Partida Rol por web

- Oh, en realidad me refería a ti, Renata y a mí, ya que la idea original era ir los tres... aunque tampoco tengo problemas en ir sólo contigo, si eso prefieres. -

Mirando a Aethel, pude notar que se ruborizaba un poco, como con la conversación extraña con Aki y los comentarios de la señora McCarthey. "¿Habré dicho algo desafortunado?". Pero ella siguió hablando normalmente, así que estimé que no le había molestado.

No había notado la incomodidad de Aida, pero después que la chica de pelo lavanda me hiciera el comentario, me pareció evidente.

- No creo que debas preocuparte. Parece que todos están un poco exaltados por arrancar un año de estudios, y tratan de conocer y establecer lazos con sus futuros compañeros, Aida incluida. - Y contestando su última pregunta, añadí:

- Si, no te preocupes. Creo que aprovecharé para retirarme, ya que el viaje fue largo y estoy un poco cansado. Que descanses, y suerte en tus estudios. Nos veremos mañana. - Me despedí.

Aki reparó en que la chica tímida no tenía ganas de interactuar de ninguna forma con él. Esto no era algo que había que decir o mostrar dos veces a Aki.

“Lamento haberte molestado”, dijo simplemente.

Cuando oyó el insulto de la araña, sólo parpadeó ligeramente, pero no respondió. Arathidas aún intentó, por su parte, interactuar con la chica, y quizá tendría éxito, pero Aki seguramente no la abordaría más.

No tengo paciencia para juegos pasivos-agresivos…

Y se giró sobre sus talones para deambular otra vez, pensativo, en la sala.

-Estaría bien con nosotros tres, pero Sayaka ya se lleva mejor con Renata y es probable que reitere la invitación de que venga ella. Igual sigue siendo como tu gustes-contestó Aetheldryd con una sonrisa afable para después asentir al comentario del elfo respecto a la emoción del primer día en la escuela. 

No es que le molestara estar con él; al contrario, era una muy buena compañía. Tenía su modo de ser, pero eso lo hacía incluso más interesante y único. Como cualquiera de la Academia.

-Claro, nos veríamos mañana luego de clases. Descansa y mucha suerte en tu primer día de clases, Kyrt-agitó su mano en modo de despedida y aún sonriendo de manera amable. Al final había sido un buen día después de todo. 

El gesto de orgullo por hacer callar al pobre Aki le duró poco. Cuando escuchó a Arathidas llamarle insecto...

 -Muchacho, muchaaaaacho. ¿Insecto? ¿En serio? Te lo voy a pasar una vez porque no debe haber muchos arácnidos de donde provienes y porque tienes una melena que mataría por tener, así que considérate afortunado. En cuanto al juego... Parece fácil y entretenido. Podemos probar, ¿tú qué dices Aida?

Entonces Sayaka y Renata sugirieron ir a ver las estrellas con Aida, a lo que la arañita asintió contenta.

 -¡Claro! Jugamos un poco con este chico de pelo fabuloso, si os apetece, claro, y luego vamos. ¡Las estrellas son un pasatiempo maravilloso!

La araña se volvió a acurrucar en la cabeza de Aki, intentando consolarle otra vez. ¡Las relaciones entre humanoides eran complicadísimas! Menos mal que Aki era un buen chico con mucha paciencia. ¡Seguro que acabaría haciendo amigos en la academia en nada de tiempo!

¿Ver las estrellas, la luna? Ciertamente era algo que le parecía hermoso a Aida... una hermosa forma de escapar. No obstante, cuando se proponía a responder... el elfo habló.

-M-mucho gusto... -"¡Este tipo puede ver dentro de mí, qué miedo!", pensó Aida, mientras sonreía de forma tonta. "¿Juego? ¿Qué clase de juego es ese? ¿Acaso es un juego de los Elfos lágrimas de escarcha? ¿Será grosero si decido no jugar?"

Mientras se debatía en si sería grosero o no decirle que no quería participar Renata volvió a resaltar lo de ir a ver las estrellas. Sinceramente, entre tener que contestar a preguntas o ir a ver la luna, prefería la segunda... pero antes de que pudiese decidir en medio de su batalla mental, Aki se fue sin más... haciendo que Aida se sintiese culpable por no saber manejar la situación correctamente.

