Partida Rol por web

Ok, entonces veo mejor cogerme Trovador y Artista, y dejar Diplomático para el siguiente nivel (que es más o menos lo que estoy haciendo ahora... ir de espía y tal). Prefiero ser un Trovador y Bardo consagrado que se ha metido en un berenjenal de diplomacia y rumores que no un Trovador-diplomático que ahora se mete a artista sin venir a cuento.

Eso sumarían 38 PD, dejándome 31 PD para otras cosillas (es cierto que necesito mejorar en armas arrojadizas). El coste en tiempo serían 132 meses por Trovador y 40 por Artista. Si empiezo desde los 20 años eso hace que tenga 34 años y pico, lo cual tampoco están tan mal. De hecho le subiría un par de añitos más ya que estaría acabando mi periodo de Diplomático (4 años), así que me pongo unos 36-37 años y justifico todo... si te parece bien.

La edad de 37 sería el mínimo, a partir de allí puedes sumarle alguno si quieres. Trovador (E) y Artista (V) entonces, me parece buena elección. Lo de Diplomático puedes replantearlo para nivel 2, estoy dándole vueltas y es una Opción de Adiestramiento que parece estar centrada en una especie de embajador que viaja a otra zona para quedarse allí (muchos conocimientos de dos culturas diferentes, etc.). No sé si encaja exactamente en lo que estabas haciendo para Tyrn Gorthad. Quizá sería más interesante escoger las habilidades sueltas.

Bueno, vamos al lío. El Trovador. Te he puesto los siguientes rangos: 3 en Cat. Arte Activo, 2 en Laúd, 6 en Cat. Comunicaciones, 2 en Cat. Influencia, 2 en Con. General, 2 en Conocimiento Regional (he puesto de Cardolan), 1 en Cat. Exteriores-Animales y 1 en Montar, 1 en Exteriores-Entorno y 1 en Predicción clima. Además hay que elegir 6 rangos de idiomas (los he sumado a otros que hay pendientes de la adolescencia, luego elegimos exactamente qué idiomas habla porque será uno de sus fuertes), y lo siguiente:

3 rangos en hasta 2 habilidades de Arte Activo: Cantar y/o Actuar (tienes un rango en ambas habilidades). Recuerda que un rango son como las nociones básicas, 5 rangos es alguien con cierta experiencia, y 8-10 rangos ya alguien versado.

2 rangos en hasta 2 habilidades de Influencia: Oratoria, Diplomacia o Seducción. Igual, tienes 1 rango en cada una. Puedes poner los dos en la misma habilidad. Luego como Artista puedes poner otros 2 (ver más abajo).

Además hay que tirar dados para cosas especiales. Para ir agilizando voy a hacer las tiradas... Bueno, podía haber sido mejor (no te tocó el laúd especial, ni la montura...). Pero en tus años de Trovador obtuviste un contacto noble importante que puede resultarte útil. Quizá un mecenas o benefactor (podríamos usar el mismo Príncipe Pelendur, pero como ya se fue de la región y además es de la alta nobleza, podría ser otro más cercano).

ARTISTA: te da unas monedas adicionales (1d10=1 mp, se ve que el resto te lo has gastado en el juego), 3 en Cat. Arte Activo y 3 en una habilidad (me imagino que laúd que ya sumarías 7 rangos), 1 en Cat. Atletismo Gimnasia y 1 en una habilidad (malabarismos), 5 en Cat. Comunicación y otros 5 rangos de idiomas, y 2 en Cat. Influencia y 2 rangos en hasta dos habilidades (eran Oratoria, Diplomacia o Seducción).

Además de repartir los rangos, si te parece haz 6 tiradas de 1D100 para las cosas especiales de esta opción de adiestramiento.

Bien, veamos...

Primero los rangos de Trovador (lo de la E y la V entre paréntesis no sé qué es...):

3 Rangos en Arte activo: Me gustaría ponerme un rango en Actuar, pero tras mucho considerarlo voy a poner los 3 en Cantar. Así, con el que ya tenía, tengo Cantar 4 rangos y Actuar 1, ¿no?. Creo que es más lógico que sepa cantar mejor que actuar.

