Partida Rol por web

La Torre de Gryffindor se encuentra detrás del retrato de la Dama Gorda del séptimo piso. Para entrar hay que decirle una contraseña al retrato, y éste se moverá a un lado. Detrás hay un agujero circular que lleva a la sala común de Gryffindor. La habitación está llena de sillones esponjosos, mesas, y un tablón de anuncios en el que se pueden colgar noticias escolares, anuncios, lista de objetos perdidos, etc. Hay una ventana que mira a los terrenos de la escuela y una gran chimenea que ocupa gran parte de una pared. De la sala común salen dos escaleras que llevan a los dormitorios de Gryffindor: de chicas y de chicos.

No se podía decir que había sido el primero en llegar, ni tampoco el último, puesto que todos habían ido, más o menos juntos, hasta la entrada de la sala común. Aedan estuvo fascinado casi todo el camino, haciendo poco o casi nada de caso a las indicaciónes de Percy para llegar hasta el enorme retrato de la Dama Gorda. Era un cuadro bastante más grande que los demás, como si escondiera algo detrás, y vaya que si lo escondía. Después de una pequeña charla y una frase secreta por parte de Percy, el cuadro hizo a un lado, descubriendo así la entrada a la sala común.

-Recordad bien chicos, la contraseña es "Caput draconis", cada vez que queráis entrar, ya sabéis- dijo el prefecto. Por suerte, Aedan esta vez si que estaba atendiendole. La entrada a la sala común no era gran cosa, pero una vez dentro todo cambiaba para mejor.

La salita en sí era bastante espaciosa, con muchisimos sofás puestos alrededor de unos cuantos armarios y una inmensa chimenea que parecía producir un fuego infinito. Una enorme lampara de techo suspendida en el aire con varias velas iluminaba la sala junto a la chimenea, lo que le daba al ambiente un toque anaranjado. Como parecía ser costumbre en Hogwarts, la sala también estaba llena de cuadros animados.

-Bien, las habitaciones de los chicos estan por las escaleras de la derecha y las de las chicas, a la izquierda. Recordad que ninguno de vosotros puede entrar en la habitación del contrario, es decir, nada de escabullirse por la noche en la habitación de las chicas- explicó mientras señalaba a los chicos-. Si un chico intenta subir por esas escaleras, estas se convertiran en un tobogan. Y para las chicas lo mismo... aunque las escaleras de los chicos no hacen eso, supongo que es porque sois más de fiar. Bueno, bienvenidos seais, podéis dejar todas vuestras cosas en los baules de delante de vuestras camas.

Aedan asintió un par de veces y en un primer momento se quedó dando vueltas alrededor de la pequeña sala común. La verdad sea dicha, el muchacho la esperaba algo más espaciosa, pero estaba claro que no se podía quejar. Estaban en una de las torres más altas y desde la ventana se podía ver un increible y hermoso paisaje, o por lo menos eso esperaba Aedan, ahora que era de noche era dificil decirlo.

Algunos chicos y chicas más aún estaban en la sala común con él, mientras que muchos otros se ponían a subir las escaleras para dejar todas sus cosas. Quizás no fuera mala idea del todo dejar primero todos los bartulos y luego poder bajar a la sala en sí para entablar alguna conversación con alguien.

En un visto y no visto, Aedan subió a los cuartos de los chicos y eligió una de las camas, para luego coger sus cosas y dejarlas en el baul que estaba justo delante del camastro. Una vez hizo esto volvió a dirigirse a las escaleras para bajar a la sala común. Tenía ganas de inspeccionarla un poco más antes de que llegara la hora de dormir.

-Cállate ya- dijo alguno de los chicos mientras continuaba hablando, al parecer hablar de Quadpot, familia y tratar de hacer amigos, había superado la paciencia de alguno de los mayores de Gryffindor, así que, aunque no muy de mi agrado tuve que guardar silencio el resto del camino.

Disfrutar del recorrido fue lo mas genial, fantasmas, escaleras móviles, cuadros animados, esto era como ir a la casa de mi tío Percival Damocles, pero mejor era un castillo y lo más increíble fue imaginar poder recorrerlo todo.

