Partida Rol por web

Curudae sonrió, y miró con atención la botella. -Por primera vez en muchos años puedo beber tranquilo un vino que me han regalado, sin temor a ser envenenado.

A continuación les sirvió una copa a todos. Era un vino dulce, de aroma suave. -Es el fin de una era, y el comienzo de otra, dijo Curudae.

-Por los nuevos comienzos, brindó Danroth, y siguió: -suerte, y prometo haceros una visita cuando os hayas asentado en vuestro nuevo hogar.

-Bueno, amigos, es hora de que me marche. Tenéis mucho que hacer, mucho de qué hablar. Muchas cosas que solucionar. Hasta siempre, dijo y se fue.

Una vez a solas, Curudae comentó: -está hecho lo del terreno. Ya no hay marcha atrás. Le preguntó por los educadores, y Ayla le contó su decisión. Lo aceptó de buen grado, y prometió que esa misma tarde les haría llegar los documentos.

-Dudo que estén listos para partir mañana por la noche, como tenemos previsto nosotros. Tienen que finiquitar sus trabajos actuales, convencer a los alumnos que quieran acompañarles, esperar a que se hagan los equipajes… Pero eso no supone demasiado problema. De todos modos, cuando lleguemos no tendremos nada. La caravana que estoy organizando… La he dividido en tres grupos. Piensa que seremos cientos de personas… Mañana noche saldremos una avanzadilla de no más de treinta personas. Luego llegará un segundo grupo, y finalmente uno tercero. Pero debemos partir pronto para ir preparando todo. En uno de los carros de nuestra avanzadilla irán los pabellones de campaña. Es una herencia de mis tiempos de líder de los mercenarios… Es una larga historia, sonrió, -pero tengo sus tiendas de campaña y pabellones. Serán nuestro “castillo” al principio, durante un tiempo. El grueso de los sirvientes y carros irán en el segundo grupo, capitaneado por el Chambelán. Me he tomado la libertad de confirmar a Paddrec en el cargo, aunque él sabe que si no te convence, se tendrá que ir.

-Para nuestra avanzadilla, faltan los arquitectos. La reunión con ellos será en unas horas. Saben que el plan es de 18 meses, y han estado haciendo cálculos. Estamos hablando de un grupo considerable de obreros y artesanos profesionales, que traerán ellos. A su vez, estos profesionales supervisarán a gente normal que irá aprendiendo los oficios. Todo esto requiere algo de organización, así que la mayoría de los obreros irán llegando en el segundo y tercer grupo. Los que he encontrado para la tarea son tres. Dos arquitectos muy buenos y contrastados, y un capataz para ayudar con el control de las obras. El tema económico debe ir de acuerdo a las tasas del gremio, bastante poderoso por cierto. Solamente quedaría el incentivo de terminar en el plazo previsto, algo que se puede pactar, aunque no es obligatorio. Pero debes centrarte en que ellos entiendan tu visión, tu sueño. Tienen experiencia en la construcción de castillos y mansiones, aunque no son los mejores en la construcción de estructuras defensivas. Pero sí destacan en reconstruir edificios cambiando su aspecto totalmente. Esto nos haría ganar mucho tiempo.

-Bien, lo estás haciendo todo a la perfección Curudae. Yo no podría hacerlo mejor. Curudae, hay una pregunta que he estado posponiendo... ¿cómo acabó la batalla en El Ángulo...?

-He seguido a medida de lo posible el tema del Ángulo, y las noticias que he recibido han sido esperanzadoras. Harnalda resistió contra todo pronóstico, y las tropas de Daeros se están enfrentando al enemigo. Fennas Drúnin está a salvo. Quedan semanas de lucha, pero parece que Ermegil se ha retirado de momento.

-Y otra cosa, ¿cuándo podré ver a nuestro Lugarteniente?, preguntó y dejó el medallón de los capitanes de Umbar encima de la mesa y le sonrió.

