Partida Rol por web

CABEZA DE PUERCO

Este local está situada debajo de la calle principal, pasando Zonko y la Oficina de Correos. Tiene un descuidado letrero con el dibujo de la cabeza de un puerco cortada y sangrando.

Dentro hay una sola habitación, pequeña, sucia y lúgubre con intenso olor a cabras. Las ventanas apenas dejan pasar luz por la mugre que se ha acumulado en sus cristales, y el local se ilumina con velas colocadas en las mesas. El suelo tiene acumulada la roña de muchísimos años. En este sitio hay mucha gente rara en el lugar. Podría ser el lugar donde se organizó la revuelta de los duendes en 1612.

El tabernero es el hermano de Albus Dumbledore, Aberforth Dumbledore, un anciano de aspecto gruñón, con barba y mata de largo cabello gris, alto y delgado. Se recomienda no mirar las uñas al tabernero, así como no beber nada recién limpiado con su trapo multiuso.

Un pasadizo secreto se oculta detrás del retrato de Ariana Dumbledore en el segundo piso de la taberna y conecta con la sala multipropósito o sala de los menesteres, en Hogwarts.

CARTA DE PEDIDO

- Brebaje de raíz de margaritas DaisyRoot (1 galeón)

Brebaje alcohólico hecho a base de margaritas. 15% de alcohol.

- Berry Ocky Rot  (1 galeón)

Vino de frutas que contiene 17% de alcohol. Está hecho de bayas, cuya etiqueta alardea que fueron escogidas y presionadas por las "manos justas" de sus mejores elfos domésticos, y añejadas en barriles de roble por mil años.

- Ron de ectoplasma  (2 galeones)

Tiene un sabor dulce y pastoso. Color marrón. Muy difícil quitar la mancha de la ropa. 30º de graduación

- Whisky de Fuego (2 galeones)

Sabor intenso. Quien lo bebe escupe alguna leve bocanada de fuego que sirve para encender un cigarro. 50º de graduación.

- Sangre de dragón (3 galeones)

Es una bebida de color rojo intenso que deja un sabor seco y picante en la boca. 80º graduación. Más de dos vasos puede provocar un coma etílico

- Neblina de muertos (2 galeones)

Se sirve en un vaso de peltre, el cual desprende una intensa niebla de color gris. El sabor es tan frío como la muerte, dando repelús a quien lo ingiere. 40º de graduación

- Beso de Gorgona  (2 galeones)

Bebida amarga hecho con un destilado de hierbas y ingredientes que pueden despetrificar incluso a las piedras, el abuso del mismo puedo producir piedras en los riñones

A veces hay otras bebidas de contrabando, preguntar por al tabernero (3 galeones)

- Agua alegre

Importada de EEUU. Es una bebida mágica alcohólica que circulaba en los Estados Unidos de América y que ahora es muy difícil de encontrar. Pinnock era una marca de agua alegre vendida en la década de 1920. Sus ingredientes incluían extracto de risa. Como dice su nombre, el agua alegre puede causar que el bebedor se ría sonoramente cuando la consume.

- Tequila 7 llamas 

Importada desde México. Es una poderosa y embriagante bebida alcohólica, destilada del ágave azul y combinada con el veneno de Mixcoatl, una extraña serpiente originaria del país. Su veneno no es mortal pero consumirla puede generar fuertes alucinaciones, así como una terrible sensación de quemadura en la garganta, apta solo para valientes. 80% de alcohol.

Después de una semana bastante intensa, Melker aprovechó el Sábado que tenía libre para hacer una escapada a Hogsmeade y así descansar un poco de los alumnos y del ambiente escolar. De todos los lugares del pueblo mágico, Cabeza de Puerco era dónde más cómodo se sentía el Profesor de defensa contra las artes oscuras, debido a su ambiente, a las bebidas alcohólicas y que no había ningún alumno.

