Partida Rol por web

Una mañana, Ayla buscó a Curudae.

-Curudae, toma las 10 monedas de oro para la fiesta. Además quiero que veas la carta que he escrito a Danroth y me digas qué te parece.

Pero antes, había otro tema que le preocupaba. -¿Recuerdas que tenía un libro escrito por mí, que encuadernado podría venderse? Bien, voy a hablar hoy con los maestros de la academia para ver si alguno sabe como hacer un libro y ponernos manos a la obra, me gustaría tenerlo terminado para la fiesta. ¿Quereis venir Khoradur y tu a hablar con los maestros? Podría ser interesante y más si Khoradur acepta dar algunas clases.

Accedieron, y se dirigieron a la tienda que se suponía iba a ser la Academia para buscar a los maestros y de paso conocer a los alumnos, etc.

Esperaron para poder hablar con los maestros después de haberles preguntado por el viaje y lo demás, Ayla se dirigió a ellos.

-Bueno, son varios asuntos los que me han traído aquí. El primero de ellos, es que quiero saber si alguno de vosotros sabe como "editar" un libro. 

Ayla esperó un momento alguna respuesta, y añadió: -luego explicaré para qué aunque es obvio el fin de la pregunta. Por otro lado, como os dije en la entrevista, quiero que en ésta Academia, se cultive tanto la mente como el cuerpo, por eso me interesa que vosotros acudais a la instrucción militar, quien no tenga conocimiento de la misma, y ejercicios físicos con los alumnos. Ésto servirá para conocer más las ambiciones, puntos fuertes, carencias de los alumnos y servirá para conectar el entrenamiento mental y físico, y lo que más me interesa, no todas las preguntas importantes se hacen en los muros de una clase, y los alumnos pueden formular cuestiones interesantes en tales lecciones físicas.

Miró a Khôradur, quien había aceptado impartir alguna clase. -Por todo ello, al igual que yo voy a participar en la instrucción militar con Khoradur, me gustaría que él impartiera algunas clases a nuestros chicos, ya que el arte de la guerra no se aprende solo en el campo de batalla, estrategias, tácticas etc.

-Impartiré clases teóricas a los oficiales del ejército, confirmó el Lugarteniente, -y también a los alumnos de la academia”, añadió Khôradur. -La cultura númenoreana siempre ha valorado una formación muy completa en hípica, armas, ciencias, lenguas y artes. Y así fui educado. Pero por desgracia el acceso a esa  educación ha estado siempre limitado a las clases nobles, principalmente los dúnedain. La plebe no pudo disfrutar de forma fácil de esa formación. Es algo que podemos enmendar hasta cierto punto aquí. Ayudaré en la Academia el tiempo que me permitan mis otras funciones y obligaciones.

-Conozco las técnicas básicas de encuadernación y el trabajo de los escribas. Entre los alumnos que tenemos, algunos de mayor edad podrían pasar a limpio partes del libro, en unas hojas o pergaminos de piel aptos para una buena encuadernación. Por un módico precio, podríamos traer a un profesional para tal labor, o incluso tener uno en Sil Auressë. Nos podría valer también para preparar textos de apoyo para las clases. Además de la encuadernación, si se quiere preparar un tomo para su venta, requiere unas ilustraciones claras y concisas. Si solamente se trata de un libro, lo podríamos tomar como un proyecto común y enseñar una habilidad muy valorada y rara.

Del tema de la instrucción militar ya se habló, y los maestros habían estado de acuerdo en un principio. Incluso proponían hacer excursiones con el maestro cazador para aprender de la naturaleza, de los animales, de las hierbas… Aunque sin alejarse demasiado de la seguridad del campamento. -Así convertimos la falta de aula en una ventaja, comentó Ionell.

-En último lugar, refiriéndome a la Dirección de la Academia, he decidido esperar a que la Academia lleve un poco más de tiempo en funcionamiento para abrir el plazo de presentación de las candidaturas a la Dirección de la Academia.

