Partida Rol por web

12 de noviembre de 2000 - 13:15

Donny y Viviane habían llegado zumbando en la moto y, de inmediato, los Sanadores habían procurado cuidados al Ahroun. Habían curado gran parte de sus heridas y ahora su vida ya no corría peligro. Podía andar por sí solo y ya no se sentía morir poco a poco, pero todavía notaba la quemazón espantosa de la plata en el interior de su pecho. Un poquito más y se habría quedado en el sitio.

Cuando el resto de la manada llegó, encontraron a Donny y a Viviane leyendo los papeles que habían robado de Callahan Co. El Roehuesos tenía una venda cruzándole el pecho y varios cortes más pequeños en los brazos que habían decidido dejar al aire. Antes podían ver los tendones y el hueso donde ahora había carne oscura y sana, lo cual era un avance. Ashley se dejó caer en forma Lupus junto a Donny y le frotó el morro baboso contra el pantalón. Estaba jadeando después de llegar corriendo a través del boun. Habían escuchado el aullido de Alecto anunciándose y ya los esperaban sentados en el rincón reservado a su manada.

-Que alguien me saque el cristal que me he clavado en la almohadilla -pidió Ashley entre jadeos. Mostró la herida en su pata delantera izquierda. No se había quejado hasta ahora, pero habían observado que cojeaba desde que dejaron Bolingbrook y pudieron cambiar a Lupus libremente-. Voy a buscar al hijo de puta que tira botellas de cerveza en el bosque y le voy a hacer tragar un cargamento entero. Ya veo que habéis dado la alerta. Nos ha costado pasar el boun. Los guardianes están más pesados que de costumbre. ¿Habéis descubierto algo?

Donny saludó a su manada con un gruñido de bienvenida y le dio unos golpecitos torpes a Ashley en el cuello. Le dolía todo y estaba cansado y quería dormir, pero ellos venían corriendo desde Bolingbrook y él ya había tenido, ¿cuánto? ¿Tres horas, para recuperarse de unos cuantos disparos? Además, estaba realmente contento porque no estaba muerto, y había descubierto que con eso le bastaba.

Estaba sentado con Viviane, ojeando los papeles. No era realmente lo suyo, era más cosa de Viviane o Ashley o cualquier otra persona, en realidad, especialmente teniendo en cuanto que leía a la velocidad del pedo, pero así se distraía.

-Trae.

Soltó los papeles, lo que le supuso un alivio, y agarró con decisión la pata de Ashley con una mano para sacarle el cristal con la otra. No fue su trabajo más delicado, pero esa herida iba a curarse.

Entre los dos habían inspeccionado los documentos en busca de posibles cursos de acción para solucionar con el tejemaneje de Teahouse Family. Pero, mientras Viviane rebuscaba entre los manifestos de envíos, Donny descubrió algo espeluznante entre las bases de datos de personal. Había un nombre que conocía. Estaba en la nómina de Callahan Co. y trabajaba en turnos de seis días por la noche. El nombre era Loretta Garrett, de profesión vigilante.

Alecto se tumbó junto a Viviane, medio dejándose caer, medio pasando a homínido, y rodó sobre su espalda, quitándose la guitarra para dejarla a un lado. Se quedó tumbada en el suelo sobre la espalda, agarró algunos de los papeles que Donny había dejado y los usó para abanicarse.

-No sé qué acaba de pasar, pero va a ser la primera canción de los ángeles de Donny -dijo recuperando el aliento-. ¿Habéis encontrado algo?

Viviane no dejaba de mover los dedos, frotándose las yemas nerviosamente mientras leía líneas sueltas tratando de dar con algún fragmento útil. La pregunta de Alecto detonó la bomba de relojería, y la Ragabash, frustrada, arrojó la pila de papeles al suelo.

-No. Estoy cansada de leer esta mierda.

Se frotó los ojos y dejó caer la cabeza hacia adelante.