Cuando entró en la taberna, el rubio Profesor se sentó en una oscura mesa y pidió un vaso de Berry Ocky Rot a Aberforth Dumbledore, el dueño del tugurio. El primer trago le supo a gloria, y por primera vez desde el día que comenzó en el Colegio como Profesor, se sintió totalmente relajado.

Cyllene había salido de Hogwarts con tiempo suficiente. Tenía una tarde bastante compleja y el hecho de salir de la escuela le hacía sentirse vulnerable, más tras lo que pasó la noche anterior en su negocio. Pero no tenía elección, aquello era lo que debía de hacer, así que se encaminó a Hogsmeade recordando cuando era una niña y le encantaba ir a Zonko a comprar ranas de chocolate, cuando su máxima preocupación era aprobar los exámenes y conseguir libros para mantener su mente ocupada.

La bonita mujer llevaba una túnica negra lo suficientemente ceñida como para remarcar sus formas femeninas, sensuales, y en contraposición con este detalle portaba una capa negra con capucha que le tapaba el rostro. Su caminar por las calles era tranquilo, pero no podía evitar mirar a uno y otro lado casi de manera constante, mientras su mano derecha estaba metida en el bolsillo de la túnica, rozando la madera que le daba mágica protección.

Cyllene arrastra la puerta del local hacia un lado, una suerte tener puestas en las manos unos finos guantes de piel que le alejaban de la suciedad del pomo. Ella físicamente desencajaba tanto allí como una hermosa flor situada en medio del océano, pero sus actuaciones no eran dubitativas, sabía hacia donde entraba, así lo determinaron sus pasos cuando su porte se encontró en la pequeña habitación con olor a cabras o solo los dioses sabían a qué mas...

La bonita mujer se dirigió hacia la barra del local, sin apenas mirar alrededor, sabía que era aún temprano, y la mesa donde Melker estaba se encontraba entre las sombras, no se percató en su presencia, ni él sabría quien era ella por la capucha puesta, hasta el momento en que un gato pasa por su lado y se sobresalta con la subida del felino hacia la barra, haciendo que la capa que la cubría cayera hacia un lado.

- Aberforth..., ¿hay algo para mi?.... - pregunta la mujer al dueño del local, el cual niega con la cabeza, haciendo que el rostro de la fémina quede contrariado -... de acuerdo..., póngame algo..., lo que sea.... - comenta mientras su mirada verde busca algo en la estancia, y es entonces cuando ve a Melker en aquella mesa apartada. Le sonríe levemente y se dirige hasta él -... Buenas tardes, profesor..., es una coincidencia que nos veamos aquí..., precisamente hoy..., en nuestro día libre.... ¿acaba de llegar?....

Melker estaba disfrutando tranquílamente de su copa de vino de frutas rodeado de las sombras que la taberna Cabeza de Puerco le ofrecía y sobre todo de la paz que se respiraba allí. Bueno, paz no era lo único que se respiraba en el antro del hermano de Albus, pero al docente eso no le importaba ya que en su vida había estado en peores sitios. Con cada trago que daba a su bebida, notaba cómo el sabor afrutado del vino bajaba por su garganta calentándola suavemente debido al alcohol que contenía.

De repente, la paz del local se vió interrumpida por la entrada de un extraño envuelto en una túnica oscura y con la cabeza tapada por una capucha. Esa imagen no era extraña en esa taberna, así que Melker volvió a centrar su atención en la bebida hasta que un gato hizo que el recién llegado mostrase su cara sin querer. De todos los lugares de Hogsmeade, Cabeza de Puerco era el último en el que Melker imaginaría encontrarse con la Profesora Foxier, pero allí estaba ella, toda vestida de negro intentando pasar desapercibida. Ahora que la miraba mejor, se dió cuenta de que su figura se podía intuir debido a lo ceñido que llevaba la túnica, y le pareció increíble no haberse percatado antes. 

