Partida Rol por web

Sil Auressë

Los tapices de Vairë

Cargando editor
05/12/2018, 11:09
Director

Me parece bien el tono del epilogo de Ragi, y creo que es un acierto enfocarlo justo en el momento de entrar en Sil Auresse. Lo más seguro es que la partida concluya allí para vuestro grupo, y el epilogo sería a continuación. Así que sirve el texto. Aún hay tiempo de completarlo o ampliarlo, tal vez introducir alguna mención a Sir. Puedes interactuar con ella o decirle algo ahora que regresáis.

Cargando editor
05/12/2018, 13:50
Norión

Bueno... mi propuesta era que Denelloth y Norión se encuentren junto a Sir y luego vayan para la forja... me alegro que la escena se de, pero con esta nueva info, algo se complica XD.

Por un lado, mi idea no es ahondar en la conversación anterior con Denelloth, que fue muy buena y tuvo su "cierre", sino mas bien compartir un momento con esta nueva relación que tienen, desde un lado más humano y menos trascendental, con caras a lo que vendrá. Por otro, hacerlo junto a Sir (la niña humana, no la Enila mística), me parecía un buen modo... si ella no está, podemos conversar sobre ella sin ella ;)

Consulta, Norión sabría que ella no está? o se enteraría por Denelloth cuando fue a buscarla?

Notas de juego

Nota: por cierto, Denelloth, por donde entraste al Othrind!!! Acaso vuelas? XD

Cargando editor
05/12/2018, 15:02
Director

Un enfoque más humano con Sir de fondo (presente físicamente o en el recuerdo) parece lo más adecuado. Tal y como se están dando los recorridos, sería algo así como:

-Norion llega (o sale de su despacho) con varios tomos encuadernados bajo el brazo y se dirige hacia la Academia (en el castillo)
-Ve a Denelloth pensativo y tienen una charla sobre Sir etc.
-Norion continúa su ruta para entregar los libros. Denelloth sale del castillo y camina hacia la aldea.
-Norion termina de repartir los libros en el castillo, y queda el último que es para la forja de los enanos.
-Denelloth y Norion vuelven a encontrarse en la forja (pero allí ya no hay interacción)

Para articular el epílogo, es mejor que no caminen juntos hasta la aldea. De esa forma podemos intercalar otros textos en la ruta.

Queda por despejar la duda del paradero de Sir. Pero como en la charla se habla de ella desde cierta distancia, podemos modificar un poco esa parte al final según cómo se resuelva.

Cargando editor
05/12/2018, 15:37
Norión

Perfecto por mi.

Pregunta, como se puede manejar un diálogo con este sistema? Sería como dos monólogos breves que luego tu compaginas, Tingwe?

Cargando editor
05/12/2018, 16:37
Director

El dialogo se puede construir con dos que luego compagino, o si preferís usar esta escena y postear de forma normal y luego copio los posts a la otra escena. Pero para el tono general del epilogo va mejor usar posts mas largos tipo monologo, y luego la respuesta del otro. No seria un intercambio de muchos posts.

Cargando editor
05/12/2018, 18:33
Girion
Sólo para el director

Te cuento lo del epílogo:

Querría lo primero hacer el funeral de Gildûr en Sil Auressë y que lo entierren allí. Ya que no podemos volver a Tharbad porque la otra familia nos ha "sacado" y como ha sido uno de los benefactores de Sil Auressë pues queda hasta chulo y lógico que se le entierre ahí.

En cuanto a los personajes, hay vairos con los que me gusatría hablar antes de partir de Sil Auressë a Tharbad.

-Uno es Norion. A él le quiero hacer un regalo. Quiero hacerle una capa con la piel del huargo al que se enfrentó Benaldamat, pero que en realidad fue Norion quien le ayudó a acabar con él. Además esa escena es suya, con lo que es el merecedor de la capa de huergo. A parte querría que fuese él quien hiciera el funeral...no sé si podría o querría.

-Otro es con Denelloth. A él tengo que proponerle que me ayude a buscar rutas comerciales por tierra en vez de por mar.

-Otro es Theon, a quien le tengo que proponer intercambios comerciales

-A Ferrim iniciar un acuerdo entre los herreros enanos para comerciar con sus mercancías.

...bueno y así con varios. Igual esto no es un epílogo (quitando lo de Norion)....no sé.

Cargando editor
06/12/2018, 12:47
Director

Me gustan las ideas que comentas. A ver si puedo articularlas un poco para que encajen en el epílogo. Un problema es abrir nuevas tramas en el cierre, que es algo que prefiero evitar. Pero se puede dejar como una pincelada. Tipo "Denelloth, quiere hablar contigo de crear nuevas rutas"... y allí se queda. Como un teaser de lo que está por venir.

