23 de noviembre de 2000 - 20:34
Tras el revuelo de la prueba de Alecto y sus Ritos de Reconocimiento, Sueño se alejó del revuelo del Clan para pasar a la Umbra y buscar el consejo de los espíritus. Llevaba tiempo deseando poder buscar comunión con alguien de la prole de Jabalí, y tras sentir su aceptación y su fuerza, creía que este sería el mejor momento para intentarlo.
Sueño llevaba tiempo deseando poder escaparse a la Umbra y realizar el ritual de vinculación. Pero hasta ahora no había tenido la oportunidad, y ahora que acababa de conseguir el favor de Jabalí era un aliciente más que lo favorecería.
Repetía los pasos en su cabeza mientras se encaminaba hacia los límites del clan para comenzar su búsqueda. Supuso que cerca del río en algún barrizal quizá pudiera encontrar a algún espíritu de la prole de Jabalí.
El Lupus se alejó del núcleo del Túmulo en dirección al sur usando su afilado olfato como guía. No se equivocaba: en el aire flotaba un rastro a cerdo salvaje, y las huellas vistas a la luz de la luna siempre llena de la Umbra lo dejaron claro. Jabalí era fuerte en aquel Clan después de todo, pues dos manadas se habían consagrado a él y la prohibición que ello conllevaba procuraban seguridad a su prole.
Cuando Sueño llegó, el espíritu Jabalí estaba hundido en el barro hasta el hocico. Los fieros colmillos sobresalían del lodo, amenazadores incluso en su tranquilidad.
El Lupus se aproximó al barrizal y saludó.
- Os saludo Jabalí, mi nombre es Sueño-de-arenas-rojas. Mi manada y yo hemos sido aceptados recientemente en vuestra piara y deseo a solicitar vuestro servicio. - Dijo con seguridad.
El Jabalí gruñó sin salir del barro.
-¿Y por qué debería hacer eso? ¿Qué me ofrecen los Garou a cambio de una vida de servidumbre?
Tira persuasión y manipulación con un -1.
Sueño se sentó sobre sus cuartos traseros ante la imponente mirada del Jabalí y tomó aire.
- No es la primera vez que Jabalí ayuda a nuestra manada.- Dijo de forma pausada.- Se acercan tiempos oscuros y nuestro clan está en una posición muy vulnerable. Necesitamos toda la ayuda posible. No se trata de servir, es algo recíproco, amigo mío. Y no tiene por qué ser eterno, pero... Si te unes a mí, tendrás grandes batallas, lucharemos juntos para erradicar a los que nos amenazan, tanto en este mundo como en el otro. No te faltarán enemigos a los que arrancar la cabeza.
Motivo: Vente jamón
Dificultad: 1
Tirada (6 dados, se repiten 10s): 10, 6, 6, 9, 4, 4, 8
Éxitos: 3, Éxito
El jabalí gruñó con gusto.
-Ah... Ya veo que eres listo y sabes lo que me gusta, jabato. Sí, sí, hundir mis colmillos en un buen enemigo es lo que más anhelo. No te negaré que me suena bien, pero quiero asegurarme de que mis victorias y las tuyas se consagren debidamente. Si me uno a ti y a tu manada, deberás regar la vegetación con la sangre de los enemigos que mates. Y una vez por luna dejarás alimento para mis hijos e hijas del bosque.
- Es un trato justo amigo mío, no le faltará comida a tu familia. Aunque la sangre de algún enemigo podría ser venenosa para la tierra, tendría que asegurarme de purificarla antes. Eso supondrá más trabajo para mi. ¿Qué te parece facilitarme tu poder o el de alguno de tu prole la próxima vez que necesite crear un nuevo amuleto?
-No te falta razón acerca de la sangre. Quizá me haya excedido. Con la comida basta -dij el jabalí.
- De acuerdo pues. Que comience el ritual.
Sueño se levantó y comenzó con los preparativos. Aquel le parecía un buen lugar, embarrarse un poco y sellar el pacto compartiendo el mismo cieno le pareció una buena idea.
Sueño pronunció su promesa en voz alta y el Jabalí la suya. Ambos sintieron el intercambio de energía, el asentamiento del pacto místico que ahora existía entre los dos.
-A partir de ahora, llámame cuando me necesites en batalla.