2 Rangos en Influencia: 1 en Oratoria y 1 en Seducción.

Y de Artista:

3 Rangos en Arte activo: Me pongo 1 en Cantar y 2 en Actuar, para un total de 5 y 3 respectivamente.

2 Rangos en Influencia: 1 en Diplomacia y 1 en Seducción.

Hala, los rangos de conocimientos y demás no sé si me los has puesto tú o no. Los de idiomas ya me dirás cuántos rangos tengo y cuánto hay que tener para hablar uno con soltura.

Y ahora, las 6 tiradas de 100. Ya me dirás cómo me ha ido...

Ah, y por cierto... ¿De dónde has sacado lo de Trovador? He estado buscando esa opción de adiestramiento pero no la he encontrado por ninguna parte...

Conocimientos sólo tenía el Trovador (y el Diplomático pero de momento no lo has cogido), y los conocimientos del Trovador son de la Categoría de Conocimientos Generales y dentro de esa categoría de una región en concreto, como te he dicho he puesto Cardolan.

Lo de "V" y "E" es el tipo de adiestramiento. "V" es Vocacional, que es como una cosa que haces durante un tiempo pero luego puedes hacer otra. "E" es Estilo de Vida y normalmente un personaje no puede escoger un Estilo de Vida y luego otro (pero sí puede combinar con distintas opciones Vocacionales). No tiene mayor importancia, sólo que los Estilos de Vida definen más al personaje y tienden a ser ligeramente más "poderosos".

Lo de Trovador => jeje, tengo mis recursos... Es de una ampliación de hace mucho tiempo que se llama Castle&Ruins, donde se explica todo el tema de construcción de castillos, costes, qué tipo de personas suele haber en los castillos, sueldos, impuestos... Creo que nunca se ha traducido al castellano, pero es un buen recurso y lo he estado usando para todo el tema de Sil Auressë (es casi como un minijuego en sí, con eventos mensuales etc.). Lo de las Opciones de Adiestramiento es bastante curioso y le da variedad al juego y a los personajes, también he hecho alguna opción propia (en el Manual del Director de Juego te explican la fórmula mágica para hacer los costes) sobre todo para eventos que suceden en el juego en sí.

En un rato te paso los rangos y ya quedaría sólo repartir los puntos de desarrollo que quedan para el nivel 1. Ya casi estamos.

Ok, continuo con mi historia entonces...

He puesto los rangos como me has dicho. Tiradas (Artista) => 65, 23, 51, 86, 44, 17

Kit de disfraz, Nada, Nada, Amistad con posadero, Nada, Nada.

Bueno, tienes un kit con un traje o algo parecido (según qué tipo de performance haces), que te da un +15 a la habilidad de disfrazarte, así como una buena amistad con un posadero o propietario de una taberna. Por ejemplo, la Oveja Cebada de Metraith que es una aldea estratégica en un cruce de caminos.

Para terminar la subida a nivel 1, he pensado en repartir los puntos de desarrollo de la siguiente forma (entre paréntesis el coste 1er rango/2º rango):

Cat. Armas Arrojadizas - lanzar cuchillo (3/9) => 1 rango en categoría y 2 en la habilidad, total coste 15PD. Es necesario aunque cuesta un poco caro. Tienes muy pocos rangos en esta habilidad. Este nivel no da para desarrollo corporal (puntos de vida) ni armadura, pero ya te irás curtiendo en los viajes.

Alerta (4/12) => 1 rango (4PD), es importante estar pendiente de lo que sucede...

Cat. Percepción Búsqueda y Observación (2/6) => 1 en cada, total 4PD, Observación es cuando activamente te fijas en algo (Alerta es sin que tú digas nada, pero es más difícil de subir).

Oratoria y Diplomacia (1/4) => 1 en ambos, 2 PD

Cat. Subterfugio Sigilo - Acechar, Esconderse (2/7) => no tenías ningún rango, y no está de más poder esconderse o avanzar sin hacer ruido, sobre todo si vas en un grupo. Total 6 PD.

Si no me fallan los cálculos y sumando los costes de las OA (22+16), llegamos al total de 69 PD que eran los puntos que tenías para repartir. Se pueden cambiar (Oratoria y Diplomacia te cuestan lo mismo que actuar y cantar por ejemplo, pero como ya tienes en esos), hay muchas cosas que están pendientes de subir (desarrollo corporal, armadura (aunque sea un chaleco de cuero), disfrazarse, heráldica, conocimientos de todo tipo, detectar mentiras, algunos hechizos, puntos de poder, sintonización para manejar objetos encantados etc.), pero este nivel no da para más.

