Partida Rol por web

Me reuní con cada uno de los alumnos por separado, para poder atenderles como era debido. En esta ocasión, presté a Seth una de mis Cometa que aún guardaba de mis años de alumno.

- Buenos días, joven Nut. Sé que la primera clase con la escoba no fue lo que esperaba, pero ahora es el momento de aprender a manejarla y a volar como cualquier mago. Toma, usa esta Cometa 260, tiene más estabilidad que las del colegio.

Me reuní con cada uno de los alumnos por separado, para poder atenderles como era debido. En esta ocasión, presté a Tabby una de mis Cometa que aún guardaba de mis años de alumno.

- Hola Tabby, ¿qué tal? En la primera clase pudiste controlar al principio la escoba para llamarla hasta tu mano, pero después fuiste incapaz de manejarla una vez arriba. Veremos qué tal te va hoy. Toma, prueba con esta Cometa 260, seguro que funciona mejor que las de la escuela.

Me reuní con cada uno de los alumnos por separado, para poder atenderles como era debido. En esta ocasión, presté a Anastasia una de mis Cometa que aún guardaba de mis años de alumno.

- Muy buenas, señorita Born. La verdad es que la primera toma de contacto con el vuelo no fue del todo... afortunada. Parecía que todo iba bien al principio, pero luego le jugó una mala pasada y fue casi un desastre. No se preocupe, hoy podrá usar esta Cometa 260, seguro que le será más fácil controlarla. ¡Vamos!

Me reuní con cada uno de los alumnos por separado, para poder atenderles como era debido. En esta ocasión, presté a Victoria una de mis Cometa que aún guardaba de mis años de alumno.

- Hola Vic, ¿cómo estás? En la clase de la semana pasada tuviste algo de mala suerte, la verdad. Las escobas que ofrece la escuela no son lo mejor, la verdad, y quizás con una propia te hubiese ido mejor. Hoy puedes probar con esta Cometa 260, seguro que funciona bien. Ah, por cierto. El domingo, o el lunes por la mañana, pásate por mi despacho. Tengo algo para ti.

Me reuní con cada uno de los alumnos por separado, para poder atenderles como era debido. En esta ocasión, presté a Thad una de mis Cometa que aún guardaba de mis años de alumno.

- Hola, señor Castle. No nos conocemos, ¿verdad? Me dijo el director que llegó usted algo más tarde al castillo, así que hoy es el día de enfrentarse a una escoba. ¿Tiene usted alguna? Si no, puede probar con esta Cometa 260, es mejor que las que hay en la escuela.

Me reuní con cada uno de los alumnos por separado, para poder atenderles como era debido. En esta ocasión, presté a Wynnona una de mis Cometa que aún guardaba de mis años de alumno.

- Buenos días, señorita Carrow. Creo que no nos hemos visto antes, soy Mike Robins. Me dijo el director que llegó usted algo más tarde al castillo y por ello no ha podido asistir a mi clase. No se preocupe, hoy podrá enfrentarse a una de estas escobas. Si tienes una propia, te recomiendo usarla. Si no, puedes coger esta Cometa 260, que funciona mejor que cualquiera de la escuela.

En cuanto llegué a los jardines y me vi sola, me sentía aliviada así nadie vería lo patosa que era con la escoba y en vuelo. Así que se acercó a donde se encontraba el profesor y le escuchó atentamente. Respondí al profesor con un asentimiento de la cabeza mientras agarraba la escoba que me había dejado. 

Me posé sobre ella con seguridad, por suerte aquella vez me había vestido con la ropa de deporte y con los pantalones eran mucho más fácil y cómodo. Di una fuerte patada al suelo y conseguí levitar sobre el suelo, temiendo volver a caerme como la otra vez agarré la escoba tan fuerte que los nudillos se me pusieron blancos pero nada pasó, seguía levitando. Con cuidado comencé a moverme de un lado a otro en la misma altura.

- ¿Y bien profesor...? - dije contenta de que la escoba no me tirara al suelo.

Siguió al profesor hasta el jardín, y al ver la escoba que le iba a pasar, ella negó, tenía su propia escoba, la que afirmaba con fuerza, era nueva y se la habían regalado al empezar el año. La chica le dijo que no es que no estuviera, sino que estuvo en la enfermería, había sido una mala semana y aún se encontraba algo débil, pero aún así quería dar la prueba de recuperación, le gustaba volar, así que se preparó para hacer la demostración del uso de escoba. 