Me gusta que Girion asuma o quiera asumir el papel y el lugar de su padre en la estrategia global de Sil Auressë. Algo de eso tenía en mente para SA-II, y por eso te he incluido como destinatario en algunas reuniones del Consejo (donde Gildur tenía su asiento permanente). Pero el desarrollo de todo eso debe ser en otra partida, aquí solamente podemos marcar el camino que luego andarás.

Querría lo primero hacer el funeral de Gildûr en Sil Auressë y que lo entierren allí. Ya que no podemos volver a Tharbad porque la otra familia nos ha "sacado" y como ha sido uno de los benefactores de Sil Auressë pues queda hasta chulo y lógico que se le entierre ahí.

Vamos por partes. El funeral de Gildûr. Perfecto lo de que sea en SA. De hecho, seguramente sea tu escena inicial de la partida SA-II. Hay un problema de tiempos, ya que el epílogo sucede antes (obviamente) que el funeral en caso de que el funeral sea una escena. Además, tengo pensado un funeral más multitudinario para recordar a todos los caídos y en el epílogo desviaría más la atención (pocos PJ han coincidido con Gildur).

Tengo una solución. Teniendo en cuenta que el funeral se va a celebrar cuando la guerra lo permita, en unas semanas por ejemplo, Girion le pide a Norion el favor de embalsamar el cuerpo. También podemos alargar la agonía de Gildur unos días más para que coincidan la fechas (pobrecito). Norion es un anamarta (o lo era), y sabe embalsamar. Y oficiará el funeral (si quiere y puede) en SA-II.

Por lo tanto Girion empezaría su epílogo junto al cuerpo embalsamado de su padre, pensando en el funeral por venir y el futuro que le depara.

Ahora vamos con lo que comentas de los personajes:

-Uno es Norion. A él le quiero hacer un regalo. Quiero hacerle una capa con la piel del huargo al que se enfrentó Benaldamat, pero que en realidad fue Norion quien le ayudó a acabar con él. Además esa escena es suya, con lo que es el merecedor de la capa de huergo. A parte querría que fuese él quien hiciera el funeral...no sé si podría o querría.

Vale, encaja. De estar con el cuerpo embalsamado, Girion se va al despacho/estudio de Norion. Le encuentra escribiendo. Le das las gracias por lo de embalsamar (no hace falta narrar como se lo pides ni nada de eso), y le comentas lo del funeral que se hará (pero que no se va a narrar en el epílogo). En cierto modo, estás asumiendo un papel más activo en la organización de Sil Auressë.

La capa de huargo: una de las cosas que tiene Girion es que tiene recursos económicos (más que la mayoría). Puede hacer el encargo de una capa bien confeccionada (describela como quieras). Me encanta la idea de que sea de esas que se ponen encima de la túnica para abrigarse del frío, y al mismo tiempo destaca como un símbolo de estatus. Y claro, Girion estuvo cuando hablaron Finduilas y Norion sobre el Lejano Norte y la montaña de runas. Un bonito guiño sí.

Hasta aquí creo que se puede hacer con un solo texto que termina con esa entrega de la capa de huargo. Luego siguen otros textos. Cuando se ve con Norion, podemos meter también una referencia a una reunión de los Guardianes de Enila en la forja de Ferrim, donde irá cada uno por separado (Norion tiene que hacer alguna cosa antes).

La segunda parte del epílogo de Girion podría ser ya en la forja, donde podríamos meter bastantes cosas:

-Denelloth. A él tengo que proponerle que me ayude a buscar rutas comerciales por tierra en vez de por mar.

-A Ferrim iniciar un acuerdo entre los herreros enanos para comerciar con sus mercancías.

Es decir, la segunda parte del epílogo podría ser esa reunión donde Girion comenta algunas cosas de su nueva faceta de líder del comercio ec. Lo que dejaría fuera únicamente a Theon.

-Otro es Theon, a quien le tengo que proponer intercambios comerciales

Hmm, puede que sea el que menos encaje. Girion y Theon no han coincidido mucho en la partida, y las prioridades de Theon son más en lo político y en lo militar. Hay otro escenario en el epílogo que es la taberna. Allí se van a reunir los que lucharon en las guerras. Podría ser algo breve. Se me ocurre que Girion pase por allí a buscar a alguno de los Guardianes y salude a Theon de paso. Lo que no sé es a quién podría buscar.

Cargando editor
06/12/2018, 13:11
Director

Para la aldea se puede hacer un cementerio en los alrededores y una pequeña Shrine en la plaza) después de hablar con el arquitecto, rememorando algunas cosas.