¿Lo ves bien?

Ah, y hazme una tirada de 5D10 (5 dados de 10) para la Apariencia.

Nada, me fio de ti. Queda pendiente entonces lo de los idiomas, que ya me dirás.

Además, las 5 tiradas para la apariencia. No sé qué sacaré, pero espero no ser un bardo demasiado feo, no quedaría bien con el concepto de personaje que tengo en mente...

.......

Bueno, bastante aceptable :-D

Con 95 en presencia nunca iba a ser feo... Has sacado 42, se resta 25 y se añade tu presencia potencial. Es decir, la apariencia esta como mucho 20 por debajo y 25 por encima de la característica de presencia. Como sabes, es bastante subjetivo. Pero 95-25+42= 112 !!!! Es mucho. Muchísimo.

Ahora es cuando me arrepiento de no llevar a una humana. La de cosas que podría hacer con ese 112 :-P

Pero como no pegan las mujeres bardo, pues la cosa queda bien así (y de paso me las llevo a todas de calle)

Bueno, entonces aparte de lo de los idiomas... ¿qué queda?

OK pasado rangos. Prácticamente está todo ya, faltaría concretar qué armas:

Armas de filo => tienes 2 rangos en un arma, que podría ser una espada o quizá cuchillo (que luego podrías arrojar también).

Armas de Proyectiles => ¿arco corto? Tienes un rango de inicio.

Lo de los rangos hay que tener en cuenta que un rango en algo es como las nociones básicas, y si luego no desarrollas más pues es muy poca cosa. 5-6 rangos ya dominas el tema, 8-9 eres veterano y hábil, y 10+ puedes incluso enseñar a otros a un buen nivel.

Arma de asta => me imagino que la lanza, de nuevo no creo que llegues a usar esos rangos.

Bueno, quedan los idiomas. De inicio tienes Oestron (la lengua común) a un nivel 8 hablado y 6 escrito, fluido pero si quieres llegar a escribir tus canciones y que rimen, y mejorar el léxico algún rango más sería aconsejable.

Otros idiomas interesantes: Adunaico (es el idioma antiguo de los dúnedain, se usa para ceremonias oficiales, para entendernos un poco como el latín), dunael (la lengua de los hombres brunos), kuduk (de los medianos que han llegado a las tierras de Bree, se parece bastante al oestron), luego están las lenguas élficas, principalmente sindarin.

En total tienes 23 rangos a repartir, hay algunas lenguas que no es necesario gastar en escrito y oral (por ejemplo dunael rara vez se escribe, así que con poner rangos en oral es suficiente), por otra parte Adunaico es más para textos antiguos y aunque se pronuncia en ceremonias es habitual saber leer mejor que hablar.

Te hago un pequeño resumen de cómo funcionan los rangos de idiomas:

rango 1 => reconoce el idioma (sabe qué lengua es); 2=> comprensión de conceptos muy básicos (comer, coste, enemigo, dolor); 3=> distingues dialectos, puedes hacer frases básicas; 4=> conversación de temas sencillas, si se le habla despacio; 5=> fluidez en temas cotidianos, le cuesta si hablan rápido; 6=> el nivel normal de la población nativa pero sin educación, no comprende todos los dialectos ni tiene vocabulario técnico; 7 => fluidez real, puede hablar con nativos de casi cualquier tema, aunque términos arcaicos pueden resultar complicados. También se nota el acento y puede ser considerado extranjero; 8 => fluidez y conocimientos de todos los dialectos (aunque no puede reproducirlos); 9 => fluidez absoluta en un dialecto y reconocimientos de los demás; 10 => fluidez total en la lengua y en sus variantes y dialectos más cercanos, solamente los términos arcaicos extremos podrían suponer un problema.

El personaje está prácticamente listo, tengo que hacerte un resumen de las habilidades mientras terminas la historia, y podemos hacer una pequeña intro (ya se van completando otras fichas también).

Bien, veamos...

Los 2 rangos en armas de filo irán a cuchillo (o daga, lo que sea que me da por arrojar. Habrá veces que sea mejor conservar uno de ellos en la mano...)

El rango de inicio en proyectiles que sea en arco corto, aunque no creo que lo use mucho (empezando porque no voy a ir con un arco por ahí, ya pesa suficiente el laud).

