Llegáis a la calle dónde se encuentran todas las tiendas del pueblo. La ferretería no está muy lejos.
Al final decido acompañar a Mitra. Tampoco tengo nada mejor que hacer hasta la hora de la misión...
Asiento con la cabeza a sus palabras.
Ah ya.. si el rollo ese de que parece que estás muerto.. Da un poco de mal yuyu solo de pensarlo, pero a mi me daba igual, nunca entraba nadie en mi habitación.
Es un buen sistema. Añado con las manos en los bolsillos.
Es por si a mi madre se le gira la bola y le da por entrar a mi habitación, ¿sabes? Aún no sé si haría algo o me dejaría allí.
Esbozó una sonrisa divertida, pero su mirada no era tan divertida, ya que en parte lo dudaba en serio. Pero no tardaron en entrar en la herrería, y Mitra dejó la puerta abierta para que Dany pudiera entrar también.
Hola, quiero un pestillo. - dijo al dependiente.
Dos. Añado tras la última frase de Mitra y espero apoyando un codo en el mostrador.
Luego me giro hacia ella y le sonrío. Nunca se sabe... Le digo guiñándole un ojo.
¿Qué? ¿Cómo ha ido tu "iniciación"? Digo con tono de burla en la última frase.
Se encoge de hombros, observa el herrero cuando va a buscar los pestillos y mira a Dany.
Aún no he hecho nada... Lathenia me ha dado unos "dones" y Seth está en la enfermería en una especie de coma extraño... - le dijo en un susurro y mirándolo a los ojos, se notaba que estaba preocupada - En teoría Seth tenía que cuidar de mí en la misión, pero va a cuidar de mí Derek.
Suspiró y negó con la cabeza, cuando vio que el herrero volvía, se calló.
Noto el tono de preocupación en la voz de Mitra. Almenos ella había sido más cuidadosa y lo había susurrado, no como yo. Deberé tener más cuidado y pensar dos veces antes de hablar. Aunque no se me da muy bien.
Ya veo... Digo asintiendo con la cabeza. Saco el dinero del bolsillo y se lo doy al tendero.
Yo invito. Digo pagando también lo suyo. Luego la espero, para salir de la tienda y acompañarla donde quiera.
Se encogió de hombros y cogió la bolsa con los dos cerrojos.
Gracias. - le dijo a Dany con una leve sonrisa, mientras salían de la herrería de nuevo. - ¿Sabes poner cerrojos? Si me lo pones en la habitación te invito a una coca-cola - dijo sonriéndole más anchamente, aunque tampoco de oreja a oreja, ya que ella no era así, mientras empezaban a caminar por la calle.
Sonrío de medio lado por su invitación.
Claro que sé. No es tan difícil. Digo orgulloso.
¿Habrá alguien en tu casa? ¿No querrás hacerme guarradas verdad? Pregunto levantando una ceja pícaro.
Alzó una ceja ante sus preguntas... pero finalmente, imaginó que sería broma y sonrió levemente.
A ver si tendré que ir yo con cuidado a que me las hagas tú... - respondió mirando enfrente después - Supongo que no habrá nadie, en teoría mi madre está currando.
Perfecto. Respondo con una gran sonrisa, que esconde algo en su interior.
Entonces, trato hecho. Digo muy satisfecho con el trato que acababa de hacer. Quizá el día no sería tan malo después de todo.
Camino junto a ella para que me dirija a su casa. Esta vez, no me importa ir caminando, aunque hecho de menos mi moto.