Cuando Cyllene vió a Melker, se acercó a su mesa para saludarle y este le recibió con una ligera sonrisa

- Buenas tardes Profesora Foxier. El mundo mágico es un pañuelo Dijo bromeando - La verdad es que nunca hubiera pensado que usted frecuentara este tugurio. He llegado hace poco ¿Le gustaría acompañarme? Añadió finalmente ofreciéndole la silla que tenía enfrente con un gesto de la mano.

La docente observa al Melker, su sonrisa y buenos modos. La mujer mira al hombre y asiente cuando la silla le es ofrecida, acomodándose frente a su compañero. 

- La verdad es que tampoco os esperaba en este sitio... ¿lo frecuenta a menudo?.... - ella por lo visto si lo hacía, debido a la seguridad y forma de hablar con el dueño del garito -... Sorpréndame..., ¿pensaba beber hasta emborracharse o solo para aclarar momentáneamente sus ideas?.... - le pregunta mirando hacia la puerta del local, como si esperase algún tipo de evento.

En aquel instante llegó Aberforth con un whisky de fuego que puso delante de la docente. Cyllene mira la bebida recordando que había indicado que le pusieran lo que fuera, y "lo que fuera" era una bebida en exceso fuerte y normalmente poco consumida por ella.

- Tiende usted mucho a la soledad... ¿por qué motivo?.... Podría haber pedido a algún compañero que viniera aquí con usted... Sin embargo, decide venir solo.... - esto le recordó a otra conversación pendiente -...por cierto...¿por qué cuando comentamos el hecho de viajar me dijo que en Sarek iba a ir usted por su cuenta?...., me llamó la atención el comentario pero en aquel instante no quise preguntarle porque intuí que teníais prisa....

La bonita mujer clava sus ojos verdes sobre los de Melker, mientras degusta su whisky de fuego, notando que el sabor era endemoniadamente fuerte y casi le hacían llorar los ojos.

Su solitaria velada había cambiado a una improvisada cita con una colega de profesión y Melker no se lamentaba por ello y se animó a sí mismo a disfrutar de la compañía de la Señorita Foxier. A Melker le dió la impresión de que esa no era la primera vez que Cyllene visitaba esa taberna, pero tampoco quiso preguntarla directamente, ya habría tiempo de indagar sutilmente.

Ante la primera pregunta que realizó la bella Profesora, Melker contestó dando otro trago a su vino afrutado -Había estado aquí un par de veces, pero hace bastante de eso.  La segunda pregunta d la docente le hizo bastante gracia, ya que ni él mismo sabía cuál era su plan inicial cuando entró en el garito -No tenía nada planificado, la verdad. Me gusta improvisar sobre la marcha Dijo apurando su copa y haciendo un gesto a Aberforth para que le sirviera otra copa.

Cuando el posadero sirvió a la joven Profesora, Melker se quedó asombrado al ver lo que le había puesto para beber -¡Vaya! Eso si que no me lo esperaba. Perdóneme por prejuzgarla, pero la creía más consumidora de infusiones en Madame Pudipié que de bebidas de alta graduación en el Cabeza de Puerco.

El comentario de la soledad hizo que su sonrisa desapareciera levemente, pero no se lo tomó a mal -había hablado con el Profesor Rowle para venir aquí, pero en este momento me apetecía estar sólo para no pensar en el Colegio. Aún me cuesta hacerme a la idea de que soy Profesor y de que el aprendizaje de varios jóvenes recaiga sobre mí.

La pregunta de Sarek era otra cosa más seria para Westerberg, y dudó en responder sinceramente o con evasivas. Al final decidió contar una parte de la verdad esperando que fuera suficiente para satisfacer la curiosidad de la Profesora de pociones. - Ahora mismo no soy muy popular allí por un tema del pasado, así que mejor evitar tensiones.

Melker intentó cambiar de tema antes de que preguntara más acerca de su hogar. Antes se había fijado que Cyllene miró la puerta como esperando a alguien, así que se atrevió a preguntar acerca de aquello -Dígame, ¿Está esperando a alguien?

