Partida Rol por web

Victoria recibió de sorpresa el impacto del hechizo Rictusempra que Altair le envió y unas cosquillas recorrieron su cuerpo, cuando se recupero, se preparó para lanzarlo ella también.

- ¡Rictusempra! - dijo apuntando hacia la otra niña con su varita y esta comenzó a reirse.

En ese momento ve que el profesor Robins llega a los jardines.

- Perdona Altair, tengo que ir a ver al profesor Robins y mejorar mi vuelo, no conseguí elevarme la primera vez... - dijo algo triste - nos vemos en clases ¿ok? ¡y gracias!

- ¡Profesor Robins! - dice agitando la mano para llamar su atención.

- Hola Vic, ¿cómo estás? En la clase de la semana pasada tuviste algo de mala suerte, la verdad. Las escobas que ofrece la escuela no son lo mejor, la verdad, y quizás con una propia te hubiese ido mejor. Hoy puedes probar con esta Cometa 260, seguro que funciona bien. Ah, por cierto. El domingo, o el lunes por la mañana, pásate por mi despacho. Tengo algo para ti.

- Si tiene razón, estoy ahorrando unos galeones para poder comprar mi propia escoba - dijo cogiendo la que el profesor le tendía maravillada - Guau es impresionante... - susurró - ¿Qué tiene para mi? - dijo ilusionada - ¡no puedo aguantar hasta el domingo!

La niña subió a la escoba y se preparó. Dio una fuerte patada al suelo, pero no consiguió elevarse.. agachó la cabeza triste.

- Vaya profesor, parece que ni con su escoba lo logro...

La joven Gryffindor estuvo a punto de lograr mantenerse en vuelo con la escoba, y se levantó apenas unos pocos centímetros del suelo. Esperaba que lo hubiese conseguido esta vez, pero tampoco pudo ser.

- No te preocupes, Tabby. La semana que viene seguro que lo consigues. Nos vemos pronto, descansa.

La pequeña Victoria siempre llegaba acompañada de su sonrisa, y yo le había cogido un especial cariño a esta joven Ravenclaw. Sin embargo, tampoco esta vez consiguió elevarse del suelo ni mantener el equilibrio. Me acerqué a ella y puse una mano sobre sus hombros.

- Ey, no pasa nada. No te preocupes, a partir de esta semana irás mejor, ya verás. Si quieres, algún día te dejo mi escoba... Pero la buena, la de verdad, no esta. Vamos, ve a descansar, te veo el domingo.

Mientras mis alumnos trataban de repetir, con mayor o menor éxito, los ejercicios de la primera clase, una de ellas se levantó con demasiada fuerza del suelo. Mis dotes de vidente me avisaron de la catástrofe que estaba a punto de ocurrir, y las posibles consecuencias fatales de que nadie ayudara a Wynnona. La violencia con la que la escoba lanzó a la chica al lago era suficiente como para haberle causado algún daño, incluso haber perdido la consciencia y no poder reaccionar.

Entonces actué lo antes posible. Me deshice de la túnica y todos los bártulos que me sobraban, dejándoselos a Victoria. ¡Cuida de ellos! A medio camino, terminé por quitarme la camisa y lanzarme al agua lo más rápido que pude. Buceé buscando a la Slytherin, hasta que conseguí atraparla y llevarla a la superficie del lago. Ahora tocaba nadar hasta la orilla y ver que todo estaba bien.

- ¿Cómo estás Wynnona? ¿Has tragado agua? ¿Puedes hablar?

- Gracias profesor... espero que la próxima vez me salga... - dijo visiblemente agobiada pero agradecida por los ánimos del profesor - Nos vemos en clase señor Robins.

levantaba su brazo intentando pedir ayuda, habia caído a varios metros de la orilla y no sabía si la habían visto, el dolor en su hombro derecho se hacía más intenso, ya haciéndola creer que ese sería su fin más cuando ya no tuvo fuerzas y comenzó a hundirse en aquellas aguas oscuras. Si, ese era su fin, se estaba hundiendo y no había nadie que la sacara, volvía a preguntarse cómo es que su escoba había reaccionado así, no tenía sentido, pero ya no importaba... cuando el profesor da con ella, sus ojos estaban cerrados mientras el cuerpo se hundía más y más, debió nadar hasta ella y sujetar una de sus manos notando que aún salían algunas burbujas de su nariz. Afortunadamente la niña era liviana, de hecho era bastante bajita a comparación de sus compañeros. 

Ya al emerger, Wynn reacciona ligeramente, tosiendo y abriendo sus ojos, sin responder al profesor, estaba asustada y eso hacía que no reaccionara bien dado la fuerte impresión, volvió a perder el conocimiento mientras su salvador la sacaba del agua.

Bastante mejor profesor, gracias de no ser por usted y mis amigos, no se que hubiera pasado.

Justo en este momento estaba buscando una forma de procesar el aceite de eucalipto para convertirlo en una poción que me ayude a curarme de la alergia. - anuncio señalando a mi libro de pociones que estaba en el suelo a mi uzquierda.

