Partida Rol por web

Aida seguía oculta detrás de Renata, agachada. Todavía estaba ruborizada y halaba su capucha lo más que podía, intentando que no se le viesen los ojos. Sentía que Etna la estaba juzgando. No le gustaba... tener tanta atención sobre ella, aunque el tema principal fuese la arañita. De reojo vio lo que Etna hacía con el libro y cómo este reaccionaba a su orden. Miró a la arañita sobre su hombro, parecía muy emocionada. Escuchó lo que Renata y, aún muy avergonzada, pero ya considerablemente más calmada, asintió.

-La arañita quiere hacerlo. C-c-c-creo que estará bien intentarlo -aunque se puso de pie, seguía a las espaldas de la rubia. Aún se sentía avergonzada como para levantar la vista.

Sayaka no pudo evitar sorprenderse ante la demostración de Etna de conocimientos mágicos y como les mostro aquel hechizo. Bastante animada da un saltito y dice:

Siii, venga intentémoslo, seguro que podemos hacerlo, además si Aethel y Etna nos ayudan que se les da muy bien la magia seguro que podemos hacerlo sin problemas, ¿verdad?

Mira a Aida que parecía avergonzada y se acerca a ella, le coloca una mano en el hombro y dice:

¿Vamos todas vale?

Etna termina de usar el libro y observa a las demás mientras piensa:

¿Cómo no saben esto? Ufff que poca idea de magia tienen… aunque alguna tiene potencial, pero que poca magia saben… al final va a ser más aburrido esto de lo esperado

Pensaba mientras sin darse cuenta alza un poco el vuelo, fueron las palabras de Sayaka las que le sacaron de aquello:

¿Qué? ¿Ayudaros? Pero si aquí viene todo bien explicado, no creo que haga falta…

Comentaba mientras se “recostaba en el aire”

Renata se entretenía viendo a Etna flotar en el aire, claramente viendo de reojo las orejas de sus compañeras a las que siempre dedicaba miradas de querer abrazarlas fuertemente, pero la chica flotante era un caso bastante especial.

-Disculpa pero… ¿Volar hace que peses menos?

Sería algo bastante útil para estar frente una prueba física y tratar de fingir que no había comido pasteles de más.

-Ejem… también espero vuestra ayuda.

Las instrucciones eran claras así que para ella solo faltaba ver como se realizaba para tenerlo todo claro.

Os acercasteis a mirar la lista de ingredientes más de cerca. Caldero del 10, madera de acacia, agua, baba de troll, pétalos de orquídea cattleya, polvo de alas de pixie, cacahuetes fritos con miel... Todo eran cosas que se podian encontrar en la academia. La mayoría en el aula de pociones, el resto... Seguro que en el jardín o la minidisco podíais encontrar parte de lo que necesitabais.

La academia había sido evacuada mientras el Shoggoth abandonaba las dependencias solito. Así que el aula de pociones estaría vacía. Podíais aprovechar y experimentar. O ser buenas chicas y salir al jardín con el resto de la clase.

Viendo como se desarrollaban las cosas, Renata se preguntaba que hacer, por un lado quería quedarse para realizar aquel hechizo, pero también estaba el hecho de que debían reunirse con las demás, por fortuna una superior estaba con ellos.

-Athel-sempai, disculpa pero ¿Crees que nos daría tiempo de hacer esto antes de salir con los demás? Tengo curiosidad en saber como funciona este hechizo.

Luego mirando a las demás les pregunto, aunque aun esperaba una respuesta de Etna.

-Ustedes chicas ¿Qué piensan?

Sayaka responde a Renata tras reflexionar unos momentos:

Pues… no sé, siempre podemos hacer el hechizo después ¿no? No creo que sea buena idea faltar y no hacer caso, cuando acaba de pasar lo que ha pasado en la escuela… o eso creo yo

Decía mientras agachaba las orejas y juntaba las manos, no era buena idea que le castigasen el primer día por querer hacer un hechizo que a fin de cuentas podían hacer después

Etna arquea una ceja cuando Renata le pregunta aquello del peso, era la pregunta más rara que nunca le habían hecho:

Pues no se… simplemente puedo volar… lo he hecho de siempre, no sé qué tiene que ver con el peso… bueno… una conocida que es gorda vuela mucho más lento que yo… pero claro, yo tengo una figura envidiable

La rubia pregunto sobre qué hacer con el conjuro y la Kitsune dijo que tenían que ser niñas buenas, Etna cruza los brazos y dice:

Pues haced lo que veáis… no le preguntes a Athel, que eso es que quieres que ella tome la responsabilidad, si queréis mi ayuda puedo ahora, después no sé si podre, depende de las cosas que tenga que hacer, aunque de momento no tengo nada que hacer…

Sonríe dejándose ver sus colmillos y añade:

Aunque como sabéis la ayuda de un demonio tan poderoso como yo requiere algo a cambio

Le sonrió un poco a Sayaka cuando se acercó a ella y le puso una mano en el hombro, aunque aún seguía muy avergonzada. Vaya que Aida se martirizaba por tonterías...

Se mantuvo al margen viendo cómo las chicas hablaban sobre el hechizo. Ella era muy mala con la magia, nunca podría hacer algo así sola.