La reunión entre ambos docentes comienza de manera relajada, comentando lo propio como inicio de conversación, si solía ir mucho por ese lugar, y la verdad le resultó llamativa la respuesta del docente, no solo no frecuentaba habitualmente el sitio sino que además, entró de improviso, dando un matiz sobre su carácter a Cyllene.

La sorpresa de Merkel fue más o menos proporcional a la de la bonita docente, la cual, tras haber tenido delante el vaso de whisky, sintió en su orgullo que ella era capaz de tomar aquel brebaje sin ningún tipo de problema, a pesar de que en realidad, era más propensa a las infusiones de Madame Tudipé, como sugería Westerberg.

- Oh vaya...., yo tampoco quería prejuzgarle pero.... - mira el vaso del hombre -... esperaba que un profesor experto en defensa contra las artes oscuras..., fuera más...., "duro".... a la hora de beber.... - la mirada verde taladra los ojos masculinos, y los labios de Cyllene hacen un gesto de diversión. Su rostro encantador buscaba en cierto modo el juego, picarle -... ¿no vais a subir de categoría? ¿o solo estáis calentando?.... - su tono de voz dulce podría ser como el licor que consumía Melker, pero la graduación era aún mucho mayor a la del whisky de fuego de ella.

Cuando ella habló de la soledad y Westerberg borró la sonrisa de su rostro la mujer anotó mentalmente algo. Nadie a quien le gusta la soledad sonríe cuando ésta forma parte de su vida.

- Yo tiendo a estar sola muchas veces..., casi siempre a decir verdad..., es algo a lo que te acostumbras pero no siempre es algo con lo que se disfruta..., ¿a usted le pasa algo similar?.... - le pregunta mientras bebe un poco más del líquido ardiente de su vaso, en sorbitos muy pequeños, milimétricos casi -....la docencia es complicada, no siempre un camino de rosas, espero que lleve bien su labor, he escuchado muy buenas valoraciones sobre usted... Los alumnos le aprecian...

Cyllene escucha el comentario sobre Sarek y suspira levemente al entender el motivo por el que Melker no deseaba aparecer por allí. En parte tenía cosas en común con él y no podía evitar preguntar..

- El pasado siempre vuelve..., y no deja escapar alma alguna entre sus garras.... ¿Tiene miedo de volver?.... - ella estaba seria, no era su intención burlarse de él ni mucho menos, pero sentía en parte que podían hablar y ella necesitaba encontrar alguien con quien empatizar y sentirse más parte de este mundo que de cualquier otro planeta -... en parte yo también evito a gente de mi pasado...., es bueno cambiar de aires y conocer a personas nuevas..., algunas son muy interesantes... - indica antes de volver a beber levemente, sin quitar los ojos de encima al varón.

La pregunta de si estaba esperando a alguien le puso nerviosa, era evidente, y por una parte deseaba negarlo vilmente, y por otra soltar alguna verdad. Pero su salida, fruto de los nervios, fue coger el vaso de whisky y beberlo casi de un trago. Un alivio para su paladar que poco contacto tomó con aquel bebedizo del diablo. 

- Sí que espero a alguien..., a Aberforth..., no puede dejarme a medias con esta copa... - hizo la señal para que le rellenasen el suyo y que a la par, sirvieran Whisky de Fuego a Melker -... siempre he pensado que los hombres fuertes soportan muy bien sus dosis de alcohol... ¿no le parece?....

Ahí estaban los dos Profesores charlando relajadamente sin querer prejuzgarse pero a la vez haciéndolo ligeramente ¿A qué jugaban? ¿Qué querían el uno del otro? Melker no podía evitar pensar que Cyllene quería algo de él ¿Información o quizá sólo era una Profesora intentando conocer a su compañero de trabajo? Algo había en la docente que hacía mantenerse alerta al ex-auror.

