Partida Rol por web

Sueño notó el olor de Ashley y Donny a su espalda. Los dos Crinos sujetaron a Ismene y la redujeron hasta que las convulsiones cesaron. Entonces pudieron ver lo que había hecho llegar al Frenesí a la Furia Negra.

En la habitación estaban Lluvia-de-sangre y Morro-ensangrentado. La primera había sido torturada y clavada a la pared con puntas de plata, pero viva. La segunda estaba atada a la cama, doblada sobre ella y desnuda. No sólo la habían violado repetidas veces, sino que se habían dedicado a morderle el cuello y la espalda mientras tanto.

La Furia Negra soltó un gemido lastimero al verlos llegar y ponerla a salvo de la Rabia de su compañera de manada, pero no fue capaz de hablar.

Sueño retrocedió buscando aire. Le sangraba el hombro, pero no era nada comparado con lo que veían sus ojos. El Lupus estaba notablemente afectado y solo él sabía lo que pasaba por sus pensamientos.

-Le han cortado la lengua. Por eso no habla -dijo como si no tuviera fuerzas para alzar la voz antes de acercarse a la cama y arrancar las ataduras de Morro-ensangrentado-. ¿Cómo van las cosas al otro lado? ¿Viviane? ¿Alecto?

Sueño comprobó si estaba viva.

Las manos le temblaban cuando repitió la acción sobre Viviane. Consiguió reparar parte del daño, pero no tanto como habría querido.

-Lo siento mucho... -dijo ayudándola a levantarse-. Me gustaria hacerlo otra vez, pero empiezo a estar cansada y quiero reservar algo de fuerzas para cuando encontremos a las demás. En cuanto salgamos de aquí lo intento de nuevo -dijo atropelladamente. Ni siquiera quería plantearse la posibilidad de no encontrar a las Sirvientes, aunque era algo para lo que se había mentalizado antes de llegar.

No pudo contestar. Tan pronto como Ismene dejó de pelear y vio lo que les había pasado a las Sirvientes Donny se quedó paralizado y empezó a temblar violentamente. Si se movía estaba seguro de que iba a perder el control. Le sangraban las palmas de las manos allí donde se había clavado las garras para tratar de mantener la Rabia bajo control. El problema era que, una vez descartada la ira, ya no sabía qué más hacer. 

-Mary. Dónde está Mary. -Sujetó a Lluvia-de-sangre contra la pared con una zarpa, y con la otra arrancó las puntas de plata. La dejó en el suelo con todo el cuidado que pudo-. Hay... tenemos que sacarlas de aquí.

La Ahroun se resbaló hasta el suelo y recobró la consciencia. Ashley le quitó la mordaza.

-No... está. Se ha... salvado.

Levantó un dedo sin uña y señaló a su compañera.

-Sacad a Dorotea. Llevadla al Clan.

No fue mucho, pero el suave cosquilleo alivió el dolor e hizo que todo dejase de girar demasiado deprisa. La situación se les estaba desmadrando y eso podía resultar no solo en el fracaso de la misión, sino en parte de ellos muertos.

-No importa. Gracias –musitó entre bocanadas de aire-. Prepárate para correr en cuanto vuelvan.

Separarse había sido mala idea, y su primer instinto era seguirles para mantenerse unidos. Pero Donny había dicho que se preparasen para salir de allí, y eso iba a hacer.

Donny miró a un lado y a otro y cambió a Glabro sólo el tiempo suficiente para poder abrir la bolsa. Sacó un par de mantas sucias y las dejó caer en la cama junto a Dorotea para que tuvieran con qué taparla, y respiró hondo antes de volver a Crinos.

-Sí. Y a ti también. -Cogió a Lluvia-de-sangre en brazos, preparado para contenerla y callarla por si decidía ser una descerebrada-. Coged a Ismene y a Morro-ensangrentado. Se ha acabado la pelea. Nos vamos.

Bajó las orejas y asintió en dirección a Ashley, comunicándole que era hora de que se marcharan y de que ella estaba al mando a partir de ahora. Odiaba tener que dar la orden de retirada, odiaba huir de los Danzantes otra vez. Pero les habían enviado a rescatar a las Sirvientes, y aquello era más importante que lo que probablemente hubiera sido un suicido la mar de honorable enfrentándose a Uñas-de-cristal.

Ashley pasó a Glabro y arrancó los correajes que ataban a Dorotea. La Furia Negra gimió dolorida cuando intentó cogerla. No había apenas un centímetro de su piel sin una laceración. Haciendo de tripas corazón, la Fenris pasó su hombro bajo su axila y la levantó. Dorotea soltó un grito que hizo gruñir a Lluvia-de-sangre, pero logró aguantar el resto. Antes de que salieran echó sobre los hombros de la Furia una manta que la hizo sisear, pero que al menos ayudaba a cubrir su desnudez y su vergüenza.

-Sueño, tráelas de vuelta -dijo con la voz tomada-. Tenemos que salir de aquí. Donny, ¿tú podrías robarnos un coche o algo así?

Le costaba pensar en la mejor opción. Esperar a que los del clan viniesen a por ellos era una posibilidad, pero temía que los Danzantes regresasen y los aplastaran mientras aguardaban. Viendo lo que habían hecho con las Sirvientes, Ashley podía imaginar lo que pasaría. Matarían a Donny y se llevarían a Sueño para procrear. Y a ellas tres... Bueno, estaba claro que Garra-pestilente no había llevado el respeto a las mujeres consigo al desertar. Al contrario: si esto había sido obra suya, se había esmerado para que les doliera todo lo posible.

-Entre Viviane y yo podemos apañarnos -respondió, demasiado afectado para darse cuenta de que Ashley volvía a las andadas arias.

Sueño volvió a la Umbra y se trajo consigo a Viviane y a Alecto. En el Mundo Físico las esperaba el resto de la manada junto a Lluvia-de-sangre, Morro-ensangrentado y Lengua-venenosa, las tres víctimas de torturas muy crueles y con diversas secuelas físicas. En el cuello de Ismene vieron, hasta que ella misma se la arrancó, su propia lengua convertida en collar. El rostro de la Ragabash, manchado de sangre, estaba especialmente cetrino. En su único ojo había una Rabia reconcentrada que casi dolía mirar.

Ashley encargó a Donny y a Viviane que fuesen en busca de un coche con el que ir a recoger el que habían dejado en casa de Ismene y esperó en Glabro a su regreso. Una vez con los dos coches separó a la manada para llevar consigo a las Sirvientes de vuelta al Clan, donde estarían seguras.