Miró a las demás con curiosidad mientras deliberaban si hacer el hechizo en ese momento o no. A Aida nunca le había gustado saltarse las normas, por lo que su respuesta era clara. Sin embargo, las opiniones iban y venían y se sentía algo ansiosa, sobre todo por la arañita. Escuchar lo que Etna dijo le dio escalofríos a Aida. ¿Qué cobraría un demonio como ella...?

-S-sí, es verdad. Sayaka... tiene razón -las orejitas de Aida cayeron un poco. No se quería meter en problemas después de lo de...-. ¿Crees que puedes... e-esperar un poco más? -le preguntó a la arañita sobre su hombro.

Quedasteis expectantes, observando a la diminuta arañita mientras charlaba con Aida, a ver qué decidía.

La arañita hizo un ruidito que pretendía ser una especie de resoplido resignado.

 -Bof... ¿Te gustaría esperar a ti de estar en mi lugar? A ver, que poder puedo, después de todo llevo años así, medio día más no me hará daño, pero lo haré a regañadientes. Que lo sepas.

Dicho esto, se dio un par de vueltas en tu hombro haciendo ruidos de enfurruñe bastante exagerados. No parecía realmente enfadada no obstante. Casi parecía más una pataleta que cualquier otra cosa.

Renata asintió bastante fácil, para ella la cuestión era tomar un camino, ya fuese estudiar o descubrir una nueva magia, cualquiera de esas dos opciones le era bastante grata.

-Entonces será después…

Aunque la opción de que la araña familiar eligiera aún estaba pendiente, la joven se les quedo viendo a las orejas de algodón de Aida y las platinadas de Sayaka, se le antojaba morderlas a la vez que se imaginaba abrazando a ambas.

Son tan esponjosas…

Viendo que no le pedíais nada más, el libro acabó por cerrarse y flotar despacio hasta posarse en el suelo con suavidad. Que él era un libro mágico, no una novela de exposición.

Por lo demás, sólo os quedaba decidir qué hacíais ahora. Las clases se retomarían en un rato, pero mientras tanto podíais salir al jardín o hacerle una visita al señor Chadburn o al kappa de la minidisco. Básicamente no teníais nada que hacer hasta que los profesores os avisaran.

 -¿Qué hacen aquí, señoritas?

Bueno, o hasta que algo más pudiera pasaros. Como la llegada del bibliotecario a la biblioteca. Os había pillado con las manos en la masa.

Etna estaba escuchando lo que iban diciendo y mirando como la araña parecía hablar con su familiar cuando escucha los pasos del bibliotecario que se acerca, demasiado tarde, puesto que ya estaba donde estaban ellas. A su pregunta le observa unos segundos y dice:

Tomando té y pastas… ¿no es evidente? Estamos consultando un libro

Suspira profundamente, como si estuviera realmente cansada de preguntas tontas

-Lo siento... Te prometo que lo haremos luego -Aida se notaba algo abatida, casi como si la arañita la hubiese regañado o algo. De verdad que era tonta...-. L-la arañita dijo que esperará -dijo Aida, algo apenada. Más apenada estuvo al notar de nuevo que Renata la estaba mirando. Ya la había atrapado unas cuantas veces haciéndolo. La licántropo empezaba a preguntarse si había algo raro en su rostro. Trató de no mirar a Renata.

Cuando llegó el bibliotecario, Aida se asustó un poco..., aunque no es como si hubiese razones para asustarse, en primer lugar. Apartó la mirada y trató de no ser la que contestase a ello. Sin embargo, de saber que Etna le contestaría así, hubiese preferido hacerlo ella.

-E-E-Etna... N-no creo que esa sea una forma de... hablarle a alguien mayor -pero la chica le asustaba un poco. Aida rápidamente hundió la mirada en el suelo-. L-lo siento, no dije nada.

Automáticamente la concencia mordió a la arañita como un niño mordía un bollito.

 -Ea, ea, no pasa nada. Soy yo que me pongo impaciente y eso me agria el carácter. Anda, no te preocupes. Lo intentaremos más tarde. Y si no, mañana. O cuando podáis. Llevo así años, unos días más no me van a matar.

Entonces entró el bibliotecario, haciendo que la arañita diera un salto del susto.ç

 -Madre mía, ¡qué maleducado! Asustando a sí a las gentes de bien...

El bibliotecario se recolocó las gafas mientras le lanzaba una mirada glacial a Etna.

 -Saben que debido a la emergencia que la academia ha atravesado, todos los alumnos deberían estar en el jardín, ¿cierto? Por favor, evacúen la biblioteca ordenadamente hasta el jardín de la academia.

Tras decir aquello se acercó al libro del suelo, con intención de limpiarle el polvo y guardarlo.

 -Ya vendrán a buscar libros más tarde.

Renata miro el libro y luego a sus compañeras. Habían visto el libro y las instrucciones.

-… Esta bien profesor.

Dijo en su mejor tono educado que pudo, aunque por su temperamento aun parecía feliz.

 Al dirigirse a la salida, tomo las manos de Aida y Sayaka, le hubiera gustado toner mas manos como la arañita para sujetar a todas sus amigas.

Era cálido poder tomar a alguien de las manos, un sentimiento que calentaba su corazón, además estaba el hecho de que todas eran chicas hermosas que tenían orejas felpuditas y le daban ganas de abrazarlas en todo momento.

-Vamos chicas.