Hasta ese momento no había advertido la presencia de la joven Anastasia a la cual saludó con afecto y sonrió cálidamente.

- Oh, siento haber sido descortés, jovencita. Buenas tardes...

Entonces el joven Flamel habló y Harold no pudo evitar sonreír ante la audacia y tenacidad del muchacho para tratar de alcanzar un remedio para su dolencia, por lo que trató de hablarle con sinceridad para no darle falsas esperanzas, pero si una posible solución a futuro.

- Joven Flamel, es usted una caja de sorpresas. Nunca hubiese imaginado que a su corta edad ya estuviese tratando de encontrar una solución a su problema, pero bien es sabido que los más grandes magos y brujas empezaron sus ensayos e investigaciones desde muy jóvenes. Empezó a relatar con una cálida mirada mientras se sentaba a su lado y tomaba el libro de pociones para explicarle algunos conceptos que quizá le fuesen útiles.

- Lo que tratas de conseguir, una poción que cure las alérgias, es algo que muchos medimagos y sanadores tratan de lograr diariamente, pero hasta la fecha sin éxito...Le comunicó siendo franco pero rápidamente trató de incentivarlos con sus palabras. No obstante, si se han dado casos aislados de gente mágica que ha logrado curarse. Te preguntarás...¿Cómo lo lograron? Pues como mucha perseverancia, paciencia, voluntad y desgraciadamente...dolor. 

- Verás, la alergia es una respuesta desmedida de las defensas de nuestro organismo frente a un agente extraño, ya sea una sustancia o similar,  a la que tratan de destruir al entrar en contacto con nuestro cuerpo, y que termina causando lesiones en uno mismo. En tu caso, cuando entras en contacto con las sustancias que segrega la calabaza, tu cuerpo considera que es algo perjudicial para tí y manda tus defensas a tratar de destruirlas, pero acaban haciéndote daño a ti mismo al ser el ataque demasiado potente. ¿Cómo podríamos solucionar el problema? ¿Nos sirve la esencia de eucalipto que con tanto mimo has elaborado? Si y no, te explico.

- La esencia de eucalipto, rica en antihistamínicos, puede servirte, en caso de que tengas otra reacción, a paliar los efectos negativos...pero no como cura...es solo un remedio. ¿Y donde está la cura? Te preguntarás... Pues ni más ni menos que en la misma calabaza. Sabia que sus palabras podían sonar confusas pero en verdad quería encauzarle a una posible solución a su dolencia.

- Al igual que muchas plantas venenosas, en altas cantidades son letales y muy tóxicas, pero en bajas cantidades pueden ser los remedios y curas más potentes que existen. Para tu cuerpo la calabaza es un veneno, siempre y cuando la cantidad supere un límite pero...¿Y si logramos diluir lo máximo posible la calabaza y... escucha bien porque aquí está la clave... "sensibilizar" tu cuerpo?

Cómo habia mencionado al principio, no iba a ser fácil y posiblemente doloroso pero ¿Valía la pena intentarlo y correr el riesgo?

- Tu primer paso debería ser aprender a diluir ingredientes. Para diluir se emplea la "esencia de Belladona". Confirmó el profesor Rowle. Tu objetivo después sería diluir extractos de calabaza hasta su mínima expresión y "experimentar" y "tratar de sensibilizar" tu cuerpo. Deberías tomar una pequeña dosis diariamente que te hará daño y dolor al cuerpo porque éste tratará de combatirlo...pero no será tan grave como la reacción de ayer. Así durante toda una semana hasta que tu cuerpo se habitue y no reaccione tan fuerte. Después subirías la dosis progresivamente cada semana...y así hasta que un día estés completamente curado. ¿Serías capaz?

- En caso de que la cosa se complicase algún día, cosa que puede ocurrir, deberías tomar "esencia de eucalipto" diluida, para paliar los efectos negativos. Es la única opción que tienes a día de hoy si quieres curarte, jovencito. Quizá cuando termines los estudios, podría convertirte en...¿Cuántas van ya? Herbólogo, magizoólogo, medimago, sanador... ¡Pero ya lo sé! ¡Tú quieres ser auror!

El hombre rió divertido y acabó diciéndole.

- Si estás dispuesto a aprender para curarte... Yo puedo ayudarte a preparar la "esencia de Belladona", diluir los ingredientes y mejorar tu "esencia de eucalipto" para mejorar sus efectos. ¿Qué me dices?

Muchas gracias profesor, en verdad aprecio su ayuda, pero sobre todo el tiempo que esto pueda tomar, sólo me queda una duda, bueno dos en realidad.

¿Cuándo podríamos empezar, le parece bien este sábado? Y ¿Cuál sería la dosis mínima a aplicar para iniciar el tratamiento? - pregunto entusiasmado.

Por cierto profesor, los aurores llevan algunos cursos de medicina durante su formación, después de todo, no siempre hay un apotecario cerca cuando están de misión. Jejeje.