Prefería cuando había menos gente. En el hospital, cuando había visitas, se suponía que había paz alrededor del enfermo. Alecto no debía haber visitado a alguien en el hospital en su vida.

-No -respondió, recuperando los papeles de un manotazo y volviéndolos a dejar donde estaban-. No entiendo una mierda. No hay una lista de Danzantes afiliados ni nada.

-Pues claro que no la hay -contestó Ashley. Esperó hasta que la pata se le curó y pasó a su forma de raza. Se lamió la palma de la mano para limpiarse la sangre antes de seguir hablando. Estaba muy cansada y le dolía la cabeza. Tenía ganas de echarse por ahí y dormir. Se había librado de morir por muy poco, ¿y a qué coste? Paso-seguro se había quedado atrás y parecía que ninguno se acordaba de él. Si los Danzantes le habían cogido, ¿qué le estarían haciendo ahora? Por otro lado, él había dicho que no se dejasen atrapar. Ashley suponía que el Caminante no lo haría tampoco-. Probablemente esto es el final de una cadena muy larga. ¿Habéis visto cuántas empresas dependen de otras empresas? Esa manera de subcontratar... Es como si estuvieran borrando las huellas, ¿no créeis? Así es más difícil saber de dónde salen las cosas y por qué manos han pasado. Lo que tenemos que hacer ahora es descubrir a dónde han estado enviando la mercancía y destruirla. Los de Callahan operan aquí, ¿no? Pues ya tenemos algo que hacer.

Donny frunció el ceño, se agarró a un taco de papeles y miró al resto de su manada con muy mala cara. Parecía contrariado.

-Lo que voy a hacer yo es dormir -bufó-. Si me tienen que disparar mañana otra vez es mejor que esté descansado. Me largo. Ven un poco.

Le dio un golpecito en el hombro a Ashley para indicarle que era a ella a quien le estaba hablando y se levantó procurando quejarse lo menos posible antes de alejarse en dirección a las tiendas.

Ashley le siguió suspirando.

-¿Qué pasa? -preguntó cruzándose de brazos.

Donny esperó hasta que estuvo que estuvo razonablemente seguro de que nadie les oía y se encogió sobre sí mismo. Tenía unos papeles arrugados en la mano y parecía afectado por algo.

-Yo, eh... Hum -balbuceó. Se rascó la nariz y apartó la mirada-. Sí que he encontrado algo. Esto es, hum, de los trabajadores. Hay alguien que conozco.

Sueño había llegado un poco más fresco que los demás, estaba más acostumbrado a las caminatas y había corrido la suerte de no ser herido durante la escaramuza. Aun así no había despegado los labios durante todo el camino. Estaba preocupado por Paso-Seguro, ojalá haya podido escapar, pensó.

Cuando llegó al túmulo y toda la manda se reunió no sabía muy bien dónde dirigirse. No pertenecía a ella aunque la misión seguía en pie y la información la tenían ellos. Se quedó a un lado, con el cuerpo agachado y echando los labios y las orejas hacia atrás y con el rabo entre las piernas. Al mismo tiempo apuntaba con el hocico hacia Ashley y emitía algún gemido lastimero.

Ashley frunció el ceño. Esto no tenía buena pinta. Le pidió los papeles con un gesto y les echó un vistazo. Torció la boca.

-¿Quién es? ¿Tu madre?

"¿Te acuerdas de cuando dijiste que ibas a meter a mi madre en un manicomio? Hablando de eso...", "Oye, Ashley, ¿recuerdas aquella vez que me cargué a tu novio porque era una sabandija del Wyrm? ¿Cómo se llamaba?". En el tiempo transcurrido entre que había encontrado el nombre de su madre en la lista y el resto de la manada había llegado había tenido tiempo para pensar y no había llegado a ninguna conclusión importante. No sabía qué hacer, y por eso se lo contaba a Ashley. A Alecto y Sueño no les conocía (y Sueño era un lupus) y los padres de Viviane estaba metida en el Clan, pero Ash tenía familia en Naperville. Si hubiera podido elegir, se lo habría contado a Kate. Pero mala suerte, sólo le quedaba Ashley.