Hay buena sintonía en los epílogos. Uno de los personajes está pensando en organizar un evento para recordar a los caídos, y cuenta con Norion para oficiar la ceremonia. Pero no sería en el epílogo la ceremonia. Simplemente los preparativos. Lo que encaja perfectamente con lo que comentas de los planos.

Como parte de ese cometido, al anamarta le ha sido encomendado la solemne tarea de embalsamar los restos mortales de una persona importante. Para no cargarte de trabajo de más (ni hacer spoilers innecesariamente), y para repartir la narración del epílogo, le he dicho al jugador que narre que hiciste lo de embalsamar y que estabas pensando en el funeral-acto de conmemoración. Solamente sería ese favor puntual de embalsamar a uno.

¡Va cogiendo forma el epílogo!

Cargando editor
06/12/2018, 13:17
Norión
Sólo para el director

Yo pensaba estrenar el mausoleo (que sería para los VIP dentro del castillo XD) con Wellec (creo que se escribía así XD)... pero no me digas cual otro es! (a menos que tenga una relacion con él, que embalsamar a un amigo no es algo que se haga a la ligera).

La idea me parece genial, embalsamar es algo que Norión ha hecho muchas veces... y ahora que le agarró simpatía a la nigromancia, más aún XD.

Me tengo que sentar a escribir.

Por cierto... que buenos post estan saliendo en el Othrind!

Cargando editor
06/12/2018, 13:21
Director

Como verás indiqué que si sobrevivía redactaría su despertar, pero en este caso se quedaría esperando una señal o algo o redactaría parte, que ya tenía en mente, indicando que su destino era regresar y poco más, sin añadir su despertar.

De momento cuento con los dos fragmentos que has escrito. Irían en un único texto, y lo segundo da entender que aún no ha llegado su hora. Pero podemos hacerlo más evidente aún con un segundo texto del despertar, pero ese texto se intercalaría en otra parte del epílogo (seguramente hacia el final). He pensado que podríamos darle voz al fiel escudero Bergil, que sea a través de sus ojos que se narre cómo Khoradur se despierta y mueve la mano. Es que estaba pensando precisamente sobre quién iba a estar a su lado en ese momento o todo el tiempo, y creo que Bergil es el idóneo. Se lo merece :)

Cargando editor
06/12/2018, 13:45
Director

jeje tu post "se coló" entre dos míos, y ha sido cuando he visto el mail de aviso que me he puesto a buscar y lo he visto por casualidad.

Lo de embalsamar a Walec también está bien, era el jefe de guardia pero sobre todo muy querido por todos. Por su trabajo visitaba todas las tiendas, mantenía la paz en el mercado, tenía don de gentes. Y antes había sido el guardaespaldas y hombre de confianza de Curudae en las calles de Tharbad, y fue a Walec a quién Curudae confió la protección de Ayla cuando ella visitó Amon Lind. Le esperaba un gran futuro al joven Walec.

La identidad del otro se mantiene en secreto.

Por cierto... que buenos post estan saliendo en el Othrind!

Sí muy buenos, llevo dos días dándole compulsivamente a refrescar :)

Me tengo que sentar a escribir.

Sí, literalmente Norion tiene que hacerlo, y Ozick también XP

Cargando editor
06/12/2018, 21:18
Denelloth

Oook, tomo nota. Tenemos el planteamiento, tenemos la estructura, tenemos el modo... y tenemos las ganas. Yo tampoco volvería sobre al charla de la cabaña, y procuraría darle un tono más humano y, como bien indicas, Norión, volcado hacia el futuro.

Perfectamente comprensible que no haya diálogo en sentido estricto, sino textos largos de esos que ponen a prueba mi narrador no-omnisciente... :)

Lo pongo a la cola de tareas, que estoy colapsando...!

Notas de juego

por donde entraste al Othrind!!! Acaso vuelas?

El dire me hace volar. Como los ángeles, como Santiago Segura!

Cargando editor
06/12/2018, 22:23
Khôradur
Sólo para el director

Me parece bien, aunque añadiría un tercero de Khôradur que ya tenía en mente en el cual la figura le dice lo que le ha pasado y su regreso a la vida, aunque sea en plan comatoso. Luego podría hacer otro final con Bergil.

Cargando editor
07/12/2018, 17:34
Director

Me parece bien, de hecho pueden ir seguidos los dos finales. De momento serían con Bergil y Khoradur únicamente presentes, si cambia te aviso.

