Partida Rol por web

Otra criatura desconocida me jalaba a las profundidades una cortina de burbujas se empezó a formar y los brazos y piernas comenzaban a sentirse pesados debido al esfuerzo de nadar y batallar con la criatura, si seguía de esa manera todo terminaría rápido y conmigo flotando en el fondo del lago, no quería esa muerte, tome la varita y apunte a la criatura  una vez mas para utilizar el encantamiento Flipendo, así que lo apunte al extraño ser y me concentré para que así fuera y la criatura me soltará.

-Flipendo- volví a pensar para no ahogarme y en cuanto ambas aflojaron mis piernas nade con lo que me quedaba de fuerzas, para llegar al bote y subir, en ese punto Victoria no estaba me desesperé mucho ya que no podía ver a la chica por ningún lado, aún así intentaba encontrarla.

Todo estaba en calma, los chicos conversaban aunque no pudieron intercambiar más impresiones cuando aquella magia apareció y la pequeña se sintió atraída y encantada por el agua, ahora sentía lo que producía y en ese momento no se daba cuenta pero debería reconocer que era desagradable no tener control sobre sus propias emociones. Contempló con admiración a ese hombre que si no fuera por su magia, lo encontrados muy mayor como para despegar en ella algún tipo de interés sin embargo el agua era otro asunto. 

Absorta en la oscuridad, se inclinó para contemplar la oscuridad sin embargo era tan parecido a lo que vio en el puente teclado como cuando se hundía en ese mismo lago que él mismo miedo la hizo respingar la nariz y echarse para atrás, colocando su mano en él ante brazo de Francis, apretando con fuerza mientras ambos eran presas de ese encantamiento.

— yo-yo Soy Ginevra... él es Francis y...y deseo saltar al agua... pero no sé nadar — logra decir, luchando por hilar las ideas — mis compañeros... ¿podemos ir a ayudarlos? — el que dijera que algunos habían saltado al agua la hizo preocuparse, sin soltadse del brazo de Francis, deseaba ir en ayuda de sus colegas.

Victoria nadaba con todas sus fuerzas hacia la barca, pero, cuando ya pensaba que estaba a salvo de nuevo sintió un tirón en sus piernas, la ravenclaw miró hacia abajo y pudo ver como dos selkies que parecían enfadados intentaban hundirla en las profundidades del lago. No sabía que había llevado a aquellas criaturas a comportarse de aquella forma, si era todo parte de la prueba o es que las habían importunado de alguna forma, de cualquier manera, tenía que soltarse o acabarían ahogándola, apuntó de nuevo con su varita hacia las dos criaturas y volvió a lanzar el hechizo Rictusempra, sabia que era su mejor hechizo en aquellos momentos y que no les causaría daño alguno, el hechizo impactó en los dos que la soltaron automáticamente, Victoria nadó hacia arriba todo lo rápido que pudo y buscó a Daniel con la mirada, lo localizó en el bote, fue hasta allí y subió con su compañero.

- ¿Qué demonios les pasa a estas criaturas? - dijo casi sin aliento.

Me sorprendió la melodía que estábamos escuchado incluso pensé que Ginevra había empezado a cantar pero eran ¿Sirenas? era algo que no esperaba ver, al menos no todavía,mientras me invitaban a entrar al gua no podía dejar de pensar que sería divertido y sumamente satisfactorio seguirlos al agua.

Estaba pensando en levantarme y zambullirme hasta que sentí la mano de Ginevra sujetandome -¿Eh? Quiero decir si tienes razón no podemos entrar al agua lo sentimos- quería nadar pero si yo saltaba Ginevra podría hacerlo y ella no sabía nadar y yo tampoco había mandado nunca,me senté en el bote para seguir remando.

Parecía estar en el cielo, si no fuera por esa voz distante en mi cabeza que aún continuaba tratando de convencerme de que las chicas estaban en peligro, pero una voz débil ahogada por la lujuria que sentí en aquellos momentos y era impulsada por la sirena. En cuanto ella me dio consejos no dude en pellizcar uno de sus pezones y chupar el otro como si hubiera estado esperando a que me diera el visto bueno para hacerlo.

Pero entonces hay algo que activa todos mis sentidos... una de las chicas... no va a poder escapar... se va a ahogar.

