Partida Rol por web

Debe ser una jodida broma. - rezongo mientras evalúo la situación a conciencia.

Es evidente que los baños desprendan este olor, la profesora no escondería el tesoro en un lugar como este, no esto es sólo un distractor. 

Una vez tomada mi decisión, echo a andar por el pasillo con la intención de volver a captar el olor.

Podría parecer una broma, o eso o que la docente tenía un pésimo sentido del humor. Pero el hecho era que cada vez que Artemis intentaba rastrear en una u otra dirección, aquel maldito olor intenso, putrefacto y asqueroso a excrementos conllevaba de nuevo a los baños de la cuarta planta del castillo, y el de las mujeres era aún peor que el de los varones.

No podía caber la menor duda. Si quería encontrar la caja debería entrar en los aseos... O bien cambiar de ubicación y optar por el olor a flores frescas del sótano.... Artemis tenía la decisión

Muy bien profesora, si así lo quiere, así será. - digo mientras echo mano a mi mochila y saco un trozo de pergamino para escribir lo siguiente.

"ASEO EN MANTENIMIENTO POR FAVOR USAR LOS DEL TERCER PISO". - Acto seguido aseguré mi letrero improvisado a la puerta y eché mano de la varita, busqué un par de plumas y un tintero de mi mochila y llamé a la caballería.

Avifors. - Mis conjuros resultan en todo un éxito creando tres halcones a mi servicio.

Muy bien chicos, necesito que entren allí y busque una caja de madera que apesta a excremento. Yo no puedo entrar por obvias razones.

Descuiden, voy a permanecer pegado a la puerta para que mi magia los mantenga en su forma actual. Ahora vayan, confío en ustedes. - sentencio con serenidad mientras abro la puerta.

Los tres muchachos estaban en las cocinas, y Anastasia determinó que iba hacia la lavandería. Los olores del lugar eran tremendamente confusos, un caldero por un lado, especias por el otro, el olor a podrido parecía no notarse apenas, pero eso no fue el mayor de los problemas.

Cuando los tres iban caminando uno de los elfos domésticos de la escuela, el cual corría hacia una de las ollas porque el líquido ya estaba hirviendo y se salía el agua de manera continuada, tropezó con Alen Ryder, tirándole al suelo, provocando en ese momento una gran desgracia. Su querida snitch dorada, aquella que tenía un elevado valor sentimental, salió volando, rebelde y libre hacia fura de la estancia

Desde luego en originalidad pocos podían compararse con Artemis. Tras haber evitado que otros alumnos entren en los baños, ejecuta hechizos para crear aves a su servicio y que ellos pasen el mal rato de oler los excrementos del baño femenino. El plan podía haber sido perfecto si no fuera porque tras un rato de búsqueda, las aves no encuentran la caja que debían encontrar, y es que quizás la percepción de ellas no fuera la mejor, o puede que no pudieran acceder a sitios ocultos dentro de la estancia

Mientras miraba a todos lados y trataba en vano de hacer que la poción no fuera un malgasto siento el golpe de algo en mi cadera y una de mis piernas queme hace perder el equilibrio y caerme, al mirar que era pude ver uno de los elfos encargados de las cocinas. ¿Acaso no tenían educación? Estos esos elfos no se parecían en nada a los nuestros, debería...

Un destello dorador volaba lejos de mi e inmediatamente mis ojos se abrieron y palpe mi bolsillo derecho, vació, me levante rápido como el rayo y corrí detrás suya, no podía perderla, podía era demasiado importante. me había olvidado por completo de la clase, de mis compañeros, de las cajas, de todo... Lo único en lo que pensaba era en la snitch.

- No, no, no, no, no te vayas...

La snicth dorada comenzó a volar libremente, saliendo de las cocinas y recorriendo un pasillo tras otro hasta el momento en el que se encuentra en la zona del Halla de entrada, un sitio peligrosa donde perderla pues es un espacio lo sucificientemente abierto como para que se dirija a la zona de las escalerasy perderse en cualquiera de las plantas.

Corro todo lo rápido que puedo detrás de la snitch como si fuera la misma vida en ello estirando el brazo cada vez que puedo tratando de alcanzarla hasta llegar al Hall.