Finalmente, y después de subir mucho llegamos ante el retrato de una mujer gorda y el prefecto hablo con ella, también dijo algo sobre que la contraseñar era “Caput Draconis”, bastante cómico en especial por que sonaba como “Capuleto Dracónico” me imagen la obra de Romeo y Julieta donde los Capuletos eran dragones, hubiera sido raro que Romeo se enamorara de uno.

Al pasar la puerta pude observar una gran sala llena de grandes armarios, mesas, y un pizarrón con algunas noticias, supuse que ese sería el tablón donde el profesor colocaría los horarios. Una ventana miraba hacia afuera, a los terrenos del castillo era espléndida vista del bosque y del lago, era increíble -me gustaría acampar en ese bosque- mencione- estoy seguro que debe haber cosas increíbles por ahí.

 Afortunadamente uno de los chicos mayores me escucho y pudo decir – el bosque esta prohibido para los nuevos, además esta lleno de monstruos y criaturas- pero eso no me quitaba el interés de saber que había en él.

Finalmente me senté en uno de los sillones mientras pensaba que era lo siguiente por hacer, la gran chimenea en la pared llenaba la estancia de luz y calor, uno de los chicos se dirigió a los dormitorios, fue entonces que me di cuenta que debía llevar mis cosas ahí.

-Si hay literas pido la de arriba- grite mientras corría con mi maleta para tratar de ganar una cama.

Después del extenso debate llevado a cabo para estructurar el organigrama de las clases, formalizando así los horarios con el resto del profesorado, Harold se sintió satisfecho con los resultados obtenidos. Darles herbología a tercera hora le permitiría poder ofrecerles a los jóvenes aprendices los ingredientes necesarios para la clase de pociones que venía inmediatamente después, algo a su parecer francamente práctico y eficiente.

ORGANIGRAMA

Historia de la magia
Encantamientos 
Herbología 
Pociones
DCAO
Transformaciones
Vuelo
Astronomía

Una vez tuvo una de las copias de la lista en la mano, se despidió del resto de docentes y se dirigió a la sala común de Gryffindor para dejarla colgada en el tablón de anuncios. Al cruzar la entrada observó que los alumnos se estaban acomodando en sus respectivos aposentos y sonrió complacido.

- Bueno, aquí tenéis el organigrama del curso de los de primero. Tras el desayuno de mañana en el Gran Comedor, acudiréis a las clases tal y como está indicado. Si tenéis alguna duda al respecto, no dudéis en preguntar. ¿De acuerdo?

Durante todo el trayecto hacia los dormitorios no pude evitar escuchar en cierta manera fascinado  a Daniel, todo lo que decia arrojaba un nuevo aspecto distinto del mundo mágico y eso hacia que se me plantease nuevas preguntas que se añadirian a la lista y esta comenzaba a ser  alarmantemente larga.

Por desgracia, no pude seguir escuchando ya que al parecer la charla de Dan estaba comenzando a irritar a otros alumnos más mayores, al parecer nuestro dormitorio estaba tras un cuadro y no un cuadro cualquiera, sino de uno que hablaba y al pronunciar la contraseña este se abria revelando el hueco que llevaba a la sala comun de la casa.

---Si señor...-dije mansamente a nuestro jefe de casa mientras echaba un ojo al horario, al ver que los demás chicos se apresuraban a subir para escoger cama miré a Tabby- Supongo que nos vemos mañana, adios- digo antes de salir tambien corriendo escaleras arriba.

El dormitorio era compartido aunque muy grande, y las camas eran enormes, arrastré mi baul hasta los pies de una y comencé a ponerme el pijama.

---¿Habeis visto el horario? La verdad es que todas las clases tienen buena pinta...- comento distraidamente mientras me froto los ojos fruto del cansacio que comenzaba a apoderarse de mi.

Xabier se encontraba cansado por todo lo que había pasado aquel día. Tantas emociones diferentes en tan poco tiempo y  tantos estímulos que se contraponian a la tranquilidad en la granja o la casa de sus abuelos le habían acabado de agotar por completo.

