Partida Rol por web

Sil Auressë

[11.9.5.] La Casa de Lord Danroth

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27/08/2016, 13:52
Director

La bruma rodeaba a la ciudad de Tharbad como era habitual. No en vano, los Númenoreanos habían construido la gran urbe del Norte sobre un enorme pantano en la unión de un gran afluente con el río Gwathló. Los extraordinarios sistemas de canalización de los señores de Oesternesse  hacía ya tiempo que se habían de dejado de mantener, y la ciudad conocida como la Reina del Norte se había convertido en un lugar decadente donde las altas murallas exteriores y los enormes puentes recordaban la grandeza de antaño. Muchos de los edificios más emblemáticos yacían ahora en ruinas, y los barrios más pobres se llenaban de maleantes, refugiados de las epidemias y ladrones.

Aún así, Tharbad seguía siendo una ciudad grande y seguía adelante con una actividad comercial frenética y una vigorosidad envidiable. Era el puerto más septentrional para los grandes barcos que llegaban desde el Sur, y al mismo tiempo el lugar por donde pasaban los Caminos Reales para cruzar el río Gwathló. Tanto si la mercancía llegaba o salía por las rutas marítimas o por ruta terrestre por el Paso de Calenardhon, Tharbad era el lugar obligado de paso. Los grandes gremios tenían el poder y movían los hilos. Su poder era muy superior al del representante de Gondor que ostentaba el título de cánotar y comandaba la guarnición gonodoriana en la orilla meridional, y también al de la facción de Cardolan que tenía mayor presencia en la orilla septentrional. En medio, la gran Isla conectada por los grandes puentes, era un lugar neutral dirigido por los gremios, aunque estos rara vez se ponían de acuerdo entre ellos.

Los habitantes de Tharbad se habían acostumbrado a las intrigas y a las conspiraciones entre los distintos gremios, y las maniobras políticas, las traiciones e incluso las desapariciones misteriosas eran ya algo cotidiano en Tharbad.

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27/08/2016, 13:53
Director

A este nido de víboras se aproximaba ahora el navío proveniente de Gondor. No obstante, antes de llegar al primer faro que marcaba la entrada a la ciudad, el barco viró a babor y amarró en un pequeño muelle semi-abandonado en la orilla cardolanii. La vegetación era extensa, pero en ese punto las aguas de Gwathló eran profundas y el barco pudo acercarse a tan unos veinte pies de la punta del largo muelle. Varios hombres colocaron rápidamente las tablas para preparar una pasarela larga, y sacaron un lanchón para descargar varias cajas de mercancías mediante poleas. Trabajaban en silencio, intentando terminar lo antes posible sin llamar la atención de los guardias de la ciudad.

Un hombre anciano bajó desde el barco. A pesar de su avanzada edad, su paso era firme y decidido en la estrecha pasarela.

Detrás de él iba una joven que en un momento dado ofreció su brazo como apoyo. Sus facciones eran delicadas, y su belleza notable. Llevaba el cabello castaño recogido al estilo de las damas gondorianas, salvo por un mechón de pelo que le caía por el lado izquierdo de la cara.

Cerca del muelle se encontraba sentado un varón ataviado con capa oscura y armado con una cimitarra. Al verlos bajar, se puso en pie como si los hubiera estado esperando.

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28/08/2016, 23:24
Berephar el Cojo

El viejo numenóreano cojeaba con paso decidido por el muelle, y se detuvo frente al hombre de la cicatriz, sin decir una sola palabra. Estaba cansado y tenía ganas de llegar a algún sitio y descansar. Dejó, por tanto, que la otra persona se presentara, aunque conociendo a Eren lo haría ella solita.

Golpeó con su cayado la tierra tres veces y carraspeó, antes de mesarse un poco las barbas.

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30/08/2016, 08:47
Milzarâk

Sí - i noa ré vahaiya ná - dijó Milzarâk dirigiendose al viejo pero sin poder dejar de mirar a la joven. No le habían dicho nada de ella, pero desde luego no era un cambio de planes por el que fuese a protestar.

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02/09/2016, 15:28
Berephar el Cojo

- Sí - ar lá i yáre úrénima! - pronunció el viejo. - ¡Cáspita, sí, conozco el poema! Demonios, que me ha costado que todo cobrara sentido, joven.

El viejo comenzó a prepararse una pipa. Había sido un largo viaje y pensaba tomárselo con calma.

- Ignoro a dónde me lleváis, joven. Mi nieta y yo deseamos descansar, fatigados como estamos. Pero mañana al amanecer ya me gustaría estar de marcha a nuestro verdadero destino. Tharbad no es sino un lugar de paso en nuestro viaje.

El viejo recorrió con la vista la ciudad, como escudriñando... ¿Buscaría algo? De pronto, entre calada y calada, señala un edificio.

- Decidme, joven, sin miedo a mi pregunta, ¿qué gremio controla esa fortaleza?

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06/09/2016, 16:22
Milzarâk

Mirando hacia Tharbad, Milzarâk se encogió de hombros.