- Oh no, no, no, no, no... no puedo perderla, jamás me lo perdonaría.

Y continué la carrera dispuesto a cogerla aunque tuviera que recorrer todo Hogwarts corriendo, era el último regalo que me había hecho mi padre y el que mas valor sentimental para el tenía por lo que para mi también era muy importante y bajo ninguna circunstancia quería perderla.

Por suerte para Alen, el haber tenido tanto tiempo la snitch dentro del bolsillo hacía que su movimiento fuera mucho más lento de lo que podría ser en un campo de quidditch. En el primer intento fracasó a darle alcance, por lo visto el muchacho era mejor en escoba que corriendo, pero tras martirizarse al pensar de que iba a perder el último regalo de su padre, tuvo la suficiente garra como para esforzarse más y finalmente conseguir atraparla, mientras el objeto mágico mueve sus alitas de manera frenética.

Allí estaba Ryer, en el gran Hall, sabiendo que las cajitas debían situarse en el sótano y en la cuarta planta del castillo....¿qué haría ahora?

Al agarrar la snitch empiezo automáticamente a jadear y me apoye en mi rodilla con una mano mientras la otra que era la que tenía la snitch me la acerque a la cara para tocarla con la frente, al momento esta guardo las alas y se "durmió" por lo que la pude guardar otra vez.

Una vez me había recuperado de la carrera miré hacía atrás dudando de si valdría la pena volver atrás y tratar de encontrar a Anastasia pero finalmente negué y camine rumbo a las escaleras y el cuarto piso. Así de paso podría explorar un poco el castillo, lo cual sería muy útil para un futuro.

"No te vuelvas a escapar, no se que haría si te perdiera." pensé mientras acariciaba la snitch con la yema del dedo

Las escaleras móviles hoy estaban un poco más alocadas de lo normal, quizás por el elevado trasiego de alumnos que iban de un lado hacia otro, muchos en cambios de clase, y otros desgraciados realizando el trabajo de la profesora Foxier. Una vez llegas a la cuarta planta miras que hay algunos alumnos de primero moviéndose de un sitio para otro, pero unos iban en una dirección en pequeños grupos, y otros en otra opuesta. Quizás si aspirases el aire sabrías a donde ir, o puede que fuera mejor seguir a algunos de esos alumnos

Nada mas llegar a la cuarta planta miro en todos lados, no iba a ser tan fácil, estaba lleno de gente por lo que me hice hueco como pude entre ellos hasta llegar a un sitio algo mas abierto en el que con tranquilidad pudiera tratar de buscar el olor que había mencionado al profesora a flores. Con un poco, bastante, de suerte sería capaz de captar el olor entre todos los alumnos y demás olores que debían reinar en el castillo y podría seguirlo, aunque no tenía muchas esperanzas la verdad.

Te encuentras completamente perdido, pues observas como los alumnos en general ponen cara de asco en la zona, pero tú no eres capaz de encontrar ningún olor en particular. A partir de aquí deberás contar con tu ingenio para intentar conseguir la dichosa cajita

Como no podía ser de otra manera no podía ser capaz de captar el olor por lo que tras pensar un poco y ver las caras de asco de varios alumnos se me ocurre una idea y sonrió levemente ante la posibilidad de que funcione. Camino hasta interceptar a un pequeño grupo de chicas de no muchos mas años que yo.

- Hola, no habréis visto una caja por aquí ¿verdad? La profesora Foxier me ha pedido que la busque y debe estar en alguna parte del cuarto piso, pero soy incapaz de hacerlo solo... oh, y la caja desprende un fuerte olor.

Para ser un primer acercamiento a gente totalmente desconocida y que eran mayores que yo, tampoco había ido tan mal. No es que hubiera demostrado una elocuencia capaz de convencer a cualquiera pero tampoco había estado mal. Y a lo mejor sabían algo.

Ni modo, toca hacer de tripas corazón. Chicos os toca vigilar mientras yo busco. - les ordeno a las aves mientras yo entro al baño y aseguro la puerta por dentro dejando a las tres aves vigilando la puerta mientras yo recorro el baño.

¡Que pestazo! En verdad no entiendo como no pueden olerlo, sinhasta me dan ganas de devolver la papilla. - pienso mientrad dejo que mi nariz me guíe.