Los ojos se le cerraban y no paraba de frotarselos para mantenerlos abiertos. No había dicho nada desde la cena y creía que lo mejor era seguir así  por eso se fue a los dormitorios directo. Casi se le va el sueño cuando se dio cuenta al llegar al dormitorio de que tendría que compartirlo con los demás alumnos de su año. No se lo había esperado porque todo el mundo lo había dado por hecho menos él. Era la primera vez que compartía habitación y no esperaba que la gente le viera mientras dormia.

Así que en silencio, fue la cama donde se encontraba su maleta. Cerró el dosel y se cambió el uniforme por el pijama sin que nadie le viera. Se sentía bien encerrado entre esas cuatro paredes de tela y decidió dejarlo así, como si estuviera en un fuerte de sabanas. Echaba de menos a sus padres, y se durmió pensando en ellos. Le esperaba mucho que hacer el día siguiente y necesitaba recuperar fuerzas.

Después dela cena, se dirigieron a los dormitorios, aquel lugar no dejaba de sorprenderle, sombreros que hablan, comida que aparece sola, escaleras que se mueven solas, y ahora cuadros donde sus retratos se mueven y hablan, y ahora debían atravesar uno para acceder a los dormitorios -¡Que pasada!- pensó, pero en realidad lo dijo en voz alta sin darse cuenta.

Al entrar, había una estancia común bastante acogedora, con sillones y chimenea, un lugar perfecto para leer y reunirse con los compañeros, los dormitorios estaban divididos, chicos por un lado, chicas por otro. Al subir las escaleras, sus pertenencias ya estaban en los dormitorios, y pronto todos empezaron a desempacar y cambiarse de ropa...

Algunos se metieron en la cama sin decir palabra, la verdad es que el cansancio pesaba sobre todos, pero el día había sido tan emocionante que aún no quería que acabara, un chico habló 

---¿Habeis visto el horario? La verdad es que todas las clases tienen buena pinta...-

creo que se llamaba Seth, -Sí, la verdad es que estoy deseando ir a clase y probar mis habilidades, nunca antes había visto ni usado la magia, estoy emocionado, nervioso, ansioso y....Aahhm!- bostezó -..y tengo mucho sueño- acto seguido se rió. -No he podido hablar con todos en el Gran Comedor pero aprovecho ahora que estamos todos reunidos, soy Alex, encantado, espero que seamos amigos y nos lo pasemos genial.-

Anochecer de 1º día de clase

Alex se encontraba en un sillón frente a la chimenea de la sala común, leyendo el libro de defensa contra las artes oscuras. Cada noche antes de irse a dormir le gustaba leer algo.

El dia había sido agotador, algunas clases divertidas y emocionantes, otras no tanto. Justo en ese momento Tabby entraba en la sala, al parecer no se había percatado de la presencia del chico, asi que este dijo -Buenas Noches-, por un momento ella se sobresaltó, ya que no se lo esperaba.

Lunes (noche)

Después de la cena me dirijo a los dormitorios, caminando tranquilamente el primer día ha concluido con altas expectativas, todas las clases han sido emocionantes, incluso en pociones donde estuve apunto de cubrirme de un ungüento fallido había tenido ese encantan, no eran como las clases de la primaria donde papá me había mandado a estudiar, aquí si podía hablar de quodpot, magia y brujos sin miedo a que me dijeran raro o mentiroso.

Recuerdo una vez cuando en Kindergarten le dije a la profesora que yo quería ser mago o brujo como mamá, primero se burló diciendo que la magia no existe, luego frunció el ceño y dijo que yo tenia mucha imaginación desmedida, eso me había costado regaños de mi madre y una buena pelea entre mis padres, mi madre hubiera preferido que yo estudiara en casa que en una escuela muggle, pero mi padre siempre pensó que era mejor estudiar un poco y sentido común no le falto, aunque claro eso de esconder un secreto hacen que todos te miren raro.

-¡Qué día!- suspire dejándome caer en uno de los sillones de la sala común- ¿Por cierto chicos alguien tendrá una pluma extra que me preste para hacer el trabajo del Sr. Flamel?, es que a mi madre y a mí no nos alcanzo el dinero- les dije exhibiendo mis monedas que no rebasaban la cantidad de 1 sickles y 19 knut – prometo devolverla, o puedo hacer algo para ganármela- les dije en tonó tranquilo y esperando que nadie se riera de mí.