Se quedó mirando el medallón, y tratando de esconder su asombro, le  miró a Ayla. -Recuérdame que no juegue contigo a las cartas ni otros juegos de azar… Debería haber supuesto que no era tan fácil mantener un secreto de una maga. Desde un tiempo atrás, he estado enviando y recibiendo correspondencia con Umbar. En el siguiente barco que llega de Umbar espero que se encuentre a bordo Khôradur. Ha sido con él con quien he estado intercambiando cartas secretas con el objetivo de ofrecer apoyo mutuo entre los Gremios y Umbar. Pero entre carta y carta nos hemos ido conociendo más. Me parece una persona de fiar, y que reúne una serie de cualidades que le hacen una persona singular.  Le comenté en una carta poco antes de que partieras que si algún día se licenciaba de la Marina, aquí le podríamos ofrecer una nueva vida. Le dije que tenías en mente algo, la realización de tu visión, de tu sueño… Y me contestó que estaba interesado en saber más, pero que prefería acudir en persona. Por lo tanto, le espero para mañana por la mañana en uno de los barcos que llegan con frecuencia de Umbar. Realmente no sé cuál es su disposición. Yo te he encontrado el candidato que podría ser la persona ideal. Será tu tarea convencerle de que se una a nosotros en esta locura, y valorar si es la persona adecuada. Cuando empecé a buscar, y he seguido buscando cada día, no he podido encontrar a nadie mejor. La importancia de que sea númenoreano no debe subestimarse. Tú eres extranjera y mujer, hechicera y elfa… Con todas tus cualidades, tu compasión, tu dedicación, tu bondad… Aún así tendrás que superar no ser uno de los nobles. Yo… pues eso, no hace falta insistir más. Pero tampoco nos vale una figura decorativa, un lugarteniente en nombre solo. Para eso contrataríamos buenos diplomáticos. Y si a todo esto añadimos la idea de la enseñanza de las armas en la Academia, la lista de candidatos se reduce. Así que prepárate, porque tendrás que darle el discurso de tu vida a Khôradur si es que llega mañana.

Tomó otro sorbo del dulce vino regalo de Imlach.

-Por cierto, no será el último que tendrás que dar… Con todo lo que nos perjudica nuestra condición de cara a los demás nobles, nos puede beneficiar en nuestra cercanía al pueblo. Y a los comerciantes y mercaderes. Yo podré convencer a los comerciantes, molineros y mercaderes de que en Sil Auresse se puede ganar oro. Y tú les convencerás a los obreros, granjeros, campesinos y los demás...

-Pero todo a su debido tiempo. Ahora debemos cerrar el tema con los contratistas y arquitectos. Yo estaré presente también en la reunión, aunque no hablaré mucho y tendré que ausentarme para terminar otras cosas. Son tres. Carumirë es el de mayor renombre, y su ayudante ha inspeccionado la torre y lo que queda de posada. Sus honorarios son elevados, pero no he querido ahorrar en esto. Será posiblemente el encargado del castillo principal. Luego tenemos a Ceirin. También es un buen arquitecto, y estará a cargo de otros proyectos como la posada y de las demás construcciones secundarias. La tercera persona es Domar, un contratista-ingeniero capaz de manejar a muchos trabajadores y también puede preparar estructuras defensivas.

Curudae siguió comentando cosas mientras comieron algo, y luego le invitó al despacho donde tenía preparado todo lo de Sil Auresse. Ayla vio que muchas cosas ya las había preparado para el viaje. Había algunos planos sencillos de la meseta, una gran pizarra para dibujar, y algunos acuerdos a falta de firma para la construcción. Pedían un aval de seis meses de sueldo para empezar a trabajar. Las cifras eran de nuevo mareantes, casi 150 monedas de oro al mes durante 18 meses en sueldos, y miles de oros por la obra en sí… Ayla no entendía cómo había podido hacer encajar los números Curudae para que esto sea ni siquiera remotamente posible.

El guardia les avisó de que ya habían llegado. Era temprano por la tarde, pero sospechaban que esta reunión les iba a llevar bastante tiempo.

Entraron los tres arquitectos juntos, y se presentaron. El primero era Ceirin. Era de estatura media, moreno y con los ojos oscuros. Llevaba media docena de rollos de pergaminos bajo el brazo. Presentó a Domar, un hombre de constitución fuerte que ya no era joven pero que al parecer seguía en forma. A simple vista parecía un dúnadan menor, de la clase militar de los reinos dúnadan. Carumirë llevaba el porte de alguien quien conocía su propia importancia. Era quizá más joven de lo que se podía esperar, pero su mirada era directa y quizá su apariencia fuera engañosa, ya que tenía los rasgos dúnadan muy marcados. Su nombre era de origen quenya, algo poco habitual salvo entre determinadas familias dúnadan de Arthedain.

Tomaron asiento todos menos Carumirë, quien fue el primero en hablar.

-Dama Ayla, en nombre de mis compañeros queremos agradecer su interés en nuestros servicios. Hemos recibido informes muy positivos del terreno en cuestión, y creemos que podemos adaptarnos a los plazos previstos, a falta de concretar muchas cosas relativas a la construcción, de la que aún sabemos muy poco. Antes de entrar en detalle de lo que tiene en mente, quizá nos ayude a todos escuchar primero a la persona que quiere promover este proyecto.

