado. Por lo que agradeceré me ayude a combatir a Peeves, pues, si bien es cierto puedo investigar por mi cuenta, pero no quiero morder más de lo que realmente puedo masticar.

- Veo que lo eres, pero tienes que ir paso a paso. Intentar esos hechizos por tu cuenta es como intentar correr sin haber empezado a gatear. Vive el dia a dia y disfruta del camino, no quieras llegar ya a la meta por que quizá te pierdas muchas cosas por el camino. Esperaba realmente que sus palabras calaran en el joven.

- Hola,profesor Westerberg...

- He venido por el mismo tema que le había hablado en otra ocasión...- dije para introducir de lo que quería hablar.- Me acordé que el día que pasó el incidente... y... - dije mientras buscaba en mi bolsillo y saqué el reloj.- esto fue lo único que se encontró en el lugar, pero a causa de la explosión no es posible abrirlo, no se si de aquí podemos sacar alguna información...

Melker cogió con cuidado el reloj y lo depositó encima del escritorio con mucho cuidado. - Interesante. ¿Viste a Alex usarlo de alguna manera extraña antes del... incidente? Dijo mientras lo miraba más de cerca buscando alguna pista mágica. - Puedo probar una cosa, ¿Si te parece bien? Decía mientras sacaba su varita y apuntaba con ella al reloj - A veces los magos esconden mensajes ocultos que se puede revelar con un sencillo hechizo.  

Melker realizó un movimiento de varita al que acompañó con la palabra mágica:

¡Aparecium!

-¡Nunca me he considerado un héroe! Dijo sonriendo tímidamente  -En una guerra, los héroes y los villanos dependen del bando al que preguntes. Yo sólo hice mi trabajo lo mejor que pude. Añadió quitándole hierro al asunto.

- No te preocupes por las Navidades, si hay algún problema en tu casa, puedes pasarlas en el castillo. Muchos alumnos prefieren pasar la Navidad en Hogwarts con sus amigos. No es lo mismo que pasarlas en familia, pero no está nada mal. Melker no sabía dónde pasaría este año las Navidades, pero por ahora no quería pensar en ello.

Acto seguido, Artemis Flamel entró en su despacho y Melker lo recibió con una sonrisa. - ¡Buenas tardes Señor Flamel! ¿Todo bien?
 

- No estoy segura... siempre miraba el reloj para ver la hora...- dije mientras pensaba que podía ser realmente extraño en cada uno de sus movimientos pero ninguno le parecía realmente sospechoso.

Después que el profesor sintió algo en su mano, pero no le prestó atención y comenzó a mover el reloj en su mano esperando ver algún cambio, aunque ninguno apareció hasta que colocó en su mano el reloj que de tal manera donde se encontrara el botón con el que saltaba la tapa y desvelara la hora se abriera hacia la derecha pero era imposible, después de todo el metal alrededor estaba hundido y era imposible abrirlo.

- Profesor Westerberg, ¿podría romper el reloj...? - dije dudando de que algo podría ver en el interior pero si era así, rompería el único recuerdo que le quedaría sin pistas y sin reloj.

Lo entiendo perfectamente profesor, muchas gracias por su tiempo, lo veré en clase. - digo con cierta desazón, mientras me preparo para abandonar el despacho.

Acto seguido, Artemis Flamel entró en su despacho y Melker lo recibió con una sonrisa. - ¡Buenas tardes Señor Flamel! ¿Todo bien?

Buenas tardes profesor, vine porque Kayla me comentó que necesitaba un compañero de práctica y aquí estoy para eso. 

Melker sintió una pequeña decepción cuando su hechizo no reveló nada, pero para que Anastasia no se percatara de su decepción, se encogió de hombros para restarle importancia. - Probemos otra cosa.

Profesor Westerberg, ¿podría romper el reloj...?

 A Melker le sorprendió mucho esa petición, y para asegurarse de que Anastasia lo decia de verdad, la miró fijamente a los ojos muy seriamente - ¿Estás segura? No puedo prometerte que consiga arreglarlo después de esto. Anastasia asintió con una mirada segura de si misma y Melker sacó la varita para realizar otro hechizo.

Realizó el movimiento de varita y con voz clara pronunció -¡Diffindo!

Después de que Anastasia dejara el reloj y el profesor pronunciara su conjuro, todo su cuerpo se tensó esperando ver el reloj quebrado en mil pedazos, y en cuanto lo vio romperse con tanta facilidad algo crujió dentro de interior igual que el último recuerdo que poseía de él.

La tapa del reloj saltó junto con otras piezas y cuando todas se quedaron completamente quietas en el suelo, lo que cayó por último fueron las rodillas de Anastasia para recoger la tapa que había en el suelo y solo la cogió y la abrazó como si no hubiera otra cosa en el mundo. 

En cambio la otra pieza del reloj totalmente rota, lo único que se mantenía en pie eran las manillas del reloj, el segundero apuntaba al minuto 48, el minutero apuntaba a las 12 y el más pequeño apuntaba a las 3. 

Anastasia se quedó completamente callada y arrodillada en el suelo, solo esperando... 

No fué fácil para Melker realizar ese hechizo puesto que imaginaba que era un objeto muy valioso para Anastasia, y al verla reaccionar de esa forma sintió una punzada de dolor en el pecho. Se preguntó si había hecho lo correcto, si debía haberla persuadido para buscar otra solución, pero ya era demasiado tarde.

- Anastasia, yo... Lo siento. Dijo acuclillado a la altura de Anastasia sin atreverse a tocarla si quiera, pese a que su instinto le decía que la abrazara paternalmente.

Desde el suelo, Anastasia vió una caja sin deshacer con objetos personales de Melker dentro de ella. Entre esos objetos, se podía apreciar el retrato de una mujer. Había algo en él que le sonaba familiar a Anastasia. Ya había visto a esa bruja antes, pero ¿Dónde?

En cuanto Anastasia vio la imagen dentro del cajón y solo soltó una de sus manos para agarrar la fotografía y acariciarla con el pulgar, su mente rebuscaba algún rastro de donde podría sonarle pero no encontraba respuestas, en ese momento se encontraba débil y cansada por la pérdida del único recuerdo que conservaba de Alex. 

Sus ojos se encontraban rallados y no podía ver bien, y no quería que Melker supiera que estaba a punto de llorar por ello no acercó sus manos a sus ojos...

Cuando Anastasia cogió la foto de la bruja, el rostro de Melker se desencajó por completo del terror. Acto seguido, con una mirada fría como el hielo, arrancó la foto de las manos de Anastasia y la llevó contra su pecho - ¿POR QUÉ LA HAS COGIDO? ¿QUÉ HAS VISTO? Su mirada ya no era de enfado sino de terror absoluto, y una lágrima comenzó a correrle por la mejilla marcada.

Anastasia no pudo evitar sorprenderse por el acto de Melker cuando cogió su foto, a causa de la sorpresa, no pudo aguantar más y también una lágrima rodó por su mejilla. En cuanto pasó, se levantó de golpe y se echó a correr, huyendo del despacho y llevando consigo solamente la tapa del reloj consigo...

Melker se quedó congelado durante unos segundos, con la foro de la bruja en sus manos y viendo cómo Anastasia comenzaba a correr para salir de allí. Sabía que había reaccionado mal, y sobre todo teniendo en cuenta que lo hizo ante Anastasia, quién había confiado en él ciegamente al contarle su secreto. - ¡ANASTASIA ESPERA!... ¡Por favor! Notaba un nudo en la garganta que casi no le permitía gritar, pero esperaba que Anastasia le escuchara y notara el arrepentimiento en esas palabras.