Partida Rol por web

La chica fantasma acompañó a Renata y Sayaka para echar un vistazo a Aida, sonriendo ampliamente cuando Sayaka la llamó amiga.

 -Yamiko es amiga de Sayaka y Renata. Y puede ser tu amiga también, ¡para jugar juntas al escondite!

Se quedó flotando por encima de las chicas, esperando la reacción de su nueva amiga-que-aún-no-había-dicho-ni-pío.

Los ojos de Aida brillaron con intensidad antes de que Sayaka, Yamiko y Renata se acercasen a ella. Al parecer mientras seguía hablando "sola", ahora dirigiéndose a su hombro.

-¿En serio puedes hacer algo como eso? -preguntó en un susurro, claramente maravillada- R-realmente no sé si podría comportarme de esa forma aún y-...

Por estar mirando hacia su hombro, Aida fue incapaz de darse cuenta de que Sayaka y sus amigas se habían movido hasta donde estaba ella; cayó en cuenta de ese hecho ya al escuchar a la Kitsune, aparentemente, dirigirse hacia ella.

Se congeló por un instante, siendo presa de la sorpresa. Miró hacia atrás de ella, aunque sabía que nadie estaba sentado allí, y al cerciorarse de que la Kitsune en verdad le estaba hablando a ella, su piel tomó un color mucho más pálido del que ya tenía de por sí.

Se giró de forma mecánica hacia las chicas, su rostro, rígido, intentaba dibujar una sonrisa que terminó siendo forzada, dejando contemplar uno de sus afilados colmillos. Además de la clara tensión que podía notarse sobre Aida, también podía notarse algo más... y era algo que estaba sobre su hombro: una pequeña arañita. Realmente la arañita era bastante pequeña, de no estar lo suficientemente cerca era probable que nadie hubiese notado nunca que en un principio la arañita se encontraba allí.

-E-e... -balbuceó la chica lobo, cuando las tres chicas terminaron de presentarse, aún preguntándose cómo debía actuar en una situación de esa índole, y repasando sus limitadas experiencias anteriores- Mucho... Mu-... -se levantó de golpe de la silla y cerró los ojos, para seguidamente, dentro de toda su rigidez, hacer una reverencia mucho más exagerada que la Kitsune -M-mucho gusto..., y-yo me llamo Aida... es un placer... conocerlas -se volvió a erguir sobre sí misma y observó nerviosamente a Sayaka, mientras ordenaba cuidadosamente sus pensamientos para contestar a su pregunta- Solo... hemos probado un poco, p-pero sí... están deliciosas.

Luego de contestar miró a la arañita, mientras una gota de sudor empezaba a recorrer su mejilla. ¡Después de ahí no sabía cómo seguir, y realmente necesitaba ayuda!

Aki, aprovechando de estar así tan tranquilo al lado de su compañero de cuarto quien, aparentemente, necesitaba tan poco del flujo constante de una charla que él mismo, Aki, volvió desde luego a mirar en su alrededor y a recoger impresiones.

Se percató de que Sayaka y Renata, seguidos por la chica fantasma, abordaron a chica tímida, y al verla notó que parecía hablar con sí mismo, más concretamente con su hombro. Pero luego…

se dio cuenta de que sobre el hombro estaba… una arañita!

“Ofelia...”, balbuceó. “Es posible que haya otra alumna que tenga un familiar tal como tú… quizá… sois familia…”

Se volvió hacia Arathridas. “Quiero ver si la chica esa”, la señaló con un movimiento de la cabeza, “también tiene su Ofelia a ella.” Y a la misma murmuró: “Me dirás si reconoces tu hermano, vale?”

Sonrió y se fue con pasos lentos hasta parar al lado del grupo de chicas y se dirigió directamente a la chica tímida de bata de orejas grandes. “No quiero interrumpir”, dijo interrumpiendo, “pero… dime… tú también tienes un familiar?”