- ¿Quien se esta ahogando? -dije con la cabeza apoyada en los pechos de la sirena, espere unos segundos en busca de una respuesta- ¿Quien?

En cuanto obtuviera respuesta aunque no fuera una buena que me dijera exactamente quien era me lanzaría a por lo remos, solo había sido capaz de disfrutar de este momento porque me había hecho creer a mi mismo que todo estaba bien pero si sabía a ciencia cierta que alguien estaba en peligro simplemente no podía estarme quieto. Por lo que iba a remar con todas mis fuerzas con la intención de llegar a tiempo para salvarla.

Melker y Cyllene habían conseguido lo más difícil, que era deshacerse de las Selkies que les acosaban y ahora tenían via libre para salir del lago. Teniendo en cuenta de que la Profesora Foxier no sabía nadar, lo más lógico era que subieran a la barca e intentaran llegar a la orilla remando, pero Melker se sentía inseguro por si las Selkies regresaban con refuerzos.
 

El ex-Auror sentía cómo se le agotaba el oxígeno que había conseguido almacenar en sus pulmones antes de saltar de la barca, pero por su cabeza no pasaba la posibilidad de rendirse, y menos con Cyllen en una situación tan delicada. Melker ascendió hacia la superficie moviendo rápidamente las piernas e intentó agarrar a Cyllene por el camino para ayudarla a salir del oscuro y frío lago. 

Sin duda hoy era el día de Dani realizando hechizos, los flipendos que lanzó contra las criaturas mágicas fueron realmente potentes, tanto que el impulso que tuvo el niño en el agua fue lo suficientemente fuerte como para alejar las selkies de sí mismo, soltándole al instante, liberando sus extremidades y dándole la oportunidad de huir.

Pero tanta potencia de magia tuvo un problema, y es que el muchacho se desplazó en el agua con respecto donde estaba en la barca y por más que buscaba a Victoria no podía verla, quizás hasta se hubiera ahogado... El muchacho nadó hasta el bote, el agua del lago por lo visto tenía restos de partículas en suspensión, lo que provocó que los ojos le picasen mucho, tanto que seguía sin saber nada de Victoria, a pesar de que estaba a su lado. La situación probablemente le fuera desesperante....

Victoria por su parte había sido muy habilidosa con los Rictusempra, liberándose del desagradable abrazo de las criaturas acuáticas, las cuáles pudo recordar, se llamaban selkies y formaban una comunidad bajo el lago de Hogwarts, solían ser pacíficas y no incomodaban a los alumnos pues ocupaban las zonas más profundas del lago.

La muchacha podía mirar el bote y pensar el cómo intentar subirse a él, cuando sintió que una criatura estaba justo a su lado, sonriéndole.

- ¿Estáis disfrutando el baño?.... Rara vez los alumnos entran en nuestro territorio para zambullirse... - comenta la bonita sirena en actitud relajada, no parecía tener la maldad de las selkies

A pesar de que aquella voz sonaba amable no me confié de ello y preferí subir al bote , los ojos me picaban  y a duras penas podía ver algo ya que el lumos se había desvanecido, por lo que  estaba de verdad preocupado y desesperado.

-Disculpa mi compañera esta en el agua ¿Podrías ayudarla?- le dije a la dueña de la voz, ya que gracias a las partículas que se encontraban en el lago estaba parcialmente imposibilitado para observar, el traje estaba completamente mojado, la grabadora que hacía los sonidos de lobo completamente estropeada y para colmo me preocupaba mucho lo que le hubiera ocurrido a Victoria.

Ginevra tras haberle dicho sus nombres al tritón y realizar las presentaciones oportunas dijo un par de verdades sobre su persona, una que deseaba tirarse al agua, y otra, que no sabía nadar. El masculino sireno sonríe a la niña con encanto para decirle algo más que obvio.

- Es normal que desees estar en el agua... ¿quién no querría estarlo?...., es una pena que seáis humanos y no podáis disfrutar las profundidades del lago... Pero no te recomiendo que te tires, si lo haces...¿cómo te mantendrías a flote?..., aunque quizás sea una buena forma de aprender a nadar.... - comenta razonando para sí mismo -... Bueno..., podrías ayudar a tus compañeros, la pregunta es... ¿a quién?.... Si me dices un nombre y una descripción, quizás podamos hacer algo por ti....