Wynnona se monta en la escoba comienza a ascender, entonces la escoba comienza a dar bandazos y termina cayendose en el lago

Siempre estaba muy segura arriba de una escoba, no tenía miedo a volar, de hecho, habían pocas cosas a las que le temía, a excepción de las arañas a las que detestaba, pero volar, era maravilloso para la joven, que sin problemas se montó en su escoba y demostró que podía usarla sin problemas, decidiendo volar sobre el lago, pero de pronto su escoba comenzó a moverse a manera extraña, a dar saltos y a agitarse, nunca antes habia pasado eso con su escoba, pero ella intentó mantener el control, sin embargo en un batazo fuerte que dio la escoba, ella cayó al lago.

Se sumergió en sus aguas,  y cuando se dio cuenta de lo que pasaba, intentó nadar para emerger pero cayó bastante mal al agua, sólo logrando sacar la cabeza y levantar los brazos, mientras se iba hundiendo, ahora si estaba asustada con el agua cubriendo su cara y sin poder moverse ni nadar hacia la orilla. 

JUEVES POR LA TARDE

Mientras estoy sentado bajo un árbol leyendo un libro de pociones, buscando alguna clase de antídoto o medicina para las alergias, pues no quería pasar por otro incidente similar al de la tarde anterior.

¡¡¡¡ ME ENCANTA !!!! ¡¡¡¡ YUJUUUU JUUUUUUU !!!!

De repente veo a Wynn en el agua y no me lo pienso dos veces, voy volando hasta ella e intento agarrarla la mano y arrastrarla hasta la orilla.

Aquella tarde me había dedicado a correr por los jardines, hacía mucho que no salía entrenar así que decidí recorrerme los jardines corriendo, después de un largo rato, mis piernas comenzaron a perder su resistencia y tuve que parar, miré a mi alrededor y me fijé que Artemis no se encontraba muy lejos de allí así que me acerqué hasta él intentando pillarle por sorpresa:

- ¿Qué haces aquí, Artemis? - preguntando con las manos en la espalda...

¡Wow! No te sentí llegar, eres sigilosa como un gato. - digo un tanto sobresaltado al escuchar la voz de Anastasia tan cerca de mi.

Casi me matas del susto.

Estoy estudiando pociones, quiero aprender a crear una medicina contra la alegría, algo que sirva para curarla y no sólo para tratarla. - respondo con calma mientras aparto mi libro de pociones.

Pues yo voy a intentar el hechizo Orchideus -dije.

-¡ORCHIDEUS!

Ante mí apareció automáticamente un ramo de claveles preciosos... amarillos, por supuesto. Después me giré hacia Victoria.

Pues vamos con el.... RICTUSEMPRA -le dije, lanzándole por sorpresa el hechizo cosquillas, aunqu eme salió más o menos como lo había hecho en clase.

Aunque la chica tenía una muy buena predisposición para volar, la señorita Carrow salió despedida por los aires para acabar en el lago. Traté de moverme lo más rápido posible para llegar al agua y sacarla de allí.

Asiente a las instrucciones del profesor y se dispone a usar la escoba que le ha prestado. Sin duda, tiene mejor calidad que las escobas que el colegio presta, pero no tiene mucha confianza en que ella sea una persona destinada a volar. Consigue hacer que la escoba vuelva a ir a su mano y esas cosas. Tras estar en posición, monta y casi siente que puede lograrlo. 

Y está a punto, apuntito... pero se queda en tierra.

-Me parece, profesor... que esto no es lo mío.

Intenta hablar con los centauros, entre lágrimas.

-La som... sombra... se ha ido... 

Señala hacia los terrenos seguros el castillo.

-Nos...otros está...bamos bus... buscando plantas y... y escu...chamos un... un sonido d...de dolor...

Sin duda, esos centauros, o muchos de ellos, están predispuestos a creer que ellos harían algo así. No hay nada que pueda cambiarles de parecer.

-Queríamos... ayudar, pero cuando... cuando lo encontramos... esa sombra est... estaba inclinada sobre el unicornio... y bebía... bebía su sangre. Y luego desapareció para... volver a aparecer y acercarse... a nos...otros... diciendo algo como... como... Averno cromo... o crono... o... o algo así.

Les mira muy asustada.

-Por favor... no... no nos... maten... por favor.

JUEVES POR LA TARDE

El profesor Rowle se dispuso a transplantar uno de los rosales azules de las macetas en una zona idónea del jardín cercana al resto de rosales. Allí divisó al joven Flamel, quién hacía poco que había salido de la enfermería tras su shock anafiláctico que casi le cuesta la vida, y le saludó con amabilidad interesándose por el estado del muchacho.

- Buenas tardes, joven Flamel. ¿Cómo te encuentras tras el desafortunado día de ayer? Juraría que mejor por tu aspecto, ¿Es así?