-Que cosa mas rara la que tiene en la cabeza, un familiar, debe ser como una mascota, pero mas importante, seguro también tiene que ver con sus habilidades mágicas, ¿es un arácnido o un insecto? rayos, deben enseñar un poco mas de zoología en el polo sur- Levanto mi mano abierta haciendo el ademan de un saludo. -Que bonito insecto, ¿tiene cualidades mágicas?- No sabia mucho sobre familiares, no eran muy comunes en el polo sur. -Pues, creo que no, tuve una vez una mascota, pero creo que son cosas diferentes, los familiares son muy raros en el polo sur-

Y justo después de eso Aki quiso ir a ver a la chica, el no tenia motivo para decir que no, pero algo lo incomodaba -igual una relación amistosa funciona gracias a la toleración y la disposición- no iba a decir que no tan rápido y con la moral algo fatigada pero una voluntad muy fuerte esbozó una sonrisa y fue con su amigo a ver a la pálida chica.

Sayaka sonríe a lo dicho por la chica y añade:

Si… son muy ricas las comidas de los humanos

Iba a decir algo mas pero se da cuenta como llega más gente, al parecer no interesados realmente en Aida sino en lo que parecía ser una pequeña araña que tenia con ella, Sayaka le mira un poco molesta a Aki y dice:

Hola… quizás deberías empezar presentándote a Aida

Veía que la chica parecía bastante asustada ante la presión de tanta gente, ella al principio del día era exactamente igual, sin embargo, gracias a Aetheldryd y especialmente a Renata había dejado atrás esa timidez y empezaba a ver que allí también podría comportarse como en su aldea y quería que a Aida le pasara lo mismo

La pequeña araña, bastante menor en tamaño que Ofelia, dio un par de toques con su patita en el hombro de Aida.

 -Relaja los hombros, respira hondo y habla en frases cortas, pero frases. Así irás ganando confianza.

Entonces fue cuando se dio cuenta de que el grupo de chavales que rodeaba a su amiga era cada vez más grande. Y que también le estaban prestando atgención a él. Sí, él, porque a pesar de ser una araña del tamaño de un pulgar su voz había sonado claramente como la de un hombre joven y atractivo.

 -Ejem... Vaya, ya había olvidado lo bien que sentaba tener la atención de los demás. ¡Encantado de conoceros! Tú, chaval.- Miró a Aki -No soy pariente de tu familiar, lo cual resulta gracioso cuando lo dices así, pero sí que soy un familiar. Sólo que yo me especializo en el éxito social y magia del glamour. Prueba de ello es mi fantástica amiga, ¿no os parece una chica estupenda con la que merece la pena trabar una amistad?

¿Cuál era la palabra contraria a "ayudar"? Ah, sí, loquelaarañitaestabahaciendo, por supuesto.

Ofelia confirmó las palabras de la otra araña haciendo ruiditos de "no tengo ni idea de quién es". Ruiditos que rápidamente se tornaron en resoplidos enfadados cuando Arathidas la llamó insecto. ¡Que los insectos eran su comida, ella era un arácnido! O al menos así la llamó el profesor Witchward cuando la conoció...

Aki acepta con buen humor la reprimenda poco velada de Sayaka y se presenta a Aida: “Por supuesto. Disculpa mi falta de tacto. Me llamo Aki. Soy del primer año. Primer día. Y.. ya, en este primer día, he tenido la suerte llegar a conocer, y apreciar, mi familiar y amiga fabulosa, Ofelia. Y…”, sólo percatándose ahora mismo que Arathidas le había seguido, “aquí está Arathidas. Mi compañero de cuarto que viene del polo sur, como acaba de informarme. Es un elfo de la índole melancólica, pero de las melancolías esas que te calientan el corazón. Seguro que comprendes.” Porque yo no. Sonrió ampliamente.

No tengo ni idea de lo que estoy haciendo aquí… este entorno, en la Academia, me vuelve muy atrevido, parece.

Aki consideró las palabras del familiar y no pudo menos sino enarcar une ceja en señal de incredulidad, pero no contradijo abiertamente la arañita. “Sí, creo que es una chica estupenda con la que merece la pena trabar una amistad, pero no es por el aura de glamour que desprenda. Pero comprendo que esto no se aprende de hoy a la mañana. Bueno, en realidad, no creo que sea necesario aprenderlo. El carisma no depende de éxito social y glamour. No necesariamente. Sin hablar de que el éxito social no necesita desbordar en la categoría un poco dudosa, según mi opinión, del glamour.”

Y no, que no he bebido…

¿Pero qué rayos estoy diciendo?

¿Por qué discuto con ellos?