La joven sirenita miró a Francis con tristeza, obviamente no deseaba unirse a ella en la fiesta del agua, tomando los remos casi con desinterés.

- Quizás si te canto una canción desees acompañarme.... - indica ella insistente

- No más canciones Coral..., ya sabes el efecto que podría tener sobre él y eres muy joven para esas cosas... - le reprende el tritón, quien podría ser su padre o quizás profesor.... ¿quién sabía?

- Nunca podemos hacer nada divertido... - responde ella coleteando enfadada, salpicando con el fría agua a los ocupantes de la barca

- ¿Y bien?..., ¿a cuál debemos ir a rescatar?...., hay muchos que ya están con el agua al cuello... - comenta divertido el tritón sin apartar sus ojos de los de Ginevra

El joven Ryder sentía en su interior una vocecilla que le indicaba que debía reaccionar e ir hacia sus compañeras, pero sus acciones tenían otra línea de idea completamente distinta. Por un lado pellizcó uno de los pezones de la sirena, la cual, apoyada sobre la barca, se dejó hacer, sonriendo levemente, mientras movía levemente la cola sobre la superficie del agua. A continuación succionó el otro pecho, emitiendo la bonita criatura un gemido de placer, un sonido que probablemente excitase al varón más frío y menos lujurioso que pudiera habitar la faz de la tierra.

La otra sirena de rubios cabellos se aproxima a la barca y estira la mano hacia Alen para tocarle la entrepierna, rozando ésta con un suave movimiento delicado y hábil, terriblemente hábil.

- Nosotras no decimos  quien... - indica la morena bajando su rostro para besar los labios del muchacho -... tú debes decirnos a por quien deseas ir..., a por la rubia...o.... a por la morena...., o quedarte aquí con nosotras..., con la rubia y con la morena.... - sonríe la criatura dando un beso suave y salado en los labios del varón, mientras la rubia se afanaba con la parte más baja de la anatomía de Alen.

Las decisiones estaban en su mano.

Cyllene observaba el desencuentro final entre las selkies y Melker. Otras dos fueron abatidas, huyendo la última criatura al denotar la magia que los profesores portaban con su varita. 

La mujer estaba tranquila, el hecho de poder respirar con normalidad no había provocado el pánico que suele sucederles a las personas que aprenden a nadar cuando son adultas, sintiéndose bastante relajada en el líquido elemento. Pero eso sí, no era ágil con sus movimientos en el agua, a pesar de haberse quitado la túnica y no tener el estorbo de tela pegada a su piel.

Cyllene observó cómo Melker ascendía en la columna de agua, sintiéndose tranquila cuando pasó por su lado y le tomó de la mano para ayudarle en el ascenso. Algo que no les entrañó mucha dificultad. Una vez ambos estuvieron con la cabeza fuera del agua Melker podría respirar, y Cyllene a la par con él, lo que inicialmente le había dado pánico ahora no le resultaba una experiencia traumática, sino más bien excitante.

- ¿Estás bien?.... - pregunta la mujer tomando con una mano la barca, mientras con la otra tenía cogida la de Merkel. La mirada verde de la profesora miraba al varón de particular manera. Admiración y sobre todo, deseo...

Allí estuvo un tiempo prudencial observándole, el adecuado para que él pudiera respirar y cuando observara que se encontraba en buen estado sería ella misma la que le quitase la respiración, besándole con una pasión desbordante, mezcla de sentimientos y adrenalina, dejándose llevar y no midiendo sus gestos para con él, siendo más auténtica que nunca en sus acciones.

Victoria intentaba subir al bote pero se sentía muy cansada y su túnica mojada pesaba demasiado.

- Disculpa mi compañera esta en el agua ¿Podrías ayudarla?

Escuchó la voz de Daniel que ya estaba en el bote y al girarse para ver con quién hablaba pudo ver que una de las criaturas estaba junto a ella y le sonreía. ¿Ya no querían ahogarla? ¿había sido todo parte de la prueba para asustarles? ¿o sonreía solo a causa del hechizo de cosquillas?

- Ho...hola - le dijo -mis disculpas por lo de antes... el pánico pudo conmigo... ¿puedes... ayudarme a subir?