Cargando editor
13/12/2018, 00:52
Ayla
Sólo para el director

Una tenue luz iluminaba la estancia que era la habitación de estudio de la Dama de Sil Auressë. Las sombras se movían al ritmo del baile de la llama de la única vela que había encendida. Una vela sobre una calavera. Algo aparentemente tétrico y oscuro, pero nada tenía que ver con eso…

La Dama observaba la vela mientras los gritos y cánticos de celebración que estaban aconteciendo en la plaza de sil Auressë se colaban por la ventana del dormitorio adyacente. La fiesta había comenzado.
Pero en su mente, los gritos de alegría la llevaron a otro lugar. A otra habitación bajo tierra, a la luz de una vela. Oía unas palabras lejanas que poco a poco cogieron fuerza.
- No puedo acceder a tu petición Dama Ayla. Alam es nuestro prisionero, y si Metraith no capitula al anochecer, será ajusticiado…
Ayla recordaba el noble porte que tenía aquel hombre sentado frente a ella. No tenía tantas canas, y sólo alguna arruga se intuían en su rostro. El orgullo se veía en su mirada, pero no el orgullo dañino y pedante de quien se cree superior a un rival, sino orgullo por estar seguro de estar exactamente en el lugar que debía estar. Veía en sus ojos que no le agradaba aquello, pero era lo que tenía que hacer.
La batalla de Metraith los separaba en bandos distintos, mientras la Dama intentaba negociar con aquel desconocido la liberación de su compañero de armas y amigo. Pero aquella conversación en aquella habitación fue suficiente para que ambos miraran el alma del otro, y sin palabras se conocieron, y vieron que no eran tan diferentes como les habían hecho creer.  Pero el destino los había llevado hasta allí, como enemigos, y en ese entorno hostil se forjaría una férrea amistad.
La batalla tuvo lugar, y las tropas del enemigo fueron derrotadas, y los humanos que acompañaron las huestes de orcos y huargos, quedaron prisioneros. Pero el honor que demostró aquel extranjero que estaba en una guerra que no era suya, conmovió a la hechicera. Y así fue como Ayla, intercedió ante el Consejo que se celebró para que a los Numenoreanos de Umbar prisioneros se les perdonara la vida y se les concediera carta de libertad para volver a sus hogares.
Tal gesto, hizo que el fino lazo que había unido a la joven hechicera y al noble extranjero, se fortaleciera como si de Mithrill se hubiera hecho. Y dicha unión fue sellada con un puñetazo que Alam propinó al extranjero por haberle amputado un dedo, y allí en aquel momento toda ofensa quedó olvidada… Y una vez encajado el golpe y volviendo la mirada al guerrero, le tendió la mano y le dijo:
- Mi nombre es Khoradur, siento lo de tu dedo.
Ayla se levantó un segundo de la silla en la que se había sentado, y se había dado cuenta de que tenía entre sus manos el medallón que Khoradur le entregó cuando le acompañara al encuentro de Finduilas. Una Funduilas que ya no estaba en Sil Aüresse. Aquella batalla librada en el pasado, le presentaría a las personas que hoy día han forjado el destino y la supervivencia de Sil Aüresse…
Con paso lento avanzó hacia una vitrina y cogió una hermosa copa entre sus manos, volvió a sentarse en la mesa y puso el medallón frente a ella. Se sirvió un poco de vino, y vio como el vigoroso zumo llenaba su copa, cuando otro recuerdo la golpeó:
- Ayla la aldea de la luz del amanecer se enfrenta a otro peligro distinto. No están solos, y ese desenlace es independiente de lo acontecido aquí. Sin la derrota de Khathog, no había esperanza. Ahora sí la hay para ellos, pero ninguna certeza.
Terminó de cruzar el puente. -Súlkano, te recuerdo de este lugar. Fue aquí donde desenmascaraste a Goth Kuldokar, y fue aquí donde se fraguó la captura de ese espíritu. Por fin se ha cerrado el ciclo, pero la victoria en medio de un mundo arruinado y envuelto en llamas eternas... ¿Acaso es victoria?
Ayla recordaba perfectamente su respuesta, como si la pregunta se la hubieran vuelto a hacer ahora. Se volvió a levantar y cruzó la estancia hasta su dormitorio y se dirigió al balcón y observó. Vio los estragos que causa una guerra. Vio restos de edificios que habían ardido, hogares derruidos… Pero también oía los gritos de júbilo y celebración de las gentes de Sil Aüresse, y entonces sintió que sí merecía la pena seguir luchando, y así lo seguiría haciendo. Entre todos, vivirían la vida que con el sacrificio de muchos habían conservado, y los honrarían durante todas las eras venideras.
Pero tales pensamientos no calmaban el dolor que sentía por los compañeros heridos, por los amigos caídos. Y fue así como unas lágrimas se perfilaron en sus ojos violeta, y lentamente surcaron su rostro mientras ella miraba al horizonte. Unas lágrimas que recogían el calor y la luz de su alma, fuego y luz, la esencia de la Dama. Dos elementos que se complementaban en un círculo si fin, encerrados en unas lágrimas que cayeron sobre el medallón que Khoradur le dio años atrás y que ahora ella apretaba entre sus manos húmedas…