Cyllene comentó de manera divertida que esperaba que alguien como él bebiera algo más potente, pero a Melker no le afectó la pulla y siguió sorbiendo suavemente de su copa de vino. Nunca le había importado lo que los demás pensasen de él, es algo que aprendió en sus años en Durmstrang, así que contestó a la bella Profesora con mucha confianza en sí mismo - No me gusta perder el control. Nunca se sabe dónde puede acechar el peligro. Al decir esas palabras, el Profesor de DCAO miraba fijamente a Cyllene a sus ojos verdes ¿La estaba acusando de ser peligrosa o sólo estaba jugando con ella? Eso era algo que sólo el Sueco sabía.

Melker estaba acostumbrado a la soledad, pero no era algo de lo que disfrutara durante mucho tiempo seguido. Si le tocaba estar sólo, aguantaría estoicamente, aunque prefería estar rodeado de buena gente, sobre todo en épocas oscuras. Como Auror, le había tocado realizar muchas veces misiones en solitario, pero consideraba que las misiones en grupo siempre salían mejor. La unión hace la fuerza Era algo que le gustaba pensar.

Escuchar de boca de Cyllene que los alumnos le tenían en alta estima sorprendió gratamente a Melker, ya que después de su última clase pensaba que le habían cogido manía. Pese a ello, no pensaba relajarse y seguiría dándo lo mejor de sí mismo para enseñar a los jóvenes.

Hablar del pasado siempre era doloroso, aunque Melker había conseguido levantar un muro para olvidar su hogar y a sus padres. Por desgracia, era fácil que los muros se agrietasen con el tiempo. - No es miedo, es respeto. No quiero levantar viejas heridas con mi presencia allí.

¿Realmente era a Aberforth a quién esperaba? Fuera verdad o no, Melker no la presionaría ya que entendía que las personas quisieran tener sus propios secretos. Cuando el viejo tabernero apareció para servir Whisky a la pareja de Profesores, Melker puso su mano para evitar que llenara su copa - Como ya he dicho, no me gusta perder el control. Además, alguién tendrá que estar sereno para regresar a Hogwarts Añadió en tono jocoso.

Hubo algo que le llamó la atención a Cyllene sobre Melker, el hecho de que tenía la suficiente personalidad como para no dejarse llevar por un sencillo pique barato, demostrando que como hombre tenía muy claro su posicionamiento y que cualquier cosa que le dijera no variaría su forma de ver la situación. Eso en parte le hacía previsible, pero denotaba un marcado carácter.

- Le doy la razón en algo..., nunca se sabe dónde está el peligro..., podría ser en la calle... - se aproxima un poco más al varón -... en Hogwarts... o..., quizás frente a vos mismo.... - su forma de acercarse era bastante sensual -...o puede que no haya peligro simple y llanamente... Se puede perder un gran momento para desconectar de verdad... - indica la mujer con una sonrisa

El tono jocoso del profesor le arranca a ella una sonrisa. Sus mejillas estaban sonrosadas y se notaba en el habla de que la copa de Whisky podía comenzar a pasarle factura en un breve lapso de tiempo, y es que para qué engañarse, la mujer no estaba acostumbrada a beber, pero por algún motivo lo había hecho.

- ¿Está usted diciéndome que no voy a volver al castillo con serenidad?....  eso será si vuelvo... - la mujer mira el fondo de su vaso de bebida y determina no sobre esforzarse, notaba como su cuerpo desprendía calor como efecto del contenido del vaso -... tenía que haber tomado una poción anti alcohólica.... recuérdemelo para la próxima vez.... - le indica presuponiendo que habría otra nueva quedada, ¿o era acaso fruto de la bebida?

La mujer se levanta del asiento y se pone al lado del profesor, para acortar distancias entre ambos, la mirada verde de la docente quedan fijos en la puerta de acceso al local, saca su reloj de arena de bolsillo y observa la caída del fino polvo, como si el tiempo se le echase encima.

- A veces el tiempo me gustaría que se parara...., a veces..., me gustaría ser otra persona y estar en otro lugar... Y a veces me... gustaría no sentir m.... - la palabra queda cortada cuando la puerta del local se abre y un encapuchado entra en el interior del local.