Asintieron todos. Obviamente, la Academia en este momento sólo existía como un sueño, y su futuro pendía de un hilo.

-También quería deciros, que si observais a algún alumno, que puedira tener aptitudes especiales (mágicas) deberéis avisarme inmediatamente, así como si os encontrais a algún otro chico que no sea alumno pero penséis que tiene tales aptitudes debereis avisarme.
 

Entiendieron a lo que se refería Ayla, y aceptaron, aunque con ciertos reparos. -No queremos convertir la Academia de Sil Auressë en un lugar de enseñanzas oscuras, comentó Edrec, -aunque tal y como lo entendemos, existe una formación general para todos los alumnos, y luego cada uno se especializa en su “fuerte”.

-Pocos de entre los hombres han sufrido tanto por la búsqueda del conocimiento arcano como los númenoreanos, comentó Cerveth, -y no obstante, debemos encauzar un don o una habilidad innata hacia una sabiduría que resulte útil y beneficioso para todos.

-De momento, de entre los alumnos, hay dos que presentan ciertas aptitudes, aunque en mi humilde opinión muy limitadas, a lo que denominamos “magia”. No sé hasta qué nivel, pero tienen cierta habilidad innata, comentó Ionell. -Estaremos atentos a su evolución.

-Creo que hasta aquí está todo dicho, ¿Teneis alguna pregunta o algo que decir?

Se hizo el silencio, mientras todos meditaban sobre el tema. -Aquí tenemos una oportunidad única de lograr algo grandioso para esta región, comentó Edrec. -Propongo, contando ya con cinco maestros, de empezar con una instrucción entre lo marcial y lo académico, donde todos los alumnos, independientemente de su edad y conocimientos previos, trabajen juntos, ayudándose mutuamente. Esto durante al menos tres o cuatro semanas. En cuanto a lo académico, comenzaría con la historia y las lenguas, para saber de dónde venimos todos como pueblos y culturas… Buscando aquello que nos une, en vez de aquello que nos separa.

-Estoy de acuerdo hasta cierto punto, dijo Cerveth, -y una vez evaluado a los alumnos, deberíamos asignar un tutor a cada uno. Aunque luego les impartamos clases entre todos, y de distintas cosas, debe haber un tutor o maestro asignado para cada alumno, para tratar en profundidad los temas aprendidos en las clases magistrales. En cuanto a la incorporación de señor Khôradur, e incluso la de Dama Ayla llegado el momento, soy de la opinión que debería ser como ponente invitado en una clase de uno de los tres profesores, para una aplicación práctica de algo aprendido en lo teórico, o para narrar en detalle alguna parte de la historia.

El día siguiente, se encontraban los tres desayunando. Ayla se había vestido con ropa cómoda, pantalón y camisa y un abrigo por el frío invernal. A lo largo del campamento había multitud de hogueras para tratar de mantener el calor. Desde bien temprano los cocineros servían infusiones y caldos calientes. Aún era temprano y estaban repasando temas, entre ellos la carta a Danroth.

Lord Danroth de Tharbad:

Estimado amigo, hace ya un tiempo que partimos de Tharbad Curudae, Khordaur y yo para poner en marcha un sueño, una esperanza… Desde entonces no hemos podido comunicarnos contigo, hasta la fecha.

Hemos hecho muchos progresos y ha acudido bastante gente a la llamada de Sil Auresse, aunque aún tienen ciertas reservas. Esta gente ha sufrido mucho bajo el yugo de Daghorir y es bastante escéptica, quieren creer en Sil Auresse pero son cautos, no quieren más desilusiones, quieren ver la esperanza, quieren creer en días mejores y para ello necesitan buenas noticias y ver como Sil Auresse nace y crece, por ello el tiempo nos apremia aquí. Es raro que un elfo hable de que le falta tiempo, pero hay determinados hechos que deben ocurrir en determinados momentos, y Sil Auresse es uno de ellos. Son grandes los esfuerzos de los lugareños y grandes los avances, pero no obstante aún tenemos graves carencias que sin duda tardaremos en suplir. Tenemos ya algunas construcciones terminadas, todas ellas hechas para los habitantes de Sil Auresse, puesto que para ello fue concebida. La próxima en terminar es la Casa del Comercio, una construcción que ha sido destinada a un mercado cubierto de forma que se puedan realizar transacciones comerciales a buen resguardo.