-Sabemos que se trata de reformar construir una torre de homenaje aprovechando la estructura existente, continuó Ceirin, -pero de un diseño completamente diferente. Ésa es la pieza central, y que marcará el estilo de todo lo demás. Si el plazo es de 18 meses para completar todo, debemos tener una idea de lo que conlleva, y una vez sepamos todo lo que hay que hacer, organizamos los proyectos por orden de urgencia o importancia.

-En primer lugar, quiero agradeceros el que hayáis venido todos. Sois arquitectos y constructores de renombre, y para ésta empresa no podemos conformarnos menos. Habéis sido elegidos de los mejores porque lo que hoy os voy a mostrar no es solo una construcción más… es un ideal, una nueva forma de vida.

-Señores, lo que quiero es crear un lugar donde sus habitantes vivan en paz y harmonía, no solo con ellos mismos sino con lo que les rodea. Una vida de respeto y honor, valores que hoy día a veces son difíciles de encontrar. Un lugar en que cada persona, sea campesino, artesano, curtidor, constructor… pueda vivir dignamente, con la seguridad necesaria para poder crear grandes obras… si un miembro de ésta idea tuviera cualquier inconveniente entre todos los que allí viviremos le ayudaremos a superarlo.

-Será un hogar por y para la creación, integrado por las creaciones individuales que a su vez conformarán una gran obra conjunta que es Sil Auressë. Para ello, las necesidades básicas de los miembros de Sil Auressë deberán estar cubiertas porque solo así podrán crear grandes obras. Y me refiero a seguridad, educación, alimentación, salud… no contaremos con un gran ejército en principio, pero los integrantes del mismo serán temidos en la guerra. En Sil Auressë no se contempla la corrupción, si se descubriera un práctica de esa lid, la persona en cuestión sería expulsada y eso ya sería castigo suficiente…

-Señores, no les estoy hablando de un lugar físico, Sil Auressë serán las personas que la integran con los ideales y la forma de vida que debe predominar allí. Si cae el territorio pero las personas viven con los ideales de Sil auressë, Sil Auressë seguirá viva…

-Espero que entiendan la importancia de ésta obra que les voy a encargar. Vuestra obra, no solo debe inspirar seguridad, magnificencia… debe inspirar a la creación y a la armonía con todo lo que la rodea, debe sobrecoger por su belleza y por su imponencia. No debe expresar fragilidad pero a la vez no debe parecer un montón de piedras que se han puesto apresuradamente…

-¿Entendéis lo que os estoy diciendo?

-Ahora es el momento de mostraros lo que he pensado…

-He visto una torre blanca, cuadrada, coronada en cada esquina por una sub-torre circular, pero que no es una estructura aparte, sino integrada en la principal, formando todo una única cosa, se suponen que serían las escaleras. Cuatro escaleras para cada uno de los 4 niveles de la torre. Cada torre debería tener una salida acceso visible a una planta y otras 3 invisibles… en ella que habría saeteras para poder defendernos.  Pero de eso domar sabe sin duda mucho más que yo, miró con un leve gesto de cabeza.. por debajo de estos cuatro niveles, habrá un quinto e incluso podría verse la posibilidad de crear desde ahí una salida de “emergencia”… me remito nuevamente a domar… para que vean señores, lo que quiero aproximadamente es esto.

Ayla les hizo un dibujo a mano alzada...

-En la planta baja, me gustaría que tuviera 3 salones uno para las recepciones, otro que sería el comedor y un tercero que sería un salón de estar, juegos, entretenimiento para cuando haya visitas… y la cocina estaría en el mismo nivel en una cuarta habitación. El segundo y tercer nivel estarían integrados por las habitaciones de la guardia y el personal del castillo y en cuarto nivel estarían las habitaciones del senescal, lugarteniente, demás cargos de importancia, la mía y dos o tres habitaciones para posibles “invitados”.

.¿Cómo ven lo que hasta ahora les he comentado?

Los tres arquitectos escucharon con atención mientras Ayla les explicaba con convicción y claridad su idea [78]. Se les veñua agradecidos e impresionados por la charla.

Carumirë parecía estar reflexionando. Sus facciones casi élficas se endurecían mientras se concentraba en las palabras, las meditaba y las sopesaba, con su mirada perdida en un punto detrás de Ayla. Finalmente asintió con la cabeza antes de hablar.