Era el día y la hora. El momento de encontrarse con ella. El día anterior cuando estuvo tirada en el suelo hubiera sucumbido a sus encantos, pero no era el momento. Hoy sin embargo, sí. En ese preciso instante, sabiendo lo que sabía, no podía perdonarle las cosas que hizo en el pasado. Y si no la mataba era porque aún existían cuentas pendientes.

Marcus Yaxley entra en el local con peor reputación del mundo mágico. El hombre abre la puerta con energía, le encantaba cuando los presentes cerraban los ojos por la entrada mínima de luz, que en un espacio tan pequeño molestaba incluso. Solía hacerse el silencio, y no iba a ser menos ese día, aunque el local no estaba muy frecuentado.

El extraño tras entrar en el local, sin quitarse la capucha, observa en un rincón a Foxier, acompañado por un varón, eso no se lo esperaba. Debería haber venido acompañado. Maldijo por lo bajo su suerte y mientras pide una copa en la barra del bar piensa cuál iba a ser su paso. Tras decidirlo se queda mirando de manera abierta a la pareja, sin pudor, sin desviar la mirada, provocando que de alguna manera ella reaccionase.

Cosa que no sucedió....

La bella Profesora parecía cada vez más animada y Melker supuso que era debido al Whisky de altra graduación que estaba bebiendo. Le daba la razón en una cosa que dijo, que quizá perdía un buen momento para desconectar de verdad, pero no le gustaba hacerlo en un lugar que no fuera totalmente seguro - Ya desconectaré en la fiesta de Halloween.

Cuando Cyllene hizo el comentario de la poción anti alcohólica, Melker la miró sonriendo - Entonces ¿Dónde está la gracia? Dijo con tono burlón. Acto seguido, la docente se cambió de sitio para estar más cerca de Melker y el Profesor de DCAO se removió ligeramente nervioso de su asiento. La proximidad le costaba mucho, y más viniendo de una mujer ligeramente ebria.

Cyllene se calló de golpe mientras hacía comentarios sobre parar el tiempo y sobre ser otras personas cuando un encapuchado entró en el establecimiento de golpe. Melker se percató que tanto extraño como Profesora se conocían, y notó que la tensión crecía por momentos. Después de pedir una copa, el recién llegado se les quedó mirando descaradamente y Melker, lo más imperceptible posible, agarró su varita preparándose para un posible enfrentamiento. Bajando la voz para que sólo su compañera pudiera escucharle, habló sin apartar la mirada del encapuchado - Está claro que os conocéis, eso no puedes negarlo. Así que dime ¿Es rápido?

Y Cyllene no iba a negarlo, la evidencia marcaba que se conocían, y que ella estaba tensa, más de lo que jamás admitiría delante de nadie. El hombre por su parte no parecía predispuesto a la lucha. Los miraba sin pudor alguno pero sus manos estaban en posición bien visible, una sujetando el vaso, la otra mano, sobre la barra.

La velada estaba siendo distendida, hasta el momento del encuentro en el que la mujer, a pesar de los bonitos colores que la bebida le aportaba, parecía más pálida que nunca. Atendiendo a la petición de Melker le respondió en voz baja:

- Es más rápido que yo... - susurra ella conteniendo la respiración. Ahora la pregunta sería.... ¿ella era rápida?..., ¿más que el propio profesor de DCAO?.... -... y cruel.... pero no parece dispuesto a hacer nada.... yo..., no lo sé....

La fémina baja las manos hasta su túnica, probablemente buscaba la sensación de tocar la varita, pero el hombre cuando observa el gesto hace una negación con la cabeza y ella simplemente obedece, como si tuviera un resorte en su cuerpo que cumpliera los designios de aquel varón.

Estaba claro que algo tramaba ese hombre, pero ¿El qué? ¿Había ido a la Taberna en busca de Cyllene? ¿Su presencia había hecho que el hombre cambiara de planes? Escuchó atentamente lo que la Profesora le dijo, que era más rápido que ella, así que tendría que actuar sin pensar si quería superarlo. En realidad no sabía cómo de rápida sería Cyllen, pero en esos casos era mejor no subestimar a nadie. En su cabeza, el duelo se producía de mil maneras diferentes, y sólo esperaba que si finalmente ocurría, fuese de una forma favorable para él.