No sabía si la selkie la entendería pero le dedicó su mejor sonrisa suplicante.

Cuando Melker sacó la cabeza del agua, inspiró como si hubieran pasado siglos sin poder hacerlo y siguió unos segundos expirando e inspirando hasta recuperar el ritmo normal, cosa que no duró mucho ya que Cyllene le plantó un beso que casi hizo que volviera a perder la respiración. Aunque de primeras el beso le pilló desprevenido, Melker se recompuso y disfrutó los últimos segundos de los suaves labios de la Profesora Foxier. - Ahora si Contestó a la bella profesora.

Una vez recuperado del todo, Melker ayudó a la profesora de pociones a subir a la barca, momento en el que se perctató de que sólo iba vestida con la ropa interior. La cara de Melker se volvió completamente roja y apartó la mirada de las preciosas curvas de la docente para dejarle un poco de intimidad y que se volviera a poner la túnica - Avisame cuando estés vestida Dijo con la vista perdida en la orilla mientras comenzó a nadar hacia allí moviendo un brazo y sujentando la barca con el otro.

Parece que el tritón entendió bien nuestra situación y nuestros motivos pero la pequeña sirena al parecer simplemente pensó que no quería ir con ella,me sentí algo culpable al menos hasta que nos hecho el agua encima a lo que solté una pequeña risa ahora en ves de una criatura mística parecía una niña pequeña haciendo un berrinche.

Mi cara volvió a un serio semblante al parecer nuestros compañeros estaban en peligro y podíamos ir a ayudarlos pero ¿A quien? Por mi parte no tenía un amigo cercano por el cual decidir irme ¿Por quien crees que debamos ir Ginevra? Los profesores creería están bien eso nos deja los botes de Alen que fue solo y Victoria que fue con... Daniel- dije lo último casi en susurro aún estaba incómodo por lo que sucedió con Daniel pero si alguno estaba en peligro debíamos ayudarlo.

Sumida en el encanto del tritón, la niña se inclinaba sobre el borde del bote con unas infinitas ganas de saltar al agua, pero el miedo a ahogarse como le pasó al principio de año la mantenía arriba el bote y sujetándose del brazo de Francis. Pero esa fascinación pasó a un segundo plano al momento de que la criatura le revela lo que estaba pasando. Ginevra vuelve a su asiento y mira instintivamente a todas partes, buscando a una persona en especial, la primera que se le vino a la cabeza y que le hizo temblar al creerlo en peligro, pero... ¿debería ir por él?. Por unos breves instantes su cabeza razonó, si salvaba a Alen, él podría aceptarla como prometida y ya no tendría problemas en casa y la amenaza de volver a casa desaparecería, además, si desaparecía Sinclair, todo estaría más tranquilo, incluso si el mismo Daniel desaparecía, así ella no tendría que sentir todo aquello que sentía, sin embargo si igual suerte corría Alen, ella estaría libre. 

Lo peor de todo es que no se sintió mal de pensar todo eso, además, sabía que los profesores no se arriesgarían a algo peligroso, ni el director ¿cierto?. Los recuerdos de aquella noche en el bosque y los dragones la aterraron y el primer nombre que dijo, casi sin pensarlo fue uno...

— a Daniel, Daniel Anderson — lo pronunció con suma convicción, y miró a Francis — él estaba con Sinclaire...y... — mentira, a Ginevra sólo le importaba su amigo, y todo el razonamiento que había hecho entre los dos chicos, lo había olvidado — es un chico tan alto como Francis, rubio... de piel tostada y... y acento norteamericano — le intenta explicar como era Daniel — por favor, ayúdenos, también podemos ir por los demás — ya se daba cuenta que la suerte de Alen si bien le preocupaba y había generado algo de afecto con el chico, sabía que no se comparaba con lo que sentía por Daniel. 

Daniel había conseguido subirse a la barca, algo de lo que Victoria no fue capaz, necesitando la ayuda de la sirena, la cual, amablemente, le dio un empujoncito hacia arriba para que pudiera llegar a su superficie y descansar. Una vez la niña estuvo a salvo la recién llegada les hizo un comentario.