Y así fue como de pronto algo llamó su atención, o más bien alguien… Entre los hombres y mujeres que celebraban en la plaza, puedo sentir unos ojos que la miraban fijamente, y entonces lo vio. Un hombre encapuchado, entre la gente, estático que la observaba. La Dama lo observó y sin apenas darse cuenta, desapareció entre la multitud.
Volvió a entrar en su dormitorio, y se dio cuenta de que pronto Norion, el Custodio acudiría a su encuentro.  Se recompuso poco a poco, y volvió a arreglarse. Entonces volvió a dirigirse a la sala de estudio de la Dama, y la vela sobre la calavera que le regalara Alama estaba medio consumida. Preparó sobre la mesa los pergaminos que necesitaba para examinar aquello que Norion traería, cuando escuchó un leve ruido a sus espaldas. Norion había llegado.
Pero no fue así, cuando la Dama se giró en lugar de Norion vio a un hombre alto, de constitución fuerte, envuelto en una capa. Sus manos eran grandes y curtidas en mil batallas. En cierto modo le recordó a Khoradur, y ciertamente deseó que así fuera. Pero cuando miró a sus ojos vio oscuridad, dolor, y miedo. La Dama instintivamente retrocedió sorprendida preparándose para hacer frente a aquel desconocido, cuando de pronto aquel hombre cayó de rodillas y tendió su mano en silencio hacia Ayla. Ninguna palabra mediaba entre ambos, pero aquel hombre estaba pidiendo ayuda. Ayla se acercó despacio, cauta, sin dejar de observarlo, y se dio cuenta de que era el mismo que había visto en la plaza.
Conforme se acercaba, se dio cuenta de que la mitad de su rostro estaba tapado por una tira de cuero atada por detrás de la cabeza. Entonces el hombre levantó la mirada, y asustado retiró la mano.
- Lo lamento noble Dama, pero no soy digo de poder tocar la luz de la que sois portadora, puesto que la vergüenza es mi compañera de camino, y la oscuridad ha devorado mi alma.
Ayla se detuvo un segundo, al haber retirado el hombre su mano. Y se quedó observando a aquel extraño.
- ¿Quién sois?
El extraño se levantó despacio y evitó mirarla a los ojos. Sabía que la pregunta que le había hecho la Dama, no esperaba como respuesta un nombre, pues uno puede adoptar a lo largo de su vida varios nombres. Aquella Dama le pidió que mostrara quien era. Y atraído por la melódica voz de la mujer de la que había oído hablar, se dio a conocer…
- Mi nombre, apenas lo recuerdo. Anárion me pusieron mis padres. Capitán de la guardia de su majestad el Rey Argeleb II, comandante de las fuerzas fronterizas de protección frente al oscuro Reino de Angmar. O eso creía ser… Padre de familia, esposo de Gwineth, tuve que partir a la frontera del Reino para protegerla cuando mi hijo Anárion no había cumplido los 5 años. Permanecí 15 años ostigando las fuerzas de la oscuridad, hasta que aprendieron a temer mi nombre, pero de poco me sirvió.
Una de las noches en las que permanecíamos en un campamento, llegó un emisario real, con una orden de detención. Me detenían a mí.
No entendí que estaba ocurriendo, y el emisario ordenó a la guardia que lo acompañaba que me apresaran. Me despojaron de mi armadura, mis armas, y mi rango, y encadenado emprendimos la marcha hacia Fornost. La segunda noche los guardias bebieron más de la cuenta, lo cual me sorprendió, y sus lenguas empezaron a hablar. Y así pude averiguar que mi mujer y mi hijo se encontraba en los calabozos de Fornost, apresados por traición. Nunca me creí esa acusación, pues mi mujer era incapaz de cometer traición contra la corona, no obstante, mi mundo se acabó, pues la traición significaba una condena a muerte. No llegaría a tiempo a ver a mi hijo y a mi mujer. En ese momento, todo el amor que sentía por el Reino, se convirtió en odio. Una acusación injusta por parte del Reino que yo protegía había condenado lo que más preciaba, mi mujer y mi hijo.
La tercera noche, nuestra comitiva fue atacada por una patrulla de orcos, huyendo la guardia que me custodiaba, lo cual en aquel momento me extrañó, pero el odio que sentía no me dejó ver lo que estaba pasando de verdad.
Los orcos me apresaron, y me llevaron como un trofeo hasta Angmar. Les habían servido en bandeja de plata a aquel que había frustrado sus planes en múltiples ocasiones.