Tras el primer día de clases, se encuentra cansada de todo el ajetreo y de todo lo que han estado aprendiendo. Además, todo es nuevo para ella y eso hace que esté aún más cansada de lo normal. Asi que no es de extrañar que no haya visto a nadie en la sala común porque de está medio durmiendo. La voz de Alex la despierta mientras da un respingo.

-¡Hola! Buenas noches.

La verdad es que no ha hablado mucho con él así que quizá sea una buena ocasión. Se acerca.

-¿Puedo? - pregunta señalando un sillón a su lado.

Ella se acercó y le pidió permiso, algo innecesario pues esta también es su casa, lo más probable es que quisiera ser respetuosa ya que no tenían mucha confianza aún.

- Por favor - dije, haciendo un gesto con la mano hacia el sillón. -Menudo día eh!, ¿que te ha parecido a ti?- ambos estábamos cansados, pero sin duda era una buena oportunidad para conocerse mejor.

-Pues sí. Estoy muy cansada. ¿Y de astronomía? No me he enterado de mucho... No es buena idea ponerla a última hora.

Se queja un poco sobre esas cosas aunque todo ha sido extremadamente difícil.

-Aunque en pociones me ha salido muy bien. Estoy contenta.

Sonríe.

-¿Y a ti?

---Pues, me tomeo que yo tampoco tengo el dinero suficiente para dartelo, te prestaria una pluma pero esta es la única que tengo- digo levantando la pluma que sostenia desde mi mesa donde estaba tomando apuntes para las recuperaciones, se sentia un poco deprimido por las notas sacadas  en las asignaturas, no esperaba ser el primero de la clase pero tampoco esperaba ser un desastre, con un suspiro volví a centrarme en los apuntes que tenia - La verdad es que las plumas estaban muy caras, no sé porque, ni que fuera tan dificil optenerlas ¿no?

-No hay problema viejo- dije un poco mas cómodo en la sala - con que me la prestes un día en la semana para que pueda escribir me basta, por que si no tendré que hacer pintura con los dedos- respondí con una sonrisa.

-¿Te ocurre algo?- pregunte al observar su actitud preocupada - Si es por la clase te puedo ayudar, no es que sea muy bueno pero prometo dar mi mejor esfuerzo o al menos ser tu conejillo de indias- bromee un poco para tratar de animarlo.

---Si, claro, no hay problema- digo sonriendo debilmente y luego miro los libros- Pues....la verdad es que si....- digo mientras le paso un papel donde se pueden ver las desastrosas notas*- tengo que recuperarlas como sea, la verdad es que es duro todo esto....no sé sí podré seguir el ritmo de los demas...

-Yo puedo prestártela también, cuando acabe los deberes y esas cosas.

Entiende perfectamente el sentimiento de Daniel, aunque ella ha tenido que conseguir un par de libros de segunda mano para poder comprar la pluma y otras cosas. Espera que le duren lo suficiente para no tener que comprar ninguno más.

-¿Qué asignaturas os faltan por recuperar? Yo creo que no me ha salido nada bien Vuelo y Astronomía. Y Transformaciones estuve a punto...

Está un poco desanimada.

-No creo que pueda conseguir superar Vuelo... es muy difícil.

- Me alegro, y ánimo con vuelo, ya verás como todo sale bien, ami la verdad es que tampoco se me da muy bien, y las escobas del colegio son una basura, apenas pasé la primera clase pero no estoy seguro de poder seguir el ritmo de las clases...- comenté algo deprimido - Estoy seguro de que lo conseguiremos ¡ya lo verás!-

Jueves por la tarde, segunda semana

Se encuentra en uno de los sillones cómodos y mullidos de la Sala Común mientras acaricia a su nueva gatita. La verdad es que el regalo la sorprendió... no se esperaba una mascota. Pero si no tiene suficiente con eso, consiguió también un ratoncito que está a buen recaudo en su habitación.

-Eres muy suavecita, Tama. Suerte que eres pequeñita, así te llevarás bien con Pinky - dice refiriéndose al ratoncito.

Por supuesto, no quiere que se lleven como Tom y Jerry de los dibujos animados. Quiere que sean como hermanitos insuperables.

-Bueno... debería hacer este trabajo de Teoría mágica.