- Es dificil de saber. Los gremios son un nido de víboras, nunca se sabe para quien trabajan realmente sus miembros, y los edificios y posesiones cambian constantemente de manos. - contesto con resignación, no lamentaba en absoluto dejar la ciudad pero si a los camaradas que seguían alli - Debemos llegar rápido a la casa donde podréis descansar, ningún lugar de Tharbad es seguro cuando cae la noche. Una vez alli podrémos hablar sobre hacia donde nos dirigimos.

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08/09/2016, 23:19
Berephar el Cojo

- Muy bien. Querida nieta, apresurémonos.

Cojeando, Berephar paga al marino lo que le debe y carga un pequeño fardo cuando termina la pipa (la cual ha guardado parsimoniosamente en el mismo) y ayudado por su fiel cayado en la diestra, y su nieta abrazada en la siniestra, se dispone a recorrer las calles de Tharbad. Sin embargo, no muy lejos, decide hablar con su interlocutor, cuando el viejo dúnadan entiende que se encuentran a solas.

- Si he de serle sincero, me sorprende que usted supiera de nuestra llegada a Tharbad, maese umbareano. Nuestro viaje ha sido más bien... clandestino. Parece estar bien informado y es precisamente por ello por lo que podrá notar cierta... inquietud por mi parte.

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09/09/2016, 12:46
Milzarâk

- Hasta esta misma mañana no sabía de vuestra llegada. Me han encomendado que me encargue de vuestra seguridad mientras estáis en Tharbad y que os acompañe hasta Sil Auressë pues necesito hablar con una persona que se encuentra allí. La situación en Tharbad se esta complicando y necesitamos de su consejo. - Explica Milzarâk dirigiendose a Barephar y a su nieta.

 

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09/09/2016, 15:14
Director

Cuando el barco había seguido su rumbo, los tres subieron en una pequeña barcaza llevada por un hombre de confianza que se había encargado de guardar los arcones en un almacén oculto. Cruzaron el río Gwathló hasta la otra orilla, y el hombre regresó con su barcaza sin hacer preguntas.

Entonces, Milzarâk les condujo hacia los muros de la ciudad. Pero en vez de entrar por una de las entradas principales, les llevaba a Annon Rhûn, la Puerta Oriental. Antaño era el camino para ir a Moria y mucho antes, a la ciudad élfica Ost-in-Edhil, de la que ya quedaban tan solo sus ruinas malditas.

Entraron sin levantar sospechas a pesar de la hora. Estaba claro que Milzarâk conocía la ciudad, y aunque dudó un instante antes de tomar la vía de Rath Romen,  en breve llegaron hasta uno de los numerosos canales que cruzaban la ciudad. A diferencia de la mayoría, este canal se estaba manteniendo bien. No en vano, se encontraba en la orilla gondoriana en uno de los barrios más lujosos de Tharbad. Vieron un grupo de hombres adinerados que regresaban a casa después de cenar en familia. Iban acompañados de un séquito que incluía dos guardias a sueldo. Sus ropas eran lujosas, y sus risas sonoras. No prestaron atención a los tres que después de cruzar el puente, vieron el cartel de la tienda de alquimia de Dirhavel.

Obviamente, la tienda estaba cerrada. Pero de allí, siguieron por un callejón hasta su destino. Según le habían informado a Milzarâk, la mansión de Lord Danroth era un edificio de piedra de dos plantas, y con un jardín interior. Se encontraba cerca de la tienda de Dirhavel, que regentaba desde hace unos años.

Las luces de la primera planta estaban apagadas, pero la puerta exterior estaba entreabierta invitando a entrar y subir por las escaleras hasta la segunda planta, donde sí había luz.

- Tiradas (2)
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10/09/2016, 11:27
Milzarâk

Aunque le habían dicho que les estarían esperando, Milzarâk no pudo evitar que la luz en la casa le hiciera sentir intranquilo. Mejor ser precavido a caer en una trampa.

- Esperad aqui un momento mientras subo a investigar - les dijo en voz baja una vez traspasada la puerta - prefiero asegurarme de que no hay peligro antes de que subáis.

Cogiendo una de sus dagas en la mano comenzo a subir en silencia la escalera.

- Tiradas (1)
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14/09/2016, 22:32
Director

Milzarâk subió las escaleras hasta la segunda planta. Sus pasos hicieron algo de eco en el interior. El edificio era antiguo pero elegante. Cuando llegó hasta el rellano, vio una puerta que se abría a un gran recibidor. El umbareano se detuvo.

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14/09/2016, 22:32
Director

En el interior, había un hombre de pie esperando. Era rubio, e iba vestido de forma elegante y lujosa. Sus manos estaban detrás de la espalda, y su postura era relajada.

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14/09/2016, 22:33
[Th] Lord Danroth

-Buenas noches. Milzarâk, me imagino, dijo con tranquilidad, sin forzar el acento umbareano. Era sin duda un hombre culto. –Bienvenido a mi casa. Dile a Berephar que es seguro subir.