Renata siente que el lugar se comienza a llenar de gente y empieza a ponerse mas nerviosa de lo que ya estaba.

Sus sentidos de supervivencia le gritan “corre”, pero haciendo acopio de su recién adquirido valor, toma la mano de Sayaka. Cosa que se le ocurrió cuando la linda Kistsune, menciono a su sempai.

-…

Quiso decir algo, pero como parecía que las pláticas se concentraron en las arañitas, sobre las cuales apenas había reparado, se limitó a seguir la línea de la conversación que más dominaba.

-Podemos luego disfrutar de comida casera si gustas Aida.

Además admiraba cada vez más el carácter de Sayaka, quien parecía saber como platicar y hacer amigos con facilidad.

Las cosas se habían puesto moviditas para la chica lobo de un momento a otro. Pasó de estar susurrándole en un rincón a su arañita, a verse abarrotada de personas haciendo preguntas.

-Oye, creo que no deberí-... -muy tarde cuando trató de contener a su amiga araña, ya que había hecho un comentario que la convertía, de cierta forma, en el muy indeseado para ella centro de atención.

-M-m-mucho gusto a-a todos... -dijo de nuevo, ahora ante la llegada de Aki y su amigo- S-soy Ida -oh, sí, los nervios habían hecho que se comiese la primera vocal de su nombre, y también que se volviese a presentar aún siendo innecesario. Volvió a hacer una exagerada reverencia, mientras su cuerpo temblaba lo suficiente para que eso se hiciese notable.

Agradecía de cierta forma la ayuda que estaba prestándole Sayaka, pero eso no evitaba que Aida empezase a parecer un semáforo ante las repentinas palabras de Aki. Pasaba de rojo a blanco papel en cosa de segundos, y sus ojos vagaban de un lado a otro, de forma nerviosa.

-A-Aki, no creo que sea necesario que tú-... -pero no, el chico seguía a su bola, hablando.

"¡¿Qué se supone que debía hacer en estos casos?! ¡Definitivamente no estoy preparada para este tipo de situaciones! ¿Cómo es que hace Sayaka para hablar con tanta facilidad, se supone que somos de una especie relativamente parecida; Kitsunes, licántropos, no están tan alejados unos de otros cuando lo piensas con calma, ambos tienen colas y orejas... eso definitivamente hace que se parezcan, ¿no? Son algo así como... primos lejanos. A pesar de que la he visto antes nunca he tratado con ella... pero no parece tan difícil de hacerlo... ¿¡pero qué pasa con este humano!? Llevo cuatro años aquí y todavía no me acostumbro a tratar con personas, ¿qué debería hacer? Una ventana... ¿dónde hay una ventana?", pensó Aida, mientras temblaba levemente y se ruborizaba.

Todo parecía estar perdido para Aida, pero el comentario de Renata hizo que su nerviosa mirada cayese sobre la rubia. Era cierto, a ella también la había visto, pero nunca se había involucrado con ella... ¿¡Qué tan encerrada había estado todo este tiempo!? De alguna forma Renata... ¿estaba algo nerviosa? ¿Acaso ella también se sentía incómoda alrededor de tantas personas? "Si no hay ventanas a lo único que puedo recurrir...".

TAP, TAP.

Se acercó un poco más hacia Renata y Sayaka, dejando vagar su mirada entre ambas. Miró luego a Arathidas y a Aki, para después tragar saliva y volver su mirada hacia las chicas

-Ayuda... ¿por favor? -dijo, apenas un poco más alto con un susurro, y con una rígida sonrisa que ocultaba apenas las intenciones que tenía Aida de buscar una ventana y lanzarse. Pero venga, no todo era malo, ¿verdad? Ahora le estaba hablando por voluntad propia a Renata y Sayaka; un progreso es un progreso.

Sayaka se queda observando todo lo que estaba pasando, no se esperaba tanta gente ni tanto movimiento, aquella araña era bastante más animada que la de Aki y mucho mas “parlanchina”, ella sonríe a la araña y dice:

Hola arañita… claro que tienes razón… por cierto ¿Cuál es tu nombre?