Artemis entra en los servicios sintiendo cómo sus fosas nasales mueren por el disgusto del hedor envolvente. Echó un leve vistazo alrededor y pudo entender el motivo por el que las aves no pudieron encontrar a simple vista lo que buscaba, y es que las puertas que daban acceso a los inodoros estaban cerradas, y ese era el lugar de donde provenía aquel mal olor descomunal.

Habían cinco puertas disponibles en aquel aseo femenino y cuando intentas abrir la puerta te das cuenta de que está cerrada con llave. ¿Podrá Artemis acceder al interior de aquella estrecha y maloliente cámara?

- No vamos a hacer tu trabajo de pociones.... - le dice una niña Slytherin muy subidita de tono, por lo visto, era de segundo, el curso ideal para tratar mal a los de primero, jactarse de que son mayores y de que su ayuda sólo la darían si los dioses pedían clemencia.

Le da la espalda a Alen y sigue hablando con sus compañeras de casa -... os lo juro ¡es asqueroso!..., huele como a excrementos o a podrido..., o que se yo..., y han puesto un cartel de que está averiado en la puerta, he tenido que ir a los aseos de la quinta planta y he llegado tarde a Astronomía.... Como no arreglen los servicios de esta planta pondré una queja a director de la escuela, mis padres son muy influyentes en la comunidad mágica, ¿sabéis?....

La profesora durante la clase había estado atenta a cada uno de sus alumnos, pero hubo uno en concreto al que tras ver que estaba cometiendo muchas burradas en la mezcla de los ingredientes, le dejó proceder. Iba a aprender y por las malas que para hacer pociones perfectas había primero que leerse el libro y hacer correctamente las ebulliciones.

Cyllene sonríe divertida, sabía lo que iba a pasar y no dijo completamente nada. Y como estaba previsto, el caldero estalló, salpicando al muchacho Hufflepuff. Y es que según la forma de pensar de la profesora, todas las desgracias mágicas solían suceder en esa casa.

- Señor Beaufort, gracias por regalar a la clase con su desnudez, pero..., haga el favor de retirarse a la enfermería y no dude de que le espero el día de la recuperación.... - sonrisa malévola -... probablemente necesite indicaciones más claras de las que un libro puede proporcionar.

Dicho esto le obvia mientras Peeves crea algo de su caos, a Cyllene no le molesta, era la propia naturaleza del poltergeist, algo que ya se sabía, solía actuar creando caos donde la magia perdiera el control.

El tiempo apremiaba, tras verificar las puertas, me agacho con el fin de comprobar que los cubículos estén vacíos, una vez verificado eso procedo a incorporarme y apunto mi varita a la puerta del cubículo del medio. (Si es que está vacío, de lo contrario voy por el que esté a su derecha y así sucesivamente hasta hallar uno vacío)

Vamos a por ello. Alohomora. 

En cuanto la puerta se abre entro a buscar una de las cajas, primero observo sobre la tapa del asiento, luego a los pies de la poceta, sigo buscando sobre la tapa del tanque, para luego mirar debajo del tanque.

Y si pese a ello no encuentro nada, levanto la tapa del tanque y por último me levanto la tapa del asiento.

Mi rostro se tuerce al ver como esas niñatas sin la mas remota idea de con quien hablaban se comportaban de esa manera conmigo, aunque claro después ella sería de las primeras que se emocionaría al increíble Alen Ryder buscador de Ravenclaw y estrella del club de Duelos. De todas formas sus palabras al marcharse fueron mucho mas útiles de lo que habían sido ellas en si mismas, ahora tocaba encontrar los baños, al parecer una de dos o la profesora nos había mentido sobre como localizar las cajitas con alguna intención oculta o se había equivocado, la segunda no me parecía muy viable ya que no parecía ese tipo de persona.

Mire en todas direcciones seguía sin saber donde quedaba el baño por lo que pregunte rápidamente a alguien que pasara por allí y fui donde me mando, obviamente le hice creer que tenía urgencia por visitarlo.

Y una vez en el ignorando el olor ya que hasta ahora había sido inútil trataría de revisar toda la habitación por mi cuenta.