Partida Rol por web

Ayla les contaba más acerca de su visión de Sil Auressë en la reunión privada, de cómo era una tierra de hombres, y en un tiempo más o menos lejano el Senescal, regentará Sil Aüresse y la Dama iba a aparecer en muy contadas ocasiones, tal vez sólo si Sil Aüresse la necesitaba...

Pero aún quedaba mucho tiempo, y había mucho que hacer. Los dos hombres de confianza de Ayla le miraban emocionados pero decididos ante la tarea que se presentaba ante ellos.  

-Tienes razón en una cosa, le dijo Curudae a Ayla, -este sueño, este proyecto que iniciamos los tres, se está convirtiendo en algo mucho más que una torre o un castillo. Estamos creciendo, y Sil Auressë está sintiendo su propia fuerza, su ímpetu. En mis planes originales tenía la idea de una plaza de mercado mensual, con una Casa de Comercio para vender puestos. Pero ahora veo que podemos hacer mucho más. Debemos quizá replantearnos algunas cosas… Tenemos una posibilidad de hacer algo grande por toda esta gente. Pero nos llevaría a enfrentarnos con el poder establecido de los Gremios de Tharbad y con la incertidumbre de Cardolan. Si queremos dar el paso con el comercio de Sil Auressë, debemos darle solución al problema de los Gremios. O vamos con ellos o contra ellos. Ambos caminos tienen sus riesgos. Pero aún es pronto...

-Confiamos en ti, Ayla, dijo Khôradur. -Te apoyaremos sea cual sea la visión que tengas para este lugar. Mi consejo, si me lo permites, es que visitemos a los arquitectos, que veas a los enanos cuando tengan la forja, que avancemos las cosas… Escucha el latir de Sil Auressë, y siente su espíritu. Y cuando sea la inauguración del edificio de la Academia tomaremos las decisiones que se tengan que tomar.

-Los enanos recibirán su forja en pocos días. Tienen previsto inaugurar su taller entonces, y podríamos organizar una comida con ellos para celebrarlo y para conocernos mejor. Sobre los arquitectos, sé que están avanzando según lo previsto y creo que no habrá problema para priorizar la Academia en vez de otras cosas, pero mejor lo hablas con ellos, dijo Curudae mientras bebía su copa y miraba con ese brillo característico en sus ojos, ansioso por revelar alguna jugada, alguna sorpresa… Curudae no dejaba pasar las oportunidades para hacer negocio. -He tomado la libertad de servir de enlace entre Gildûr y Palomirë. No conocía a Palomirë de antes, pero sabemos que su hija podría incorporarse en nuestra Academia. Y como Gildûr escribe y recibe cartas asiduamente sobre los avances de su hijo, había un tema que les interesaba a ambos. Conozco a Gildûr de sus negocios en Tharbad, y como ya te dije tiene un gran poder e influencia. Y no es muy partidario del triunvirato de Gremios. Palomirë tiene un gran patrimonio. Si optamos por ir un paso más allá en lo económico aquí, podrían ser nuestros inversores. Existe un gran negocio aquí. La lana elaborada en tejidos, y teñida en colores… Todo eso cuesta mucho dinero inicialmente, pero también supone unos grandes beneficios para aquéllos que lo ponen en marcha. Hace falta una clase de personas especial para desafiar a los Gremios. Por eso invité a Gildûr en su día, porque sé que es un aventurero en su corazón.

-La idea sería organizar un pequeño evento para la inauguración del edificio de la Academia, y que se vengan Gildûr y Palomirë, entre otros. Y entonces podremos comentarles algo, o por el contrario dejarlo estar y quizá tratar de llegar a un acuerdo para formar parte de los gremios y aceptar sus condiciones.

Ayla se quedó meditando en silencio sobre lo que le habían dicho. Aún era pronto para saber qué consecuencias podía tener un camino u otro. Aún Sil Auressë no estaba andando, sólo se estaba levantando. Y en medio de todo esto, el destino le alejaba a ella de aquí. Sólo estaba de paso, pero en sus manos estaban las vidas de las personas que aquí habitaban. Sus sueños y esperanzas.

La noche anterior, como en otras muchas, en la intimidad que le proporcionaba su alcoba, Ayla había encendido una vela mágicamente. Llegaba su hora, la hora del estudio, la práctica, la hora de afianzar lo aprendido en Amond Lind. Sacaba la calavera que le había regalado Alam, y la imbuyó de luz para iluminar la estancia. Tal vez podía parecer un poco tétrico, pero para ella representaba una época de su vida, una etapa que le había preparado para Sil Aüresse.

Se trataba de otro mundo, distinto a los problemas de Sil Auressë. Necesitaba dedicarle tiempo, horas y horas de estudio y meditación diarias, hasta terminar exhausta.

-No veo ningún problema en organizar una comida con nuestros amigos enanos, para celebrar la llegada de la forja y todo lo que ello representa...

-En cuanto a tu iniciativa para servir como nexo entre Gildûr y Palomirë, lo veo perfecto, le dijo a Curudae.

-En cuanto acabemos el Concilio, acudiré en busca de los Arquitectos para darle prioridad a la Academia y después iré a ver a nuestros amigos los señores enanos. Faltaría concertar los detalles de la comida para la celebración de la inauguración de la forja, y la próxima gran celebración de Sil Auressë, la inauguración de la Academia que intentaremos que coincida conla llegada de Gildûr y Palomirë.
 