Además, siempre me han interesado las plantas medicinales.

Victoria comenzó a practica tres de los hechizos que ya sabía, vio con gran felicidad como le salian perfectamente, por desgracias a Altair no le salió tan bien el que quería aprender

Escuchais el llanto de una persona, la reconocéis como el llanto de Tabby, Seth y Raven se encuentran junto a ellos, rodeandolos hay varios centauros, uno de ellos apuntandolos con un arco. De repente se escucha un fuerte rugido, los centauros comienzan a huir despavoridos. No sabéis que está pasando, pero una cosa es clara, ese sonido no es de alguien amigable.

De repente, algo cae del cielo, casi os cae encima, entonces veis de lo que se trata, del cuerpo del profesor Solomon, está casi devorado, muy ensangrentado y le faltan partes de su cuerpo

Habían entrado en el bosque, siguiendo los llantos, ella podía escucharlos y fue avanzando rápidamente, pero los gritos y los gruñidos hizo que todos se detuvieran, aunque debieron escapar como los centauros, sin embargo ahí quedaron y cuando quizas pensaron en escapar, el cuerpo del profesor cayó delante de los pies de Wynn, sus ojos sin vida mirándola, la chica cayó de trasero, sin habla, pálida como el papel y sin capacidad de reacción alguna, no podía dejar de ver sus ojos abiertos y la sangre que emanaba de su boca....

De pronto se escuchan unos gritos y gruñidos de algo y hace que los centauros pongan pies en polvorosa. Y de pronto... de pronto el profesor de pociones cae del cielo... ¡Y está muerto! Grita aun más. 

-¡No quiero estar aquí! 

Un llanto llama su atención. Era además un sonido reconocible, el de la muchacha que había recogido las hojas de arbusto azucarado para subir su calificación en herbología. Tenía problemas, ella y los demás muchachos estaban rodeados por centauros que los apuntaban con sus arcos. Luego un rugido rompe el silencio de la noche, haciendo escapar a los primeros y lo peor estaba por llegar....

El cuerpo de uno de los profesores caía del cielo sangrante, sin algunos miembros del cuerpo y con los ojos inertes abiertos, provocando una angustia interna en la pelirroja que si no fuera por el hecho de estar en shock, vomitaría hasta el desayuno de la mañana

El grupo parecía andar a buen ritmo y creían estar cerca de encontrar a los pequeños. Un par de veces se detuvieron para buscar marcas en el camino pero todo parecía indicar que Kayla les estaba guiando bien. Entonces todo se precipitó... escucharon los llantos de los tres aprendices y el profesor Rowle sacó su varita dispuesto a defenderles de lo que pudiese estar atacándoles, al parecer centauros furiosos. 

No obstante, algo hizo que estos huyesen en estampida y un poderoso rugido resonó por todo el bosque. ¿Qué criatura podía ser aquello? Desde luego nada bueno. Rowle se dispuso a avanzar y entonces cayó desde el cielo el cuerpo sin vida de su estimado amigo Solomon. Aquello fue demasiado incluso para alguien tan experimentado como él y por momentos no supo cómo reaccionar. Solomon estaba...descuartizado, ensangrentado y lleno de profusas heridas. 

- ¡No os mováis! - fue todo lo que pudo decir el anciano profesor, aquello les superaba.

Thad está perplejo, su cuerpo está inmóvil, el sudor frío como el hielo le cae por las sienes y le recorre todo el cuerpo, llora pero el llanto es amargo, va por dentro porque no es capaz de articular sonidos, el calor de sus pantalones contrasta totalmente con el resto, mira hacia abajo y lo ve, se ha hecho pis encima, sin embargo no le importa en absoluto, ahora ese es el último de sus problemas en una lista horriblemente larga. No deja de mirar el cuerpo despedazado, no puede apartar la vista de él, es lo más horrible que ha visto nunca y sin embargo no puede dejar de mirar los vidriosos ojos del profesor. 

Melker iba preparado con la varita en mano por si surgía algún problema y tenía que defender a los alumnos. Cuando llegaron a la altura dónde se encontraban los tres alumnos perdidos, vió cómo unos centauros los tenían rodeados y uno de ellos los apuntaba con un arco. En ese momento se dispuso a intentar hablar con ellos, pero antes de que pudiera hacer nada, algo horrible sucedió.

Al ver caer el cuerpo destrozado del Profesor Ashworth, Melker se quedó en shock. Pese a toda su experiencia como Auror, no supo cómo reaccionar y en su cabeza sólo podía ver imágenes que compañeros muertos durante la guerra. Una pequeña parte de su mente le gritaba que reaccionara, que realizara un hechizo para proteger a los alumnos, pero su cuerpo no estaba cómo congelado.

Raven estaba paralizada en Shock, escucha voces, pero realmente no sabe quiénes son, espera que sean los profesores que han ido a salvarles, aunque realmente no sabe muy bien qué es lo que está sucediendo en ese momento.