-No... Ehmm... ¿Aki? N-no mo-... -pero antes de que pudiese terminar la frase el chico ya se había pirado, y la arañita ahora estaba instando a Aida a que participase en el juego... "debería haber hecho una poción para mejorar mis habilidades sociales, en lugar de hacer la estupidez que hice... Oh, rayos...". La cara de Aida se volvió un poema, había recordado por fin otra circunstancia que realmente... Si Aida fuese un ordenador probablemente ya habría hecho cortocircuito.

-E-está bien -contestó sin mucho entusiasmo al elfo. Miró a Renata a Sayaka y intentó sonreír amablemente-. P-por favor adelántense ustedes, no... Nosotras las alcanzaremos en breve.

Después de todo lo que había pasado tomó la decisión de volver de nuevo al salón de actos y echar un ojo a ver qué era lo que estaba pasando allí y así despejarse. Había vivido un momento bastante humillante, y ni siquiera había terminado de entender los motivos. Pero pasadas las horas prefirió ser valiente y volver con el resto de sus compañeros y con las chicas que había conocido, a ver si estaban por allí.

Echó un ojo a su alrededor para ver como Sarah y Laila estaban hablando con Joel. Así que se acercó a ellas para que supieran que estaba de vuelta. ¡Hola, chicas! Dijo saludando a sus amigas y tendiendo la mano a Joel. Mi nombres es Álex y soy nuevo aquí. Después echó un ojo a los rollitos de canela, seguramente ya se habrían quedado fríos pero si los dejaba unos segundos en sus manos tomarían la temperatura correcta. ¿Alguno quiere unos rollitos de canela calientes? Preguntó a sus amigas y al chico que acababa de conocer.

- Gracias. Nos vemos... - Dije, luego me dirigí a la puerta y abandoné el salón.

Sin duda, el bicho que lo corrigió era por mucho mas simpático que los demás, hacia años que no se sentía halagado. Sus ojos cambiaron a azules y una sonrisa verdadera se formó en sus labios, por el contrario, la duda se fraguó en la cara de la chica, pero no le prestó mucha atención.

-Bueno, podemos hacer ambas cosas, vamos a ver las estrellas y jugamos hasta llegar, así que empiezo...- se llevó una mano a la nuca -¿como te llamas?-Hablaba con ella sin saber siquiera su nombre -Que descortés- ¿Te enojaste con Aki?- Eso es algo invasivo- ¿Y cuantos años tienes?- Tres preguntas de si y no, y si quiere ir a ver las estrellas podemos hacerlo mientras jugamos.

La idea del elfo de caminar mientras hablaban o jugaban a ese juego le pareció muy buena a Sayaka, asiente mientras dice mirando a Aida:

Si… podemos hacer eso… si jugamos todos puede ser más divertido ¿verdad?

Decía con una amplia sonrisa mientras movía su cola de un lado a otro, cuando empiezan a caminar toma a Renata de la mano y dice:

Vamos, ¿vale?

Para agarrar la mano de Renata con una sonrisa y en cierta forma hacer que vaya con ellos, mientras camina dice:

Creo que los humanos dicen para romper el hielo ¿no?... yo también voy a responder… ummm yo me llamo Sayaka… tengo… ummm mi edad en años humanos es diferente… tengo 76 años… pero las Kitsunes tenemos una edad diferente… es como si tuviera 16… ¿a vosotros os pasa igual o cumplís como los humanos?

Mientras charlabais y decidíais qué hacer, Kyrt se despidió rápidamente y se marchó del salón de actos en dirección a los cuartos masculinos.

Aki seguía deambulando sin fin ni objetivo en la sala. Le habló en voz baja a Ofelia: “Vamos al bufé una vez más, ¿de acuerdo? Un mufin violence-free para honorar la cocina tolerante de Edgar Chadburn. Y luego… prefiero volver al cuarto y leer. La fiesta fue bonita en su momento, pero ahora… quiero dejarla. Lástima que hoy no he sabido realmente conectarme con la gente. O tal vez sí… supongo que sólo tengo expectativas demasiado altas. No seré otra persona por estar en otro lugar, o por haber descubierto mi talento mágico.”

En el bufé dejó eligir a Ofelia un mufin vegano, lo tomó y le dio a su amiga une pequeña parte para morder - "Sólo un poco, vale, el profesor Witchward me dijo que el azucár no te queda bien, ya lo sabes; en fin, no queremos volverte diabético" y, comiendo el mufin, se marchó lentamente a su cuarto.