En armas de asta escojo lanza. A saber cuándo lo aprendí pero esta habilidad la usaré aún menos que el arco.

El tema de los idiomas es interesante. Por supuesto que quiero dominar el Oestron mejor que el común de los mortales, y saber también una o dos lenguas más bastante bien.

Teniendo en cuenta que el Oestron lo tengo a 8/6 y que tengo 23 rangos para ponerme elijo ponerlos así:

- Oestron: 9/8 (3 rangos)

- Sindarin: 6/6 (12 rangos)

- Dunael: 5/0 (4 rangos)

- Nahaiduk: 3/0 (3 rangos)

Ante todo, si hay alguna pega por aprender esos idiomas avísame y lo cambio. Mi justificación es la siguiente: El dunael lo he puesto a rango 5/0 porque he viajado mucho por todo Eriador y he tenido mucho contacto "a pie de calle" con la gente durante mis actuaciones, tanto con la compañía itinerante como más adelante en solitario en posadas y tabernas. He decidido ponerme 5 porque equivale a hablarlo fluidamente (como debería ser para alguien que ha pasado tiempo allí) pero quizás no lo suficiente como para perderme detalles si la gente habla rápido o en un dialecto más cerrado. Leer y escribir no me lo he puesto ya que la gente de la que lo he aprendido (pueblo llano) dudo que supieran tampoco.

El sindarin es otra cuestión. Me gustaría tenerlo a grado 6/6 porque es como saberlo de manera nativa (obviando el aspecto técnico). ¿La explicación? Bien, Arkyn es un apasionado de la música (si has leído "El nombre del viento" sería similar a Kvothe, el protagonista). Disfruta con casi cualquier melodía pero también está muy interesado en las historias (como buen bardo). ¿Y qué mejores historias que las hazañas de los elfos y los primeros hombres? Arkyn se ha criado con historias y leyendas sobre Gondolin, Feanor y los silmarils, etc. Las grandes proezas de Húrin y su hermano Huor, así como sus descendientes, la hermosa balada de Beren y Luthien, etc. Bueno, el caso es que casi todas esas historias ya sólo las cuentan los elfos y por lo tanto tenía pensado que en algún momento de su vida Arkyn hubiera ido en busca de los orígenes de esas historias en el norte de Rhovanion. De ahí que también tenga nociones de Nahaiduk, que es la lengua de los hombres de los bosques. De ahí que de tanto empeño por aprender las antiguas canciones haya podido aprender el sindarin tan fluidamente. Me hubiera gustado más aprender el quenya, que es el idioma original de esos héroes elfos de antaño, pero al ser el idioma fundamentalmente de los elfos Noldor no creo que hayan tenido la consideración de enseñármelo. El sindarin, al ser el "Oestron" de los elfos, es más fácil que sí lo haya podido aprender.

En fin, cualquier comentario que quieras hacerme al respecto, adelante :-P

OK veo bien la justificación de los idiomas, alguna salvedad/comentario... Sindarin es la lengua franca en muchos encuentros de las razas más antiguas, por ejemplo entre enanos y dúnedain, y la lengua común de todo tipo de elfos. Mucho de lo que se escribe o documenta suele estar en sindarin (y las leyendas y canciones) así que para alguien culto aunque viajero no sería raro saberlo. Nahaiduk o cualquier idioma de los eothrim es una opción interesante, pero no me parece lógico que Arkyn hubiera podido viajar tan lejos... A Rhovanion. Es veterano pero no experimentado (=curtido), y ese tipo de viajes son complicados. Tampoco tiene bagaje de conocimientos. Pero por otro lado, hay una cierta tendencia migratoria desde Rhovanion a Eriador (norteños de todo tipo que vienen en busca de oportunidades, sobre todo como mercenarios para las guerras internas de Cardolan). Así que perfectamente podría haber buscado a esta gente y tratar de entablar conversación con ellos sobre las leyendas antiguas. Y le daría una meta más o menos inmediata: visitar Rhovanion. Y encontrar elfos que quieran compartir cosas.

Con eso se queda casi finiquitado el personaje. Tengo una escena abierta en la posada de la Oveja Cebada en la aldea de Metraith, en un cruce de caminos. Si vas terminando la historia, podemos meter a Arkyn en aquella escena para ir abriendo boca.