Una vez llegado a nuestro destino, me encerraron en una mazmorra durante 15 días. Pasados los cuales, me sacaron de aquel inmundo pozo, me vistieron con exquisitas ropas, y me llevaron a una cómoda habitación donde me alimentaron bien. Me pusieron un sirviente, para que atendiera mis peticiones, y pronto se ganó mi confianza y hablábamos todos los días de qué le habría pasado a mi familia, y qué fue lo que empujó a Arthedain a condenarlos. Sin saberlo, mi odio crecía. Y cuando consideraron que estaba preparado, llegó un emisario oscuro. Con elegantes palabras, y promesas, me mostró el destino que sufrieron mis seres queridos. Y durante días vi sus muertes a manos de los verdugos reales. Hasta que el odio me consumió y olvidé quien era.
Grité durante 15 días para que me dejaran combatir a aquellos que me traicionaron. Y una mañana al despertar, tenía preparada en mi estancia una poderosa armadura, y una nueva espada. Me atavié con ella, y salí. No había guardias en mi la puerta de mi habitación. Avancé por un pasillo, y me vi en un salón. Solo el emisario me esperaba. Me preguntó qué quería, y yo contesté. Quería acabar con Arthedain. Y así me dieron un nuevo nombre Búrzghâsh, o fuego oscuro en lengua común. Me pusieron al mando de una legión de orcos, y me enviaron contra Arthedain. Pronto mi nombre era temido entre las filas de soldados de Arthedain. Muchas madres y mujeres lloran por sus hijos y maridos perdidos. Mientras permanecí en la oscuridad, no perdí ninguna batalla. Ascendí rápidamente entre las filas de Angmar, hasta que un día, nos emboscaron las tropas de Arthedain. Defendimos cara nuestra piel. Y logramos acabar con ellos. Sólo quedó uno en pie. Los orcos querían disfrutar, y lo obligaron a enfrentarse a mí. El rival más digno contra su capitán. Y al son de las risas y tambores de los orcos, combatimos ambos durante una hora. Aquel soldado tenía una destreza atípica para los hombres normales. Me recordaba al vigor que había tenido yo antaño. Y bien me habría derrotado, pero la fortuna o la mala fortuna se puso de mi lado, y el formidable guerrero tropezó, momento que aproveché para asestarle un mandoble que penetró en su vientre. Y así fue como se apartó y tapándose la fea herida, se quitó el yelmo para respirar. Su rostro me resultó familiar. Habría conocido a este chico, o a algún familiar suyo, pero no lograba saber quién. Entonces, se sentó en el suelo moribundo, y buscó algo de dentro de su coraza. Sacó un papel que besó con ternura, antes de expirar, y cayó con la mirada perdida en el cielo.
La curiosidad o el destino me empujaron a ver que era aquello a que se aferraba aquel guerrero. Y entonces, como un castigo enviado por los Valar, la luz me golpeó. Aquel papel tenía un dibujo que yo hice para mi hijo el día que partí de mi casa hacia la frontera. Su rostro era como el de su madre. Y entonces, supe que había matado a mi propio hijo.
La locura me invadió, y desgarré mi rostro hasta llegar al hueso, maldiciendo a los Valar por permitir que el destino jugara así conmigo. Y se me desveló la argucia del enemigo de Arthedain. Que la misiva Real era falsa, que la guardia eran espías de Angmar, y que el ataque de los orcos estaba preparado. Todo había sido un engaño por parte de los siervos de la oscuridad.
Mi mente se rompió, y cuando recobré la conciencia estaba rodeado de cadáveres de los orcos que antes comandaba. Me despojé de las armas y armadura, de todo símbolo, y me dispuse a darme muerte al lado del cuerpo de mi hijo. Pero la muerte no era un castigo sino una liberación. Y el destino me hizo desvanecer cuando me disponía a arrojarme sobre la espada de mi hijo. Cuando desperté, entendí que mi condena era vivir con la carga de lo que había hecho. Y así cogí al espada de mi hijo y mi locura, y vagué por la frontera. No recuerdo bien que pasó durante los 5 años que transcurrieron. Hasta el día en que la oscuridad invadió la Tierra, y la Luz la recuperó.
Ese día volví a existir, y me encontré por estas Tierras en guerra. Combatí en alguna escaramuza, y así fue como escuché hablar de voz.
Las gentes de por aquí me conocen como Aicanâr. Y vengo a buscar la redención, si aún cabe para mí.