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19/09/2016, 08:24
Milzarâk

Tras unos segudos, Milzarâk se giró y, desde lo alto de las escaleras, hizo señas al viejo y a su nieta para que subieran.

 

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19/09/2016, 23:56
Berephar el Cojo

Empuñando su bastón, el viejo subió los peldaños de las escaleras. Ignoraba qué significaba todo aquello, pero estaba claro que las conspiraciones no podían esperar. Para bien o para mal, el encuentro iba a ser... interesante. Lamentó no estar más joven y tener las rodillas hechas trizas.

A pasito lento, ascendió hasta el rellano y alcanzó a Milzarâk.

- Vos primero - sostuvo el anciano. Su voz era amable y corté, pero muy seria también.

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21/09/2016, 22:47
[Th] Lord Danroth

Berephar entró en la sala detrás de Milzarâk, y acompañado de su nieta. La sala estaba iluminada por una media docena de lámparas, y había una mesa para doce comensales, y otro lugar más tranquilo con sillones junto a la chimenea, que estaba apagada. En las paredes había multitud de estanterías y en varios recovecos había objetos que parecían exóticos. Varias puertas daban a otras partes de la vivienda.

Junto a la chimenea apagada se encontraba de espaldas el hombre que ya había saludado a Milzarâk. No obstante, había optado por recibir a Berephar casi al fondo de la sala. Al escuchar los pasos, se dio la vuelta con un movimiento elegante, e hizo una reverencia.

Era rubio, y su cabello y su barba estaban bien cuidadas, y accesorios de indudable valor decoraban sus delicados ropajes. Incluso llevaba una diadema.

-Me honra recibiros en mi humilde morada, Hîr nin Berephar. Entonces se fijó en la bella mujer que le acompañaba, y sonrió. -Soy Lord Danroth, dijo a modo de presentación. -Sé que el viaje ha sido largo, pero antes de que podáis descansar, hay ciertos asuntos que urge tratar. Esta noche no hay sirvientes, así que no os podré ofrecer una cena en condiciones. Pero tengo fruta, vino y algunos pasteles por si tenéis hambre.

Les invitó a sentarse en los sillones, y le dio una palmada al hombro a Milzarâk. -Buen trabajo de momento. Espero que estés listo para partir pronto, le dijo.

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23/09/2016, 10:03
Milzarâk

- Muchas gracias, partiremos en cuanto Berephar y su nieta puedan descansar un poco - la verdad era que estaba deseando partir. Hasta ahora su trabajo se había limitado a esperar en el muelle la llegada del barco y luego hacerles del guía por la ciudad.

Entonces cayó, no sabía aún como se llamaba la joven y no estaba bien seguir hablando de ella como la nieta de Berephar.

- Por cierto, aún no se vuestro nombre - dijo dirigiéndose a la nieta de Beraphar mientras permanecía de pie junto a los sillones esperando que los demás tomaran asiento.

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24/09/2016, 20:17
Eren

-Mi nombre es Eren, contestó la bella mujer. Había firmeza en su voz, pero su comportamiento era elegante, típica de la nobleza de la clase alta de la sociedad gondoriana. -Ha sido un largo viaje. No obstante, nuestro deseo es encontrarnos con la persona que nos convocó lo antes posible. 

Entonces fijó su mirada en Danroth. -Entonces, ¿dónde se encuentra Lord Gildûr? Tenemos ganas de encontrarnos con él.

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24/09/2016, 20:21
[Th] Lord Danroth

-Gildûr no tardará en llegar, contestó Danroth. -No podrá permanecer en este lugar mucho tiempo. Por su seguridad, y por la vuestra. Llegará unas horas antes del alba, y partiréis con él en el más absoluto secreto hacia vuestro destino.

Por primera vez esa noche, Danroth se mostró algo inseguro. Estaba claro que le preocupaba la situación de Gildûr.

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30/09/2016, 01:54
Berephar el Cojo

- Eso me transmitió en su carta. El mensaje era algo confuso, pero el devenir de las cosas sí está siendo bastante esclarecedor, lord Danroth. Aunque he de decir que toda esta intriga me resulta absolutamente desagradable. Adoro la estrategia política y la gestión de las cosas, las pequeñas rutinas como el prepararse una pipa o un vaso de vino antes de dormir.

El viejo resopló, quizá de cansancio y fatiga, extasiado por la situación.

- Estoy deseando ver a mi viejo amigo y pariente. Y espero, caso que él no pueda acudir, encontrarme con él. ¿Quizá en Sil Auressë? Conozco de buen grado que allí nos espera a Eren y a mí un buen sitio donde vivir.

De pronto, se llevó las manos a la cabeza.

- Querida nieta, ¿dónde están nuestros modales? ¡Rápido, los regalos para nuestros ilustres hospederos!

Berephar sacó dos pañuelos blancos de seda con el signo de la realeza gondoriana de Pelargir bordados, emblema del duque de Lebennin. Sin duda un claro obsequio de valor. La calidad era buena, y resultaba ser un presente muy sencillo a la par que muy personal.