Mientras continuo la historia te mando el capítulo 1 para que le vayas echando un vistazo, por si quieres comentar algo. Conforme vaya terminando de repasar los demás te los voy poniendo por aquí, ¿ok? No son muy largos pero la verdad es que no dispongo de todo el tiempo que me gustaría :-S

Capítulo 1: Bree

Todo comenzó el día de Mettarë, el último día del año. Había sido un otoño frío y seco, por lo que se esperaba un invierno más crudo de lo normal. Y así fue; conforme se iban incrementando los vientos helados procedentes del norte más y más gente acudía al pueblo de Bree. Situado en la encrucijada de los dos caminos más importantes de Arnor, Bree acogía a numerosos viajeros durante la mayoría de los inviernos. La mayoría eran mercaderes que se negaban a viajar durante la estación fría, pero aquel año se llegaron a ver incluso a algunos montaraces procedentes del norte, los cuales comenzaron a llegar a mediados del mes de Girithron quedándose ya hasta principios de la primavera.

Aquel día, como digo, fue cuando comenzó todo. Mi madre, Shanna, era la hija menor de un granjero de las afueras de Bree. Su hermano mayor había muerto a los diez años tras una larga enfermedad y había quedado como hija única. Contaba con quince años aquel invierno y la llegada de los montaraces la cautivó. Pese a tenerlo prohibido se escapaba de casa con frecuencia y acudía a las afueras de Bree donde, junto a otras chicas, pasaban las tardes, y algunas noches, en compañía de aquellos hombres.

Ella nunca me habló de él. Lo único que llegó a mencionar alguna vez fue la noche de Mettarë. Al parecer aquello selló su destino, y el mío. Nací nueve meses después, a principios de otoño, en medio de una familia rota y devastada. La humillación, como mis abuelos la habían descrito, había sido mayúscula, y mi madre no tuvo más remedio que contraer matrimonio con Lan, un granjero vecino, entrado en años que, al parecer, fue el único que accedió a casarse con ella. Era un tipo ambicioso que había enviudado hacía unos años. No solamente se sintió feliz de poder contar con una nueva esposa joven que le calentara la cama y atendiera su casa, si no que además heredaría la granja, anexionándola a la suya, a la muerte de mi abuelo. Sin embargo mi madre nunca volvió a ser feliz. Aún la recuerdo sentada a la entrada de casa, con la mirada perdida en el horizonte, mientras se consumía por dentro. Parece que ni siquiera yo le hacía feliz, ya que a menudo la descubría observándome, con los labios apretados y los ojos serios. Quizás le recordaba a él, ya que no tenía ningún parecido con ella, quién sabe. Ni siquiera los golpes que su marido le propinaba le hacían proferir una queja o derramar una lágrima. Parecía seca por dentro, seca y vacía.

El caso es que me abandonó. Me dejó una tarde de verano cuando yo aún contaba con seis años y la necesitaba más que nunca. No sé si se lo llegué a perdonar pero ya apenas recuerdo su rostro. A veces, cuando cierro los ojos, lo único que veo es un montículo de tierra húmeda y un ramillete de flores silvestres dejado por mí.

Mi abuelo había muerto cuando yo tenía dos años y apenas le conocí. Mi abuela había pasado a vivir con nosotros y cuando mi madre murió pasó a ser mi única familia. Fue ella la que me inculcó el gusto por los bosques y por la música y la que me protegía de la cólera de mi padrastro. Con ella tallé mi primera flauta de madera y de ella aprendí mil y un cuentos e historias. Su muerte, dos años después que la de mi madre, fue aún peor. Sin nadie que velara por mí, mi padrastro comenzó a ensañarse conmigo. Algo acerca de que él no criaría a un zángano y que me pondría a trabajar en el campo hasta que cayera desfallecido.

No le di la oportunidad de cumplir sus amenazas. Aprovechando que la primavera llegaba a su fin y comenzaban días más cálidos me escapé. Cogí las escasas pertenencias que pude reunir y me marché. Llegué a Bree esa misma tarde, aunque sabía que sería el primer sitio donde Lan miraría. Pero el destino vino en mi ayuda, y por primera vez en mi vida me sonrió la suerte.