La Dama escuchó atenta la terrible historia que aquel hombre le contaba. Por primera vez, no tenía palabras de consuelo para alguien. Sin duda Sil Auressë era el Amanecer de la Luz, una segunda oportunidad para todos los hombres. Pero aquel hombre que tenía enfrente no buscaba una segunda oportunidad. Estaba perdido, y no sabía lo que tenía que encontrar.

- No hay palabras que pueda decirte para calmar tu dolor. Ni tú las querrías seguramente, pues tu dolor ahora forma parte de ti y de lo que eres. No puedo ofrecerte más que un lugar de paz, y el destino guiará tu nuevo camino Aicanâr, pues no depende de mí interceder por ti ante el destino. Eres tú quien debe encontrar un nuevo camino, y elegir los pasos que darás de ahora en adelante. Solo entonces dentro de un tiempo sabremos si podrás encontrar aquello que buscas. Intenta vivir esta noche como uno más, y veremos qué es lo que nos depara mañana.
El hombre permaneció en silencio nuevamente, sin mirar a la Dama a los ojos. Entonces comenzó a avanzar hacia la puerta, y cuando llegó al vano de la puerta se detuvo.
- El mañana para mí solo depara dolor.
Y abandonó la estancia.
Ayla intentaba asimilar lo que acababa de escuchar. Y no sabía qué podía hacer con aquel hombre, ni tan siquiera si podía hacer algo. Pero Sil Auressë tenía una fuerza que era mucho mayor de lo que ella creía. Solo los Valar pueden ver qué le deparará el mañana a aquel hombre.
Y fue mientras Ayla tenía tales pensamientos, cuando una voz familiar la llamó. Norion había llegado.

 

 

 

Notas de juego

~~Aicanâr--- fuego caído.

 

Aún faltaría continuar con lo de Norion.

Cargando editor
13/12/2018, 10:28
Director

Ya tengo la primera parte del epilogo de Ayla. Termina así el borrador que me ha enviado :

Cita:

Y fue mientras Ayla tenía tales pensamientos, cuando una voz familiar la llamó. Norion había llegado

Así que allí engancha Norion con la segunda parte de su epilogo y narra su entrada para dejarle la copia del libro. Como habéis tenido hace poco una escena los dos solos no es necesario prolongar mucho este encuentro en el conjunto del epílogo ya extenso de por sí.

Cargando editor
14/12/2018, 15:22
Aaren

Buenas Master, chicos. Primero pedir disculpas por mi ritmo errático los últimos turnos...y la indudable perdida de calidad y profundidad de mis posts. (La falta de tiempo para dedicarle a Umbria y tener que postear desde el móvil no han ayudado a mantener mi atención sobre la partida todo lo que merece^^') Segundo, no tengo claro cual debe ser mi final Master. Quizas porque rodavia no tenfo claro el final de la aventura. Entiendo que quizas la reunión de Orthind es el final...y que lo que se prepara alli es de cara a la nueva aventura. Si es asi, entonces si tiene más sentido perfilar este epílogo. Lo de la taberna me gusta. Terminar donde se empezó tiene algo de mágico en esto de los relatos...y al menos mi aventura con Aaren y Theon empezó del mismo modo. El momento de reflexión previo tambien me gusta. Un instante de recogimiento es casi obligatorio para el bieno de mi Aaren^^ En cuanto al tema a tartar en la reunion. Dependerá un poco de mis compañeros y de sus intenciones futuras... Supongo que seremos estes 4 que has marcado Master. Pero seguro que se nos icurre algo memorable pero sencillo. Esos son los emjores finales.^^

Cargando editor
15/12/2018, 18:13
Director

@Aaren: no te disculpes por el ritmo, ya queda darle el cierre a la partida y si no puedes postear todos los turnos no pasa nada.

Segundo, no tengo claro cual debe ser mi final Master. Quizas porque rodavia no tenfo claro el final de la aventura.

Entiendo que quizas la reunión de Orthind es el final...y que lo que se prepara alli es de cara a la nueva aventura. Si es asi, entonces si tiene más sentido perfilar este epílogo.

El final de la aventura está al caer, pero no es Othrind exactamente. Queda por cerrar algunos temas, se cierra la partida y luego se desarrolla el epílogo. Como podéis adivinar, la deseada continuación (SA-II) sucederá justo después de cerrar esta partida.

Por lo tanto, habrá un pequeño espacio de tiempo donde podéis situar el epílogo. Y en vuestro caso, el entorno es una taberna de la aldea. La Casa Común.

Lo de la taberna me gusta. Terminar donde se empezó tiene algo de mágico en esto de los relatos...y al menos mi aventura con Aaren y Theon empezó del mismo modo.