Para después fijarse en la acción de Aki que se presenta a Aida y habla con la araña, ella le mira extrañada:

No sabía que a los humanos les gustasen tanto las arañas… que raro… bueno, también es verdad que solo conozco a los humanos que he conocido aquí.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Renata y Aida, se notaba que estaban nerviosas, fue cuando ella misma se dio cuenta que había pasado de estar como ellas o peor a aparentemente ser la más segura, ella misma se sorprendió

Eso es lo que prendíais madre… me algo mucho haber venido aquí… aunque los humanos hombre aun me ponen un poco nerviosa

Sayaka sonríe a sus dos amigas y dice:

¿Por qué no vamos a fuera a ver las estrellas?... a las chicas lobo os gusta mucho la luna ¿no?

 -Ahahaha...- la arañita se rió con risa falsa de divaza -Perdona muchacho, ¿has dicho que el glamour es... dudoso? Tú no sabes nada de magia, ¿eh?

Hizo un gesto de orgullo y pasó de un hombro de Aida al otro.

 -Cuando lleves un par de cursos en la academia, aprenderás que la magia del glamour es la más importante y complicada de las disciplinas. ¡Es la única magia que usan las hadas por una razón!

Sin embargo, al escuchar la llamada de ayuda de su compañera, el tono de diva desapareció, pasando a uno algo más maternal.

 -Eh, eh, tranquila, lo estás haciendo bien. Respira hondo y concéntrate en un par de personas primero. Luego nos ocupamos del niño ignorante de gafas...- Dicho esto miró mal a Aki por un instante, lo cual resultaba hasta cómico en una cosa tan pequeña y con los ojos tan grandes.

Sin embargo, todo tono de mosqueo desapareció cuando Sayaka le preguntó pro su nombre.

 -Yo... Bueno, no tengo un nombre propio, la verdad sea dicha. Pero no es importante, con que me llaméis "tú" me vale.

Ofelia se acurrucó en la cabeza de Aki, mirando mal a su vez a aquella especie de congénere suya que hablaba mucho y abultaba poco y gruñendo ligeramente. No le gustaba esa cosa...

Viendo la situación por la que pasaba esa chica la sensación de ayudarla se hacia cada vez mas fuerte. El estaba ansioso por hablar e imaginar cosas cuando se lo permitieron, pero no era fácil, ella todavía no quería o no podía socializar. Ella debía tener algo que no le permitía hablar, el lo seguía teniendo, ese miedo que ocultaba tan celosamente, como la luna llena a la oscuridad y la nieve a los animales de blanco pelaje... -Si hablo posiblemente meta la pata, pero si no hablo no haría nada y esto seguiría sin solución. El problema debe ser algo del pasado que la perturba en el presente, quizás es algo que nos oculta... como yo, o quizás es una naturaleza tímida, Podría ser algo que la esté molestando ahora, quizás es algo platónico, o algo temporal, o algo de nosotros. Son muchas posibilidades para un problema social- la conversación seguía y El lagrimas de escarcha miraba muy seriamente todo, pero no miraba nada, su mirada centrada, no parecía parpadear y miraba fijamente a las personas, pero no las miraba a ellas, miraba su interior (o miraba a través de ellas) y paso el tiempo hasta que dijo la primera palabra.

-Hola, como dijo Aki, me llamo Arathidas, soy un elfo lagrimas de escarcha, vivimos marginados del mundo por razones que no contaré todavía, se que es difícil hablar, todos los que nacen que cualidades diferentes tienen problemas para socializar, y veo que tu no eres una excepción- Dijo mirando a la chica vestida de Alba e hizo un ademan con las manos interrumpiendo las ganas de hablar de los demás con sus palabras- No hace falta que hables todavía, te propongo un juego, yo te preguntaré tres cosas que solo necesitaran un si, un no o no mas de una palabra por respuesta, tu me responderás solo dos, y cuando quieras, responderás tres. ¿Te gustaría intentar?- El no sabia si lo que hacia era lo correcto, pero intentaría ayudar a no formular cosas difíciles y con el tiempo iría haciendo cosas mas difíciles de responder, para que vaya ganando confianza de a poco -No se que opinaría tu insecto familiar de este juego, quizás no es algo muy natural aquí, es un ejercicio que usaban antes conmigo.

Aetheldryd había querido intervenir cuando vio que varios iban hacia Aida, pero se mantuvo a la expectativa por si la situación se salía de control y le alivió ver que no había sido así; además, a ella le servía para quitarse esa timidez con la que cargaba desde que la conoció en primer año y notar que Renata igual se desenvolvía le agradó, así como a Aki.