Un anciano me descubrió en el instante que mis manos se apoderaban de una hogaza de pan en uno de los puestos del mercado. Me abordó mientras la devoraba escondido en un oscuro callejón de las afueras y se sentó junto a mí. Me comentó que le recordaba a si mismo cuando era un chiquillo. Al parecer él también se había escapado de casa y sabía lo duras que podían ser las condiciones para un niño de mi edad. Al ponerse el sol yo ya estaba totalmente convencido de que acompañarle era lo mejor que podía hacer en mi situación. Rana, como me dijo que se llamaba, dirigía una caravana de artistas ambulantes que, casualmente, se habían detenido aquella noche en Bree. Necesitaba de un muchacho de mi edad para ayudarle en sus tareas cotidianas, ya que sus huesos no le daban apenas descanso. Tendría que dar de comer a los animales, limpiar el carromato, lustrar sus botas y algunas otras menudencias. ¿Y a cambio? Comida, techo y compañía de otros niños, hijos de los artistas que le acompañaban. ¿Que qué me parecía? ¡Bárbaro!

Capítulo 2: Luth

Pasé muchos años en compañía de aquellos artistas ambulantes. Aprendí a hacer juegos malabares y trucos de manos, aprendí a trepar a los árboles y a caminar por los bosques. También me enseñaron a manejar el arco y la lanza, para poder hacer bien las guardias según ellos, aunque mi arma favorita siempre fue el cuchillo.

Arnas, uno de los malabaristas, me enseñó a lanzarlo al poco tiempo de llegar. Él acertaba siempre, ya fuera en la diana, en una ardilla o en una manzana sujetada en la boca por Taris, su mujer, durante los espectáculos que realizaban. A mí me costó bastante más poder hacer que se quedara clavado tras lanzarlo contra un tronco pero poco a poco fui cogiéndole el truco y puedo asegurar que no lo hacía mal.

Pero lo que más me entusiasmó fueron los momentos que pasaba junto a Saira.

Saira era una mujer, de unos cuarenta y tantos años, que tocaba el laud. Lo tocaba maravillosamente bien y yo acostumbraba a pasar las noches junto a su carromato, escuchándola tocar y memorizando todo consejo que me decía.

Su marido había muerto cinco años atrás. Había sido un bardo muy popular y, según ella, la había engatusado con palabras bonitas y acordes de laud. Tuvieron tres hijos. El mayor, Lancel, les dejó para convertirse en un guerrero, su gran ambición. Al parecer encontró trabajo en Argond, aunque unos años más tarde, cuando pasamos por allí nadie puedo decirnos nada de él. Saira lloró durante varios días a pesar de que, como ella decía, aún sentía que estaba vivo, en alguna parte.

Su segundo hijo, Tar, se ocupada de diversas tareas. Lo mismo conseguía ardillas y conejos mediante trampas que mantenía limpios los caballos, recogía leña o hacía guardias. Pero no actuaba. No había heredado ninguna de las aptitudes musicales de sus padres, ni tenía la coordinación suficiente para hacer nada relacionado con el espectáculo. Sabía leer y escribir, como todos, gracias al maestro Hawrlin pero se mostraba perezoso con las lecciones y nunca puso empeño en aprender cosas nuevas.

Luth era la pequeña, aunque apenas era un año menor que yo. Fue mi amiga desde el principio ya que yo pasaba largo tiempo con ella mientras tomábamos lecciones de su madre. Se llamaba así en honor a Luthien. Su madre nos explicó que había sido una elfa, la más bella que hubiera pisado jamás el mundo, y protagonista de la más hermosa balada jamás cantada. Fue la primera cosa que aprendí a tocar y no descansé hasta que me sangraron los dedos y me la supe de memoria.

Sí, fueron unos buenos años, aún a pesar de las peleas con Zé, el hijo de Ganleros el forzudo, a causa de Luth y de las palizas de advertencia de Tar para que me mantuviera alejado de su hermana. Resulta que Zé... bueno, le llamábamos Zé porque ceceaba al hablar. La verdad es que no me acuerdo bien cómo se llamaba de verdad. El caso es que a Zé le gustaba Luth. Le gustaba mucho. La verdad es que no era de extrañar ya que ella era preciosa. Comenzó siendo una niña flaca y desgarbada, más alta que cualquiera de nosotros a pesar de su edad, con el cabello castaño claro y unos vivaraces ojos verdes. Con el tiempo creció aún más pero su pelo se volvió de un color rojizo claro, como el sol al ponerse por las montañas en un día de otoño. Sus caderas se ensancharon y sus pechos crecieron, y se convirtió en una esbelta moza que era el orgullo de su madre.