El día siguiente por la mañana Ayla volvió a quedar con Curudae para ir a ver a Khôradur y juntos a los arquitectos… Les confirmó su predisposición a organizar un banquete con los enanos para celebrar la llegada y puesta en marcha de su forja.

-Y también para concretar nuestro primer pedido, puntualizó Curudae. Khôradur asintió para mostrarse de acuerdo.

También confirmaron que Gildûr y Palomirë serán invitados a la fiesta de inauguración de la Academia, según había planeado Curudae. Faltaba concretar con los arquitectos en cuánto tiempo podría estar listo el edificio.

En cuanto a las dudas acerca de qué camino tomar con respecto a los todopoderosos gremios de Tharbad, Ayla les dijo: -en mi opinión Sil Auressë, no nace para ser esclava y plegarse a los gremios de Tharbad y de nadie. Si ahora no plantamos cara, nos someteremos a un vasallaje permanente y acabaremos siendo como otro de muchos territorios que han de explotar a impuestos a sus habitantes para que se lucren unos pocos del sudor de muchos. No amigos no, Sil Auressë no fue pensada para eso, y los gremios de Tharbad deben saberlo.

Los dos consejeros asintieron con la cabeza. -No debemos subestimar el poder militar del triunvirato de Gremios, dijo Khôradur, -desde hace un tiempo, contratan más y más compañías de mercenarios con el objetivo o excusa de proteger sus intereses y la seguridad de Tharbad. Pero detrás puede haber algo más, quizá un deseo de ocupar el vacío de poder que hay en Cardolan. Nuestra causa es justa. Solamente pedimos poder trabajar y vivir en paz, pero si surge la necesidad, defenderemos lo nuestro.

-Los puertos de Suduri también podrían servir de lanzadera para enviar mercancías lejos de nuestras tierras, el Rey Lanaigh, y el pueblo de Suduri me conocen, y pueden sernos de ayuda en ese aspecto. Lo único que deberíamos establecer una ruta para llegar hasta las tierras del Sur, y ahí tal vez la Dama Finduilas pueda sernos de cierta ayuda. Ella tiene algo que a nosotros nos falta, una tierra consolidada, con sus inconvenientes pero que con el tiempo se van a solucionar...

-¡Dama Finduilas!, exclamó Curudae. -Me imaginaba que te referías a ella cuando dijiste que alguien que había vuelto a nacer nos visitaría en breve. Sus conocimientos podrían sernos de gran ayuda, pero el principado de Dol Caladir está lejos de poder considerarse “consolidada”, según la información de que dispongo. Pero tiempo al tiempo. ¿Qué te parece Khôradur?

-¿Lo de Finduilas?, preguntó el de Umbar, -tiene derecho a una segunda oportunidad. Es una fuerza difícil de controlar, pero hasta hace poco movía los hilos de la compleja red de intrigas de Cardolan.

Ayla observó la reacción de sorpresa de Curudae y le dijo: -Al igual que tú preparas tus sorpresas, yo también preparo las mías, efectivamente en un espacio breve de tiempo recibiremos a la Dama Finduilas aquí y vivirá Sil Auressë, se contagiará de Sil Auressë. Esta vez mi camino será el suyo hasta que ella decida caminar de nuevo sola, pero por un sendero difirente al pasado, por un nuevo camino de luz.

-El futuro de Sil Auressë posiblemente pase por conseguir esa ruta segura a Sudúri, dijo Curudae, -y de mantener la conexión con Metraith.

-Amigos, es ahora nuestra oportunidad, les dijo, -la oportunidad de cada una de las personas que aquí viven por conseguir algo diferente, algo mejor. Un mundo hecho para los hombres, para el pastor, para el agricultor, para el posadero, para el panadero, molinero... y no de unos pocos privilegiados. Por eso no debemos plegarnos a los gremios de Tharbad, Sil Auressë debe estar por encima de ese juego y debemos dejarlo patente desde el principio. Pero sin vuestro convencimiento no puedo hacerlo. ¿qué pensáis vosotros?

-Tienes mi palabra, y mi plena confianza, dijo Khôradur. -No podemos subyugarnos a los caprichos de los gremios, porque Sil Auressë necesita hallar su propio camino.

-En cuanto a la confianza, Khoradur, no es mi en quien teneis que confiar, sino en vosotros mismos y en la gente que hay aquí. Vosotros mismos podéis ver como Sil Auressë está creciendo mucho más allá de lo que podríamos ver en un principio, y eso no es por mi, sino por todos y cada uno de vosotros, sois capaces de hacer cosas mucho más grandes de las que imaginais. Yo solo he intentado darle el primer empujon a esta rueda, y vosotros estais haciendo el resto. Tened fe en vosotros mismos. Sil Auressë vive, y es así porque cada uno de sus habitantes está vivo, y no están sometidos a nadie. Su trabajo es para ellos y así lo saben, y así deberá seguir siendo.

-Es hora de trabajar por un sueño. Hasta el final, concluyó Curudae. -Si quieres, te acompaño a ver a los arquitectos y luego a los enanos…

-Acompañadme pues a ver a los Maestros arquitectos.

Ayla decidió ir todos en busca de los arquitectos, para que les informen de cómo iban las obras y hacer las peticiones y cambios.