-En los tiempos turbulentos de un reino dúnadan condenado, he aquí, ante mis ojos, el proyecto que puede ser mi legado. Otros buscan toda una vida una obra para dejar su huella, y puede que tu visión sea mi oportunidad, un nuevo horizonte por descubrir, sus ojos claros y penetrantes seguían mirando hacia el futuro, y sin darse cuenta había dejado de dirigirse a Ayla como “Usted”. Tampoco importaba demasiado, ya que se le veía entregado al proyecto [88]. -Hablas de respeto, de honor, de nobles ideales… Y también de seguridad, de magnificencia, de inspirar el arte y la creación. Términos poco habituales que suenan como música a mis oídos. Veo un castillo de muros resplandecientes, una estructura vertical alzándose hacia el cielo, rodeado de torres redondas. Hablas de belleza sobrecogedora y armonía con su entorno, un castillo para hacer justicia a su propietaria. Todo esto es posible, pero no será fácil.

Mientras Ayla les comentaba su visión, entre los cuatro hicieron un primer boceto de la vista del castillo desde fuera. Se asemejaba bastante a la imagen que tenía Ayla en su cabeza, pero aún era una forma muy básica.

-No podemos construirte un castillo enorme de muchos edificios. Debemos centrarnos en la torre de homenaje, que será el castillo. Debe ser lo suficientemente grande como para albergar a todos o casi todos. Tal y como nos lo has planteado en el plano. Se pueden hacer edificios auxiliares, pero en caso de necesidad, la torre debe ser autosuficiente. Alrededor de la torre levantaremos una muralla. El interior del castillo me la imagino con algunos ventanales grandes, mirando al este. Mucha luz filtrando por diferentes sitios. Superficies brillantes en algunas salas.

-Hay un tema que debemos tener en cuenta, comentó Ceirin. -El castillo anterior apenas contaba con partes subterráneas. Debemos estudiar bien qué podemos hacer. Otro asunto que le veo en el dibujo es que es demasiado. Los subterráneos difícilmente podrán superar el ancho de la primera planta para no poner en peligro la estructura.

-Ceirin tiene razón, intervino Carumirë, -no obstante tu dibujo nos será de gran utilidad. El castillo tendrá cinco o seis plantas por encima en vez de cuatro. De esta forma podemos incluir los talleres en una planta. También me imagino que la cocina en la planta inferior ocupando prácticamente toda la planta entre cuartos de sirvientes, despensas y lo demás, y quizá la entrada en la primera planta, a través de un puente.

-En cuanto a la distribución de las plantas, podríamos partir de la siguiente propuesta:

SUBTERRÁNEOS: Talleres, Bodega, Túnel 

PLANTA BAJA: Cocina, Almacén

PLANTA PRIMERA: Hall de entrada, Salón comedor/salón fiestas

PLANTA SEGUNDA: Salón de estar/juegos/entretenimiento, Capilla

PLANTA TERCERA: Habitaciones de guardias, Habitaciones sirvientes, Talleres,

PLANTA CUARTA: Biblioteca/estudios, Habitaciones de invitados

PLANTA QUINTA: Senescal, Lugarteniente, Dama Ayla

-Esto puede sufrir modificaciones a lo largo del proyecto. Pero es un buen comienzo, concluyó Carumirë.

-Tenemos suerte en varias cosas, intervino Ceirin, -en primer lugar, no requerimos el costoso “permiso para almenar”, ya que la torre antigua la tenía y no vamos a construir un castillo nuevo. Para poder llevar a cabo una construcción, necesitamos agua, madera y roca. Me han informado de que el terreno nos puede abastecer de estas tres cosas. ¿Tú cómo lo ves, Domar?”

-Bien, aunque no es un castillo pensado para la guerra…, contestó pensativo. -Pero con algunas modificaciones y algo de presupuesto podremos mejorar el aspecto defensivo.

-Los castillos no siguen un patrón, dijo Carumirë. -Nosotros como constructores y arquitectos nos adaptamos al lugar, al presupuesto y a las necesidades militares del momento. Sabemos que es una obra cara, al alcance de muy pocos. Por ese motivo se suele elegir un lugar que se pueda defender en tiempo de guerra. No obstante, yo como arquitecto no puedo pensar solamente en el tiempo de guerra. Debo construir para tiempos de paz. El castillo debe de abastecerse de comida y otras provisiones con facilidad. También es el centro administrativo del señor o señora, por lo que debe estar bien comunicado con su territorio. El castillo necesita sólidos cimientos para soportar el peso de sus fuertes muros. En caso de asedio, además que el grosor de las murallas cuenta el hecho de tener  una fuente de agua limpia para abastecerse durante un asedio.

-En caso de tu castillo, Ayla, lo que vamos a hacer es empezar levantando las cuatro torres circulares que rodearán el castillo final, y luego ir subiendo planta a planta el castillo antiguo. Las torres le darán la estabilidad necesaria para no tener que derrumbar el castillo antiguo.