Y Zé la deseaba. A veces le sorprendía mirándola con los ojos fijos, como un lobo ante un cordero. Ella parecía no darse cuenta pero con el tiempo me confirmó que prefería simular que no se enteraba para no tener que enfrentarse a él. Y por eso se venía conmigo, cosa que enfurecía a Zé, y aprovechaba cualquier motivo para engancharme un puñetazo en el estómago o un empujón que me tirase al agua cuando cruzábamos riachuelos. Cualquier cosa que no dejara marca y que yo no pudiera probar. Después de todo yo seguía siendo el extraño, el último en llegar y no tenía familia en la compañía.

No paso mucho tiempo hasta que Luth y yo nos besamos. Tuvimos que superar las reticencias iniciales de Tar, que al principio aprovechó también para zurrarme aunque acabó claudicando cuando se acostumbró a ello, y de Saira, que al principio no veía con buenos ojos nuestra relación aunque la aceptó después de prometerle que la cosa no pasaría a mayores. Aquello no cambió nada. Luth y yo seguimos trabajando como el primer día, sin dejar que lo nuestro afectara a nuestras actuaciones. Es más, comenzamos a actuar juntos, yo tocando el laud mientras ella cantaba. El resultado era espectacular y nos convertimos en uno de los mejores y más esperados momentos del espectáculo.

Claro que no todo podía ir tan bien. Éramos jóvenes y nos queríamos, por lo que el desenlace no podía ser otro. Al final Luth y yo nos acostamos juntos y continuamos haciéndolo siempre que podíamos. Y el resultado llegó. Ella quedó embarazada y todo se vino abajo. Desde Arvinas, el jefe desde que Rana había muerto años atrás, hasta Tar, pasando por Saira, Hawrlin y el resto nos cayeron broncas de todo tipo.

Quizás todo se hubiera solucionado con el tiempo. Después de todo no era inusual que dos chicos, de quince y dieciséis años, fueran padres. Pero Luth me confesó que su madre intentaba envenenarla con unas infusiones abortivas y me convenció para fugarnos.

De nada sirvió. Al final ambos fuimos víctimas de la fiebre de los pantanos, tras una semana vagando por las marismas cenagosas del norte de Faerdor. Cuando nos encontraron estábamos al borde de la muerte pero no recuerdo más porque a las pocas horas me desmayé.

Desperté cuatro días después en la habitación de una posada. Junto a mí había una carta del maestro Hawrlin. En ella me decía que los ánimos estaban bastante agitados después de lo que había ocurrido por lo que la mejor solución era que pasase una temporada lejos de la compañía. Me había dejado algo de dinero y mis pertenencias y me había pagado una habitación en El Ganso Dorado, una pequeña posada al surde Nen-i- Sûl, junto al río. Me aconsejaba que me quedase una temporada allí. El posadero me daría un techo y comida a cambio de que yo actuase para sus clientes todas las noches. Cuando las aguas volvieran a su cauce volverían y podría unirme de nuevo a ellos.

Ni que decir tiene no me quedé allí más de un día o dos, mientras recuperaba fuerzas. Después me fui en busca de Luth. Tenía que saber que ella estaba bien. Lo necesitaba.

Conseguí seguirles la pista hasta Nidada. Allí me informaron que habían cambiado el rumbo hacia el norte, hacia Gûndiok. Me dirigí hacia allí lo más rápido que pude. A los cuatro días llegué a una aldea donde encontré a Wusmar, uno de los gemelos que hacían acrobacias y juegos malabares. Se encontraba en casa de un herbolista y estaba muy malherido.

Wusmar pudo contarme que la compañía fue atacada por unos bandidos dos noches antes. Consiguieron rechazarles pero a costa de graves pérdidas. Su hermano había muerto y a él le había traído Arvinas en persona para que se recuperara de sus heridas, aunque por el aspecto de éstas y las miradas que el herbolista le dirigía no había mucho que hacer.

