Tardáis un cuarto de hora más o menos en llegar, la calle principal es larga, y aún cuando ésta se acaba, desde que se acaba el pueblo hasta la entrada de la mansión, el camino es aún más largo.
La puerta está cerrada. Libre no se acerca a la puerta, se ha parado bastante antes que tu.
Sí, Hank le había dicho a Mitra que era una família importante... justo después del alcalde, y que sí, que tenían pasta pero...
¡¡¡La virgen!!! ¿¡Cómo puede alguien vivir entre tanto lujo!? - se vuelve a Libre y se agacha enfrente de él - ¿¡Tú has visto esta casa, Libre!? Estás alucinando como yo, ¿verdad? Mi madre necesita dos curros y ellos... - mira la casa de reojo - ¡Y yo con tiritas en las rodillas! - pero luego se ríe y se levanta.
¿Y a mí qué me importa? Esto es América, ¿no? Ni que fuera tan extraño.
Se acerca a la puerta y llama al telefonillo... esperando que algun mayordomo o alguna criada le responda.
Libre seguía sin acercarse. Es más, se salió del camino y se tumbó a la sombra de un árbol, siempre vigilándote, pero a esas horas picaba un poco el sol.
Mansión Brown, ¿qué desea? Se oye la voz de una mujer, no demasiado joven, pero rígida.
Mitra tose levemente... un poco nerviosa, y se acerca al telefonillo, segura de sí misma.
Buenas tardes... vengo a buscar a Seth Brown, quedamos para ir a pasear nuestras mascotas...
En el telefonillo, hay cámara, por lo que te están pudiendo ver. (Detalle que se me ha olvidado mencionarte ^^u)
Un momento por favor. La mujer tarda algunos minutos en volver.
El señorito Brown no se encuentra en casa. ¿Quiere dejarle algún recado? Vuelve a preguntar la voz.
¿No está?
¿Por qué se decepciona? ¿Por qué le da rabia?
Sonríe... y niega con la cabeza.
No, da igual... muchas gracias.
Se aparta del telefonillo y se sienta al lado de Libre... poniendo los codos encima de las rodillas... mirando la casa.
Oyes el ruido del telefonillo al colgar.
Cuando te acercas a Libre, este levanta la cabeza, y vuelve a posarla en descanso cuando te sientas a su lado.
¿Y ahora qué hacemos?
Mira al perro y esboza una traviesa sonrisa...
¿Nos colamos en la casa? : D
Libre se levanta y bosteza. Te lame la mano, y te tira de los pantalones, pero no en dirección a la casa si no hacia el pueblo. Parece que quiere decirte que no hay nada interesante que ver ahí.
Mira a Libre... y se gira mirando la casa. Vuelve a mirar a Libre.
Tienes razón...
Se levanta y empieza a caminar de nuevo hacia el parque... pero si encuentra algun río o algo diferente por allí se parará.
Libre ladra, como si te hubiese entendido, y despues de dar algunas vueltas a tu alrededor, camina a paso rápido, para que puedas seguirle.
Te lleva hasta el lago Bell.
Llegas de nuevo a la mansión. Todo sigue como antes.
Mitra se vuelve a dirigir al telefonillo con cámara. Ahora tiene el pelo mojado, y las mejillas un poco sonrojadas por el sol que le ha tocado estando al agua... espera pacientemente que la atiendan.
La misma voz vuelve a oírse por el interfono.
Mansión Brown..¿en qué puedo ayudarle? Por lo visto, acaba de reconocerte. Vaya..es usted otra vez. Lo siento, pero el señorito Brown aún no ha vuelto, señorita. Si me dice su nombre...quizá él se ponga en contacto con usted.. Le dice indirectamente.
No iba a decirle su nombre, le daba corte que él supiera que lo andaba buscando... ¡pero precisamente es lo que estaba haciendo! y sin querer... se ibe enfadando.
No, no hace falta... pero... ¿puede decirme sobre qué hora estará? ¿o puede decirme a dónde está? ¿al parque? ¿al cine? ¿o está de viaje? - no mira a la cámara, mira hacia Libre, que estará sentado de nuevo a la sombra de algun árbol.
La mujer medita unos segundos.
Mm... pues no lo sé señorita. El señorito no suele decir dónde va ni a que hora vendrá... Parece que no puede darte más información.
Joder, que bien vive el tio... aunque yo hago lo mismo.
Esboza una sonrisa.
Bueno, almenos sabrá decirme si se ha llevado a Milo, ¿no? - pregunta finalmente, mirando de reojo el telefonillo.
¿Milo? ¡Ah, el perro!.. Pues no, Milo está aquí. ¿Por qué lo pregunta? Pregunta algo extrañada.
Se echa las manos a la nuca.
Porque un día de estos vendré y se lo robaré para venderlo al mercado chino... y para que hagan canelones de sus pulmones - mira a la cámara mientras sonríe con maldad... - Ale, adiós.
Y se va, saliendo del foco de la cámara.
Vamos, Libre... iremos al parque de nuevo, a informar al señor Hank que no hemos encontrado al "señorito Brown" - diciendo aquello último con una leve risa.