-Eh, sí. Trabaja de vigilante o algo así. No sé si... no creo que sea... nada.

-No tiene por qué ser nada -aseveró Ashley-. La red es tan grande que pueden tener miles de trabajadores con ellos.

La Philodox miró de nuevo los papeles. Vigilante. Eso no le gustaba.

-El problema es que si ha estado cerca de un lugar controlado por Perdiciones... Me sigues, ¿no? -Miró a Donny con tristeza-. Es una mierda cuando esto te toca de cerca. Es más fácil que te partan la cara y punto a que se metan tus familiares y amigos en ello. Escucha, Donny... La Letanía dice que tenemos que luchar contra el Wyrm donde more y críe. Dentro de poco, si no lo habéis hecho ya, tendremos que poner esto en manos del Clan. Quema este papel. -Se lo puso en la mano-. Yo no voy a decirles nada sobre tu madre. Pero tienes que ocuparte de ello, ¿vale? Ve a verla y averigua lo que sabe. Que deje de trabajar y... y eso.

Abrió la boca para protestar, pero la volvió a cerrar. No sabía cómo decirle a Ashley que ni quería ver a sus padres, ni ellos estaban locos por verle a él. O que no tenía ni idea de cómo explicarles que vivía en la calle, que se pasaba a menudo por una comuna de hippies y amazonas y que le disparaban regularmente (en realidad probablemente eso ya lo sabían, teniendo en cuenta que pensaban que estaba en el ejército o algo así). Y ni siquiera le importaba tanto. Se preocupaba más por una cuestión de deber que por una devoción real hacia su familia. Soltó un bufido y empezó otra vez, buscando una manera que no significase empezar a contarle sus traumas infantiles a Ashley.

-No puedo. Si aparezco en casa de mis viejos y le digo a mi madre que tiene que dejar el trabajo porque va a pasar algo... Si se lo digo yo... Va a avisar a la poli y a la empresa y a todo el mundo.

Mierda, su padre seguramente pensaría que intentaba robar todas esas hierbas para fumárselas.

Aquello hizo que Ashley se cabrease.

-¿Y qué sugieres hacer, Donny? ¿Nada? Porque si no haces nada, tu madre va a acabar como uno de esos bichos a los que has partido por la mitad hace un par de horas. -La Fenrir achicó los ojos-. ¿O lo que estás diciendo... es que yo tengo que decirle a tu madre que deje el trabajo? ¿Es eso lo que insinúas?

Donny no dijo nada, pero claramente le había cazado. Apartó la mirada y bajó los hombros. Se sentía acorralado y no podía hacer más que someterse a su alfa y esperar piedad. Que no iba a llegar, por lo que parecía.

-Ni lo sueñes -contestó Ashley en un tono que auguraba mordiscos si se la contrariaba-. Y es mi última palabra al respecto. Es una orden de alfa, ¿lo has entendido? Arregla esto o voy a contarle a los Ancianos que tu madre trabaja para una empresa corrupta.

Una parte de ella no podía evitar sentirse bien al vengarse de Donny por su Rito de Iniciación. El Roehuesos había sido uno de los que más había presionado para acabar con Roland. Hoy comprendía por qué había tenido que morir, pero entonces se había sentido tan mal que dudaba que Donny pudiera llegar a sentirse así alguna vez.

Se dio la vuelta para dejarle con la palabra en la boca y volvió con el resto.

Ashley volvió al círculo envuelta en un aura de Rabia burbujeante que prefería tragarse. Se sentó sin decir nada y cogió uno de los papeles para leerlo violentamente. Si es que se puede hacer eso.