Cuando llegué al lugar descrito por Wusmar pude ver con horror que había numerosos montículos de tierra removida. Uno, más grande y sin ninguna inscripción, debía pertenecer a los bandidos. Los demás, trece en total, tenían todos una sencilla lápida de madera con el nombre tallado y coloreado con carbón. “Ganleros” pude leer en la primera. “Ganlen” en la segunda, debía tratarse de Zé. “Wilmar”, el hermano de Wusmar estaba a continuación. Mis ojos se movían deprisa buscando, o más bien esperando no encontrar, un nombre en particular. “Darin”, “Ranza”, “Evren” y “Mirko” estaban a continuación. Un poco más allá “Larno” y “Mara”, enterrados juntos. La siguiente me hizo detenerme un instante. El nombre, “Hawrlin”, hizo que se me saltaran las lágrimas. Las sequé con la manga dispuesto a continuar la macabra lectura. Ya les lloraría después. “Salsas” el cocinero era el siguiente. Nadie llegó a saber nunca su verdadero nombre, así que todos le llamábamos así. Ya sólo me quedaban dos. Leer la primera inscripción me heló la sangre. El nombre de “Saira” hizo que mi corazón se detuviera mientras mis ojos, anegados en lágrimas, intentaban vislumbrar lo escrito en la lápida contigua.

Fueron los segundos más largos de mi vida. Algunas noches de invierno aún sueño con aquella escena y no hay día que no me despierte empapado en sudor, por mucho frío que haga fuera. Finalmente pude leer el nombre de Rithlan en la última y pude volver a respirar.

Estaba viva. O por lo menos no había muerto allí. Hice un repaso mental. Luth, Arvinas, Ergalen, y los hijos de Ranza, Buniral y Alida debían seguir vivos, en alguna parte.

Intenté seguir algún rastro pero la tierra estaba muy movida en la zona y hacía dos días que había llovido. Continué, pues, hacia el norte en busca de los supervivientes.

Nunca la encontré. Al día siguiente hallé el cadáver de Buniral junto a un arroyo, con la cabeza reventada contra uno de los cantos rodados del río. Debió tropezar fatalmente en una increíble ironía del destino. No había ni rastro de su hermana pequeña pero sí huellas de unos pequeños pies descalzos. Con cinco años era improbable que Alida siguiese viva. Aún así la busqué por los alrededores por espacio de tres horas, sin resultado. Quizás si me hubiera esmerado más habría encontrado alguna pista, pero mi corazón me impulsaba a seguir adelante.

Dos días después encontré dos cuerpos colgados de un árbol junto al camino. Pude reconocer al robusto Arvinas y al obeso Ergalen a pesar de sus rostros destrozados a picotazos de los cuervos.

De Luth no volví a saber nada.

No te preocupes, es muy entretenido de leer. Además se nota que conoces la región (Nen-i-Sûl, Faerdor, Argond...) eso es útil para un personaje "trotamundos" aunque sea de una sola región.

Además una historia detallada puede dar pie a tramas interesantes en la partida.

Me quedo a la espera del resto del relato.

He estado un poco más liado estos días por lo que no he tenido mucho tiempo de continuar con la historia. Además me he encontrado poco inspirado y los dos primeros borradores los he destruido. Si te parece bien podemos empezar ya y te los voy poniendo más adelante.

OK no te preocupes. Pues la ficha la tengo hecha (he tenido que rehacerlas todas porque se me rompió el stick)... Lo que no logra hacer es subir una imagen en Umbria, no sé si es que estoy haciendo algo mal pero se queda colgado.

Te paso un enlace para la imagen:

http://img41.imageshack.us/img41/5643/2tz8.png

Es sólo la lista de habilidades con el número de rangos y la bonificación total, pero suficiente para comenzar. Luego abro una escena introductoria para Arkyn. El personaje se ha quedado bastante bien creo, teniendo en cuenta que es un personaje "veterano" en algunas cosas pero nivel 1. Tiene bastantes lagunas aún pero a medida que va subiendo será muy completo seguro.

Bueno, he roleado así mi entrada en el establo porque si Caäniza va a ser mi condicionamiento sería una buena base que me recuerde a Luth para reforzarlo.

Pero tengo una duda: ¿Qué edad tiene Luth? ¿Es realmente una "niña" o es mayor pero con cara aniñada? Lo digo porque cuando me puse lo de condicionamiento lo que tenía en mente es que el bardo se enamorara de un personaje (jugador o no jugador, da igual) borrando el recuerdo de Luth y pasando página. Si el condicionamiento es más bien como figura paterna avísame porque entonces lo roleo de otra manera :-P