Al ver que negaba con la cabeza, Melker pensó que su intención era la de no luchar, pero no iba a permitir que se marchara para recibir un ataque a traición más tarde. Sin apenas moverse de la posición en la que estaba, el Profesor de DCAO empujó con el pie la silla que hasta hace un rato estuvo usando Cyllene y habló con tono frío y calmado al encapuchado - Siéntate.

El hombre casi podía mostrar una sonrisa en la comisura de sus labios, pues éstos podían adivinarse bajo la capucha. Sin un atisbo de duda coge el respaldo de la silla y se sienta enfrente de Melker y de la bonita profesora, la cual había evaporado su alegría en una fracción de segundo.

- Cyllene..., cuánto tiempo.... - indica el hombre acomodándose, dando un suave trago a su vaso -... vaya..., has cambiado de hábitos, no sabía que le dieras al whisky de fuego... Pero claro, todo en ti es imprevisible...¿verdad?.... Pero bueno..., ¿dónde están mis modales?.... - tiende la mano hacia Melker -...mi nombre no tiene importancia, aunque el suyo es conocido en determinados ambientes.... ¿Westerberg podría ser?.... Encantado de conocerle....

El varón estimaba de que no le darían la mano, no obstante no la retiró prontamente

- ¿Actual pareja de la señorita?...., tenga cuidado con lo que beba a su lado, tiene una gran habilidad para incluir pociones dentro de las bebidas ajenas... ¿a que sí Cyllene?...., ¿o no le has contado a este... hombre... pareja..., amigo con derecho a roce....lo tuyo?.....

Cruza los brazos sobre la mesa en posición de espera, estaba deseando que ella hablase.

La mujer estaba seria y permanecía estática, observando al encapuchado con temor. Pero lo que no esperaba era lo que hizo Melker, le ofreció la silla para sentarse y ella deslizó su mano sobre la pierna del profesor, quería gritarle de que no hiciera eso, pero no le salían las palabras.

Fue entonces cuando Marcus comenzó a abrir la boca y a sacar veneno a través de ella. Los ojos verdes de la mujer, menos brillantes que de costumbre, no se separaban de aquella figura masculina y perversa.

- Para mi el tiempo ha sido más bien breve... - indica la mujer con molestia. Sorprendida de que Yaxley dijera el apellido Westerberg, sin duda había dicho ya mucha información, y Foxier se quedaba sin argumentos para indicarle a Melker que sabía quien era nada más escuchar su apellido, aunque quizás, él no callese en ese dato -... No hay nada que contar, deberías marcharte.... -sugiere ella temiendo que demasiadas informaciones salieran a la luz, no debía ser así

Melker no perdía detalle de los movimientos del encapuchado mientras se sentaba frente a él, pero por más que intentaba verle la cara, le fué imposible por la oscuridad del local y la capucha. Notó la mano de Cyllene sobre su pierna, pero Melker no se inmutó ante la advertencia.

El hombre no se amilanó ante Melker y comenzó a hablar con Cyllene, quién Melker notó cómo se ponía tensa. Cuando le ofreció la mano, Melker mantuvo su posición sin hacer ademán de ofrecerle la suya. Quizá pareciera un maleducado al no estrechársela, pero no era estúpido. - Parece que sabes mucho de mi ¿Por qué no te quitas la capucha e igualamos la partida?

Ante los consejos del hombre misterioso, Melker hizo oídos sordos y sólo le contestó a una duda - Somos compañeros de trabajo.

El varón retiró la mano con premura, dejándola en un lugar bien visible, sobre la mesa. Cuando Melker le insta a quitarse la capucha, el hombre tan solo le dio por reír, burlándose abiertamente de la sugerencia.