- Habéis pasado la primera prueba de valor... os felicito..., sois muy buenos con la magia..., las selkies contra las que habéis luchado están siendo ahora mismo atendida por la gente del agua, no creo que deseen veros por un tiempo.... Nuestros pueblos normalmente no se juntan..., a no ser que nos apetezca algo de diversión.... - dice ella riéndose -... pero sois muy jóvenes y quizás no queráis divertiros... Nuestra señora nos impidió que hiciéramos encantamientos con el agua, estaba segura de que si se hacía todos caeríais bajo nuestros encantos... Por eso no os he cantado....

La sirena se aproxima a la barca y se apoya sobre ella mirando fijamente a los dos jóvenes, mostrando sus dos pechos en el proceso, los cuáles, libres como el viento, marcaban que en el ambiente exterior hacía frío..

- Pero si queréis puedo cantaros.... a lo mejor os gusta mi melodía... ¿lo deseáis?.... - pregunta la muchacha con voz angelical.

Cyllene subió a la barca tras haber recibido la ayuda del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. La fémina temía en parte ese momento, inicialmente fue una buena idea pues para ganar agilidad de movimientos en el agua había dejado su ropa de lado, sintiendo morir ahora, cuando debía mostrar su cuerpo delante del varón.

Fue muy adecuada la actitud del Melker para con ella, dándole espacio para que pudiera vestirse, sin ofenderla o hacerle sentir como si fuera un pedazo de carne, algo que otros muchos quizás hubieran hecho. La fémina se dio bastante prisa en arreglarse, por un lado se escurrió el pelo, y seguidamente se puso la túnica para cubrir su cuerpo, el cual estaba atenazado por el frío.

- Estoy ya lista... - comenta ella con rubor aún en el rostro -...sube a la barca vas a acabar agotado... - su voz denotaba preocupación por él, mientras su mirada no se apartaba de la figura masculina como si temiese que finalmente el lago pudiera tragárselo.

Mientras Melker tira de la barca hacia una de las orillas, justo hacia donde se dirigían inicialmente. La magia del bote comienza a tirar hacia el sentido contrario, aunque ese poder era débil y el varón podría tener voluntad de dirigirse donde realmente deseara.

Francis y Ginevra comenzaron a tener una charla sobre a quien ir a ayudar, el muchacho parecía no tenerlo claro del todo, pero Gin dijo un nombre y por su forma de decirlo, incorporando incluso una descripción del muchacho que le preocupaba, dejó bien clara su línea de preferencia, provocando en el tritón una sonrisa de comprensión.

- Bueno, ya tengo claro la barca a por la que quieres ir..., la pregunta es... ¿cómo pagarás por nuestra ayuda?.... - pregunta el varón apoyándose en el filo de la barca, mirando a la muchacha con intensidad.

- Deberíamos llamar a las selkies para que les tiren al agua, como a los demás... - respondió la pequeña sirena, enfadada por la negativa de Francis.

- Vamos a ver qué estarían dispuestos a dar por ayudar a los suyos... ¿quizás vuestras varitas?.... ¿renunciaríais a la magia por ayudar a los demás?.... - pregunta el hombre sumamente intrigado, obviamente les estaba tanteando

- Oh muchas gracias, pero será mejor que no - le dijo la ravenclaw con una amable sonrisa, si les cantaba seguro caerían bajo sus encantos, si es que Daniel no había caído ya sin necesidad de cánticos... le miró con el rabillo del ojo para ver su reacción - Has sido muy amable, gracias por tu ayuda.

Melker quería irse de allí cuanto antes, pero no quiso meter prisa a la bella profesora y dejó que se vistiera y escurriera el pelo sin decir nada, mirando de vez en cuando a las oscuras aguas por si las selkies volvían a aparecer en busca de venganza.

Cuando Cyllene terminó de vestirse e invitó a Melker a subir a la barca, este lo hizo con cuidado para evitar volcarla. Aún sentía que estaban en peligro, sobre todo por que la magia seguía intentando dirigirles a otro lugar y creía que el primer ataque fué por no dejarse llevar la primera vez. Si la Dama Gris no quería que se dirigieran a la pequeña isla, tendría que hacerlo mucho mejor la próxima vez - Sigamos con la cita ¿No? Dijo cogiendo los remos y luchando contra la magia de la fantasma.