Sí, me gustan también las historias redondas. De momento, en esa taberna hay hechos/pensados/previstos los siguientes epílogos:

-Theon y Arthondir charlan en privado en una mesa.
-Aaren: su epílogo iría aquí seguramente, por su especial relación con Theon. Se acerca, le comenta algo, se van con el resto de los Garan Gwalorn, algo así
-AGNOR: por aquí se sitúa el epílogo de Agnor
-Tarbrand: entra en la taberna y ve a los demás sentados y les habla y les comenta planes etc.

En cuanto al tema a tartar en la reunion. Dependerá un poco de mis compañeros y de sus intenciones futuras... Supongo que seremos estes 4 que has marcado Master. Pero seguro que se nos icurre algo memorable pero sencillo. Esos son los emjores finales.^^

Yo cuento 5 con Tarbrand. También puedes comentarle algo de vuestra apuesta :) En ese caso el epílogo de Aaren podría ir después del de Tarbrand (que ya ha escrito el suyo).

El epílogo no debería, en mi opinión, tratar demasiados temas del futuro. Se pueden dejar caer o comentar, pero los epílogos son más bien de cierre de temas del pasado y de reflexión de vivencias, que de planes concretos del futuro. Eso no quita que el epílogo podría ser al mismo tiempo la introducción de SA-II. De hecho, estoy barajando esa posibilidad para algunos PJ. Que el epílogo de una partida sea a la vez el inicio de la introducción de la siguiente. No funcionará para todos, pero en algunos casos tiene sentido. Incluso de hacerlo así, lo que ya son pasos siguientes debería ir en la nueva partida, y aquí nos centramos en cerrar lo anterior a medida de lo posible.

Cargando editor
15/12/2018, 23:58
Denelloth
Sólo para el director

Encuentro con Norión [no sé si antes o después de ver a Khôradur].

En el patio se encontraron Norión y Denelloth. El sabio llevaba unos libros, y el cazador parecía distraído, con el aire de quien va a dar de comer a los pájaros. Se saludaron sin grandes aspavientos y se hicieron algunas preguntas, como viejos amigos; no hablaron del monolito, y parecía que habían pasado años de aquello. Denelloth suponía que, más pronto que tarde, los pasos de Norión lo llevarían lejos de Sil Auressë; y por un momento intuyó que sus caminos volverían a cruzarse en algún momento.

La conversación derivó hacia Sir. No podía ser de otra forma. Denelloth lamentó que hubiera salido de Sil Auressë así; ese "así" permitía interpretar muchas cosas distintas. En medio del peligro, o precipitadamente, o sin haberse visto antes, o sin él.

-Seguramente esté a salvo. Quizás esté en un lugar mejor -dijo, con voz apagada.

Casi no habló más, y escuchaba a Norión, cuyas palabras, llenas de sabiduría, se abrían fácilmente camino hacia su corazón.

Estuvieron callados un rato y se separaron. Sin grandes despedidas. Se verían pronto.

Notas de juego

Vamos allá con ese esbozo de encuentro Norión-Denelloth.

No me alargo mucho porque conociendo el percal va a quedar un epilogazo de 800 páginas... Si crees que hay que ampliarlo, se amplía. ¿Algo así?

Soy consciente de que me falta el fragmento final, el de la forja, pero no sé muy bien cómo enfocarlo; no cuento con leer el texto hasta ese momento, pero si me concretas más (¿al final Girion, Norión, Ferrim quizás? ¿algún leit motiv? ¿lo quieres más orientado al futuro que relacionado con el pasado, no?) será más fácil.

Cargando editor
16/12/2018, 11:40
Director

Me parece bien el encuentro con Norion tal y como lo planteas. Algo corto. Quizá podrías dejar caer o entrever que después se verían en la forja. Pero por darle continuidad más que nada. Tal y como está el texto, bastaría con cambiar ligeramente la frase que pronuncia Denelloth para indicar una cosa u otra según el destino de Sir en el momento del epílogo. El resto del texto vale para cualquier desenlace.

Se situaría justo después de lo de Khoradur (en el mismo post además).

(...)

Antes de salir, Denelloth dedicó una profunda inclinación de cabeza al que había sido su superior y al que había considerado su amigo. Deseó intensamente que siguiera siéndolo.

En el patio se encontraron Norión y Denelloth. El sabio llevaba unos libros, y el cazador (...)

La forja sería una invitación para reunir a los "Guardianes de Enila". Girion va a estar. Norion y Ferrim también. El tema yo lo veo más enfocado al pasado. No creo que vuestros pasos os lleven a hacer cosas en grupo (al menos no todos). Sería más para recordar aquello que vivistéis como los veteranos de las guerras que se reúnen cada cierto tiempo para conmemorar aquello de lo que no hablan con otros. Porque os pasaron cosas en aquel monolito que seguramente no compartís con nadie que no hubiera estado allí.