Renata sonrió un poco más tranquila de que las cosas por fin se calmaran, además de que le resultaba agradable tener nuevos amigos, aunque no supiese bien que harían juntos.

-Yo me llamo Renata Nigri de Toledo –Dijo la Rubia con orgullo, aunque no le agradaba bastante su Casa Familiar, había crecido inculcada de ese sentimiento casi patriótico por su apellido. Tengo 15 años y soy…

Interrumpió sus palabras para ver a los ojos a sus compañeros, por años se había presentado como la sucesora de su respectiva Casa, pero estaba en un sitio donde eso no importaba, ver que no la trataban diferente era bastante bonito, así que por ese asunto no dijo nada.

-Ejem… Sayaka, nosotros los humanos medimos nuestros años un ciclo de las 4 estaciones de nuestro mundo, Primavera, Verano, Otoño e Invierno, en días son 365 más casi un cuarto de día extra.

Debido a que habían tocado un tema de interés para Renata, esta chica comenzó a hablar emocionada de temas académicos.

-¿Cómo miden los años los Kitsune? ¿Los lobos usan el calendario lunar? ¿Las arañas cumplen años?

Vaya pregunta mas interesante para mi...- Siempre miraba asombrado la cantidad de información que podían recibir los humanos, si el tuviera que vivir 365 soles para cumplir un año posiblemente estaría exhausto a los 5 años.-Yo he vivido 48 soles y 47 noches, nosotros cumplimos un año cada tres soles y tres noches, por lo que creo que en años humanos tendría 47, porque nací de noche. Dividimos el tiempo normalmente en noches y días, tenemos una cúpula donde podemos saber en que tiempo estamos dependiendo de la posición del sol y la luna. A los pequeños les cuentan historias de antaño cuando nuestra estirpe vivía mucho mas tiempo, trecientos cincuenta soles para cumplir un año, pero como son leyendas seguramente no interesaran. El elfo no tubo en cuenta a su compañero, después hablaría con el.

Bueno, Aida ya no tenía manera de librarse. No había forma de escapar de aquella situación social tan inesperada para ella... Solo había una, y era lanzarse por una ventana, cosa que no haría.

Le tocaba responder, ¿verdad? Meditó cuidadosamente una respuesta. Asintió con timidez a Sayaka y posteriormente escuchó con cuidado lo que cada uno tenía por decir.

Ciertamente se le hizo fascinante las diferencias que habían entre cada raza y, sobre todo, que a pesar de ello todos podían comunicarse con mucha facilidad, contrario a lo que ella creía algunos minutos antes. No pudo evitar sorprenderse al saber que Sayaka y Arathidas habían vivido tanto, se había quedado como boba mirándolos. Sin embargo, al escuchar a Renata sintió un gran alivio, ya que ella tenía la misma edad.

-Pues... yo -comenzó a decir, mirando al suelo, mientras caminaba nerviosamente junto a los demás- soy Aida... Aldrich. T-también tengo quince años -estaba menos nerviosa que cuando todos la habían abordado de súbito, pero aún era incapaz de hablar con fluidez-. Nosotros los hombres lobos nacidos de licántropos cumplimos años igual a los humanos... o-otra raza de licántropos sí usa el calendario lunar.

Luego de ello se quedó en silencio, ella también tenía curiosidad por saber si las arañas cumplían años.

A pesar del sueño que se había adueñado de ella momentos atrás, Sarah había recuperado su energía de golpe para seguir bailando. Seguramente había sido gracias a ese muffin al que le había echado mano antes de salir del salón (y que llevaba café).

Apenas un rato después apareció Álex de nuevo. Sarah no tardó en darle un codazo a la arachne para llamar su atención. -¡Álex! ¡Has vuelto! ¿Te encuentras mejor?- el chico no tardó en ofrecerles más dulces, en esta ocasión rollitos de canela caliente. -Uhh- comenzó a salivar al ver cómo humeaban y le llegaba a la nariz el aroma a la canela. -¡Yo quiero!- tomó uno y con la mano libre señaló a Joel. -Él es Joel. Parece ser famoso entre las chicas, y no me sorprende- admitió con una sonrisa boba.