-Y apenas es el primer día-dijo en voz alta, pero solo para ser escuchada por Kyrt. Soltó un suspiro  y la pelilavanda le sonrió de lado-. Creo que ya no iremos a ver las estrellas hoy, una disculpa por ello 

Miraba a través de la ventana, perdido en mis pensamientos, prestándole poca atención al grupo de gente que se amontonaba alrededor de las arañas, hasta que la escuché a Aethel. La miré mientras su comentario se perdía entre la gente, y cuando se dirigió a mi, le contesté:

- Lo siento, estaba un poco distraído. No te preocupes, no se irán a ningún lado, además duermo del lado de la ventana, así que podré verlas antes de dormirme. Mañana podemos ir, si aún estás interesada, aunque me parece mejor ir sólo nosotros. Los grupos grandes son difíciles de manejar. -

Tras haber registrado a gusto el equipaje de tu compañero de cuarto, decidiste que lo mejor era desaparecer de la habitación durante un rato. Para parecer menos sospechoso cuando Dai se encontrara el percal montado entre otras cosas.

Así pues, encaminaste tus pasos de nuevo a la fiesta, donde pudiste ver que seguía animada a rabiar. Sarah estaba con Laila charlando con un rubiales al que jurarías reconocer como Joel Minami, alumno de 6º y prácticamente el rey de la popularidad de la academia. Luego también viste a Yamiko, flotando despreocupadamente junto a un numeroso grupo de personas que parecían estar charlando animadamente. También localizaste al demonio ese de la porra, hablando con su amiga pelirroja en otro rincón de la sala. ¡Y lo mejor de todo es que aún quedaban rollitos de canela y canapés más que suficientes! Volver a la fiesta había sido una buena idea, sí señor.

Mientras charlabais y os ibais conociendo, visteis que Álex, el chico que había discutido con el demonio Ismael, entraba de nuevo en el salón de actos. Ojalá no viniera buscando venganza...

Renata, quien trataba de relajarse para poder socializar, cosa que no le estaba funcionando en ese momento, acepto rápidamente la oferta de Sayaka, quería salir de ahí rápidamente, para luego, hablar con Aida, había varias cosas que se le hacían bastante curiosas.

-Si, vamos. Seguro los demás ya se adelantaron.

Además, también resentía que una araña fuese más simpática que ella, eso era bastante injusto. Sin querer se sujetó bastante a la Kistune conteniendo sus pucheros por ser superada por un arácnido.

Aunque de igual manera esa araña con personalidad tan extravagante le llamaba demasiado la atención, en especial cuando hablo sobre la magia del Glamour.

-Sayaka, Aida ¿Vamos? –Después de mirar a la arañita, tuvo que preguntar para evitar ofender a alguien más. ¿Este, tú también quieres venir?

Por su actitud no era una mascota y tenía dudas sobre cómo tratar a una araña parlante.

Aetheldryd quería ver las estrellas de esa manera, pues nunca lo había hecho. Sin embargo, Kyrt tenía razón y podría ser otro día en la que se llevaría a cabo tal actividad. Así que asintió cuando el elfo le invitó mañana, pero a la mención de que sólo fueran ellos dos* no pudo evitar parpadear varias veces mientras rememoraba lo que la señora McCarthy le dijo horas antes e incluso el propio Aki. Pero no pasaba nada entre ellos, apenas se habían conocido... y era mejor aclarar algo antes.

-¿Solo nosotros dos?-cuestionó intentando ser tranquila, pero con un leve rubor en sus mejillas-. Igual es como tu gustes, ya que eres quien desea ver eso en esta Academia. -esperaba que nadie hubiese escuchado eso, pues no esperaba ser parte de un fanfic de shippeos masivos-. Y tienes razón, un grupo numeroso se descontrola fácilmente... aquí lo puedo ver con Aida. La conozco, ella ha estado conmigo desde primero año; y sé que está muy nerviosa con todos rodéandola y ella no puede mantener cierto control. 

La pelilavanda suspiró y notó que tenía un poco de sueño. Mañana iniciaban las clases y a esta hora ya estaría acostada en su cama.

-¿Podrás descansar bien?