Esto es un hervidero de gente trabajando, todos hacemos algo desde el carretero que trae las piedras hasta Khoradur, Curudae y yo.

Bueno, creo que es mejor que lo veas por ti mismo, por eso desde Sil Auresse te invitamos para que vengas a la fiesta de inauguración de la Casa del Comercio, que será el día 1 de Gwaeron. Como ya te he comentado aún no tenemos construcciones de alojamiento, y estamos residiendo en tiendas que hemos levantado, pero sin duda trataremos de que estés lo más cómodo como nos sea posible.

Por otro lado, quería comentarte otra cosa. Como sabrás Sil Auresse necesita financiación, tengo algunas cosas que comentar contigo y enseñarte, pero lo que más me urge, es tratar sobre algunos pergaminos que lleva mi mensajero. Son similares a los que te vendí la última vez. Ésta vez te pido un nuevo intercambio, pero preferiría que una parte del pago se hiciera en pergaminos preparados para poder inscribir runas (tantos como pergaminos se están vendiendo) y el resto en oro. Se que harás un buen precio como la última vez.

Esperamos tu contestación desde Sil Auresse.

Que los Valar guíen tu camino, y que la luz lo ilumine.

Aylarien de Sil Auresse

-La carta a Danroth la veo bien, comentó Curudae, -estoy seguro que nos podrá ayudar, además de cara al futuro puede que sea nuestro mejor aliado en Tharbad. Espero que pueda acudir a la fiesta, que será el día 1 de Gwaeron (3er mes). Esto nos da un mes y una semana para prepararlo todo. Creo que será suficiente, y para entonces tendremos, además de la casa de Comercio, también alguna tienda de madera que servirá de alojamiento y para iniciar la artesanía.

-Prepararé al mensajero. Además de la carta a Danroth, me he tomado la libertad de enviar un mensaje a dos armeros de Tharbad, para que acudan por esas fechas. Como ha comentado Khôradur, necesitamos abastecer a nuestro ejército, y no estaría de más pedir precios de armas y armaduras para los soldados y para la milicia. También puede pasar por la tienda de Kuball, aunque si viene Danroth posiblemente sea mejor trato que el vendedor de Metraith. Pero es bueno mantener los contactos.

Curudae recibió también las 10 monedas de oro, y prometió poner manos a la obra con la fiesta.

Khôradur le acompañó a Ayla hasta la zona de entrenamiento, donde había un grupo de soldados con petos de cuero. Le entregó el suyo, así como una espada de madera. -Aún no tenemos espadas de entrenamiento, así que ésta nos tendrá que servir.

El adiestramiento de unas tres horas de duración era intenso, y Khôradur mostró su aptitud para enseñar técnica de combate, además de buscar siempre la utilización práctica de todas las maniobras. A Ayla le valió para relajarse, para despejar su mente. Terminó agotada, pero feliz y con ganas de convertir este rato en una rutina diaria.

-Entrenaremos durante un mes, todas las mañanas. Por grupos, y a medida que les veo preparados, se convertirán en los adiestradores de la milicia. Más adelante, aprenderemos también tácticas y formaciones básicas para distintas situaciones, le explicó Khôradur mientras se dirigían al pabellón donde se habían instalado los maestros de la academia. Los alumnos residían en tiendas contiguas, y se podía contar a a ojo unos veinte alumnos. Buen comienzo.

Ya reunidos con los maestros y los alumnos, les dieron la bienvenida a todos y Ayla les preguntó a los jóvnes por el viaje. Los maestros le confirmaron que ya contaban con unos venite alumnos, y que había algunos más por llegar.