- ¿Quitármela?... No seas ridículo, ¿para qué voy a igualar la partida cuando puedo ganarla?... Al final te quedas con la intriga y sin la chica..., ¿qué vas a ganar con todo esto Westerberg?... ¿admiración? ¿poder?....¿el coño de una bruja?.... - desvía la mirada hacia la mujer -... creo que no te has dado cuenta pero quieres hacerte el héroe cuando no tienes ni puta idea de qué sucede..., créeme, te estoy haciendo un favor..., Cyllene es experta en jugadas de este calibre..., Amortentia se llama...., ¿a que sí preciosa?...., ¿a que se llama así tu poción favorita?....

El encapuchado lleva el vaso a los labios y comienza a poner más cartas sobre la mesa.

- He venido por ella, contra ti no tengo nada..., ella debe responder por las cosas que ha hecho..., y no han sido pocas... Así que si no te molesta me la llevaré..., y el lunes podrá estar de nuevo en el castillo... Ella volverá, y no lucharemos si no pones problemas... ¿te parece una propuesta razonable?

La actitud del encapuchado empezó a molestar a Melker. pero se mantuvo quieto en su sitio sin caer en su provocación. Sabía a lo que estaba jugando, pero Melker no sería tan impulsivo de comenzar una pelea en un sitio público y menos aún después de todo lo que había pasado en Hogwarts. Si un profesor de DCAO iniciaba una pelea en una taberna, sabía que el Ministerio de Magia lo investigaría y así Malfoy tendría otra oportunidad para intentar desprestigiar a Dumbledore.

- No me gusta tu vocabulario, así que exijo una disculpa hacia la señorita. Cuando continuó hablando diciendo que se iba a llevar a la Profesora Foxier de allí, Melker no pudo contener la risa - La verdad es que no me parece una propuesta razonable. Si quieres llevarte a la Profesora Foxier, tendrá que ser por encima de mi cadáver. Melker miraba al encapuchado mientras tenía la varita preparada para realizar un conjuro al más mínimo movimiento de su rival.

Esto se estaba yendo de las manos. Por un lado Yaxley exigiéndole a Melker, y por otro lado el profesor defendiendo su honorabilidad o al menos su físico, no permitiendo que el hombre le llevase consigo. Pero eso solo podía ir a peor.

- Déjalo estar... - susurra Foxier al profesor levantándose del asiento, sintiendo que no era lo que deseaba hacer, pero conocía aquel tipo de confrontaciones y la única manera de no provocar una era accediendo a los designios del encapuchado -... seguro que nos vemos el lunes... - indica con la mirada de alguien que realmente necesita ayuda.

El varón disfrutaba desde sus sombras, protegido por la capucha, sabedor de la posición delicada de Westerberg, si no le diera problemas sacar la varita, cualquier otro tipo normal, ya le habría atacado.

- No le gusta mi vocabulario... ¿qué concretamente? ¿lo de coño? ¿o lo de bruja?...., ¿o la combinación de ambas?.... En cualquier caso no voy a disculparme con ella, en todo caso ella debería arrodillarse ante mi por lo que ha hecho.... ¿Verdad Cyllene?.... ¿te arrodillarás?.... - él seguía esa línea de falta de respeto pero con voz suave, controlando la situación -... Mírala, no hace falta que tú le des permiso, ya viene ella solita..., a las mujeres como Cyllene hay que saber tratarlas desde jovencitas..., si no pueden ser un dolor de cabeza.... 

Yaxley mira la varita de melker y niega con la cabeza de nuevo.

- Ella viene por voluntad propia, no puedes impedirlo..., ¿o quieres que hayan investigaciones sobre el ataque de una personalidad importante?... ¿quieres eso Westerberg?.... Sé buen chico..., guarda tu arma y deja que nos vayamos..., al fin y al cabo esta mujer tampoco te interesa..., hay más peces en el mar.... ¿a qué si?... - se levanta de la silla poco a poco y tiende la mano a la bruja, la cual es reticente a dársela